lunes, 26 de diciembre de 2016

Tiempo de recuerdos

Estamos en plenas fiestas navideñas pero yo fiel a mi costumbre de escribir por lo menos los lunes y, como ya se me ha pasado la borrachera de nochebuena, no se me ha ocurrido otra cosa que recordar. Recordar cosas buenas y cosas no tan buenas, pero todas ellas me han hecho feliz en algún momento.
   Ahora es tiempo de los cítricos, a mi me traen momentos agradables, las mandarinas:
   Si cierro los ojos, veo a mi madre rodeada de niños...mis hermanos y yo. Ella, tiene un cesto de mandarinas (quizá lo que pudo comprar aquel día), nos va repartiendo una, otra, según nos las íbamos comiendo.
  Uno de mis hermanos las engullía, comía cuatro mientras nosotros una. No se que le pasaba pero siempre tenía hambre, comía todo lo que se le ponía por delante, hoy...ya mayor apenas come por su diabetes...
   Sigo con los ojos cerrados y veo, a todos mis vecinos en mi casa celebrando la nochebuena después de cenar. Todos cantan, bailan, dicen picardías que nosotros no entendemos pero ellos ríen. En aquellos días todos eran jóvenes.¡¡¡Que felicidad!!!
   En los años cuarenta en pocas casas se comía carne a diario como ahora. Mi madre y una vecina hicieron "cola" desde las 7 de la mañana en una carnicería para comprar cordero, lo consiguieron, las dos se trajeron a casa un cordero entero...¡¡¡Vaya cena que tuvimos!!!
   Siendo como éramos pequeños y no nos sentó mal, ahora lo veo en el súper y se me revuelve el estómago de ver la grasa.
   Os imaginaréis que no he cenado cordero en Nochebuena.

   También recuerdo a un grupo de barrenderos que todos los días pasaban por mi puerta y charlaban con mi padre. Todos eran funcionarios y casi siempre lo que más les importaba era cuando les iba a subir el sueldo el Alcalde.
   Estos barrenderos antiguos eran tres. Uno iba barriendo y haciendo montones, los otros empujaban un carrito y recogían lo que su compañero había barrido anteriormente.
    Eran conocidos por todo el vecindario y se les llamaba por su nombre. Yo del que más me acuerdo es del señor Juan.
    Este señor a mi me parecía muy mayor, un abuelo, claro que no sería muy mayor, pues en ese caso estaría jubilado.
   En la puerta de mi casa hacían una parada más larga de lo normal, pues como mi padre era Policía Municipal y ellos también eran funcionarios, se dedicaban a poner "verde" al Alcalde por aquello del sueldo.
    En estas "charlas" muchas veces intervenía mi madre, claro que a ella solo le interesaba si sabían cuando les iban a subir la paga, pues los barrenderos eran los primeros que se enteraban de todo lo que ocurría en el Ayuntamiento. Por este motivo los llamaban..."Radio Escoba".
  Cuando llegaba la Navidad, mi madre les tenía preparada una bandeja con dulces y una copita. En aquellos tiempos no había bebidas tan sofisticadas como hay ahora, solo tomaban Coñac y Aguardiente los hombres, las mujeres, vino dulce, los niños...nada.
   A estos barrenderos que recorrían el barrio con su carrito, más de un vecino les invitaba.
   Recuerdo que cuando se despedían de mis padres, veíamos desde la puerta del portal como se iban calle arriba. El que barría...ya no barría. Iban los tres sujetando el carro, mejor dicho, eran ellos los que se sujetaban al carro, caminando despacio y haciendo eses y los tres maravillosos barrenderos habían echado los útiles de la limpieza al carro...ya no podían ni con las escobas.
   Los vi hasta que cumplí 17 años que nos cambiamos de barrio pero...los sigo recordando.

   El próximo contacto lo tendremos Dios mediante ya en el año 2017, espero no faltar a la cita, a menos que me atragante con las uvas.
    Menos mal que mi vecino Manolo nos las sirve peladitas y sin pipos.

   FELIZ AÑO NUEVO A TODOS

lunes, 19 de diciembre de 2016

Un policía de Coslada

Muchas veces he comentado las hazañas de mi amigo Víctor, policía, esta creo que conté algo en el homenaje a las fuerzas armadas, pero lo hice un poco corto por aquello del espacio, hoy tengo la historia entera y la cuento como el me la mandó a mi correo electrónico, estás son sus palabras:

" A Jacinto le conocí hace unos dieciséis años. Es un mendigo, natural de la Rioja. Por temporadas se viene a vivir Coslada. Tiene que dormir a la intemperie en pleno invierno. Tirado en la calle. Al principio de conocerlo, solía venir a verme a la comisaría.
 En noches heladas de mucho frío yo solía dejarlo entrar en la comisaría. Otras veces lo metía en un vehículo policial y dábamos vueltas por el distrito, para que la noche se le hiciera menos dura.
Una Noche Buena, lo invité a pasar esa noche tan especial en mi casa, con mi familia. Le ofrecimos que se diera un baño y no te puedes imaginar como quedó la bañera de negra y sucia. Le pusimos un traje y estaba desconocido. Por cierto que, se nos olvidó darle una corbata y el bueno de Jacinto nos la pidió con la espontaneidad que a él le caracterizaba.
Una vez que cenamos nos fuimos a celebrtar la Misa del Gallo. Pasamos una feliz noche. Yo estoy convencido que para Jacinto fue la mejor noche de su vida. Él siempre que ha vuelto a Coslada la ha recordado como algo muy especial.
Hace dos meses ha vuelto a Coslada y me ha dado mucha alegría verlo. Yo le tengo un gran cariño a Jacinto. Tiene 45 años, pero últimamente ha envejecido mucho. Tiene una constante sonrisa angelical.
Todos los días se pone a pedir limosna en la puerta de la iglesia donde yo voy diariamente a celebrar la Eucaistía. Le da mucha alegría cuando me ve llegar y rápidamente me dice que este año tiene que celebrar la Noche Buena en mi casa.
Hace unos días Jacinto me pidió que le dejara entrar conmigo a la iglesia, entramos y...no te puedes imaginar el olor tan fuerte que despedía el bueno de Jacinto, le presente al sacerdote el cual pidió una pequeña colecta para dársela a Jacinto.
Todos fueron muy generosos. Le acompañé en mi coche hasta donde el me dijo, aunque no quería bajarse del coche.
Pido perdón a Dios porque yo estaba deseando de dejarlo en cualquier calle de Coslada, pues mareaba el olor que despedía. Le lleve a un bar donde pudiera comer algo y me regalo una cruz de madera  que le habían regalado en la iglesia...
Este domingo pasado me llamó a mi casa el Oficial Jefe de la policía Local de Coslada para preguntarme si conocía al hombre mendigo que se suele poner en la puerta de la Parroquia a pedir.
El sabía perfectamente que es mi amigo y que tengo mucho trato con él. Le comenté que había estado por la mañana con Jacinto. Que en dos ocasiones le había tramitado el DNI, pues solía perderlo con facilidad. Le informé de su nombre y que era natural de la Rioja. Le pregunte al Oficial si había hecho algo malo y me respondió... que acababa de darle un infarto y había muerto en la puerta de la Parroquia.
Me dio mucha tristeza al ver como mi buen amigo Jacinto había muerto solo y tirado en la calle como un perrito. En el tanatorio de Coslada donde ha estado varios días, nadie ha ido a verlo".

Este es el testimonio de mi amigo, el "Gran Víctor" como yo le llamo, porque es grande de cuerpo y alma, es buen amigo y hace todo el bien que puede con todos los que le conocemos.
Me contó muchas más cosas, pero para que no fuese más largo lo he dejado así. No me olvido de su esposa, Manoli, que le sigue la corriente y más de una vez han ido juntos a la cárcel a visitar a más de un delincuente.

Feliz Navidad a los que leáis esta entrada, a los que no la leáis, a los que os gusto, a los que no os gusto, a los que me habéis dicho que estoy muy fea en la foto, (a primeros de año cambio toda la portada) voy a poner una de cuando tenía 30 años y os vais a quedar sin habla de lo guapísima que era...ya no tengo abuela, pero mis nietos dicen que soy muy maja...ahí queda eso.
Como veis tengo buen humor¡¡

¡¡FELICIDADES A TODOS!!

lunes, 12 de diciembre de 2016

Flor de Pascua

Esta, como muchas plantas, tiene su historia y a mi me ha parecido bonita y me he dicho a mi misma: ¡Cuéntala por si hay alguien que no la sabe!

Así que ahí va la leyenda de la preciosa Poinsettia:

La Poinsettia es una planta que crece salvaje en México y la llaman *Flor de la Nochebuena* porque sus hojas, verdes, cambian de color en Diciembre volviéndose rojas.
En 1830, el botánico Joel Roberts Poinstt, la catalogó y se empezó a cultivar en los Estados Unidos como planta decorativa. (Como veis, le puso el nombre de su apellido).
El motivo de que esta planta de hojas verdes cambie de color en el mes del Nacimiento del Señor, nos lo cuenta esta leyenda:

Era costumbre en México que los fieles llevaran algún pequeño regalo que ofrecían al Niño Jesús durante la misa de Nochebuena.
Un muchachito llamado Pablo, se sintió muy triste cuando esa noche no tenía que llevarle nada al niño. Era demasiado pobre y no tenía nada que ofrecerle. Se escondió en un rincón de la iglesia y, arrodillado, lloró amargamente. Las lagrimas resbalaron por su cara y caían al suelo.
De pronto, ante sus ojos, una preciosa planta empezó a crecer, sus hojas eran de un rojo encendido estaban dispuestas en forma de estrella y en el mismo centro, un manojito de menudas flores amarillas la inundaban de luz.
Pablo supo que aquel era el regalo que Dios le enviaba para ofrecer a su hijo recién nacido y feliz como nunca, depositó aquella estrella preciosa a los pies del pesebre.
Así dicen que pasó y que desde aquella noche la Poinsettia se vuelve roja en Navidad.

Dicen que trae buena suerte que te la regalen, yo ya la tengo en casa regalo de mi hijo, por lo tanto, hijos, regalarle una a mamá, a la yaya, a la suegra...bueno, a quien queráis, pero regalar una.

Todas las costumbres son bonitas, no dejemos de seguir las nuestras que son preciosas, os cuento una Catalana que me ha parecido preciosa:

Era creencia popular en muchos lugares de Cataluña que, en la noche del 24 de Diciembre, durante la misa del gallo, la Virgen bajaba a la tierra acompañada por un cortejo de Ángeles, entraban en una casa y sentándose al lado de la chimenea cambiaba los pañales al Niño Dios al calor de la lumbre.
Como no se podía saber que casa escogería la Virgen para tal menester, todas las chimeneas quedaban encendidas y se dejaba dispuesta en cada hogar una fuente con dulces y una jarra de leche por si a Nuestra Señora le apetecía comer algo.
En los pequeños pueblos de montaña, aún se conserva esta costumbre.

¡¡¡Que costumbre tan bonita!!!

Si algunos de mis amigos Catalanes tiene una casita en la montaña, ruego que me diga si se sigue celebrando esta bonita costumbre. ¡Ya me gustaría a mi poder celebrarla!

Por cierto, cuando ha leído mi hijo el cuento de las arañitas, ha echado en el árbol de Navidad tantas y tantas guirnaldas como las arañitas echaron en su día y...aunque no lo creáis, ha quedado...cargado pero muy bonito.

lunes, 5 de diciembre de 2016

¡Fiestas ! ¡Fiestas! y más ¡Fiestas!

