Buscando tigres
Es una creencia extendida que las serpientes siempre aparecen cuando uno menos se las espera. De modo que en casa, cuando vamos en busca de serpientes, decimos que vamos a buscar tigres, puesto que basta con decir la palabra serpiente para no verlas. No falla. Y a mi me gustan las serpientes. La primavera es una época propicia para ver reptiles, pero este mediodía era bastante caluroso. De modo que, a pesar de que hemos visto numerosas lagartijas, incluyendo las enormes colilargas , lo último que yo podía esperar era ver un tigre. Hemos pasado muchas horas en el monte, paseando con los niños y buscando lugares desde donde se puedan fotografiar paisajes cuando se presenten buenas luces. Y al doblar un recodo allí estaba este animal en mitad del camino, muy bien camuflada. Era de modestas dimensiones, no pasaría de 30cm, ¡pero era un tigre!. Y además (ya me corregirán los entendidos si es necesario) no era un tigre cualquiera si no una víbora . Se nota por esos bultos a los lados de la c