La sala de La noche española está dedicada a realizar una revisión del concepto de la "españolidad" a través de la pintura, la fotografía, la escultura y las artes escénicas del periodo de Vanguardias, ya que tuvo un interés especial tanto en España, como en Francia o Estados Unidos.
Ese concepto de españolidad está vinculado con el Romanticismo, en oposición al racionalismo y la objetividad del Neoclasicismo. Antepone lo emocional a lo racional, lo sublime a la belleza clásica, lo subjetivo a lo objetivo, y toma una importancia clave la expresión de la identidad a través de medios como el arte. Una identidad tanto individual como colectiva, y ahí es donde entra en juego el Nacionalismo. La españolidad utillizaba la representación de todos los estereotipos de la cultura popular española, el flamenco y los elementos que se asociaban a él: la música, las tradiciones, los toros... Todo ello enfocado en expresar y preservar un patrimonio cultural.
Con la llegada de las Vanguardias, el concepto de lo español se reformula en el arte y se le intenta dar un nuevo punto de vista, más moderno, vanguardista; pero los elementos son prácticamente los mismos, tratados desde otra óptica. Por ello encontramos en esta sala, pinturas de artistas cubistas y surrealistas, donde se representan bailaoras, guitarras, trajes de cola... como símbolo de vida bohemia española. Cabe destacar las fotografías de ManRay y de Steichen, los oleos de Dalí, Robert Delaunay o de María Blanchar, el baile de Vicente Escudero o la Argentina, y la escultura de Alberto Sánchez, Bailarina.
La escultura está realizada entre 1927 y 1929, en cemento pintado y patinado, representa a una bailaora. La verticalidad de la pieza muestra el carácter totémico de las esculturas de Alberto, cargadas de simbolismo y primitivismo.
Al fondo de la sala (ver imagen 1), una escenografía también realizada por Alberto para el ballet La romería de los cornudos de Gustavo Pitaluga. En la imagen posterior una de las pocas pinturas cubistas de Dalí, la titulada Pierrot tocando la guitarra. Obra cubista,
A María Blanchard pertenece esta preciosa bailarina cubista. "Su arte, poderoso, hecho de misticismo y de un amor apasionado por la profesión, quedará como el de uno de los auténticos artistas y más significativos de nuestra época. Su vida de reclusa y enferma, había, por otro lado, contribuido a desarrollar y a agudizar singularmente una de las más bellas inteligencias de ese tiempo". Palabras que Federico García Lorca dedicó a María cuando murió de tuberculosis. (Conferencia dada en el Ateneo de Madrid, Elegía a María Blanchard).
El cartel que observamos está dedicado al baile, y en especial a una de las artistas más conocidas del momento: la Argentina, bailarina y coreógrafa española, nacida en Argentina mientras sus padres estaban de gira artística allí. Se le ha dado el mérito de tender un puente entre el Neoclasicismo y el Vanguardismo en el baile español, y haber sido la gran renovadora de la danza española y andaluza en París.
Por su parte, Vicente Escudero, una leyenda del baile español y flamenco, triunfador en Paris y en Estados Unidos, desarrolló su trayectoria en los cincuenta primeros años del siglo XX, irrumpiendo en la escena con un nuevo hacer flamenco que enriqueció y transgredió el género. Escudero, que bailó con La Argentina y Anna Pavlova, trabajó en varias películas de Hollywood y cosechó un éxito mundial que alcanzó su mayor apogeo en la década de los cuarenta. Se retiró en los sesenta dedicándose, hasta su fallecimiento, a una importante labor pedagógica. Sus fotografías, en la sala, pertenecen a ManRay y de Steichen.
Un admirador del trabajo de ambos bailaores, fue Carlos Sáez de Tejada, al que pertenecen tanto el cartel anterior, como la acuarela que aparece a continuación. Pintor, cartelista, figurinista, decorador e ilustrador español, identificado con la producción artística del bando franquista en la guerra civil. Su estilo fue ecléctico, desde el costumbrismo a la épica naturalista, incluyendo, ocasionalmente, experimentaciones vanguardistas de carácter neocubista.
En la sala dedicada a las mujeres de las vanguardia se revisa el nacimiento de la mujer moderna en la sociedad española, en paralelo con el crecimiento de las ciudades y de la clase media. En la sala encontraremos obras de Ángeles Santos o Maruja Mallo. Y de otras artistas no tan conocidas pero que desarrollaron un prolífico trabajo cómo ilustradoras y a las hemos dedicado nuestra especial atención: Purificación Searle, Delhy Tejero, o Manuela Ballester.
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Fragmento de La verbena de Maruja mayo. |
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Autorretrato de Ángeles Santos
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La ilustración era el sector en el que se movían muchas mujeres artistas, ya que se consideraba que las temáticas que se desarrollaban en dicho sector pertenecían al ámbito de lo femenino: moda, decoración infantil, sociedad...
La sala representa una sociedad en la que las artistas no tenía la misma visibilidad que los hombres, no solo por una cuestión de género, sino porque el sector en el que la muchas artistas se movían se consideraba un arte menor, la ilustración.
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Delhy Tejero. Brujas |
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Delhy Tejero. Autoretrato |
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Ilustracion de Delhy Tejero |
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Ilustración de Purificación Searle |
Purificación Searle
Estas ultimas imágenes (en las vitrinas) son un reflejo de la magnifica labor de las ilustradoras, cuyo valor fue poco reconocido en su momento, pero que actualmente se van considerando grandes artistas españolas.Visita guiada por Sara Fernández. Historiadora del Arte por la UCM y Diseñadora.
Espacio de Arte Tíltide
C. Fernando el Católico, 28
28015 Madrid.