Esto es lo que tiene el mes de diciembre, muchas fiestas y por ello se nos pasa volando. Esta semana, no hay un "puente" lo que hay es un "acueducto".
 Empezamos con el día de la  Constitución, dos días más tarde La Purísima Concepción y apenas un par de semanas después...llega la Navidad.
Empezamos por la Constitución Española. De la última claro está, no de esa que llamaron La Pepa en 1812, no, la de 1978.
Ahora están otra vez, que la quieren cambiar, pues que la cambien, yo no la voy a votar lo mismo que no vote con la que tenemos. La cosa no la veía clara, dejaba en muy mal lugar a la mujer, no es de extrañar pues los señores que la hicieron eran más machistas que la madre que los...
Luego tardaron más de un mes pensando...¿Y que diréis que pensaban? (Esto para los más jóvenes). Pues no sabían si decir:" Queda constituida, o...Hemos constituido". Imaginaros a aquellos hombres tan sabios dándole vueltas a la cabeza hasta decidir que decían. La verdad es que no me acuerdo por que frase se decidieron, el caso es que hubo Constitución.
Bueno, la fiesta de la Virgen creo que se celebra en todo el mundo catolico, así que desde aquí felicito a las Concepción, que nosotros en España las llamamos Conchitas, aunque creo que en otros países Concha, es otra cosa.
Y ahora una bonita leyenda de Navidad titulada:
 Las arañas de Navidad.
Hace mucho tiempo, en un pueblecito de las montañas de Harst, en Alemania, empezaban a prepararse para la Navidad y como era costumbre, todas las señoras escoba en mano se dispusieron a dejar todo reluciente.
En una de las casas, una araña había establecido su nido en las vigas del comedor y cual no sería su miedo al ver que la escoba se acercaba peligrosamente a sus pequeñas hijas. Así que las llamó a todas y se escondieron un poco más arriba, justo en un pequeño hueco entre los ladrillos y allí se quedaron escondidas dos o tres días, hasta que una noche vieron algo asombroso:
Del mismo suelo del comedor había brotado un árbol centelleante de luces y lleno, desde la raíz a las puntas de toda clase de cosas brillantes y deliciosas. Las pequeñas arañitas apenas podían contener su impaciencia, pero la madre araña no las dejó salir del nido hasta que toda la casa estuvo en silencio.
Entonces las arañitas se deslizaron por sus hilos y bajaron hasta el árbol para ver de cerca todas aquellas maravillas. Pasearon arriba y abajo mirándolo todo, tocando los adornos con sus patas y dando tantas vueltas que, al final, todo el árbol quedó envuelto en una gran masa de telarañas y había perdido todo su esplendor.
Justo aquella noche era la noche en que Santa Claus llegaba  a las casas para dejar sus regalos. Se rió mucho viendo lo felices que eran las arañas, pero también sabía que los niños se pondrían tristes cuando vieran su árbol tan sucio y gris, así que les preguntó si querían quedarse en el árbol para siempre. Algunas dijeron que si y otras decidieron volver a su nido.
 Santa Claus sopló sobre el árbol y, las que quisieron quedarse, se convirtieron en arañitas doradas y sus hilos en bonitas y brillantes guirnaldas que colgaban de las ramas del árbol, haciendo que este fuera aún más bonito.
Y esta es la razón por las que muchas personas ponen arañas y cintas doradas en los árboles de Navidad.

Dentro de unos días sacaré la caja donde están las figuritas del Belén y las guirnaldas de colores, espero ver también las arañitas que se hayan quedado conmigo otro año más.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Un triste Romance

No me refiero a romance de nadie conocido por ser famoso, famosete o famosillo. Al que yo me refiero es a uno que creo que todos conocemos, por lo menos los mayores de...
Este romance nos lo enseñaron en el colegio, lo representábamos en los fines de curso o alguna fiesta del "cole". Todas las niñas queríamos ser la Infantita, los niños, por supuesto, el conde y pocos querían hacer el papel de la reina. Me refiero al "Romance del Conde Olinos". Con él quiero hacer un homenaje a mis amigos los poetas, a los que les salen tan bien las rimas y los versos, cosa que no me ocurre a mi que soy una negada para ello y por supuesto que, lo que cuento lo he copiado de un libro. Es de autor desconocido y hay más de 70 versiones. Cantadas, recitadas y musicales. Esta es la que he elegido. Allá va:

ROMANCE DEL CONDE OLINOS

Madrugaba el conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar:
las aves que iban volando
se paraban a escuchar,

Desde la torre más alta
la reina le oyó cantar:
-Mira hija como canta
la sirenita del mar.

-No es la sirenita, madre,
que esa no tiene cantar,
es la voz del conde Olinos,
que por mi penando está.

-Si por tus amores pena
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.

-¡No le mande matar madre,
no le mande usted matar,
que si mata al conde Olinos
a mi la muerte me da!

Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar.
-¡Que lo maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar!

La infantina con gran pena
no cesaba de llorar
Él murió a la media noche,
Ella  a los gallos cantar.

A ella, con hija de reyes,
la entierran en el altar,
a él como hijo de condes,
unos pasos más atrás.

De ella nace un rosal blanco,
de él, un espino albar.
Crece uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.

La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar,
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.

De ella nacería una garza,
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el Cielo.
Juntos vuelan a la par.

Leyéndolo y escribiéndolo, se me ha hecho un nudo no se donde, si en el corazón o en la garganta. ¡No se puede ser tan romántica!

lunes, 21 de noviembre de 2016

Las Lunas

Hace unos días todo el mundo estaba revuelto por ver la Luna más brillante que habían visto nunca, ya que según los entendidos, no se había visto otra igual desde el año 1947.
Yo la verdad es que me parecen todas igual de grandes e igual de brillantes y ¡ mira que he visto!.
En cierta ocasión vi una, o eso me pareció a mi, que era tan grande como una mesa camilla de dos metros, sin exagerar. Iba con unos amigos que tienen una finca de labranza en Belvis de Jarama. Según salíamos en una furgoneta por el camino hacia la carretera vimos un enorme disco muy grande y de color naranja. Uno de los que iba en el coche preguntó:
-¿Que es eso? Yo que siempre salto dije:
-La luna.
 Entonces el más anciano que era un hombre de campo y sabía más que los hombres del tiempo, apuntó:
-Eso no es la Luna, la Luna está por el otro lado.
 No se si los demás estaban asustados, pero yo tenía mucho miedo y le dije al conductor que no parara, que corriera todo lo que daba de si la furgoneta que además de nosotros, iba llena de repollos. Volamos hasta que llegamos a Barajas. Uno de los "entendidos" que iba con nosotros, nos contaba que cerca del Aeropuerto se habían visto varios Ovnis.
No se si era la Luna o un Ovni, pero miedo pasé mucho. En el corto trayecto pensé si nos iban a "tragar" para llevarnos a otros mundos...mi imaginación voló...
A los pocos días en los telediarios dijeron que se habían visto Ovnis cerca de Barajas...

Si volvemos a los años cuarenta, cuando salíamos a tomar el fresco a la calle (entonces no existía el aire acondicionado), y dudo que, ni mis padres ni mis vecinos lo hubiesen podido costear. Pues bien. después de cenar, raro eran los vecinos que con su sillita de anea y a veces con el botijo, no salían a tomar el aire fresquito.
Aunque los niños estábamos poco tiempo porque teníamos que madrugar para el "cole", si estuvimos un día que salió una hermosa luna llena.
Enfrente de casa había un montículo de tierra y allí nos sentábamos los chavales mientras nos contaban cuentos e historias, sobre todo mi padre, que se le daba muy bien inventárselos.
Ese día, para que viéramos mejor la Luna, mi madre nos puso una manta en el suelo, nos echamos panza arriba y así veíamos la Luna maravillosamente bien.
En aquellos años se veían perfectamente las estrellas, había poca contaminación. Nos enseñaron "El carro" y la Estrella Polar que era la más brillante.
Cuando todos estábamos fijos en la hermosa Luna, uno de mis hermanos le preguntó a mamá que era lo que había dentro de la luna y ella nos lo explicó a su manera y convencida:
Mirad niños, lo que se ve dentro de la Luna es "Bartolillo con un haz de leña", todos nos quedamos perplejos y todos queríamos saber como fue a parar Bartolillo a dicha Luna, esto fue lo que nos contó:
"Bartolillo era el menor de siete hermanos, todos los días su madre los mandaba al campo en busca de leña, él era el que siempre traía el haz mas pequeño.
Un día les dijo su madre antes de salir de la casa:
-Según me traigáis el haz de leña, así será el trozo de pan que os daré.
Los niños se marcharon en busca de la leña. El pequeño que además de pequeño era un poco gandul, no se le ocurrió otra cosa que coger una enorme piedra, la metió entre los sarmientos, pocos, que había recogido y resultó que llevó la carga más grande.
Cuando su madre lo vio, porque las mamás aunque son muy buenas no son tontas, preguntó a Bartolillo.
-¿No habrás metido una piedra entre los sarmientos? El niño contestó:
-No...
La mamá insistió:
-¿Me dices la verdad?
-Si, mamá, si es mentira que me trague la Luna"...
Y se lo tragó. Y allí está.

Mi madre se quedó tan ancha.

Este cuento lo he contado montones de veces a mis hijos más que ha nadie. El lunes pasado mientras mi hijo, que pasa de los cuarenta, y yo desde nuestra ventana estábamos viendo tan hermoso espectáculo, con su brazo sobre mi hombro, va y me dice:
-Mamá, quieres creer que me parece que estoy viendo a Bartolillo...


lunes, 14 de noviembre de 2016

Si yo tuviera....

Hoy no tengo ganas de contar cosas que me han pasado, antes y después de esta semana. ¿El motivo? Pues que luego me critican...que si todo me pasa a mi.. que soy una exagerada...que no puede ser que le ocurran esas cosas a nadie...en fin, que hoy me pongo punto en boca.  y no creáis que no tengo noticias, pues, si solo cuento lo bien que lo pasé el viernes con mis primas...ya es suficiente.
Hoy mi amigo el Psicólogo  me ha echado una mano dándome  dos casos de los que ha hablado esta semana en la Universidad y, según me ha dicho, a sus alumnos les ha gustado:
El primero se titula: SI YO TUVIERA.
Erase una vez un hombre que caminaba por la orilla del mar a la luz de la Luna y, en lugar de disfrutar de la agradable noche, de la paz del momento, de la inmensa belleza del cielo estrellado, iba todo el rato pensando en las cosas que no poseía:
* Si tuviera un coche nuevo, sería muy feliz; ojalá pudiera comprarme una gran casa, con todo tipo de lujos; qué sería de mi vida si, por fin, consiguiera ese trabajo con el que siempre he soñado? ; mi vida sería el colmo de la plenitud si estuviese con la pareja perfecta...*
En ésas estaba, cuando tropezó con una bolsita llena de piedras y, sin molestarse en echarles un vistazo, empezó a lanzarlas al mar mientras seguía con sus delirios de grandeza.
Cuando ya estuvo de regreso en casa, sacó del bolsillo la bolsa creyendo que estaba vacía y de su interior cayó una de las piedras. Cuál fue su sorpresa al darse cuenta de que se trataba de un diamante. Se echó las manos a la cabeza al calcular la fortuna que había perdido entre las olas del mar para siempre.
Y eso mismo es lo que les sucede a muchas personas: cada día arrojan al mar los pequeños tesoros que ya poseen y a los que no dan valor soñando con lo que no tienen., La felicidad está muy cerca de nosotros y nos permitimos el lujo de ignorarla.
La segunda se titula: EL TELEVISOR.
La profesora de literatura propuso a sus alumnos un nuevo ejercicio: tenían que hacer una redacción en la que explicasen en qué les gustaría convertirse. Como era de esperar, muchos niños escogieron ser animales poderosos como el tigre o el león, así como superhéroes, personajes de ficción de sus series de dibujos animados o incluso policías y bomberos. Pero el más sorprendente fue un alumno que quería ser un televisor.
El texto del muchacho comenzaba así:
*-Si pudiese transformarme, como por arte de magia, elegiría ser un televisor, querría ocupar un lugar especial y reunir en torno a mí a todos los miembros de la familia. Desearía que todos escuchasen mis palabras, que mi padre estuviese atento a lo que cuento aunque hubiera llegado agotado del trabajo. Que mi madre dejase cuanto tiene entre manos, que siempre es mucho, para dedicarme su tiempo sin prisas, relajadamente. Que mis hermanos se peleasen por estar a mi lado...Me gustaría divertirlos a todos.*

Este cuento encierra una importante reflexión: a veces perdemos el tiempo en cosas que no nos aportan nada, descuidando las que si son importantes.

