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por�John Lash 5 Marzo 2004 Flandes del Sitio Web�Metahistoria�
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � La exploraci�n del gnosticismo puede ser una de las actividades m�s reveladoras de nuestro tiempo, y sin duda es una de las m�s dif�ciles. � Debido a que gn�sticos fueron suprimidos en el siglo IV, la desinformaci�n acerca de ellos se ha salido fuera de control.�No existe una presentaci�n clara y coherente de puntos de vista gn�sticos, ya sea en los pocos materiales que sobreviven o en la erudici�n moderna. �
Para a�adir a la confusi�n, los gn�sticos fueron iniciados en las�escuelas
de misterio, y�los iniciados�estaban obligados por un
voto de silencio sobre muchas cosas que han experimentado - aunque
no, por suerte, sobre todas las cosas. �
� Seg�n algunas versiones, los gn�sticos eran ascetas que rechazaban el mundo como la fabricaci�n de un pseudo-creador,�Jehov�,�identificado por ellos como una deidad extraterrestre o Arconte. � Ahora es ampliamente reconocido que la acusaci�n del�mundo, la negaci�n�no puede justamente ser colocada �sobre los gn�sticos y m�s bien debe ser dirigida a los ide�logos cristianos que falsamente imputaron el odio del cuerpo a los "herejes", desviando as� h�bilmente la atenci�n de su propia repugnancia por la naturaleza y por la encarnaci�n humana.�
� En�Repensando el �Gnosticismo��, afirma que, lejos de despreciar el cuerpo, es mucho m�s probable que los gn�sticos cre�an que,
A partir del an�lisis minucioso de referencias textuales y un examen de l�nea por l�nea de los pol�micos escritos de los�Padres de la Iglesia�contra el gnosticismo, Williams llega a la conclusi�n de que,
Williams afirma que los gn�sticos estaban profundamente comprometidos a sanarse a s� mismos y a otros, y,
En el arte sagrado del T�bet, divinidades en apareamiento se llaman Yab-Yum, "madre-padre" id�nticos a los eones acoplados en la cosmolog�a gn�stica. En los ritos de sexo sacramental, la pareja imita divinidades en apareamiento, pero no se convierten en dioses. El objetivo del rito es aumentar el placer hasta el nivel en se convierte en un medio de "conciencia c�smica". (Vajraghanta, pintura mural, Gyantse, 15o C. En Philip Rawson, Sacred Tibet, P�g.�51) � � Seg�n algunas versiones, que suelen ser condenatorias, los gn�sticos se involucran en org�as rituales que involucraban la ingesti�n de fluidos sexuales como sustancias sacramentales. � El relato m�s�escandaloso�de este tipo proviene de�Epifanio�(376-403 DC), un� cazador de herej�as que se infiltr� entre el culto de�los ofitas� "adoradores" de la serpiente. � Report� que los ofitas,
Aqu�, por lo general, el mito gn�stico invierte la tradici�n judeo-cristiana: la serpiente en el Ed�n es un�benefactor, no un�malhechor.
Un aspecto tortuoso, aqu�. �
La respuesta parece estar en la verdadera naturaleza de las
pr�cticas sexuales de los gn�sticos. �
� Por ejemplo, existe la secta que produjo el material canalizado conocido como�Libros de Ieou�(no Nag Hammadi), una colecci�n desigual de ense�anzas sobre la vida futura.�Este grupo gn�stico cre�a tener la responsabilidad sagrada de preservar el conocimiento esot�rico de los "Tesoros de la Luz", y los "Receptores", entidades ben�ficas y gu�as espirituales que encontramos cuando morimos. � El material arcano en los�libros de Ieou�incluye un breve arrebato condenatorio contra otras sectas que practican la magia sexual.�Al parecer, la continencia era necesaria para que los�encargados de Ieou�supieran lo que sab�an.� � Esta explosi�n de una secta gn�stica contra otra es �nica en todos los materiales gn�sticos sobrevivientes.�
� Todo lo que ense�aban y pensaban los gn�sticos depend�a de la comuni�n directa con la Diosa Sophia, cuyo nombre significa sabidur�a. � Este fue el caso de los Misterios, en general, y para los adeptos gn�sticos en particular.�Sophia era una versi�n c�smica de la Magna Mater, la Gran Madre adorada en muchas religiones antiguas. �
Incluso los�Padres de la Iglesia, que condenaron a los
gn�sticos como que odiaban al mundo, afirmaron que los Misterios en
toda su diversidad, fueron un�nimes en la consagraci�n de los
