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La Gran Obra: paralelismos entre sufismo y taoísmo (III)

En las entregas previas hemos intentado ofrecer las semejanzas entre las visiones sufista y daoísta, considerando el papel central que juega el intercambio de la energía del Hombre (microcosmos) con la Naturaleza (macrocosmos): el Cuarto Camino busca eliminar las pérdidas de energía emocional (qi), evitando los excesos de la imaginación, la identificación y, en especial, la expresión de las emociones negativas; el Taoísmo, en cambio, se concentra en el acopio de la energía sexual (jing) por medio del ejercicio de la rota microcósmica como una forma de eliminar la lujuria —esto es, que la tiranía del deseo sexual se convierta en una opción y no en la norma,— transformando el exceso de fuerza generativa que se concentra en el dan-tien falso inferior, a través del uso de la bomba sacra para trasladarlo hacia el dan-tien real inferior, previa sublimación con el pervasivo agente celestial; hallamos también coincidencias en los objetivos de ambas disciplinas: la llegada del Submayordomo del Cuarto Camino que prepara la labor para el alumbramiento del Maestro no presenta demasiadas diferencias con la gestación y cuidado del embrión áureo que en el daoísmo se considera como único vehículo para llegar al Tao.

Si bien el magisterio sufista se concentra en detallar la disciplina para este fin, una vez despertada la supraconsciencia, no hemos encontrado referencias que expongan un método para el desarrollo y la utilización de los estados de consciencia superiores. Sin embargo, la disciplina del neidan daoísta ofrece un enriquecido itinerario tras haber logrado el iluminado estado de bodhicitta, equivalente en el budismo a la teofanía mineral de los alquimistas occidentales; incluso conecta con los estudios demonológicos del cristianismo temprano, en particular con los tratados filocálicos, y permite una visión colineal con las teorías conspiranoicas de la ufología moderna, dado que informa los riesgos que corre el embrión áureo de ser presa de entidades negativas en los reinos superiores.

Entendemos que será de extrema utilidad para nuestros bienamados hermanos en la Búsqueda de la Verdad conectar los trabajos del doctor David Hufford, en especial su libro The Terror that Comes in the Night, junto con la experiencia del pandit Gopi Krishna, en su obra Kundalini: el Yoga de la Energía, para sortear el difícil momento del alumbramiento del bebé shen, nutrirlo diligentemente durante los primeros años y protegerlo en sus estadías fuera del cuerpo hasta que su naturaleza varíe del inicial estado yin shen, cuando logre alcanzar la gloriosa condición yang shen, recibiendo entonces las facultades divinas, razón por la cual los alquimistas han velado los acontecimientos que transcurren durante los sucesivos regímenes de la Gran Obra usando los términos “tarea de mujeres,” “juego de niños” y el bienaventurado “don de Dios.”

La información más detallada que ha llegado escrita a nuestros días corresponde al maestro Chao Pi Ch'en (también escrito Zhao Bichen, en chino 趙避塵) y entendemos que la mejor síntesis de su obra consiste en la explicación brindada en el Rosarium philosophorum sive pretiosissimum donum Dei (Rosario de los Filósofos o el regalo más precioso de Dios): “Nuestra piedra es el producto del magisterio mismo y es asimilada, en su progresión, a la creación del hombre: en primer lugar viene el coito, en segundo lugar la concepción, en tercer lugar el embarazo, en cuarto lugar el nacimiento, y por último la nutrición.

Al conectarlo con el sufismo, vemos que las concepciones son sorprendentemente parecidas: los diferentes combustibles necesarios para el buen funcionamiento de los centros psíquicos del Cuarto Camino son, esencialmente, el refinamiento energético buscado en el magisterio daoísta: el más burdo de estos suministros es el jing, la fuerza generativa que psicológicamente podemos comparar con la líbido sexual. El jing o esencia necesita limpiarse, disolverse, purificarse y reunificarse en un nuevo compuesto: el qi (chi); y por último, el compuesto hermético debe sublimarse nuevamente en la energía psíquica shen. (1)

