Cerezo radiante es la última parte de la Misión legendaria de la historia de Shogun Raiden: Imperatrix Umbrosa , Acto II: «Sueños efímeros ».
Detalles[]
- Ve al Gran Santuario Narukami y encuéntrate con Yae Miko
- Habla con Yae Miko
- Regresa a la entrada del lugar misterioso
- Habla con Yae Miko
- Entra en el plano de la conciencia
- Habla con Ei para resolver la situación
- Derrota a la Shogun Raiden
- Observa el final de la ardua batalla
- Observa el comienzo del sueño
- Habla con Ei y Yae Miko
Recompensas[]
- EXP de Aventura
- Mora
- Protogema
- Guía de la luz
- Ingenio del héroe
- Mineral de refinamiento místico
- Flor de cerezo onírica
Diálogos[]
- (Ve al Gran Santuario Narukami y encuéntrate con Yae Miko)
- (Habla con Yae Miko)
- Yae Miko: Alguien está de mal humor... Déjame adivinar, ¿estás en problemas y necesitas que te ayude?
- Yae Miko: Espero que te des cuenta de la suerte que tienes. Si fueras cualquier otra persona, no tendría la paciencia para seguir recibiéndote con una sonrisa después de tantas veces.
- Paimon: ... ¡Pero si siempre estás sonriendo!
- Yae Miko: Lo decía en sentido figurado, ¿entendido? No cambies mis palabras con esa audacia.
- Paimon, ve al grano...
- Paimon: ¡Oh, cierto! ¡Ha sucedido algo importante! Se trata de Ei... Ella... ella...
- Le cuentas a Yae Miko lo que ha pasado...
- Yae Miko: Ah, bueno, ya veo. Así que Ei ha decidido dejar Inazuma en manos de los humanos, mientras ella lucha una feroz batalla que ni siquiera tiene fecha final...
- Yae Miko: Es demasiado testaruda, siempre se lanza a la acción más extrema y presume de que su voluntad es suficiente para lo que sea, aunque el objetivo sea casi imposible y requiera el máximo de sus habilidades... Sí, eso es típico de Ei.
- Yae Miko: Tú sabes tan bien como yo que ella siempre ha sido así. ¿De qué te preocupas?
- Esta batalla es más seria que cualquier cosa ocurrida hasta ahora.
- Se lanzó a ello sin pensarlo.
- Yae Miko: Se lanzó a ello sin pensarlo... Jeje, así es. *Suspira*, a veces se comporta como una niña.
- Yae Miko: ¿Así que piensas que puedo ofrecer mi ayuda? ¿Quién te dio esa idea?
- Paimon: ¿Se está haciendo la tonta? Lo hace a propósito, ¿no?
- Yae Miko: Ya estás aprendiendo, pequeña. Pero, en realidad, no sé mucho más que tú sobre el plano de la conciencia de Raiden Makoto.
- Yae Miko: Solo sé que es la base del Cerezo Sagrado y, por lo que he escuchado, es un poco diferente al plano de la eutimia de Ei.
- Paimon: ¿Porque Raiden Makoto ya no está viva?
- Yae Miko: No solo por eso. La naturaleza del propio espacio es diferente... Pero yo solo puedo especular. Ustedes son los que han estado ahí, así que cuéntenme, ¿cómo era?
- No noté ninguna diferencia.
- No me fijé.
- Yae Miko: De todos modos, no hay que preocuparse por los detalles. Solo será un poco difícil de explicar más adelante, nada más.
- Yae Miko: Lo primero es lo primero. Síganme hasta la entrada.
- (Regresa a la entrada del lugar misterioso)
- (Habla con Yae Miko)
- Yae Miko: Bueno, siempre tengo una solución para todo. Solo es cuestión de qué tan astuta tengo que ser...
- Yae Miko: Para un extraño, el plano de la conciencia es un concepto muy abstracto. Por suerte, soy la familiar de Ei, así que puedo sentir más o menos dónde se encuentra.