iniciados a la Gran Madre.� � Las sectas t�ntricas de la India presentan un estrecho paralelismo con los ofitas - tan cercano, de hecho, que el reporte de�Epifanio�se podr�a aplicar a la T�ntrica tambi�n. � Los T�ntricos�(o�t�ntricas, como se les llama m�s propiamente) son m�sticos experimentales que despiertan el "poder de la serpiente" Kundalini, una fuerza oculta en el cuerpo humano, con el fin de lograr la conciencia c�smica y despertar los siddhis, poderes ocultos.�Es m�s que probable que los gn�sticos en sus org�as sexuales tuvieran el mismo objetivo.�
� Es m�s probable que la serpiente ofita no sea del todo una versi�n m�tica de la serpiente del Ed�n, pero es id�ntica a Kundalini, el poder de la serpiente que se encuentra en la base de la columna vertebral en la anatom�a humana.�Siendo esto as�, �las org�as sexuales entre los gn�sticos no habr�an sido simplemente por placer e indulgencia (�aunque no se habr�an excluidos tampoco!). � Adoraban a la fuerza sobrenatural que resid�a en sus propios cuerpos. �
De hecho, la palabra "org�a", griego�orgia, significa
simplemente, "trabajo, activaci�n." La�org�a�del poder de la
serpiente era un rito para la activaci�n del Kundalini en las
pr�cticas T�ntricas y gn�sticas por igual.� � El texto afirma que todo mal en la tierra se debe al conflicto entre los sexos, pero este problema se puede superar mediante un rito corporal de re-uni�n.�(V�ase el comentario del traductor, Wesley W. Isenberg, en la Biblioteca de Nag Hammadi en Ingl�s, 1990, P�g. 139ff.) � El acto de acoplamiento sacramental se produce en una "c�mara nupcial" llamada�nymphion, o tal vez produce el�nymphion. � El ritual involucra luz, y el Kundalini tambi�n es asociado con un resplandor suave blanquecino de luz blanca que produce una subida de tensi�n de �xtasis por la columna vertebral. � El texto dice expl�citamente que�la luz vela y protege a la pareja unida en la sagrada uni�n sexual:
Nymphion�era un t�rmino para un c�digo para el aura protectora de las c�lulas de luz generado por el coito ritual.� � Dentro de la c�lula, los iniciados�superan la influencia de los Arcontes�que producen error en nuestras mentes, y amenazan con tomar el control de nuestros cuerpos - aunque hay que a�adir que los gn�sticos insist�an en que la amenaza de la intrusi�n en el plano f�sico es exagerada por los propios Arcontes,�para hacernos creer que tienen m�s poder sobre nosotros de lo que en realidad tienen! � Uno de esos errores tiene que ver con�resurrecci�n:
Esta es la ense�anza gn�stica central, afirmada en tal forma para refutar las creencias judeo-cristianas sobre�la supervivencia despu�s de la muerte, creencias sostenidas como valiosas por millones de personas hoy en d�a, pero consideradas por los gn�sticos como insinuadas ideas delirantes en nuestra mente por�la fuerza alien�gena, los Arcontes�. � Tambi�n env�a un mensaje claro acerca de nuestra capacidad para entrar profundamente en los misterios biol�gicos de la naturaleza, ya que afirma que podemos experimentar la resurrecci�n antes de morir. �
Esta afirmaci�n tiene muchos paralelos en las ense�anzas t�ntricas
asi�ticas, por supuesto.�Tanto en las tradiciones hind� y tibetana,
se dice que los yoguis consiguen la regeneraci�n completa del cuerpo
y se resucitan a s� mismos, por lo que, cuando mueren, no mueren de
una manera normal.�(V�ase, por ejemplo, las legendarias cuentas en�Masters of
Meditation and Miracles�por
Tulku Thondup.)� � La t�cnica de la iluminaci�n psicosom�tica elevando el Kundalini no es exclusiva del gnosticismo, pero fue sin duda el centro de sus pr�cticas. � En Shiva y Dionisos,�Alain Danielou�descubre cercanos paralelismos entre los cultos griegos de �xtasis dedicados a Dioniso, y los cultos drav�dico nativos de Shiva en la India meridional. � Citando el relato de�Epifanio� de un testigo de org�as gn�sticas, Danielou comenta ense�anzas gn�sticas en la magia sexual,
Del mismo modo, Sir�John Woodruffe, el gran exponente del Tantra hind� en Occidente, compara directamente el culto gn�stico de la Magna Mater a la adoraci�n t�ntrica de la Devi Shakti, el "Poder Madre." � Dice que en los antiguos Misterios, al igual que en los cultos t�ntricos de la India, el objetivo de los ritos sexuales era despertar las fuerzas divinas en el cuerpo:� � Una caracter�stica antigua de esta fe [Tantrismo] y una perteneciente a los antiguos Misterios es la distinci�n que se establece entre el iniciadom, cuyo Shakti est� despierto (PreBuddha) y el Pashu, el no iluminado o persona "animal", o, como los gn�sticos los llaman, "materialistas".