En esta historia, leyenda o clase de mi buen amigo, yo no he intervenido nada más que para contarla, por lo tanto...yo me lavo las manos y todas las criticas van para un magnifico Psicólogo de la Universidad de Alcalá de Henares de cuyo nombre no quiero acordarme...¿De donde me suena esta frase?
Admito criticas.
"El televisor" me ha impresionado y me ha dado pena al mismo tiempo saber que hay familias como la que describe el autor.



lunes, 7 de noviembre de 2016

Llanto por una Rata

Creo que este episodio puede pasarle a cualquiera, pero ha pasado en mi casa y aunque hay quien dice que todo me pasa a mi, no es cierto, lo que ocurre es que yo lo cuento. Hay dos motivos, uno, que me libero de lo ocurrido, otro, que hago participe a mis amigos de cosas transcendentes que a todos nos puede ocurrir.
Diréis, ¡cuenta! ¡cuenta! Pues ahí voy, lo que cuento es la pura verdad y tal como ocurrió. Digo esto porque mi cuñada Pepi siempre me dice que exagero las cosas, en este caso no exagero ni "mijita".
"Ayer domingo, sobre las ocho de la noche, se acerca mi hijo al salón, donde yo estaba leyendo un libro muy interesante, a darme un beso, lo hace muy a menudo pues él está en su cuarto con su ordenador o sus películas y yo como ya digo estaba en el salón.
Al pasar por el recibidor vio algo en el piso y me llamó para que los dos lo viéramos. Parecía y era excremento recién puesto, además era seguro que era de rata. Enseguida me subí a una silla, no se por qué, pero lo hice. Un poco más calmada y mientras mi hijo exploraba lo que era, bajé de la silla y vimos que efectivamente estaba fresco. Mi hijo lo limpió, se lavo 20 veces las manos, aunque por supuesto lo limpio con papel.
Empezamos a buscar y rebuscar a ver donde podía estar tan repugnante visitante. Por supuesto no encontramos nada. Yo, que me paso de lista, decido echar harina por todo alrededor del frigorífico y también de los muebles de la cocina, pues es de suponer que seguro estaba en la cocina...no encontramos nada.
Pasaron las horas sin tener ninguna noticia de bicho alguno. Cenamos y sobre las 11, mi hijo se acostó, ya que madruga para ir al trabajo. Yo me quede como siempre hago, viendo una película o leyendo.
No habría pasado más de media hora, cuando oigo ¡¡mamaaaaaaá!!!
No puedo definir el susto y miedo que sentí. Me pareció que era un lamento como cuando eran pequeños los niños y te llamaban pidiendo auxilio a quien se  creen que todo se lo soluciona, su madre.
Fui corriendo hacia su cuarto, abro la puerta y le veo encima de la cama y me dice...¡¡Está aquí!!
-Es enorme de grande, mamá y además es preciosa... Sin comentarios.
Yo también me subí a la cama, pero claro, teníamos que organizarnos para sacarla, como fuera, a la calle.
Decidimos cerrar todas las puertas, para cuando saliera (si conseguíamos que saliera), no entrara en otras habitaciones. La primera que salido de allí fui yo. Cerré todas las puertas, o eso creí yo, y me atrincheré en el salón. Como la puerta tiene cristal podría verla salir. Mi hijo cogió el cepillo de barrer, el "trasto" ese de hacer fotografías con el móvil, creo que se llama Selfie. Con todo ello empezó a hacer suido, pues se había escondido detrás de un ordenador, y la rata salió corriendo, con tan mala fortuna que entró en la cocina. Allí si que sudó la gota gorda mi pobre hijo. Lo más inmediato fue esconderse detrás del frigorífico y empezar a cenar, pues estaba comiéndose la harina que yo había echado en el suelo. Yo a todo esto, seguía en el salón, bien cerradita.
Ya era más de una de la madrugada y no adelantábamos nada. Decidimos abrir la puerta de casa, la del portal primero y la del portal segundo. A todo esto, los dos estábamos en pijama y la rata en la cocina, las puertas de la calle de par en par...mi hijo tubo que correr el frigorífico y la condenada rata iba debajo. Empezo a achucharla con el cepillo, con el palo del Selfie y con mucho miedo por si le mordía, pues ya sabemos las enfermedades que acarrean.
Ya eran casi las 2 de la madrugada cuando a fuerza de ruido sale la dichosa rata corriendo y mi hijo asustándola, yo le decía: -Dale fuerte y mátala, mátala.
Pero claro no era tan fácil, él quería echarla a la calle y le dio con el cepillo. La rata chillo y mi hijo se echa a llorar diciendo: Pobrecita la he hecho sangre.
Os imagináis el cuadro, un hombre como un castillo que mide 1-80 y va camino de los 50 años llorando porque no quería matar a una rata...es muy amante de los animales.
Yo desde mi atalaya, pues además de estar encerrada en el salón estaba subida en la silla más alta, por fin la veo salir corriendo delante de mi hijo. Aquí no acaba todo, al llegar al recibidor, en un pequeño hueco que hay entre un zapatero y la pared, allí se mete.
Las puertas abiertas, las tres, nosotros en pijama, la rata echando sangre por todo el recorrido y para rematarlo, un vecinito que venía de fiesta, al ver el panorama nos pregunta si pasaba algo. Cuando se lo contamos le dio un ataque de risa y cuando descubrió a la rata le aconsejaba a mi hijo que la cogiera del rabo...
Por fin la pudo azuzar y sacarla al portal, pero no creáis que la remató, no, la echo al césped del jardín
Bueno, no quiero cansar más a quien se atreva a leerme. Ahora voy con los resultados:
A las tres de la madrugada y después de fregar toda la casa por donde había pasado tan indeseado huésped, salíamos a los contenedores a tirar: el cepillo, el cacharro de hacer Selfie que era la mar de majo de acero inoxidable, las zapatillas, la fregona, las bolsas de ir al Súper, una maceta con flores artificiales del recibidor y no me tiró a mi porque le dije que no me había tocado la rata.
Era muy tarde cuando estábamos los dos en la ducha. No se que tal día habrá pasado, yo por lo menos he dormido siesta.
 ¡Ah, cuando he salido a comprar pan, no he visto a la rata, seguro que no murió, asi mi hijo estará más contento.
En cuanto me he levantado esta mañana he ido a la oficina del administrador a contarle el suceso, aunque también se ha reído enseguida ha llamado a los de desratización, esta misma tarde ha venido un "matarratas", se han portado muy bien unos y otros. Según me ha contado el presidente de la comunidad, por la mañana ayer domingo cuando estaba arreglando no se qué en el cuarto de basuras, vio a la rata, le dio una patada y la echó al patio, como vivo en el bajo, seguro que subió como la yedra, por las pareces.
Fin del episodio

lunes, 31 de octubre de 2016

Noviembre

El mes de Noviembre empieza con el día de todos los Santos, sigue el día de difuntos y es quizá por eso, que nos recogemos un poco. Pero ahora con esa fiesta de disfraces terroríficos, es cuando de verdad sentimos miedo o algo peor, asco. No me gusta ver esas caras que se ponen con maquillaje que da verdadero pavor mirarlos.
Bueno, como la cosa va de sustos, yo no me quedo atrás en ese tema y para la noche, que dicen los jóvenes, de los muertos vivientes, yo me decido por los fantasmas, pero por fantasmas verdaderos, o eso es lo que cuentan las crónicas, allá va:

Esta anécdota si que la he vivido yo, no iba sola, lo hacía con una buena amiga mía que habíamos decidido ir a visitar el museo Reina Sofía.
De esto hace ya lo menos un año, desde entonces no hemos vuelto ni a pasar por la puerta.
Ya dentro del museo, más que mirar, íbamos charlando, las dos mayores sabíamos que aquello había sido lo que se llamaba entonces, el Hospital General, allí operaron a mi madre de apendicitis y también íbamos a consultas externas. Mi amiga lo corroboraba y seguíamos cotilleando...
Dando vueltas y más vueltas, no nos dimos cuenta de que donde nosotras nos encontrábamos no había nadie, subimos por unas escaleras de piedra muy antiguas, llegamos al primer piso y seguíamos sin ver a nadie. Por aquel sitio olía a alcohol y a cosa rara, nos asustamos y bajamos a la velocidad que nos daban nuestras cansadas piernas. Seguimos andando por aquellos corredores hasta que llegamos a uno que estaba alicatado de azulejos blancos y, en ese momento nosotras estábamos blancas como la pared.
Al intentar darnos la vuelta, nos dimos de cara con un sacerdote joven, con sotana. Mi amiga le preguntó: -Padre, sería tan amable de indicarnos la salida? Muy amablemente nos acompañó a una puerta, la abrió y nos hizo una seña para que pasáramos, le dimos las gracias y salimos.
Estábamos tan nerviosas que se nos quitó la gana de seguir con la visita y nos fuimos a la salida.
Cerca del control había varios guardias de seguridad, entre ellos divisé a un vecino que trabaja allí, nos saludamos y haciéndome un poco la graciosa, le conté que nos habíamos perdido y gracias a un sacerdote habíamos salido. Entonces, él llama a sus colegas y les dice riéndose:- Eh, chicos, mis vecinas han visto a Ataulfo. Nosotras no sabíamos que decir, acto seguido nos cuentan la historia.
Según ellos y varias gentes que lo habían visto, se trataba de un sacerdote que fue torturado durante la guerra civil (1936-1939), y al que los mismos guardas del museo le pusieron el nombre de Ataulfo.
Mi amiga y yo nos miramos y notamos que hasta el colorete que nos habíamos puesto, nos había desaparecido. Pero aquí no queda la cosa, nos contaron que cuando hicieron la remodelación del edificio aparecieron tres monjas momificadas enterradas en la capilla del hospital, las cuales están ahora enterradas justo donde nosotras teníamos los pies. Estábamos en la puerta principal del museo.
Dijimos adiós a los mables guardas jurados y, salimos, no corriendo, sino volando.
Si alguno de vosotros, viene o ya ha estado en este museo...que sepa lo que pisa o ha pisado.

Otra historia, leyenda y lo que sea, prometo que en aquella época, yo aún no había nacido, aunque faltaba poco.
Se dice que una noche de principios del siglo XVII, el abad de la Basílica de Guadalupe (Cáceres) España, vio que entraba un hombre de elegante apariencia que le solicitó la confesión, por lo que el abad pidió a unos familiares que iban a cenar con él que le esperaran unos minutos. Después de un rato, el abad salió con el rostro pálido, y cerró las puertas, por lo que sus familiares se extrañaron y le preguntaron por qué cerraba si el hombre elegante aún no había salido, sin embargo, el abad se negó a contestar y los apuró a dejar el lugar.
Ya en casa de los familiares, uno de los sobrinos le preguntó qué había pasado, el Abad llevó su mano derecha hacia su oído , haciendo notar que se le dificultaba escuchar. Después de que el sobrino le hiciera nuevamente la misma pregunta, el Abad respondió que el hombre que había estado en la Basílica horas antes...era un muerto que había venido de ultratumba para confesarse, y que después de escuchar la confesión tenía dificultad para escuchar por el oído derecho.
El Abad nunca pudo contar lo que le había dicho el misterioso personaje, guardando el secreto de confesión, y quedó sordo del oído derecho para siempre.

La curiosidad me corroe...¡¡¡Cuánto daría yo por saber lo que le dijo!!!

No cuento más historias por hoy el mes de Noviembre es muy largo y no sea que no pueda alguien dormir esta noche...

lunes, 24 de octubre de 2016

Mas sobre el Padre Ángel

El padre Ángel ha transformado la iglesia madrileña de San Antón en un centro social, abierto las 24 horas del día. Es el único de este tipo en toda España y seguro que en todo el mundo. Ofrece desde asistencia sanitaria y psicológica a confesionarios adaptados a personas con movilidad reducida, una máquina dispensadora de agua bendita, otra de alimentos no perecederos, conciertos de órgano, imposición de manos y unción de los enfermos, cepillos abiertos para depositar y recoger donaciones, pantallas de televisión en las que ofrecen conexiones en directo con el Vaticano o el arzobispado de Madrid, entrada libre de animales al templo y un largo listado de servicios que no acaba aquí.
Todos los que atienden en esta iglesia tan especial son voluntarios, desde sacerdotes jubilados -hay un total de 15-, 4 religiosas y unas 70 personas de apoyo. Los voluntarios son muy necesarios pues se reciben más de 450 visitas al día.