Confucio presenta el bebé
Buddha al filósofo Lao-Tzu
Cuando el principio hermético es mantenido por más de un año, la sublimación de jing produce suficiente acumulación de qi para iniciar una serie de cambios fisiológicos que culminan en un hito particular: la consolidación del sub-mayordomo; es decir, el centro magnético embrionario comienza su moroso desarrollo y más tarde logrará subyugar a los egos o complejos autónomos psicológicos; mientras que los daoístas hablan de este paso importante como Colocar los Cimientos (zhu ji lian yi), los alquimistas occidentales lo han denominado como el templado del atanor, y a nuestro entender, se trata de una analogía válida pues la saturación de qi puede provocar trastornos de ansiedad en los centros psíquicos inferior y medio pues se ven colmados de combustible que no le es propio. Gopi Krishna comenta sobre su experiencia:
Mientras dormía, a menudo el ritmo de mi pulso era mayor que durante el día. Comprobaba este hecho con regularidad, tomándome el pulso inmediatamente después de despertar en cualquier momento de la noche. En numerosas ocasiones descubrí que latía tan rápidamente que me causaba ansiedad. Los latidos fuertes y rápidos señalaban claramente un proceso metabólico indudablemente acelerado, que la sangre corría con rapidez, incontables formaciones y transformaciones en los tejidos celulares, todo ello afectado por la corriente vital que se extendía como una tormenta a través del organismo entero con el propósito evidente de rehacerlo hasta alcanzar un grado superior de eficacia.
Señalamos entonces que la salud física y la edad del aspirante son dos variables importantes sino vitales para la completitud de la Gran Obra. En el taoísmo se propone como edad tope a los 64 años y el adepto Lu K'uan Yü establece una escala en función de una unidad métrica de estabilidad psicosomática denominada chu. (2) Los chu se pueden graficar como una función cóncava con su máximo a los 16 años y debido a que su vitalidad positiva (principio yang) decrece gradualmente mientras que su contrapartida negativa (principio yin) aumenta proporcionalmente, a partir de los dieciséis años se desarrolla una unidad de principio negativo cada noventa y seis meses:

EdadCantidad de mesesChu(s)Principio positivoPrincipio negativo
2 años y 8 meses326410
5 años y 4 meses6412820
8 años9619230
10 años y 8 meses12825640
13 años y 4 meses16032050
16 años19238460
24 años28832061
32 años38425662
40 años48019263
48 años57612864
56 años6726465
64 años768066

Las unidades que se adicionan a los principios positivo y negativo motivados por la edad pueden variar por razones exógenas: es decir, las respectivas unidades Yang y Yin sufren variaciones significativas en caso de enfermedades, situaciones extremas y, por supuesto, procesos hiperdimensionales como episodios frecuentes de visitantes de dormitorio y abducciones que aumentarán drásticamente el principio negativo. Asimismo, la aplicación de conductas psicopáticas facilita el “robo” del principio vital ajeno a partir de la manipulación emocional, la extorsión mental y la tortura física de entidades de consciencias inferiores o inocentes. No debemos desestimar que individuos en el camino siniestro exhiban actitudes y procedimientos encubiertos o manifiestos para enriquecerse vitalmente a partir del sufrimiento ajeno.

