Isemay- Parte 34.3 MUERTO
En algunos momentos decidió darse por vencida, dejándose caer al suelo y rogando al cielo que bajaran a llevarse a ambos, pero sus plegarias no fueron escuchadas. Comió las frutas que encontró sin preocuparse de recoger alimento por si al día siguiente no encontraba, dormía lo justo, y al despertar continuaba su camino, con su hijo en brazos, sin separarse de él ni un segundo, llegó a la aldea más cercana. Y fue allí, en el camino, donde se dejó caer exhausta al suelo.