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Le decimos que es curioso ver animales de compañía en una iglesia y nos responde:
"Sí, aquí dejamos entrar a los perros con sus dueños y todos los años, el día de San Antón, patrono de los animales, los bendecimos".
Nos damos cuenta de que algunos entran solamente a utilizar los urinarios, dice el padre Ángel:
-Vienen porque no tienen otro sitio donde hacerlo. En los bares les exigen consumir para utilizar los servicios, y no tienen para pagar ni un café. Mejor que lo hagan aquí que en una esquina.
También hay dispensadores de agua bendita, al preguntarle que hace la gente con ella, nos dice:
-Una costumbre cristiana, es santiguarse con esta agua al entrar en una iglesia, según la tradición cristiana, perdona los pecados veniales o las faltas leves. Mira daño no hace...Yo en ese momento cogí una botella, la llené para embadurnarme cuando llegara a casa. El padre Ángel nos dijo que era potable...por si acaso.
En esta iglesia se recibe igual  a drogadictos, homosexuales o gente enferma, hacen caso al Papa Francisco cuando ha dejado muy claro que, " tenemos que bendecir a todos".
Nos damos cuenta que los cepillos están abiertos, ¿No es un riesgo?, le preguntamos y nos contesta.
-En esta iglesia decimos que cada uno deje lo que pueda y coja lo que necesite del cepillo. Y nadie ha robado nada. La gente es bondadosa y generosa.
El sacerdote reconoce.

-He cumplido un gran sueño con esta iglesia, porque desde que me ordené sacerdote quise tener un templo abierto todo el día en el centro de Madrid. Por aquí han pasado reyes, obispos, cardenales, presidentes, grandes actores, y todos han alabado nuestro trabajo. Es una iglesia en la que pobres y ricos comparten.




En las fotos veréis a nuestro admirado y querido padre Ángel con sus niños en el comedor.
Otra, para si alguno no le habéis visto con ropa talar, para que veáis que guapo está, y la otra, conmigo, aunque fue este verano, en las últimas no me gusto, y es que ya no salgo bien en ninguna...

lunes, 17 de octubre de 2016

Cosas que dan miedo

En todas partes hay fantasmas, fantasmitas y fantasmones. Yo hoy quiero hacer que alguien pase miedo y que mejor que hablar de fantasmas. Para los que creen que hay, para los que no y para muchos que saben que haberlos, haylos.
Están en varios sitios, en la calle, en las casas, en castillos...pero yo hoy he encontrado fantasmas en el metro.
De momento en Madrid y Barcelona, ya investigaré más:
Empezaré por la Capital:
A raíz de lo que ocurrió en Madrid aquel mal día de marzo del 2011, concretamente en la estación de Atocha, mucho se ha escrito y se ha contado y si me apuro un poco, he vivido.
Este caso lo contó una mujer:
Soy enfermera y un sábado que estuve de guardia toda la noche terminé mi turno a las ocho de la mañana del domingo, como siempre cogí el tren de cercanías el cual tenía que hacer transbordo en Atocha.
Cuando iba subiendo las escaleras metálicas, en la paralela a la mía subía un hombre de mediana edad vestido con un jersey color burdeos y un pantalón negro, era calvo y me miraba, por ese motivo me fijé más en él.
Cuando se acabó la escalera al final del tramo, me doy cuenta de que la escalera donde iba el hombre subiendo, ¡¡¡era la de bajada y, él había subido!!!
Me doy la vuelta para ver donde estaba y...Ya no le vi más. Por curiosidad y como un domingo a esa hora estaba la estación vacía, miré a todos los lados y nada, no le volví a ver.
Al día de hoy no se me ha olvidado ni su rostro, ni la ropa que llevaba puesta.

No dudo en absoluto de la veracidad de lo que nos contó esta mujer.
También en la estación de Tirso de Molina, que bien la conocen los madrileños hay sus más y sus menos.
Resulta que cuando se construía el metro en 1921, los obreros se toparon con el osario del Monasterio de la Merced, este Monasterio estaba en aquellos tiempos en el campo, pero como el progreso se extendía y el metro era algo muy bueno para Madrid, hicieron lo que hoy diríamos expropiar terrenos y bien que expropiaron pues arrasaron con cementerios, Monasterios y todo lo que pillaron por delante.
 Como iba diciendo, los obreros se toparon con dichos restos y no se les ocurrido nada mejor que coger los esqueletos, amontonarlos en los andenes y pusieron las baldosas que nosotros pisamos día tras día.
Durante la excavación del túnel los obreros contaban historias sobre gritos desgarradores de auxilio que venían del interior de la tierra.
Los vecinos hablan aún hoy del "fantasma de los obreros", un ente que se paseaba durante la construcción del metro por los túneles y muchos madrileños de a pie, confiesan haber oído gritos de socorro desde el interior del negro túnel mientras esperaban la llegada del metro, siempre a horas intempestivas.
Yo como muchos madrileños he ido varias veces a esta estación pero...desde que me enteré de este suceso...no he vuelto. También es verdad que no tengo porque ir por ese sector.

Y ahora voy con el metro de Barcelona, aquí no se libra nadie:
Hay una estación en el metro de Barcelona en la cual no quieren estar los jefes de estación, en otras palabras, nadie quiere trabajar allí.
El temor viene de una serie de suicidios en un corto espacio de tiempo, concretamente cuatro personas perdieron la vida en los railes en un mes, este dato (secreto, por otra parte), no supone el final de la historia.
Diversos jefes de estación que no se conocían entre si, dieron parte de haber presenciado en los monitores de tv. personas paseando por los andenes de una forma errática y aparentemente despreocupada, aunque...el último tren había pasado hacía mucho tiempo y la estación estaba cerrada al público.
Por este motivo, hay tortas de empleados que no quieren trabajar en dicha estación. Pero aquí no termina la cosa ya que en cierta ocasión un pasajero se acercó al jefe de estación y le preguntó con un extraño tono de voz, cuando iba a ser inaugurada la línea dos...Había sido inaugurada hacía siete años antes.
El jefe de estación salió corriendo y todavía lo están buscando.
De momento no voy a ir a Barcelona, no por falta de ganas, pero si por casualidad a algún barcelonés le interesa saber de que estacón hablo, lo digo...:
Es la estación de Rocafort, (L I )

lunes, 10 de octubre de 2016

Los Ángeles Custodios



Un año más hemos celebrado Los Ángeles Custodios Patronos de la Policía Nacional, no se si también son de la Policía Municipal, pues aunque mi padre era Brigada de este cuerpo nunca celebró patrón alguno, si lo hacía mi suegro, capitán de la Guardia Civil que como todos sabemos es la Virgen del Pilar. En los años que estuvo mi padre en activo no había festejos, ni siquiera libraban un día, sólo tenían un mes de vacaciones en el verano. Me parece muy bien que ahora tengan días de asueto, pero siento pena porque ni mi padre, ni sus compañeros tuvieron ese privilegio.
Fui invitada, como en años anteriores, por mi amigo Víctor (policía) compañero de la parroquia de La Santa Cruz.
Para hablar de Víctor hay que hacerlo en mayúsculas pero como él es muy modesto me limitaré a contar como vivimos este día.
Fue muy hermoso ver tantos uniformes, Policía Nacional, Guardia Civil, Marinos de carrera y algún que otro Municipal. También estaban autoridades civiles, Alcaldes de Coslada y San Fernando de Henares .  Eche de menos a Don Raúl López, ex alcalde de Colada al que respeto.
Ayudar a Víctor es un placer. Él organiza todo y además muy bien y siempre nos hace algún encargo:
En años anteriores mi cometido era pasar el cestillo para recoger limosnas, cosa que me ponía un poco nerviosa de ver que en el cestillo iba poco dinerillo para las iglesias que están poco menos que en números rojos.
 
Este año respiré un poco cuando me dijo que leyera el Salmo, esto ya me gustó un poco más. Lo hice acompañada por una policía joven y muy guapa que leyó la lectura, lo hizo muy bien y las dos salimos airosas.
La ceremonia organizada, como ya digo antes por Víctor, salió, como todos los años muy bien. Llegó al momento más emocionante cuando todos puestos en pie y recordando a los compañeros caídos, cantamos la "Muerte no es el final". Mientras por el pasillo central, dos policías, masculino y femenino, llevaban una corona de laurel con la bandera española, que depositaron en el Altar mayor. ¡¡¡Emocionante!!!
Terminada la ceremonia, todos nos fuimos a tomar un aperitivo, invitados por el Jefe Superior de Policía. Allí, todos unidos en hermandad con una copita de vino, dimos por finalizado el acto hasta el año que viene si Dios quiere. Seguro que querrá.
Si no es mucho pedir, me gustaría contar alguna anécdota de policías, empezando por mi padre:
Podría decir muchas cosas de su bondad, pero sólo os cuento esto que tiene un poco de gracia.
Un día que iba hacia su servicio en la Alcaldía de Chamberí, iba por la acera cuando le cayó un montón de basura encima. Lo inmediato, miró hacia arriba y vio a una señora que cerraba la ventana y se metía corriendo. Lógicamente subió, apenas llegó al descansillo le estaba esperando un hombre...decía: – Pase señor guardia que la mato, la mato, la mato.
Para resumir os diré que, no la mató, el buen hombre le pidió disculpas a mi padre y al no aceptar “una copita” por que iba de servicio, le invitó a un café y casi se hicieron amigos. La que peor se lo tomó fue mi madre que tuvo que limpiar el capote y le decía: -Por lo menos te lo podían haber llevado al tinte...
Otra anécdota preciosa es, aquella que un día de Nochebuena un grupo de policías que estaban de servicio llamó una niña pidiendo ayuda porque su amiguita Clara se había perdido en el parque y con el frio se pondría malita.
Cuando llegaron a la casa, vieron a la niña en la puerta, llamaron y salió la mamá la cual pidió disculpas y les dijo que, lo que había perdido la niña era su muñeca y que irían al día siguiente a buscarla. La mamá y la niña entraron en casa y los policías siguieron a su servicio.
Ya eran más de las 11 de la noche, cuando mandaron a los niños a dormir. Cuando la mamá entró a darle un beso a su hija, vio que tenía en sus brazos la muñeca por la que tanto había llorado. Levantó el visillo del cuarto de la niña y vio una pareja vestida de azul caminando hacia el coche Z que les estaba esperando.
Esta historia verdadera la he resumido, pero no me importaría escribirla en otra ocasión toda entera.
Como no hay dos sin tres, voy con la tercera, otro policía...VÍCTOR.
No puedo decir todo lo que se de él, pero si que todo el que le conoce, le quiere. Sus compañeros, sus amigos, los que estamos todos los domingos en la Parroquia en la misa, los sacerdotes y hasta el mismo Obispo de Alcalá...ahí es “ná ”.
Este hombre que lleva a un mendigo a cenar el día de Nochebuena a su mesa, que le da, además de la comida, ropa limpia y cama caliente... (claro que siempre donde hay un gran hombre, hay una gran mujer), porque no me diréis que un día tan señalado, aparece tu marido con un pobre bajo el brazo, sucio y tu con la mesa puesta, como la ponemos esos días, con el mejor mantel, la mejor vajilla...
No digo más cosas de él ni de su esposa, Manoli, porque me va a regañar, pero asumo todo lo que digo y, puedo contar más.
No se a quien ni donde van dirigidas estas letras, pues me ha encargado Víctor un resumen de la fiesta, lo hago por la Policía, los curas, la Guardia civil y todas las fuerzas armadas y especialmente...por mi querido amigo,  VÍCTOR.
 
