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Kinich es un personaje jugable de Genshin Impact.

Es el representante de los Retoños Arbóreos y está acompañado por el autoproclamado "Todopoderoso Señor de los Dragones" Ahau.

El hace su primera aparición durante Avance de Genshin Impact - Ignición: Un nombre forjado en llamas

Perfil[]

¿Este tipo? Es mi sirviente. Es listo y bastante ágil, pero tiene un enorme defecto: ¡es testarudo a más no poder! ¿Cómo es posible que cayera de cabeza desde un acantilado y no acabara muerto? ¡Me saca de mis casillas!

~ K'uhul Ahau, el autoproclamado "todopoderoso Señor de los Dragones"

"No pasa nada por cobrar una comisión por entregar una carta, pero nunca había oído eso de cobrar una comisión por celebrar la Noche del Fuego Reminiscente. ¿Se puede seguir considerando héroe a alguien así?".

"Tampoco es que lo acabes de conocer. ¿Acaso no hace bien su trabajo? Pues eso es más que suficiente".

En Natlan, donde saurios y humanos conviven en armonía, no todo el mundo entiende por qué nació la profesión de cazasaurios. Y aún más críticas recibe el hecho de que en esta nación, en la que los héroes proliferan, se cobre un precio por completar una misión.

Asesino a sangre fría, cruel y despiadado; pragmático e interesado, sin apariencia heroica alguna... La gente ha otorgado toda una serie de apelativos despectivos a un joven que nunca se ha opuesto a ellos.

Pero ¿y eso qué importa?

Todo encargo que tenga un precio justo será completado de forma adecuada; toda ponzoña que cause estragos será enviada de vuelta al Reino de la Noche.

Una vez que el portador del Fuego Reminiscente se engancha a un objetivo, ya no hay vuelta atrás.

Apariencia[]

Kinich utiliza el modelo masculino mediano. Kinich tiene piel clara, ojos de color amarillo verdoso y cabello desordenado de color negro azulado con mechas verdes. Su brazo izquierdo está tatuado con tinta verde y usa guantes negros decorados en ambos brazos. Una bandana verde está atada alrededor de su cabeza con dos plumas blancas con puntas amarillas y verdes escondidas detrás y un suéter atado alrededor de su cintura. Tiene un pendiente blanco, lima y verde colgando en cada oreja y pantalones verdes holgados con detalles en azul y naranja. Su Visión está colocada en su pierna derecha y usa botas negras con detalles en azul y dorado.

Historia[]

Detalles del personaje

Natlan es una nación en la que humanos y saurios conviven en armonía desde hace muchos años.

La relación que tienen la mayoría de los humanos y los saurios es de cordialidad y compañerismo.

Pero esto no quiere decir que todos los saurios que se acercan a los humanos tengan buenas intenciones. Incluso a día de hoy, sigue habiendo humanos que pierden la vida a causa de ataques de saurios.

Y es por eso precisamente que aparecieron los cazasaurios, los cuales conocen muy bien las debilidades de estos seres, siendo Kinich uno de los mejores.

Aunque aún era joven y no le había enseñado ningún maestro, sus años de experiencia en la naturaleza le habían otorgado las técnicas necesarias para someter a bestias y saurios malvados.

Como cazador nato, es firme, directo y eficiente, y su mirada es tan afilada como el filo de un cuchillo.

Pero, a diferencia de otros cazasaurios, la profesión de Kinich no se limita a la caza. Según los rumores, mientras la oferta de Moras sea suficiente, acepta cualquier encargo.

Por eso, muchos de los miembros de las tribus lo respetan, pero también lo miran con recelo debido a su forma práctica y oportunista de hacer las cosas.

Ya sea un cliente que está en una situación difícil o un niño que aún no ha alcanzado la mayoría de edad, Kinich siempre exige una recompensa adecuada.

Nada puede hacer que cambie de principios, pues cree que todo en este mundo tiene un precio. Aunque su comportamiento genera confusión, nunca ha tenido la intención de dar explicaciones sobre ello.

Si alguien quisiera una explicación, le extendería la mano y le preguntaría cuánto estaría dispuesto a pagar por ella.

Historia del personaje 1

Kinich vivió con su familia hasta que cumplió siete años.

Su padre era un mensajero que, por cada día que trabajaba, se tomaba tres días libres para ir a casas de apuestas.

Si ganaba, le compraba a Kinich una caja de caramelos cara y unas flores bonitas para su madre.

Si perdía, tenía que pedirle dinero prestado a sus compañeros de trabajo para emborracharse y así poder disimular su falta de ingresos.

Pero su madre, que conservaba la lucidez, discutía con su esposo con frecuencia por ello mientras tenía al pequeño Kinich en brazos. A veces, el hombre admitía que había perdido y prometía no volver a apostar.

Pero otras veces, la discusión terminaba en una acalorada pelea doméstica en la que el padre, más fuerte, salía siempre ganador. Entonces, la abatida madre no tenía más remedio que limitarse a atender tranquilamente las labores de jardinería del patio trasero.

Aquella mujer tan tenaz no era buena peleando, pero era una excelente granjera. Y más le valía serlo, puesto que tenía tres bocas que alimentar.

Así pasaron los años, hasta que el padre de Kinich perdió la casa, y la familia tuvo que mudarse a los pies de una montaña, lejos de la tribu.

