Dehya es un personaje jugable en Genshin Impact.
Una guerrera feroz y fuerte, Dehya es considerada una leyenda entre los Eremitas por su poder, pasión y escrupulosidad. No dispuesta a quedar atrapada por las condiciones que obligan a la mayoría de los habitantes del desierto a quedarse allí, aspira a devolver la esperanza a las arenas que considera su hogar.
Perfil[]
Apariencia[]
Dehya es una mujer joven alta con piel ligeramente bronceada, ojos azul cielo con pupilas amarillas 'ojo de gato' y cabello negro con acento rubio, con accesorios para que parezcan orejas de gato en la parte superior de su cabeza (similar a Keching). Lleva un atuendo que consiste en botas negras hasta la rodilla, pantalones cortos, cinturón y guantes sin dedos hasta el codo, con una parte superior que consiste en tela negra y roja. Todo el atuendo tiene piezas de armadura doradas adjuntas: rodilleras y muñequeras en ambos lados; una hombrera, un brazalete y un guantelete en su brazo derecho, y un solo brazalete en su bíceps izquierdo. Ella también usa una capa de plumas de color rojo oscuro con dos adornos dorados que cuelgan de ella, y su Visión Pyro cuelga de su cinturón justo detrás de su cadera derecha.
Personalidad[]
Al igual que con todos Los Eremitas, Dehya disfruta entrenar y combatir cada vez que tiene la oportunidad. Se lleva bien con Dunyarzad y respeta su determinación, queriendo ayudarla en todo lo posible, aunque un poco avergonzada de admitirlo públicamente; cuando Dunyarzad trató de revivir el Festival Sabzeruz, Dehya vendió en secreto su claymore y donó anónimamente el mora para ayudar. Si bien no es seguidora de los dioses, Dehya respeta a la Reina Menor Kusanali, debido al impacto que tuvo en la vida de Dunyarzad.
Historia[]
El nombre de Los Eremitas no se refiere a ningún tipo de organización en concreto, sino a aquellos que nacen en el desierto y que, tras alcanzar la adultez, subsisten gracias a sus habilidades físicas y de combate.
En este mundo de desamparo, los humanos son igual de insignificantes. Con el fin de sobrevivir, los miembros de esta comunidad caminan juntos como si su instinto así los guiase, y permanecen los unos con los otros para conformar bandas de mercenarios.
Los Eremitas abundan, pero la mayoría de ellos caen en el olvido, como la arena efímera. Tan solo unos pocos dejan huella en los corazones de la gente, como Dehya.
Dehya, la Leona Ardiente, es feroz e intrépida. El león simboliza su fuerza y su melena representa a la perfección su ferviente carácter.
Si buscas a un Eremita para que haga de guardaespaldas, Dehya es la mejor opción. Puede que su sueldo sea un tanto elevado, pero su habilidad lo vale.
A diferencia de esos mercenarios fanfarrones que pregonan sus hazañas por las calles del Caravasar Ribat o aquellos novatos que pecan de torpes, puedes estar seguro de que Dehya no te defraudará.
Habiendo dicho esto, aquellos que quieren contratarla deben decidirlo pronto, pues la fila de clientes potenciales de la Leona Ardiente es larga. De lo contrario, dejarán pasar una gran oportunidad.
Historia del personaje (1)
Los habitantes del desierto, incluyendo a Dehya, conocen el mar de arena como la palma de su mano.
En este lugar, el cielo azul es vasto y no parece tener fin, y las dunas doradas se extienden hasta los confines del mundo. Al vivir en un entorno así, uno no puede evitar percatarse de su insignificancia.
Hasta aquellos que están acostumbrados a ver el paisaje del desierto pueden llegar a sentirse intimidados por su majestuosidad, llegando a sentir el deseo de postrarse ante él para besar la arena.
Los corazones débiles no están hechos para soportar la hostilidad de esta tierra, pues solo las almas infatigables logran abrirse camino en este mar de arena.
Los únicos que poseen la osadía necesaria para soportar las más duras pruebas del desierto son Los Eremitas.
Ante una vida llena de peligros y dificultades, Los Eremitas valoran sobre todas las cosas tener a alguien que los apoye, estableciendo vínculos tan fuertes entre sí como los que se tienen con la familia.
Cuando era niña, la familia de Dehya estaba formada por su padre y sus mercenarios.
Cuando creció y se hizo una mujer independiente, los miembros de Las Alimañas Flamígeras se convirtieron en su nueva familia.
Tras combatir juntos durante tanto tiempo, el entendimiento entre unos y otros era tan profundo que solo una mirada o un leve gesto de asentimiento bastaban para entenderse.