Las fotografías me las ha mandado Víctor. Todos los años es el que organiza esta fiesta.
 

lunes, 3 de octubre de 2016

La fuerza del amor

Siempre se ha dicho que hay amores que matan pero nunca se dicen los amores buenos, los que ni matan ni hacen daño. Yo creo que, aunque digamos muchas cosas de los quereres, los hay casi siempre buenos. Hoy he visto a un policía llorar por un compañero...bueno esto ya lo contaré otro día, hoy vamos con dos casos de amor bueno:
Amor al maestro.

Un profesor universitario propuso a sus alumnos de sociología que hicieran un trabajo en los suburbios de la ciudad con el fin de recoger las historias de 200 jóvenes. La propuesta que les hizo incluía una previsión de cómo creían que sería el futuro de esos muchachos. Sin excepción, todos los estudiantes coincidieron en su pronóstico: ninguno tenía la más mínima probabilidad de éxito.
Transcurrieron 25 años y aquel estudio cayó en manos de otro profesor que decidió encargar a sus alumnos un seguimiento del proyecto para ver cómo era actualmente la vida de aquellos muchachos crecidos en un ambiente tan poco estimulante. Para sorpresa de todos, de los 180 individuos aún localizables, 170 no sólo habían estudiado una carrera universitaria, sino que destacaban entre los mejores abogados, médicos y hombres de negocios. El profesor quiso ir al fondo de la cuestión y encargó que les entrevistasen para conocer la clave de su éxito. Todos coincidieron en su respuesta:> tuve una maestra...<
Cuando finalmente lograron localizarla, la anciana aún muy lúcida, les desveló su secreto para salvar a aquellos niños: > Es muy sencillo. Yo los amaba <.

Esa es la clave: si haces las cosas con amor, lograrás sacar lo mejor de las personas.

Otro caso muy distinto, pero con mucho amor:

Eran sólo las 8.30 de la mañana, pero aquel anciano, de unos 80 años, había llegado el primero a la consulta del hospital para que le quitasen los puntos de una herida que se había hecho en la mano. Hasta las 9 no empezaban las visitas, pero el doctor lo vio tan impaciente que le hizo pasar para atenderle e intentar tranquilizarlo. Comprobó que la herida estaba bien cicatrizada y preparó todo para hacerle la cura. -No se preocupe, no es nada grave, en pocos días, apenas quedará marca, le comentó.
-No es eso lo que me tiene alterado. Sólo quiero acabar pronto para ir al geriátrico a desayunar con mi mujer, le explicó el señor mayor.
El doctor se preocupó también por la salud de ella y el anciano le respondió:
-Padece Alzheimer y hace tiempo que ya no sabe quien soy.
-¿Y usted sigue yendo cada mañana, aunque ella ya no le reconoce?, continuo el médico. A lo que el anciano, cogiéndole la mano y sonriéndole, contestó:
-Verá, aunque ella no sabe quien soy yo, yo aún sé perfectamente quién es ella.
Mientras intentaba contener las lágrimas por la emoción, el médico pensó: Ése es el amor que quiero yo para mi vida.

El amor verdadero que nunca deja de existir y que se entrega a cambio de nada.
¡¡Es muy hermoso amar!!

lunes, 26 de septiembre de 2016

Ayer y hoy

Ayer había bandoleros en Madrid, hoy los hay en toda España y parte del extranjero,(si no me equivoco),  no quiero ofender a nadie que sea honrado y decente.
Hoy me refiero al bandolero madrileño Luis Candelas:
Nació en Madrid, en un barrio muy castizo (Lavapiés), entre 1804 y 1806. Se estima que él y sus compinches cometieron más de cincuenta robos, siendo responsable del asalto al coche del embajador de Francia a quien desvalijaron por completo. El simpático bandido tuvo el detalle de hacer llegar al Ministerio del Estado algunos documentos de gran importancia que cayeron en sus manos.
Robó a un presbítero, a la posada del Rincón e incluso a la modista de la reina...Eso si, Luis Candelas nunca mató a nadie. Él se limitó a robar porque, como solía decir, "la fortuna estaba mal repartida".
Que diría ahora si viviese?
Luis Candelas era moreno, de dientes muy blancos, bien afeitado, más bien alto, delgado, con patillas a la moda, de ojos vivos y todo él bien parecido. Se expresaba muy finamente, vestía bien, con capa, chaqueta, chaleco blanco y sombrero. Le gustaba vestir bien y tenía buenos modales. (Vamos, que era un cromo).
También hay que decir que fue un niño problemático. Sus padres disfrutaban de buena posición, pudieron costearle los estudios en el colegio de San Isidro, de donde fue expulsado porque al recibir una bofetada de un cura, él le respondió dándole dos. Leía todo libro que caía en sus manos y por un tiempo fue librero.
Estuvo en prisión seis o siete veces, y otras tantas se escapó, gracias a su ingenio, su sangre fría, sus amantes e incluso a sus propios carceleros.
Durante una se sus estancias en la cárcel, propició la evasión de Don Salustiano Olózaga, ya en trance de marchar al patíbulo pero no aprovechó la ocasión, sino que permaneció en la cárcel como había sido pactado. Parece que era un hombre de palabra, muy respetuoso con sus victimas, a las damas las trataba con suma deferencia, era tal su amabilidad con ellas que se enamoraban de él. ¡Ay, a mi también me ha enamorado!.
Para despistar a la policía se mudaba de uno a otro domicilio y llevaba una doble vida: se hacía pasar por el acaudalado don Luis Álvarez de los Cobos, hacendado del Perú y acompañado de un sirviente, entraba y salía por la calle Tudescos, mientras que el Candelas ladrón lo hacía por la calleja.
Era todo un don Juan para las mujeres. Sus amores más conocidos fueron: Lola la Naranjera, que engañaba con él al rey Fernando II. O sea, el rey era el segundo plato.
Paca "la Maja" amante del marqués de Alcañices (otro que tal baila) y muchas más. Su último y verdadero amor fue Clara María, una muchacha honesta de clase media.
Después de salir de Madrid junto con ella con nombre supuesto con intención de dirigirse a Inglaterra, fue apresado en 1837, sometido a juicio y condenado. La sentencia se ejecutó el 6 de Noviembre. Subió al patíbulo y dirigiéndose a la multitud dijo:
-Como hombre he sido pecador, pero jamás se mancharon mis manos con la sangre de mis semejantes. ¡¡Adiós, patria mía!! Se feliz...

Lo primero que se me ocurre es, que no debía de existir la pena de muerte.
Lo segundo es...que ojalá pudieran volver aquellos que con tanta facilidad ejecutaban a un hombre por "robar". Les diría, amigos, aquí y ahora tendríais trabajo extra.

No lo he podido remediar, he llorado por Luis Candelas. Creo que era, lo que se dice ahora, un gamberro, pero educado y muy elegante con las señoras. ¡ No es de extrañar que me haya enamorado!.
Hay una coplilla que dice así:

Debajo de la capa de Luis Candelas
Mi corazón amante corre que vuela.
Madrid lo está buscando para prenderle.
Y yo solo le busco para quererle... Sigue, pero es un poco larga y no os quiero cansar.

lunes, 19 de septiembre de 2016

La recompensa del esfuerzo

Un hombre que paseaba por el parque se encontró un capullo de mariposa y se lo llevó a su casa para ver nacer el insecto. Esperó impaciente varios días hasta que se abrió en él un pequeño orificio por el que empezaron a salir las antenas.
El hombre se sentó a disfrutar de ese momento mágico pero observó que el animal forcejeaba con el capullo sin conseguir hacer el agujero más grande.
La mariposa se había atascado y el hombre empezó a sentir pena viendo que tantos esfuerzos no le servían para nada.
Decidido a ayudarla, cogió una tijera y agrandó el agujero lo suficiente para que el insecto pudiese salir. Y así fue, la mariposa ya era libre pero su cuerpo estaba hinchado y con las alas completamente dobladas.
El buen hombre la dejó dentro de una cajita con agujeros para que pudiese respirar y acabar de desplegarlas.
Peo cuál fue su sorpresa cuando, después de unas horas, abrió la caja y vio que seguía igual. De hecho, el animal jamás logró abrir completamente las alas ni volar.
Y es que lo que parecía una buena opción privó a la mariposa de un esfuerzo que ayudaría a su desarrollo normal.
Eso mismo nos pasa a los humanos: si no se nos permite superar obstáculos con nuestro propio esfuerzo, jamás nos haremos fuertes en la vida.

Como este cuento, leyenda o lo que sea, es lo que han hecho los paralímpicos de todo el mundo, se han esforzado.
Con su esfuerzo nos han hecho admirarlos, quererlos y...algunas veces llorar de emoción. Esto no lo digo por ninguno en especial, lo digo por todos los paralímpicos del mundo entero. Tampoco me importa su religión ni sus creencias, para mi todos son unos maravillosos deportistas.
Bien por los que han ganado medallas, bien por los que no las han ganado, yo os admiro a todos.
Yo, que tengo dos ojos, dos brazos y dos piernas, no soy capaz de hacer lo que habéis hecho vosotros.

Y para terminar de daros las gracias por los buenos momentos que nos habéis hecho pasar, mi alegría no tiene límites cuando he leído que...La paralímpica Marieke Vervoot, que creo que es belga y quería que le practicasen la eutanasia cuando terminaran los juegos ¡Ya no la quiere!
Tras ganar una medalla de plata en los Juegos de Rio 2016, la atleta, que sufre fuertes dolores continuos, ha postergado su decisión.
Tiene los papeles firmados desde el 2008, pues en Bélgica es legal, pero tras ganar la medalla está más esperanzada y ha confesado que quiere estar con su familia y sus amigos y dar charlas de motivación.
¡¡Enhorabuena Marieke!!

lunes, 12 de septiembre de 2016

El columpio

He pasado el fin de semana en Alcalá de Henares. Fui invitada por mi querida amiga Isabel. La conocí cuando las dos fuimos voluntarias en la JMJ del 2011 ya que las dos pertenecíamos a la misma Diócesis de Alcalá. ella y su esposo son personas extraordinarias y por eso hicimos una buena amistad.
El año pasado estuvimos con ellos en las fiestas mayores, en agosto, y también lo pasamos muy bien. Isabel es una excelente cocinera y repostera y nos ha obsequiado, además de con buena comida, con ricos dulces ya que a sus hijas les gustan mucho, digo hijas porque tiene cinco niñas.
A la caída de la tarde de ayer domingo se estaba de maravilla en el jardín donde había un precioso columpio, me fui derechita a él pues me gusta mucho el balanceo tranquilito.
Nos sentamos mi amiga Isabel y yo. Estábamos encantadas charlando, más bien cotilleando,  al fresquito y con el vaivén del columpio.
Al cabo de un rato llegó una de las niñas, poco después otra, más tarde una tercera. Total que el columpio estaba lleno de culetes, pues mi amiga y yo ya ocupábamos bastante.
Tan enfrascadas estábamos en "nuestras cosas", que no vimos como el resto de las niñas, tomando carrerilla se tiró de golpe sobre las cinco que ya estábamos sentadas en el balancín.
No se si el columpio estaba resentido, pues con semejantes niñitas...luego dicen que los chicos son brutos.
Total, cedió una parte y todas fuimos a parar al santo suelo. Lo inmediato en estos casos es gritar, gritamos todas a la vez.
De momento sentí un poco de miedo pues a mis años una caída de esa categoría puede tener consecuencias, pero con tanto griterío que se armó, apenas tuve tiempo de pensar en mi; las niñas chillaban unas, las otras reían, seguro que yo también chillaba pues soy muy escandalosa, pero lo que si sé es que oía dar unos enormes gritos a Isabel diciendo:
-Nos hemos matado, nos hemos matado.¡ Ayyyy! y más ¡ayyyy!
La verdad es que de ver tal panorama me estaba dando risa, como a las niñas, ya que yo no sentía ningún dolor, no así la pobre Isabel, que se había pillado un pie entre el columpio, el suelo y todas nosotras encima. Ella seguía dando alaridos diciendo que nos habíamos matado.
Al oír el estruendo y los gritos, salieron corriendo, mi hijo y Jesús, el padre de las "deliciosas niñas" y acto seguido trataron de desenredarnos pues estábamos hechas un lio unas con otras.
Jesús cogió el teléfono dispuesto a llamar a las ambulancias, policía y bomberos...
Mi hijo le calmó un poco pues todas estábamos bien, menos la madre que pario a las criaturitas que se había desgraciado un pie y no paraba de chillar a pleno pulmón.
Cuando me pude levantar con la ayuda de mi hijo, le dije a Isabel que no nos había pasado nada a ninguna, ni tampoco a ti le dije, pues cuando estas chillando de ese modo, es que estás bien, los heridos de gravedad no chillan. Es lo primero que nos enseñan cuando hacemos un curso de Primeros Auxilios y tu, chillas más que un cerdo cuando lo están matando. Todos se echaron a reír, hasta Isabel y yo.
Tuve que hacer manzanilla para la pobre Isabel, tenía un moretón en el pie y la iban a llevar a urgencias.
Resultado final: El columpio...siniestro total, dos o tres macetas rotas, Isabel magullada y yo...con unas ganas de marcharme a casa...
A todo esto, el pobre Jesús solo sabía decir...¡¡¡No compro más columpios, no más columpios !!!
Mientras Jesús y mi hijo llevaban a Isabel a urgencias, yo preparé una cenita a base tortilla de patatas, jamoncito, queso y ricos chorizos de Extremadura y ...refrescos, no era cosa de poner un buen vino. Claro que Jesús cuando volvieron y como Isabel, solo tenía un pequeño esguince, se animó y abrió una botella de Ribera del Duero que nos supo a gloria. Mi hijo no bebe, así que entre Jesús y yo...

