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Mostrando las entradas etiquetadas como Astronomía

Zodiacal Light Over Laguna Verde. ¡APOD!

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Justamente el otro día hablábamos de la página APOD (Astronomy Picture Of the Day). Con la intención de divulgar la astronomía, la NASA cada día publica una foto de alguna galaxia, nebulosa, planeta, satélite.. junto con un comentario de un astrónomo profesional. Muchas de estas fotos han sido tomadas por vehículos espaciales o por sondas como los robots que están en Marte, o por grandes observatorios profesionales. Pero a veces se publica una foto de paisaje astronómico como la de Guisard de la Isla de Pascua que comentábamos . Los responsables de la página APOD dicen que no se trata de un concurso, y no lo es: ellos publican la imagen que les interesa para ilustrar lo que quieren decir, aunque la página está en la interfase entre arte y ciencia. Pero lo cierto es que el mundillo de la astrofotografía los APOD van buscados. Y hoy estoy tan contento como el día de Reyes (cuando tenía cinco años). Aclarar que como siempre en estas cosas, hay gente que lo había merecido y deseado much

El cielo abierto en Rano Raraku. Derramando el mana

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Al caer la tarde los demás turistas fueron terminando de marcharse de Rano Raku y yo me quedé completamente solo entre los moais caídos. Algunas aves marinas gritaban, a lo lejos se encendió lo que parecía un faro y los últimos coches pasaron en dirección a Hanga Roa. Pero el cielo estaba cubierto, la puesta de sol resultó casi invisible y nada hacía presagiar que la noche fuera a tener ningún interés. No obstante, decidí esperar, sentado a los pies de mi moai preferido, el torcido. Y allí suspiré para que salieran las estrellas, por lo menos una estrella, una estrellita entre las nubes que justificara mi insensato desplazamiento desde el otro lado del mundo. Porque realmente, tal vez ya lo habrán adivinado, mi deseo secreto era fotografiar a los moais de noche. Muchas fotos habrá en el mundo de estos gigantes de piedra, pero - hasta donde yo sabía entonces (*) - nadie los había fotografiado hasta el momento ocupando su justo lugar en relación a los cuerpos celestes. Y efectivamente, s

La luz zodiacal, la Vía Láctea y el Pacífico

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(Entrada programada y subida por el robot. Yo estoy pero sin estar en mi.) El clima de Valparaíso es famoso por ser fresco en verano y suave en invierno, pero yo estuve allí en plena ola de frío e incluso llegó a helar. La noche de la luna cenicienta soplaba un viento frío y bastante fuerte, o por lo menos más fuerte de lo que yo hubiera querido. Me acerqué al acantilado un poco asustado, todavía con el recuerdo del extraño grito que había oído un rato antes. Ya lo he comentado otras veces: la noche a veces puede ser aterradora, especialmente estando solo y en un lugar desconocido. Pero al asomarme al acantilado el espectáculo resultó ser impresionante. No solamente se seguía viendo la luz zodiacal, que es casi el no va más de la pureza celestial , si no que a su izquierda estaba la Vía Láctea (no por más vista menos amada). Para hacer estas fotos siempre hay que hacer varias pruebas porque para empezar, mirando por el visor no se ve casi nada. Se monta el trípode y se tira con una ex

Luz zodiacal y puesta de luna cenicienta, en Valparaíso (Chile)

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El pasado 24 de julio yo estaba agrimensurando en Valparaíso, Chile. Aquella tarde procuré terminar el trabajo lo antes posible, me fui en un colectivo hasta una empresa de arriendo de autos y salí zumbando con el modelo más barato que tenían hacia la Laguna Verde, una bonita playa que hay al sur de Valparaíso. Para hacer fotos nocturnas hay que empezar de día, buscar los lugares interesantes y marcarlos en el GPS. De otro modo, si no se conoce muy bien la zona, es realmente difícil encontrar un buen lugar cuando no hay luz. Yo salí con la intención de encontrar un viejo faro que hay por allí, pero me enmarañé en una red de caminos y no pude dar con él antes de la puesta de sol. No obstante, encontré y marqué un lugar despejado junto a un acantilado que da al Pacífico. Y regresé disparado a la Laguna Verde (como tengo muy pocas horas para hacer las fotos, siempre voy como una bala). Después de haber fotografiado una espectacular puesta de sol desde la Laguna Verde, dudé entre cenar un