Pero no todo fue malo, pues allí tenían más tierras que antes. Allí, Kinich aprendió a cultivar mahís y a hacer cuerda con ricino. También aprendió a preparar fideos gruesos a base de tapioca y a cazar jabalíes con trampas.

Pero lo malo era que, ahora que no había vecinos cerca para mediar en las discusiones familiares, las peleas se volvieron más intensas, resultando en lesiones para su madre y para Kinich.

Un día, su madre se fue a escondidas sin su hijo. No lo llevó con ella, tal vez porque temiera que su marido la siguiera hasta el fin del mundo de haberlo hecho.

Kinich no recuerda si su madre se despidió, pero aprendió muy bien a hacer las tareas del hogar: labrar, cazar y recibir palizas.

Pero, a medida que crecía, aprendió también a huir. Poseía un talento atlético innato y, cada día, corría más rápido que el anterior. A su padre le costaba cada vez más atraparlo. Cada vez que salía de casa, el viento cubría los gritos de su padre, disfrutando Kinich de unos momentos de libertad únicos.

Tal vez el destino sentía lástima por él y quiso que experimentase la auténtica libertad. Un día, cuando Kinich cumplió siete años, preguntó a su padre si tenía noticias de su madre.

La respuesta fue obvia. Su padre, que tenía los ojos rojos por el alcohol, salió de casa y le persiguió con ánimo de darle una lección. Pero años de alcoholismo debilitaron el cuerpo del hombre, quien, al llegar a un precipicio, cayó accidentalmente por él.

Cuando Kinich se dio cuenta, su padre yacía inmóvil entre las piedras al fondo de un barranco, como un jabalí que, después de luchar contra una trampa, había decidido no levantarse más.

En ese momento, Kinich sintió una gran confusión. La cabeza le daba vueltas y un sentimiento de amargor se apoderó de él.

Para no llorar, se apretó los ojos, se arrugó la nariz y, con todas sus fuerzas, inspiró profundamente. Su rostro se constriñó hasta quedar desfigurado.

Pasó un tiempo hasta que Kinich tomó el gancho de agarre de su padre para arrastrar el cuerpo hasta la casa. Su padre nunca le había enseñado a usar el gancho, pero lo aprendió de memoria tras verlo a escondidas en ciertas ocasiones. Saltó de una rama a otra y el viento pasó silbando por sus oídos.

El día en que cumplió siete años, la libertad le llegó como un regalo de las montañas, pero al abrir el regalo, lo único que encontró fue soledad.

Historia del personaje 2

Después de que sus padres dejaran de estar a su lado, Kinich se quedó viviendo al pie de la montaña.

Cultivaba, tejía y cazaba para sobrevivir. También solía ir al mercado de la tribu a intercambiar las presas que atrapaba por otros productos de uso cotidiano.

Con el tiempo, los adultos de la tribu se fijaron más en este callado niño.

Algunos estaban preocupados por su forma de vida y le ofrecían su ayuda, pero él siempre se negaba con la cabeza.

Para él, en este mundo nada era gratuito, y los bienes que venían con un precio eran más seguros que la ayuda gratuita.

Tal vez fuera una trampa, igual que las que utilizaba para atrapar presas, cuyo precio a pagar sería descubierto más tarde.

Así que siempre se mantuvo alejado del centro de la tribu y mantuvo una distancia prudencial con los adultos que se le acercaban.

Cada vez que iba a visitar a la tribu, solo se quedaba el tiempo necesario para conseguir los objetos que necesitaba y se iba.

Todo esto lo observaba el anciano Leik, quien también era maestro de los niños de la tribu.

Como ya había conocido a Kinich por su participación en el entrenamiento de los Retoños Arbóreos, era uno de los pocos que conocían su situación familiar.

Un día, cuando Kinich fue al mercado, Leik le hizo una propuesta especial.

Este quería que Kinich asistiera a la escuela de la tribu, ya que todos los niños de siete y ocho años debían asistir.

En cuanto al precio de la matrícula, podía cubrirla con los ingresos de los encargos que le diera como mensajero, puesto que Leik necesitaría un mensajero para enviar avisos a los alumnos.

Sin embargo, Kinich se negó. Aún era demasiado pequeño y no entendía muy bien lo que significaba ir a la escuela. Además, pensaba que no valía la pena. Con el tiempo que le tomaba correr de un lado a otro enviando mensajes, podría haber atrapado a siete u ocho jabalíes.

Leik estaba estupefacto. En realidad, la escuela era gratuita. Solo quería que Kinich bajara la guardia, así que le había pedido que hiciera algunos encargos extra.

Pero él no se rindió. Pasó un mes entero tratando de explicarle a Kinich qué era la escuela y ajustando la remuneración.

Al final, llegaron a un acuerdo. Cada vez que Kinich fuera al mercado, iría también a la escuela. A cambio, haría algunos encargos para Leik cuando tuviera tiempo.

Ambos estuvieron satisfechos con el trato, salvo por el hecho de que ninguno había imaginado que Kinich tardaría tan solo un día en graduarse.

Historia del personaje 3

Cuando Kinich llegó a clase según lo acordado, el profesor, que resultó ser el anciano Leik, ya estaba en el aula. El anciano se encontraba en el centro de un círculo de estudiantes, y le indicó a Kinich que buscara asiento.

Kinich se sentó en el borde exterior del círculo, mientras los demás niños lo miraban con curiosidad. Aunque la vida de los Retoños Arbóreos era sencilla, la vestimenta de Kinich era harapienta incluso para ellos.

