Sobre las conversiones
Mi inseperada conversión a la fe de Apple (la verdadera) ha causado una modesta conmoción en la blogosfera.
Yo no se si ustedes vieron "La invasión de los ultracuerpos", en la que unas crisálidas alienígenas invadían el planeta, apoderándose de los cuerpos y las almas de los ciudadanos, que no obstante seguían en apariencia iguales... incluso me parece recordar que seguían votando cada uno a su partido, pero estaban totalmente incapacitados para el amor. Pues bien, después de pasar innumerables peligros, en la escena final la chica se duerme y los invasores la vacían por dentro y la transforman en un extraterrestre, pero en el último momento, cuando todavía conserva un rastro de alma humana, le dice al chico "de verdad que no duele, déjate llevar".
Así estoy yo en este momento, todavía necesitado del PC, en parte a causa de mi proletaria conciencia de clase, pero ya con un paso en la elevada esfera del Mac, que es propia de artistas, músicos y de la gauche divine en general (¿existe todavía?). Con la mano de la derecha escribo en mi celestial iMac, mientras que con la de la izquierda estoy desinstalando el maldito antivirus McAfee que venía en el disco de recuperación de mi netbook (y que a la hora de la verdad no sirve para nada más que para pasarse el día reclamando perrumente una tras otra actualización). Por cierto, ayer me dijo un cantante de rap que la tercera guerra mundial será entre los partidarios de la manzana y los del windows (¿linux será neutral?)
Esto me recuerda el caso de mi amiga M., muy católica, que cree que en algún momento yo me voy a convertir, mientras que yo por mi parte juego no a pervertirla (¡sería incapaz de semejante maldad!) pero si a desconvertirla. Si nos vemos por la calle le pregunto si el nacimiento del Hijo ya estaba previsto por el Padre en el momento de la creación o en que párrafos bíblicos se sustenta la existencia del Espíritu Santo, mientras que ella, sin dejar de responderme con una precisión de apologeta consumado, insiste en invitarme a unos ejercicios espirituales laicos. Todo ello en medio de una alegre cordialidad que de algún modo demuestra que la amistad y el sentido común pueden ser más fuertes que las doctrinas. Más en estos tiempos cuando la fe de occidente en realidad es el consumismo.
Son varios los que insisten en que yo voy a convertirme al catolicismo el día menos pensado, como en tiempos de mi primera comunión. Yo creo que la fe no es una virtud si no más bien una flaqueza del espíritu, y necesito evidencias tangibles, como el primer José Arcadio Buendía que le exigía al padre Nicanor el daguerrotipo de Dios. Solamente creo en la medida que voy viendo, y si presencio un milagro verdadero no duden que me convertiré.
(Esta entrada está programada y ahora mismo yo no estoy aquí, pero dejen sus comentarios y serán atendidos).
Yo no se si ustedes vieron "La invasión de los ultracuerpos", en la que unas crisálidas alienígenas invadían el planeta, apoderándose de los cuerpos y las almas de los ciudadanos, que no obstante seguían en apariencia iguales... incluso me parece recordar que seguían votando cada uno a su partido, pero estaban totalmente incapacitados para el amor. Pues bien, después de pasar innumerables peligros, en la escena final la chica se duerme y los invasores la vacían por dentro y la transforman en un extraterrestre, pero en el último momento, cuando todavía conserva un rastro de alma humana, le dice al chico "de verdad que no duele, déjate llevar".
Así estoy yo en este momento, todavía necesitado del PC, en parte a causa de mi proletaria conciencia de clase, pero ya con un paso en la elevada esfera del Mac, que es propia de artistas, músicos y de la gauche divine en general (¿existe todavía?). Con la mano de la derecha escribo en mi celestial iMac, mientras que con la de la izquierda estoy desinstalando el maldito antivirus McAfee que venía en el disco de recuperación de mi netbook (y que a la hora de la verdad no sirve para nada más que para pasarse el día reclamando perrumente una tras otra actualización). Por cierto, ayer me dijo un cantante de rap que la tercera guerra mundial será entre los partidarios de la manzana y los del windows (¿linux será neutral?)