Pero aun con todas estas dificultades y siguiendo los lineamientos del magisterio taoísta es posible recuperar los chu perdidos ejercitando constantemente la rueda del pozo. (3) Aconsejamos vehementemente al aspirante utilizar las técnicas del fuego militar de la disciplina interna Kan-Li (Agua-Fuego) para robustecer el sistema defensivo autónomo del organismo previo al comienzo de la obra, aunque también lo hemos encontrado útil como método para morigerar los efectos del exceso de qi. (4) Una vez preparado el cuerpo físico, el magisterio del daoísmo propone tres regímenes de sublimación con distinto propósito:
  1. lian jing hua qi (sublimación macroscósmica de la fuerza generativa): requiere de la fragua del dan-tien inferior para sublimar el jing (esencia) en qi (traducido en los tratados como aliento/vitalidad) y el objetivo es confeccionar la Śarīra o la Perla de Cristal que es la famosa cristalización del exioëhary de la que habla Gurdjieff; (5) los tratados daoístas coinciden en un periodo de 90 a 100 días de manutención del principio hermético para transformar la fuerza generativa en qi a través de la ejercitación diaria de la pequeña revolución celeste, ya descrito como primer régimen del mercurio de los sabios;
  2. lian qi hua shen (purificación microcósmica de la vitalidad): durante este Régimen de la Piedra ha de cargarse la Cruz, símbolo del sufrimiento de nuestro amado redentor, sobre los dos hombros: el izquierdo, portador del Sol, y el derecho, teniendo como guía la Luna:
    El método consiste en girar los ojos nueve veces en cada una de las cuatro fases (de A a D, G y J), treinta y seis veces en total, para levantar el fuego positivo y clausurar la “Puerta Misteriosa” (k'ai kuan), y luego girar los ojos seis veces en cada una de las cuatro fases (de G a D, A y J), veinticuatro veces en total, para hacer bajar el fuego negativo y abrir así la “Puerta Misteriosa.” Estas revoluciones pasan por los cuatro puntos cardinales A, D, G y J para sublimar la fuerza generativa previamente recopilada y convertirla en vitalidad.
  3. Para el Taoísmo, la dirección ocular
    determina el canal que tomará el orgón:
    la Cruz A→ D→ G→ J transita por Tu-Mo,
    la Cruz G→ D→ A→ J transita por Jen-Mo y
    al vizquear los ojos se transita por Ch'ung-Mo
  4. szu ko yin yang (acopio de vitalidad para fortalecer el espíritu): utiliza la estufa del dan-tien intermedio y consiste en sublimar el qi para refinarlo en la energía psíquica shen (espíritu); la finalización exitosa de este régimen resulta en la integración final de los dos principios contrapuestos para trascender la dualidad; desde el punto de vista psicológico, el consciente (Ego, orientación STS, mente discriminatoria) y el subconsciente (Ello, orientación STA, mente indiscriminatoria) se integran al ser administrados por un nuevo centro psíquico: la supraconsciencia (SuperYó, orientación STO, es decir: balance); la finalización de este régimen es la iluminación o Piedra de Primer Orden.
Es así que los hornos de la alquimia, que en muchas ilustraciones aparecen con sofisticadas y descabelladas formas de redomas ventrudas, intentan explicar como el fuego filosofal va ascendiendo por los diferentes dan-tiens hasta alcanzar, tras la teofanía mineral, la clasificación de caldero precioso, símbolo hermético por excelencia del rosetón multicolor en el imafronte de las catedrales góticas, pues la visión interna del adepto se enriquece notablemente y comienza a percibir las formas internas y externas de los fuegos (es decir, del cuarto estado de la materia o estado de plasma); Gopi Krishna nos ilustra:
A veces parecía como si un chorro de cobre fundido, subiendo a través de la espina dorsal, chocase contra mi coronilla y cayese a mi alrededor en una lluvia centelleante de vastas dimensiones. Lo contemplaba con fascinación, el temor aferrando mi corazón. De vez en cuando parecía un espectáculo de fuegos artificiales de gran magnitud. Por muy lejos que mirase hacia dentro con mi ojo mental, sólo veía una lluvia brillante o un charco incandescente de luz. Parecía como si menguase de tamaño al lado del halo gigantesco que me rodeaba, que se extendía por todas partes en ondulantes olas de color cobre, claramente perceptibles en la oscuridad circundante, como si el centro óptico del cerebro estuviese ahora en contacto directo con una sustancia extremadamente sutil y luminosa en movimiento perpetuo, inundando el cerebro y el sistema nervioso, sin la intervención de los conductos intermedios de la retina y el nervio óptico.
La experiencia del alquimista francés Fulcanelli es similar, pero además incorpora la percepción auditiva:
Cuando oigáis en el recipiente un ruido análogo al del agua en ebullición —fragor sordo de la Tierra cuyas entrañas desgarra el fuego,— disponeos a luchar y conservad vuestra sangre fría. Advertiréis humaredas y llamas azules, verdes y violetas que acompañan una serie de detonaciones precipitadas... Una vez pasada la efervescencia y restablecida la calma, podréis gozar de un magnífico espectáculo. En un mar de fuego, se forman islotes sólidos que sobrenadan animados con movimientos lentos y toman y pierden una infinidad de vivos colores. Su superficie se hincha, revienta por el centro y los hace asemejarse a minúsculos volcanes. Desaparecen a continuación para dejar sitio a hermosas bolitas verdes, transparentes, que giran con rapidez sobre sí mismas, ruedan, se tropiezan y parecen perseguirse en medio de las llamas multicolores y de los reflejos irisados del baño incandescente.
El paso siguiente consiste en nutrir al bebé shen, que no posee autonomía propia ni posibilidad de defenderse en caso de ser atacado fuera del cuerpo. Los tratados budistas, en especial, son enfáticos en que durante esta etapa es un factor crítico proteger al yin shen de los seres inorgánicos parasitarios que buscarán alimentarse de su principio negativo; en la introducción al Tratado de alquimia y medicina taoísta (Weisheng Shenglixue mingzhi), Catherine Despeux nos advierte:
Primero hay que reabsorberlo [hacer reentrar al cuerpo al bebé shen, esto es, evitar los OBE (out of body experiences o viajes astrales) prolongados] rápidamente ya que, al no estar fortalecido, puede disolverse o ser la presa de todo tipo de demonios. La aparición de un gran número de demonios venidos para atacar al Shen es uno de los múltiples peligros de esta etapa sobre los que insiste Wu Chongxu.

Si recordamos que los demonios pertenecen al mundo Yin de la tierra, su ataque puede interpretarse como una última defensa del Yin antes de su desaparición completa. El Chuan dao ji, pone en guardia al adepto contra los demonios que pueden venir del exterior o de los sueños, o también de la visión interior que engendra todo tipo de perfumes, de sonidos, así como de visiones maravillosas y de alegrías extraordinarias.

