HOLLYWOOD 2025

Zendaya nos habla sobre Tom Holland: "Nos conocimos probando nuestra química, de manera literal"

Hablamos con la estrella de Rivales, Dune y Euphoria justo cuando estaba a punto de acudir a su primer rodaje en casi dos años: “Estoy un poco aterrorizada. Me pregunto si sigo siendo capaz de hacer esto”.

El viaje de Zendaya a la Semana de la Moda de París fue tan fugaz que pareció un sueño. “No creo haber estado el tiempo suficiente como para tener jet lag”, cuenta. Aun así, causó una gran impresión en su paso por el front row del desfile de Louis Vuitton, revolucionando internet con su falda globo y blazer de silueta geométrica, pero bien podría ser la última en saberlo. “Trato de mantenerme lejos de eso”, dice, refiriéndose al discurso que se genera en redes relacionado con la moda. “Me llegan las cosas indirectamente. Mi madre me dice algo como ‘Dios mío, me encantó lo que llevabas’ y yo me quedo en plan ‘Ah, ¿así que lo has visto?’. ‘Pues claro, mujer. ¿Cómo no iba a verlo’, responde”. Estar al día de lo que hace es un rasgo hereditario: “Mi abuela conoce mi agenda mucho mejor que yo porque sigue todo lo que hago en internet. La llamo y me dice cosas como ‘Bueno, en realidad no puedes venir a esto porque para entonces estarás rodando esto otro’ y yo me pregunto cómo lo sabe”.

Sin duda, este año seguirle el ritmo a Zendaya habrá supuesto un trabajo a tiempo completo para su abuela. Mucho después de consolidarse como la niña mimada de la televisión tras hacerse con dos Emmys a la mejor actriz por su papel como Rue en Euphoria, Zendaya demostró ser una estrella de cine en toda regla. En marzo retomó su papel como Chani, la guerrera rebelde de la que se enamora el mesiánico personaje de Paul Atreides, interpretado por Timothée Chalamet, en la segunda parte de la franquicia de Dune, ganadora de varios Oscar, también dirigida por el canadiense Denis Villeneuve. Apenas dos meses después, se lució en Rivales, de Luca Guadagnino. Aquella película fue un éxito rotundo, tanto para la crítica como a nivel comercial (ha recaudado casi 100 millones de dólares hasta la fecha, casi duplicando su presupuesto de 55). En su papel como otrora estrella del tenis adolescente que se reinventa como entrenadora profesional (y un tanto desastre) Tashi Duncan, la presencia de Zendaya se impuso tanto en la pantalla como frente a sus compañeros, Art Donaldson (Mike Faist) y Patrick Zweig (Josh O’Connor), convirtiéndose en el epicentro del triángulo amoroso más tórrido de la taquilla veraniega.

“En lo que he tenido mucha suerte es en el hecho de trabajar con grandes cineastas y colaboradores, gente que de veras apoya tus ideas y que también te ayudan guiándote en el proceso”, asegura. Estamos encantados de contar con Zendaya para este Hollywood Issue 2025. He aquí el resto de nuestra conversación.

Vanity Fair: Es un icono de la moda. Se arriesga mucho. ¿Alguna vez le generan ansiedad sus atuendos?
Zendaya: A veces sí. Y también creo que la moda es una herramienta para mí, en muchos sentidos. Me considero una persona más bien tímida, algo que supongo que no deducirías considerando las cosas bastante locas (y a ratos ridículas) que me pongo. Pero es mi armadura. Puedo dejarme llevar por estos personajes. A Law [Roach] y a mí nos gusta crear estas otras personas. A veces les ponemos nombres; no, lo digo en broma… bueno, sí que lo hacemos a veces [ríe]. Les adjudicamos pequeños trasfondos. Pero es cierto, ayuda a crear este pequeño personaje cada vez que una sale a la calle. Encarno a alguna chica, a quienquiera que sea esta mujer esta noche. Hace que todo el proceso sea más fácil porque no eres tú misma, es una versión de ti. Piensas menos en qué estás haciendo y más en lo guay y divertido que es. Es casi como un pequeño ejercicio de actuación.

He de decirlo antes de continuar: cumplimos años el mismo día, el uno de septiembre.
¡Arriba ese uno de septiembre! Gran día.

¿Tiene algún rasgo típico de virgo?
Y tanto que sí. Me siento muy identificada. ¿Y tú?

Oh, sí. El querer tener el control.
Madre mía, sí. Pero estoy aprendiendo a lidiar con ello. Creo que el motivo por el que disfruto tanto con mi trabajo es porque hasta cierto punto te liberas del control que puedes tener al interpretar a alguien que no eres tú misma. Puedes pensar cosas como que no tomarías tal o cual decisión, así que qué más da. Puedo perderme en las decisiones y elecciones de otra persona y no ser tan crítica conmigo misma porque no se trata de mí.