- Yae Miko: En otras palabras, aunque no puedo indicar el lugar exacto de ese plano, puedo enviarte a donde se encuentra Ei.
- Paimon: Así que es algo abstracto, pero tiene una localización, pero no sabes dónde está, pero aun así puedes enviarnos hasta allí... ¿Eh?
- Yae Miko: Sí, no le den más vueltas. Para que lo entiendan, ahora mismo está rodeada de caos.
- Yae Miko: Es un lugar turbulento y sin orden... Si intentan entrar, una ola gigante podría arrastrarlos hasta algún rincón desconocido del espacio-tiempo.
- Yae Miko: Precisamente por eso, es mejor vincular tu conciencia a un objeto antes de entrar al plano de la eutimia.
- Paimon: ¿Qué? Entonces Paimon se queda aquí, ¡vayan ustedes!
- Ni lo sueñes.
- Paimon, ¿no irás a abandonarme, verdad?
- Yae Miko: Como quieras. En el peor de los casos, solo perderíamos a Ei. Nada del otro mundo.
- Paimon: Ustedes... ¡Arg! ¡Paimon está harta de ustedes! Está bien, Paimon también irá...
- Yae Miko: Oh... Bueno, si tan segura estás, adelante. Ahora los enviaré hasta allí.
- Yae Miko: ...
- Yae Miko: ¿Eh? Vaya...
- ¿Qué pasa?
- Yae Miko: No es nada. Es que es realmente caótico. Mis sospechas quedan confirmadas.
- Yae Miko: Por cierto... Cuando entres, concéntrate todo el tiempo en tus más sinceros deseos.
- Yae Miko: Solo una gran determinación evitará que las olas gigantes del espacio abstracto los arrastre. Solo podrás llegar a tu destino si eres lo suficientemente fuerte.
- Entendido.
- Yae Miko: Bien. La puerta está abierta. Adentro.
- Yae Miko: Me quedaré aquí fuera para mantener el equilibrio. Estaré preparada si sucede algo.
- Yae Miko: ... Te confío a mi diosa, Viajero.
- Yae Miko: Hazlo por mí y por Inazuma, por favor... tráela de vuelta...
- Paimon: Miko, espero que sepas lo que estás haciendo...
- No le fallaremos.
- Yae Miko: ¡Basta de cháchara y manos a la obra!
- (Entra en el plano de la conciencia)
- (Habla con Ei para resolver la situación)
- Ei: ...
- Ei: ¿Cómo puede ser?
- Ei: Han vuelto... ¿Pero cómo han podido volver a entrar? Y... ¿cómo es que no han cambiado en todos estos años...?
- ¿En estos años? ¿Qué?
- Shogun Raiden: Es un duelo digno de ser recordado.
- Shogun Raiden: Es como si hubiésemos vuelto al momento en el que se establecieron las reglas de la eternidad. Tu voluntad hoy es tan fuerte como lo era entonces.
- Shogun Raiden: Después de tantas batallas, nunca has perdido ni has mostrado el más mínimo indicio de duda.
- Shogun Raiden: Incluso si te hubiese obligado a luchar contra todos los enemigos de la eternidad, tampoco habrías vacilado.
- Ei: Tu dedicación por hacer cumplir las normas también es admirable.
- Ei: Eres digna del título de "Guardiana de la Eternidad".
- Shogun Raiden: Y ahora ustedes dos vuelven a este espacio. Tal vez sea cosa del destino.
- Shogun Raiden: Hagamos de este nuestro último duelo, pongamos fin a aquello que comenzó hace quinientos años.
- Ei: ¿Último duelo? Así que por fin estás dispuesta a...
- Ei: Atrás, viajero.
- ¿Vas a ponerle fin a todo esto?
- Ei: Seré el comienzo de algo nuevo.
- (Derrota a la Shogun Raiden)
- (Observa el final de la ardua batalla)
- Shogun Raiden: Se acabó. Tú ganas.