lunes, 5 de septiembre de 2016

Inventos

Hoy que me encuentro un poco, no poco, sino muy desanimada por culpa de la política o politiqueo  que tenemos en España y que nos trae de cabeza a todos los españoles, sean del color que sean, esperando que mejore la cosa y no me haga soltar la lengua, me he decidido por ensalzar a los inventores, hombres y mujeres que han hecho algo por la humanidad aunque solo sea para hacernos la vida un poco más llevadera, bueno, mucho mejor, como vamos a ver:
Los que vivimos en esta época creemos que lo sabemos todo y además, que nosotros hemos inventado todas las cosas buenas, pero no amigos, no, lo han hecho otras hace mucho tiempo, desde antes de nacer yo, que ya hace lo suyo...
Tenemos para todos los gustos.
Este me ha parecido muy interesante y a la vez me ha hecho recordar algo muy gracioso. El reloj de pulsera.
Fue un alemán, un tal Peter quien reinventó en el siglo XVI el reloj de Núremberg, era de bolsillo y había que darle cuerda. Hasta la Segunda Guerra Mundial no pasó del bolsillo a la muñeca y a partir de 1967, cuando apareció el cuarzo, lo de dar cuerda al reloj entró en decadencia.
Lo que a mi hace gracia y me trae recuerdos es, que mi padre en los años cuarenta tenía más ganas de un reloj de pulsera que de comer. Eran tiempos difíciles y comprar un reloj de pulsera suponía casi destrozar la economía de un mes.
Un día, apareció mi padre después de su servicio, en casa con una sonrisa que no podía ocultar. Se sentó a la mesa, comenzamos a cenar y él seguía sonriente. Nosotros pensamos que algo le hacía reír, pero no sabíamos qué. De vez en cuando estiraba el brazo izquierdo, lo volvía a encoger rápidamente, pero nosotros no notábamos nada raro.
Finalizada la cena ya no pudo más y volvió a estirar el brazo tantas veces que uno de mis hermanos todo alborozado dijo: -¡Papá tiene un reloj en la muñeca!. Todos quisimos ver tan maravilloso invento, eso de llevar un reloj sin cadena ni metido en el bolsillo...la que puso el grito en el cielo fue mi madre, primero le preguntó de donde lo había sacado. Él respondió, que un compañero los vendía a plazos...no le dejó terminar al pobre, la cara que puso mi madre le borró la sonrisa a mi padre. Le dijo todo lo que se le ocurrió e incluso, que desde ese momento iba a comer reloj de pulsera.
Nosotros cuando vimos como se desarrollaban las cosas nos fuimos a la cama muy calladitos. Siguieron discutiendo largo rato, claro que solo oíamos a mi madre, mi padre callaba y reía de vez en cuando.
La sangre no llegó al río, lo que si llegó a los nueve meses, fue un hermanito más.

Como me enrollo tanto no se si voy a tener espacio de contaros muchas cosas más, pero voy con otro invento, este de buen gusto:
El "Foie-Gras"
Los antiguos faraones ya se deleitaban con los hígados aplastados de los patos del Nilo, aunque los mejores proceden de Francia.
Cuentan que, en 1780, el marqués de Contades ordenó a su cocinero Jean Pierre, que inventase un plato especial para María Antonieta y Luis XVI y el hombre, acostumbrado a freír el "foie", optó por cocerlo y crear con él una crema untable que podía extenderse en el pan. Una autentica delicia.

Otro invento que me parece gracioso además de cómodo, es. "La silla de oficina".
Aunque puede parecer un invento moderno, fue Charles Darwin quien en la década de 1840, les puso ruedas a las patas de la silla de su despacho para moverse con mayor facilidad entre las especies que analizaba en su casa de Kent (Inglaterra).
Hasta bien entrado el siglo XX, las sillas de trabajo se hicieron a medida: reclinables para el jefe, fijas y de madera para los empleados...

Es verdad que los empleados teníamos sillas o sillones de madera. Un día por hacer una gracia a mis compañeros, ya que no estaba el jefe en esos momentos en su despacho, me senté en su cómoda silla de ruedas, fue tal el impulso que cogió la dichosa silla al sentarme en ella que recorrí toda la oficina sentada en ella, si no llega a ser por un compañero, creo que todavía esto volando por la oficina. Suerte que no llegó el jefe en esos momentos...
Ya no me atrevo a contaros más inventos pues no quiero cansaros. Otro día seguiré.

lunes, 29 de agosto de 2016

Cotorras en Madrid

Madrid está plagado de cotorras, y no me refiero a dos vecinas mías que salen a las 7 de la mañana con el perrito y se pasan cotorreando todo el día.
Ya son famosas en el barrio y se han llegado a hacer apuestas a ver hasta que hora de la noche se recogen.
 Yo salgo poco, pero aunque sólo sea a comprar el pan de diario, las veo. Una tiene un Caniche blanco, la otra, una perita Yorkshire o algo parecido, pues es de un color no definido entre negro, gris, o marrón. Como decía mi madre, "color de panza burra". El caso es que dichas "cotorras" siempre están en la calle.
Ahora, las cotorras a las que yo me refiero son las de verdad, vamos, esas aves preciosas que son oriundas de los países sudamericanos.
Ya sabemos que ahora se viaja mucho y cuanto más lejos mejor (no es mi caso), pues lo más lejos que voy es a la Comunidad Valenciana a mojarme los pies y...
Como iba diciendo, las gentes que viajan a países exóticos no se conforman con pasarlo bien y traer un regalito típico de la ciudad donde hayan estado, no. Los hay que se traen un monito, una cría de cocodrilo, una higuana sin pensar que estos animales se hacen grandes y como es el caso de las cotorras, tienen a Madrid plagado.
 Están en los jardines, en el Templo de Debod, en el Parque del Retiro y hasta han llegado al jardín de mi comunidad y de otros colindantes.
El "cotorreo", nunca mejor dicho que hay desde la mañana hasta la noche no es para contarlo.
Claro que tenemos que estar contentos pues las aves están en los árboles y solo molestan al oído, aparte de que ya están desapareciendo los gorriones y otra aves de nuestro entorno.
 Pero en el caso de los caimanes, cocodrilos y demás criaturitas que han sido tiradas al inodoro, resulta, que salen por el inodoro del vecino, y ya se han dado casos de llamar a la Guardia Civil porque en los pantanos se han visto "bichos raros".
No hace mucho, y esto salió en los periódicos, Un señor entró en su cuarto de baño y al levantar la tapadera del inodoro, en ese momento salía una culebra de gran tamaño.
El señor con los pantalones por las rodillas salió corriendo y tuvo la serenidad de cerrar la puerta del baño, automáticamente llamó a la Policía y estos a los bomberos, tanto unos como otros siempre se llevan la "mejor" parte.
Primero llegaron los policías, uno de ellos trató de abrir la puerta un poco, soltó un taco y cerró tan pronto como pudo.
Cuando llegaron los bomberos, los tacos se multiplicaron Como no sabían que hacer, uno de ellos, sacó su hacha, esa que llevan siempre atada a su cintura y que pocas veces usan si no es para tirar alguna puerta y...ha hachazos descuartizó a la, según ellos era una Pitón.
Por lo visto alguien la había echado por el Wáter, tiró de la cadena y se quedo tan tranquilo.

Días más tarde de este suceso también un señor encontró otro "regalito" en su terraza. Otra Boa, pero esta se le había escapado a su vecino.
Después de todos estos casos ya no me importa que mis queridas vecinas las "cotorras" se pasen el día de chachará, por lo menos no hacen mal a nadie, solo cotorrean.
Yo aconsejaría a quienes van a esos paraísos de vacaciones, que se traigan una collar de piedras preciosas, unas cuantas perlas negras y si me apuran un poco...un morenazo para su hija o una isleña bien guapa para su hijo, seguro que se lo agradecen.
¡Ah, si el que viaja es joven, no importa que cualquiera de las cosas que he mencionado se las regalen a su padre o a su madre, seguro que les gustara.
Pero no se os ocurra traer mas "gente" aquí que ya somos bastantes...

lunes, 22 de agosto de 2016

Mas vale tarde...

Aunque han pasado unos días desde que se ha celebrado la Festividad de la Virgen de la Paloma en Madrid, paso a contar lo poco que se de la historia del famoso cuadro y por que es la Patrona de los bomberos de la Capital de España:
Corría el año 1923, cuando un grupo de personas trataban de colgar un cuadro de la Virgen de la Soledad para ponerlo en unas andas y hacerle una procesión. El cuadro que pesa 80 kilos y está a 7 metros de altura, les era muy difícil descolgarlo.
En esos momentos vieron que unos bomberos de un parque cercano, estaban de maniobras a la vuelta de la esquina. Entonces les pidieron ayuda, que ellos muy gustosamente aceptaron y bajaron el hermoso cuadro y además les acompañaron en el recorrido por las calles del viejo Madrid.
Desde ese momento, los bomberos madrileños se han encargado de bajar el cuadro todos los años, llevar la carroza y acompañarla. Desde hace varios años, al llegar a la Puerta de Toledo, donde tienen el parque los bomberos, le hacen una exhibición que es digna de ver pues está a gran altura, empiezan justo cuando pasa la Virgen por debajo de ellos.
La devoción a la Virgen de la Paloma surgió en el siglo XVIII, cuando unos niños se encontraron en un vertedero un lienzo que representaba a una mujer con ropas monjiles y un rosario en las manos.
Los chiquillos jugaban con el retablo en un solar donde hoy se levanta el templo, hasta que una mujer llamada Isabel Tintero les compró la pintura por dos reales. La reparó por su cuenta y la colocó en el portal de su casa, en la calle de la paloma. Inició el culto a la Virgen, que se contagió a todo el vecindario.
Quien lo pintó, como el cuadro llegó allí, son preguntas sin respuestas claras todavía.
Hay varias versiones: una que es el retrato de una monja de un convento de Burgos, al parecer la pintó su padre antes de que entrara en la clausura. Era el siglo XVI.
Otra, que es la Virgen de la Soledad realizado por Gaspar Becerra. Y los hay que funden ambas teorías y afirman que el pintor hizo el cuadro teniendo a una monja por modelo.
Es la Virgen más querida de Madrid, sin que se enfade la de la Almudena que es la verdadera Patrona de la Villa.