Atuendo y calzado de Alaïa, pendientes de Bulgari y anillo de Bulgari High Jewelry.Fotografía: Gordon von Steiner. Estilismo: George Cortina.

Ahora que nos hemos alejado un poco de la etapa de Rivales, ¿qué se siente al formar parte de un fenómeno cultural de este calibre?
La verdad, me alegra que la gente conectara con ella de manera tan profunda. Está la parte divertida. Esa gente que dice cosas como “madre mía, la escena del churro”. Pero aunque aprecien su estética, también pueden apreciar la labor de Luca. He visto a mucha gente hablando sobre la belleza de la cinematografía de Sayombhu [Mukdeeprom] y cómo conecta con las emociones de los personajes. Que se da cuenta de cuando comparten camisetas y a quién pertenece esa camiseta. No solo la han disfrutado y se han divertido, sino que también se han implicado en un sentido más profundo, lo cual es una pasada.

¿Josh, Mike y usted siguen en contacto? ¿Existe un chat grupal?
Hay un chat grupal. Suelo decir que soy la mamá del grupo porque siempre estoy en plan “Ey, chicos, aquí estoy. Espero que estéis bien”. Y he de reconocer que me responden. A Mike es al que peor se le da, pero lo dejamos pasar.

Soy realmente afortunada porque son los dos tipos más encantadores que hay. Cuando estás en una película así, donde en realidad no somos más que nosotros tres y los personajes están tan implicados y entremezclados emocionalmente, resulta de veras importante que quien tengas actuando a tu lado no solo tenga mucho talento, lo cual es claramente evidente, sino también encantador, y que te brinde apoyo y seguridad como compañero de escena. Sin duda, los dos me ofrecieron ese espacio.

También nos lo pasamos en grande. Los tres apreciamos nuestro trabajo y nos lo tomamos en serio, pero no demasiado, ¿sabes a qué me refiero? Seguimos disfrutando del proceso. Podemos reírnos y pasarlo bien, bromear y seguir estando presentes cuando es necesario. Fue bonito tener esa ligereza. Uf, me sentí fatal por Josh. “Me paso el tiempo abofeteándote, escupiéndote. Esto es horrible, lo siento muchísimo”, le decía. Y él como si nada. Yo pensaba: “Tía, deja de ponerle las manos encima a la gente”.

Este año estrenó tanto Dune 2 como Rivales. ¿Cambia su manera de aproximarse al personaje dependiendo del género? ¿Cómo es su proceso?
No sé si tengo un proceso en particular. Concretamente, con Rivales tuvimos mucho tiempo para ensayar, lo cual fue muy especial. Pudimos ver lo que Luca pensaba acerca de la película, cómo percibía a los personajes y simplemente sentarnos a hablarlo, repasando las escenas también con los chicos. No pudo haber nadie mejor para encargarse de esto que Luca. Entendió inmediatamente a los personajes de una manera completamente libre de prejuicios. Tenía en cuenta todas sus facetas.

Creo que Denis es igual. Obviamente, es diferente porque no me implico con el mismo tipo de intimidad que en Rivales. Pero sigue siendo algo enorme, enorme, y te hace preguntarte “¿Cómo voy a enfrentarme a esto o encajar ahí?”. Pero tiene una sensibilidad muy de cineasta independiente. Encuentra la manera de conseguir que las cosas más grandes se sientan pequeñas, íntimas y tremendamente humanas. Y también es muy fácil conversar con él. Así que creo que mi proceso simplemente depende de con quién esté trabajando.

Para mí, una estrella de cine es alguien que consigue que los grandes proyectos den la sensación de ser más pequeños y que los proyectos más pequeños se sientan más grandes. ¿Le preocupa la idea del estrellato cinematográfico?
Obviamente, el panorama ha cambiado. Nuestra industria es diferente con las plataformas de streaming y las redes sociales. No trato de pensar demasiado en ese aspecto. En lo que sí pienso es en algo que me parece importante: intentar que las películas se sigan proyectando en los cines. Hay muchas personas cuyo trabajo consiste en trabajar ahí. Y hay muchos cines pequeños, negocios familiares que queremos que sigan existiendo. Creo que hay algo muy especial en ir a un cine y experimentar una película así, junto a un grupo de desconocidos. De pequeña me pasaba el día entero en el cine. Eso era todo lo que podíamos hacer después del cole en los años 2000. Quedábamos para ir al cine y ver lo que echaban. Así que eso es en lo que trato de centrarme, en que siga existiendo esa experiencia de ir al cine para la gente y en mantenerla. Lo que te lleva a decir “bueno, vale, haremos un montón de promoción entonces. Tendremos que ponernos conjuntos intensos para conseguir que la gente vaya”.