Tiempo después, cuando Dehya abandonó el desierto y partió de expedición al lejano bosque, no pudo evitar extrañarlos a todos sentados cantando alrededor del fuego en medio de la noche.
Pero vaya adonde vaya, Dehya siempre será hija del desierto.
Historia del personaje (2)
Sin tener en cuenta las condiciones físicas individuales de cada persona, por lo general, los hombres tienen una ventaja por encima de las mujeres en términos de fuerza.
Dehya no fue una excepción. Ella no nació con una fuerza descomunal. Aun así, Los Eremitas tienen razones de sobra para depositar su confianza en ella.
En primer lugar, ella no es la más fuerte de Los Eremitas, pero su fuerza es más que suficiente.
Si alguien se atreve a ponerlo en duda, no tiene más que sostener por un momento su mandoble. Hace falta gran vigor para ser capaz de manejarlo con la gracia y destreza de Dehya.
En segundo lugar, ella cuenta con una abundante experiencia de combate. Como todo el mundo puede adivinar, Dehya pierde cierta agilidad al manejar un arma tan pesada. Si el adversario es lo suficientemente ágil como para esquivar el primer golpe de Dehya, el arma pesada pasa a ser un estorbo. Cuando esto sucede, ella suele hacer uso de su extraordinaria habilidad de observación y de sus infalibles técnicas de combate para derrotar al enemigo.
Algunas veces, se desprende de su arma y utiliza sus puños directamente para pelear. Otras, lanza su arma para aprovechar un momento clave y provocar un giro imprevisto en el combate. Su estilo de combate depende de las circunstancias de cada batalla.
Pero Dehya no es solo una experta en combate. También conoce innumerables técnicas de supervivencia en el desierto.
Los encargos más habituales de Los Eremitas suelen ser proteger botines sin apoyo externo, encargarse de bestias peligrosas del desierto o asistir a sus clientes a sortear las inclemencias del clima.
En otras ocasiones, también se encargan de guiar a las caravanas de comerciantes, aventureros o eruditos hasta llegar a su destino.
Dehya sabe cómo actuar ante escorpiones sobresaltados, cómo evitar enzarzarse con los ágiles buitres y cómo negociar con bandidos para reducir las pérdidas cuando la situación así lo amerita.
Lo que más les importa a los clientes es que resuelvan sus problemas de forma pragmática. Si un Eremita quiere labrarse una buena reputación, tendrá que hacer algo más que usar la fuerza bruta.
Y es que la capacidad de derrotar a cien o mil enemigos es trivial ante una tormenta de arena, pues hasta el combatiente más experimentado será devorado por las arenas.
Un Eremita inteligente sabe reconocer cuándo retirarse a tiempo. Así pues, los Eremitas más perspicaces son aquellos capaces de conseguir sus objetivos en el campo de batalla sin dejar de protegerse debidamente a ellos mismos.
Historia del personaje (3)
Gracias a su gran habilidad, Dehya fue ganando cada vez mejor reputación entre Los Eremitas. Aquellos en su banda se sentían orgullosos de tenerla. Un día en el que todos estaban presentes, los muchachos más escandalosos del grupo decidieron ponerle un apodo que causara sensación.
Todos acordaron que aclamarían las futuras victorias de Dehya usando su mote. Tenía que ser un sobrenombre desenfadado, pero que pusiera los pelos de punta.
Los miembros más jóvenes fueron quienes mostraron más entusiasmo, comentando entre susurros para elegir el apodo más aterrador para Dehya. Las sugerencias de algunos contenían palabras que espantarían a cualquier cliente potencial, como “sanguinaria” o “temible”.
Dehya no era una novata ingenua, así que sabía que un apodo no era suficiente para transmitir todo el miedo y respeto que ella imponía. No obstante, ya que todos estaban ensimismados pensando en un nombre para ella, Dehya no tuvo objeción alguna al respecto.
Al escuchar las terribles propuestas de algunos, no pudo evitar estallar a carcajadas. Aquella escena le recordaba mucho a las historias que contaba su padre. En ese entonces, le encantaba reunirse con otros Eremitas para interpretar toda clase de historias sobre caballeros que rescataban a damiselas en apuros, o de peleas entre hermanos, provocando risotadas entre los espectadores. Su única intención era romper el solitario silencio que reinaba en el desierto, aunque solo fuera por un momento.
Y justo mientras charlaba alegremente con los suyos, se acordó de aquel anciano sin remedio. Aunque es cierto que aquello le disgustó, hizo un gran esfuerzo en no hacer muecas.
