Regresando del altiplano
Esta tarde de Agosto el calor ha sido intenso. Ya casi no queda nadie en la ciudad-dormitorio y aquí cualquier cosa resulta penosa, incluso comprar un sobre se ha convertido en una odisea. En medio de este sopor, la vida en la oficina de agrimensores me ha parecido incluso más claustrofóbica de lo normal y me ha venido de nuevo a la memoria el viaje a Chile. Hice esta foto regresando del altiplano, donde pasamos un día especialmente intenso el Dr. Garat y yo. Tratamos de llegar en coche a unas lagunas que están a más de 4000 metros de altitud, y nuestra intención era esperar a que oscureciera para poder fotografiar el reflejo de las estrellas en sus aguas. Pero no pudimos ni tan siquiera alcanzar las lagunas. A esa altitud y en invierno, todos los planes hay que hacerlos contando con la aprobación de la naturaleza. Y al regresar me di cuenta de que a veces las cosas que perseguimos con tanto afan resultan ser mucho menos importantes de lo que parecían. - Pero ya no estoy en la oficina,