Una flor de un intenso color rojo capaz de florecer en antiguos campos de batalla y en los más áridos desiertos. Los pétalos marchitos que se desprenden parecen entonar un pesaroso cántico en honor a los caídos.
Antaño, cuando oscuras criaturas plagaban la tierra, incontables héroes sacrificaron sus vidas para contenerlas. Según cuentan, la sangre de aquellos pobres soldados sirvió de riego para estas flores. En las leyendas de las tribus locales se canta también con frecuencia la penuria que tuvieron que afrontar los inocentes que cargaron con el peso de lo entonces acaecido y cómo, malditos por la ponzoña que entonces asoló aquellas tierras, fueron expulsados del eterno samsara, condenados a mendigar cobijo en los capullos de estas flores mientras lamentaban el cruel destino que les aguardaba.