Aquella noche, Dehya rechazó varios apodos: “la Reina del Desierto”, “Cuchilla Sangrienta”, entre otros títulos que, más que despertar miedo, hacían reír. En ese momento, Dehya pensó que ya habían dicho suficientes tonterías. A fin de cuentas, un apodo no servía para nada, pues los mejores mercenarios no dependían de sobrenombres tontos.
Entonces, un Eremita anciano interrumpió la discusión. Soltó un bufido de inconformidad ante el mal gusto de esos jóvenes y entonces preguntó: “¿Han escuchado la leyenda del león?”.
Por supuesto que Dehya la había escuchado. Durante su infancia, su padre le había contado una infinidad de historias antiguas. Ella solo quería borrar de su memoria todo lo que tuviera que ver con aquel tipo, pero le resultaba imposible eliminar los recuerdos de su mente.
En el rato en el que Dehya quedó abstraída en sus pensamientos, a sus compañeros ya se les había ocurrido un apodo para ella: “la Leona Ardiente”.
Dehya detestaba acordarse de ese hombre cada vez que escuchaba mencionar la leyenda del león. Tampoco le gustaba ese apodo, pero no valía la pena rechazar las buenas intenciones de los demás por un asunto tan redundante.
¿Acaso iba a alejarse de todo solo por no querer volver a pensar en esa persona que ya no guardaba ninguna relación con ella? Claro que no. La alegría que aquellas historias le traían a Dehya era real, la alentaban a salir y recorrer el mundo, admirarlo con sus propios ojos, y sentirlo a pleno corazón. Todo lo que ella había vivido era real.
Tras aquella reflexión, el apodo de “la Leona Ardiente” ya no sonaba tan mal.
Historia del personaje (4)
Dehya es una mujer bella, todos los que la han visto así lo piensan.
Esos ojos como luceros embelesan el corazón de cualquiera. Su piel dorada como la miel reluce bajo la luz del sol, y su melena alborotada, morena con mechas rubias, se mece con cada paso que da.
Los habitantes del desierto creen que las mujeres fuertes y hermosas simbolizan la vitalidad y por ello son dignas de admiración.
Dehya también se toma muy en serio el cuidado de su belleza. Cada vez que tiene la oportunidad, aprovecha para tomarse un baño, y así evitar oler mal. Cuando tiene algún día libre, hace una visita a los comercios de la ciudad para comprar lápiz de ojos, polvos faciales, u otros cosméticos que pueda necesitar. Como tiene la costumbre de maquillarse todos los días, suelen durarle muy poco.
Normalmente, Los Eremitas son algo rudimentarios. Acostumbrados a la pelea, no invierten mucho tiempo en arreglarse. Y aunque Dehya pertenece a esta facción, ella ha desarrollado costumbres diferentes, cosa que sus compañeros no terminan de comprender. Por eso, a menudo le preguntan por qué le da tanta importancia a esas cosas.
Los habitantes del desierto suelen emanar un olor cuando menos detestable. Solo empeora cuando se quitan las botas, las cuales desprenden un hedor nauseabundo que ha llegado a provocar desmayos.
Estos tipos sudan tanto que sus cuerpos quedan empapados, no se lavan los pies en dos semanas y, si a eso le sumamos el hedor a alcohol que desprenden por la boca, el resultado es un olor tan fétido que resulta imposible respirar estando en la misma habitación.
Si ahora imaginamos a un montón de esos tipos apretados todos juntos... Por más ruda que sea Dehya, no querría acercarse a ellos.
Para distinguirse de sus compañeros desaliñados, dar buena impresión a sus clientes y lucir más hermosa, Dehya cultivó muchas costumbres de cuidado personal.
Una parte de los moras ganados con tanto esmero los invierte en productos de maquillaje y joyas. Son los pequeños caprichos que se da como premio por su trabajo duro.
Al estar expuesta diariamente al estrés proveniente de armas, enemigos y negocios, Dehya trata de mimarse a sí misma con pequeños placeres con los que bajar la guardia, para así poder encarar el futuro con más tranquilidad.
Ella es una Eremita formidable, pero ante todo, es una mujer bella y libre.
Historia del personaje (5)
A diferencia de aquellos que una vez que abandonan el desierto ya no pretenden regresar jamás, Dehya siempre ha estado orgullosa de haber nacido en él. No obstante, su identidad le causó inconvenientes en más de una ocasión.
Ella nunca ha recibido ningún tipo de educación institucional. Más allá de puñetazos, patadas, y técnicas de supervivencia en el desierto, Dehya no comprende ningún tipo de tecnología compleja, al igual que la mayoría de Los Eremitas.