Hacer estas películas lleva tiempo y la aparta de otros proyectos. Obviamente, Euphoria se ha retrasado.
Diré que, después de dos años sin trabajar, ese retraso no se ha debido a mí… he estado dispuesta, a la espera [ríe]. He estado esperando. En realidad voy a empezar a rodar un proyecto pronto, antes de Euphoria, y uf, creo que estoy oxidada. Llevo como dos años sin pisar un plató. Estoy un poco aterrorizada. Me pregunto si sigo siendo capaz de hacer esto. No lo sé.

Siendo justos, me siento así cada vez que comienzo un nuevo proyecto. Siempre te preguntas qué diantres estás haciendo. Ese primer día en el plató pienso que lo he hecho fatal, que he sido una mierda. Que todo el mundo me odia y mañana me despedirán. Y luego el director se acerca y dice “has hecho un gran trabajo”. Así que creo que es mentira, que sin duda me está mintiendo. Pero una vez más, eso es parte de la autocrítica de los virgo.

¿En qué punto se encuentra con respecto a Euphoria y Sam Levinson?
[Euphoria] está programada para enero, hasta donde yo sé. Aún no he leído nada, pero tengo muchas ganas de saber en qué han estado trabajando todos y ver que le depara el futuro a la serie. No tengo mucho que responder excepto que está programada para empezar a rodarse en enero. Para mí lo más importante es hacer justicia con toda esa gente que quiere y se preocupa por Rue y asegurarme de que la cuiden como personaje. Creo que ese es mi deber número uno.

Conoció a Tom Holland, su pareja, mientras rodaban Spider-Man. ¿Alguna vez se le ha hecho raro actuar juntos?
La verdad es que no. En realidad es extrañamente cómodo. Si acaso es como un acto reflejo. Te sientes super segura con la persona junto a la que estás actuando. Me encanta trabajar con él. Tiene muchísimo talento y es un apasionado de lo que hace. Siempre da el 1000%, incluso cuando está completamente agotado. Eso es algo que aprecio mucho de él. Se siente bastante normal. Así es como nos conocimos. Probando nuestra química, de manera literal.

Lleva en la industria desde que era una niña, y no la ha definido ningún género ni tipo de personaje. ¿Cómo los elige y cómo hace para mantener la frescura?
No es una cuestión de estrategia. Creo que los papeles adecuados te encuentran de la misma manera en que tú los encuentras a ellos. A veces estás desarrollando algo y no sale adelante. Recuerdo que hace muchos años me estaba preparando para un proyecto que no salió adelante. Se suponía que empezaríamos a rodar y luego se vino abajo justo mes antes. Y entonces me llegó el guion de Euphoria y aquello ocupó su lugar. Pensé “madre mía, gracias a dios aquella película no salió adelante”. Pero en el momento fue como: “Mierda”. No cabe duda de que todo eso pasó por algo. Trato de dejarme guiar por mis sentimientos. La verdad, es bastante difícil conseguir que me termine un guion porque me distraigo muy fácilmente. Cuando algo consigue que lo lea hasta el final y me mantiene enganchada, entonces sé que es algo que me gustaría hacer.

¿Qué opina de los numerosos memes en los que sale?
Tío, a veces la gente me saca las capturas más divertidas. No puedo evitarlo. No sé si es una cosa de Disney o una cuestión de personalidad, porque creo que ya era así de expresiva de niña. Y yo que sé, me río con ganas. Me río a carcajadas. Abro mucho la boca cuando me río. Así que de esos hay muchos. Y utilizo mi cara. Si a la gente le alegra, entonces me encanta. Sacad todas las capturas que queráis.

Si que diré que me crie viendo a Raven-Symoné, a quien considero una de las reinas de las expresiones faciales [la imita]. Está dentro de mí. Así crecí. Ella era fenomenal. Lo que aprecio especialmente de su manera de hacer comedia es que la ves ahora y sigue funcionando. Mi sobrina pequeña tiene… ¿tendrá como ocho años? El otro día le puse Chicas Guepardo: todo por un sueño por primera vez.

Yo solía ser una de esas Chicas Guepardo. Literalmente, mis tres amigas del colegio y yo lo éramos. Ensayábamos en el patio porque había ventanas correderas que daban al auditorio y ensayábamos viendo nuestro reflejo. Intentábamos que otras niñas se presentaran a las audiciones. Nos lo tomábamos muy en serio. Actuamos en el Día de los abuelos. Fue cosa seria.

¿A su sobrina le encantó?
Para serte sincera, era como si se preguntara por qué me gusta tanto. Yo hacía las coreografías, el pack completo. [Canta:] “No quiero ser como la Cenicienta”. Y ella estaba en plan “mmm… tía. Bro. Cálmate”.

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