La Vía Láctea en el Valle de la Luna

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Entre oráculos , orquídeas y santos prepucios , se me había olvidado colgar esta foto de la Vía Láctea a punto de ser devorada por una monstruosa piedra en el Valle de la Luna, desierto de Atacama, Chile. Ya la puse en Fotonatura hace unos días, donde fue seleccionada por los editores y ha sido vista por casi 1600 personas hasta el momento. Es parte de un reportaje sobre los paisajes astronómicos donde también salen fotos de los moais de la Isla de Pascua debajo de la misma Vía Láctea, en un cielo impoluto. Pero por el momento sigue en venta. Me dicen que en estos asuntos hay que tener una perseverancia salvaje. De todos modos, si quieren ver el reportaje, es posible que haga una presentación en Barcelona en Noviembre. Ya les informaré.

Intramuros dos

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A la mañana siguiente , cuando íbamos camino del río, Jordi Busqué vio un cementerio en lo alto de una colina. “Es justamente lo que estoy buscando desde hace años, esas cruces se recortan perfectamente contra el cielo”, me dijo. Como era previsible, todo intento de quitarle la idea de la cabeza fue inútil. No es que me atemoricen los muertos, pero el cementerio está al lado de un pueblo bastante frecuentado en Agosto (demasiado para mi gusto, serán 200 personas), y no quería ni pensar en lo que podría pasar si alguien veía las luces o los rayos láser que usamos para hacer las fotos. Pero nos desviamos del camino al río y fuimos a explorar el terreno, yo esperando que por lo menos la puerta estuviera cerrada y el asunto quedara en una simple foto exterior. En efecto, había tres prometedores cerrojos... pero todos se podían abrir sin llave. Durante toda la tarde la idea de quedarme tranquilamente fotografiando sapos y galaxias, y dejarle ir a él solo me estuvo rondando por la cabeza. P

Intramuros

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La Vía Láctea, desde el interior de una iglesia abandonada. Pinchen (se lo ruego) para ampliar. Ya hacía tiempo que quería hacer unas fotos nocturnas en un pueblo abandonado especialmente interesante. Es un lugar remoto, con un nombre de resonancias bíblicas que yo no quiero revelar (siguiendo las enseñanzas de Durand ). Viene en los mapas pero resulta de acceso difícil si no se conoce el camino exacto; no obstante quien lo busque va a encontrarlo -o tal vez encuentre otro pueblo, su pueblo, todavía más interesante. Debe tener centenares de años, puede que incluso un milenio. Las paredes de las casas son de piedra y los tejados de vigas de madera con pesadas losas encima. Este tipo de construcción requiere mantenimiento, de lo contrario las goteras terminan por abrirse paso entre las losas, pudren los maderos y los tejados (que pesan muchas toneladas) caen. Ya debe hacer más de 40 años que el pueblo está abandonado: casi todos los tejados están en el suelo y las casas están siendo inva

La Vía Láctea

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Las obsesiones suelen ser contagiosas , y yo llevo unas semanas obsesionado con la Vía Láctea. He pasado horas observándola y fotografiándola desde diferentes lugares. Siendo celestial, tiene algo de maternal, en realidad estamos en ella, es nuestra galaxia: un enorme conjunto de estrellas que giran en torno a un supuesto agujero negro central. El sol no es más que una de tantas estrellas, y está situada en las afueras. Hasta hace poco yo creía que en Astronomía las cosas que no pueden verse a simple vista es por que están muy lejos y por tanto parecen demasiado pequeñas para que nuestros ojos puedan verlas. Esto no exacto: en verano la Vía Láctea se extiende por todo el cielo, como el Ganges de los cielos, como el camino de Santiago (así se llama todavía en algunos valles del Pirineo), como un rastro de leche dejado por Era. Pero no puede apreciarse en todo su detalle, y no es solamente un problema de contaminación luminosa: es que la luz que emite (y la que no emite) es demasiado ten