Dehya tiene muy claro que esta probablemente sea su mayor limitación. Las tormentas y la erosión por las altas temperaturas desgastan desde temprano la energía y ansias de conocimiento de la gente del desierto. Si Dehya nunca hubiera visto los frutos del conocimiento de la Academia, si nunca hubiera probado el exquisito vino de Mondstadt, si nunca hubiera visto los refinados utensilios de Liyue, si nunca hubiera descubierto las maravillas mecánicas de Fontaine, Dehya nunca habría ampliado los horizontes de su vida.
En cuanto a valentía se refiere, la gente del bosque no es comparable a la del desierto. Conducidos por la perseverancia, y sin importar cuántas tempestades hayan tenido que encarar, los habitantes del desierto han sobrevivido en esta tierra con la firmeza de las montañas y las rocas.
Pero si la gente del desierto no logra ver más allá del horizonte, no les queda más remedio que enfrentar los desafíos que conlleva vivir en el desierto.
Al gastar su dinero en bebida y comida, los pocos moras que les sobran se desvanecen como arena que se desliza entre los dedos. Algunos Eremitas son más precavidos y han podido prever lo que se necesita para hacer un cambio. No obstante, en cuanto logran salir del desierto y comienzan una vida mejor en otra parte, olvidan su antiguo hogar de inmediato, centrándose en solo mejorar sus propias vidas.
“¿Por qué no conseguimos ser más exitosos e inteligentes?”, “¿por qué tenemos que pasarnos la vida sacrificando nuestra fuerza y hasta nuestra propia vida para seguir adelante?”.
El desierto los creó, y después los retuvo. Dehya siempre ha deseado superar esas limitaciones. Hasta ahora, Dehya continúa pensando a dónde se dirigirá en el futuro.
Cuán lejos pueda llegar una persona no depende solamente de su propia voluntad. Ella lo sabe a la perfección. Pero también está segura de que aprovechará la más mínima oportunidad para traer esperanza al desierto, para hacer algo por su gente.
Aun así, vaya a donde vaya en el futuro, Dehya jamás olvidará que sus raíces están en el desierto.
La leyenda del león
Según Kusaila, el ardiente sol tiembla cada vez que el león ruge.
Dehya nunca había visto un león de verdad, así que solo podía creer lo que Kusaila le decía.
Él le solía contar vívidamente cómo el sol calcinaba la tierra hasta reducirla a polvo y retorcía en un espejismo el mismo aire. Pero para disgusto del sol, el león osaba correr por ese yermo asfixiante, ahuyentándolo con sus rugidos hasta que el sol se perdía de vista por el horizonte.
Así de magnífico era este animal.
Mientras escuchaba el relato, los ojos de la pequeña Dehya refulgían con más vehemencia que el fuego de una hoguera en la noche.
“Tanto, que...”, Kusaila se detuvo un momento a mirar alrededor y agarró a un compañero, algo enjuto, para que hiciera de ejemplo: “Tanto, que un solo león podría despachar a diez como este”.
“¿Y tú, Kusaila? ¿Podrías derrotar a un león?”, preguntó la pequeña Dehya.
“Es posible. Habilidad para ello no me falta”, le contestó con una expresión seria, sin mostrar el menor atisbo de fanfarronería.
“Me agazaparía y me abalanzaría hacia su parte inferior para luego... ¡*RAAAS*! ¡Rajarle el vientre con mi cuchillo! De esa no saldría”.
No contento con relatarlo oralmente, Kusaila llamó a otro miembro de la cuadrilla para que hiciera de león y mostrarle a Dehya cómo se debía acabar con la fiera. Pero la actuación fue poco convincente. Los poderosos rugidos del león sonaban más bien como ladridos de chucho.
Kusaila era así y Dehya ya lo sabía. No había que creerse todo lo que salía por su boca, o saldrías defraudado. Era mejor limitarse a seguirle la corriente.
Aun así, el relato del león dejó una profunda impresión en ella.
Muchos años después, cuando la palabra “leona” surgió mientras la banda de Dehya discutía qué imponente apodo otorgarle, se acordó en el momento en el que se contó esa vieja historia y de la pobre actuación que Kusaila montó para ella.
Por aquel entonces, Dehya había cortado toda relación con su padre y era incapaz de recordar con alegría sus días de infancia.
Pero ahora que por fin comprendía sus sentimientos, él ya había dejado este mundo para descansar en el Paraíso Eterno.
