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por John y Nisha Whitehead
03 Abril
2023
del Sitio Web
TheRutherfordInstitute
traducci�n de
SOTT
03 Abril
2023
del
Sitio Web
SOTT
Versi�n original en ingles
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Propaganda
� A Government of Wolves
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"Los
estadounidenses
somos los
inocentes por excelencia.
Siempre estamos
desesperados
por creer que
esta vez
el gobierno nos
est� diciendo
la verdad."
Sydney Schanberg
ex-periodista
del New York Times
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Hablemos de las noticias falsas.
Hay noticias falsas comunes que no son realmente "noticias", sino
material sensacionalista y digno de los tabloides que vende
cualquiera que tenga una cuenta de Twitter, una p�gina de Facebook y
una imaginaci�n activa.
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Estas historias van desde
lo rid�culo y lo que evidentemente provoca hacer clic hasta lo
sat�rico y lo pol�ticamente manipulador.
Cualquiera con una pizca de sentido com�n y acceso a Internet
deber�a ser capaz de descifrar la verdad y las mentiras de estas
historias con un poco de investigaci�n b�sica.
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El hecho de que estas
historias prosperen se debe en gran medida a la credulidad, la
pereza y el analfabetismo medi�tico del p�blico en general, que por
su conformidad aprendida rara vez cuestiona, desaf�a o confronta.
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Luego est� el tipo
m�s retorcido de noticias difundidas por uno de los mayores
propagadores de
noticias falsas:
el gobierno de
�Estados Unidos...!
En medio de la
apoplej�a cuidadosamente elaborada por el gobierno y los medios de
comunicaci�n corporativos sobre las noticias falsas, no se oir�
hablar mucho del papel del propio gobierno en la producci�n,
implantaci�n y distribuci�n de noticias falsas impulsadas por la
propaganda - a menudo con la ayuda de los
medios de comunicaci�n corporativos - porque no es as� como
funciona el juego.
�Por qu�?
Porque los que ostentan el poder no quieren que seamos esc�pticos
ante el mensaje del gobierno o sus
c�mplices corporativos en los principales medios de
comunicaci�n.
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No quieren que
seamos m�s selectivos a la hora de digerir la informaci�n online.
S�lo quieren que
desconfiemos de las fuentes de noticias independientes o
alternativas mientras confiamos en ellos - y en sus colegas
corporativos - para que investiguen las noticias por nosotros.
De hecho, en los �ltimos a�os,
Facebook y
Google se han autoproclamado �rbitros de la verdad en
Internet para filtrar lo que es manifiestamente falso, spam o "clic bait".
Esto no s�lo establece un peligroso precedente para la censura total
por parte de entidades corporativas conocidas por su connivencia con
el gobierno, sino que tambi�n es una h�bil maniobra de
prestidigitaci�n que desv�a la atenci�n de lo que realmente
deber�amos estar hablando:
el hecho de que
el gobierno ha crecido peligrosamente fuera de control,
mientras que los llamados principales medios de comunicaci�n,
que se supone que deben actuar como un baluarte contra la
propaganda del gobierno, se han convertido en el portavoz de la
corporaci�n m�s grande del mundo - el gobierno de Estados
Unidos.
Como inform� el
veterano periodista Carl Bernstein, que junto con Bob
Woodward destap� el esc�ndalo Watergate, en su extenso art�culo
de 1977 en Rolling Stone, "La
CIA y los Medios de Comunicaci�n":
"M�s de 400
periodistas estadounidenses [...] en los �ltimos veinticinco
a�os han realizado secretamente
misiones para la Agencia Central de Inteligencia. [...]
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Hubo
cooperaci�n, adaptaci�n y solapamiento. Los periodistas
prestaron toda una serie de servicios clandestinos. [...] Los
reporteros compart�an sus notas con la CIA.
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Los redactores
compart�an sus equipos. Algunos de los periodistas eran
ganadores del Premio Pulitzer, distinguidos reporteros. [...]
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En muchos
casos, seg�n muestran los documentos de la CIA, se contrat� a
periodistas para realizar tareas para la CIA con el
consentimiento de las direcciones de las principales
organizaciones de noticias de Estados Unidos."
Bernstein se
refiere a la
Operaci�n Mockingbird,
una campa�a de
la CIA iniciada en la d�cada de 1950 para colocar informes de
inteligencia entre los reporteros de m�s de 25 de los
principales peri�dicos y agencias de noticias, que luego los
regurgitaban para un p�blico ajeno al hecho de que estaban
siendo alimentados con propaganda gubernamental.
