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por�Gary 'Z' McGee� del Sitio Web TheMindUnleashed
traducci�n de
Adela Kaufmann � �
� � � � � � � � � Esta es una Filosof�a de espada de doble filo...
La filosof�a es una herramienta... � Dicho de manera m�s sucinta, la filosof�a es una navaja.�Utiliza preguntas para cortar ideas.�Sean cuales sean las respuestas derivadas de dicho cuestionamiento simplemente son cortadas por mejores preguntas. � El fil�sofo entonces, es uno que afeita lo superfluo su percepci�n de la realidad a trav�s de preguntas cada vez m�s eficaz, m�s razonable y m�s l�gica, y al mismo tiempo no perder su sentido de la imaginaci�n. � Si la filosof�a es una navaja, entonces la filosof�a Auto-infligida es un afilada espada con la que el fil�sofo se apu�ala a s� mismo con el fin de lograr el renacimiento continuo. � Es una forma de mitificar la experiencia personal, transformando as� una vida de otro modo mundano en el viaje de un h�roe.�Una vida auto-actualizada imaginativa, llena de�Eudaimonia.� � De v�ctima a h�roe, y a h�roe c�smico, el auto-infligido fil�sofo est� siempre en medio de la�metanoia. � Cuando nos apu�alamos nosotros mismos con esta espada en particular, somos tanto el h�roe como el villano, el buf�n y el sabio, el ni�o eterno y el guerrero. � Somos luz y somos sombra, �nima y animus, tejiendo dentro y fuera de un ser-Sartreano que es ser-en-s�-mismo y ser-para-s�-mismo mientras nos movemos a trav�s de las vicisitudes de ser-para-los-otros y ser-en-el-destino. � Somos, Somos el nadir, la apoteosis y todo lo dem�s entre ellos.�Somos los vivos y los que mueren: juez, jurado y verdugo. � Blandir la espada de doble filo es desafiar el destino.�Apu�alarnos a nosotros mismos con ello es volverse uno con el�Destino.�Nuestro ego se convierte en un Ur�boros.�Y la �nica cosa capaz de comerlo (que no sea en s�) es nuestra alma. � En alg�n lugar�dentro de este frenes� de alimentaci�n infinita de renacimiento, descubrimos�el arte de vivir y morir. � Como�Nietzsche�dijo profundamente...
� � � El Arte de Vivir
Uno de los lados de la espada de doble filo de la filosof�a autoinfligida es la vida. � El objetivo �ltimo (o�telos, para decirlo m�s aristot�lico) de este lado de la espada es la Eudaimonia o florecimiento humano.�La Eudaimonia es el resultado de vivir bien.�Eudaimonia es la alegr�a entusiasta y la felicidad de previsi�n, equivalente a la jouissance, obtenida de vivir bien la vida.�Una vida que se ha convertido en una de movimiento perenne, meditaci�n caminando. � El truco, el quid, el �nico inconveniente, el dilema principal es, por supuesto:
Por suerte, hay gigantes a cuyos hombros podemos subir para obtener algunas respuestas. � Por supuesto, nunca debemos aferrarnos a estas respuestas sino, m�s bien, tomarlas en consideraci�n profunda, aplicarlas a la realidad tal como est�, cuestionarlas a la en�sima potencia, incorporarlas en una memoria tipo muscular, y luego soltarlas. � La clave para vivir bien la vida es una apertura mental flexible, la capacidad de darle vueltas en nuestras mentes�a una idea sin asumir que es la verdad. � Como Arist�teles dijo,�
Cuantas m�s ideas de gigantes somos capaces de tomar en consideraci�n, menos probable es que nos enganchemos en alguna idea en particular, y es m�s probable que utilicemos la probabilidad como la navaja de Occam, hacia una mayor contemplaci�n. � Al igual que Nietzsche dijo:
No deja de ser mente. � Busca el desapego consciente.�Se consciente en una sola respiraci�n, y luego suelta todo en la pr�xima respiraci�n... � Pero antes de que nuestra vida pueda convertirse en una obra de arte, primero debe ser una obra de ciencia.�Es decir, que debe basarse en la realidad de una manera tal que pueda ser continuamente cuestionada incluso a medida que avanza a trav�s de inevitables cambios. � Antes de que podamos descubrir la "piedra filosofal", primero tenemos que aceptar y abrazar la piedra angular. La piedra angular es la realidad-en-s�, la forma en que el mundo es, a pesar de nuestras opiniones.� � La piedra angular son los huesos del universo.� � Una vez que aprendemos c�mo acarrear 'los huesos del universo', es decir, c�mo vivir en armon�a con el cosmos, entonces podemos proceder a construir una vida bien vivida. � Cultivar una vida bien vivida no es un ser sino una acci�n de hacerse.� � Pero es diferente para cada persona, ya que todos somos profundamente �nicos.�Arist�teles condensa la idea de que en una sola palabra,�Eudaimonia, pero �cu�les son las acciones correctas a tomar con el fin de prosperar de tal manera? � He mencionado "aprender c�mo acarrear huesos del universo" y "estar de pie sobre los hombros de gigantes", pero �qu� m�s hay? � Parece que se necesita un viaje espiritual con el fin de completar el arte de vivir.�Uno que ponga a prueba la mente, cuerpo y alma.�Uno que empuja nuestros l�mites espirituales a horizontes existenciales.�Uno que prepara nuestro estado fijo a un estado libre, liberado.�Uno que pesa el peso de nuestro coraz�n en los crisoles de la noche oscura del alma. � Uno que obliga a la cabeza de nuestra humanidad sobre el abismo implacable de nuestra mortalidad. � � � � El arte de morir
El arte de morir�es cham�nico�en su anchura, Jungiano en su alcance, y Nietzscheano en la auto-superaci�n. � Pero no es para los d�biles de coraz�n.�Requiere un compromiso con la improvisaci�n infinita y la muerte eterna.�No morir en el sentido de estar en nuestro lecho de muerte, sino en el sentido de que todos�estamos muriendo.�En el sentido de que estamos m�s cerca de la muerte con cada d�a que pasa, y tambi�n que morimos peque�as muertes durante toda una vida. � Con esta perspectiva, no hay espacio para el continuo renacimiento, y la muerte act�a tanto como un alcance macro y micro.�Es una br�jula rota, pero es a�n m�s sagrada a causa de ese hecho. � Como E.E. Cummings dijo,�
En efecto, pero la muerte es un asterisco - plantea todas las preguntas, es una conmovedora vista-de-p�jaro, ya que pone todas las cosas en la perspectiva apropiada. � Tales preguntas como:
Hacer un arte de morir es tanto responder con imaginaci�n tales cuestiones sentimentales y dar con las preguntas m�s imaginativas que ponen a prueba a�n m�s el alma. � Es cultivar una declaraci�n de interdependencia. � Est� declarando al universo,
Es un recordatorio (dependiendo de su perspectiva,) amistoso o uno hostil, que todo el universo, por miles de millones de a�os, ha conspirado a trav�s de todas sus condiciones para lograr que hasta este punto:
El�arte de morir�es tambi�n la habilidad de descubrir una buena muerte,�de buscar aquello por lo que vale la pena morir, y vivirlo con tanta pasi�n, tan flexiblemente, con tanto valor, que la propia muerte debe adaptarse a eso y llegar a ser tan solo los toques finales a la aventura en general. � La muerte act�a m�s como un faro de mortalidad, haci�ndole se�as para que viva la vida al m�ximo, incluso aunque proyecte su sombra oscura sobre la extensi�n de su vida. � Es una sombra que debe conciliarse, despu�s de todo.�Al igual que su propia sombra debe conciliarse.�Tal reconciliaci�n s�lo puede ocurrir dentro de la vida (hasta donde sabemos), y por lo tanto un aspecto del arte de morir est� mejorando en�la reconciliaci�n�de la sombra. � Resuelva la sombra de la muerte, ajuste cuentas con su sombra interior, y una buena muerte no le eludir�. � Cuando se llega a esto, la vida en su forma m�s completa es una serie de muertes y renacimientos.�Uno suelta una fase y entra a otra.�
La clave que convierte a estas dos artes es la capacidad magistral para cuestionar a la en�sima potencia, es mantener el viaje siendo la cosa.
Cuesti�nese a usted mismo.�Destr�yase a usted mismo.�Ren�zcase a usted mismo.�Repita.�Siga adelante.�Cambie todos los paradigmas.�Agite todas las fundaciones seguras.�Demuela todos los tronos y altares.�Naufr�guese a usted mismo contra el infinito. � Como dijo Nietzsche,
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