Esta es una pena con la que Dehya deberá cargar durante toda su vida. Pero mirando el lado positivo (cosa que a todo aquel que haya vivido en el desierto no le queda más remedio que acabar haciendo), ahora puede recordar con calma y satisfacción los cuentos que su padre solía contarle.
Ahora, al recordar su infancia, a Dehya le brillan tanto los ojos como en aquellas noches frente a la fogata del campamento.
Dehya se convertirá en una leona de verdad, y esas historias que contaba Kusaila seguirán viviendo en ella.
Visión
En realidad, Dehya no se acuerda muy bien del momento en el que la Visión apareció a su lado. Solo sabe que debió ser poco después de independizarse.
Por aquel entonces, solo pensaba en una cosa: en volverse más fuerte.
En el trabajo de mercenario, si no eres lo bastante fuerte, no recibes encargos; y si no recibes encargos, no ganas suficientes moras para ganarte el sustento.
Fue en este periodo crítico cuando la Visión descendió a su lado. En aquel entonces, era tan pobre que incluso consideró venderla a cambio de moras.
Todos con quienes habló de ello le contestaron que ese adorno brillante era la prueba de que los dioses cuidaban de ella, pero Dehya opinaba que, si les importaba de verdad, harían mejor en mandarle un poco de mora cada día en vez de esa baratija que no servía para ganar dinero contante y sonante.
Además, aunque una Visión le permitiese controlar un elemento, los factores decisivos a la hora de luchar seguían siendo las habilidades de combate, la capacidad de juicio, la estrategia y la aptitud física.
En la historia de los mercenarios ha habido muchos guerreros famosos desprovistos de Visión que lograron destacar a base de esfuerzo y superación.
Dehya sabía muy bien que, si alguien cree que recibe la atención divina por haber recibido una Visión, y por ello deja de usar la cabeza y de ver la realidad, al final ni siquiera hará falta que un enemigo lo ponga en su sitio, el implacable desierto le hará pagar cara su necedad.
Todo lo que vivió luego corroboró esa verdad: el poder de los dioses tiene un límite. A pesar de su inmenso poder y sabiduría, una deidad también puede ser encerrada.
A Dehya le gusta su Visión, pero no por esta muestra de atención fugaz se ha convertido en una seguidora ferviente de los dioses.
Ella es una mercenaria que ha de ganarse la vida blandiendo su arma. Alguien así deposita su fe en sí misma y en el sudor derramado durante incontables batallas.
Información de combate[]
Talentos[]
- Sacudida áurea Ataque normal
Ataque Normal: Realiza hasta 4 ataques consecutivos combinando técnicas marciales y de mandoble.
Ataque Cargado: Consume Aguante de manera constante para realizar golpes de espada continuos.
Cuando termina el Ataque Cargado, hará un golpe aún más poderoso.Ataque Descendente: Se lanza desde el aire para golpear el suelo, dañando a los enemigos cercanos e infligiendo Daño en el AdE en el momento del impacto.
- Fundición infernal Habilidad elemental
Dehya hace uso de distintas técnicas de combate de creación propia según las circunstancias de la batalla.
Llama indómita
Se libera cuando no hay ningún cerco ígneo de Dehya presente en el campo de batalla.
Inflige Daño Pyro en el AdE y crea un área llamada "cerco ígneo".Acometida ardiente
Se libera cuando hay algún cerco ígneo de Dehya presente en el campo de batalla.
Realiza un ataque en salto que inflige Daño Pyro en el AdE y crea en el lugar de impacto un nuevo cerco ígneo.
El nuevo cerco creado de esta manera hereda la duración del original.Solo se puede liberar una acometida ardiente durante el tiempo en que un cerco ígneo está activo.
Cerco ígneo
Cuando los enemigos situados en el área del cerco ígneo reciben daño, este realizará un ataque coordinado que inflige Daño Pyro en el AdE en función del ATQ y la Vida Máx. de Dehya. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 2.5 segundos.
Además, aumenta la RES a interrupción de los personajes en uso dentro del área y, cuando reciben daño, parte de este es mitigado y transferido a "sangre de la Leona escarlata", de modo que Dehya soportará dicho daño durante 10 segundos. Cuando el daño acumulado por sangre de la Leona escarlata alcance o supere cierto porcentaje de la Vida Máx. de Dehya, dejará de mitigarse daño de esta forma.Solo puede existir 1 cerco ígneo creado por Dehya al mismo tiempo.
- Dentellada ignívoma de la Leona Habilidad definitiva
Dehya desata su furia abrasadora y prescinde del engorroso mandoble para entrar en el estado de "Leona fogosa", durante el cual aumenta su RES a interrupción.
