El contrato social (1819): Libro I - Capítulo I
SOCIAL,
ó
PRINCIPIOS
DEL DERECHO POLÍTICO.
Intento investigar si en el órden social puede haber alguna regla de administración legítima y segura, considerando los hombres como son y las leyes como pueden ser. Trataré de unir siempre en esta averiguacion lo que el derecho permite con lo que el interes prescribe, afin de que la justicia y el interes no se hallen jamás divididos.
Entro en materia sin probar la importancia de mi asunto. Se me dirá si soy Príncipe ó Legislador para escribir de política, pero yo responderé que no, y que por lo mismo escribo sobre ella. Si fuera Príncipe o Legislador no perderia el tiempo en decir lo que era preciso hacer; lo haria o callaría mi boca.
Nacido Ciudadano de un Estado libre y miembro del Soberano, por muy pequeña influencia que pueda tener mi voz en los negocios públicos, el derecho que tengo de votar, basta para imponerme la obligación de instruirme. ¡Dichoso yo todas las veces que medito sobre los Gobiernos por encontrar siempre en mis reflexîones nuevos motivos para amar el de mi Pais!
EL hombre en todas partes ha nacido libre, y vive sin embargo amarrado. Tal se cree Señor de los otros que no es menos esclavo que ellos. ¿Cómo se ha hecho esta mudanza? Yo no lo sé. ¿Qué motivo puede haberla legitimado? Yo me considero capaz de resolver esta cuestión. Si no considerara más que la fuerza y el efecto que de ella se deriva, diría que mientras un pueblo se ve forzado a obedecer, y obedece; hace bien en ello; pero si pudiendo sacudir el yugo, le sacudiere, obra mucho mejor, porque adquiriendo su libertad por el mismo derecho que se le había robado, tiene harto fundamento para recobrarla, y no hubo ninguno para que se la quitaran.
Aunque el órden social es un derecho sagrado que sirve de basa á todos los otros, nonobstante el no proviene de la naturaleza; pues está fundado en meras convenciones. Veamos quales son estas, pero ántes de llegar allá, debo establecer lo que acabo de enunciar.