por�Chris Hedges�
21 Mayo 2018�
del�Sitio�Web�
TruthDig

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Chris Hedges�escribe una columna regular para Truthdig.com.

Hedges se gradu� de Harvard Divinity School y durante casi dos d�cadas fue corresponsal en el extranjero.

para The New York Times.

�l es el autor de muchos libros, que incluyen:

War Is A Force That Gives Us Meaning,�What Every Person Should Know About War, y�American Fascists - The Christian Right and the War on America.

Su libro m�s reciente es�Empire of Illusion - The End of Literacy and the Triumph of Spectacle.


Es imposible para cualquier poblaci�n condenada

captar cu�n fr�gil el decadente

sistema financiero, social y pol�tico

est� en las v�speras de la implosi�n.



La administraci�n Trump no se levant�, prima facie, como Venus en una media concha desde el mar.

Donald Trump�es el resultado de un largo proceso de decadencia pol�tica, cultural y social. �l es un producto de nuestra democracia fallida.

Mientras m�s perpetuemos la ficci�n de que vivimos en una democracia que funciona, que Trump y las mutaciones pol�ticas a su alrededor son de alguna manera una desviaci�n aberrante que puede ser vencida en las pr�ximas elecciones, m�s nos precipitaremos hacia la tiran�a.

El problema no es Trump.�Es un sistema pol�tico,�dominado por el poder corporativo�y los mandarines de los dos principales partidos pol�ticos, en los que nosotros, como pueblo, no contamos.

Recuperemos el control pol�tico desmantelando el estado corporativo, y esto significa una desobediencia civil masiva y sostenida, como la demostrada por los docentes en todo el pa�s este a�o.�Si no nos ponemos de pie, entraremos en una nueva edad oscura.

El Partido Dem�crata, que ayud� a construir nuestro sistema de totalitarismo invertido, una vez m�s es sostenido por muchos en la izquierda como el Salvador.

Sin embargo, el partido se niega rotundamente a abordar la desigualdad social que condujo a la elecci�n de Trump y la insurgencia por parte de�Bernie Sanders.

  • Es sordo, mudo y ciego al sufrimiento econ�mico real que afecta a m�s de la mitad del pa�s.

  • No luchar� para pagarles a los trabajadores un salario digno.

  • No desafiar� a las industrias farmac�utica y de seguros para proporcionar cuidados m�dicos para todos.

  • No frenar� el apetito voraz del ej�rcito que est� destripando al pa�s y promoviendo el enjuiciamiento de f�tiles y costosas guerras extranjeras.

  • No restaurar� nuestras libertades civiles perdidas, incluido el derecho a la privacidad, la libertad de la vigilancia gubernamental y el debido proceso.

  • No sacar� dinero corporativo y oscuro de la pol�tica.

  • No desmilitarizar� a nuestra polic�a ni reformar� un sistema penitenciario que tiene el 25 por ciento de los presos del mundo, aunque Estados Unidos tiene solo el 5 por ciento de la poblaci�n mundial.

  • Juega al margen, especialmente en las temporadas de elecciones, neg�ndose a abordar problemas pol�ticos y sociales sustantivos y en su lugar se centra en problemas culturales estrechos como los derechos de los homosexuales, el aborto y el control de armas en nuestra peculiar especie de antipol�tica.

En un proceso pol�tico abierto y democr�tico, que no est� dominado por las elites partidistas y el dinero corporativo, estas personas no tendr�an poder pol�tico.

Ellos saben esto.�Preferir�an implosionar todo el sistema antes que renunciar a sus posiciones de privilegio.�Esta es una t�ctica condenada, pero que es comprensible.

El liderazgo del partido,

...�son creaciones de los Estados Unidos corporativos.

En un proceso pol�tico abierto y democr�tico, que no est� dominado por las elites del partido y el dinero corporativo, estas personas no tendr�an poder pol�tico.

Ellos saben esto.�Preferir�an implosionar todo el sistema antes que renunciar a sus posiciones de privilegio.�Y eso, me temo,�es lo que suceder�...

La idea de que el Partido Dem�crata sea de alguna manera un baluarte contra el despotismo desaf�a las �ltimas tres d�cadas de su actividad pol�tica.�Es la garant�a del despotismo.

Trump ha aprovechado el odio que grandes segmentos del p�blico estadounidense tienen por un sistema pol�tico y econ�mico que los ha traicionado.�Puede ser inepto, degenerado, deshonesto y narcisista, pero ridiculiza con destreza el sistema que desprecian.

Sus crueles y degradantes burlas dirigidas a las agencias gubernamentales, las leyes y las �lites establecidas resuenan con personas para quienes estas agencias, leyes y elites se han convertido en fuerzas hostiles.