En algunos casos,
como
muestra Bernstein, los miembros de los medios de comunicaci�n
tambi�n sirvieron como extensiones del estado de vigilancia, con
reporteros que en realidad llevaban a cabo tareas para la CIA.
Ejecutivos de la CBS, el New York Times y la revista
Time tambi�n colaboraron estrechamente con la CIA para revisar
las noticias.
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Bernstein
escribe:
"Otras
organizaciones que cooperaron con la CIA son,
-
American
Broadcasting Company
-
National
Broadcasting Company
-
Associated
Press
-
United
Press International
-
Reuters
-
Hearst
Newspapers
-
Scripps-Howard
-
la revista
Newsweek
-
Mutual
Broadcasting System
-
Miami
Herald,
...y
los antiguos Saturday Evening Post y New York
Herald-Tribune".
De hecho, en agosto
de 1964, los principales peri�dicos del pa�s - incluidos el
Washington Post y el New York Times - se hicieron eco
de la afirmaci�n de Lyndon Johnson de que Vietnam del Norte
hab�a lanzado una segunda ronda de ataques contra destructores
estadounidenses en el Golfo de Tonk�n.
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No se hab�an
producido tales ataques y, sin embargo, el da�o estaba hecho.
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Como Jeff Cohen y
Norman Solomon informan para
Fairness and Accuracy in Reporting:
"Al difundir las afirmaciones
oficiales como verdades absolutas, el periodismo estadounidense
abri� las compuertas de la sangrienta guerra de Vietnam".
Avancemos
r�pidamente hasta los primeros a�os posteriores al 11-S cuando, a
pesar de la falta de cualquier dato cre�ble que apoyara la
existencia de armas de destrucci�n masiva, los principales medios de
comunicaci�n se subieron al carro para hacer sonar los tambores de
guerra contra Irak.
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En palabras de
Robin Abcarian, columnista de Los Angeles Times,
"nuestro
gobierno...
utiliz� su inmenso p�lpito para aplastar a los guardianes...
�
Muchos se
dejaron enga�ar por el acceso a informaci�n privilegiada de la
administraci�n, o fueron susceptibles al ritmo de la ret�rica
coordinada del gobierno".
John Walcott,
jefe de la oficina en Washington de Knight-Ridder, una de las �nicas
agencias de noticias que cuestion� la justificaci�n del gobierno
para invadir Irak, sugiere que la raz�n de la f�cil aceptaci�n de
los medios de comunicaci�n es que,
"demasiados
periodistas, incluidos algunos muy famosos,
han 'renunciado' a su independencia para convertirse en
parte de la clase dirigente".
El periodismo es,
como dice el lema,
"decir la verdad al poder, no esgrimirla".
Si esto ocurr�a entonces, puede apostar a que sigue ocurriendo hoy,
s�lo que ha sido reclasificado, renombrado y escondido tras
capas de secreto gubernamental, ofuscaci�n y manipulaci�n.
En su art�culo "How the American government is trying to control
what you think" (C�mo el gobierno estadounidense intenta controlar
lo que piensas), el Washington Post
se�ala que,
"hist�ricamente, las agencias
gubernamentales han adquirido el h�bito de cruzar la difusa
l�nea que separa la informaci�n al p�blico de la propaganda".
Por lo tanto,
si usted est�
hablando de la Guerra Fr�a, la Guerra de Vietnam, la Guerra del
Golfo, la invasi�n del gobierno de Irak sobre la base de
fabricaciones absolutas, la guerra ruso-ucraniana, o la
guerra en curso del gobierno contra el terrorismo, la privacidad
y los denunciantes, est� siendo
manejado por la propaganda producida por una m�quina
corporativa (el gobierno controlado por las corporaciones) y
suministrada al pueblo estadounidense por medio de otra m�quina
corporativa (los medios de comunicaci�n controlados por las
corporaciones).
"Por primera vez en la
historia de la humanidad, existe una estrategia concertada
para manipular la percepci�n global.
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Y los
medios de comunicaci�n operan como sus complacientes
asistentes, fracasando tanto en resistirla como en
exponerla",
escribe el periodista de investigaci�n Nick Davies.
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"La
facilidad con la que esta maquinaria ha sido capaz de hacer
su trabajo refleja una insidiosa debilidad estructural que
ahora afecta a la producci�n de nuestras noticias".
