La novela continúa...
De regreso a casa, pensó en lo que le había recomendado Maria. Aquella mujer para Anita era un pilar muy importante en el que sujetarse cuando por un motivo u otro se le venía el mundo encima.
También pensó en Don Federico...
No le gustaba la forma en que era mirada por él. Tenía un trasfondo que le helaba la piel, aunque sintiera que el rubor encendía sus mejillas.
Se daba cuenta del doblez de aquel personaje.
Sabía a la perfección, que a José le incomodaba que ella hubiese aceptado llevar la casa de su patrón.
Pero doña Manolita, le daba tanta pena...
Llegó a la casa y abrió la puerta. Amigo estaba esperándola detrás de la puerta.
Le acarició el lomo y el perro movió el rabo de puro contento.
Se aseará antes de empezar a preparar la cena.
Después... Amigo, la seguirá hasta la cocina, para estar al lado de su madre humana. La quería tanto... como los perros suelen querer.
Otro día más.
Autora Verónica O.M.