Miquel Barceló (Felanitx, Mallorca, 1957) lleva ya prácticamente 20 años siendo el artista español vivo más cotizado en subasta. Se colgó esa medalla simbólica por primera vez en 2004, después de que su obra Pase de pecho alcanzará más de 770.000 euros en una puja de Christie's.
El trono se lo arrebató temporalmente Antonio López cuando su famoso cuadro Vista desde Torres Blancas se vendió en 2008 por algo más de 1,7 millones de euros en una subasta organizada por la misma casa. Tres años más tarde, en 2011, el mallorquÃn se volvió a poner por delante después de que Faena de muleta superase los 4 millones de euros en una puja organizada de nuevo por Christie's.
Es una cifra que parece ahora mismo intocable para la obra de otro artista español vivo dado el estancamiento global en el mercado del arte. Incluso para el propio Barceló, lo que no quiere decir que haya perdido reconocimiento fuera de nuestras fronteras. Se le valora, y mucho, especialmente en Francia âél reside entre ParÃs y una casa-estudio que tiene en el norte de Mallorcaâ. La mejor prueba de ello es que la archidiócesis de la capital francesa ha anunciado esta semana que tres tapices del artista mallorquÃn formarán parte de la nueva decoración interior de la catedral de Notre Dame, que está previsto que se reabra tras el devastador incendio de 2019 en un gran ceremonia presidida por Emmanuel Macron en diciembre.
Serán de gran tamaño, de seis por cuatro metros, se centrarán en figuras y temática del Antiguo Testamento y colgarán en las paredes d una capilla de la nave lateral norte del templo. No estarán listos sin embargo para la reinauguración, según ha adelantado el propio Barceló.
âVoy a hacer tres tapices y ya he hecho algún cartón, como Goya hacÃa, que es como una pintura en papel grande, no en el mismo tamaño. Después, los Gobelins de ParÃs, que con son como nuestra Real Fábrica de Tapices y son buenÃsimos, harán los tapices. Supongo que llevará unos dos o tres añosâ, explicó el artista esta semana en Madrid, según recoge la Cadena Ser.
Miquel Barceló acaba de pasar por la capital de España, no con el propósito de hablar sobre el proyecto de Notre Dame, sino para presentar la edición en castellano de sus memorias, De la vida la mÃa (Galaxia Gutenberg), escritas originalmente en francés y publicadas antes en Francia ("escribo en francés porque me da impunidad absoluta", dijo en el acto que tuvo lugar en la Fundación Ortega-Marañón).
Fiel a su personalidad, no estamos ante una autobiografÃa al uso (Le Monde la ha comparado con los diarios de Delacroix). Es más "un autorretrato en palabras e imágenesâ: una serie de textos, de retazos, un conjunto de reflexiones sin un orden muy lógico, escritas como si estuviera pintando un cuadro, como él mismo ha reconocido, para ofrecernos una ventana a su proceso creativo y a su forma de ver el mundo.
Incluye en ella imágenes de su vida y de su obra, y aborda, como anticipa la editorial Galaxia Gutenberg, âsu infancia, sus padres, su Mallorca natal, su relación con el mar, con los animales, con la creación⦠Aquà están sus amigos y sus referentes humanos, literarios y artÃsticos. La fascinación por Ãfrica y por el arte prehistórico. Sus distintos talleres y formas de trabajar en Mallorca, en ParÃs, en Mali. Su relación con la pintura, la escultura, la cerámica. Su reflexión sobre los trabajos monumentales en la Catedral de Mallorca, en la sede de la ONU en Ginebra, en la Biblioteca Nacional de Francia en ParÃsâ.
Y comienza asÃ: âCuando entrábamos a puerto con mis hijos Marcella y Joaquim, solÃamos jugar a un juego: ver mi perfil en las montañas de enfrente. La más alta, Farrutx, era la nariz, Xoroi la frente, nuestra casa en aquella parte, el ojo y la oreja en la otra, mi boca en esta. Como un gigante monstruoso. Mi taller se encontraba entre la parte inferior del ojo y la comisura de la boca. Estoy allÃ, tumbado, mirando hacia el cieloâ.
Esos hijos a los que hace referencia los tuvo con la francesa Cécile Franken, a quien conoció en una estancia en Portugal y con quien se casó en Mallorca en 1992. La ventana hacia su vida sentimental es una que Barceló nunca ha tenido ganas de abrir públicamente, pero sà se sabe que su relación acabó y que luego ha tenido otras parejas, como la chef tailandesa afincada en ParÃs, Rose Chalalai Singh.
En abril de 2022 viajó a Madrid acompañado de una nueva pareja, Tamar, una artista australiana. La mencionó brevemente entonces en una entrevista para La Voz de Galicia en la que comentó una visita al Museo del Prado junto a ella â"Me ha gustado mucho venir con Tamar (su novia), que estuvo aquà cuando tenÃa 20 años. Le he enseñado cómo se parecen el Greco, Velázquez y Goya". También le acompañó el año pasado a la Semana del Arte de Oviedo, según recogió La Nueva España, y más recientemente a la inauguración de la exposición que le dedicó hace unos meses el Nouveau Musée National de Mónaco y en la que Barceló ejerció de guÃa de Charlotte Casiraghi y Carolina de Mónaco.
En 2012, el historiador de arte estadounidense Michael Damiano publicó la primera biografÃa sobre Miquel Barceló, titulada Porque la vida no basta. Lo hizo después de que el propio artista le invitase en 2008, cuando solo tenÃa 22 años, a vivir en el piso encima de su taller de ParÃs y le dio acceso a algunos de sus diarios. Damiano pudo también hablar entonces con Franken, quien le definió asà la ambición creadora de su entonces pareja: âEs como un ogro. Come, come y come. Tiene hambre de vidaâ, según se recoge en el libro.
Otra mujer clave en la vida de Miquel Barceló ha sido su madre, Francisca Artigues, quien falleció el pasado mes de marzo a los 97 años de edad. Artigues pintó al óleo en su juventud e inspiró en parte la vocación de Miquel. Y en su madurez recuperó esa vertiente artÃstica para bordar sobre manteles, edredones, cortinas o servilletas los dibujos de su hijo, algo que ambos llevaron al siguiente nivel en la exposición Vivarium: Bordados de Francisca Artigues sobre dibujos de Miquel Barceló, que se pudo contemplar en 2018 en el Real JardÃn Botánico de Madrid.
âCuando yo tenÃa veintitantos, mi familia estaba muy preocupada por mi futuro, pero ella siempre estuvo segura de que me desenvolverÃa bien. Que no se preocupen por ti da mucha confianza. Mi madre me ha ayudado mucho a ser pintorâ, declaró Barceló a ABC cuando se inauguró la exposición.