Llevaba una bandana con manchas de ceniza atada en la frente, una chaqueta de lana tejida a mano y una falda de piel de animal. Además, iba con los pies descalzos, lo que le daba cierta apariencia salvaje.

“¿Por qué no llevas zapatos?”, preguntó una niña curiosa, tras lo que un niño corpulento y sus amigos se rieron. “Es porque es un mono mugriento que vive en el bosque”, respondió uno de ellos.

El anciano Leik carraspeó para interrumpir inmediatamente a los niños e indicarles que la clase iba a comenzar.

“Niños, hoy les contaré la historia de los héroes de los Retoños Arbóreos. ¿Alguien sabría decirme sus nombres?”.

“¡Burkina de Malipo!”, “¡El gran Yupanqui!”... Los niños soltaron respuestas sin cesar.

“Sí, todos y cada uno de nuestros héroes merecen ser recordados, no solo por su fuerza, sino también por su espíritu altruista”.

Al oír esto, Kinich, que estaba en el borde del círculo, levantó la mano. “¿Por qué eran altruistas?”.

“No hay un porqué, es una virtud innata de los héroes”, respondió el anciano profesor de Kinich. “¿Y qué han recibido a cambio de esa virtud?”, preguntó de nuevo Kinich.

“Es una virtud muy preciada que no se puede intercambiar, pues es en sí misma una recompensa de los cielos”, respondió el profesor de Kinich mientras le dirigía una sonrisa.

“¿Una recompensa?”, preguntó Kinich sin entenderlo del todo. “¿Qué clase de recompensa? ¿Fama? ¿Moras?”.

“Todas esas cosas y más, pero eso no es lo importante. Lo importante es que esa virtud en sí misma es algo admirable que convierte a los héroes en lo que son”, respondió el profesor.

El anciano cerró el libro y miró fijamente a Kinich, pero el joven no lo entendía muy bien. Entonces, se acordó de algo...

El bosque le enseñó que el jabalí es el animal más noble, porque con él se puede llenar el estómago, y que el agua es lo siguiente más importante, pues sin ella moriríamos de sed.

Pero no nacemos con ninguno de esos dos bienes. Por eso eran tan valiosos, y para conseguir algo valioso, hay que dar algo a cambio.

A él le encantaba conseguir Moras, dado que con ellos podía comprar cualquier otra cosa.

Así que le dijo al profesor: “Si me convierto en un héroe, quiero que me recompensen con Moras”.

Los niños se rieron, y el niño que se había burlado de Kinich se rio más que los demás.

“¡Entonces, regresa al bosque y balancéate entre los árboles, mono mugriento y avaricioso!”, dijo el niño.

Pero los demás niños del grupo no se conformaron con eso, y se levantaron para empujar a Kinich hacia la puerta. Aunque su profesor intentó detenerlos, Kinich aprovechó la oportunidad para marcharse. Se dio cuenta entonces de que no tenía necesidad de quedarse más tiempo allí, pues su aguda mente había descubierto una verdad:

Todos esos niños no eran más que unos mocosos. Se juntaban y alababan a los héroes como si ellos también lo fueran, como si compartieran la misma grandeza que ellos. Pero esa falsa gloria no les enseñaría a llenar el estómago. Tendrían que volver a sus casas después de la escuela y suplicarle comida a sus madres.

Kinich podría haberles dado una lección allí mismo y hacerles ver lo lejos que estaban de ser héroes, pero no tenía por qué hacerles ese favor de forma gratuita.

Sin embargo, también pensó que la clase no había sido una completa pérdida de tiempo, puesto que al menos le había servido para resolver algunas de sus dudas.

Él sabía lo que le deparaba el futuro: convertirse en un héroe. Para ganar Moras, claro está.

Historia del personaje 4

Para convertirse en un héroe, Kinich necesitaba una fuerza extraordinaria. Poco después de graduarse, se acercó al anciano Leik y le contó su plan de hacerse más fuerte.

Para asegurarse de que este aceptara, Kinich le ofreció todo lo que poseía a cambio:

Ganchos de agarre y trampas, ricino recién cosechado, dos botes grandes de harina de tapioca, una bolsa de semillas de mahís, un jabalí recién cazado y un puñado de Moras.

El anciano se rio y rechazó el pago que ofreció Kinich, pero con la condición de que este debía aprender lo que realmente significaba ser un héroe.

En realidad, el anciano se preocupaba por el joven, ya que veía en él el reflejo de los héroes de antaño.

Por eso, pensó que necesitaría un guía para el camino que le aguardaba, ya que si Kinich se desviara del buen camino, su poder sería mucho más destructivo que el de un villano corriente. Así fue como llegaron a un nuevo acuerdo.

Kinich pasó los próximos años viviendo con el anciano Leik en las montañas.

Además de enseñarle la historia de Natlan y de los héroes de las tribus, también le recomendó que buscara toda clase de personas increíbles.

Un arquero que fabricaba flechas especiales, un curandero que investigaba venenos de saurio, un viejo cazador experto en cuerdas y ganchos de agarre, un experto escapista de situaciones extremas...

Kinich aceptó y absorbió todo lo que podía de ellos día y noche, pero no estaba satisfecho. En sus días de descanso, regresaba a las montañas para perfeccionar sus habilidades de combate.

Sin un maestro propiamente dicho, imitaba los movimientos de los depredadores cuando cazaban. Era ágil, astuto y fuerte. Aprendió de cada uno de ellos y fundió sus habilidades en una técnica de lucha única.

