Stefano Pilati (Milán, 1965) mide el éxito en ventas, por lo que debe estar bastante satisfecho por la acogida de su colección cápsula para Zara, que se presentó en ParÃs durante la semana de la moda y llegó a las tiendas hace unas semanas. La respuesta ha sido muy buena, y varias de las prendas muestran el agotado en la web de la marca âpor ejemplo, la chaqueta de hilatura de lana con fresas bordadas que ya han lucido Kate Moss y Marta Ortega, amiga personal del diseñador italiano y principal impulsora del proyectoâ. âConocer a Marta es descubrir sus numerosas cualidades, sus múltiples talentos y su personalidad hermosa y única. Ella es muy inspiradoraâ, elogia el que fuera director creativo de Yves Saint Laurent entre 2004 y 2014.
La presidenta de Inditex fue quien recurrió a Pilati en 2021 para encargarle ropa de hombre. âMe dijo: âTe queremos a ti, exactamente a ti, lo que vistes, cómo eresâ, ha declarado Pilati, que decidió abordar entonces una especie de guardarropa basado en sus gustos y necesidades. Al final, y con muy buen criterio, en Zara decidieron añadir ropa femenina y accesorios que, por suerte, todavÃa puede adquirir online o en alguno de los 67 establecimientos donde está a la venta. Salvo, de momento, la chaqueta de fresas. Ojalá una reediciónâ¦
Pilati es uno de los personajes más queridos de la industria de la moda, como ha probado la reacción en redes sociales del anuncio de su colaboración con Zara, algo que lo llena de âalegrÃa y esperanzaâ. También uno de los más admirados por su estilo personal y su habilidad para mezclar prendas de diferentes volúmenes y colores, como una chaqueta de tweed de tono coral de Chanel con vaqueros blancos. Con su cuidada barba y sus gafas redondas, Pilati es, como en su dÃa Karl Lagerfeld, uno de esos diseñadores con el carisma suficiente como para resultar venerados entre sus iguales y conocidos entre el gran público. De ahà el éxito de su alianza con el gigante de la moda pronta.
âEl objetivo de Zara era celebrar mi estilo y mi trabajo. Ambos están muy conectados. Jamás diseñarÃa algo que yo mismo no me pondrÃa o que no me gustarÃa ver en los demás. Esa variable influye éticamente en mis diseños y contribuye a mi integridad como diseñador y profesionalâ, razona el modista, que se describe a sà mismo como âun simbolistaâ que proporciona a sus creaciones un lenguaje que aspira a âatraer, seducir y, en última instancia, enviar un mensajeâ. Su prioridad es otra, y bastante más simple: âSoy feliz cuando alguien hace suya mi ropaâ.