Para que nadie se quede con la duda de saber algo de Nuestra Señora de la Almudena, que se prepare para leer otro dato curioso:
Este nombre es árabe "Al Mudayna" (o sea ciudadela), y esta es su leyenda:
En el año 712 antes de la toma de Madrid por los árabes, los habitantes de la villa tapiaron una imagen de la Virgen María en los muros de la muralla para esconderla de los musulmanes.
Con la Reconquista de la ciudad en el siglo XI por el rey Alfonso VI, se propusieron encontrar...y encontraron la imagen oculta.
Fue mientras hacían una procesión por la Cuesta de la Vega y ¡zas! un fragmento de la muralla cayó mostrando la imagen, intacta y con dos velas con las que había sido tapiada aún encendidas a pesar de los siglos transcurridos.
Madrid y sus murallas fue fundada en el siglo IX por el Emir cordobés, Muhammad I. No se sabe si esta leyenda es cierta pues los cristianos de aquella época no tenían nada que temer, pues los musulmanes respetaban sus iglesias cristianas y permitieron a los mozárabes-cristianos bajo sus dominios seguir practicando su religión, o sea, que no era tan fiero el león como lo pintaban.
He leído en un hermoso libro de historia, que en el reinado de Alfonso VI, en España, vivían hermana mente Cristianos, Judíos y árabes, ¿No es hermoso? A mi me lo parece, además creo, o yo me he forjado esa idea, que desciendo de moros y judíos, ya que en Toledo se asentaron y vivieron más de cuatro siglos y...yo he nacido en Toledo...Pero... algo después...aunque no mucho.
 Vale.

lunes, 15 de agosto de 2016

Olimpiadas

Estamos en plenas Olimpiadas y vamos a hacer un buen homenaje a los deportistas de todo el mundo. Todos son fabulosos y tenían que darles medalla de oro a todos solamente por participar, que bien merecido lo tienen ya que se han pasado 4 años preparándose.
He recordado unas cuantas curiosidades que os voy a contar, seguro que ya las sabéis, pero por si acaso, ahí van:
Es curiosos como en los primeros JJOO en 1896 daban medalla de plata al ganador, medalla de bronce al segundo y al tercero...un gran aplauso. El oro se sumo al medallero en los siguiente JJOO, en Paris en 1900. Además fue la única edición en la que las medallas eran cuadradas.

También es curiosos que el medallista más anciano que participó en Amberes, 20. Tenía 72 años. ¡Bien merecida se la tenía!

Este año en Rio se han recuperado dos nuevos deportes, el golf y el rugby.
También hay tramposillos, pues en 2004 un tal Fred Lorz había ganado el maratón en el coche de su entrenados, pero para que este no quedara mal, otro tramposo, el griego Belokas, llegó el tercero y eso que lo hizo en el carro de su padre.

Un dato gracioso fue cuando Mark Spitz, aquel chico tan guapo que ganó un montón de medallas en Múnich. Fue la estrella de los juegos con aquel bigotazo que tenía y que al preguntarle los rusos porque no se lo quitaba el les respondió:
-"Me dejo el bigote porque me hace nadar más rápido al aligerar el agua de la boca". Dos días después, todos los nadadores rusos lucían, orgullosos, sus nuevos mostachos.

Ocurrió un caso muy graciosos, dentro de lo que cabe, en los JJOO olímpicos de Ámsterdam, en 1928, a la alemana Hilde Schrdes se le rompió el bañador y se le quedo un pecho al aire. Le dio tanta vergüenza que sólo quería terminar la carrera cuanto antes...tan rápido nadó...que gano.
 Seguro que nuestras chicas de ahora no habrían sentido ningún pudor ya que en las playas están...¡Hoy los tiempos adelantas que es una barbaridad! Esto lo dijo Don Hilarión.

Tampoco podemos olvidarnos de Johnny Weissmuller, el famoso tarzán, quizá el mejor de todos los tiempos. Gano tres oros y un bronce en Paris y dos oros más en Amsterdan.

 No puedo dejar pasar que hoy dio 15 de agosto es la Virgen de la Paloma, muy querida en Madrid. Ya se que también son las patronas de muchos o casi todos los pueblos de España, por eso después de honrar a la Virgen, nos vamos a tomar una sangría en "Las Cuevas de Luis Candelas" y a ver si llego a la procesión porque me encanta ver a los Bomberos madrileños con la carroza del cuadro de la Virgen, que esta mañana ellos mismos lo han descolgado de la iglesia donde se venera durante todo el año.
Todos los años se concentra una gran multitud para ver como los bomberos descuelgan el cuadro. Han estado muchas autoridades civiles y eclesiásticas.
Ya he contado muchas veces como apareció este cuadro, lo vuelvo a decir:
Lo encontraron en un vertedero en el Madrid de hace muchos años. Lo tenían unos niños jugando con él. Entoces una señora que lo vio les pidió que se vendieran, lo hicieron por dos reales. La señora se lo llevó a su casa hasta su muerte. Luego lo vieron tan hermoso que la iglesia del barrio lo recuperó.
Otro día os daré pelos y señales de esta historia con nombres y apellidos. Mi curiosidad hace que me los conozca todos.
No quiero cansar más a mis amigos...mejor dicho...llego tarde a la procesión.

lunes, 8 de agosto de 2016

"Batallitas"

Seguro que todos os acordáis del "Abuelo Cebolleta". Si alguien no sabe quien es, cosa que dudo, os diré que es un personaje de comic ideado por Ibáñez, padre de Mortadelo y Filemón, El botones Sacarino etc.
Nos hace mucha gracia cuando estamos leyendo las historietas, pero cuando uno se hace mayor piensa...¡caramba! pero si yo estoy actuando igual. Y es que como hemos vivido mucho tenemos la memoria llena de anécdotas.
Hoy precisamente estaba recordando algo de hace muchos años. De 1955, total nada, muchos de vosotros no habíais nacido.

Dos monjas, veinte chicas y yo.
Estábamos pasando nuestras vacaciones en El Espinar, provincia de Segovia. Teníamos entre los 14 y los 20 años.
Estas vacaciones nos las pagaban por nuestro buen comportamiento. 1º por no faltar a todas las cosas que nos mandaran las monjas. Si teníamos que rezar...rezábamos. si nos mandaban coser (canastillas) cosíamos. Si nos mandaban cantar...cantábamos. En fin, no voy a enumerar mas "obligaciones". El caso es que nos ganábamos bien merecidas las vacaciones.
Estando en El Espinar, nos enteramos de que había una ermita a unos cinco kilómetros del pueblo donde habían rodado la película que todos conocéis "Marcelino Pan y Vino", además cerca de ella había una fabrica de miel. No se lo que harían, el caso es que vimos unos grandes tanques llenos de miel, podíamos comprar y además comer toda la que quisiéramos. Compramos y no os digo lo que comimos.
Era el mes de julio, cuando llegamos a la ermita, caminando cinco kilómetros a pleno sol...(si fuera ahora yo no llegaría).
Llevábamos nuestra pobre merienda que nos habían preparado las monjas del convento donde estábamos...pan con chocolate. Cuando fuimos a comerlo era más bien chocolate a la taza.
Éramos tan jóvenes que todo nos parecía bien.
Antes de merendar visitamos la ermita y el hermoso Crucifijo que sale en la película. ¡Era impresionante! no es de extrañar que el niño se quedara extasiado mirándolo, nosotras también.
Según los lugareños era muy milagroso pues había una sala llena de miembros de cera, brazos, piernas, pies. Cada persona que era curada le llevaba un trozo de su cuerpo en cera...
Una vez hecha la visita nos dieron permiso para ver los alrededores o jugar.
Al poco rato aparecieron por la ermita unos labriegos con un burro cargado de frutas, se lo dijimos a la hermana Paquita y nos dijo que si vendían nos compraba de todo. ¡Para que nos dijo más!
¡Nos compró un serón de uvas y ciruelas!
Los hortelanos una vez hubieron vendido la mercancía se tumbaron a la bartola debajo de un árbol. Al burro lo ataron en la parte de atrás de la ermita para que descansara.¡¡Pobre burrito!!
Después de nuestro pan con chocolate, las uvas y las ciruelas, nosotras, jóvenes, teníamos más ganas de retozar que el pobre burro.
Las monjas y demás gentes que allí había estaban junto a la puerta principal de la ermita donde había buena sombra. A nosotras no nos molestaba el sol.
Nos fuimos donde estaba el burro.
 Una chica se puso de guardia en una esquina para avisarnos si venía alguien.
Empezamos a montar en el burro una tras otra. Una cogía el ramal, la otra montaba le daba una vuelta y volvía al sitio de destino. Así una tras otra, las casi treinta que éramos...¡¡¡Que paliza le dimos al pobre burrito!!!
Después de un par de horas, vimos que venían los dueños del asno. Le echan los serones al lomo. Como ya nos habíamos comido las frutas estaban vacíos. Nosotras como buenas "niñas" mirábamos lo que hacían.
Entonces llenaron los serones de niños, sus hijos, y el pobre burro hizo algo así como.¡¡ Uaaaag!!.
Uno de los labriegos, encarándose al asno dijo:
¡¡¡Vamos Pilón, no te enfades que has estado toda la tarde descansando, so vago!!!
Nosotras nos mirábamos y poco a poco nos fuimos hacia donde estaban las monjas como si nunca hubiésemos roto un plato, mejor dicho...¡¡¡como si nunca hubiésemos montado en el pobre burrito!!!
Volvimos a caminar los cinco kilómetros que nos separaban del pueblo, íbamos cantando tan contentas...¡¡¡Lo que es la juventud!!!

No se si alguna de mis compañeras de aquellos tiempos leerá esto, no me voy a hacer ilusiones, pero si que me acuerdo de cada una de vosotras muy a menudo. Recuerdo los nombres, el color de vuestros cabellos, lo simpáticas que erais, en fin todo. Otro día contaré algo más a ver si tengo suerte y localizo a alguna de vosotras.
Por la edad, quizá ya no este entre nosotras la madre "Ito" (cuanto la hacíamos de rabiar), la hermana Paquita, la guapísima hermana Salvadora, que cuando le decíamos que era muy bella nos regañaba...nosotras éramos casi niñas y ellas ya pasaban de los cuarenta...

Es un recuerdo de mi juventud y doy gracias a Dios por poder recordar....
No me importa si me llamáis, como mis hijo, "La abuela Cebolleta!

lunes, 1 de agosto de 2016

Dos historias

Me han parecido bonitas y rauda como una centella me he puesto manos a la obra, mejor dicho, manos al ordenador. No es que tenga muchas ganas pues aquí en Madrid estamos a casi 40º a la sombra y en mi cuarto de estar, ni con el ventilador se puede estar. Diréis, pon aire acondicionado. Pues os explico el motivo por el que no lo tengo:
Lo primero es que en Madrid solo hace calor quince días al año. Lo segundo es que vivo en un piso bajo con todas las ventanas al jardín de la Comunidad y muchas horas al día y por la noche se está muy bien. Si queréis saber más, os diré que también pienso en lo que cuesta ponerlo, la factura de la electricidad y...lo que es peor, no molestar al vecino más próximo con el "rum-rum" de los aparatos. Por ese motivo y porque dentro de cuatro días ya no hará calor...de momento me estoy achicharrando.

Ahora voy con mis historias:
La horca.
"Erase una vez un hombre muy rico que tenía un único hijo, su heredero. Este vivía a cuerpo de rey y se pasaba todo el día rodeado de amigos y aduladores. El padre estaba harto de advertirle que esos "amigos" sólo estarían a su lado mientras tuviera dinero con el que agasajarlos, pero que cuando se terminase lo abandonarían.
Un día el anciano ordenó a sus criados que construyeran una horca con una placa que decía: "Nunca desprecies las palabras de tu padre". A continuación, hizo venir ante si a su ocioso heredero al que comunicó lo siguiente:
Esta horca es para ti. Si sucede con tus amigos lo que te he advertido, quiero que te cuelgues de ella".
El joven creyó que era una broma de mal gusto de su viejo progenitor pero prometió cumplir lo que le pedía.
Transcurrieron unos eses, el anciano falleció y, tal como éste sospechó, el muchacho empezó a gastar su fortuna sin control hasta arruinarse y quedarse sin un solo amigo. Desesperado, recordó las palabras de su padre y lloró por no haberle hecho caso.
Entonces, se colgó la soga al cuello pero el brazo de la horca se rompió y empezaron a caer sobre su cabeza monedas de oro, diamantes y una nota que decía: "Ésta es tu segunda oportunidad. ¡Te amo mucho! Tu viejo padre".