A medida que sus habilidades mejoraban, el anciano Leik enseñó a Kinich a asumir más responsabilidades en la tribu, empezando por tareas de mensajería.

Kinich las completaba mejor que la mayoría de los adultos y solía tardar menos que ellos.

Gracias a sus habilidades, la gente empezó a buscarlo para que hiciera trabajos más peligrosos, como la caza de poderosos saurios.

Al principio, el anciano Leik pensaba que Kinich le pediría su opinión sobre los encargos, pero nunca lo hizo.

Parecía tener tanta experiencia como un veterano y era capaz de juzgar si un encargo era bueno o malo, además de cuál sería su justa recompensa.

A veces, cuando los encargos incluían información falsa u ocultaban algún detalle, Kinich ajustaba el precio en consecuencia según su propio criterio, aunque el cliente no estuviera de acuerdo.

Sus acciones no pasaron desapercibidas y algunos miembros de la tribu pensaron que no era riguroso en su forma de trabajar.

Pero Kinich nunca dio explicaciones y siguió evaluando el precio de cada encargo.

Hubo un día en el que el Sr. Trinidad, que se encargaba de los asuntos ceremoniales, tuvo una objeción. Quería cuestionar a Kinich sobre sus actos, pero el anciano Leik lo detuvo.

“No es necesario, el chico sabe lo que hace”.

“¡Tonterías! ¡Nunca he visto que los Retoños Arbóreos llamen héroe a alguien como él!”.

“Y ahí es precisamente donde se equivoca. Kinich nunca ha sido un Retoño Arbóreo. Es un retoño de las montañas, un retoño capaz de convertirse en el héroe que quiera ser”.

Historia del personaje 5

Puede parecer extraño que Kinich, solitario como es, no vaya a ninguna parte sin que un tal autoproclamado “K'uhul Ahau” —que significa “Señor Divino”— merodee a su alrededor.

Según las investigaciones más fiables de la Asociación de Arqueología Sáurica, Ahau es una auténtica reliquia de la época de los dragones que data de milenios atrás.

Su forma original había sido sellada en una misteriosa pulsera, siendo su forma actual una mera manifestación en flogisto.

Los investigadores de dicha Asociación otorgan a Ahau un valor investigatorio inmenso, dada su extensa longevidad e inteligencia, por lo que estaban dispuestos a invertir una gran suma de dinero para comprarlo.

Pero Kinich sabía que Ahau era un ser muy inteligente, con una personalidad muy complicada y que podía suponer una gran amenaza, por lo que rechazó la oferta sin dudarlo.

Sabía que Ahau era indudablemente peligroso, arrogante, astuto, caótico y malvado.

Si lo entregaba a la Asociación de Arqueología Sáurica, podría acabar siendo su perdición.

Pero además de eso, había otro motivo más concreto por el que Kinich no podía entregar a Ahau: tenían un contrato inquebrantable.

Todo comenzó con un rumor sobre un tesoro de los dragones escondido en unas ruinas antiguas que aparecieron tras un terremoto, y que atrajo la atención de muchos.

Sin embargo, tras varias expediciones fallidas, los exploradores comenzaron a extremar las precauciones.

En ese momento, Kinich ya era un cazasaurios de cierta reputación en Natlan, por lo que lo invitaron a unirse a una de las expediciones.

No fue hasta que entraron en las ruinas que descubrieron que estaban llenas de monstruos y trampas mucho más peligrosas de lo que decían los rumores.

Muchos exploradores murieron o resultaron heridos, y al final, solo uno de ellos, Kinich, llegó a las profundidades de dichas ruinas.

Fue allí donde se encontró con un ser ancestral llamado K'uhul Ahau, el cual había sido sellado.

Kinich percibió de inmediato la maldad del ser, pero también pensó que tal vez su poder podría resultarle de utilidad.

En cuanto a Ahau, este tenía sus propios planes. Había sido sellado en aquel lugar durante incontables años y anhelaba volver a ver la luz del día.

Transcurrieron varios días de pruebas, a veces más hostiles, a veces más amistosos, pero en general de crispación mutua.

Cada uno comprendió la medida del otro y, así, firmaron un contrato.

El misterioso ser llamado Ahau estaba dispuesto a obedecer las órdenes de Kinich, y también a compartir con él su poder, siempre que fuera de forma limitada, condicional, restrictiva, contractual, parcial y temporal.

A cambio, Kinich se comprometió a llevar a Ahau consigo para que viera el mundo exterior y prometió que, cuando llegara el momento de su muerte, Ahau podría quedarse con su cuerpo.

«La colina de los grillos silenciosos»

Cuando Kinich estudiaba en la casa del anciano Leik, allí leía un montón de libros y pergaminos.

Algunos los hojeaba sin mucho interés, pero otros los leía una y otra vez.

Sin embargo, ninguno de ellos era comparable con «La colina de los grillos silenciosos», el cual incluso recomendó al anciano.

Al leerlo, el erudito se quejó de que la calidad del texto era burda, la trama era monótona y le faltaba imaginación. Además, la obra estaba inacabada.

Kinich no tenía palabras para responder, pero su amor por aquella obra no cambió, puesto que su madre era la autora.

En el libro se relataba la vida de una especie de grillo que vivía bajo tierra. Dicho insecto crecía y se alimentaba en las profundidades de la tierra hasta que, finalmente, ascendía a la superficie para reproducirse y, luego, morir.