- Shogun Raiden: Creía que no serías capaz de trascender el pasado, pero parece que era una creencia sin fundamento. He subestimado tu espíritu.
- Shogun Raiden: Pero no se puede abrazar el futuro con una voluntad que nunca se agota.
- Ei: No debes preocuparte por el futuro, no estás sola.
- Ei: Sé mejor que nadie lo fuerte que eres. Si hubiese confiado únicamente en mi poder, seguro que habría perdido este duelo.
- Ei: Sin embargo, mi razón para luchar redefinió mis artes marciales y mis límites. Ahora llevo conmigo la mirada de incontables ojos expectantes que buscan la luz en el cielo.
- Ei: Cuando pienso en ello, siento que algo se agita en Mente Onírica.
- Ei: La espada que heredé de Makoto parece querer guiarme... alentarme.
- Shogun Raiden: Yo también me di cuenta de ello. En el fragor de la batalla, pareció como si desatara un nuevo poder único.
- Shogun Raiden: Este poder escapa a mi entendimiento.
- Ei: Esta espada perteneció a Makoto. Tal vez solo pueda utilizar su verdadero poder cuando comprenda y confíe en ella por completo.
- Ei: Cuando empuñé Mente Onírica, tuve la sensación de que Makoto estaba de nuevo a mi lado.
- Ei: Fue una sensación familiar y extraña al mismo tiempo... Makoto casi no la usó cuando estaba viva y, sin embargo, la espada es capaz de hacerme sentir más cerca de ella.
- Shogun Raiden: Tienes mi reconocimiento.
- Shogun Raiden: Tu determinación actual no es producto de la erosión. No volveré a intentar detenerte si intentas cambiar las reglas.
- Shogun Raiden: A partir de hoy, este cuerpo seguirá siendo tu ayudante.
- Ei: No volveré a crear una regla que no pueda cambiarse.
- Ei: Eras un reflejo de mi pasado, pero, a partir de ahora, tú eres yo.
- Ei: Makoto nunca me consideró un arma osada, así que yo no te consideraré una simple herramienta.
- Shogun Raiden: Hum... Has cambiado. Supongo que esto es lo que los humanos llaman "madurar".
- Shogun Raiden: Ahora lo entiendo. Yo seré tu sombra, al igual que tú fuiste la de Makoto en el pasado.
- Shogun Raiden: Mis deberes no cambiarán.
- Shogun Raiden: Pero, como guerrera, deseo tener la oportunidad de luchar así otra vez en el futuro.
- Ei: ¿Eso lo dices porque no eres capaz de admitir tu derrota?
- Shogun Raiden: Fue una experiencia completamente nueva para mí. Una que vale la pena volver a vivir.
- Paimon: ¿Ya terminaste de pelear? ¿Esta vez de verdad?
- Ei: ¿Eh?
- ¿Mente Onírica está brillando?
- Makoto: Hola, Ei. Y saludos a los que vinieron para hacer de testigos.
- Makoto: Soy Raiden Makoto, la antigua Arconte Electro que fracasó en sus deberes y los dejó a cargo de arreglar este desorden.
- Ei: ¿Makoto...?
- Makoto: Estoy tan contenta. Has llegado muy lejos. Sabía que conseguirías llegar hasta aquí.
- Makoto: Dejé un pequeño fragmento de mi voluntad en Mente Onírica para que se activara en el momento en el que liberaras su verdadero poder.
- Makoto: Una manera un tanto complicada de comunicarme contigo, pero... bueno, estabas tan obcecada con tus propias ideas que no le habrías hecho caso a mis palabras.
- Makoto: No podía esperar a que cambiaras de opinión. Por favor, perdóname... No tuve más remedio que buscar una forma de quedarme hasta que vinieras a mí.
- Ei: Pero nunca mencionaste nada de esto...
- Makoto: Todo pasó muy deprisa... Lo siento.
- Makoto: Me sentí culpable por dejar Inazuma en tus manos tan precipitadamente.