Noches de baja intensidad

Este agosto ha sido de estrellas. Casi cada día, al llegar al crepúsculo hemos podido estar al aire libre viéndolas aparecer una tras otra sobre el cielo todavía azul. La primera que se hace visible en agosto es Vega, muy alta, hacia el este. Poco después aparece Altaïr, más baja, a su derecha, y luego Daneb, a la izquierda de Vega y a una altura intermedia entre las dos. Ese es el triángulo de verano, después aparece el corazón del cisne, y al otro lado del cielo, Arturus y la roja Antares a la izquierda de las pinzas del escorpión. Cada noche las hemos saludado como quien saluda a un viejo amigo, ¿Qué tal Arturus? ¡Qué tarde se nos ha hecho si tu ya estás por aquí!. Y al llegar a casa, algunos días hemos bajado unos bocadillos para cenar sentados en la hierba de la era y seguir mirando las estrellas. Casi nunca cortamos la hierba. Este año, felizmente, la desbrozadora estaba estropeada y no me he sentido con ánimos para llevarla a arreglar. De modo que cuando llegamos medía casi un m

Esperando a la Vía Láctea en el desfiladero

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El enigmático Antoine Durand dedicó un capítulo de su Guía turística oculta al sur de los Pirineos. En la página 367 se puede leer: En estas solitarias comarcas, que deben tener un tormentoso pasado geológico, abundan los cañones estrechos, las gargantas y los desfiladeros. Tomando las debidas precauciones, es recomendable visitarlos también después de la puesta de sol. En uno de ellos, quien sepa calcular cuales son las noches adecuadas o tenga la suerte de estar allí por casualidad, podrá observar la Vía Láctea emplazada exactamente entre las dos enormes paredes verticales, a una distancia prodigiosa pero justamente sobre su cabeza. Este sutil prodigio ocurre en verano, con tiempo razonablemente bueno, y va acompañado del canto de los grillos y del murmullo del arroyo que discurre por el fondo del desfiladero, mucho más abajo. La espera hasta que la Vía Láctea ocupa la posición equidistante entre las dos paredes puede ser larga. El viajero debe tener paciencia, sentarse cómodament

El cielo más extraño del mundo

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Salí buscando el mejor cielo de la tierra , pero encontré el más extraño. Y no piensen que exagero si les digo que aquella noche, en el Valle de la Luna (Atacama), la noche se pobló de fenómenos extraordinarios, bellísimos y aterradores al mismo tiempo. Júpiter, que es la enorme luz blanca a la derecha, parecía querer apoderarse de toda la noche. Júpiter no es solamente un planeta, es casi una estrella que no se encendió. De haber sido algo más grande, en su interior se hubieran dado las condiciones para que empezara una reacción nuclear y ahora en las noches de verano tendríamos otro sol. Todo hubiera sido diferente y lo más probable es que no existiéramos nosotros: tan delgada es la línea por la que avanza nuestra especie. Pero esa noche brillaba entre las nubes, enorme y celoso, como si realmente fuera una estrella con luz propia. No era ese el principal prodigio, ni tampoco la Vía Láctea, ni la brillante estrella Arturus (a la izquierda). Yo compuse la foto prescindiendo de esas nu

El enigma de Polaris Australis

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El cielo al sur de la Laguna Verde, cerca de Valparaiso, con algo de contaminación luminosa pero mejor que casi en cualquier lugar de España. La vida en las ciudades, donde por la noche el cielo es anaranjado e insípido (especialmente si tiene que competir con la telebasura), nos ha privado de la visión de las estrellas. Pero hasta hace unas pocas décadas, casi todo el mundo sabía decir la hora (aproximadamente) mirando la posición de las estrellas respecto de la Polar. La estrella Polar, que es fácilmente visible incluso en las ciudades , señala el Norte con una precisión tan buena que parece un regalo que Dios hubiera hecho a los hombres. Aunque hace unos siglos, la estrella Polar no estaba exactamente en el norte (debido al cambio de orientación periódico del eje de la Tierra), los navegantes sabían orientarse perfectamente en la noche observando otras estrellas cercanas en la Osa Menor. Ahora bien, ¿qué les ocurrió a los primeros occidentales que navegaron por el hemisferio Sur, d