Así vivían por generaciones hasta que, un día, el entorno subterráneo cambió drásticamente. La temperatura del suelo aumentó y un gran número de grillos murieron.

Los supervivientes optaron por esconderse aún más profundo en el subsuelo, pero el héroe protagonista decidió subir a la superficie.

Quería saber qué había pasado en el mundo exterior y si podría encontrar una solución para salvar a su especie.

Sin embargo, al llegar a la superficie, descubrió que las colinas donde sus ancestros habían vivido durante generaciones habían sido reducidas a un páramo estéril debido a la guerra entre humanos y monstruos.

Las plantas habían muerto, el suelo estaba abrasado y las cenizas flotaban cubriendo el sol. El aire estaba impregnado de flogisto, un veneno letal para los grillos, en una tierra que en el futuro pasaría a ser conocida como “Mare Jivari”.

El heroico grillo cayó exhausto en el suelo calcinado, pero antes de morir, empleó las últimas fuerzas que le quedaban para poner un huevo de cristal roto...

La historia llega a su fin aquí, sin saber si un pequeño grillo emergió del cascarón o no, y esa es la razón principal por la que al anciano Leik no le gustó demasiado.

Pero, para Kinich, era la razón por la que le encantaba, puesto que significaba que así podría llegar el día en que la autora terminara su obra.

Visión

Incluso después de obtener su nombre antiguo, Kinich no prometió que seguiría el ejemplo de los héroes históricos de sacrificarse por los demás.

Únicamente participó en la Guerra de los Peregrinos y, sin mediar palabra, se lanzó sin vacilar a las fauces de la gloriosa muerte que le aguardaba.

Fue una batalla muy peligrosa en la que el poder del Abismo había tomado un nuevo y malvado giro, adoptando ahora la forma de los seres cercanos y queridos de los guerreros para tenderles una emboscada.

Enfrentándose a rostros familiares, los héroes empezaron a vacilar uno tras otro, y aunque tan solo lo hicieron por un instante, fue suficiente para que ello supusiera su perdición y una derrota fatal.

Kinich también se encontró con ese dilema, pues la que estaba ante él era su madre tal y como él la recordaba. Una vez pensó que, si volvía a encontrarse con ella, primero le preguntaría cómo terminaba «La colina de los grillos silenciosos».

Sin embargo, en ese momento, sus instintos de cazador demostraron ser más rápidos que su mente, pues en cuanto el ser del Abismo disfrazado de su madre extendió los brazos para abrazarlo, lo atravesó limpiamente con la espada.

A continuación, se mostró aún más despiadado al cortar cada rostro familiar con el que se topó, aunque no fue a sangre fría, puesto que cada golpe mortal que propinaba era como un lastre más en su corazón.

Simplemente comprendió que solo la victoria podría traer de vuelta a todos los caídos, así que cada compañero que moría solo hacía que su espada se volviera aún más afilada.

Pero los monstruos aparecían como una plaga voraz, y el bando de los héroes ya había sufrido pérdidas sustanciales en la emboscada anterior.

Así que, poco a poco, fueron cayendo hasta que Kinich fue el último de ellos en pie. La sangre nubló su vista, su cuerpo estaba lleno de heridas y los monstruos no paraban de arremeter.

En ese momento, comprendió que se acercaba su final. Fue entonces cuando escuchó por primera vez un tono solemne en la voz de Ahau:

“Me temo que hasta aquí llegaron mis poderes, Kinich...

Pero juro por mi nombre, K'uhul Ahau, que el todopoderoso Señor de los Dragones te vengará cuando tenga acceso a tu cuerpo”.

Al oír aquellas palabras, Kinich se rio muy alto, algo inusual en él, y con su risa alzó su espada, acabando con unas cuantas criaturas más que se acercaban.

Sin embargo, estaba tan agotado que cada vez bajaba más la guardia, hasta que una garra monstruosa le atravesó el pecho desde atrás.

Al bajar lentamente la mirada, Kinich pudo ver la sangre fresca que brotaba de la herida, pero aun así siguió tambaleándose, ansioso por matar a otro monstruo.

Gotas carmesí serpenteaban por el suelo tras él componiendo su final. Finalmente, su cuerpo cayó de rodillas. No podía hacer más, y así quedó dibujado su final.

Kinich, el último héroe de la Guerra de los Peregrinos, había caído.

Ahau cerró los ojos en señal de luto y ofreció sus respetos a los caídos... hasta que, al abrirlos, presenció una escena que no podía ser calificada más que como un milagro.

Inexplicablemente, el cuerpo sin vida de Kinich volvió a levantarse. Y no solo eso, sino que sus manos, ya carentes de color y sangre que circulara por ellas, volvieron a apretar con fuerza su espada.

Kinich se abalanzó sobre el ejército del Abismo una vez más, con su incansable espada reluciendo por el campo de batalla.

Tras recuperarse del shock, Ahau observó más de cerca aquel cuerpo y, entonces, sin saber en qué momento había aparecido, vio que una gema de color esmeralda colgaba ahora en el lugar donde Kinich tenía la herida en el pecho.

De ella emanaba una fuerza vital desbordante, la cual impulsó el cuerpo inconsciente de Kinich, quien se había convertido en una bestia implacable ultrainstintiva que desgarró a todos los monstruos hasta arrasarlos por completo.

...

Cuando Kinich volvió a abrir los ojos, se encontró en la Arena Sacrofuego, con una muchedumbre a su alrededor entonando la «Oda de la resurrección».

