Extra�do del libro "Las Sociedades Secretas y su Poder en el Siglo XX" - Versi�n en Ingles

del Sitio Web FreeNews

Zecharia Sitchin, autor de 'Cuando el Tiempo Empez�' (When Time Began) y de 'El Duod�cimo Planeta', domina entre otros, el arameo, el idioma de Jes�s y sus disc�pulos y se cuenta entre los 200 sabios del mundo capaces de leer la escritura de los antiguos sumerios, que hace 6.000 a�os fundaron entre el E�frates y el Tigris, la primera gran civilizaci�n de la cual tenemos pruebas, la de los reinos mesopot�micos.

Sitchin se interes� desde la edad de 9 a�os por los idiomas antiguos, cuando ley� en clase el Antiguo Testamento en su idioma original, el hebreo. Fue entonces cuando percibi� que en la Biblia escrita en hebreo, cada palabra tiene un significado exacto, y que nuestras Biblias inglesas, alemanas, francesas o latinas no son m�s que interpretaciones de la original. Cada traductor comprende los textos b�blicos a su modo y los interpreta seg�n su comprensi�n. �Qu� diferencia leer la Biblia en el idioma original!

En cuanto Sitchin pon�a el dedo sobre un error de traducci�n, el maestro lo reprim�a, dici�ndole que no ven�a a cuestionar la Biblia. Esa experiencia significativa determin� toda su carrera. Empez� a interesarse por la arqueolog�a, idiomas e historia del Antiguo Oriente. Empez� a estudiar las antiguas mitolog�as, las leyendas de griegos, hititas, de los antiguos cananeos y babilonios, e investig� sobre los textos sumerios, escritos en las tablas de arcilla. Los tradujo y concluy� un g�nesis sobre el homo sapiens que est� en completa contradicci�n con las concepciones de las grandes religiones del mundo.


Sin embargo, cient�ficamente es la m�s comprensible y l�gica y, est� a la par con la de los tibetanos (ver Lobsang Rampa), de los hawaianos, de los abor�genes de Australia, de los indios de la Am�rica del Norte (Apaches, Hopis y Sioux), de los mayas (seg�n el sacerdote de la cofrad�a blanca de los mayas, Miguel �ngel) y tambi�n con las lajas de piedra de la isla de la Pascua. El Vaticano guarda bajo siete llaves lo restos de las lajas de piedra que no fueron destruidas. Existen buenas razones para eso, como podr�is verificar.


Seg�n la tesis de Sitchin, los Anunnaki de los mitos sumerios, �aqu�llos que del cielo a la tierra bajaron�, eran los extraterrestres venidos de un planeta a�n desconocido P�gina 260 de 292 de nuestro sistema solar, que gira en torno al sol cada 3.600 a�os. Esos Anunnaki aterrizaron por primera vez sobre nuestra Tierra hace aproximadamente 450.000 a�os para salvar su planeta. Empezaron a extraer oro y otras materias primas que necesitaban y crearon el homo sapiens hace 300.000 a�os m�s o menos, haciendo manipulaciones gen�ticas en las hembras de los hom�nidos. Necesitaban auxilio, pues no quer�an extraer ellos mismos esas materias primas. Mesopotamia fue su primera colonia.


Si bien algunos especialistas se muestran esc�pticos en cuanto a las tesis de Sitchin sobre los dioses-astronauta, el mundo cient�fico reconoce cada vez m�s que sus conclusiones son justas. Principalmente despu�s de que las sondas espaciales americanas Voyager fotografiaran Urano y Neptuno, y demostraran que la descripci�n de los sumerios seg�n la cual los dos planetas eran g�minis con una vegetaci�n pantanosa azul verdosa, era exacta. Urano y Neptuno solo fueron, descubiertos de forma oficial recientemente.


Willian Bramley escribi� en 'Los Dioses del Eden' sobre los sumerios:

�En las tablas mesopot�micas, la creaci�n del homo sapiens es atribuida principalmente a un �Dios�. El nombre de ese �Dios� es EA. �l era el hijo de un rey de esos extraterrestres que, digamos, reinaba en otro planeta perteneciente al vasto reino de esa raza extraterrestre. El pr�ncipe Ea era conocido por el t�tulo de �En-Ki�, que significa �se�or o pr�ncipe de la tierra�.

Seg�n los textos de los sumerios, el t�tulo de Ea no le era totalmente apropiado. Habr�a perdido en provecho de su hermanastro Enlil inmensos territorios de la tierra sobre la que reinaba, como consecuencia de uno de los numerosos piques e intrigas que, aparentemente, preocupaban a los regentes de las civilizaciones extraterrestres.


Se atribuye al pr�ncipe Ea no solamente la �creaci�n del ser humano�, sino tambi�n muchas otras realizaciones. Habr�a secado los pantanos del golfo P�rsico para tornarlos en tierras f�rtiles; habr�a construido diques y barcos y habr�a sido un buen cient�fico. Por su creaci�n del homo sapiens, dio prueba de que entend�a respecto a la t�cnica gen�tica, pero, si hemos de creer a las tablas de arcilla, necesit� muchos experimentos. Y lo importante es que habr�a sido benevolente para con su creaci�n, el homo sapiens.


De acuerdo con los textos de Mesopotamia, Ea tom� partido por el nuevo g�nero humano en el consejo de extraterrestres. Se levant� contra muchas crueldades que otros extraterrestres, entre ellos su hermano Enlil, infligieron a los seres humanos. Se sabe por las tablas sumerias que �l no quer�a esclavizar al ser humano, pero perdi� por minor�a. Los seres humanos, que eran considerados poco m�s que animales de carga, fueron cruelmente tratados por sus maestros. En las tablas se habla de hambre, enfermedades y de lo que hoy denominamos conducta de guerra biol�gica.

