por Andrew M. Lobaczewski

del Sitio Web Ponerology

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

PONEROLOG�A � EL ESTUDIO DEL MAL

�En la opini�n del autor, la Ponerolog�a se revela a s� misma como una nueva rama de la ciencia, nacida de la necesidad hist�rica y las realizaciones m�s recientes de la medicina y la psicolog�a. A la luz de un lenguaje objetivo, natural�simo, estudia los componentes causales y procesos del g�nesis del mal, sin importar el �ltimo alcance social.

Podemos procurar analizar estos procesos ponerog�nicos, los cuales han dado realce a la injusticia humana, armados con el conocimiento apropiado, particularmente en el �rea de la psicopatolog�a. En repetidas ocasiones, como descubrir� el lector, en tal estudio, nosotros nos encontramos con los efectos de factores patol�gicos cuyos portadores son gente caracterizada por un cierto grado de varias desviaciones o defectos psicol�gicos.�

(Lobaczewski, 42)

Con muy pocas excepciones a trav�s de las edades, las discusiones sobre filosof�a moral � el estudio de la conducta correcta � han fallado en investigar sistem�ticamente el origen, naturaleza y, por supuesto el curso del mal de una manera libre de imaginaciones supernaturales.

El Mal fue a menudo considerado como algo que deb�a sufrirse y aguantarse en vez de algo que podr�a ser comprendido y eliminado con medidas racionales.

Y � tal como lo demuestra Lobaczewski � el origen del mal realmente yace fuera de los l�mites del punto de vista convencional del mundo, dentro del cual las anteriores investigaciones morales y exploraciones literarias fueron conducidas. El Mal requiere un acercamiento verdaderamente moderno y cient�fico para descubrir sus secretos.

Este acercamiento es llamado �ponerolog�a�, el estudio del mal, del griego �poneros� = el mal.

El manuscrito original para este libro fue a la hoguera minutos antes de una incursi�n en la Polonia comunista. La segunda copia, dolorosamente reensamblada por cient�ficos trabajando bajo imposibles condiciones de violencia y represi�n, fue enviado v�a courrier al Vaticano. El recibo del mismo nunca fue reconocido � el manuscrito y toda la valiosa informaci�n se perdieron.

En 1984, la tercera y �ltima copia fue escriba de memoria por el �ltimo sobreviviente de los investigadores originales: Andrew Lobaczewski.

Zbigniew Brzezinski bloque� su publicaci�n.

Despu�s de medio siglo de supresi�n, este libro est� finalmente disponible.

Ponerolog�a Pol�tica es shockeante en sus descripciones cl�nicamente parcas de la verdadera naturaleza del mal. Es conmovedor en sus pasajes m�s literarios que revelan el inmenso sufrimiento experimentado por los investigadores, contaminados o destruidos por la enfermedad misma que estaban estudiando.

La Ponerolog�a Pol�tica es un estudio de los fundadores y partidarios de regimenes pol�ticos opresivos. El acercamiento de Lobaczewski analiza los factores comunes que conllevaron a la propagaci�n de la inhumanidad del hombre al hombre. La moralidad y el humanismo no pueden resistir por mucho tiempo las depredaciones de este mal.

El conocimiento de su naturaleza � y su efecto insidioso sobre ambos individuos y grupos � es solamente el ant�doto.


PSIC�PATAS:
CASI HUMANOS

INTRODUCCI�N

�La experiencia ha ense�ado al autor que el mal es similar en naturaleza a la enfermedad, auque posiblemente m�s complejo y elusivo para nuestro entendimiento. Su g�nesis revela muchos factores patol�gicos, especialmente psicopatol�gicos, en car�cter, cuya esencia, la medicina y la psicolog�a ya han estudiado� [Una] comprensi�n de la esencia y g�nesis del mal generalmente usa informaci�n de [biolog�a, medicina y psicolog�a]. Solamente una reflexi�n filos�fica es insuficiente.�

(Lobaczewski, 98)

Como un hombre dalt�nico incapaz de distinguir el rojo del verde, una peque�a minor�a de la poblaci�n humana no experimenta ni comprende completamente el rango normal de las emociones humanas. Y como aquellos dalt�nicos que pudieran encubrir su condici�n usando las palabras correctas mientras no est�n entendiendo su significado. (por ejemplo, la luz de color que est� arriba es �roja�, la de abajo es �verde�) � as�, esta minor�a encubre su condici�n actuando se�ales de emociones exteriores (expresiones faciales, exclamaciones, lenguaje corporal).

Sin embargo, ellos realmente no experimentan la emoci�n en cuesti�n.

Su enga�o es revelado en el laboratorio, donde ellos responden a palabras como MUERTE, C�NCER, ENFERMEDAD, como si fuesen D�A, CREMA o PAPEL. Ellos carecen de la habilidad para comprender el �golpe� emocional que contienen ciertas palabras. Ellos osan las reacciones emocionales de otros como pistas, y ajustan su comportamiento para retratar el comportamiento �emocional� correcto.
(Hare, 129-30)

Estos individuos son conocidos como psic�patas.

Ellos no solamente no sienten dolor por otros, ellos a menudo parecen causar dolor a otros deliberadamente. Lobaczewski se refiere a este desorden como una �psicopat�a esencial� para distinguirlos de otros con d�ficits en su dotaci�n gen�tica/instintiva, la psicopat�a esencial siendo la m�s severa y perturbadora.

Muchos individuos supuestamente �antisociales� adquieren caracter�sticas similares en el curso de su vida, ya sea causado por da�o cerebral a ciertas �reas del cerebro, o funcionalmente, por el contacto cercano e influencia por tales individuos. Lobaczewski denomina a tales individuos caracteop�ticos. La extensa mayor�a de ambos grupos no puede cambiar.

Los actos que nosotros llamamos malvados (especialmente a nivel macro social) pueden ser rastreados hacia atr�s a esta minor�a irregular de seres humanos y a los efectos de sus acciones en su familia, amigos y sociedad.


Lesiones del tejido cerebral y desviaciones adquiridas

A. Caracteopat�a Paranoica
B. Caracteopat�a Frontal
C. Caracteopat�a inducida por drogas

�En cuanto a los factores patol�gicos de procesos ponerog�nicos, los da�os perinatales [cerebrales] o de la temprana infancia tienen m�s resultados activos que los da�os que ocurren m�s tarde [en la vida].�

(Lobaczewski, 105)


�Estas [anomal�as de car�cter desarroll�ndose como resultado de un ta�o al tejido cerebral] abren la puerta a la influencia de otros caracteres patol�gicos que m�s frecuentemente acarrean algunas desviaciones psicol�gicas heredadas; �stas, entonces, empujan a los individuos caracteop�ticos a las sombras y proceden con su trabajo ponerog�nicos. Esto es porqu� varios tipos de caracteopat�a participan durante los per�odos iniciales del g�nesis del mal, tanto a escala macro social como a escala individual de familias humanas.�

(Lobaczewski, 120)

Ciertas lesiones cerebrales y sus efectos en la personalidad juegan un importante papel el g�nesis del mal. Mientras que los resultados bien conocidos de tales lesiones, como la epilepsia, son f�cilmente observados temprano en la vida, muchas lesiones cerebrales solamente afectan a las personalidades de sus portadores con el tiempo. Los efectos de estas lesiones variar�n dependiendo en la ubicaci�n del da�o cerebral, el tiempo de su origen, y el estilo de vida del portador despu�s de ocurrir el da�o.

Lobaczewski llama a estos des�rdenes de car�cter o personalidad �caracteopat�as�.

La materia cerebral sin da�o retiene las respuestas emocionales e instintivas naturales de nuestra especie. Esto incluye, por ejemplo, la habilidad de formar lazos emocionales con otros y empatizar (lo que Lobaczewski llama intuir una situaci�n psicol�gica). Sin embargo, los procesos del pensamiento caracteop�ticos difieren, y son caracterizadas por violencia emocional aumentada y egotismo patol�gico. Su presunci�n y auto-importancia narcisista y psicolog�a irregular tienen un efecto que traumatiza a la gente normal, disminuyendo grandemente el sentido com�n de sus v�ctimas hasta el punto donde se infectan con el pensamiento patol�gico.

Mientras m�s joven o m�s ingenuo es el individuo, m�s f�cilmente pueden ser transmitidos estos rasgos.



DES�RDENES PARANOICOS DE CAR�CTER

�Es caracter�stico del comportamiento paranoico el que las personas sean capaces de razonamiento relativamente correcto y discusi�n mientras la discusi�n involucre diferencias menores de opini�n. Esto se detiene abruptamente cuando las discusiones de parejas comienzan a minar sus ideas supervaloradas, o estrellan sus largamente sostenidos estereotipos de razonamiento, forz�ndolos a aceptar una conclusi�n que previamente hayan rechazado subconscientemente. Tales est�mulos liberan sobre la pareja un torrente de elocuciones pseudol�gicas, grandemente para-moral�sticas, y a menudo insultantes, que siempre contienen alg�n grado de sugesti�n.�

(Lobaczewski, 110)

  • Hechizante: Mientras que la gente culta y l�gica tienen a evitar a los individuos paranoicos por su lenguaje vulgar y violento, los paranoicos tienen una notable capacidad para esclavizar mentes menos cr�ticas. Entre los susceptibles a esto son los j�venes, las personas psicol�gicamente deficientes y aquellos que han sido victimizadas por egotistas patol�gicos.

    Por ejemplo, aquellos seguidos por personas con patolog�a de car�cter tendr�n alg�n grado de da�o psicol�gico que los prevenga de analizar cr�ticamente la ideolog�a paranoica y la falsa l�gica. Tal v�ctima se encuentra a s� mismo estando de acuerdo con una vista tergiversada del mundo, y cualquier desacuerdo se limita a puntos menos importantes. Este patr�n de pensamiento afirma que las premisas tergiversadas y la correspondiente ideolog�a paranoica son �correctas� aunque pueden estar seriamente da�ados. Los individuos paranoicos est�n bien conscientes de su habilidad de esclavizar a otros, y tomar ventaja de esto muy temprano en la vida.

  • Rigidez de Creencias: individuos paranoicos son similares a los psic�patas en que son incapaces de sentir dudas de s� mismos, o cuestionar seriamente sus creencias. Cualquier tal conflicto interno ocurre sin auto-control, sin auto-conciencia o jerarqu�a de valores. En pocas palabras, ellos pudieran encontrar momentos de tensi�n interna causados por alguna confrontaci�n de sus propias creencias con informaci�n contradictoria, en sus propias mentes, ellos jam�s est�n equivocados.