Kinich se giró en busca de sus camaradas, quienes bañados en la música, comenzaron a despertar uno tras otro.

“¿Ganamos? ¿Pero quién...?”, murmuró Kinich tocándose el pecho. Estaba seguro de haber caído ante el Abismo.

Sin embargo, alguien debió haberlo ayudado a ganar aquella batalla, pues de lo contrario la «Oda de la resurrección» no habría traído a los héroes de vuelta.

“¿Qué tonterías estás diciendo? ¡Lo has conseguido, pequeño saltamontes tarado y suertudo!”. Ahau se tumbó en el suelo desanimado y lanzó una piedra al aire. “*Suspira*, ¿es que no tenías suficiente con mi poder? ¡Ya veo que no! Y ahora has conseguido una Visión... ¡¿Se puede saber cuándo podré quedarme con tu cuerpo?!”.

...

En la noche en la que se le otorgó una nueva vida, Kinich se recostó en la cama y acarició su Visión de color esmeralda.

Entonces, tuvo destellos de aquel momento en el que toda esa gente lo rodeaba, dedicándole una estruendosa ovación mientras la sagrada «Oda de la resurrección» continuaba sonando...

De repente, se dio cuenta de que ya se había desviado de su objetivo original.

En un principio, había emprendido aquella travesía heroica por amor al Mora, pero ahora luchaba por algo más valioso.

Sus camaradas, su nación, la alegría de su pueblo... Kinich no sabía cuándo había comenzado a cambiar, pero es probable que las semillas de dicho cambio hubieran sido plantadas hacía mucho tiempo.

“Los héroes merecen ser recordados, no solo por su fuerza, sino por su espíritu altruista.

Se trata de una virtud innata, pues esa virtud es algo admirable que convierte a los héroes en lo que son”.

Kinich recordó vagamente la primera lección del anciano Leik. No se consideraba más noble o altruista de lo que era antes.

Sin embargo, lo que sí estaba era mucho más seguro del precio que estaba dispuesto a pagar por aquello que ahora quería.

Información de combate[]

Talentos[]

  • Talento Técnica del sol nocturno Técnica del sol nocturno
    Ataque normal

    Ataque Normal
    Realiza hasta 3 ataques consecutivos.
    Tras usar la Habilidad Elemental, “Caza en suspensión: Persecución aérea” para ejecutar un balanceo aéreo, puede realizar un Ataque Normal en el aire antes de aterrizar.

    Ataque Cargado
    Consume cierta cantidad de Aguante para lanzar y hacer girar su espada contra sus oponentes.

    Ataque Descendente
    Se lanza desde el aire para golpear el suelo, infligiendo Daño en el AdE a los enemigos cercanos en el momento del impacto.

  • Talento Caza en suspensión: Persecución aérea Caza en suspensión: Persecución aérea
    Habilidad elemental

    Kinich hace uso de sus habilidades de caza mayor para moverse con presteza y atacar a su enemigo.
    Cuando en las cercanías haya un enemigo o un objeto que pueda ser atacado, le disparará el gancho de agarre y entrará en el estado de “bendición noctámbula” con 0 pts. de noctambulismo. Cuando no haya enemigos cerca, lanzará un gancho de agarre para ejecutar un balanceo aéreo y, además, el TdE de la habilidad se reducirá en un 60%.
    Podrás mantener pulsada esta habilidad para apuntar con el gancho de agarre.

    Bendición noctámbula: Kinich
    La bendición noctámbula de Kinich dura 10 s y genera 2 pts. de noctambulismo por segundo.
    Cuando esté en este estado, Kinich lanzará su gancho a un enemigo cercano y cambiará su estilo de ataque:

    • Al ejecutar un Ataque Normal, realizará un ataque circundante alrededor del objetivo del gancho de agarre según la dirección de movimiento actual, lo que infligirá Daño Dendro de naturaleza noctámbula y generará 3 pts. de noctambulismo. El daño del ataque circundante se considera daño de Habilidad Elemental.
    • Al alcanzar el máximo de pts. de noctambulismo, Kinich podrá usar la Habilidad Elemental “Cañón perforaescamas”, lo que consumirá todos los pts. de noctambulismo para infligir Daño Dendro de naturaleza noctámbula. Al mantener pulsado “Cañón perforaescamas”, Kinich podrá apuntar a su objetivo y, tras disparar, intentará engancharse a él.

    Durante el estado de bendición noctámbula, tras haberse enganchado a un enemigo o haber disparado el Cañón perforaescamas, Kinich generará un área segura al lado del enemigo. Al entrar en dicha área, obtendrá 4 pts. de noctambulismo, tras lo que el área desaparecerá.
    Si el gancho de agarre se suelta debido al exceso de distancia u otras razones, al ejecutar un Ataque Normal, Kinich se reenganchará a otro enemigo cercano y realizará un ataque circundante.

  • Talento Alabado sea el todopoderoso Señor de los Dragones Alabado sea el todopoderoso Señor de los Dragones
    Habilidad definitiva

    Desata el poder de Ahau, Señor de los Dragones (de forma limitada, condicional, restrictiva, contractual, parcial y temporal), para infligir Daño Dendro en el AdE de naturaleza noctámbula. Mientras este efecto esté activo, K'uhul Ahau liberará cada cierto tiempo su dragoaliento para infligir Daño Dendro en el AdE de naturaleza noctámbula.
    Si al hacerlo, Kinich se encuentra bajo los efectos del estado de bendición noctámbula, la duración de dicho estado aumenta 1.7 s.