En este estado, asesta puñetazos leoninos de forma automática y continua, los cuales infligen Daño Pyro en función del ATQ y la Vida Máx. de Dehya. Al terminar su duración, lanza una patada incineradora que inflige Daño Pyro en el AdE en función de su ATQ y Vida Máx.
Al usar esta Habilidad Definitiva, si en el campo de batalla ya existe un cerco ígneo creado por la propia Dehya con su Habilidad Elemental, Fundición infernal, lo retirará del combate y creará otro en una nueva ubicación cuando termine el estado de Leona fogosa. El nuevo cerco ígneo heredará la duración del que fue retirado.
En este estado, Dehya no puede lanzar su Habilidad Elemental ni ejecutar Ataques Normales, Cargados o Descendentes. No obstante, su Ataque Normal: Sacudida áurea y su Habilidad Elemental: Fundición infernal, se sustituyen por "andanada rugiente".
Andanada rugiente
Si liberas la andanada rugiente 0.4 segundos después de asestar un puñetazo leonino, asestarás el siguiente puñetazo más rápidamente. - Auxilio abnegado Pasivo 1
Tras retirar un cerco ígneo mediante la acometida ardiente de Fundición infernal o Dentellada ignívoma de la Leona, el daño que recibe Dehya al soportarlo mediante sangre de la Leona escarlata se reduce en un 60% durante 6 segundos. Este efecto puede activarse una vez cada 2 segundos.
Además, tras usar la acometida ardiente de Fundición infernal, Dehya otorga a todos los miembros del equipo el estado de "forja áurea" durante 9 segundos. Cuando un personaje bajo los efectos de este estado se encuentra dentro del cerco ígneo, su RES a interrupción aumenta de forma adicional. El estado de forja áurea solo se puede crear una vez cada 18 segundos. - Rectitud incondicional Pasivo 2
Cuando la Vida de Dehya está por debajo del 40%, recupera Vida en una cantidad equivalente al 20% de su Vida Máx. Además, durante los siguientes 10s, recupera Vida cada 2 segundos en una cantidad equivalente al 6% de su Vida Máx. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 20 segundos.
- Camino soleado Pasivo 3
La Vel. Movimiento de todos los miembros de tu equipo aumenta en un 10% por el día (06-18h).
Este efecto no se activará en dominios, Dominios de la cruzada ni la Espiral del Abismo, y no se puede acumular con otros talentos pasivos que tengan el mismo efecto.
1 → 10 para un talento
Constelación[]
- Cada activación de constelación necesita un Stella Fortuna.
- Constelación Niv. 1
La Vida Máx. de Dehya aumenta en un 20%. Además, el daño infligido por sus siguientes ataques aumenta en proporción a su Vida Máx.:
- El daño de Fundición infernal aumenta en un 3.6% de su Vida Máx.
- El daño de Dentellada ignívoma de la Leona aumenta en un 6% de su Vida Máx.</nowiki>
Filoígneo impoluto
- Constelación Niv. 2
Cuando Dehya libera la acometida ardiente de Fundición, la duración del cerco ígneo recién creado aumenta en 6 segundos. Además, cuando en el campo de batalla ya existe un cerco ígneo y un personaje en uso es atacado dentro de él, el daño infligido por el siguiente ataque coordinado del cerco ígneo aumentará en un 50%.
Hoja de las arenas rutilantes
- Constelación Niv. 3
Aumenta el nivel de habilidad de Dentellada ignívoma de la Leona +3.
Puede ser aumentado hasta Niv.15. Furia calcinadora
- Constelación Niv. 4
Al golpear a un enemigo con los puñetazos leoninos o la patada incineradora de Dentellada ignívoma de la Leona, Dehya recupera 1.5pts. de Energía Elemental, y también recupera Vida en una cantidad equivalente al 2.5% de su Vida Máx. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 0.2 segundos.
Juramento inquebrantable
- Constelación Niv. 5
Aumenta el nivel de habilidad de Fundición infernal +3.
Puede ser aumentado hasta Niv.15. Leona desmelenada
- Constelación Niv. 6
La Prob. CRIT de Dentellada ignívoma de la Leona aumenta en un 10%.
