Con ese buen sabor de boca me despedí de Madrid y me dirigí al norte. El tiempo ha acompañado; es más, ha hecho mucho calor (el calor allí es más molesto debido a la humedad). Durante las dos semanas que pasé allí vi muy pocos pájaros y casi no tuve oportunidad de fotografiar ninguno. Otros años, el saúco del prado de la casa recibía continúas visitas de la familia de colirrojos tizones, pero éste sus bayas aún estaban verdes y los pájaros ni se acercaban.
Sin embargo he tenido oportunidad de encontrarme con los corzos en tres ocasiones aunque, el día que localicé al macho la luz estaba ya muy alta, él encontraba en una pequeña hondonada, tenía ramas delante, etc. Por esa razón, aúnque estaba muy cerca, no quedé muy satisfecho de la calidad de las fotos.
Las hembras están tomadas al atardecer, sobre las 20,50h, y se mostraron bastante tranquilas. Una iba acompañada de una cría que, al ser más pequeña, quedaba oculta por las cercas de piedra.