Estas advertencias se encuentran en el Xingming Guizhi que habla de la aparición de fenómenos luminosos, de visiones de bellas mujeres que acechan al adepto hacen pensar, en la tradición budista, al último combate del Buda, a lo largo del cual Mara —demonio de la ilusión— intenta desviarla a través de todo tipo de visiones paradisiacas.
A nuestro entender es importante que el aspirante tome conocimiento del proceder de estas entidades negativas, invisibles a los ojos mundanos, pero completamente perceptibles una vez lograda la visión interior. (6) El planeta Tierra se encuentra bajo el velado dominio de estas entidades psicopáticas —a las que hemos confundido con nuestras deidades, quizá porque lo hayan escenificado para que así lo creamos,— y cualquier ser humano que logre el despertar definitivo es un blanco concreto a quien atacar; volvemos a hacer énfasis en los estudios del doctor Hufford, y sirva nuestra recomendación en evitar descansar o dormir de espaldas, dado que se aprisiona el canal del Vaso de Control (Tu Mo) dejando expuesto el Vaso de Concepción (Jen Mo) y que, en ausencia del co-gobierno del primero, es una vía fácilmente manipulable que detona cuadros de ansiedad y disautonomía.

Las etapas siguientes al régimen del albedo ya son más sosegadas pues el individuo comienza a emanciparse del sistema de control hiperdimensional. Es decir, el principio negativo yin, que demarca su existencia al factor exógeno, comienza a debilitarse y progresa entonces su principio positivo yang, volviéndose invisible a los sincronismos negativos que confecciona el cerco hiperdimensional: en los mitos y leyendas griegos se sostenía que el héroe que enfrentaba a las fuerzas del Hades se muñía de reliquias, provistas por los Cíclopes (aquellos maestros que han logrado el despertar del tercer ojo), que le otorgaban de invisibilidad para llevar a cabo su misión salvífica de la humanidad. Los regímenes restantes para la confección de nuestra Piedra se completarán a través de:
  1. lian qi hua shen (refinamiento del qi para transformarla en espíritu): cuando la circulación microcósmica se vuelva autónoma, envolviendo un circuito más amplio, relacionado con los “Ocho Meridianos Extraordinarios” en la llamada “Órbita Macrocósmica” (da zhou tian); el filósofo entonces comienza a reintegrarse al principio natural, uniendo Cielo y Tierra; durante esta etapa comienza a restaurarse el cuerpo orgánico ya que el exceso de jing se utiliza como ingrediente alquímico restaurador.
  2. lian shen huai xu (refinar el espíritu para regresar al vacío): en esta fase de la práctica, la energía psíquica (shen) evoluciona al llamado “espíritu original” (yuan shen). Las energías mezcladas del estado “cielo posnatal” (hou tian) se restauran en un tipo de energías primordiales llamadas “cielo prenatal” (xian tian); el bebé shen progresa de su estado yin hacia yang.
  3. lian xu he dao (transmutar el vacío para alcanzar el Tao): esta etapa opcional consiste en hacer progresar el yang shen de Cuarta Densidad hacia Quinta Densidad; el cuerpo físico de Tercera Densidad se reabsorve en vida; probablamente en la Sesión Cassiopaea del 30 de Septiembre de 1994 se haya intentado transmitir esa idea sobre Jesucristo: (7)
    P: (Laura) Entonces no hubo crucifixión, no hubo resurrección después de los tres días, es correcto?
    R: Bastante.
    P: Bien, ¿cuál es la verdad sobre este asunto?
    R: Abandonó la Tierra en un vehículo luego de un estado de sueño extendido.
    P: ¿Cuándo fue que entró en este estado de sueño? ¿Se fue un día a la cama a dormir y luego una nave vino y lo recogió?
    R: Algo así.
    P: ¿Así que le pareció a sus seguidores que había muerto?
    R: Ellos pensaron eso.
    P: ¿Se levantó en algún momento y dijo algo a alguien antes de irse en la nave?
    R: Sí.
    P: ¿O sea volvió de la muerte...
    R: Sí.
    P: ... y luego les dijo cosas que había visto en su sueño meditativo extendido, fue eso lo que sucedió?
    R: Algo parecido.
    P: Bien, ¿qué pasó?
    R: Profetizó y proclamó entonces su eventual retorno.
    P: ¿Fue esta información la que obtuvo durante este período de sueño prolongado?
    R: Sí.
    P: ¿Cuánto tiempo estuvo dormido, o en este estado de semi-muerte?
    R: 98 horas.
De acuerdo al doctor Jwing Ming Yang, el cronograma de la Gran Obra dentro del budismo y el taoísmo coinciden y comprenden un total de tres años para lograr la Santidad (una vez obtenida la primer iluminación o Bodhicitta que le convierte en un ser bi-densidad) y otros nueve años para alcanzar la Sabiduría, esto es, la Piedra Filosofal de Tercer Orden:
Como se puede comprobar, el Dao de alcanzar la iluminación o de convertirse en Buda requiere muchos años de entrenamiento. Consiste en [...] la formación de un “Embrión Espiritual” (cien días para la fundación) que es comúnmente denominado “Sheng Tai” (Embrión Sagrado) o “Ling Tan” (Embrión Espiritual). A continuación hay diez meses de nutrición y crecimiento, tres años de cuidados, y finalmente nueve años para educar a este Shen bebé hasta que madure y sea independiente. En el entrenamiento del Qigong budista y daoísta se cree que para alcanzar la meta final de la iluminación y el estado búdico primero se debe crear un cuerpo energético espiritual independiente. Después de la muerte del cuerpo físico, este cuerpo espiritual continúa viviendo eternamente y no retorna a la rueda de la reencarnación.
El adepto, llegado a este momento, ha logrado la maestría, recuperado la memoria de sus existencias “pasadas” (anamnesis, del griego ἀνάμνησις: “rememorado”) y es consciente de las realidades de tercera y cuarta densidad: puede, a voluntad, ingresar o retornar de sus estadías fuera del cuerpo, aquellas que las tradiciones místicas asiáticas denominan samādhi; las facultades taumatúrgicas como la sanación, la visión extendida y la consciencia de todos sus futuros probables son las nuevas herramientas cognitivas que provee la supraconsciencia madura; Eugene Canseliet en el segundo prefacio a la edición francesa de Las Moradas Filosofales comenta al respecto:
En aquella época hacía ya seis años que nuestro viejo maestro había conseguido la elaboración de la Piedra Filosofal, de la que se ignora ordinariamente que se divide en Medicina Universal y en Polvo Transmutatorio. Una y otra aseguran al adepto el triple patrimonio —conocimiento, salud y riqueza— que exalta la estancia terrestre a la absoluta felicidad del Paraíso del Génesis. Siguiendo el sentido del vocablo latino adeptus, el alquimista ha recibido desde ese momento, el Don de Dios, o, mejor aún, el Presente en el juego cabalístico de la doble acepción, subrayando que, a partir de entonces, goza de la duración infinita de lo actual [...]