Además, después de que un puñetazo leonino golpee a un enemigo e inflija un crítico mientras el estado de Leona fogosa está activo, el Daño CRIT de Dentellada ignívoma de la Leona aumenta en un 15% mientras dura la habilidad, y la duración de Leona fogosa aumenta en 0.5 segundos. Este efecto solo puede ocurrir una vez cada 0.2 segundos. La duración de Leona fogosa solo puede aumentar en 2 segundos y el Daño CRIT de Dentellada ignívoma puede aumentar hasta un máximo de un 60% de esta manera. Zarpazo flamígero
Ascensión[]
Ascensión | Nvl. Máx. | Costo | Material Elemental 1 | Material Elemental 2 | Especialidad Local | Material Común |
---|---|---|---|---|---|---|
1 | 20 | 20,000 | Ninguno | |||
2 | 40 | 40,000 | ||||
3 | 50 | 60,000 | ||||
4 | 60 | 80,000 | ||||
5 | 70 | 100,000 | ||||
6 | 80 | 120,000 | ||||
Máx | 90 | Nivel máximo |
Estadísticas[]
Nivel | Vida | Ataque | Defensa | Vida | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | Antes de ascender | Después de ascender | |
1 | 1220 | 20 | 48 | — | ||||
20 | 3134 | 4181 | 53 | 70 | 53 | 70 | — | — |
40 | 6195 | 6939 | 104 | 117 | 104 | 117 | — | 7% |
50 | 7947 | 8938 | 134 | 151 | 134 | 151 | 7% | 14% |
60 | 9946 | 10689 | 168 | 181 | 168 | 181 | 14% | 14% |
70 | 11696 | 12439 | 198 | 210 | 198 | 210 | 14% | 21% |
80 | 13447 | 14190 | 227 | 240 | 227 | 240 | 21% | 28% |
90 | 15198 | 257 | 608 | 28% |
Gachapón[]
La siguiente lista muestra los 1 banners en los que Dehya ha aparecido como personaje promocional, en orden del más reciente al más antiguo.
Vestuarios[]
Galería[]
Arte de cumpleaños[]
Dias festivos[]
Diseños de Paimon - Emoticonos[]
Menciones de personajes[]
Historias de personajes[]
Aunque Dehya continúa animándola a que se arregle más de vez en cuando, Candace es de la opinión de que la fragilidad de ese tipo de objetos no terminan de encajar con su puesto, por lo que la mayoría de sus accesorios permanecen ocultos en lo más profundo de su armario.
Dehya, en cambio, se rio al acordarse de una persona y le preguntó a Lambad: “¿Y por qué no puede existir? Los jóvenes pueden tener orígenes misteriosos. A lo mejor esa persona viene a beber y, al mismo tiempo, busca trabajo”.
En ese momento, Sethos se encontraba en un lugar muy lejano, cargando una mochila en la espalda y corriendo a toda prisa. El sol estaba a punto de esconderse en el horizonte y la distante oscuridad de la noche se iba acercando. Cuando el erudito de la Escuela de Etiología con el que viajaba vio que el sol empezaba a ponerse, le entró mucho miedo. Sethos miró a su empleador y, al ver que no decía nada, le dio un poco de agua para beber.
Para ir al ritmo del erudito, Sethos se esforzó en caminar lento. Por la noche, empleador y guía compartieron espacio en una gran tienda de campaña. El erudito se sentó en un lado de la tienda, montada por Sethos, y se calentó al fuego de una hoguera con una mirada de gratitud.
“No tienes pinta de que te falte dinero, ¿por qué haces de guía para quienes queremos venir al desierto? Además, parece que has vivido mucho tiempo aquí”.
“Porque no tengo nada más que hacer y tú necesitas que alguien te ayude. Crecí en el desierto, no pude acceder a la Academia y tengo curiosidad por lo que investigan los eruditos, así que hacer de guardaespaldas para ellos me permite aprender cosas interesantes”.
Sethos estaba muy tranquilo e, igual que las historias que solía contar en todas partes, no mostraba ningún punto ciego. Al ver lo sincera que era su expresión, el erudito no podía decirle que no, por lo que le contó anécdotas curiosas de la Academia, entremezcladas con quejas sobre sus compañeros de clase y de trabajo y sus investigaciones. Sethos escuchó con mucha atención, pues parecía muy interesado en la vida de su empleador.
A lo largo de la semana, ayudó a aquel erudito de poco renombre a terminar su investigación y lo escoltó sano y salvo hasta la Academia. Al recibir su pago, Sethos apenas miró el dinero, se lo metió en el bolsillo, se despidió y se marchó.
En el camino se encontró con el Gran Juez Cyno, que con solo mirarlo a él y al erudito, ya lejos, entendió lo que ocurría.
“¿Qué tal el trabajo? ¿Ahora sí piensas que lo que investigan los eruditos es interesante?”, preguntó Cyno.
Sethos se apoyó sobre una barandilla, costumbre que había aprendido del Gran Juez, y contempló la puesta de sol.
