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por�Chris
Hedges�
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � �
� � � � � � Es imposible para cualquier poblaci�n condenada captar cu�n fr�gil el decadente sistema financiero, social y pol�tico est� en las v�speras de la implosi�n.
� Donald Trump�es el resultado de un largo proceso de decadencia pol�tica, cultural y social. �l es un producto de nuestra democracia fallida. � Mientras m�s perpetuemos la ficci�n de que vivimos en una democracia que funciona, que Trump y las mutaciones pol�ticas a su alrededor son de alguna manera una desviaci�n aberrante que puede ser vencida en las pr�ximas elecciones, m�s nos precipitaremos hacia la tiran�a. � El problema no es Trump.�Es un sistema pol�tico,�dominado por el poder corporativo�y los mandarines de los dos principales partidos pol�ticos, en los que nosotros, como pueblo, no contamos. � Recuperemos el control pol�tico desmantelando el estado corporativo, y esto significa una desobediencia civil masiva y sostenida, como la demostrada por los docentes en todo el pa�s este a�o.�Si no nos ponemos de pie, entraremos en una nueva edad oscura. � El Partido Dem�crata, que ayud� a construir nuestro sistema de totalitarismo invertido, una vez m�s es sostenido por muchos en la izquierda como el Salvador. � Sin embargo, el partido se niega rotundamente a abordar la desigualdad social que condujo a la elecci�n de Trump y la insurgencia por parte de�Bernie Sanders.
En un proceso pol�tico abierto y democr�tico, que no est� dominado por las elites partidistas y el dinero corporativo, estas personas no tendr�an poder pol�tico. � Ellos saben esto.�Preferir�an implosionar todo el sistema antes que renunciar a sus posiciones de privilegio.�Esta es una t�ctica condenada, pero que es comprensible. � El liderazgo del partido,
...�son creaciones de los Estados Unidos corporativos. � En un proceso pol�tico abierto y democr�tico, que no est� dominado por las elites del partido y el dinero corporativo, estas personas no tendr�an poder pol�tico. � Ellos saben esto.�Preferir�an implosionar todo el sistema antes que renunciar a sus posiciones de privilegio.�Y eso, me temo,�es lo que suceder�... � La idea de que el Partido Dem�crata sea de alguna manera un baluarte contra el despotismo desaf�a las �ltimas tres d�cadas de su actividad pol�tica.�Es la garant�a del despotismo. � Trump ha aprovechado el odio que grandes segmentos del p�blico estadounidense tienen por un sistema pol�tico y econ�mico que los ha traicionado.�Puede ser inepto, degenerado, deshonesto y narcisista, pero ridiculiza con destreza el sistema que desprecian. � Sus crueles y degradantes burlas dirigidas a las agencias gubernamentales, las leyes y las �lites establecidas resuenan con personas para quienes estas agencias, leyes y elites se han convertido en fuerzas hostiles. � Y para muchos que no ven ning�n cambio en el panorama pol�tico para aliviar su sufrimiento, la crueldad y las invectivas de Trump son al menos cat�rticas. � Trump, como todos los d�spotas, no tiene un n�cleo �tico.
Pero las advertencias de�los arquitectos de nuestra fallida democracia�contra el fascismo progresivo, entre ellas�Madeleine Albright, son risibles. � Muestran cu�n desconectadas se han vuelto las elites del esp�ritu de la �poca.�Ninguna de estas �lites tiene credibilidad.�Construyeron el edificio de la mentira, el enga�o y el saqueo corporativo que hizo posible a Trump. � Y cuanto m�s Trump degrada a estas �lites, y cuanto m�s gritan como Cassandras, m�s salva �l su desastrosa presidencia y permite a los�clept�cratas�saquear el pa�s a medida que �ste se desintegra r�pidamente. � Se niega a criticar o investigar los abusos por parte del poder corporativo, que ha destruido nuestra democracia y nuestra econom�a y ha orquestado la mayor transferencia de riqueza hacia arriba en la historia de los Estados Unidos.� � � � � La prensa es uno de los principales pilares del despotismo de Trump.� � Parlotea sin cesar como cortesanos del siglo 17 en la corte de Versalles, sobre las debilidades del monarca, mientras los campesinos carecen de pan. � Sigue volando sin cesar sobre temas vac�os como�la intromisi�n rusa�y una�recompensa para una actriz porno�que no tiene nada que ver con el infierno cotidiano que, para muchos, define la vida en Estados Unidos. � Se niega a criticar o investigar los abusos por parte del poder corporativo, que ha destruido nuestra democracia y nuestra econom�a y ha orquestado la mayor transferencia de riqueza hacia arriba en la historia de los Estados Unidos. � La�prensa corporativa�es una reliquia podrida que, a cambio de dinero y acceso, cometi� suicidio cultural. � Y cuando Trump lo ataca por "noticias falsas", expresa, una vez m�s, el odio profundo de todos aquellos que la prensa ignora.