La señal.
Tras navegar a deriva en una balsa, el único superviviente de un naufragio llegó a una isla inhabitada.
Cada día, nada más despertar, miraba el horizonte buscando un indicio de que pronto alguien lo salvaría.
Pasaron los días y, convencido de que tendría que dotarse de un mínimo de comodidades para sobrevivir a la espera de ayuda, empezó a construirse una cabaña. Allí pasaría las noches protegido de los animales salvajes y guardaría todas sus pertenencias.
Un día, tras recorrer la isla en busca de alimento y observar el mar desde distintos puntos estratégicos, regresó a su campamento base y se llevó un gran disgusto. Los rescoldos de una hoguera mal apagada habían hecho saltar chispas y, con toda probabilidad, esa era la causa de que su cabaña hubiese sido arrasada por el juego.
¡Oh, Dios!, ¿Cómo has podido hacerme esto?, grito desesperado al cielo.
Pero a la mañana siguiente, lo despertaron las sirenas de un barco que acababa de atracar en la playa y que se disponía a rescatarlo.
¿Como supieron que estaba aquí?, les preguntó.
Vimos sus señales de humo, respondieron...

Así sucede en la vida, cuando creemos que todo está perdido puede que alguien esté ya en camino para brindarnos apoyo.

Dos buenas enseñanzas. La horca salvó a uno y La señal del fuego al otro.


lunes, 25 de julio de 2016

Vuelta a casa

Ya estoy de vuelta en casa:
Han sido días de tranquilidad y descanso, he paseado mucho, he descansado y he comido más de la cuenta y es que, está tan buena la paella y la fideua que he estado a punto de reventar.
Aunque he estado ociosa no he dejado de interesarme por cosas desconocidas, os voy a contar algo que me emocionó y algo que  me hace sufrir de pena:
Resulta que en la playa de La Concha de Oropesa del Mar y dando buenos paseos por ella, siempre que llegamos a unas rocas donde terminaba la playa, la gente ponía el pie en una de ellas y nosotros para no ser menos hacíamos lo propio. En estas rocas hay una Virgen muy pequeñita incrustada con cemento a dichas rocas, también tiene muchas flores artificiales, que dicho sea de paso están muy limpias. Yo pensé, pues pienso más de la cuenta, que alguien tenía que limpiarlas pues hace ya más de 16 años que voy a esta playa y siempre están limpias y bien cuidadas.
Nosotros hacíamos cábalas pensando y en tantos años no sabíamos a quien preguntar por este pequeño secreto.
Uno de los días que íbamos a bañarnos me acerque a la relaciones públicas del hotel que como es lógico nos conoce bien, entonces le pregunté que si sabía lo que significaba dicha "capillita" . Me contestó: Si que lo se. Rápidamente le dije, cuenta, cuenta, esto fue lo que dijo:
-Me lo contó una señora, que ella y su marido venían siempre de vacaciones aquí, el hombre le llamaba su playita y cuando él murió su esposa puso las cenizas en estas rocas y colocó la imagen de la Virgen.
Aquello me causó una gran emoción, no pude por menos que decir,¡¡Que bonito!!
Todos los días cuando mi hijo y yo llegamos a las rocas, ya no solo pisábamos piedra, como decían los nativos, desde ese momento rezábamos una oración. Espero seguir haciéndolo el próximo año.

Lo que me lleva poniendo  triste es un caso bien distinto y además los protagonistas los conozco muy bien:
Erase, (lo pondremos como un cuento), pues bien, era un hombre buenos decente y demasiado trabajador, trabajó para dar carrera a sus hijos y tener como una reina a su mujer.
Era funcionario y cuando terminaba su jornada iba ha hacer horas extras para que no les faltara de nada ni a su esposa ni a sus hijos.
Lo niños estudiaron, se hicieron mayores y terminaron sus carreras. Están muy bien colocados, los dos funcionarios de por vida, su señora madre aprovechaba mientras uno trabajaba y los otros estudiaban y se iba con las amigas, muchas veces a jugar al bingo.
Tuvo la desgracia el pobre hombre de que cuando se jubiló le empezaron a salir achaques. Diabetes, el corazón, la próstata y no se cuantas cosas más.
Yo hablé con él por teléfono hace unos días y me pareció que estaba normal lo único es que de vez en cuando se le escapaba la orina. Entonces su esposa que es una mujer muy limpia no podía ver que se no llegara al baño y se le caían las gotas...total, les puso la cabeza a los hijos como un bombo y entre los tres le llevaron a una residencia...esto no lo ha podido soportar. Él quería irse a su casa, como no podía empezó a dar voces, el médico de la residencia le puso un calmante, que yo creo que se le fue la mano y, el pobre hombre ingresó en coma en un hospital, de aquí ya no salió.
Todo esto puede verse normal, lo que no veo yo normal y por lo que estoy sufriendo por el aprecio que le tenía, es que su esposa acompañada por uno de sus hijos, después de no recoger las cenizas,  que les llamaron la atención de que fuesen a por ellas...las arrojaron en un parque cerca de su casa donde van a hacer sus necesidades todos los perros del barrio.
¡Pobre amigo! No te merecías esto, pero yo te tengo siempre presente en mis oraciones.

Como se suele decir, una de cal y otra de arena. Y no es un cuento.

lunes, 4 de julio de 2016

Mis primeros 80

Hoy día 4 de julio es mi cumpleaños:
Son mis primeros 80...cumpliré otros tantos, seguro que no y bien que lo voy a sentir pues como a la mayoría de los de mi edad, es cuando mejor vivimos.
Son mucho ochenta añitos, ha habido de todo, bueno, malo y regular.
No voy a contar aquellos cumpleaños cuando no me podían comprar un abanico de papel. Ni tampoco cuando iban mis amiguitas del colegio a casa y se hartaban de rosquillas que había hecho mi madre y una de ellas con toda la educación del mundo le preguntó a mi madre:
-Puedo llevarme una para mi hermanito?
No se llevo una, se llevo un buen paquete que le hizo mi madre, pues eran años malos y faltaban muchas cosas...Bueno no quería contar penurias y al final las cuento....
Hoy he recibido algún regalo costoso, pero los mejores regalos han sido las llamadas telefónicas de mis hermanos, sobrinos, vecinas y amigos.
 También he recibido correos electrónicos que me han hecho casi llorar.
El primero de un amigo ausenté que yo creía que me había olvidado, no ha sido el caso, se ha acordado de mi cumpleaños.
El segundo de mi amigo Víctor, al que muchos conocéis por los relatos que me cuenta y yo los cuento en el blog.
Esto es lo que me ha dicho Víctor:

Feliz, feliz en tu día
Mª Ángeles que Dios te bendiga.
Que reine la paz en tu vida.
Y que cumplas muchos más.
Hoy en misa le daré gracias a Dios por haberte dado el don de la vida.
¡¡¡La vida es un don de Dios que rara vez la sabemos valorar.
Tú no eres fruto de la casualidad. Tú eres fruto de un sueño de Dios.
Un día 4 de julio de hace ochenta años, Dios saltó de alegría al ver cumplido su sueño.
Sueño de tenerte a ti, la alegría que sentiste los días que nacieron tus hijos.
¡¡¡Mucha más!!! Fue la alegría que sintió Dios un día 4 de julio de hace ochenta años cuando naciste tú.
También le daré gracias a Dios por ser como eres, por haberte Dios puesto en nuestro camino.
Por poder compartir mi fe contigo a través de nuestra parroquia de la Santa Cruz.
Un fuerte abrazo de tus amigos que sabes te quieren y no te olvidan.
En sus pobres oraciones al Señor.

Después de esto, ¿Qué puedo decir?

Me he sentido querida por: hermanos, cuñadas, hijo, nieta, vecinas, sobrinos y sobrinas...no puedo pedir más.
Para celebrarlo mi hijo me ha preparado dos semanitas de vacaciones en la playa, por lo tanto...me voy a hacer la maleta.

martes, 28 de junio de 2016

Una gran mujer, mi tia Gabriela

No era famosa, solo la conocíamos los familiares, amigos y vecinos. Era, mi tía Gabriela.
Para mi fue la mujer más trabajadora que he conocido. Además, también para mi, buena persona.
Me voy a remontar a cuando yo era una pequeñaja, de esto ya hace bastante tiempo, todavía no se había casado. Trabajaba en una fabrica de cemento en Villaluenga de la Sagra, provincia de Toledo. Junto a su hermano mantenían  a su madre y cuando podía ayudaba a los demás. Los demás éramos nosotros, sus sobrinos.
Esto ocurrió antes de casarse, por lo tanto no habían nacido mis 5 primos, sus hijos. En aquellos tiempos los hijos se tenían después del matrimonio.
Un día de aquella maldita pos-guerra, allá por los años cuarenta, se presentó sin avisar en casa, venía envuelta en una gran mantón que la cubría del frio y de algo más: el mantón era de su madre, mi abuela. Mi madre nada más verla le dijo:
-Pero hermana, cuanto has engordado?
Mi tía Gabriela, riéndose, se despojó del mantón y de unas cuantas ropas más y...apareció un enorme cerdo abierto en canal y rodeándole todo su cuerpo. Nosotros, los niños, de momento nos asustamos pero al ver reír a mis padres y a mi tía, nosotros curiosos empezamos a mirar que era lo que allí pasaba. Lo que pasaba era que, como en Madrid estábamos pasando más hambre que el perro de un ciego, pues todo lo que comíamos era por las cartillas de racionamiento, a la tía Gabriela no se le ocurrió otra cosa que traerles carne a sus hermanos y sobrinos.
No solo nos hartamos nosotros, sino unos cuantos vecinos, pues como en aquellos tiempos no existían los frigoríficos y por miedo a que se estropeara el riquísimo marrano, mis padres decidieron repartirlo entre los vecinos, que no solamente le hicieron una fiesta al "guarro" como decía mi padre, sino también besaron y agradecieron a la tía Gabriela tan suculento presente.
Tengo que decir que, como en aquellos tiempos había lo que llamaban aforo al entrar en las estaciones de tren, se tenían que valer de artimañas para pasar algún comestible en Madrid. La tía Gabriela no fue esta la única vez que nos visitó envuelta en el mantón.
Una de las veces me hizo cómplice de sus "chanchullos".
Llegó a casa, como siempre, sin avisar.
Aquel día iba vestida de "cerdo", nunca mejor dicho.  El caso es que no se le notaba, yo hoy me pregunto, cosa que nunca lo hice a ella, como se las apañaba para camuflarlo.
Mi madre la regañaba algunas veces pues como mi padre era Policía Municipal, decía que podía comprometerlo pero ella siempre contestaba que, cuando se comía las tajadas bien frititas no se comprometía.
Yo me reía mucho con estas discusiones de hermanas. Aquel día, ya rizó el rizo:
Cuando llegó a casa "descargó" medio cerdo y le dijo a mi madre:
-Esto para vosotros, ahora si dejas que me acompañe la niña. (O sea yo), vamos a hacer un recado.
 El recado fue:
Pues muy sencillo, tenía unos amigos en el Paseo de las Delicias. Cogimos el tranvía. Llegamos a una casa, y...la estaban esperando con los brazos abiertos. Era una familia de un montón de gente. Tenían más hambre que "Carpanta" y...allí dejó mi querida tía Gabriela el resto del marrano.
Cuando volvimos a casa ya estaban todos cenando unas exquisitas magras de cerdo fritas. Nadie decía nada, pero todos comían a dos carrillos.
Quizá esté mal visto a estas alturas, pero otros hicieron cosas peores. Yo, no solamente la he querido sino que la he admirado.
Tanto ella como sus hermanas eran analfabetas, cosas de mi abuelo que decía que las mujeres no tenían que saber leer, pero eran muy, pero que muy listas. Si el abuelo, al que no tuve el gusto de conocer, viera ahora a sus nietas...todas saben leer.
Ayer la enterramos, tenía 99 años.
Era la última tía que nos quedaba. Sus hermanos tampoco están ya.
 Mis primos y yo, todos estamos huérfanos.