(Perdón. Esta entrada es un desastre. Quiero decir mil cosas y no sé cómo.)

“The first black superhero is Spider-Man. He lives in a one-parent house — it’s not even a parent, it’s an aunt. He has all of this power, but every time he uses it, it turns against him. People are afraid of him; the police are after him. The only way he can get a job is by taking pictures of himself that are used against him in public. [Newspaper chief] J. Jonah Jameson says to him, ‘Go out and take a picture that shows him with his hand in the cookie jar, that shows him stealing and being a villain.’ That’s a black hero right there. Of course, he’s actually a white guy. But black people reading Spider-Man are like, Yeah, I get that. I identify with this character here.”

-Walter Mosley

Creo que fue con un número de Wizard en mi adolescencia con lo que descubrí un ingrediente importante que hace a Spider-man tan especial. El número incluía una lista de los mejores trajes de superhéroes de la historia, y en la primera posición estaba Spidey. La razón, más allá del complejo patrón de telarañas de Ditko, era la máscara. Debajo de este disfraz podía estar cualquier persona, sin importar su raza. Aunque esa anotación era nueva para mí, no era ningún descubrimiento por parte de Wizard. Lee siempre ha dicho que esa era la intención.

La mejor representación de esa idea en el cine es en Spider-man 2 de Raimi, cuando los viajeros en el tren que acaba de rescatar Spidey se dan cuenta que es solo un niño. Y es tremendamente emotivo.

Ahora llega Spider-Verse, la llegada a cines de Miles Morales, un personaje que nació de esa observación. Y es una película que gira en torno a esa observación.

Obviamente lloré montones.

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Cuando se anunció que Miles Morales estelarizaría su propia película y sería animada, me pareció un bajón. Pensaba que debía ser el Spidey del MCU. Olvidé que con Miller y Lord abordo, esto sería genial. Este par de genios son especialistas en lograr lo imposible, ya sea hacer un anuncio para Lego que también es una excelente película y un gran anuncio de Lego, o un remake de una serie de televisión. Todo lo pueden. Y aquí hacen lo que Warner simplemente no ha podido: lanzar un universo cinematográfico. Quiero que de aquí se desprendan 20 películas. Quiero ver aventuras en solo de todos estos Spideys. Miller y Lord deberían ser dueños de Hollywood.

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Que compleja es Spider-verse. Formalmente es un completo delirio. No se me ocurre con qué compararla. Inventa su propia gramática y sintaxis y conforme avanza te va enseñando como leerla. Bellísima.

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Quiero pensar también que Spider-verse debería ser un antes y después en el cine de superhéroes. Para el fan de Spider-man es una celebración nostálgica del personaje y todo lo que representa. Y al mismo tiempo son los cimientos del personaje para los siguientes años. Una película con un pie en el pasado y la mirada completamente en el futuro.

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Enter the Spider-verse es muchísimas cosas. Pero sobre todo es la introducción de Miles Morales a un público mas amplio. Para ser una película en la que suceden millones de cosas, nunca deja de sentirse como el origen perfecto para el personaje. Son un millón de cosas, pero todas giran en torno a él. Y es un gran centro.

Bienvenido al estrellato, Miles Morales.

(Ah, la secuencia post-créditos es prácticamente una mini secuela. GENIAL.)

Apéndice de cosas que amé:

- La voces, todas. En particular Jake Johnson como un cansado Peter Parker y Kathryn Hahn como Doc Ock.
- El diseño Bill Sienkiewicz-esco de Kingpin.
- La música.
- Esta versión de Prowler. Hermoso, intimidante. ¡Su tema musical! Y Mahershala Ali.
- John Mulaney, aunque me hizo falta más Spider-Ham.
- Que respetaron el origen de Spider-Ham.
- Spider-Gwen. Quizá nuestro mejor Spidey.
- Que solo las Spideys de Raimi son canon.
- El juego con el logo de Columbia Pictures. (¡Comic Codes Authority!)
- La secuencia de créditos finales.

¡Carajo, quiero perderme en esta película millones de veces!