Querido mío:
Solo unas líneas para decirte lo que tu ausencia deja en mi. El amanecer de hoy me dejo estas ganas de escribirte.
Hemos vivido tardes otoñales envueltos con las luces de Octubre, recuerdo que me dejabas tu hombro para que me apoyara, para respirar esos atardeceres. Cada amanecer estaba envuelto de tu mirada, en los guiños que me hacías mirándome de soslayo. Tuvimos tiempos de luchas por ocupar el espacio, entre tus brazos y los míos.
Me fui desencantando de ti, de tus promesas, de tus olvidos, caprichos, quejas... de tus continuas ausencias. En tus regresos me dejabas soñar, me esperanzaba entre tus brazos, tus besos sabían a los primeros, tus encuentros fortuitos me sabían a menta, a sal, a atardecer en una playa, a dulce de pasión.
Te marchaste sin avisar, con la cobardía entre las piernas. Y me dejaste entre mis sabanas tu aroma.
Sé que tendrás tus reproches hacía mi, que dirás que mi tiempo lo dedique a perderte, que no luche lo suficiente por ti. Tal vez tengas muchas razones para hacerme este requiebro, para dejarme herida sobre la arena de mi vida o para pensarte mucho tu regreso.
Que si te echo de menos? Sí amor, sí... te echo mucho en falta.
Estas líneas no son un reproche, ni tan siquiera un llanto o un aullido. Es lo que siento estos últimos días.
Vive entre otros brazos, besa otras bocas, mira otros ojos... pero si te viene a bien, regresa... regresa.
Ya no puedo más con esta ausencia. No me dejes soñando en mi almohada, porque las noches son demasiado largas.
Espero noticias tuyas, a ser posible con acuse de recibo y urgente.
Mil abrazos, mil besos, mil te quieros! Amor
* Carta al AMOR.