Esto me recuerda el caso de mi amiga M., muy católica, que cree que en algún momento yo me voy a convertir, mientras que yo por mi parte juego no a pervertirla (¡sería incapaz de semejante maldad!) pero si a desconvertirla. Si nos vemos por la calle le pregunto si el nacimiento del Hijo ya estaba previsto por el Padre en el momento de la creación o en que párrafos bíblicos se sustenta la existencia del Espíritu Santo, mientras que ella, sin dejar de responderme con una precisión de apologeta consumado, insiste en invitarme a unos ejercicios espirituales laicos. Todo ello en medio de una alegre cordialidad que de algún modo demuestra que la amistad y el sentido común pueden ser más fuertes que las doctrinas. Más en estos tiempos cuando la fe de occidente en realidad es el consumismo.
Son varios los que insisten en que yo voy a convertirme al catolicismo el día menos pensado, como en tiempos de mi primera comunión. Yo creo que la fe no es una virtud si no más bien una flaqueza del espíritu, y necesito evidencias tangibles, como el primer José Arcadio Buendía que le exigía al padre Nicanor el daguerrotipo de Dios. Solamente creo en la medida que voy viendo, y si presencio un milagro verdadero no duden que me convertiré.
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Comentarios
Por otra parte me haría mucha ilusión su conversión al catolicismo. Imagino nuestras amigables charlas sobre prepucios y las sesiones de blasfemoterapia desde un punto de vista católicofricosalianas.
Como Buendía también persigo daguerrotipos aunque más humildemente que don José Arcadio. Yo sólo persigo el daguerrotipo que demuestre la existencia de la señora Li. Pero me temo que es una quimera.
Lo de Dios, creo que existir sí existe, pero que no sabe de nuestra existencia. Solo eso explica lo abandonados que nos tiene.
Cuando lo haga, menudo susto se va a llevar, seguro que lo destruye, y a peceros y maqueros también. No se crea, mi querido doctor, que usted se va a librar por usar un Mac.
No le creía yo capaz de rendir culto a una marca.
No deja de sorprendernos. La conversión al cristianismo ya sería lo último que podíamos esperar de usted.
Feliz solsticio, allá donde se encuentre.
Eso de la sesión de blasfemoterapia me encantó.
Voy a solicitar una hora al Dr Frikosal y a Ud. para Febrero...
Estos asuntos de la fé, la filosofía y los apegos son harto complejos, querido amigo.
¿Estás seguro de que no eres la reencarnación de D. Miguel de Unamuno, Friko?
Que pases unas felices fiestas y que tengas una buena salida y entrada de año.
Un abrazo.
Ahora bien, un poco más de altura Dr., que no sea por un milagro!
Sólo un majadero renegaría por un hecho insólito.
No me veo rindiendo culto a Berlusconi aunque convirtiera los panes en peces, resucitara a los muertos o bajara de los cielos. Que acojone!
Jesús A.
En fin, creo que seguiré con el catolicismo, por pura pereza.
Prefiero que continue con sus fábulas de teologia creativa, hace tiempo que no escribe una de ellas?
Para las fotos uso un PC (blasfemo quee es uno) con el Lightroom, y ya está.
Lo que si es cierto es que es practicamente imposible encontrar dos pantallas con colores parecidos. Iguales es imposible del todo. El mismo ordenador, la misma foto, cambias la pantalla y no se parece ni aunque esté calibrada. Si ves alguna vez el control de realizacion de una televisión, lo compruebas: la imagen de una cámara se ve en media docena de monitores y ni tiene el mismo encuadre, ni el mismo contraste ni los mismos colores.
:P
Salud y buen año con tu Mac!
Aprovecho para felicitarte por el blog que sigo hace tiempo y por tus fotos, claro.
¿Funciona con uindous vista?
yo creo que el aurea del mac te va mucho! déjate llevar, no duele! y ya nos contarás