Tren de cercanías.
Escaleras de tren.
CAIDAS QUE SE PUEDEN EVITAR.
Cuando nos caemos suele ser por un accidente inevitable, pero hay muchas veces que se puede evitar y nosotros, impacientes, no lo hacemos.
Viajo mucho en los trenes de cercanías y algunas veces en AVE. Todos los que hemos ido en AVE, sabemos que 15 minutos antes de llegar a su estación la azafata nos aconseja no levantarnos de nuestro asiento hasta que el tren este totalmente parado...la mayoría no hace caso, tal es así, que cuando el tren está a poco más de 10 minutos de la Estación, ya están la mayoría de los viajeros de pie, yo, no.
Tampoco lo hago en los trenes de cercanías pues a veces dan unos frenazos, que puedes caer al suelo o a las escaleras como ha ocurrido hoy.
Siempre que viajo me subo al primer piso pues en el bajo me mareo un poco, además me pongo cerca de las escaleras de bajada para estar más cerca de la salida. Este es el motivo por el cual veo los traspiés que dan muchos viajeros cuando frena el tren.
El primer tropezón de hoy ha sido hecho por un joven de unos 25 años. Íbamos en el piso de arriba y es muy peligroso bajar las escaleras cuando frena el tren (por lo menos para mi), pues bien, este hombre se ha levantado y muy chulito se queda con un pie en el primer escalón de bajada y el otro arriba. El tren va aminorando la marcha pero eso no evita que al frenar lo hace de sopetón y, ¡Zas! allá ha ido este buen hombre bajando las 7 escaleras con sus lindas posaderas. ¡Encima se levanta sonriendo! Claro que el "culete" se le debe haber puesto morado.
Esto ocurre en Vallecas.
Al rato sube al tren un abuelo con su nieto de unos 7 añitos, se sientan cerca de mi. Cuando el tren está llegando a Entrevías ya se están preparando para salir. Viendo en el suelo a abuelo y nieto, se me ocurre decir, dirigiéndome al niño:
-Ten cuidado guapo, agárrate a la barra no te vayas a caer.
No había terminado de decírselo cuando los veo rodando...el primero que ha caído ha sido el abuelo y lógicamente ha arrastrado al nieto. El abuelo ha bajado lo menos 4 escalones sentado y el niño detrás de él de cabeza, pero cosa curiosa, los dos se han levantado muy sonrientes y contentos.
Tan contentos iban que casi me han dado ganas de probar y bajar las escaleras rodando a ver si me divertía un poco. Porque la verdad es que de verlos en esta posición al abuelo, al nieto y al otro majadero que se había caído antes...me han dado ganas de reír.
No creáis que solo he visto a estos tres caer, en más de una ocasión vi rodar por las escaleras lo menos 7...bueno, a lo mejor eran 6 que luego dice mi cuñada Pepi que exagero...
Además de estos tropiezos, un poco antes de llegar a la estación de Atocha donde me tenía que bajar y para que no falte de nada, entra un señor con una acordeón y empieza a dar la tabarra con esa música estridente que pone con la compañía de un amplificador.
¡Menos mal que solo queda una estación! Si no fuera así, me había bajado en la próxima...
Quizá soy un poco rarita, pues no aguanto la música muy fuerte, vamos, ni fuerte ni baja y mucho menos en un vagón de tren donde la mayoría va haciendo ruido con sus móviles y sus charlas...vamos, que mejor estoy en casa, así nadie me molesta...
¿Verdad que el tren es precioso?
Las escaleras son las que van de un piso a otro. Pero estoy segura de que todos las habéis utilizado alguna vez.
Las he puesto para que recordéis los trastazos que se dan y la cantidad que hay...son pocas.