Siempre ha estado ligada al mundo de la costura y la moda. TenÃa 18 años cuando empezó a diseñar prendas de punto para la boutique leonesa Twenty. En 1978, junto a su hermana, abrió la boutique DosCes en la que seleccionaba prendas de firmas como Nina Ricci, Lanvin y Antonella y accesorios de Fendi y Hermès, Ranotto o Deverois. Tras esa etapa, se instaló en Madrid y empezó a encadenar diferentes colaboraciones, viajes a ParÃs, Milán, Hamburgo⦠Ha sido directora del taller de alta costura de Juanjo Oliva⦠y hoy Camino Villa, que está a punto de cumplir 74 años, es modelo y un referente de la denominada generación silver.
En la última década, esta leonesa reconvertida en influencer ha hecho de su impoluta cabellera blanca una de sus señas de identidad. âSiempre me ha gustado divertirme y experimentar con mi pelo. Soy castaña natural, pero he llevado mechas y he sido rubia a base de decolorarme, lo que fue un error porque los tintes eran más agresivosâ, enumera. A los 40 decidió probar con el caoba y cuando empezaron a invadirle las canas âpara evitar la esclavitud de tener que taparlas cada diez dÃasâ, decidió dejarlas libres, sin cubrir. âFue hace 14 años, en un momento en el que estaba en proceso de saber quién eraâ.
Quienes lleven un tiempo experimentando con la aparición de las canas se habrán dado cuenta de que el proceso no es instantáneo. Y para Camino, dejar que su cabello se mostrara completamente blanco fue una decisión drástica, que incluÃa tijera de por medio. Acortó centÃmetros a su melena y las camufló con mechas. âHasta que el estilista Isaac Salido me recomendó quitarlas para que no me amarilleara. Seguà su consejo y fue un apoyo increÃble a mi movimiento silverâ, recuerda.
La seguridad en sà misma, la serenidad y la experiencia fueron claves en su decisión, de la que afirma no haberse arrepentido nunca. âMe siento identificada con quién soy y la imagen que quiero dar. Eso sÃ, no creo que sean para todo el mundo, porque si no te gustan, es absurdoâ. Para Camino, dejarse las canas se convirtió en una filosofÃa de vida en la que prima lucir su lado más femenino. âPero las canas no son cómodasâ, sentencia. âHay que cuidarlas para que no amarilleen, porque el cabello es poroso y el color enseguida se oxida por el sol y la poluciónâ.
Instagram content
This content can also be viewed on the site it originates from.
El pelo canoso tiene necesidades especÃficas que requieren adaptar el ritual de cuidados. Un cabello blanco absorbe más lÃquidos y partÃculas medioambientales, es más sensible al sol y a la oxidación, y puede derivar en tonalidades amarillentas. Villa asegura confiar en el consejo de profesionales y en su rutina no faltan champú, acondicionador ââun básicoâ- y mascarilla de lÃneas violeta, especÃficas para pelo blanco que combina con otros productos suaves formulados para lavados frecuentes. âAhora estoy usando de la marca Daviness y me ha encantado una lÃnea de Li:oh, del estilista Borin, que me mantiene maravillosamente bien el color y limpia sin resecar. Y en el salón Teatro Hair, en Orellana, me recomendaron la lÃnea de ICON que me gusta muchoâ, detalla. Además de dejar secar su melena al aire y no abusar de herramientas de calor, como secadores o planchas, una vez al mes se pone en manos de profesionales. âEn The MadRoom tienen un tono matizante para que el pelo no pase a gris, y cada tres meses recorto puntas".
Hace ya 14 años que apostó por el blanco. âDejarse las canas es una decisión importante que incluso me influye a la hora de elegir colores en el vestir. Como dan mucha luz, yo me centro más en los neutros, y en verano en turquesas, verdes, olivas, grises, marrones y, por supuesto, negro blancos rotos y cálidos. Cuando empecé me alejé de los rojos, naranjas o tejas, pero ahora soy menos exigenteâ, dice. Su cabellera plateada le ha ayudado a ganar confianza en ella. âLa naturaleza es sabia, cuando la piel pierde brillo, las canas aportan luz. Eso sÃ, nadie te obliga a nada. Igual, cuando cumpla 80, lo celebro con el pelo rojo. El caso es poder elegirâ.