por Möbius el Crononauta
del blog La cinta de Moebius
Creo que no está de más recordar que el reestreno de King Kong en 1952, en mitad de la vorágine de películas de ciencia ficción, no sólo demostró que el gran gorila todavía tenía gancho comercial, sino que dio a las productoras ávidas de nuevas historias fantásticas con las que sacar su tajada de la taquilla un nuevo concepto de trama de ciencia ficción: el bicho gigante. El éxito de ese reestreno le vino de perilla a Ray Harryhausen, quien ya había demostrado su dominio de la técnica del 'stop motion' (animar figuras y maquetas fotograma a fotograma), amén de perfeccionarla permitiendo insertar las figuras en escenarios reales. El gran recibimiento de El monstruo de tiempos remotos, película de cuyos efectos especiales se encargó Harryhausen, le convirtieron en el hombre con quien había que hablar si se quería un bicho gigante que diera el pego en la gran pantalla.