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La Gran Obra: paralelismos entre sufismo y taoísmo (II)

Cobijándose tras un prudente pudor, los tratados orientales describieron una arcana ciencia que velaba sus enseñanzas reseñando un metal extraño y volátil al que denominaron mercurio, que se distinguía del plomo, sólo cuando éste abandonaba la vasija filosofal y se derramaba imprudentemente; cualquier ojo entrenado lograría tras una lectura atenta asociar con rapidez al húmedo radical alquímico, tratándose del ens-seminis, y su distinción de la fuerza generativa, aquella que coincide con el potencial energético jing —uno de los Tres Tesoros Sagrados del daoísmo,— y que merma al derramarse en la tierra, durante cualquier mundana ebullición del destilado precioso.

Utilizamos la palabra destilado, pues es a través de la explicación que nos brinda el sufismo sobre el procesamiento sutil de los alimentos, que podemos comprender el mecanismo del refinamiento de los hidrógenos encerrados tras la digestión de las vituallas materiales. Las enseñanzas taoístas toman como punto de partida al erario orgánico del jing —la elan vitae de Henri Bergson y el orgón de Wilhelm Reich,— pero sin embargo, sin la elucidación sufista, careceríamos de la clarificación del proceso con que nuestro organismo confecciona los vitales hidrógenos sutiles.(1) Debemos agradecer al matemático ruso Piotr D. Ouspensky (en ruso: Пётр Успе́нский) la claridad con que resumió las enseñanzas de su mentor, nuestro prestigioso calvo enmostachado, George I. Gurdjieff (en armenio: Գեորգի Գյուրջիև), quien más tarde las expuso, bajo un ornamentado glosario de arduos términos, en su libro Relatos de Belcebú a su Nieto.

