Este sábado pasado, día 22, me he acercado a uno de los pantanillos que rodean la ciudad de Cáceres, hacía tiempo que no iba y me apetecía ir a "cazar" a este sitio, llegué de noche y recordando la fisonomía que tiene el pantano y mis ubicaciones preferidas fui hacia ellas, pero aun siendo de noche y no ver nada, el perfil había cambiado mucho, las eneas y los cenizos se habían hecho los dueños de la cola y el agua había bajado bastante, que paliza me he pegado, los pies calados tan temprano pero siempre merece la pena. Elijo el sitio y parece que acerté ya que nada mas salir el sol ya estaba allí este Martín pescador para darme los buenos días antes de que acabara este caluroso verano.
El posadero es un hierro oxidado de una antigua alambrada que hace juego con el pecho del Martín.
Espero que os gusten estas fotografías tan ferrugíneas.
Era el lugar dónde los niños escondíamos nuestras cosas para que nadie pudiera quitárnoslas; ninguna otra persona debía conocer su paradero. Desde aquí mostraré los tesoros de mis andanzas por la tierra, y daré lugar a que todo el que quiera, opine de ellos. Bienvenidos al escondite.
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