Si los medios de
comunicaci�n - tambi�n conocidos como medios dominantes o
medios corporativos o del establishment - se
limitan a repetir lo que se les transmite,
�qui�nes son
los cerebros del Gobierno responsables de esta propaganda...?
Davies lo
explica:
El Pent�gono
ahora ha designado las "operaciones de informaci�n" como su
quinta "competencia b�sica" junto con la tierra, el mar, el aire
y las fuerzas especiales.
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Desde octubre
de 2006, todas las brigadas, divisiones y cuerpos del ej�rcito
estadounidense tienen su propio elemento de "operaciones
psicol�gicas" que produce material para los medios de
comunicaci�n locales.
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Esta actividad
militar est� vinculada a la campa�a de "diplomacia p�blica" del
Departamento de Estado, que incluye la financiaci�n de emisoras
de radio y sitios Web de noticias.
Este uso de la
propaganda disfrazada de periodismo es lo que el periodista
John Pilger denomina,
"gobierno
invisible... el verdadero poder gobernante de nuestro pa�s".
Est� claro que ya
no tenemos un Cuarto Poder.
No cuando las
"noticias" que recibimos son rutinariamente fabricadas,
manipuladas y hechas a medida por agentes del gobierno.
No cuando seis corporaciones
controlan el 90% de los medios de comunicaci�n en Estados
Unidos.
No cuando, como
se lamenta Davies,
"las
organizaciones de noticias que de otro modo podr�an haber
sacado a la luz la verdad eran ellas mismas parte del abuso,
por lo que guardaron silencio, entreg�ndose a una c�mica
parodia de informaci�n err�nea, ocultando a sus lectores el
esc�ndalo emergente como una ni�era victoriana que tapa los
ojos a los ni�os de un accidente en la calle".
Y no, como dejo
claro en mi libro
Battlefield America - The War on the American People y
en su hom�logo ficticio
The Erik Blair Diaries, cuando los medios de
comunicaci�n se han convertido en propagandistas de la falsa
realidad creada por el gobierno estadounidense.
Despu�s de todo,
como se�ala Glenn Greenwald,
"El t�rmino
propaganda suena melodram�tico y exagerado, pero una prensa que
- ya sea por miedo, arribismo o convicci�n - recita de manera
acr�tica las falsas afirmaciones del gobierno y las reporta como
hechos, o trata a los funcionarios electos con una reverencia
reservada a la realeza, no puede ser descrita con precisi�n como
dedicada a ninguna otra funci�n".
�En qu� situaci�n
nos encontramos?
�Qu� debemos - o podemos - hacer?
Terminar� con las
palabras de advertencia y consejo de John Pilger:
La informaci�n
real, la informaci�n subversiva, sigue siendo la fuerza m�s
poderosa de todas, y creo que no debemos caer en la trampa de
creer que los medios de comunicaci�n hablan en nombre del
p�blico.
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Eso no era
cierto en la Checoslovaquia estalinista y no lo es en Estados
Unidos.
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En todos los
a�os que llevo trabajando como periodista, nunca he visto que la
conciencia p�blica se haya incrementado tan r�pidamente como lo
est� haciendo hoy...
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Sin embargo, esta creciente conciencia
p�blica cr�tica es a�n m�s notable si se tiene en cuenta la
magnitud del adoctrinamiento, la mitolog�a de un modo de vida
superior y el actual estado de miedo fabricado.
[El p�blico] necesita la verdad, y los periodistas deben ser
agentes de la verdad, no cortesanos del poder.
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Creo que es
posible un quinto poder, producto de un movimiento popular, que
vigile, deconstruya y contrarreste a los medios corporativos.
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En todas las
universidades, en todas las escuelas de periodismo, en todas las
redacciones, los profesores de periodismo y los propios
periodistas deben preguntarse qu� papel desempe�an en el
derramamiento de sangre en nombre de una falsa objetividad.
�
Semejante
movimiento dentro de los medios de comunicaci�n podr�a anunciar
una perestroika de un tipo que nunca hemos conocido.
�
Todo esto es
posible. Los silencios pueden romperse... En Estados Unidos,
esp�ritus rebeldes maravillosamente libres pueblan la red...
�
Los mejores
reportajes... aparecen en la Web... y los reporteros son
ciudadanos.
El reto para el resto de nosotros es extraer este conocimiento
subyugado de la clandestinidad y llevarlo a la gente corriente.
Tenemos que
darnos prisa.
�
La
democracia liberal est� avanzando hacia una forma de
dictadura corporativa...
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