Para lograr la conexión entre ambas explicaciones creemos beneficioso que se tenga en mente algunos conceptos y axiomas que El Cuarto Camino da por sentado: anteriormente vimos que tras el rebuscado término harnelmiatznel, se escondía algo tan simple como “lo que está arriba se conecta con lo que está abajo y se une en el medio,” y matemáticamente correspondería a la media ponderada, siendo el concepto central para entender el trasfondo alquímico que juega el Alkahest, es decir, el segundo elemento eseral. Otro concepto clave es el de stopinder o intervalo, esto es una fase a la que se arriba a través del uso de determinada energía, pero para superarla, se requiere de otra distinta, más concentrada y proveniente del exterior del organismo, y que puede provocar y desencadenar un shock emocional al ser aplicada en un punto clave: un mdnel-in. También nos toparemos con las famosas octavas musicales del heptaparaparshinock, es decir, la Ley de Siete que se representa con las notas musicales y todo aspirante a la Obra debería conectar sin demasiadas dificultades con los respectivos regímenes de la Piedra Cúbica;(2) el notable maestro Fulcanelli nos recuerda asociar la alquimia con el arte de la música en una nota del cap. Louis D’Estissac de Las Moradas Filosofales:
No es raro encontrar en los textos medievales la alquimia calificada de arte de música. Esta denominación motiva la efigie de los dos músicos que se advierten entre los balaustres que terminan el piso superior de la casa de la Salamandra de Lisieux. Los hemos visto igualmente reproducidos en la casa de Adán y Eva, en Le Mans, y podemos hallarlos otra vez, tanto en la catedral de Amiens (reyes músicos de la galería alta), como en la residencia de los condes de Champaña, llamada comúnmente maison des musiciens, en Reims. En las hermosas láminas que ilustran el Amphitheatrum Sapientiæ Aeternæ, de Enrique Khunrath (1610), hay una que representa el interior de un suntuoso laboratorio. En medio, hay una mesa cubierta de instrumentos de música y de partituras. El griego μουσικός procede de μούσες: musa, palabra derivada de μύθος: fábula, apólogo, alegoría, que significa también el espíritu: el sentido oculto de una narración.
Por último, las tres fuerzas subyacentes dentro del microcosmos humano siendo las mismas que operan en todo el macrocosmos: creación, destrucción y sostenimiento —descritas como Carbono, Oxígeno y Nitrógeno— (3) y que en las Sesiones Cassiopaea se adivinan respectivamente como las orientaciones STA, STS y STO, con una conexión directa con la Santísima Trinidad cristiana:
Los dos axiomas subyacentes en la realidad son la Ley de las Tres Fuerzas y la Ley de las Octavas. Todo fenómeno en el Universo es, inevitablemente, la manifestación de tres fuerzas; y cada proceso tiene lugar de acuerdo a una estructura simbolizada por la escala musical de siete tonos, con escalones tanto ascendentes como descendentes y con rellanos, o intervalos, en los que se requiere del desarrollo de una fuerza especial para atravesarlos.
Este sistema enseña que todo en el universo es material —con lo cual también se puede sostener que es totalmente espiritual,— incluso los “quantos,” como el pensamiento y la emoción, que no se acostumbra a considerar como tales. Sin embargo, la importancia relativa de la sustancia varía mucho de acuerdo con la Escala de los Hidrógenos. Toda la materia consiste en vibraciones, y la densidad de la materia se encuentra en proporción inversa a su frecuencia vibratoria; usando los términos de las canalizaciones Cassiopaea: cuanto más sutil la materia, más alto su FRV. Aunque la bibliografía no lo precisa puntualmente, resulta útil asociar el refinamiento superior o H1 con la Gravedad, esto es, la materia irreductible, última e indivisa que penetra todas las demás densidades materiales, cuyo dinamismo inherente es el Pensamiento, y que correspondería a la Séptima Densidad o Tao. H1 se asocia con sí misma —en términos de la Kabbalah, el Absoluto se condiciona a sí mismo para manifestarse— desarrollando todas las demás materias densas:

NivelGurdjieffOuspenskyObservaciones
AbsolutoH1-Gravedad (materia sometida a una única ley)
EspiritualH3-
EspiritualH6-
EspiritualH12(¿h3?)(¿shen?)
EtéricoH24h6Impresiones de nivel sutil (qi)
EtéricoH48h12Impresiones intermedias superiores (jing)
EtéricoH96h24Impresiones intermedias inferiores (jing)
EtéricoH192h48Impresiones inferiores (¿enzimas?)
FísicoH384h96Fuego (¿adenosín trifosfato?)
FísicoH768h192Aire
FísicoH1536h384Agua
FísicoH3072h768Alimento
FísicoH6144h1536Madera
BasamentoH12288h3072Metales/minerales
Tabla comparativa de hidrógenos: entre Gurdjieff y Ouspensky hay 2 niveles de diferencia
(los niveles superiores a H24 (h6) no son claramente especificados en la bibliografía)