  • Causa Fisiol�gica: Lobaczewski rastrea la causa de esta patolog�a de car�cter a da�os en el tejido cerebral, usualmente en la regi�n diencef�lica del cerebro. Su vista paranoica de la realidad puede variar de relativamente ingenuo a violentamente revolucionario, como fue el caso con el revolucionario ruso Vladimir Lenin.

  • Causa Funcional/Conductual: Aquellos sin da�o en el tejido cerebral a menudo desarrollan caracter�sticas paranoicas como resultado de inducci�n psicol�gica por alg�n paranoico con patolog�a de car�cter. Una educaci�n llena de terror da lugar al pensamiento r�gido y estereotipado, y le hace dif�cil al individuo desarrollar una vista de mundo saludable.


CARACTEOPAT�A FRONTAL

�El car�cter patol�gico de tales personas, generalmente conteniendo un componente de histeria, se desarrolla a trav�s de los a�os. Las funcionas psicol�gicas sin da�o se vuelven sobre desarrolladas para compensar, lo que significa que predominan las reacciones instintivas y [emocionales]. Personas relativamente vital se vuelven beligerantes, tienden a tomar riesgos alegremente y son brutales en palabras y hechos.�

(Lobaczewski, 114)

Los da�os en la corteza frontal durante el parto o cerca del mismo, (especialmente entre infantes prematuros) ha sido la causa m�s com�n para esta caracteopat�a. Como resultado de avances modernos en los cuidados m�dicos para mujeres embarazadas y neonatos, el espectacular papel que juega este desorden en la ponerog�nesis es m�s bien caracter�stico de generaciones pasadas.

Estos individuos son impulsivos, irritables y agresivos, tienen baja tolerancia a la frustraci�n, emociones superficiales y demuestran socialmente un comportamiento inapropiado.

  • Procesos de Pensamiento Inhibidos: Este tipo de da�o cerebral no deteriora la memoria, inteligencia o la capacidad de intuir exactamente una situaci�n psicol�gica. No obstante, inhibe la habilidad de visualizar mentalmente y manipular piezas de informaci�n en el campo de conciencia del caracte�pata, o memoria de trabajo. Esto inhibe los sistemas llamados �ejecutores�, los cuales manejan los procesos de pensamiento. Como tal, los caracte�patas frontales son caracterizados por niveles anormales de agresi�n reactiva (como opuesta a la agresi�n instrumental que caracteriza a los psic�patas esenciales).

  • Impulsividad y poca capacidad para planificaci�n a Largo Plazo: Por esta incapacidad de manipular informaci�n en la memoria a corto plazo, los individuos con da�o cerebral frontal deben desarrollar atajos mentales. Esto resulta en que toman decisiones en fracciones de segundos, y tienen acciones y palabras que son consideradas absolutas e irrevocables. Ellos incluso ven su �espontaneidad� (lo cual realmente es solo una muy pobre toma de decisiones) como se�al de su superioridad sobre las personas normales, cuando, de hecho, estas decisiones sobre-simplificadas son ultimadamente auto-destructivas.

  • Hipnotizando: Tal creencia despiadada y egotista traumatiza e hipnotiza a las personas normales, disminuyendo su habilidad para el sentido com�n. Algunos aun vienen a ver a los caracte�patas frontales como que tienen poderes especiales. Si un padre o madre poseen este desorden, todos sus hijos usualmente muestran evidencia de este hecho en sus personalidades. Lobaczewski caracteriza a Joseph Stalin como tipificando tal caracteopat�a.

  • Confusi�n con Psicopat�a: Un individuo con da�o cerebral frontal muestra algunas similitudes de conducta con psicopat�a esencial, lo cual ha conducido a la conclusi�n err�nea que la psicopat�a es causada por da�o cerebral frontal.

  • Una t�pica descripci�n de un caso extremo podr�a incluir lo siguiente: brutal, carism�tico, encantador, la toma de decisiones irrevocables, crueldad inhumana, venganza patol�gica, una creencia egotista en su propio genio.


CARACTEOPAT�AS INDUCIDAS POR DROGAS

�Las anomal�as de car�cter que se desarrollan como resultado de da�o del tejido cerebral [por medicaciones] se comportan como factores ponerog�nicos insidiosos� su influencia f�cilmente se ancla en las mentes humanas, traumatizando nuestras psiques, empobreciendo y deformando nuestros pensamientos y sentimientos, y limitando la habilidad de los individuos y sociedades para usar el sentido com�n y poder leer con exactitud una situaci�n moral o psicol�gica. Esto abre la puerta a la influencia de otros caracteres patol�gicos, que m�s frecuentemente acarrean algunas desviaciones psicol�gicas heredadas.

(Lobaczewski, 119-120)

Con la actualizaci�n de la medicina moderna vino el uso de drogas muy poco entendidas, que dejan da�os permanentes en el sistema nervioso. Algunos tratamientos tumorales (como por ejemplo las drogas citost�ticas) a menudo atacan m�s que las m�s primitivas partes del cerebro, dejando a tales individuos emocionalmente embotados, incapaces de empatizar. Mientras conservan su inteligencia, ellos se vuelven vengativos y egoc�ntricos que buscan adulaci�n, indiferentes al dolor que le causan a otros.

Ciertos virus (por Ej. paperas, difteria, polio) y toxinas como metales pesados, pesticidas, aditivos de los alimentos y qu�micos hogare�os pueden tener efectos similares.



INHERITED DESVIACIONES HEREDITARIAS

A. Psicopat�a Esquizoidal
B. Psicopat�a Esencial
C. Otras Psicopat�as

�El tr�gico papel jugado por la hemofilia hereditaria entre la realeza europea (European royalty) es bien conocido. Personas responsables en pa�ses donde el sistema de monarqu�a todav�a sobrevive est�n ansiosas de no permitir que una carrera de tal gen se convierta en reina. Cualquier sociedad que ejerce tanto la preocupaci�n sobre individuos con insuficiencia de coagulaci�n en la sangre u otras serias y peligrosas patolog�as protestar�an si un hombre afectado con tal condici�n fuera asignado a un alto cargo con responsabilidad para muchas personas. Este modelo de conducta deber�a ser extendido a muchas patolog�as, incluyendo anomal�as psicol�gicas hereditarias.�

(Lobaczewski, 120)

El aspecto temprano del comportamiento psicop�tico en ni�os y la similitud con algunas formas de da�o cerebral son evidencia de la base gen�tica y biol�gica para la psicopat�a. Algunas psicopat�as hereditarias, y por lo tanto irreversibles juegan un importante papel en el g�nesis del mal a nivel macro social, mientras que otros juegan menores papeles. Esto incluye muchos des�rdenes comunes de personalidad.

Nota:
Seg�n Lobaczewski, el estudio de la psicopatolog�a fue avanzado m�s a fondo en Europa del Este que el la actual psiquiatr�a occidental. Mientras que los inventarios actuales de la personalidad pueden ser �tiles en diagnosis exacta, no son �tiles en distinguir entre los varios des�rdenes de la personalidad. Como tal, usando terminolog�a occidental, un esquizoide se puede diagnosticar como esquizoide y/o desorden paranoico de la personalidad. Un psic�pata esencial puede ser diagnosticado como desorden narcisista y antisocial de la personalidad.

Teniendo esto presente, aqu� presentamos las descripciones de Lobaczewski de las varias psicopat�as, junto con la diagnosis occidental m�s cercana.


PSICOPAT�A ESQUIZOIDE

�[Esquizoides] son hipersensitivos y desconfiados, mientras que al mismo tiempo le ponen poca atenci�n a los sentimientos de otros. Ellos tienden a asumir posiciones extremas y est�n ansiosos por tomar represalias por ofensas menores o sin importancia. A veces son exc�ntricos y extra�os. Su poco sentido de la situaci�n y realidad psicol�gicas los conduce a sobre poner interpretaciones err�neas, peyorativas sobre las intenciones de la gente. F�cilmente llegan a estar implicados en actividades que son ostensiblemente morales, pero realmente inflingen da�o a s� mismos y a otros. Su reducido punto de vista del mundo los hace t�picamente pesimistas respecto a la naturaleza humana.�

(Lobaczewski, 123-4)

  • Irrealidad Emocional: Las principales caracter�sticas de la esquizoidia (o desorden de personalidad esquizoide) son emociones entumecidas y carencia de sensaci�n para las realidades psicol�gicas, y es probablemente heredada autosomaticamente. Su carencia de emoci�n les permite desarrollar su razonamiento especulativo, el cual es �til para las disciplinas no-human�sticas (es decir teor�a pol�tica y econ�mica).

  • Estados Psic�ticos: Bajo experiencias de tensi�n extrema, los esquizoides colapsan a un estado muy parecido a la esquizofrenia, sofocando su capacidad de pensamiento.

  • Declaraci�n Esquizoide: Esquizoides a menudo traicionan su caracter�stica opini�n de la naturaleza humana en sus afirmaciones y escrituras.

    • �La naturaleza humana es tan mala que el orden en la sociedad humana solamente puede mantenerse por medio de un poder creado por individuos altamente calificados en nombre de alguna idea m�s grande.�

    Ir�nicamente, las personas normales, bajo la influencia de esquizoides y su distorsionada opini�n de la realidad, tender�n satisfacer tal opini�n de la naturaleza humana. Tales declaraciones tan abiertamente esquizoides son evidentes en los trabajos de Marx y Engels, Hobbes y varios l�deres intelectuales neoconservadores.


ROL EN EL ORIGEN DEL MAL

  • En relaciones: Los esquizoides a menudo causan muchos problemas en su familia y son a menudo malos madres. Son f�cilmente manipulados para beneficio de individuos m�s listos, a menudo jugando el papel de quo-at-quo. Su vista simplista de �negro o blando� de la realidad humana a menudo tuerce sus buenas intenciones en malos resultados.

  • En Humanidad: Si se publican las visiones esquizoides y se distribuyen ampliamente (como los escritos de Marx o de Leo Strauss), ellos pueden jugar un gran papel en el origen del mal en una escala masiva. Cuando la gente normal lee el trabajo de un esquizoide, a menudo no est�n conscientes de la verdadera naturaleza del autor que est�n leyendo. Debido a su vista del mundo psicol�gicamente m�s rica, tienden hacia una �interpretaci�n correctiva� de la escritura, lo cual, de hecho, es patol�gico.

    De esta manera, la psicolog�a desviada pueda tambi�n ser aceptada por individuos ingenuos. Solamente con una apropiada comprensi�n de la naturaleza patol�gica de esta material puede uno efectivamente leer a trav�s de ello e inmunizarse contra la infecci�n.


