Hola amigas!
El verano va llegando a su fin, y pronto con el cambio de estación, esperemos que las temperaturas se normalicen. Ha sido un verano horrible de calor y humedad; deseando estoy de que lleguen días de lluvia, pero que caiga bien, no como los desastres que están ocurriendo en otros lugares.
Después del parón estival obligatorio, pronto retomaré la aguja y el dedal. Estos dos últimos meses he encontrado a faltar mucho esos ratitos de tranquilidad, de estar rodeada de telas, hilos, madejas...y de pasear por vuestros rincones. Por suerte pronto recuperaré mi querida rutina, así que en nada estoy de vuelta! 😉
Como no he cosido ni tejido nada durante estos dos meses, os pongo unas fotos de un trabajo al que le tengo mucho cariño. Hace unos años ya os lo mostraba con todo detalle, pero me apetece volver a enseñaroslo y rescatarlo del baúl de los recuerdos.
Se trata de un regalo que me hizo una amiga, y que me trajo de un viaje que hizo a Perú. Está totalmente cosido a mano, y las telas utilizadas son las mismas que utilizan para sus vestidos en algunas zonas rurales. En la foto no se aprecia, pero casi todas las figuras, las naranjas, los sacos, están rellenos, casi todo tiene relieve, los animales están cosidos con tela "peluda", y la textura va cambiando según cada parte del paisaje, telas más finas, otras más gruesas, otras rugosas...
Me gusta mucho por lo que representa, por una parte que mi amiga recordó que me gusta coser y por otra, lo que valoro este tipo de trabajos que tienen un encanto especial.
Hasta pronto!