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Catamito

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La Copa Warren, expuesta en el Museo Británico, representa actos sexuales entre un hombre joven y su catamito.

En la antigua Grecia y Roma, un catamita (del latín: catamītus, que a su vez proviene del etrusco catamite) era un sobrenombre usado para un muchacho púber que era compañero íntimo de un hombre mayor, normalmente en una relación pederástica.[1]​ Generalmente era un término de afecto, pero también se usaba como insulto cuando se dirigía a un hombre adulto.[2]​ La palabra deriva del nombre propio Catamitus, la forma latinizada de Ganimedes, nombre que recibe en la mitología griega el joven amante de Zeus,[3][4]​ conducido al Olimpo por el águila de Zeus —o por Zeus mismo metamorfoseado en el ave— donde servirá de copero de los dioses.

De este modo utiliza Plauto el término en Menecmos, 144: «Ubi aquila Catamitum rapere, aut ubi Venus Adoneum» (¿No has visto tú nunca un fresco en la pared, donde figura que el águila rapta a Ganímedes o Venus a Adonis?).[5]​ Más adelante se encuentra en Apuleyo empleado de igual modo, aunque su uso no se generalizó si no es con escritores de la edad tardía, tanto paganos como cristianos.[6]​ Entre estos, Lactancio que en el libro I de las Instituciones divinas aludía a las estatuas de Ganímedes en compañía del águila, corroborando lo que dicen de él los poetas, «pues ¿qué otro significado tiene el hecho de que la imagen de Catamito y la efigie del águila esté delante de los pies de Júpiter y sean adorados con él, sino que permanezca para siempre el recuerdo de su nefando crimen y de su estupro?».[7]

En edad barroca, Francisco de Quevedo dedicó un soneto A una dama hermosa, y tiradora del vuelo, que mató un Águila con un tiro:

¿Castigas en la águila el delito
De los zelos de Juno vengadora,
Porque en velocidad alta y sonora
Llevó a Jove robado el Catamito?[8]

Como una forma de nombrar a Ganímedes se encuentra también en la Fábula de Proserpina de Anastasio Pantaleón de Ribera, publicada con sus restantes Obras por José Pellicer:

Rieto a tu mesa redonda
quanto néctar, quanto vino
en tartesios Venecianos
te sirve tu Catamito.

Haciendo mención de estos últimos versos, el Diccionario de la lengua castellana editado por la Real Academia Española en 1729, definía catamito: «El paciente en el pecado de sodomía. Es voz puramente Latina y de raro uso. Lat. Catamitus, id est Puer meritorius».[9]​ En su uso moderno, el término catamita se refiere en idiomas como el inglés a menudo a un muchacho que actúa como pareja pasiva o receptora en el coito anal con un hombre.[10]

Referencias

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  1. Craig Williams, Roman Homosexuality (Oxford University Press, 1999, 2010), pp. 52–55, 75.
  2. Cicerón, frag. B29 de sus oraciones y Philippicae 2.77; Bertocchi & Maraldi, "Menaechmus quidam," p. 95.
  3. Bonfante, Giuliano y Bonfante, Larisa, The Etruscan Language. An Introduction, Manchester University Press, 2002, ISBN 0719055407, p. 110.
  4. Alastair J. L. Blanshard, "Greek Love," en Sex: Vice and Love from Antiquity to Modernity (Wiley-Blackwell, 2010), p. 131. Tanto Servio, nota a la Eneida 1.128, and Festo afirman claramente que Catamitus era el equivalente en latín de Ganimedes; Festo dice que fue concubinus de Júpiter. Alessandra Bertocchi y Mirka Maraldi, "Menaechmus quidam: Indefinites and Proper Nouns in Classical and Late Latin," en Latin vulgaire–Latin tardif. Actes du VIIème Colloque international sur le latin vulgaire et tardif. Séville, 2–6 septembre 2003 (Universidad de Sevilla, 2006), p. 95, nota 16.
  5. Plauto Comedias II, Madrid, Biblioteca Clásica Gredos, 1996, ISBN 84-249-1801-0.
  6. Apuleyo, El asno de oro, edición de Francisco Pejenaute Rubio, Akal, Madrid, 1988, ISBN 84-7600-269-6, p. 114.
  7. Eustaquio Sánchez Salor, Polémica entre cristianos y paganos, Madrid, Akal, 1986, ISBN 8476001002, p. 115.
  8. El Parnaso español, XXI.
  9. Diccionario de la lengua castellana, tomo segundo, que contiene la letra C., voz «Catamito».
  10. Oxford English Dictionary 3rd Ed. (2003)