Pero como ese genocidio no mermaba la poblaci�n humana, los extraterrestres decidieron exterminar a los seres humanos, provocando un gran diluvio. Muchos arque�logos confirman hoy que en Oriente Medio tuvo lugar un diluvio que se remonta a milenios, sobre el cual encontramos informes no solamente en las tablas sumerias, sino tambi�n en la epopeya de Gilgamesh y en el Antiguo Testamento. Seg�n los textos sumerios, Ea cont� a un mesopot�mico denominado Utnapischtim el plan de los otros extraterrestres y le ense�� a construir un barco para que Utnapischtim se echase al mar junto con la familia, algunos artesanos, un poco de oro, ganader�a y animales salvajes.


La historia de No� proviene, como muchas otras historias del Antiguo Testamento, de escritos m�s antiguos de Mesopotamia. Los hebreos s�lo cambiaron los nombres e instituyeron un solo Dios en la religi�n judaica, mientras que en los escritos originales hab�a numerosos dioses.


Entre todos los animales venerados por los seres humanos de la prehistoria, no hab�a otro tan marcado y significativo como la serpiente, y eso porque la serpiente era el s�mbolo de un grupo que hab�a adquirido gran influencia en las primeras civilizaciones de los dos hemisferios de nuestro planeta. Se trataba de una cofrad�a sabia que ten�a por finalidad expandir conocimientos espirituales y alcanzar la libertad a nivel espiritual; era la �Cofrad�a de la Serpiente�.

Combat�a la esclavitud de seres espirituales y buscaba liberar a la humanidad de la esclavitud de los extraterrestres (el nombre original en la Biblia para serpiente, nahash, tiene su origen en nhsh, que significa �descifrar, encontrar�).

El pr�ncipe rebelde Ea fue el fundador de esa �Cofrad�a de la Serpiente�. En las antiguas tablas mesopot�micas, leemos que Ea y su padre Anu pose�an una gran comprensi�n �tica y espiritual. Fue precisamente ese saber el que m�s tarde ser�a simbolizado en la historia b�blica de Ad�n y Eva. El s�mbolo b�blico del �rbol remontar�a a las obras mesopot�micas anteriores a la Biblia, como por ejemplo, aqu�lla en la cual se muestra una serpiente enrollada alrededor de un tronco de �rbol (nuestro s�mbolo actual del caduceo = b�culo con dos serpientes confusas y con dos alas en la extremidad superior, ense�a del dios Azogue) y que corresponder�a a las representaciones ulteriores de la serpiente en el Jard�n del Ed�n.

En las representaciones mesopot�micas, dos frutos est�n colgados en el �rbol. A la derecha del �rbol, se encuentra el s�mbolo de Ea, la media luna (el saber) y, a la izquierda, vemos un planeta, s�mbolo de Anu (la vida). Ea habr�a enviado un hombre a ese �rbol para que alcanzase el conocimiento. Es la raz�n por la cual Ea es presentado como el culpable que quiso mostrar al primer hombre el camino de la libertad espiritual. Ea se habr�a rebelado no contra Dios (tal como est� escrito en la Biblia), sino contra los actos crueles de dichos dioses.

A pesar de sus intenciones, visiblemente loables, Ea, el legendario, y la �Cofrad�a de la Serpiente� en sus principios no consiguieron liberar a los seres humanos. En los antiguos textos mesopot�micos, egipcios y b�blicos se dice que la serpiente (la Cofrad�a de la Serpiente) habr�a sido vencida luego por otros grupos de extraterrestres predominantes. Ea fue desterrado de la tierra y calumniado por sus adversarios, que quer�an asegurarse de que no encontrar�a ning�n adepto m�s entre los humanos.

De �Pr�ncipe de la Tierra� pas� a ser �Pr�ncipe de las Tinieblas�, y fue tambi�n cubierto de apelativos horribles tales como Pr�ncipe del Infierno, Encarnaci�n del Mal, Demonio... Lo presentaban como el peor enemigo del mayor Ser y como guardi�n del Infierno. Ense�aron al ser humano que todo el mal en la tierra era por su culpa y que quer�a que los seres humanos fueran esclavos. Exhortaron a los seres humanos a desenmascararlo cada vez que se reencarnase y a aniquilarlo con sus criaturas, si les encontraban.


La historia muestra que la �Cofrad�a de la Serpiente�, a pesar de los esfuerzos que duran hasta nuestros d�as, de muchos seres humanos devotos y leales, que desearon instituir una verdadera reforma espiritual con el auxilio de la fraternidad, se convirti� en un temible ej�rcito de opresi�n y alevos�a espirituales con sus nuevos maestros (denominados hoy Illuminati).


�El nacimiento del homo sapiens se desarroll� verdaderamente as�?

En cualquier el caso, las tablas sumerias fueron para m� de gran auxilio para este libro, pues prestan testimonio de la existencia y la acci�n sin ninguna duda real de la �Cofrad�a de la Serpiente� y sostienen, pues, la tesis de una conjura que se habr�a iniciado mucho tiempo antes de que existiesen jud�os y francmasones, a quien hoy en d�a se culpabiliza de buen grado.


Es muy dif�cil comprender por qu� el Vaticano impide por todos los medios no solamente la publicaci�n de las inscripciones de las lajas de piedra de la isla de Pascua, que relatan el g�nesis del ser humano, semejante a lo que acabo de narraros, sino tambi�n la de los rollos de papiro de Qumran, en el Mar Muerto.

Esas lajas y los manuscritos del Mar Muerto aportar�an la prueba de que la actual Biblia est� falseada en puntos esenciales para satisfacer los intereses ego�stas de algunos personajes poderosos.