�La prensa adora al �dolo de Mammon tan servilmente como lo hace Trump.�Le encanta la presidencia de reality show. � La prensa, especialmente los programas de noticias de cable, mantiene las luces encendidas y las c�maras rodando para que los espectadores se peguen a una versi�n del siglo 21 del "The Cabinet of Dr. Caligari". � Es bueno para aumentar la audiencia.�Es bueno para las ganancias.�Pero acelera el declive... � Todo esto pronto se ver� agravado por�el colapso financiero.�Los bancos de Wall Street han recibido $16 billones en rescates y otros subsidios por parte de la�Reserva Federal�y el Congreso con un inter�s cercano al cero por ciento desde�el colapso financiero de 2008. � Han usado este dinero, as� como el dinero ahorrado a trav�s de los enormes recortes impositivos impuestos el a�o pasado, para recomprar sus propias acciones, elevar la compensaci�n y los bonos de sus gerentes y empujar a la sociedad m�s profundamente hacia un insostenible peonaje de deuda. � Solo las operaciones de los casinos de Sheldon Adelson�obtuvieron un descuento de $ 670 millones en la legislaci�n de 2017.�La�relaci�n entre el CEO y el salario del trabajador�ahora promedia 339 a 1, con la brecha m�s alta acerc�ndose a 5,000 a 1. � Este uso circular del dinero para hacer y acumular dinero es lo que�Karl Marx�llam� "capital ficticio". � El aumento constante de la deuda p�blica, la deuda corporativa, la deuda de tarjetas de cr�dito y la deuda de los pr�stamos estudiantiles en �ltima instancia conducir�, como�escribe�Nomi Prins:
Una econom�a que depende de la deuda para su crecimiento hace que nuestra tasa de inter�s suba al 28 por ciento cuando llegamos tarde a un pago con tarjeta de cr�dito. � Es por eso que nuestros salarios est�n estancados o han disminuido en t�rminos reales: si obtuvi�ramos un ingreso sostenible no tendr�amos que pedir prestado dinero para sobrevivir.�Es por eso que la educaci�n universitaria, las casas, las cuentas m�dicas y los servicios p�blicos cuestan tanto. � El sistema est� dise�ado para que nunca podamos liberarnos de la deuda. � Sin embargo, la pr�xima crisis financiera, como lo se�ala Prins en su libro "Collusion - How Central Bankers Rigged the World", no ser� como la �ltima. � Esto es porque, como ella dice,
Las tasas de inter�s no pueden bajar m�s.�No ha habido crecimiento en la econom�a real. � La pr�xima vez, no habr� salida.�Una vez que la econom�a se cuelgue y la furia en todo el pa�s explote en una tormenta de fuego, aparecer�n los fan�ticos pol�ticos, los que har�n que Trump parezca sagaz y benigno. � Y as�, para citar a�Vladimir Lenin, �qu� debe hacerse? � Debemos invertir nuestra energ�a en construir instituciones paralelas y populares para protegernos y enfrentar el poder contra el poder.�Estas instituciones paralelas, incluyendo,
...tendr�n que construirse pueblo por pueblo. � Las �lites�en un momento de angustia se retirar�n a sus complejos cerrados y nos dejar�n a valernos por nosotros mismos. � Los servicios b�sicos, desde,
...colapsar�n. � El desempleo y el subempleo masivos, que desencadenan la agitaci�n social, se abordar�n, no a trav�s de la creaci�n de empleo por parte del gobierno, sino por la brutalidad de la polic�a militarizada y la�suspensi�n�total de las libertades civiles. � Los cr�ticos del sistema, ya empujados a los m�rgenes, ser�n silenciados y atacados como enemigos del estado. � Los �ltimos vestigios de los sindicatos ser�n blanco de la abolici�n, un proceso que pronto se acelerar� dado el dictamen esperado en un caso ante el Tribunal Supremo que afectar� la capacidad de los sindicatos del sector p�blico para representar a los trabajadores. � El d�lar dejar� de ser la moneda de reserva mundial, causando una fuerte devaluaci�n. � Los bancos se cerrar�n.�El "calentamiento global" extraer�costos cada vez m�s pesados, especialmente en las poblaciones costeras, la agricultura y la infraestructura, costos que el empobrecido estado no podr� abordar. � La prensa corporativa, al igual que las elites gobernantes, pasar� del�burlesque�al�absurdismo, su ret�rica tan patentemente ficticia, como en todos los estados totalitarios, se desvincular� de la realidad. � Los medios de comunicaci�n sonar�n tan fatuos como Trump. � Y, para citar a�W.H. Auden,
Como corresponsal en el extranjero, cubr� sociedades derrumbadas, incluida la ex-Yugoslavia. � Es imposible que una poblaci�n condenada capte cu�n fr�gil es el deteriorado sistema financiero, social y pol�tico en v�speras de la implosi�n. � Todos los heraldos de colapso son visibles:
Sufrimos las patolog�as habituales de muerte inminente ... � Me alegrar�a estar equivocado.�Pero he visto esto antes.�Conozco las se�ales de advertencia. � Todo lo que puedo decir es que estoy listo...� � � � |
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