- Makoto: Debí haberte inculcado estas ideas poco a poco para que abandonaras tu búsqueda de lo inmutable.
- Ei: ¿Sabías lo que iba a pasar en Khaenri'ah?
- Makoto: Me lo imaginaba. Aquel lugar... ningún arconte se podría haber permitido ignorarlo.
- Makoto: En esta forma no puedo percibir el paso del tiempo. No sé cuánto tiempo ha pasado antes de que pudiésemos encontrarnos y tampoco sé por lo que ha pasado Inazuma desde entonces.
- Makoto: Pero sé que ha debido de ser duro para ti... Y estoy segura de que habrás tenido ganas de derramar lágrimas muchas veces en todo este tiempo, ¿verdad?
- Ei: ... No me subestimes.
- Makoto: ¿Ves? Lo admites.
- Makoto: Fue precisamente por eso que dejé un pequeño regalo de despedida para ti... Algo que aliviara el dolor de Inazuma.
- Makoto: Ven, tómalo. Antes de que el último atisbo de mi conciencia se esfume.
- Makoto: Pero eres tú la que debe dar el paso más importante...
- (Observa el comienzo del sueño)
- (Habla con Ei y Yae Miko)
-
- Dejan el plano de la conciencia y le cuentan todo a Yae Miko en el santuario...
- Yae Miko: Así que la Ei del presente plantó el Cerezo Sagrado en el plano de la conciencia y este echó raíces en la Inazuma del pasado...
- Yae Miko: Lo mires por donde lo mires, es algo increíble.
- Ei: Y todo gracias al poder de Makoto. Su entendimiento de la eternidad es mucho más profundo que el mío.
- Ei: El concepto de "eternidad" está íntimamente ligado al tiempo. Cuando te acercas a la eternidad, el tiempo se vuelve confuso.
- En ese lugar ocurrían cosas increíbles.
- El tiempo avanzaba y retrocedía al mismo tiempo.
- Yae Miko: Un lugar donde el tiempo carece de sentido y no se puede comprender por medio de la lógica... Así que esa era la "turbulencia" que sentía.
- Yae Miko: Quizás por eso pudiste regresar a este preciso momento sin ningún problema.
- Yae Miko: Y, sin embargo, esa sensación de desorden ha desaparecido por completo.
- Ei: No lo termino de entender. Pero mi intuición me dice que la razón de todo... es esa semilla.
- Yae Miko: Humm, no creo que se tratase únicamente del poder de Makoto...
- Ei: Sé a lo que te refieres. Tal vez realmente hubo algún tipo de poderAstaroth superior involucrado. Sea como sea, su solución nos ha salvado a todos.
- Ei: Sin el Cerezo Sagrado, Inazuma ya habría sucumbido hace siglos al desastre y la ponzoña.
- Yae Miko: Sé que piensas que hay algo especial acerca del Cerezo Sagrado, pero, para mí, siempre ha estado ahí.
- Yae Miko: En el pasado, ya intentaste demostrarme que había una conexión entre el Cerezo Sagrado y la conciencia de Makoto. Por desgracia, no conseguiste convencerme, ¿cierto?
- Ei: No, pero ya entiendo el porqué ahora. Era porque el Cerezo Sagrado todavía no había sido plantado.
- Paimon: Humm, ¿no les parece que ese árbol no se parece en nada al de ahora?
- Yae Miko: El Cerezo Sagrado está plantado en mi territorio, así que puedo podarlo a mi gusto.
- Paimon: Hum... Mira quién es realmente la tirana...
- Yae Miko: Es una broma. El árbol ha pasado por muchas cosas desde que se plantó. Si tiene ese aspecto ahora es gracias a los esfuerzos y el cuidado de los kitsune.
- Yae Miko: Y yo también puse de mi parte, claro.
- Yae Miko: No ha pasado mucho tiempo desde que salieron de ese plano y volvieron a entrar. Pero, en teoría, el enfrentamiento ha durado siglos, ¿no es cierto?