Asimismo, el modelo de realidad sufista propone la extensión de la cadena trófica, descartando la visión antropocéntrica y considerando al ser humano como un mero eslabón intermedio. No profundizaremos excesivamente en el proceso digestivo del harnelmiatznel mecánico, proponiendo un resumen drástico al decir que h768 requiere de tres octavas en h192 y una de h48 para mecánicamente alcanzar el destilado h12.(4) Como se desprende de la tabla previa, esta clase de hidrógenos son impresiones que resultan de alimento para el centro psíquico superior, aunque resulta también un caldo suculento para otras entidades. Curiosamente, se puede asociar fácilmente con las afirmaciones de Robert Monroe sobre la DLP (distilled loosh producers) formula, aquella que se obtiene a partir del sufrimiento de las unidades terrestres 4M (type 4M units), diseñadas por los Antiguos Sembradores para su propia siega energética de la Granja Antropecuaria, y en directa relación a la advertencia chamánica expuesta en los libros de Carlos Castaneda:
La revolución de los chamanes es que se rehúsan a honrar acuerdos en los que no han participado. Nadie me preguntó si consentía ser comido por seres de otra clase de conciencia. Mis padres me trajeron a este mundo para ser comida, sin más, como lo fueron ellos; fin de la historia.
El sufismo: el camino
esotérico del Islam
El destilado h12, la energía jing del daoísmo, es un suministro precioso tanto para el propio organismo como para los eslabones siguientes de la cadena alimenticia. Sin embargo, es un compuesto perecedero: no es recomendable que se atesore sin previa sublimación durante un período prolongado pues llega a atraer entidades parasitarias (el concepto budista de fantasmas hambrientos es apropiado en este caso) y es un foco potencial para disturbios poltergeist; esto explica la conexión de fenómenos anómalos que rodean las hagiografías de aspirantes cristianos a la santidad al considerar que el proceso de harnelmiatznel sólo avanza mecánicamente hasta cierta etapa del refinamiento vibratorio; es necesario aplicar concientemente mdnel-in adicionales con el fin de trascender el respectivo stopinder energético. Pero aun sublimando el jing y atesorándolo como qi, sigue existiendo el riesgo de disminuirlo o perderlo a través de las emociones negativas:
P. ¿Cuál es la relación entre si 12, mi 12 y sol 12?
R.
[...] puedo decir que mi 12 se refiere al centro emocional, sol 12 al centro instintivo, y si 12 al centro sexual. Sólo podemos trabajar sobre mi 12. Tenemos demasiado poco si 12, y sol 12 pasa a mayor altura a una pequeñísima cantidad de h6 que, aunque es tan pequeña, mantiene vivos los centros superiores. [...] El estudio de los hidrógenos y su relación de uno con otro nos ayuda también a entender los centros y sus diferentes velocidades. El centro intelectual trabaja con h48; los centros motor e instintivo, con h24; el centro emocional ha de trabajar con h12, pero jamás recibe el combustible correcto y jamás trabaja como debería. Si pudiéramos hacerlo trabajar más rápido, eso constituiría una gran diferencia para nuestras percepciones y nuestras facultades.
P. ¿Cuál es la característica de
mi 12? ¿Cómo reconocerla?
R. Como ya lo expliqué, es la energía detrás de las emociones negativas. Esto no significa que todas las emociones negativas lleguen a la intensidad de h12, pero pueden alcanzarla, y las emociones negativas incendian a mi 12.
A primera vista, podemos concluir por la respuesta de Ouspensky que no estaba seguro del procedimiento de atesoramiento o sublimación del destilado si h12, y es claro que comprendía que en la sociedad occidental era un bien escaso. No obstante, es evidente, a través del siguiente pasaje de Fragmentos de una Enseñanza Desconocida, que Gurdjieff comprendía claramente el procedimiento de acopio y cultivo del qi para la formación del embrión áureo:
Traten de comprender lo que quiero decir. La mecanicidad es particularmente peligrosa cuando la gente no la quiere tomar por lo que es y trata de explicarla como otra cosa. Cuando el sexo es claramente consciente de sí mismo, cuando no se refugia detrás de pretextos, ya no se trata de la mecanicidad de la cual hablo. Por el contrario, el sexo que existe por sí solo y que no depende de otra cosa ya es un gran logro. Pero ¡el mal estriba en esta mentira perpetua a sí mismo!

—¿Y a qué conclusión llega usted? preguntó alguien. ¿Debemos dejar las cosas así, o cambiarlas?

