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sábado, 2 de junio de 2012

Naturaleza pura y dura

El título tiene que ver con algunas escenas que veréis recogidas en las fotos correspondientes a esta entrada. Hace unos días tuve oportunidad de entrar de nuevo en el hide del elanio de GREENEXTREMADURA.

PASEO POR MONFRAGÜE

Pero, comencemos el relato por orden. A primera hora de la mañana estábamos en La Portilla del Tiétar, en territorio del P.N. de Monfragüe. Nos recibió la pareja de imperiales que estaban disfrutando del aire fresco dando tornos sobre el cortado. Desgraciadamente, mientras aparcábamos y montábamos los equipos, se alejaron, dejándonos con las ganas de hacerles alguna fotografía en vuelo.

Pasamos un buen rato allí para seguir más tarde nuestro camino hacia El Salto del Gitano. En en recorrido hicimos una parada en el Puente del Francés para observar las evoluciones de los aviones comunes y de los vencejos reales. Allí aproveché para hacer unas fotos a un chochín y a un pollo de petirrojo:



Ya en El Salto del Gitano admiramos una vez más el movimiento y las evoluciones de los buitres leonados y nos entretuvimos con el roquero solitario aunque éste siempre nos quedaba muy lejos. Sólo pude hacerle una foto testimonial, en vuelo, mientras volaba de un lado a otro de la carretera. 


EL ELANIO

Después de tomar unas cervecitas frescas y unas raciones en la terraza del bar de  Villarreal de San Carlos, que nos supieron a gloria, y de disfrutar de un merecido descanso a la acogedora sombra de su terraza, continuamos viaje hacia Casatejada donde habíamos quedado con Juanjo, para que nos acompañase al hide del elanio azul.

La primera impresión fue de alegría ya que los tres pollos de la pareja estaban ya volando, sanos y salvos, una vez salidos con éxito del nido. Tuve oportunidad, como el año pasado, de fotografiarles y fijarme en lo bonitos que son; les falta, sí, esos ojos rojos de los adultos. Pero, a cambion, tienen un dorso con plumas oscuras bordeadas de blanco y un pecho con manchas ocres anarajado, que son una maravilla.

La segunda impresión fue ve llegar al padre (creo que se trata del macho; puede, incluso, que la hembra esté de nuevo echada en el nido realizando una segunda puesta) con un ratón de campo (Apodemus sylvaticus) entre sus garras; se comió la cabeza y después de eviscerarle, se fue al nido, donde, supuestamente, estaba la hembra.

La naturaleza es así; unos mueren para que otros vivan. Pero no deja de sorprendernos cuando somos testigos de excepción, en primera línea, de cómo se traduce dicho principio. En fin, espero que nadie se sienta herido por las escenas fotografiadas: todas ellas son pura naturaleza, sin trampa ni cartón.

LOS POLLOS



EL ADULTO CON EL RATÓN DE CAMPO




"POSTURITAS DEL ADULTO"




LA VISTA FUGAZ, PERO AGRADECIDA, DEL CUCO


Y eso fue todo, amigos... Hasta la próxima.