Las estrellas en el Valle de la Luna

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Atacama, Atacama, Atacama... tres viajes a Chile (por motivos profesionales todos ellos) me costó poder llegar a este desierto, el más seco del mundo, donde los cielos supuestamente son transparentes como el cristal y uno casi puede tocar las estrellas con la punta de los dedos, sin más que subir a los 4000 metros de los altiplanos. Pero justamente nosotros llegamos en uno de los periodos con cielos tapados más largos que se recuerdan. Incluso llovió. Siete años, según nos dijeron, habían pasado desde la última vez que estuvo nublado una semana entera. Solamente la última noche se abrió el cielo casi por completo, aunque brevemente. Me vestí para el frío y me fui corriendo al Valle de la Luna, al lugar que había elegido días antes para fotografiar la Via Láctea entre espectaculares formaciones rocosas. Teniendo en cuenta que lo más probable es que no pueda regresar más a este lugar, al que tanto había querido ir, lo más lógico en mi caso hubiera sido que el mal tiempo me hubiera puesto

La noche razonable en las Alpujarras

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Para las fotos nocturnas siempre busco lugares lo más aislados posible, lejos de la contaminación luminosa. Pero en las Alpujarras me pareció que hay un equilibrio razonable entre naturaleza y actividad humana: a pesar de las luces de coches que pasaban por una carretera, del pueblo vecino y de algún cortijo, la Via Láctea se veía en todo su esplendor sobre los campos. Incluso en esa noche, con luna en cuarto creciente. Sigo de viaje pero gracias a la gentileza de un amigo que me ha prestado su conexión a internet he podido subir esta entrada. Ahora aquí acaba de amanecer, aunque el tiempo está nublado y me he perdonado la sesión de fotos del amanecer. Ayer por la noche estuve haciendo fotos, pero el cielo no acompañó demasiado. Un afectuoso saludo a todos los lectores habituales (y a los ocasionales también), disculpen que no conteste sus comentarios pero por lo menos hasta el lunes no me va a ser posible.

Al sur de Granada

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La semana pasada estuvimos de vacaciones en una casita alquilada al sur de Granada, en las Alpujarras. En algunas zonas de las Alpujarras hay una actividad humana considerable, como es lógico al ser un valle extraordinariamente fértil y además con mucho turismo. Pero una amiga (y lectora ocasional de este blog) nos recomendó este durandiano lugar, absolutamente apartado, desde el que no se puede ver ninguna otra construcción. En este rincón hemos pasado una semana balsámica que incluso me ha permitido recuperarme un poco de mi misantropía crónica. He hecho algunas fotos que espero poderles ir enseñando pero se me acumula el trabajo (en la vida real) y también las historias que contar en esta vida imaginaria del blog. En una película americana salía un escritor, interpretado por Jack Lemmon si no recuerdo mal, que había ido a Europa para escribir una especie de diario titulado algo así como "La buena vida en Francia". El hombre era un vividor y en una escena decía que llevab

Sobre luciérnagas y estrellas

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Las luciérnagas deben brillar más que las estrellas para que sus amantes puedan encontrarlas incluso en las noches más serenas. Pinchen la foto (se lo ruego) para poder ver las estrellas y al fondo, un cementerio con su ciprés. Verán ustedes que sigo con mis intentos de síntesis entre astronomía y entomología . Fray Luís de León, obsesionado con sus esperanzas ultraterrenas, escribió Noche serena : Cuando contemplo el cielo de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo, de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho un ansia ardiente; despiden larga vena los ojos hechos fuente; la lengua dice al fin con voz doliente: «Morada de grandeza, templo de claridad y de hermosura: mi alma que a tu alteza nació, ¿qué desventura la tiene en esta cárcel, baja, oscura? Russell, en su definitiva "A History of Western Philosophy" dijo, refiriéndose al sistema filosófico de Hegel, que: ..this [un razonamiento de Hegel] was a mistake a