G. sonrió. —Esto es lo que siempre se pregunta. Cualquiera sea el asunto de que se habla, la gente pregunta: «¿Es admisible que sea así? y ¿no se puede cambiar este estado de cosas?» ¡Como si fuera posible cambiar cualquier cosa, o hacer cualquier cosa! Ustedes al menos ya deberían haber visto la ingenuidad de tales preguntas. Fuerzas cósmicas han creado esta situación y fuerzas cósmicas la rigen. Y ustedes preguntan: ¿debemos dejar las cosas así o cambiarlas? ¡Vamos! Dios mismo no podría cambiar nada. ¿Se acuerdan de lo que se ha dicho sobre las cuarenta y ocho leyes? Éstas no se pueden cambiar, pero uno puede librarse de un gran número de ellas, quiero decir que hay una posibilidad de cambiar el estado de las cosas para uno mismo. Se puede escapar de la ley general, pero la ley general no puede ser cambiada ni en este ni en ningún otro. Pero un hombre puede cambiar su propia situación respecto a esta ley: puede escapar de ella. Tanto más cuanto que la ley de la cual hablo, es decir el poder del sexo sobre la gente, ofrece muy diversas posibilidades.
El sexo es la principal razón de nuestra esclavitud, pero también nuestra principal posibilidad de liberación. El «nuevo nacimiento» del cual hemos hablado depende tanto de la energía sexual como el nacimiento físico y la propagación de la especie. El si h12 es el hidrógeno que representa el producto final de la transformación del alimento en el organismo humano. Es la materia a partir de la cual el sexo trabaja y produce. Es la «semilla» o el «fruto.» [...] la posibilidad de crear una nueva vida dentro del organismo donde si h12 ha sido elaborado, pero esta vez sin la unión de los dos principios masculino y femenino. Desde entonces una nueva octava se desarrolla dentro del organismo y no afuera. Es el nacimiento del «cuerpo astral.» Deben comprender que el «cuerpo astral» nace de la misma manera que el cuerpo físico. Sólo difiere el proceso. El cuerpo físico entero en todas sus células es penetrado por así decirlo, por las emanaciones de la materia si h12. Y cuando la saturación ha llegado a un grado suficiente, la materia si h12 comienza a cristalizarse. La cristalización de esta materia equivale a la formación del «cuerpo astral.» El pasaje de la materia si h12 al estado de emanaciones, y la saturación gradual de todo el organismo por estas emanaciones, es lo que la Alquimia llama transformación o «transmutación.» Es justamente esta transformación del cuerpo físico en cuerpo astral lo que la Alquimia llama la transformación de lo grosero en sutil o la transmutación de metales viles en oro.
La conexión con el cristianismo es bastante evidente: esta “nueva octava que se desarrolla dentro del organismo,” es el famoso “Hijo del Hombre” o, en términos alquímicos, el “andrógino” o “rebis filosofal.” Desprendiendo el polvo del dogma eclesiástico de nuestras cansadas gafas y leyendo ahora con ojos más despiertos, el evangelio (del griego: εὐ, «buen», y -αγγέλιον «mensaje») realmente promulga una Buena Nueva (Juan 3:3-7):
Respondió Jesús y le dijo: “de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Nicodemo le dijo: “¿cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Respondió Jesús: “de cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de Agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: os es necesario nacer de nuevo.”
En efecto, el filius philosophorum nace del “Agua” y del “Espíritu,” es decir, desde nuestro mercurio y del ubicuo Alkahest. El mercurio de los sabios, el componente sutil que se extrae desde el húmedo radical, el legendario Azoth de los alquimistas, es el elemento clave que, a través de las bodas químicas junto al pervasivo segundo elemento eseral, da inicio al proceso moroso que en el daoísmo encontramos como el nei-dan, y que la alquimia occidental ha caratulado como la agricultura celeste, pues desde el centro terrestre del organismo se pretende arrancar de su ganga arsenical al tesoro hermético para conducirlo en su órbita microcósmica hacia la bóveda celestial, en un principio, a tráves de aquellas columnas gemelas que marcan la entrada del templo sagrado. Apiano León de Valiente en Las Cuatro Alas del Mercurio lo resume con elegancia:
La mercurización de cada individuo es lenta y en ocasiones, debe vencer segmentos oscurecidos que ocasionan al aprendiz enormes pérdidas de energía y dificultan la consecución de las acciones del trabajo alquímico. El mismo discípulo, con su inexperiencia, hace aún más lento este proceso, pues el avance de hoy lo dilapida en los errores de mañana. De no ser así, la Alquimia tendría efectos rápidos. Los Adeptos que conocen esta tarea, atestiguan lo difícil que es practicar este Arte Real. Ello porque puede transcurrir un largo período sin que se manifiesten los efectos deseados, puesto que el Alkahest trabaja imperceptiblemente en la limpieza de las heces contenidas en la Piedra. Durante ese lapso el cuerpo es acosado y agitado por la tenebrosidad. Evidencia persistentes alteraciones y retrocesos (aparentes) motivados por la tenaz resistencia que oponen los sectores oscuros de su cuerpo a la filtración y penetración de la Luz que invade sus dominios.
Es importante destacar que la Iluminación es tan sólo el paso que despeja las tinieblas del Nigredo; pero es requerida la Piedra de tercer orden, libre al fin de toda mácula, para obtener la oriflama tripartita: la Piedra Filosofal a través de la cual el adepto puede prever todo lo que es capaz de amenazar su existencia: las enfermedades, los accidentes y, sobre todo, la violencia criminal. El filósofo que no ha triunfado, por muy cerca de la meta que se encuentre, aun no se encuentra exonerado de la Rueda de la Fortuna ni de sus Cisnes Negros. (5)

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