PSICOPAT�A ESENCIAL

�Los psic�patas son predadores sociales que encantan, manipulan y despiadadamente se rascan su camino a trav�s de la vida, dejando un amplio rastro de corazones rotos, expectativas destruidas y bolsillo0s vac�os. Totalmente careciendo de consciencia y sentimientos para otros, ego�stamente toman lo que desean y hacen lo que quieren, violando las normas sociales y expectativas sin el menor sentido de culpa o arrepentimiento. Sus desconcertadas v�ctimas desesperadamente se preguntan, ��Quienes son estas personas? ��Que es lo que las hace ser como son�? ��C�mo podemos protegernos?��

(Hare, xi)

Los psic�patas tienen lo que toma para defraudar, estafar y enga�ar a otros: Ellos tienen facilidad de conversaci�n, son encantadores, seguros de s� mismos, tienen facilidad para situaciones sociales, mantienen la calma bajo presi�n, no se desconciertan por la posibilidad de ser descubiertos, y son totalmente despiadados.�
(Hare 121)

Una t�pica descripci�n de un psic�pata, de un art�culo sobre el criminal m�s notorio de Canad�, Clifford Olson:

�El era un hombre violento con un genio que se disparaba con cualquier peque�ez. Per tambi�n pod�a ser encantador, de suave lenguaje cuando trataba de impresionar a las personas� Olson era tambi�n un conversador compulsivo � El es un suave conversador, tiene el don de la labia � Siempre estaba contando grandezas � El hombre era un gran mentiroso � El siempre quer�a probar los l�mites de la gente. Quer�a ver hasta donde pod�a llegar antes de que usted le protestara � El era un manipulador � Olson era un parlanch�n charlat�n � Despu�s de un tiempo nosotros aprendimos a no creerle nada de lo que dec�a porque dec�a tantas mentiras. � Jam�s mostr� ninguna culpa o remordimiento por sus depredaciones; por el contrario, el continuamente se queja por el tratamiento por parte de la prensa, el sistema penitenciario y la sociedad�.

(Citado por Hare, 133)

Durante su juicio el pos� dram�ticamente para las c�maras y mientras estuvo en la c�rcel incluso les escribi� a numerosos departamentos de criminolog�a ofreciendo ayuda para comenzar un curso dedicado a estudiarlo a �l.

La psicopat�a esencial se extiende desde apenas perceptible (�Psicopat�a subcl�nica�) a reconocible diagnosticable por profesionales (�Plena manifestaci�n cl�nica�). El anterior juega el papel principal en el fen�meno macrosocial, mientras el �ltimo (acerca del cual Cleckley escribi� su libro La M�scara de Cordura -- The Mask of Sanity - y de la cual Charlie Carewe en la novela de Mary Astor, El Incre�ble Charlie Carewe - The Incredible Charlie Carewe - es el ejemplo) no logran evitar frecuentes per�odos en prisiones o instituciones mentales, a menudo rotando entre ambos.

Con aquellos que logran mantener sus m�scaras de cordura m�s consistentemente en su b�squeda de poder, y quienes son, as�, m�s exitosos en sus esfuerzos, se trata en el libro Serpientes en Trajes (Snakes in Suits) de Paul Babiak y Robert Hare.


PRINCIPALES RASGOS

�Los psic�patas est�n generalmente muy satisfechos con ellos mismos y con su paisaje interno por muy triste y desolado como pueda parecerles a los observadores exteriores. No ven nada malo con ellos mismos, experimentan poca miseria personal, y encuentran su comportamiento racional, que vale la pena y satisfactorio; ellos nunca miran hacia atr�s con arrepentimiento o hacia delante con preocupaci�n. Ellos se perciben a si mismos como seres superiores en un mundo hostil de perro que come perro en el cual otros son competidores por poder y recursos. Los psic�patas sienten que es leg�timo manipular y enga�ar a otros para obtener sus �derechos�, y sus interacciones sociales est�n planeadas para maniobrar hacia fuera la malevolencia que ven en otros.�

(Hare, 195)

1. Locuacidad:
El rasgo m�s notable de la psicopat�a esencial es un torrente de locuacidad, f�cilmente mezclando verdades y ficci�n. Sin sentir culpa alguna, ellos sin ning�n esfuerzo desv�an la atenci�n de previas mentiras con m�s mentiras. Ellos pueden hablar durante horas en un extremo y aparecer extremadamente informados en cuanto a cualquier n�mero de temas. Sin embargo, tienden a ignorar lo que es considerado como temas importantes, y evitar�n hablar de valores abstractos y sensaciones desconocidas para ellos. Si uno llega a hablar de tales cosas, surgen anomal�as.

En un momento, un psic�pata puede estar hablando de su amor profundo por su madre, el pr�ximo, de c�mo una mujer que conoci� como ni�o fue la mujer que el m�s am�, �aun m�s que a su madre!

�Ellos conocen las palabras, mas no la m�sica; exhiben una facilidad de palabra que significa poco para ellos, formadas sin sustancia�

(Hare, 128-129).

Bajo cuidadoso an�lisis, estas exhibiciones de emoci�n es demostrado que carecen de comprensi�n real de las emociones en cuesti�n. Es caso como si creen que el d�bil impulso o emoci�n d�bil que sienten es representativo de la verdadera emoci�n sentida por un ser humano normal. Similarmente, sus flujos de pensamiento son ostensiblemente l�gicos, pero, de nuevo, un cuidadoso an�lisis muestra que tienen paralogismos sugestivos. Por ejemplo, cuando son confrontados acerca de su carencia de empat�a, un psic�pata pudiera evadir el tema y decir,

�Que hay sobre alguna empat�a para mi? �Tiene alguna idea de lo que he tenido que tolerar?�

2. Ning�n sentido de culpa:
La vida de la gente normal que ellos lastiman es incomprensible para ellos. La conciencia, para un psic�pata, es meramente �conocimiento intelectual de las reglas que otras gentes componen�, y nada m�s. (Hare, 132). Para los psic�patas esenciales, la vida es la b�squeda de atracciones inmediatas, momentos de placer y sensaciones temporales de poder. A menudo act�an en un capricho y alcanzan sus metas a expensas de otros, con completa indiferencia para sus v�ctimas.

Como analog�a, imag�nese teniendo una leve urgencia para un bocado. No obstante, la puerta de la cocina est� cerrada, con candado y con un sistema de alarma. Viendo que la puerta est� con llave, recogen un hacha para derribarla (de todas formas, pronto la iba a sustituir). Al tajar la puerta, la alarma suena molestamente hasta que usted la destruye tambi�n. Despu�s de demoler la puerta, usted entra a la cocina y come su bocado. Ahora imag�nese como psic�pata y la puerta es un ser humano, la molesta alarma, sus gritos de dolor y agon�a. Despu�s de destajar al humano, sofocando sus molestos gritos, �se sienta a gozar su bocadillo!


3. Inhabilidad de amar:
Los psic�patas esenciales ven el �amor� de una pareja como un cuento de hadas del �otro� mundo de humanos normales. Al igual los conceptos religiosos o morales como �amar al pr�jimo� son vistos como ingenuidades infantiles. Para ellos el amor es meramente un fen�meno ef�mero dirigido a una aventura sexual. Mientras puedan profesar convincentemente de las maneras m�s rom�nticas y significativas, estas exhibiciones son pronto reemplazadas con ego�smo, arrogancia y hedonismo.


OTRAS CARACTER�STICAS

�Reacciones humanas naturales � golpean al psic�pata como extra�as, interesantes y aun c�micas. Por lo tanto nos observan � Se vuelven expertos en nuestras debilidades y a veces efect�an despiadados experimentos.�
(Lobaczewski, 90)

  • No-psic�ticos: Los Psic�patas no son perturbados emocionalmente ni mentirosos no fuera de contacto con la realidad. Ellos son completamente racionales y concientes de lo que est�n haciendo. Como tales, son juzgados como sanos por los est�ndares actuales judiciales y psiqui�tricos.

    (Hare, 22-3).

  • Hacen presas de las debilidades: Ellos pueden f�cilmente percibir deficiencias en los conocimientos de conceptos psicol�gicos y morales de las personas, y explotar estas debilidades para su propio uso.

  • Baja Inteligencia: Los psic�patas est�n levemente debajo del promedio en inteligencia, sin casos de inteligencia o creatividad m�s alta. Mientras que pueden ser expertos en ciertas ciencias que no requieren una vista human�stica del mundo, de acuerdo a Lobaczewski, ellos carecen de habilidades t�cnicas o artesanales. Tambi�n tienen una baja �sabidur�a social� e �imaginaci�n socio-moral�. El �xito acad�mico o de negocios es a menudo el resultado de fraude, coerci�n o del uso del trabajo de otros.

  • Comportamiento auto-destructivo: Los psic�patas tienen una inhabilidad para aprender de la experiencia y carecen de habilidades para el planeamiento realista para el futuro. James Weiss, citado por Hare describe soldados GIs posiblemente psic�patas:

    • �Totalmente insensibles a los intereses de sus compa�eros soldados y m�s sintonizados a la gratificaci�n instant�nea que a las reglas fundamentales de precauci�n en combate, estos individuos tienen una mayor oportunidad de ser baleados.�

      (Hare, 26)

    La habilidad de sentir respuestas emocionales como miedo y ansiedad est� directamente relacionada a la conciencia y a la habilidad de controlar el comportamiento de uno. El miedo o amenaza de castigo no significa nada para un psic�pata. Mientras que pueden vagamente imaginarse lo que les suceder�, esto no tiene ning�n contenido emocional. El deseo de inmediata auto-gratificaci�n sopesa cualquier �temor� de ser pillado.

  • D�ficit de transformaci�n de est�mulo: As� como el mundo normal de color es incomprensible a una persona dalt�nica o con ceguera de colores (es decir que hay un d�ficit en la transformaci�n de est�mulo sensorial), el mundo normal de reacciones humanas instintivas (de lazos emocionales, de respuestas a favor del factor social), conceptos, sensaciones y valores son para los psic�patas esenciales como incomprensibles y sin ninguna justificaci�n obvia.

    �stos son consideradas como convenciones extra�as, inventadas por alg�n poder externo. Ted Bundy llamaba a la culpa �una ilusi�n� una clase de mecanismo de control social�. Ellos son incapaces de tratar a otros humanos como seres sensibles y pensantes.

  • Fragmentos de Pensamiento: Las declaraciones contradictorias de los psic�patas parecen estar relacionadas a su inhabilidad de combinar exactamente ideas hacia un todo coherente. Por ejemplo, un psic�pata, si es preguntado si alguna vez ha cometido una ofensa violenta, dijo,

    • �No, pero una vez tuve que matar a alguien�.

      (Hare, 137)

    Los psic�patas frecuentemente cambian t�picos, van en tangentes y rechazan dar respuestas directas a preguntas. Movimientos de manos dram�ticos y que distraen, �conversaciones-�ntimas� y un contacto visual intensivo, todo lo cual tiende a confundir al oyente, a menudo acompa�an su discurso largamente extendido. La mayor�a de sus v�ctimas son arrobadas, no por lo que dicen, sino c�mo lo dicen.