  • Talento El precio de la desolación El precio de la desolación
    Pasivo 1

    Cuando Kinich esté bajo el estado de bendición noctámbula, los enemigos que sean golpeados por su Habilidad Elemental entrarán en estado de “desolación”, y cuando reciban daño de las reacciones de Quemadura o Crepitar, Kinich generará 7 pts. de noctambulismo. Solo se pueden obtener pts. de noctambulismo una vez cada 0.8 s de esta manera. El estado de desolación dura hasta que termine el de bendición noctámbula de Kinich.

  • Talento Pacto del espíritu flamígero Pacto del espíritu flamígero
    Pasivo 2

    Cuando un personaje cercano del equipo causa una explosión noctámbula, Kinich obtiene 1 carga de “pericia del cazador” que dura 15 s y puede acumularse hasta 2 veces. Cuando Kinich use el Cañón perforaescamas de Caza en suspensión: Persecución aérea, se consumirán todas las cargas de pericia del cazador y el daño infligido por dicho Cañón aumentará en una cantidad equivalente al 320% del ATQ de Kinich por cada carga consumida.

  • Talento Compensación de deudas Compensación de deudas
    Gracia de la noche

    Cuando Kinich está en el aire tras ejecutar el balanceo aéreo de Caza en suspensión: Persecución aérea, puede consumir 10 pts. de flogisto para realizar un segundo balanceo aéreo.
    Si se encuentra en una zona con alguna mecánica de flogisto de Natlan, podrá utilizar “Transmisión noctambular: Kinich”. Cuando el personaje en uso esté esprintando, se encuentre en estado de movimiento derivado de algún talento o esté en el aire, al cambiar a Kinich, este realizará una de las siguientes acciones según ciertas condiciones:

    • Al apuntar a un sigilo hojavoluta con el que se pueda interactuar, le disparará un gancho de agarre para moverse.
    • Si está en combate y hay algún enemigo cerca, usará Caza en suspensión: Persecución aérea contra dicho enemigo.
    • Si no, lanzará el gancho de agarre y ejecutará un balanceo aéreo. Kinich priorizará los sigilos hojavoluta válidos como objetivos para el gancho de agarre.
    • Tu equipo solo puede activar Transmisión noctambular una vez cada 10 s.

    Al interactuar con algún sigilo hojavoluta u otros objetos que puedan interactuar con Yumkasaurios, Caza en suspensión: Persecución aérea se convertirá en “Biomímesis del Yumkasaurio”, lo que hace que las interacciones con dichos objetos sigan las reglas aplicables a los Yumkasaurios y evita que Caza en suspensión: Persecución aérea entre en TdE.

  • Talento Emisario presto Emisario presto
    Pasivo 3

    La Vel. Movimiento de tus personajes del equipo aumenta en un 15% durante 10 s al interactuar con algunos objetos recolectables en zonas de Natlan con mecánicas de flogisto. Además, muestra la ubicación de los objetos típicos de Natlan cercanos en el minimapa.

1 → 10 para un talento

Constelación[]

Cada activación de constelación necesita un Stella Fortuna.


  • Constelación Pico de loro Pico de loro Constelación Niv. 1

    Después de que Kinich aterrice tras ejecutar el balanceo aéreo de Caza en suspensión: Persecución aérea, su Vel. Movimiento aumentará en un 30% durante 6 s.
    Además, aumenta en un 100% el Daño CRIT del Cañón perforaescamas.

  • Desconocido Palma de cicindelino Constelación Niv. 2

    Cuando Kinich golpea a un enemigo con su Habilidad Elemental, la RES Dendro de dicho enemigo se reduce en un 30% durante 6 s.
    Además, Cuando Kinich entra en el estado de bendición noctámbula, aumenta el AdE del primer Cañón perforaescamas que dispare y, a su vez, el daño infligido por este en un 100%.

  • Desconocido Garra de protosuquio Constelación Niv. 3

    Aumenta el nivel de habilidad de Caza en suspensión: Persecución aérea +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Desconocido Pluma de colibrí Constelación Niv. 4

    Cuando Kinich ejecuta un ataque circundante o usa el Cañón perforaescamas mientras está en estado de bendición noctámbula, recupera 5 pts. de Energía Elemental. Solo puede regenerar Energía Elemental una vez cada 2.8 s de esta manera.
    Además, aumenta en un 70% el daño infligido con Alabado sea el todopoderoso Señor de los Dragones.

  • Desconocido Cola de mono aullador Constelación Niv. 5

    Aumenta el nivel de habilidad de Alabado sea el todopoderoso Señor de los Dragones +3.
    Puede ser aumentado hasta Niv. 15.

  • Desconocido Forma de bestia auspiciosa Constelación Niv. 6

    Tras golpear a un enemigo con el Cañón perforaescamas, el disparo rebotará una vez entre los enemigos para infligir una cantidad equivalente al 700% del ATQ de Kinich como Daño Dendro.
    Si el Cañón perforaescamas activa su fortalecimiento por medio de los efectos del talento “Pacto del espíritu flamígero” o la constelación “Palma de cicindelino”, el rebote que produzca también se verá fortalecido por dichos efectos.

Ascensión[]

Ascensión Nvl. Máx. Costo Material Elemental 1 Material Elemental 2 Especialidad Local Material Común
1 20 20,000 Ninguno
2 40 40,000
3 50 60,000
4 60 80,000
5 70 100,000
6 80 120,000
Máx 90 Nivel máximo

Gachapón[]

La siguiente lista muestra los 1 banners en los que Kinich ha aparecido como personaje promocional, en orden del más reciente al más antiguo.

