Un adolescente debe aprender a aceptar sus privilegios y usarlos para el bien.

Película de Navidad. Quizá el mejor regalo de Navidad que jamás he recibido.

No sé si Spider-Man es mi súper héroe favorito. No sé si tengo uno. Creo que nunca leí suficientes cómics de súper héroes. Lo que siempre me ha gustado son las caricaturas y la animación. Por años me ha entristecido ver como la animación 3D se extiende y homogeneiza (qué fea palabra) cuando la animación ofrece tantas posibilidades.

Qué padre (y lógico) que sean Phil Lord y Chris Miller quienes le den una buena sacudida a la industria. Ya lo habían hecho antes con The Lego Movie, pero lo que hacen aquí es incomparable. Tengo que decir que pasé un buen rato embobado con la mezcla de técnicas y estilos de arte y animación con que construyeron el mundo de Into the Spider-Verse. Es una película muy bonita y divertida de ver, desde las title cards de las productoras hasta la increíble secuencia de créditos (me urge que la suban a youtube) y la ingeniosísima e hilarante escena post-créditos.

PERO no sólo es eso: también es un coming of age/origin story bastante inteligente, chistoso y emotivo. No importa lo ridículos que llegan a ser los personajes, todos tienen un momento donde te rompen un poquito el corazón, y eso es clave para que Miles entienda el significado de ser Spider-Man: es importante nunca darse por vencido.

Si le pongo un pero, es que me hubiera gustado conocer y ver más a todas las personas-araña. La película se concentra principalmente en Miles con Peter en claro segundo plano. Aparte de ellos, sólo Gwen alcanza a brillar en un par de escenas. El resto existe sólo para jugar con la animación y no desperdiciar el concepto del multiverso, pero creo que si cada uno hubiera tenido un pequeño arco narrativo, esto podría haber sido aún mejor.

No sé, a lo mejor sólo soy un maniático que no puede estar conforme con nada.