En esta entrada se puede ver, aunque también haya telas de por medio que, he cambiado las agujas por los pinceles.
En mi mesa de costura, han estado todo el verano preparados los pinceles y algunas pinturas para decorar éstos tesoros que han llegado a mis manos.
Esta entrada creo que va a ser un poco larga por todas las fotos que he editado, pero me apetecía ponerlas todas juntas ya que han sido regalos de Esther.
Ella sabe lo que me gustan las cosas antiguas y éste verano a parte de algún objeto de decoración para el jardín, también me ha regalado estas piezas que he tuneado .
Siempre me pasa lo mismo, nunca hago fotos del antes y a veces no se puede observar bien el cambio.
La primera que llegó a mis manos, fue una lata de galletas de mantequilla, en el momento que se acabaron pensé en darle una manita de pintura.
Sencilla, sólo le he añadido a la tapadera unas escamas de Mixflakes.
Un viejo costurero de mimbre, estaba lleno por su anterior dueña, de todas las cosas que vamos metiendo en el costurero: botones, metro, alfileres, trozos de tela, etc.
Después de hacer una pequeña selección de lo que "servía", quitadas todas las telas que estaban forrando el interior y un buen fregado, lo puse en las estanterias y hasta que no cogí los pinceles para pintar la caja azul no se me vino a la cabeza el darle otro toque.
Una pequeña muestra para ver como quedaba el color que había elegido, un rosa empolvado...
Cuantos años no tendrá este costurero que la tela que tenía en la base se ha transferido a la chapa de madera.
Después de pintado, le dí un poco de color al mimbre con tinte de nogal.
Elegí estas telas para poner en el fondo del costurero y ganó la de las flores
De todo lo que merecía la pena que había en el interior, unas cosas se las quedó Esther y las mias se pueden ver muy bien en la foto.
El tercer regalo también fue una caja de galletas, pero ésta, estaba llena de bobinas antiguas de hilo para bordar a máquina. No me podía creer que me las regalara, pero me dijo - tú le vas a dar más utilidad que yo.
La tapadera tiene un relieve que he tapado forrándola con guata y tela.
El color de la caja quería que fuera lo más parecido a las flores de la tela, y lo conseguí mezclando el color "Brandy Wine" con blanco.
La máquina de coser, era de mi madre. No sé cuntos años tendrá, ella siempre dice que se la compró cuando era joven y acaba de cumplir 99 años.
Como cambian los colores con la luz que capta la cámara en ese momento, la caja parece de otro color.
Me gusta mucho más coser que hacer manualidades, pero he de reconocer que también disfruto mucho cuando me pongo a reciclar cajas metálicas.