Y para muchos que no ven ning�n cambio en el panorama pol�tico para aliviar su sufrimiento, la crueldad y las invectivas de Trump son al menos cat�rticas.

Trump, como todos los d�spotas, no tiene un n�cleo �tico.

  • �l elige a sus aliados y personas designadas en base a su lealtad personal y aduladora obsequiosidad hacia �l.

  • �l va a vender a cualquiera.

  • Es corrupto, acumula dinero para s� mismo, gan� 40 millones de d�lares desde su hotel de Washington, D.C. el a�o pasado � as� como sus aliados corporativos.

  • Est� desmantelando las instituciones gubernamentales que alguna vez proporcionaron cierta regulaci�n y supervisi�n.

  • �l es un enemigo de la sociedad abierta.�Esto lo hace peligroso.

  • Su turbo-asalto sobre los �ltimos vestigios de instituciones y normas democr�ticas significa que pronto no habr� nada, ni siquiera de nombre, para protegernos del totalitarismo corporativo.

Pero las advertencias de�los arquitectos de nuestra fallida democracia�contra el fascismo progresivo, entre ellas�Madeleine Albright, son risibles.

Muestran cu�n desconectadas se han vuelto las elites del esp�ritu de la �poca.�Ninguna de estas �lites tiene credibilidad.�Construyeron el edificio de la mentira, el enga�o y el saqueo corporativo que hizo posible a Trump.

Y cuanto m�s Trump degrada a estas �lites, y cuanto m�s gritan como Cassandras, m�s salva �l su desastrosa presidencia y permite a los�clept�cratas�saquear el pa�s a medida que �ste se desintegra r�pidamente.

Se niega a criticar o investigar los abusos por parte del poder corporativo, que ha destruido nuestra democracia y nuestra econom�a y ha orquestado la mayor transferencia de riqueza hacia arriba en la historia de los Estados Unidos.�

La prensa es uno de los principales pilares del despotismo de Trump.�

Parlotea sin cesar como cortesanos del siglo 17 en la corte de Versalles, sobre las debilidades del monarca, mientras los campesinos carecen de pan.

Sigue volando sin cesar sobre temas vac�os como�la intromisi�n rusa�y una�recompensa para una actriz porno�que no tiene nada que ver con el infierno cotidiano que, para muchos, define la vida en Estados Unidos.

Se niega a criticar o investigar los abusos por parte del poder corporativo, que ha destruido nuestra democracia y nuestra econom�a y ha orquestado la mayor transferencia de riqueza hacia arriba en la historia de los Estados Unidos.

La�prensa corporativa�es una reliquia podrida que, a cambio de dinero y acceso, cometi� suicidio cultural.

Y cuando Trump lo ataca por "noticias falsas", expresa, una vez m�s, el odio profundo de todos aquellos que la prensa ignora.�La prensa adora al �dolo de Mammon tan servilmente como lo hace Trump.�Le encanta la presidencia de reality show.

La prensa, especialmente los programas de noticias de cable, mantiene las luces encendidas y las c�maras rodando para que los espectadores se peguen a una versi�n del siglo 21 del "The Cabinet of Dr. Caligari".

Es bueno para aumentar la audiencia.�Es bueno para las ganancias.�Pero acelera el declive...

Todo esto pronto se ver� agravado por�el colapso financiero.�Los bancos de Wall Street han recibido $16 billones en rescates y otros subsidios por parte de la�Reserva Federal�y el Congreso con un inter�s cercano al cero por ciento desde�el colapso financiero de 2008.

Han usado este dinero, as� como el dinero ahorrado a trav�s de los enormes recortes impositivos impuestos el a�o pasado, para recomprar sus propias acciones, elevar la compensaci�n y los bonos de sus gerentes y empujar a la sociedad m�s profundamente hacia un insostenible peonaje de deuda.

Solo las operaciones de los casinos de Sheldon Adelson�obtuvieron un descuento de $ 670 millones en la legislaci�n de 2017.�La�relaci�n entre el CEO y el salario del trabajador�ahora promedia 339 a 1, con la brecha m�s alta acerc�ndose a 5,000 a 1.

Este uso circular del dinero para hacer y acumular dinero es lo que�Karl Marx�llam� "capital ficticio".

El aumento constante de la deuda p�blica, la deuda corporativa, la deuda de tarjetas de cr�dito y la deuda de los pr�stamos estudiantiles en �ltima instancia conducir�, como�escribe�Nomi Prins:

"A un punto de inflexi�n: cuando el dinero que ingresa para pagar esa deuda, o disponible para pedir prestado, simplemente no cubrir� los pagos de intereses.

Entonces aparecer�n burbujas de deuda, comenzando con bonos de mayor rendimiento".