  • Naturaleza gen�tica: La presencia de psicopat�a en un porcentaje mucho m�s grande de hombres que mujeres sugiere una herencia ligada al cromosoma-S. El alcance de la psicopat�a esencial va desde apenas notable (aun a observadores con experiencia) hasta obviamente patol�gica.

  • Conocimientos especiales: Los psic�patas esenciales poseen la habilidad de reconocerse mutuamente en una multitud. Son conscientes de ser diferentes y ven a las personas normales como �los otros�. Una camuflada �m�scara de cordura� acompa�a este conocimiento.

  • M�scara de cordura: Como los psic�patas esenciales son psicol�gicamente incapaces de incorporarse a una vista del mundo de una persona normal, ellos solamente pueden copiar o imitar la conducta humana normal. Los humanos normales, inconscientes de las diferencias psicol�gicas entre los psic�patas y ellos mismos, asumen que estas exhibiciones de emociones son evidencia de una emoci�n real.

    Cleckley hipotiza que los psic�patas no pueden distinguir entre sus pseudo-intenciones, pseudo-sensaciones, pseudo-remordimiento y el de sus contrapartes humanos normales. En vez de pensar que los humanos normales tienen algo que los psic�patas no tienen (es decir, la conciencia), ellos perciben las reacciones de los humanos normales como extra�as e infantiles. Son como una persona dalt�nica que piensa que todo el mundo est� loco por responder de manera diferente a tantos tonos del mismo color.

    Su egotismo patol�gico les proh�be encontrar falta alguna en ellos mismos, proyectando as� toda la culpa a una causa externa.


CONCEPTOS EQUIVOCADOS ACERCA DE LA PSICOPAT�A

  • Desorden de Personalidad Antisocial: La Asociaci�n Americana de Psiquiatr�a compara el desorden de personalidad antisocial (DPA) con la psicopat�a. No obstante, el DPA se refiere espec�ficamente a un grupo de comportamientos antisociales. Como tales, muchos criminales son etiquetados como DPA sin ser, de hecho, psic�patas. A la inversa, muchos psic�patas nunca son etiquetados como DPA.

    (Hare, 24-5).

  • Mala ni�ez: Mientras muchos creen que los psic�patas son como son por experiencias de abuso infantil, no hay evidencia que sugiera que esto es cierto. La mayor�a de los ni�os que sufren de abuso en la ni�ez no se vuelven psic�patas, y muchos psic�patas crecen en familias sanas. Algunas dificultades de v�nculos o lazos en la infancia son un s�ntoma de psicopat�a, no una causa.

    (Hare, 170, 172, 175)

  • El puede cambiar!�: Los psic�patas no pueden cambiar, ni quieren hacerlo. Un violento ofensor fue forzado a tomar terapia de grupo. Mientras el dominaba al grupo, el trapista eventualmente dijo que ve�a mejor�a y arrepentimiento en el sujeto. M�s tarde, cuando fue entrevistado por alguien del personal de Hare, el paciente revel�,

    • �No puedo creer a esos individuos. �Quien les dio licencia para practicar? �Yo no les permitir�a psicoanalizar a mi perro! �Mi perro se cagar�a sobre ellos justo como lo he hecho yo!�

      (Hare, 197)

    En el tema de terapia obligatoria en la prisi�n, un psic�pata dijo:

    • �Estos programas son como escuela de postgrado. Te ense�an c�mo apretujar a las personas.�
      (Hare, 199)

  • Asesinos en serie: Un insignificante n�mero de psic�patas son tambi�n asesinos seriales. Mientras hay quiz�s solamente 100 asesinos seriales en los Estados Unidos, Hare calcula que de cada asesino serial psicop�tico, hay de 20 a 30 mil psic�patas que no cometen asesinatos seriales. Su c�lculo del n�mero total de psic�patas en los Estados Unidos (de 2 a 3 millones) es una proyecci�n conservadora. (Hare, 74)

  • Un Modelo Natural/Alimentado de Psic�pata:

    • �La posici�n que yo favorezco es que la psicopat�a emerge de un complejo � y una pobremente comprendida � interacci�n entre factores biol�gicos y fuerzas sociales. Est� basado en evidencia de que factores gen�ticos contribuyen a las bases biol�gicas de la funci�n cerebral y a la estructura b�sica de la personalidad, lo que, a su vez, influencia en la manera en la que el individuo responde a, e interact�a con las experiencias de la vida y el ambiente social. En efecto, los elementos necesitados para el desarrollo de la psicopat�a � incluyendo una profunda inhabilidad de experimentar empat�a y todo el rango de emociones, incluyendo miedo � son en parte suministrados por la naturaleza y posiblemente por algunas influencias biol�gicas desconocidas en el feto y el neonato en desarrollo. Como resultado, la capacidad para desarrollar controles internos y de conciencia, y para hacer �conexiones� emocionales con otros es grandemente reducida.

      �Esto no significa que los psic�patas est�n destinados a desarrollarse a lo largo de una pista fijada, nacidos para desempe�ar un papel social desviado en la vida. Pero s� significa que su dotaci�n biol�gica � la materia prima que las experiencias ambientales, sociales y de aprendizaje forman a un individuo �nico � suministran una base muy pobre para la socializaci�n y la formaci�n de conciencia. Para usar una simple analog�a, el torno es instrumental para moldear alfarer�a de arcilla (crianza), pero las caracter�sticas de la alfarer�a tambi�n dependen de la clase de arcilla disponible (naturaleza).

      �Aunque la psicopat�a no es principalmente el resultado de malos padres o experiencias adversas en la ni�ez, yo creo que juegan un papel importante formando lo que la naturaleza ha proporcionado. Factores sociales y pr�cticas de los padres influencian la manera en que se desarrolla el desorden, y es expresado en el comportamiento.

      �As�, un individuo con una mezcla de rasgos psicop�ticos de personalidad que crece en una familia estable y tiene acceso a recursos sociales y educacionales positivos pudiera volverse un artista de la estafa o un criminal de cuello blanco, o quiz�s algo como un sombr�o empresario, pol�tico o profesional. Otro individuo, con muchos de los mismos rasgos de personalidad, pero con un fondo de privaciones y disturbios podr�a volverse un vagabundo, mercenario o un violento criminal.

      �En cada caso, los factores sociales y pr�cticas de los padres ayudan a formar la expresi�n conductual del desorden, pero tienen menos efectos en la inhabilidad del individuo de sentir empat�a o de desarrollar una conciencia. Ninguna cantidad de condicionamiento social por s� misma generar� una capacidad de cuidar de otros o a una ponderosa sensaci�n de bueno o malo. Para extender mi analog�a anterior, la �arcilla� psicop�tica es menos maleable de lo que es la arcilla con la que usualmente los alfareros de la sociedad tendr�n que trabajar.

      �Una implicaci�n de esta visi�n para el sistema de justicia criminal es que la calidad de vida familiar tiene mucha menos influencia en los comportamientos antisociales de los psic�patas de lo que lo tiene en el comportamiento de la mayor�a de personas.�

      (Hare, 173-4)


LISTA DE COMPROBACI�N DE LA PSICOPAT�A DE ROBERT HARE

�El te elegir�, te desarmar� con sus palabras y te controlar� con su presencia. El te deleitar� con su ingenio y con sus planes. Te mostrar� un buen rato, pero siempre te pasa la factura. El te sonreir� y te enga�ar�, y te asustar� con sus ojos. Y cuando ha terminado contigo, y s� que terminar� contigo, te abandonar� y se llevar� con el tu inocencia y tu orgullo. Te dejar�n mucho m�s triste, pero no mucho m�s sabio, y por largo tiempo te preguntar�s que es lo que pas� y que fue lo que hiciste mal. Y si otro de su clase viene a tocar tu puerta, �la abrir�s?�

(citado por Hare, �Sin Conciencia, 21)

�Cuando estoy trabajando, lo primero que hago es agarrarte. Busco un �ngulo, una esquina, averiguo lo que necesitas y te lo doy. Luego es tiempo del reembolso, con intereses. Aprieto los tornillos.�

(citado por Hare, 147)

  • De Mucha Labia y Superficiales: Los psic�patas son encantadores y articulados conversadores. Ellos son experto en contar historias �inveros�miles pero convincentes� acerca de ellos mismos, y a menudo procuran aparecer bien versados en cualquier n�mero de temas, usando lenguaje t�cnico que enga�a a la mayor�a de los laicos, (pero no a un experto). Para observadores experimentados, las dram�ticas exhibiciones parecen demasiado pulidas y superficiales, como si el psic�pata estuviera simplemente leyendo las l�neas de un escrito.

    (Hare, 34-5)

  • Exc�ntricos y Grandiosos: Hare escribe,

    • �Los psic�patas tienen una visi�n narcisista y muy agrandada del auto-valor e importancia, una verdadera y asombroso egocentrismo y sentido de derecho, y se ven a ellos mismos como el centro del universo, como seres superiores que est�n justificados a vivir de acuerdo con sus propias leyes� Los psic�patas son arrogantes, jactanciosos � muy seguros de s� mismos, testarudos, dominantes y engre�dos. Ellos aman tener poder y control sobre otros y parecen incapaces de creer que otra gente tiene opiniones v�lidas que son diferentes de las de ellos. Ellos parecen carism�ticos o �electrizantes� para algunas personas.�

      (Hare, 38).

    Un psic�pata, cuando le pidieron que se calificara a el mismo en una escala de 10 puntos,

    • �y todo alrededor del 10, yo hubiera dicho que 12, pero esto ser�a parecer engre�do. Si yo tuviese una mejor educaci�n, yo ser�a brillante.�

    El dijo tambi�n que su �nica debilidad era que le importaba mucho todo! (Hare, 38)

  • Carencia de Remordimiento o Culpa: Los psic�patas tienen una completa carencia de culpa por el gran da�o que le hacen a otros. Cuando encaja sus necesidades, ellos podr�an proclamar sentir remordimiento, pero sin dares cuenta se estar�an contradiciendo a ellos mismos en palabras y acciones.

    Ellos podr�an, por ejemplo, decir,

    • �Claro, siento remordimiento� pero no tengo que sentirme mal por ello.�

    Son tambi�n extremadamente expertos racionalizando su comportamiento, a menudo vi�ndose a ellos mismos como las v�ctimas (y culpando a sus v�ctimas verdaderas). Un psic�pata dijo que el hombre a quien mat� se hab�a beneficiado de ello, aprendiendo una dura lecci�n sobre la vida.