Banner Secretos del fuego (1)
17 de septiembre al 08 de octubre de 2024

Vestuarios[]


Galería[]

Arte de cumpleaños[]

Dias festivos[]

Menciones de personajes[]

Historias de personajes[]

Personaje Ororon

Ororon: Caja de refrigerios

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Por ejemplo, Ahau, el dragón de Kinich, se comportaba de forma muy extraña. Siempre mostraba una actitud de superioridad, pero en realidad, no parecía capaz de separarse de los humanos. Ororon solía ignorar sus palabras y sacudía la comida frente a él mientras veía cómo los ojos de Ahau la seguían tras sus lentes de sol (Esos puntos de luz son sus ojos, ¿verdad?). Si Ahau no pronunciaba algo amable en el momento oportuno, Kinich le privaba de la libertad de hablar antes de poder obtener la comida.

Personaje Kachina

Kachina: Historia del personaje 1

Este es un fragmento de la historia del personaje.

Además, si queda algo de hueco, le encantaría escribir los nombres de Mualani, la cual siempre la anima con una sonrisa, de Kinich, que le echa una mano en sus momentos más bajos, del Sr. Pacal, miembro de su tribu... Hay tantas personas que no puede incluirlos a todos, así que al final no escribe el nombre de nadie.

Personaje Citlalí

Citlalí: Historia del personaje 3

Este es un fragmento de la historia del personaje.

“¡Jaja! Si ya se traen de cabeza por solo doscientos años, imaginen si supieran la edad del Señor de los Dragones...”, dijo Ahau, siempre dispuesto a arruinar cualquier ocasión, antes de que Kinich lo mandara volando de un codazo.


Diálogos de personajes[]

Personaje Diálogos
Personaje Chasca
Chasca
Sobre Kinich... : La primera vez que vi a Ahau llegué a pensar que era familia de Kinich, pero no me esperaba estar tan equivocada... No imaginaba que una relación así fuera posible.

Aunque el hecho de que Ahau pueda hablar nuestro idioma es digno de admiración. Ojalá mi madre también fuera capaz de eso... así no tendríamos que depender de gestos y suposiciones para comunicarnos.

Personaje Citlalí
Citlalí
Sobre Kinich... : Esa cosa pequeña que lleva siempre a su lado es un verdadero incordio. ¿Que Kinich es tu amigo? Bueno, a ver qué otra cosa puedo decir de él... Humm, supongo que se puede confiar en él.
Personaje Kachina
Kachina
Sobre Kinich... : Fue Mualani quien me lo presentó. Para ser sincera, al principio me daba un poco de miedo, porque sus ojos... Bueno, tiene una mirada que asusta. Más tarde descubrí que, en secreto, le dio una lección a quienes me acosaban. Pero cuando intenté darle un regalo para agradecérselo, se negó a aceptarlo. Dijo algo así como que ya había recibido suficiente compensación...
Personaje Mavuika
Mavuika
Sobre Kinich... : Además de “Fuego Reminiscente”, Malipo tiene otro significado, y este es “coste” o “precio”. Puede parecer menos heroico en comparación con los otros nombres antiguos, pero en realidad, Malipo nos enseña a ser tranquilos y analíticos, y a hacer las preguntas que la gente puede no querer oír. Sin personas que posean esas cualidades, es demasiado fácil para el resto de nosotros actuar de forma impulsiva, emocional, y acabar tomando decisiones de las que luego nos arrepentimos.
Personaje Mualani
Mualani
Sobre Kinich... : Ahau habla más en un día que Kinich en todo un año. No tiene que ser fácil tomar decisiones por uno mismo con tantas interrupciones. Ahora que lo pienso, la única vez en la que ambos estuvieron de acuerdo en mostrar desinterés fue cuando intenté hablarles sobre horóscopos...
Personaje Ororon
Ororon
Sobre Kinich... : Ahau es muy interesante. Es bastante mayor, pero también bastante joven. Kinich es justo todo lo contrario: muy joven, pero a la vez, muy mayor. Tú... entiendes lo que digo, ¿verdad?
Personaje Xilonen
Xilonen
Sobre Kinich... : Kinich es buen tipo, pero ese tal Ahau es odioso.
Hablando de Ahau, ¿de dónde habrá salido? Si proviene de algún artilugio, tal vez pueda conseguir que cierre la boca para siempre. Humm, buscaré el momento adecuado para discutirlo con Kinich...

Historial de cambios[]

Versión 5.0
Kinich se añadió al juego.

Curiosidades[]

  • En Ignición: Un nombre forjado en llamas, los nombres de Kachina, Kinich (como KNICH) y Mualani están grafiteados en la pelota del torneo con la escritura Teyvat.
  • Kinich comparte el mismo actor de voz chino, Banma, con Kaedehara Kazuha.
  • Kinich es el cuarto personaje que puede realizar una habilidad elemental en el aire, después de Xiao, Kaedehara Kazuha y Xianyun.
    • Kinich es el primer personaje que no es usuario de Anemo en tener esta habilidad.
  • Kinich es el primer personaje que puede realizar un ataque normal en el aire.

Etimología[]

  • Es probable que Kinich reciba su nombre de Kinich Ahau, el nombre yucateco del dios maya del sol.

Navegación[]

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