Una econom�a que depende de la deuda para su crecimiento hace que nuestra tasa de inter�s suba al 28 por ciento cuando llegamos tarde a un pago con tarjeta de cr�dito.

Es por eso que nuestros salarios est�n estancados o han disminuido en t�rminos reales: si obtuvi�ramos un ingreso sostenible no tendr�amos que pedir prestado dinero para sobrevivir.�Es por eso que la educaci�n universitaria, las casas, las cuentas m�dicas y los servicios p�blicos cuestan tanto.

El sistema est� dise�ado para que nunca podamos liberarnos de la deuda.

Sin embargo, la pr�xima crisis financiera, como lo se�ala Prins en su libro "Collusion - How Central Bankers Rigged the World", no ser� como la �ltima.

Esto es porque, como ella dice,

"no hay Plan B".

Las tasas de inter�s no pueden bajar m�s.�No ha habido crecimiento en la econom�a real.

La pr�xima vez, no habr� salida.�Una vez que la econom�a se cuelgue y la furia en todo el pa�s explote en una tormenta de fuego, aparecer�n los fan�ticos pol�ticos, los que har�n que Trump parezca sagaz y benigno.

Y as�, para citar a�Vladimir Lenin, �qu� debe hacerse?

Debemos invertir nuestra energ�a en construir instituciones paralelas y populares para protegernos y enfrentar el poder contra el poder.�Estas instituciones paralelas, incluyendo,

  • sindicatos

  • organizaciones de desarrollo comunitario

  • monedas locales

  • partidos pol�ticos alternativos

  • cooperativas de alimentos,

...tendr�n que construirse pueblo por pueblo.

Las �lites�en un momento de angustia se retirar�n a sus complejos cerrados y nos dejar�n a valernos por nosotros mismos.

Los servicios b�sicos, desde,

  • recolecci�n de basura

  • transporte p�blico

  • distribuci�n de comida

  • cuidado de la salud,

...colapsar�n.

El desempleo y el subempleo masivos, que desencadenan la agitaci�n social, se abordar�n, no a trav�s de la creaci�n de empleo por parte del gobierno, sino por la brutalidad de la polic�a militarizada y la�suspensi�n�total de las libertades civiles.

Los cr�ticos del sistema, ya empujados a los m�rgenes, ser�n silenciados y atacados como enemigos del estado.

Los �ltimos vestigios de los sindicatos ser�n blanco de la abolici�n, un proceso que pronto se acelerar� dado el dictamen esperado en un caso ante el Tribunal Supremo que afectar� la capacidad de los sindicatos del sector p�blico para representar a los trabajadores.

El d�lar dejar� de ser la moneda de reserva mundial, causando una fuerte devaluaci�n.

Los bancos se cerrar�n.�El "calentamiento global" extraer�costos cada vez m�s pesados, especialmente en las poblaciones costeras, la agricultura y la infraestructura, costos que el empobrecido estado no podr� abordar.

La prensa corporativa, al igual que las elites gobernantes, pasar� del�burlesque�al�absurdismo, su ret�rica tan patentemente ficticia, como en todos los estados totalitarios, se desvincular� de la realidad.

Los medios de comunicaci�n sonar�n tan fatuos como Trump.

Y, para citar a�W.H. Auden,

"Los ni�os peque�os morir�n en las calles".

Como corresponsal en el extranjero, cubr� sociedades derrumbadas, incluida la ex-Yugoslavia.

Es imposible que una poblaci�n condenada capte cu�n fr�gil es el deteriorado sistema financiero, social y pol�tico en v�speras de la implosi�n.

Todos los heraldos de colapso son visibles:

  • infraestructura desmoronada

  • cr�nico subempleo y desempleo

  • el uso indiscriminado de la fuerza letal por parte de la polic�a

  • par�lisis pol�tica y estancamiento

  • una econom�a construida sobre el andamiaje de la deuda

  • tiroteos masivos nihilistas en escuelas, universidades, lugares de trabajo, centros comerciales, salas de conciertos y cines

  • Sobredosis de opioides que matan a unas 64,000 personas al a�o

  • una epidemia de suicidios

  • expansi�n militar insostenible

  • el juego como una herramienta desesperada de desarrollo econ�mico e ingresos del gobierno

  • la captura del poder por una min�scula y corrupta camarilla

  • censura

  • la disminuci�n f�sica de las instituciones p�blicas que van desde escuelas y bibliotecas hasta tribunales e instalaciones m�dicas

  • el bombardeo incesante de alucinaciones electr�nicas para desviarnos de la vista deprimente que se ha convertido en Am�rica y mantenernos atrapados en ilusiones

Sufrimos las patolog�as habituales de muerte inminente ...

Me alegrar�a estar equivocado.�Pero he visto esto antes.�Conozco las se�ales de advertencia.

Todo lo que puedo decir es que estoy listo...