    Otro dijo,

    • �El sujeto solo pod�a culparse a el mismo. Cualquiera hubiera podido ver que estaba de muy mal humor esa noche.�

    Una mujer psic�pata quien hab�a asesinado a sus hijos se quejaba que a nadie le importaba el hecho que ella hab�a perdido a sus dos ni�os.

    (Hare, 40-3)

  • Carencia de Empat�a: Los psic�patas son incapaces de construir un �facs�mil mental y emocional� de otra persona. Ellos ven a las otras personas como objetos para su auto-gratificaci�n. Un violento psic�pata puede, como lo pone Hare,

    • �torturar y mutilar a un ser humano con el mismo sentido de preocupaci�n que nosotros sentimos cuando rellenamos un pavo.�

      (Hare, 44-5)

  • Enga�adores y Manipuladores: Mentir es tan f�cil como respirar para los psic�patas, y est�n orgullosos de esta habilidad, de poner a unos contra otros. No solo pueden mentir sin esfuerzo, ellos son completamente descarados cuando son pillados en una mentira. Ellos simplemente volver�n a darle vuelta a su historia con m�s mentiras, para el asombro de aquellos que saben mejor.

    Los psic�patas se ven a s� mismos como predadores, y a sus v�ctimas como su presa, y su capacidad de mentir les permite enga�ar, estafar y manipular sin la menor inhibici�n. (Hare, 46-9) Esto les permite f�cilmente enga�ar a las tradicionales pruebas de �detector de mentiras�.

  • Emociones Superficiales: Mientras que los psic�patas a menudo usar�n un lenguaje altamente expresivo y emocional, una observaci�n m�s all� muestra que, de hecho, no entienden lo que implican realmente estas emociones. Ellos conocen las palabras, pero no tienen comprensi�n del contenido emocional detr�s de las mismas. Aun violentos estallidos de �rabia� son exhibiciones cuidadosamente controladas. El psic�pata no tiene emociones que controlar; toda exhibici�n de emoci�n es un acto.

    Un psic�pata revel�,

    • �Hay emociones � un completo espectro de ellas � que conozco solamente a trav�s de palabras, a trav�s de lecturas y de mi inmadura imaginaci�n. Puedo imaginarme sentir esas emociones (conocer, entonces, lo que son), pero no es as�.�

      (Hare, 52-3)

  • Impulsivos: En la b�squeda de auto-gratificaci�n, los psic�patas toman decisiones impulsivas con m�nima previsi�n o planeamiento. A menudo viven el d�a a d�a sin serios pensamientos para el futuro. (Hare, 58-9) No obstante, son tambi�n capaces de elaborar planeamientos.

  • Controles muy pobres de Conducta: Los psic�patas tienen una respuesta de disparo r�pido a insultos percibidos, o a la m�s leve provocaci�n. Ellos responden a la frustraci�n, al fallo, a la disciplina y la cr�tica con violencia, amenazas y abuso verbal. Sin embargo, estas exhibiciones carecen de excitaci�n emocional que sienten las personas normales en tales situaciones; ellos est�n en control total de �enojarse�. En otras palabras, su agresi�n es �instrumental�.

    (Hare, 59-60)

  • Necesidad de Excitarse:

    • �Los psic�patas tienen una necesidad constante y excesiva de excitarse � ellos desean vivir en la l�nea r�pida o �al limite�, donde est� la acci�n... Algunos psic�patas usan una amplia variedad de drogas como parte de su b�squeda general de algo nuevo y excitante.�

    • Un psic�pata, cuando le preguntaron si alguna vez sinti� los efectos f�sicos de ciertas emociones, respondi�: ��Por supuesto! No soy un robot. Realmente me llena tener sexo o involucrarme en una pelea.�

    De otra manera, los psic�patas se aburren f�cilmente. Ellos no pueden tolerar actividades mon�tonas o repetitivas, o nada que requiera per�odos extendidos de concentraci�n.

    (Hare, 54, 61-2)

  • Carencia de Responsabilidad:

    • �Obligaciones y compromisos no significan nada para los psic�patas.� Ellos no hacen un honor formal o implican compromisos con las personas, organizaciones o principios.�

    Mientras que afirman amar a sus hijos los ven como una inconveniencia. Un psic�pata mostr� m�s enojo cuando su carro fue confiscado que cuando las autoridades le quitaron a sus hijos por negligencia

    (Hare, 62-3)

  • Problemas Conductuales Tempranos: Por la edad de 10 o 12 a�os, la mayor parte de psic�patas exhiben serios problemas de conducta. Por ejemplo: mentir, enga�ar, robar, prender fuego, faltan a la escuela, interrumpen la clase, abuso de sustancias, vandalismo, violencia, tiranizan, se escapan, sexualidad precoz, crueldad a los animales. Un psic�pata sonri� cuando recordaba acerca de amarrar a cachorros a un carril para usar sus cabezas para practicar el bate de b�isbol.

  • (Hare, 66-67)

  • Conducta Antisocial Adulta:

    • �Los psic�patas consideran las reglas y expectativas de la sociedad como inconvenientes e irrazonables, como impedimentos a la expresi�n conductual de sus inclinaciones y deseos.�

    Mientras que un estimado 20% de las poblaciones de prisiones estadounidenses (y el 25% de ofensores j�venes, masculinos) son psic�patas, estos psic�patas son responsables por m�s del 50% de los cr�menes.

    (Hare, 67, 87)

En Sus Propias Palabras:


UN PSIC�PATA RESPONDE A LA LISTA DE COMPROBACI�N DE HARE

  • F�cil y Superficial:
    �Que hay de negativo en las habilidades de articulaci�n?�

  • Egoc�ntrico y Grandioso:
    ��C�mo puedo lograr algo si no alcanzo hasta arriba?�

  • Carencia de Empat�a:
    �La Empat�a hacia el enemigo es una se�al de debilidad.�

  • Mentiroso y Manipulador:
    ��Porqu� ser veraz con el enemigo? Todos nosotros somos manipuladores hasta cierto grado. . �Qu� no es com�n la manipulaci�n positiva?�

  • Emociones Superficiales:
    �La c�lera puede conducir a ser etiquetado como psic�pata.�

  • Impulsivos:
    �Podr�a ser asociado con creatividad, viviendo en el ahora, siendo espont�neo y libre.�

  • Controles de Conducta muy pobres:
    �Arrebatos violentos y agresivos podr�an ser un mecanismo de defensa, un falso frente, una herramienta para la supervivencia en la jungla.�

  • Necesidad de emociones:
    �Valor para rechazar la rutina, lo mon�tono o no interesante. Viviendo al borde, haciendo cosas que son riesgosas, emocionantes, desafiantes, viviendo la vida de lleno, estando vivo en vez de lo mon�tono, aburrido y casi muerto.�

  • Carencia de responsabilidad:
    �No deber�a uno centrarse en las debilidades humanas que son comunes.�

  • Problemas tempranos de conducta y comportamiento antisocial de adulto:
    ��Es un r�cord criminal reflectivo de maldad o disconformidad?�

  • Carencia de remordimiento o culpa: Sin respuesta (Citado por Hare, 69-70)


UNA VISI�N DEL AMOR

� Despu�s de dispararle a sus hijos [Diane Downs] tuvo una aventura con Jason Redding y escribi�: �Pero Bert estaba en el pasado, y Jason en el presente. De verdad, estaba escribi�ndole a Bert cont�ndole cuanto lo amaba, que el fue el �nico hombre en la tierra para mi. Cuando comenz� a rechazar las cartas, yo comenc� a guardarlas en un cuaderno, haciendo una entrada cada noche, la mayor parte de veces un p�rrafo o dos, una p�gina como m�ximo.

Sus entradas eran iguales, apenas con diferente fraseolog�a: �Yo te amo, Bert, �porqu� no est�s aqu�, te necesito, tu eres el �nico hombre para mi.� � Me mezcl� un trago y escrib� mis vac�as palabras de amor a Bert mientras me hund�a en un ba�o caliente de espuma. � Pens� en Bert. � Minutos m�s tarde, Jason toc� la puerta, y al volar hacia debajo de las escaleras me encontr� con el, y mis pensamientos sobre Bert volaron tambi�n.� Las �palabras vac�as de amor� de Diane eran una fuente de orgullo para ella, como si su uso fuese enteramente intencional, dise�adas para un prop�sito en particular.�

(Hare, 132)

OTRAS PSICOPAT�AS

Hay un grupo de psicopat�as que ocurren dos o tres veces m�s que aquellas de psicopat�a esencial (de las cuales Lobaszewski calcul� como un 0.6% en Polonia), en aproximadamente 2-3% de la poblaci�n general. Estos individuos tambi�n intentan enmascarar su mundo de experiencias diferente, aunque pudieran intentar jugar el papel en el mundo de gente normal; esta no es una t�pica �m�scara de Cleckley�.

Los casos menos extremos logran ajustarse a la vida social, a menudo tomando ventaja de la apreciaci�n de la gente normal de las artes, con sus extravagantes y desviadas creaciones literarias, a menudo s�dicas. Ellos logran insinuar que su mundo de ideas y experiencias es auto-evidente, de esa manera esclavizando mentes menos cr�ticas. La m�s frecuente de estas psicopat�as es la psicopat�a ast�nica.


Otras psicopat�as que juegan un papel menor en la ponerog�nesis macrosocial incluyen la psicopat�a ananc�stica (Obsesiva-compulsiva), psicopat�a hist�rica (histri�nica) y la psicopat�a esquirtoidal.

Mientras que el desorden de personalidad dependiente pueda haber surgido de la clasificaci�n antigua de desorden de personalidad ast�nica, como observado arriba, los diagn�sticos pueden haber vagado lo suficientemente aparte como para ya no aplicar al mismo desorden espec�fico.

PSICOPAT�A AST�NICA

Como la psicopat�a esencial, la psicopat�a ast�nica presenta cada nivel posible de intensidad. Tales individuos carecen de vigor y son hiper sensitivos. Ellos t�picamente emulan una nostalgia superficial y pueden mostrar punzadas superficiales de conciencia despu�s de una conducta culpable, mostrando que s� tienen alguna habilidad para juzgar una situaci�n psicol�gica.


Son generalmente menos inteligentes Son usualmente menos inteligentes que la gente normal, y demuestran habilidades inconsistentes e inexactas de razonamiento. Los casos m�s severos son bastante anti-psicol�gicos y despectivos de la gente normal, y son m�s activos en una escala m�s grande (es decir, en el mundo literario o en la arena pol�tica) que en las relaciones personales.
Como resultado de su visi�n falsificada del mundo, raramente se puede confiar su opini�n sobre otros. Una m�scara de cordura cubre sus desviadas aspiraciones personales y capacidades, y mientras es amistoso con aquellos que no notan sus fallas, son hostiles con aquellos con un conocimiento psicol�gico exacto.