En este pasaje, Woodruffe aclara c�mo el E�n Sophia, id�ntica a la "Madre �de la Naturaleza", est� encarnada� �a la vez en el mundo natural y no tan encarnada, permaneciendo �"como ella es en y por s� misma", porque Sophia sigue siendo un Aeon del Pleroma a pesar de que se ha transformado en el planeta Tierra. �
Estas declaraciones no vienen de ua especulaci�n intelectual, sino
de la experiencia directa de los poderes c�smicos siendo descrita.��
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� Son los llamados siddhis (suena como ciudades), "logros", y quienes los alcanzan son siddhas, o Mahasiddhas.�El siddha asi�tico es la contrapartida exacta de los "expertos" en las Escuelas de Misterios. � Adepto�proviene de la ra�z latina,�adipisci-�, "toque, ganar, lograr."�Adepto est� estrechamente relacionado con aptitud, por lo que los adeptos (AD-eptos) eran hombres y mujeres con aptitudes especiales. � En el encuentro de Mar�a Magalena y�Jes�s�en el�jard�n en la ma�ana de Pascua�, el escritor del Evangelio hace decir a�Jes�s:�Me mou aptou, generalmente traducido como,
Pero en una reelaboraci�n gn�stica de ese incidente, �l podr�a haber dicho,
El�cuerpo fantasma�de los gn�sticos se llama en el budismo el�Nirmanakaya.�
Entre los siddhis enumerados est� la capacidad de ver en el nivel microsc�pico o molecular, el poder de transportarse a s� mismo a una distancia, y el poder de leer la mente. � Los adeptos de los misterios habr�an alcanzado estos poderes, y los habr�an aplicado a su trabajo de ense�anza y formaci�n de ne�fitos.�Debido a su conocimiento especializado sobre la intrusi�n de los Arcontes, es probable que los gn�sticos hubieran desarrollado las competencias necesarias no s�lo para detectar la fuerza alien�gena, sino para resistirla. � Para evitar que los "piratas" arc�nticos capturen el cuerpo (ibid., Williams, P�g. 137), ellos habr�an desarrollado toda una serie de t�cticas defensivas e inmunol�gicas.�Los estudios modernos de Kundalini destacan sus efectos en la estimulaci�n del sistema inmune, o "el fortalecimiento del aura humana," en t�rminos de la Nueva Era.�
� El escritor griego�Pausanio, que era extremadamente cauteloso sobre la divulgaci�n de secretos relativos a los Misterios, usa la palabra�nymphion, por lo que no aparece aislado en fuentes gn�sticas. � A pesar de la eliminaci�n de innumerables documentos, especialmente aquellos que pudieran haber descrito los ritos sexuales, existe una amplia evidencia textual que las pr�cticas gn�sticas que conducen a "divinizaci�n" de los participantes involucrados es un acto de copulaci�n sexual sacramental en la�nymphion�.
En las ense�anzas tibetanas, la �ltima experiencia m�stica de "luz blanca" se produce �nicamente cuando morimos, y s�lo por un instante fugaz para los que no hayan alcanzado previamente la capacidad de mantener la Luz en su atenci�n. � Pero a partir de reportes gn�sticos parece que esta experiencia se puede lograr en m�s de un sentido.�A trav�s del sexo y la muerte, por igual.�
� Este acto rigurosamente se distingue de las relaciones carnales ordinarias:
El "Cristo" en este pasaje no es�el Cristo�de las�doctrinas paulinas y de Juan, ni el encarnado�'hijo de�Dios'. � En la jerga gn�stica,�Cristo�es el Aeon acoplado con Sophia, su contraparte c�smica masculino.�En la fe cristiana, la sangre del�Hombre-Dios,�Jes�s, da vida a la humanidad y sana nuestra separaci�n del�Padre�Dios, pero para los gn�sticos eran�delirantes nociones�que imitan y distorsionan la verdad. � En el sacramento sexual gn�stico, la dicha del hombre y la mujer unidos en una uni�n sagrada es lo que repara nuestra separaci�n de�Dios, a los�Dioses�(eones), que son eternamente dichosos, son la fuente de la felicidad del cuerpo tambi�n.�El rapto de los dioses hace que la sangre fluya en nuestras venas. �
Uniendo el sexo sacramental "dio vida a los muertos." � �
� Los Arcontes se dice que envidian a la humanidad, por una serie de razones, pero sobre todo porque vivimos en el cuerpo de su madre! � Seg�n el mito gn�stico de la creaci�n, los�Arcontes son una especie de seres inorg�nicos�producidos anormalmente por el impacto del E�n Sophia sobre la materia at�mica, antes de que Sophia� se transformara en la Tierra. � Son llamados Arcontes, de�archai, "antes, desde el principio", ya que surgieron antes de que se desarrollaran la Tierra y el sistema solar, pero no surgen directamente del Pleroma, como lo hizo la humanidad.�(Sobre la emanaci�n de Atu Kadmon, la plantilla Anthropos, ver�La Promesa De Un Planeta Desierto�, y el mito Gaia, Episodio 10.)�
� Ellos afectan nuestras mentes para hacernos creer que pueden hacer mucho m�s de lo que realmente pueden hacer, pero creyendo as�, sin querer renunciamos nuestro poder a ellos - el resultado es que se salen con la suya con nosotros, porque hemos traicionado nuestras propias capacidades. � De ah� que los arcontes afirman gobernar a la humanidad, e incluso pretenden haber sido nuestros creadores, como se relata en el�registro de la escritura cuneiforme sumeria�de�los Anunnaki, aceptados como verdaderos por Zecharia Sitchin�y muchos otros sinceros investigadores. � Los�Rollos del Mar Muerto�, descubiertos en�1947�en el mismo momento que los textos de Nag Hammadi fueron reconocidos inicialmente como extra�os materiales gn�sticos, contienen relatos expl�citos de amenazas directas formuladas por los reptiles. � Por ejemplo, el�Testamento de Amram�:
�(Observaci�n�:
Los "vigilantes"�son
constantemente identificados con�los
Anunnaki�
en la moderna especulaci�n ET/alien�gena)� � Dotados de poderes de percepci�n paranormal, como la visi�n remota, los videntes gn�sticos que se hab�an reunido y repelido a los arcontes observaron la presencia persistente de reptiles entre la�secta del Zaddikim del Mar Muerto. � El�Primer Apocalipsis de Santiago�(NHL V, 3), que contiene descripciones de los encuentros cara a cara con�los reptiles�extraterrestres, advierte de que,
Pero el maestro gn�stico a�ade una visi�n fundamental, propia del conocimiento altamente matizados de los�adeptos de la Escuela de Misterio,
Esta l�nea no s�lo corrobora escenarios contempor�neos que describen
el conflicto entre los alien�genas que se encuentren en medio de
nosotros, sino que tambi�n indica que sus poderes est�n m�s
comprometidos en la lucha de unos contra otros que nos est�
superando.� � Pr�cticas inici�ticas gn�sticas fueron dirigidas hacia el fortalecimiento de nuestra encarnaci�n por el despertar del Kundalini, que nos ancla a la Tierra.�Kundalini significa� el peque�o ("ini") Kundala, "poder serpentino o en espiral." � El gran Kundala es el poder de la serpiente de la Tierra misma, los remolinos de corrientes er�ticas de Gaia.�Ella, la Madre Tierra, es la fuerza suprema ambiental que contiene ADN en espiral de �cido nucleico configurado en sus cadenas.�Cuando Kundalini se despierta en los ritos sexuales sagrados o de otra forma, ancla al cuerpo humano consciente en el cuerpo planetario. �
Este es el objetivo final del�Kundalini yoga:� no escapar del
cuerpo, no� deificar a los participantes, sino la conexi�n a tierra
en Gaia, la divinidad de la naturaleza�
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El Succotash gn�stico Plato �rfico ceremonial que muestra diecis�is adeptos desnudos, ocho hombres y ocho mujeres, en un c�rculo con sus pies toc�ndose. ("El Santuario de la serpiente con alas," el taz�n �rfico, 200-300 CE.
En Joseph Campbell, Mitolog�a creativa, P�g.�96.) � El�Aeon Sophia�, actuando sin un consorte, cay� desde el Pleroma, pero tambi�n es Sophia, ahora "anclada" en la Tierra, quien conecta a la humanidad a la fuente c�smica. � La forma m�s directa y din�mica de conexi�n se efect�a en la transmisi�n del flujo del �xtasis del Kundalini durante la sagrada�org�a�. � Estos ritos eran practicados para proteger el c�rculo de adeptos (la c�lula gn�stica de diecis�is�mystai, que se muestra m�s arriba) de las travesuras entrometidas de los Arcontes.�La alta inmunidad arc�ntica es tal vez lo que necesitamos hoy, enfrentando como lo hacemos, los estragos del VIH en el planeta, sin mencionar que las costumbres sexuales pasadas se arruinaron. � Con candor inusual,�Tobias Churton�afirma que los gn�sticos pensaban que,
En la versi�n gn�stica de la Ca�da del Para�so, no hay pecado por parte de nuestros padres ancestrales.�No es la humanidad la que cae, sino Sof�a, la Diosa Sabidur�a. � La serpiente en el Ed�n es�Kundalini, un aliado sublime de la humanidad, no un tentador. � En algunos textos gn�sticos, el poder de la serpiente se llama "el instructor."�Eva, la representante ancestral de la especie humana, adquiere de la serpiente aliada el conocimiento secreto de los Misterios.
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