- Yae Miko: Viajero, si no me equivoco... no dejabas de repetirte tus deseos a ti mismo todo el rato, ¿cierto?
- Por supuesto.
- ¿Eso importa?
- Yae Miko: En ese momento, podía sentir dónde estaba Ei, pero también sentí ciertas anomalías en el flujo del tiempo dentro de ese espacio.
- Yae Miko: Además, el tiempo añadió una nueva dimensión a nuestra búsqueda. Con solo establecer una ubicación no era suficiente.
- Yae Miko: Por suerte, su determinación hizo que las turbulencias los llevaran precisamente al momento en el tiempo en el que había más posibilidades de que sus deseos convergieran.
- Yae Miko: Puede que las turbulencias fueran cosa de Makoto, pero todo el mundo contribuyó con su esfuerzo a ayudar a Ei. Así que me gustaría darles las gracias.
- Paimon: Eso quiere decir... ¿que no acabamos en aquel duelo por casualidad? ¿Estábamos destinados a presenciar lo que iba a suceder?
- Tal vez a eso se refería la Shogun...
- Quizás eso quería decir la Shogun con "es cosa del destino".
- Ei: Yo pensaba que el flujo del tiempo era el mismo dentro y fuera del espacio. Me sorprendió mucho ver al viajero reapareciendo.
- Ei: Lo primero que pensé fue: "¿Un gran desastre se cierne sobre Inazuma?"
- Ei: Y al final resultó que venían a rescatarme... Vinieron por mí, para ayudarme a encontrar el mejor desenlace posible.
- Ei: Muchas gracias a los dos. Han hecho mucho por mí. No lo olvidaré nunca.
- Yae Miko: Ei, ¿cómo te encuentras?
- Ei: Mi cuerpo se ha recuperado por completo y la voluntad de la Shogun ya no se opone a mí.
- Yae Miko: Me alegra oír que te encuentras mejor, pero me refería a tus emociones. ¿Estás más tranquila ahora?
- Yae Miko: Después de todo, viste a Makoto ahí dentro, ¿cierto?
- Ei: Escuché su voz, pero no llegué a verla...
- Ei: No te preocupes, me trajo algunos recuerdos, pero he decidido mirar hacia delante.
- Ei: Aunque he de admitir que me hizo recordar lo increíble que era Makoto. Incluso entonces fue capaz de predecir todos los posibles desenlaces para Inazuma.
- Ei: Hasta tuvo en cuenta mi falta de madurez en su plan.
- Ei: Es gracias a ella que Inazuma ha perdurado hasta hoy.
- Makoto era brillante.
- Ei, tú también has tenido un papel muy importante en todo esto.
- Ei: Yo solo planté la semilla.
- Tanto tu determinación como la suya fueron indispensables.
- Paimon: ¡Eso! Si te reencontraste con ella, fue gracias a todo lo que hiciste. ¡Eres increíble!
- Puede que este último paso haya sido fácil, pero requirió el esfuerzo de todos.
- La causa y el efecto se invirtieron, pero tu papel fue importante.
- A pesar de todo, jugaste un importante papel en todo esto.
- Este último paso fue fruto de un gran esfuerzo conjunto.
- La causa y el efecto se invirtieron, pero tu papel fue importante.
- A pesar de todo, jugaste un importante papel en todo esto.
- Ei: ... Gracias, Viajero.
- Yae Miko: Hoy por fin Inazuma y tú emergen de las sombras y dejan atrás los sucesos que tuvieron lugar en el pasado.
- Yae Miko: Makoto y tú son parte del pasado y el presente de Inazuma, y ambas son indispensables.
- Ei: No todos los días te escucho consolando a otras personas. Me alegra oír esas palabras.
- Yae Miko: Oh, vamos. Te parece raro porque nunca escuchabas ni una palabra de lo que decía.
- Paimon: Eso mismo dijo Makoto.