Estos individuos son menos vitales sexualmente que los psic�patas esenciales, a menudo repelidos por las sexualidad humana normal. Como resultado, pueden f�cilmente aceptar el celibato como modo de vida, (quiz�s inspirando la viciosamente antipsicol�gica actitud de la Iglesia cat�lica).


Acompa�ando su afecto superficial, los psic�patas ast�nicos tienen sue�os idealistas de reformar el mundo. Sin embargo, no pueden ver los resultados o implicaciones para sus planes. Por ejemplo, pueden volverse firmes comunistas (como Dzerzhinsky), y en su deseo para un mundo mejor, matan a millones.


Individuos m�s ingenuos podr�an ver pobres condiciones sociales como justificaci�n para tal visi�n radicalizada.


PSICOPAT�A ESQUIRTOIDAL

�Si ese fuera el caso [es decir que el esquirtoidismo (skirtoidism) es un fen�meno biodin�mico resultante del cruce de grupos �tnicos extensamente separados], los Estados Unidos deber�a de estar lleno con esquirtoides, una hip�tesis que merece observaci�n.

(Lobaczewski, 136)

Los extravagantes esquirtot�micos (Skirtotymic�?), en contraste con los ast�nicos, son individuos vitales, egotistas y de pellejo grueso. Como tales, hacen muy buenos soldados. Ellos poseen alta resistencia f�sica y psicol�gica en tiempos turbulentos, sinti�ndose mucho m�s en casa en el campo de batalla que con una familia.


CHACALES

Estos Individuos son todav�a un misterio. �C�mo clasificar a estos mercenarios contratados y asesinos profesionales que son r�pidos tomando las armas y ejecutando un deber seg�n lo dirigido? Ning�n sentimiento ni sensaci�n les inhibe su ejecuci�n, y no obstante, ninguna de las descripciones de psicopat�as o caracteropat�as aplican a ellos. Ellos carecen de locuacidad e impulsividad de los psic�patas esenciales, o el falso idealismo de los ast�nicos.

Posiblemente son h�bridos de las otras psicopatolog�as (psicopat�a esquizoidea y esencial, o esquirtoidismo (skirtoidism).


PONEROLOG�A:

EL MAL ES UNA ENFERMEDAD

SOBRE LA MALDAD: BATALLANDO CONCEPCIONES ERR�NEAS

A. Psicopat�a: La Causa del Mal
B. Ponerolog�a: Una Nueva Ciencia

�La sobre-simplificaci�n del cuadro causativo en lo que concierne al g�nesis del mal, a menudo a una sola causa f�cilmente comprendida o un perpetrador, por s� mismo, se vuelve una causa en este g�nesis� Cualquier intento de explicar las cosas que ocurrieron durante la primera mitad de nuestro siglo (veinte) por medio de categor�as generalmente aceptadas en el pensamiento hist�rico, deja una sensaci�n molesta de insuficiencia. Solamente un acercamiento ponerol�gico puede compensar este d�ficit en nuestra comprensi�n, como lo hace la justicia al papel de los varios factores patol�gicos en el g�nesis del mal en cada nivel social.�

(Lobaczewski, 144, 109)

Nuestra moderna cultura occidental carece de un marco adecuado para entender las causas y procesos de lo que com�nmente nos referimos al mal en nuestra historia. El Tercer Reich, la Revoluci�n Bolchevique, Stalinismo� Nuestro cuerpo literario, las ciencias sociales y nuestro sentido com�n de moralidad solamente rascan la superficie de una verdadera comprensi�n de la naturaleza del mal.

As�, las personas que, de hecho, son los iniciadores de la mayor actividad ponerog�nica pasan desapercibidos. Nuestra carencia de entendimiento inevitablemente conducir� a los problemas que la mayor parte de la humanidad busca prevenir.

En la literatura y las pel�culas, el mal es romantizado; retratado como misterioso, pero con todo hermoso; oscuro y en conflicto. Siempre hay un coraz�n de oro debajo del exterior de sangre fr�a. El psic�pata de Hollywood, raramente descrito con exactitud, evoca nuestro disgusto y nuestra simpat�a; h�roes de Guerra matan a sus enemigos despiadadamente, viviendo, no obstante, vidas llenas le amor como esposos y padres. Si el villano no tuvo una infancia dif�cil, o no muestra ning�n signo de una lucha de conciencia, es visto como �de dos dimensiones� y �poco realista�.

Los principales cient�ficos sociales y psicol�gicos promueven una visi�n similarmente estrecha del mal, tratando solo con sus aspectos sociales y morales. En otras palabras, ellos estudian los efectos, no sus causas.

Uno de esos investigadores discute que,

�la mayor parte del mal es m�s bien el producto de gente ordinaria pillada en circunstancias inusuales, que no est�n equipados para hacerle frente de modos normales, que han trabajado en el pasado para escaparlas, evitarlas o desafiarlas, mientras est�n siendo reclutados, seducidos, iniciados al mal por autoridades persuasivas o presi�n obligatoria.�

Seg�n este investigador, la l�nea de distinci�n entre un torturador sadista en Abu Ghraib, y un activista no-violento de paz es simplemente de una ocasi�n.

Estas visiones un poco ingenuas sobre el mal no est�n enteramente incorrectas. Las pel�culas pueden describir con exactitud a un psic�tico, o aun un asesino serial psicop�tico; la visi�n com�n del mal puede aceptar que las fragilidades humanas y las ambiciones a menudo degeneran en locura sangrienta. Sin embargo, ambos puntos de vista demuestran una completa ignorancia del papel casual de la psicopatolog�a (especialmente la psicopat�a esencial) en el g�nesis del mal, o ponerog�nesis.

Las pel�culas ignoran un an�lisis del padre psicop�tico que crea al ni�o traumatizado; las ciencias sociales ignoran la influencia de la psicopat�a en las mentes de humanos normales y el proceso espec�fico que de surgimiento a ignorar la propia conciencia.

M�s aun, la visi�n com�n del mal todav�a justifica parcialmente las soluciones manchadas de sangre de pol�ticos anteriores, presentes y futuros. De tal manera est� justificada la destrucci�n de Hiroshima y Nagasaki, las bombas en Dresden, hasta la ocupaci�n actual de Irak y Palestina. Y sin un entendimiento del papel de la psicopat�a, cualquier intento de evaluar objetivamente tales s�ntomas de maldad macrosocial, sin importar cuan exactos.

De tal manera, una verdad parcial puede ser usada como justificaci�n y como un punto de reuni�n para m�s destrucci�n.


PSICOPAT�A - LA CAUSA DEL MAL

Los des�rdenes psicol�gicos hereditarios o adquiridos y la ignorancia de su existencia, as� como la naturaleza son las causas primarias de la maldad. El m�gico n�mero del 6% parece representar el n�mero de humanos portadores de genes responsables para la maldad biol�gica, o quienes adquieren tales des�rdenes en el curso de su vida.

Este peque�o porcentaje es el responsable de la gran mayor�a de miseria y cr�menes humanos, y de infectar a otros con su agrietada visi�n del mundo.

El alcance del mal no respeta ning�n l�mite de raza, doctrina o ideolog�a. Todas las razas portan los genes, y todas las escuelas de pensamiento son susceptibles a su influencia. Estos factores patol�gicos que influencian la conducta forman una compleja red. Solamente dentro de esta red puede ser entendido el �mal ambiental�, donde cualquier circunstancia puede influenciar a una persona normal a cometer actos da�inos

De 5,000 pacientes psic�ticos, neur�ticos y sanos, Lobaczewski identific� a 384 (un 7.7%) que causaron serio da�o (f�sico y/o emocional) a otros. Algunos de estos han sido penalizados por sus acciones, y algunos han sido protegidos por el gobierno comunista de ese tiempo. Al contrario de la interpretaci�n com�n moralista de malas acciones (�el mal consiste en tomar opciones malvadas�), y tambi�n contrario a los sistemas legales, los cuales ven a los psic�patas como cuerdos y as� responsables de sus acciones. La gran mayor�a (85%) de estos 384 individuos mostraron factores psicopatol�gicos influenciando su conducta.

Es probable que, sin la presencia de estos factores, las acciones da�inas no hubieran sucedido. Estos factores psicol�gicos limitan la habilidad del sujeto para controlar sus acciones. En este sentido, una interpretaci�n moralista para la conducta psicop�tica es fundamentalmente errada.

Mientras que un sentido moral (del cual carecen los psic�patas) puede ser visto como necesario para ser considerado moralmente responsable, por no decir que los psic�patas deber�n tener rienda suelta para destruir vidas. Individuos psicop�ticos pueden tener un n�mero de efectos sobre las personas normales: pueden fascinar, traumatizar, causar desarrollo patol�gico de personalidad, o inspirar emociones de venganza (un resultado de ver el mal como una simple �opci�n�).


Un ejemplo de esta variedad puede verse en la hueste de grupos, amigos por carta, partidarios y admiradores enamorados que conduce hacia peligrosos asesinos seriales como Richard Ramirez y Ted Bundy.

Un admirador de Ramirez dijo,

�Cuando yo lo veo, veo a un tipo realmente guapo que simplemente ensuci� su vida porque jam�s tuvo a nadie quien lo guiara.�

Estos efectos y la confusi�n que engendran puede, entonces, conducir a y reafirmar nuestra ignorancia colectiva de tales individuos. Raramente hacemos responsable al individuo que influencia a otro a cometer el mal, sino que en vez de esto, solamente castigamos moralmente al agente de un acto. La verdadera causa de las acciones �malvadas� quedan sin castigo, tanto como se castigan a individuos en el ej�rcito por los cr�menes de sus superiores.

De hecho, la verdadera fuente del �mal� puede estar separada de una acci�n espec�fica durante grandes extensiones en el tiempo (es decir, en la literatura y la tradici�n), y a grandes distancias (medios masivos de comunicaci�n).

�El valor pr�ctico de nuestra visi�n natural del mundo generalmente termina donde comienza la psicopat�a.�

(Lobaczewski, 145)


PONEROLOG�A: UNA NUEVA CIENCIA

Sin importar cuan elocuente y exacto los autores (novelistas, dramaturgos, poetas, historiadores) describan la ocurrencia del mal, una enfermedad no puede ser curada �nicamente a trav�s de su descripci�n. Nuestro lenguaje natural no puede adecuadamente explicar los conceptos rodeando tales fen�menos.

Solo una comprensi�n cient�fica sacada de conceptos psicol�gicos, sociales y morales pueden acercarse al entendimiento necesario para prevenir la emergencia de locura total, vista muchas veces en la historia de nuestro planeta.