Pasar fugazmente junto a galáxias y jardines escondidos

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Satélite Iridium fotografiado pasando a 27.000 kilómetros por hora junto a la galáxia M51 (aparentemente) . Ya lo dijo Suzanne Vega, I knew that he was drowning, and I brought him in to me ... My name is Calypso; my garden overflows Thick and wild and hidden is the sweetness there that grows My hair, it blows long as I sing into the wind I tell of nights where I could taste the salt on his skin Salt of the waves and of tears A mi me hubiera gustado ser Odiseo y ganar la guerra de Troya solamente para después poder naufragar cien veces y con la piel salada ver a Calypso esperando para recogerme en la playa. Y poder descubrir su jardín, thick and wild and hidden, antes de seguir mi camino.

Astrofotografía y proceso de datos

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Nebulosas de Magallanes, pinchen para ampliarlas . Con trabajosa humildad asciendo muy lentamente por la cuesta de la astrofotografía, que es un asunto complicado. No se trata solamente de capturar las luces sutilísimas de los astros en movimiento, si no además de procesar las fotos (inevitable pensar en el pobre K. y su trágico destino). Versión anteriormente publicada de la misma fotografía, con contaminación luminosa. Cuando yo pensaba que sabía algo de fotografía digital, me doy cuenta de que en las fotos del cielo nocturno todo es completamente diferente y mucho más difícil. En las fotos normales yo trato de que las escenas se vean interesantes pero no diferentes a lo que veían nuestros ojos. En astrofotografía no se cuenta con la referencia visual y además lo que se pretende en primer lugar (¿con un cierto platonismo?) es eliminar la contaminación luminosa y en segundo que los objetos celestes se vean con claridad. Nuestra percepción visual no está hecha para discernir galaxia

Los cometas y yo

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El Lulin, fotografiado como si fuera una libélula. Cometa Halley, 1986 El año 1986, la agrupación astronómica de mi ciudad-dormitorio organizó una salida nocturna para ver el cometa Halley. Yo entonces -aunque parezca mentira- ya era un triste estudiante de COU en las Escuelas Pías (de las que no puedo decir absolutamente nada bueno). Mi padre era muy protector, pero contra todo pronóstico me permitió subir al Renault Once de unos generosos desconocidos que condujeron durante casi tres horas hasta alejarse lo suficiente de la contaminación luminosa. Cuando llegamos ya estaban montando los telescopios. Es un arte incierto este de apuntar a las estrellas, y todavía más a los cometas: los preparativos duraron horas y horas. Para amenizarlos, otro de los telescopios se dirigió al planeta Saturno que me pareció realmente maravilloso con sus enormes anillos. Uno de los asistentes, un chico norteamericano al que después todo el mundo negó conocer, optó por traer una muy poco científica botel

Caos y corrupción en el mundo sublunar

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Medusa, de Caravaggio. Hasta donde yo se, se debe a Aristóteles la doctrina de la separación entre el mundo sublunar y el celestial. El primero, el nuestro, estaría sujeto a la corrupción y el caos mientras que el segundo sería el de las esferas celestes, perfecto e imperecedero. Dijo Russell que Aristóteles tuvo la desgracia de ser el último gran pensador en muchos siglos, de modo que su sistema pasó a ser un dogma de fe que no podía ser criticado sin riesgo. Galileo fue de los primeros que se atrevió, ahora hace 400 años, y ya saben ustedes como terminó el asunto. En este modesto cuadernillo ya nos hemos entretenido varias veces en burlarnos de Aristóteles (ahora que supongo que ya se puede sin miedo a la hoguera, a la que yo siempre he tenido un gran respeto). Pero en esta entrada de hoy yo quisiera homenajear al sabio griego. Y a tal efecto, el sábado pasado subí al tejado con el telescopio. No es un asunto sencillo. Tuve que hacer cuatro viajes con la montura, el trípode, el ord