Tengo cierta propensión a coleccionar cosas. Tengo algunas cámaras viejas, entre ellas una Nikon F de la guerra del Vietnam , una F2, una Nikonos V.. y ejem, algunas más. Y desde hace un tiempo, voy guardando calculadoras viejas, a poder ser científicas. Entre las calculadoras científicas, las de la marca HP están en una categoría aparte. Durante un tiempo fueron instrumentos carísimos pero insuperables por su fiabilidad y capacidad. Algún día les hablaré de la HP35 (que llevo a clase para enseñarla como ejemplo de buen diseño), las HP41, la HP48, etc. El caso es que el otro día, buscando una HP15C (se admiten regalos) me apareció un anuncio de la HP Prime, la heredera de la saga. Pensé ¿por qué no? y me la compré. Debe ser la mejor calculadora de todos los tiempos, la versión actualizada de las míticas 41, 28 y 48. En realidad no es tan cara (algo más de 100 euros). Ayer abrí la caja casi con miedo. Me temía que fuera una chapuza postmoderna, o un producto aberrante del depa