José ya se había marchado, Amigo salió tras él e hicieron un trecho juntos.
—Anda, Amigo, vuelve para casa, que Anita se preocupará por tí. —Le acarició el lomo y el perro se volvió para el hogar.
José, fue pensando en que no le gustaba la decisión tomada por su mujer. En su interior algo le decía de que aquello no iba a funcionar.
Anita adecentaba la casa y mientras tanto se iba cocinando la comida que le llevaría a su marido más tarde.
Una vez todo preparado salía por la puerta, no sin antes haberse mirado en el espejo y verse aceptable.
Sentía nervios en el estómago y pensó que de no necesitar el dinero que iba a ganar se hubiese quedado en casa y seguro que a José le habría gustado.
Autora Verónica O.M.
Continuará