- Yae Miko: Parece que las grandes mentes piensan igual, ¿eh? Me pregunto si eso será suficiente para que ocupe la posición de la Shogun durante un par de días.
- Yae Miko: Pensándolo bien, mejor olvídalo. Demasiadas molestias innecesarias.
- Ei: Bueno, hasta aquí con las trivialidades. Todavía tengo mucho que hacer.
- Ei: La Shogun y yo analizaremos la Inazuma de hoy en día para averiguar la situación actual de las cosas. Entonces, consideraremos su futuro.
- Ei: Y después... aboliré el Decreto de cierre de fronteras.
- Paimon: ¿De verdad? ¡Qué gran noticia!
- Ei: He decidido dejar de perseguir la eternidad a través de la inmutabilidad. Y por ello, ya no es necesario mantener cerradas las fronteras de nuestra nación.
- Ei: Estoy segura de que Inazuma aguarda una infinidad de desafíos...
- Pero de los desafíos también nacen nuevas oportunidades.
- Ei: Y las espero con ansias.
- Ei: A Inazuma aún le esperan más retos, pero estoy preparada para ellos.
- ¿Qué desafíos prevés para Inazuma?
- Ei: La abolición del Decreto de cierre de fronteras tiene un sinfín de implicaciones. Sería una locura decir que todo será positivo y que no habrá repercusiones negativas.
- Ei: Por ejemplo, preveo que el mundo exterior podrá suponer una amenaza para los negocios de Inazuma. Estos son los problemas por los que debo trabajar para resolverlos.
- Yae Miko: Ei, estás pensando en esto muy concienzudamente. Yo solo he llegado a preguntarme si podré vender entradas al Gran Santuario Narukami en el futuro.
- Ei: En serio, Miko...
- Sobre la mirada de los dioses...
- Ei: La mirada de Makoto siempre estuvo fija sobre la gente de Inazuma. Siempre pensé que era... su deber.
- Ei: Pero ahora veo que su mirada estaba llena de admiración y esperanza. No era solo un deber, sino también una alegría. Ella amaba profundamente a la humanidad.
- Yae Miko: Si la gente del pasado merecía la atención de los dioses, entonces también la merece la gente del presente y del futuro.
- Ei: Sí, es cierto. Ya no voy a ignorar sus pasiones y sueños.
- ¿Cómo fue el duelo que duró siglos?
- Ei: Fue, francamente, un calvario sin final a la vista.
- Ei: Frente a una batalla interminable, tenía que permanecer concentrada en todo momento. Si hubiera perdido la concentración por un segundo, la espada de la Shogun me habría quitado la vida.
- Ei: Cabe decir que, si no fuera por mis experiencias previas en combate, mis habilidades no habrían estado a la altura del desafío. Seguramente habría sido derrotada.
- Ei: Tú también tuviste parte en eso.
- ¿Qué hay de los daños causados al Cerezo Sagrado?
- Ei: No te preocupes, no lo he olvidado, daré instrucciones a la Comisión Tenryou y a la Comisión Yashiro.
- Ei: No solo me preocupan los monstruos, me preocupa también lo que pueda escapar del Cerezo Sagrado.
- Yae Miko: Es difícil de saber... Las líneas ley conservan más cosas además de recuerdos.
- Ei: Ya que sabes de qué se trata esto, quizás podrías pensar en hacer un esfuerzo también.
- Yae Miko dijo que me confiaba a su dio...
- Yae Miko: *Ejem*, Yae Miko no dijo nada de eso. Viajero, ¿osas afirmar tal cosa sobre mí mientras estoy presente?
- Yae Miko: Hay cosas que no se deben decir.
- Yae Miko: Créeme, no quieres saber el precio de traicionarme. Lo que hablamos debe quedarse entre nosotros. ¿Entendiste?
- Ei: ¿De qué hablan?
- Yae Miko: Nada. Oh, de repente me apetece tofu frito.
- No tengo más preguntas.
Historial de cambios[]
- Versión 2.5
- Cerezo radiante se añadió al juego.