La Ponerolog�a describe el g�nesis, existencia y extensi�n de la enfermedad macrosocial llamada maldad. Sus causas son rastreables y pueden ser repetidamente observadas y analizadas.

Cuando la humanidad logre incorporar este conocimiento a su apreciaci�n natural del mundo, podr� tener un potencial defensiva, hasta ahora sin realizar.



SUSCEPTIBILIDAD: LA FORMA NATURAL DE VER EL MUNDO


1. Tendencias de Deformaci�n de la Realidad
2. Condiciones de Vida
3. Procesos Inconscientes
4. Buenos Tiempos, Malos Tiempos: Los Ciclos Histeroides

Muchos factores contribuyen al desarrollo de nuestra personalidad. Nuestra visi�n natural del mundo y nuestra conducta est�n condicionadas por nuestra educaci�n de la sociedad y familia, y por nuestra dotaci�n gen�tica individual y colectiva: nuestro substrato instintivo.

Mientras que el substrato emocional instintivo activo de los animales es el dictador principal de su conducta, el nuestro es m�s receptivo al control del razonamiento. Su base emocional forma la fundaci�n para nuestros sentimientos y lazos sociales, los cuales nos permiten percibir estados psicol�gicos, costumbres humanas y morales. En resumen, est� dise�ado para apoyar la cooperaci�n social y la supervivencia del grupo, a veces en contraste al igualmente fuerte instinto de auto-preservaci�n.

Las diferencias entre individuos y entre naciones son as�, igualmente influenciadas, dando surgimiento a lar ricas y variadas culturas del mundo. Perceptiblemente, las semejanzas entre las culturas muestran ciertas caracter�sticas universales, lo cual obviamente derivan de la naturaleza gen�tica de nuestra especie. Las diferencias interraciales en el substrato instintivo son mucho menos llamativas que la diferencia entre los seres humanos normales y por portadores de ciertos defectos del substrato instintivo de la misma raza.

Mientras que la objetividad es posible rastreando las causas de nuestra personalidad, usando los mismos principios l�gicos y metodol�gicos como en otras ciencias, tenemos una tendencia natural para afirmar que elegimos libremente nuestras propias intenciones y comportamientos. Rechazamos las condiciones externas que influencian nuestras acciones y forman nuestras personalidades. As�, nuestra visi�n natural del mundo no es perfecta. No siempre refleja una realidad objetiva, y a menudo somos il�gicos en nuestras creencias y nuestras toma de decisiones, como resultado.

Por suerte, mientras mejor sea nuestra comprensi�n de las causas humanas, mejor podremos liberarnos del condicionamiento que obstaculiza nuestra comprensi�n y toma de decisi�n.


TENDENCIAS QUE DEFORMANTES DE LA REALIDAD

  • Reacciones Emocionales: Como resultado de nuestro instinto y errores en nuestra educaci�n, nuestras reacciones emocionales (algunas de las cuales son explicadas abajo) son escasamente apropiadas a las situaciones que las detonan. Un ejemplo com�n ser�a ofenderse a una cr�tica objetiva y haciendo una impetuosa decisi�n basada en una reacci�n emocional temporal.

  • Interpretaci�n moralizante: Los humanos natural e instintivamente no pueden distinguir por instinto entre maldad moral y maldad biol�gica. Dotamos a menudo con juicio moral, como si nuestra manera de pensar fuese la mejor, simplemente porque es la nuestra. Cuando aplicamos este modo de pensar a otros cuyo comportamiento vemos como impropio. As�, juzgamos a tales individuos como �malos�, infiriendo que tienen intenciones negativas en vez de tratar de comprender las condiciones psicol�gicas que los est�n conduciendo, y que los convence de que lo que est�n haciendo est� bien. A menudo estas condiciones incluyen da�o cerebral o psicopatolog�as hereditarias.

    El acercamiento com�n �moralista� puede ser resumido de la siguiente manera:

    • �A menos que uno sea simplemente incapaz de tomar opciones morales, el mal consiste en tomar malas opciones.�

    Los psic�patas tienen poca o ninguna oportunidad en c�mo act�an, ya que no se identifican ni simpatizan con nadie; ellos no pueden ver a otros humanos como ninguna otra cosa sino objetos a ser usados a su ventaja � ellos �carecen del �hardware�, por as� decirlo. Deber�amos ser compasivos, porque ellos literalmente no tienen opci�n en el asunto. Su mismo c�digo gen�tico los predispone hacia una conducta depredadora.

    Ellos son, como los denomina Robert Hare, una inter-especie depredadora.

    Una interpretaci�n moralista a menudo conduce a comportamiento err�neo, tal como un deseo de venganza, el cual, en s� mismo, abre la puerta a m�s factores ponerog�nicos.

    A menudo, exhibiciones exageradas de tales interpretaciones emocionalmente cargadas (tales como aquellas de Bill O'Reilly o Glen Beck, por ejemplo), son por s� mismas indicadores de egotismo patol�gico.

    • �Nada envenena m�s el alma y nos priva de nuestra capacidad para comprender m�s objetivamente la realidad, que esta obediencia a aquella tendencia com�n humana de tomar una visi�n moralista de la conducta humana.

      (Lobaczewski, 149)

  • Interpretaci�n Cr�tica Correctiva: Opuesto a una aceptaci�n patol�gica por el desv�o psicol�gico del trabajo de otro, los humanos normales a menudo aplican a una cr�ticamente correctiva interpretaci�n de tal material. Por su visi�n psicol�gica m�s rica del mundo, las personas normales a menudo trivializan evidentes errores y proyectan su propio entendimiento al trabajo de alguien que carece de tales habilidades. Esto puede causar que un individuo a aceptar material que es realmente contrario a su moral o a sus creencias, como por ejemplo el trabajo de Marx o aun Adolf Hitler.

  • Reflejo de Auto-Protecci�n: Nuestra rapidez en el reflejo�cercano controlando a alguien que se presenta como amenaza a nuestro grupo es codificado a nivel instintivo. Este reflejo va acompa�ado por una interpretaci�n moralista de la conducta humana.

  • Tipos Psicol�gicos Normales: Entre los humanos normales, el dinamismo del substrato instintivo es diferente. Por alguna raz�n f�cilmente domina al instinto emocional; para otros, los instintos dominan al intelecto. Algunos parecen tener un substrato m�s rico y m�s desarrollado que otros. Estas diferencias deben ser tomadas en cuenta al tratar de alcanzar una visi�n objetiva de la realidad.

  • Carencia de Universalidad: La visi�n natural solamente aplica a la gran mayor�a de la humanidad. Hay, no obstante, un segmento, estad�sticamente peque�o, de la poblaci�n humana que tienen una visi�n bastante diferente del mundo. Estos individuos son discutidos en la secci�n arriba, titulada Psic�patas: Casi Humanos. Como tales, la visi�n natural del mundo tiene aplicabilidad limitada. Nosotros vivimos nuestras vidas con solo el pensamiento emocional y la b�squeda de la felicidad, ero estas herramientas son insuficientes cuando tratamos con una psicopatolog�a.

  • Egotismo y la Visi�n Natural del Mundo: Algunas personas con una altamente desarrollada visi�n natural de los aspectos psicol�gicos, sociales y morales, tienden a sobrevaluar su propia visi�n del mundo, vi�ndola como una base objetiva para juzgar a otros. Mientras que esto es la forma menos perniciosa de egotismo, basada en principios human�sticos, la negaci�n a admitir la posibilidad de error puede tener un efecto opresivo en medidas contractivas en contra de la enfermedad macrosocial.

    Por ejemplo, una fuerte creencia de que todos los humanos nacen igual y son creados a la imagen de Dios puede conducir a una aceptaci�n �igualitaria� de individuos patol�gicos y su visi�n del mundo distorsionada. Din�micas similares ocurren con fuertes creencias en la libertad de expresi�n, libertad de buscar felicidad, la �bondad� de la humanidad, etc. Una visi�n objetiva del mundo debe ser pr�ctica y enraizada en realidades biol�gicas.

    No obstante, debe explicar adecuadamente lo que la biolog�a no hace. Debe tomar en cuenta los �errores de lectura� de la visi�n natural del mundo.

CONDICIONES DE VIDA


Adem�s de procesos psicol�gicos internos, otras condiciones contribuyen a la ponerog�nesis. Por ejemplo, d�ficits intelectuales, ya sean como resultado de la edad, educaci�n o dones naturales y errores morales contribuyen sustancialmente a la ponerog�nesis.

Esto puede incluir ignorancia de diferencias psicol�gicas, una inhabilidad de reconocer la manipulaci�n y la tendencia a darse cuenta de los propios deseos sin consideraci�n al bienestar de otros.

  • Condiciones Socioecon�micas: Sin importar la calidad de tales condiciones, los psic�patas, como regla, llegan a la conclusi�n que la sociedad es opresiva y usa la fuerza. No obstante, si tales condiciones realmente existen, estas sensaciones patol�gicas de injusticia pueden est�n en resonancia con aquellos que realmente han sido tratados injustamente.

  • Trauma Psicop�tico: La subordinaci�n a un individuo psicop�tico tiene severos efectos en una persona normal. Engendra tanto trauma como neurosis, priv�ndolo de autonom�a y capacidad para el sentido com�n. Las emociones se congelan y el sentido de realidad psicol�gica se ahoga. Esto conduce a una sensaci�n de desamparo y depresi�n intensa.


PROCESOS INCONSCIENTES

�Procesos Psicol�gicos inconscientes dejan atr�s el raciocinio consciente, tanto en tiempo como en alcance, lo cual hace posible muchos fen�menos psicol�gicos. � Aquellas personas que usan operaciones conversivas demasiado a menudo con prop�sitos de encontrar conclusiones convenientes o construir algunas astutas afirmaciones para log�sticas o paramoral�sticas, eventualmente comienzan a adoptar tal conducta por razones cada vez m�s triviales, perdiendo la capacidad del control consciente sobre su proceso de pensamiento en conjunto. Esto necesariamente conduce a errores de conducta, los cuales deben ser pagados por otros, as� como por ellos mismos tambi�n�.

(Lobaczewski, 152, 3)

  1. Conclusiones bloqueadoras:

    �Hablamos acerca de que bloquear conclusiones en el proceso deductivo era apropiado en principio� pero se vuelve un obst�culo por un directivo precedente del subconsciente que lo considera [la conclusi�n] inconveniente o molesto.�

    (Lobaczewski, 152)

    Una persona normal tiene todas las herramientas e informaci�n necesarias para resolver un problema, o llegar l�gicamente a una conclusi�n, pero si la soluci�n contiene ideas contradictorias para creencias firmemente sostenidas, est� �bloqueada� del conocimiento consciente. Esto tipo de negaci�n puede ser extremadamente da�ino, conduciendo a intensas sensaciones de tensi�n y amargura.