“El trabajo, bien, pero estos eruditos... son muy tercos. Al que he ayudado no paraba de insistir en que en el desierto había escondida una tribu de sabios. Le dije que, de ser así, seguro que no estaría cerca del Mausoleo del Rey Deshret, pero no me creyó. Luego le conté que mi hogar de nacimiento era un lugar de sabios, pero tampoco me creyó”.
“Dile que Tignari, Collei, Dehya y yo podemos corroborar que procedes de un lugar así”.
Dehya, la mercenaria confiable, y Candace, la custodia de la Aldea Aaru, también se hicieron amigas de Sethos poco después. Candace lo invitaba a la Aldea Aaru y le decía a los aldeanos que su amigo era un caminante del desierto.
Cuando ambos están en la Academia, la Reina Menor Kusanali a veces invita a Alhacén a visitarla en el Santuario Surasthana para debatir sobre todo tipo de temas. Una vez, se encontró allí con mucha gente: el Gran Juez Cyno, la mercenaria Dehya, Nilou, la actriz estrella del Teatro Zubayr... De hecho, esta última le preguntó una vez: "Alhacén, ¿cómo se te ocurrió un plan tan osado? Después de que pasara todo, me sentí aliviada al pensar que, por suerte, nadie salió herido".
Tras ello, Nilou dudó por un instante. Alhacén entendió su preocupación, ya que cualquier persona se sentiría sorprendida al ver cómo alguien se libera del yugo del conocimiento encapsulado divino. Sin embargo, Alhacén considera que nunca estuvo en peligro, ya que nunca uso la cápsula de conocimiento.
¿Que cómo lo consiguió? Ese es uno de los beneficios del puesto de escriba. Como uno de los pocos eruditos que tuvo la suerte de leer el manual de instrucciones del Akasha, investigó los componentes del conmutador y las cápsulas de conocimiento, averiguó cómo modificar lo que mostraba el Akasha y cómo invertir la barrera de proyección que tiene instalada para que apareciera en la parte trasera de la cabeza para así poder defenderse contra los ataques sorpresa.
Los hechos demuestran que una buena planificación es la base para todo, y la investigación preliminar es la base para esa planificación. Obviamente, Alhacén no iba a alardear abiertamente de su plan perfecto, así que respondió a Nilou con otra pregunta: "Tengo entendido que Cyno y Dehya también tienen curiosidad por ese tema, pero solo tú me lo has preguntado. ¿Tanta vergüenza les da a esos dos?".
Diálogos de personajes[]
Personaje | Diálogos |
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Alhacén |
Sobre Dehya... : Es una verdadera pena que alguien con semejantes capacidades se quede con Los Eremitas. Me gustaría que se replanteara mi oferta de trabajar en la Academia. Nuestro trabajo sería mucho más sencillo si tuviéramos a alguien como ella cerca, aunque una vida apacible no es lo suyo. *Suspira*, aun así, es una pena. |
Candace |
Sobre Dehya... : Siempre que Dehya viene a la Aldea Aaru con compañeros Eremitas, hace lo posible por que mantengan sus modales. Debo admitir que eso me facilita mucho las cosas. Ah, Dehya... A primera vista parece una tipa problemática, pero es realmente adorable. |
Dori |
Sobre Dehya... : A veces la contrato para que proteja mis caravanas. Tiene una fuerza increíble y sus precios siempre son razonables. Si lo que buscas es calidad-precio, Dehya es siempre la mejor opción. |
Nilou |
Sobre Dehya... : Me cuesta creer que hayan pasado tantas cosas últimamente... Quería escoger un buen regalo para Dehya y Dunyarzad, pero no me decido. En el Gran Bazar, todos me han aconsejado muy bien, pero si les regalo tantas cosas, será demasiado... ¿Qué puedo hacer?... |
Tignari |
Sobre Dehya... : Todo pasó tan rápido que no tuve la oportunidad de darle las gracias. Es una suerte contar con una compañera tan fuerte y capaz como ella. Seguro que muchos intentan que se una a sus filas. Aunque Dehya no parece de las que se uniría a la Academia o a los guardabosques, así que creo que me ahorraré su rechazo. |
Curiosidades[]
- Dehya se menciona en las descripciones de las siguientes 6 decoraciones:
Etimología[]
- El nombre de Dehya puede derivar de Dihia (árabe: ديهيا), una reina zenata que gobernó toda la región del Magreb y lideró la resistencia contra las fuerzas omeyas.
Historial de cambios[]
- Versión 3.5
- Se añadió como personaje jugable junto al gachapón "Resplandor aurífero".
- Versión 3.0
- Hizo su primera aparición como PNJ.