En estos días tuve la oportunidad maravillosa de viajar a Panamá y de estar alojada en un hotel fantástico, de características campestres en las afueras de la ciudad: El Decameron Costa Blanca. Una maravilla su paisaje, la vegetación, es espectacular..
Pueden ver la belleza de jardines, los espacios enormes en donde se recrea la mirada, las piscinas que provoca sumergirse..
Como el hotel es tan grande, existe este tipo de vehículos que transportan las personas, sobre todo con discapacidad, hacia los restaurantes, zonas de recreación, habitaciones, etc. Son también los senderos por donde transitamos a pie para ir a los mismos lugares..
Por más que lo vigilé solo pude verlo en una oportunidad con su cola abierta con esa majestad que le es característica pero, infortunadamente no tenía mi cámara lista..
Y luego al canal, a conocer el canal de Panamá
El Canal de Panamá es una maravilla y una oportunidad que la vida me dio de conocerlo.. Es impactante ver los barcos de enorme capacidad llegar, esperar que el agua salga hacia la el otro lado, que se abra la compuerta una vez las aguas están niveladas para que barco pueda seguir su tránsito y salir del canal..
Nos tocó un aguacero tremendo. En ese país llueve gran parte del año pero hace calor simultáneamente, pero no obstante estuvimos siempre ahí, atentos a lo que sucedía..
Y, finalmente, la ciudad antigua. Cada país, casi que cada pueblo tiene un casco antiguo que refleja su historia. Panamá es un país admirable y pujante.. Ojalá pueda volver alguna vez...