    Por ejemplo, una esposa podr�a rechazar la conclusi�n de que su esposo la est� enga�ando, aun cuando toda la evidencia l�gicamente apunta a que este es el caso (es decir testimonios de amigos, extra�as llamadas telef�nicas de alguna mujer desconocida, l�piz de labio en el cuello de la camisa). Cuando alguien que apoya la guerra en curso en Irak es confrontado con el hecho de que se han matado casi un mill�n de iraqu�es como resultado de su apoyo, este hecho puede ser subconscientemente bloqueado.

  2. Selecci�n de premisas: En lugar de afectar la aceptaci�n de molestas conclusiones, este proceso bloquea la pieza de las piezas de informaci�n que conduce a la formaci�n de una conclusi�n. Al determinar la moralidad de la ocupaci�n de Palestina, muchos rechazan que los Palestinos fueron �tnicamente limpiados en la Nabka de 1948. Aceptando esta fecha conducir�a a una conclusi�n correcta, no obstante perturbadora en cuanto a la moralidad de la ocupaci�n militar israel�.

  3. Sustituci�n de premisas: Este es el proceso m�s complejo, y consiste en sustituir otra informaci�n por aquella ya rechazada, haciendo una conclusi�n m�s c�moda Este proceso es a menudo efectuado colectivamente, usualmente en comunicaci�n verbal. En el caso de Palestina, algunos grupos se han convencido a s� mismos que no hay tal cosa como un palestino: Palestina estaba vac�a cuando la encontraron los jud�os, dicen ellos. Esto podr�a ser llamado �mentirse a s� mismo�, o una mentira que conscientemente nos contamos y luego llegamos a creer que es verdad.

    El pensamiento conversivo es altamente contagioso y act�a como puerta para una peligrosa infecci�n para material verdaderamente patol�gico. Las personas que han perdido su capacidad para el pensamiento l�gico (y as� la habilidad de distinguir entre la verdad y la mentira) son as� m�s proclives a aceptar la paralogiza y la par amoralidad de los psic�patas y caracte�patas. Por ejemplo, observe la conducta del �Derecho Cristiano� y su aceptaci�n no cr�tica a la propaganda de guerra.

EL CICLO HISTERIODAL

En su b�squeda de una buena vida, la humanidad primero us� la fuerza de los animales, luego se volvi� a explotar a sus compa�eros humanos. De tal manera, las semillas del sufrimiento y la desigualdad pueden ser encontradas en nuestra b�squeda auto-indulgente de la �felicidad�. De esta manera, los buenos tiempos le dan paso al nacimiento de malos tiempos. El conocimiento aprendido por el sufrimiento en los malos tiempos conduce a la creaci�n de los buenos tiempos, y as�, el ciclo se repite.

Cuando una sociedad es auto-indulgente (hedon�stica) y los tiempos son �buenos�, la percepci�n de la verdad acerca del ambiente real, y en particular, la comprensi�n de lo que una es una saludable personalidad humana y c�mo se consolidan tales personalidades, cesa, primero que nada de ser la prioridad social m�s alta, luego cesa de ser generalmente entendida y finalmente cesa aun de ser recordada como parte del inventario del conocimiento humano.

La comprensi�n y la acumulaci�n de conocimiento pareciera ser un �trato hecho� (es decir, declaraciones como: �No hay nada que pueda ser descubierto ya en la f�sica� a finales del siglo diecinueve, o �Somos el resultado final y la meta final de la evoluci�n�).

La b�squeda de la verdad es, entonces, considerada ser una actividad insustancial por la misma raz�n de que son buenos tiempos.

Esto, desafortunadamente es una confusi�n del efecto (los buenos tiempos) con la causa (el esfuerzo dedicado a entender y las organizaciones sociales que concuerdan con la realidad creadas por ese entendimiento, el cual trajo a los buenos tiempos). Un entendimiento profundo puede volverse �pasado de moda� o a�n puede ser despreciado. Por ejemplo, j�venes estudiosos de la clase alta victoriana eran etiquetados como �empollones�, ahora, en los Estados Unidos, tales estudiosos pueden ser aconsejados a que �consigan una vida.�


Habiendo arribado a la cima de la rueda de la fortuna, mucha gente se olvida que, sin transformaci�n evolutiva a otro nivel, es una rueda, y no hay m�s donde ir sino hacia abajo.

Aqu� est�n la esencia desnuda del ciclo histeroidal con un �nfasis espec�fico en los procesos mentales implicados.

  1. La b�squeda de la verdad revela �inconveniente�, es decir, hechos moralmente embarazosos. Por ejemplo, los propietarios de esclavos cristianos siendo recordados que tener esclavos no era una actividad muy cristiana; o de otra manera, estadounidenses no prejuiciados siendo informados que sus d�lares de impuestos est�n siendo gastados en metas racistas, es decir, para limpiar �tnicamente a los palestinos de la tierra codiciada por los Sionistas. Las sociedades hedonistas reprimen el hecho que ellos sacan provecho del sufrimiento de otros.

  2. Al principio, cuando se encuentran hechos moralmente embarazosos, son conscientemente evitados. Por ejemplo, el sujeto es cambiado repentinamente; o se entabla una discusi�n o se concluye sin avanzar absolutamente en el tema.

  3. Cuando se evitan hechos moralmente embarazosos demasiado con demasiada frecuencia, deja de ser un proceso consciente y queda relegado al subconsciente; es decir, se vuelve un h�bito.

  4. El h�bito de evitar hechos moralmente embarazosos es contagioso. Se vuelve un h�bito socialmente aceptado, la cosa �de moda� a hacer.

    • �La �gente de bien� nunca discute tales cosas, y ciertamente no en p�blico�, es un sentimiento expresado innumerables veces en el siglo diecinueve.

    Lobaczewski se�ala que el Emperador Guillermo I tuvo un trauma cerebral en su nacimiento, y numerosas limitaciones, tanto f�sicas como psicol�gicas, las cuales fueron completamente encubiertas por las personas alemanas, que, por ejemplo, es casi imposible encontrar la fotograf�a de este emperador con su brazo gravemente marchitado visible.

  5. El razonar para sacar conclusiones v�lidas se vuelve imposible porque las brechas dejadas por los �inconvenientes� factores oprimidos. El subconsciente compensa sustituyendo �premisas� que son menos embarazosas moralmente, como para poder continuar sacando conclusiones, aunque las conclusiones ahora sacadas son, necesariamente falsas. Esta es la cr�nica evitaci�n del punto crucial del asunto.

  6. La gente crece perceptiblemente m�s egotista, y la sociedad, en su totalidad, m�s emocional e hist�rica. Hay much�sima confusi�n en cuanto a los valores, y tales sociedades crecen para ser vistas como arrogantes y hedon�sticas.

  7. Cuando la desviaci�n de una realidad se vuelve lo suficientemente grande, la persona o la sociedad se vuelven patol�gicas, y hacen juergas de asesinato o guerras mundiales sin sentido y sangrientas revoluciones son la perspectiva.

En fin, durante las buenas �pocas, los valores morales, intelectuales y de personalidad volv�an al punto donde una sociedad est� madura para la manipulaci�n de encantadores de serpientes y compinches de carisma digno de Rasput�n. Los individuos se vuelven emocionalmente vol�tiles, egotistas e intolerantes respecto a otras culturas.

El resultante sufrimiento hace necesaria una gran fuerza mental y f�sica para luchar por la existencia y la raz�n humana. Lentamente, lo que se ha perdido es reaprendido.

Los tiempos dif�ciles dan lugar a que los valores necesarios conquisten el mal y produzcan mejores tiempos.


THE GENESIS OF EVIL

1. Asociaciones Ponerog�nicas
2. Ponerizaci�n
3. Patocracia

La causa m�s importante del mal est� en la interacci�n de dos factores humanos:

1) Ignorancia humana normal y debilidad.
2) La existencia y la acci�n de un peque�o, pero extremadamente activo grupo estad�stico (4-8% de la poblaci�n general) de individuos psicol�gicamente desviados.

La ignorancia de la existencia de tales diferencias psicol�gicas es el primer criterio de la ponerog�nesis. Es decir, tal ignorancia crea una abertura en donde tales individuos pueden actuar desapercibidos.

La presencia de tal �enfermedad� a nivel individual es descrita en la secci�n Casi Humanos. No obstante, dependiendo del tipo de actividad de los individuos psicop�ticos y caracteop�ticos, el mal puede manifestarse en cualquier nivel social. Mientras m�s grande sea el alcance de la influencia del psic�pata, mayor da�o es hecho. As�, cualquier grupo de seres humanos puede ser infectado o �ponerizado� por su influencia. De familias, clubes, iglesias, negocios y corporaciones hasta naciones enteras.

La forma m�s extrema de tal mal macrosocial es llamado �patocracia


ASOCIACIONES PONEROG�NICAS

�En cualquier sociedad de este mundo, los individuos psicop�ticos y algunos de los otros tipos de desviados crean una red activa ponerol�gica de convivencia com�n, parcialmente extra�a de la comunidad de personas normales. � Su sentido de honor los obliga a mentir e insultar a ese 'otro� mundo humano y sus valores a cada oportunidad.�

(Lobaczewski, 138)

�Podr�amos enumerar varios nombres atribuidos a tales organizaciones� pandillas, turbas criminales, mafias� que astutamente evitan choques con la ley mientras buscan ganar su propia ventaja. Tales uniones frecuentemente aspiran al poder pol�tico para imponer su legislaci�n conveniente sobre las sociedades, en nombre de una ideolog�a convenientemente preparada, sacando ventajas en la forma de una prosperidad desproporcionada y la satisfacci�n de su anhelo de poder.�

(Lobaczewski, 158, �nfasis agregado)

Las pandillas siempre han proporcionado grandes oportunidades para j�venes psic�patas. Sus tendencias impulsivas, ego�stas, insensibles, egoc�ntricas y agresivas f�cilmente se mezclan f�cilmente � e incluso podr�an dictar el tono � de muchas de las actividades de las pandillas. De hecho, no puede haber muchas otras actividades que produzcan tantas recompensas para los psic�patas violentos, con tal impunidad.�

(Hare, 176)

Viviendo en un mundo cuya moral y costumbres no tienen significado para ellos, e incluso las ven como opresivas, los psic�patas sue�an con un mundo �feliz� y �justo�, en donde su visi�n depravada del mundo es aceptada como realidad.

Ellos buscan, por cualquier medio necesario, alcanzar posiciones en el gobierno en donde sus sue�os pueden dar frutos. Si bien la injusticia s� existe en una sociedad, sus declaraciones respecto a la �injusticia� de su situaci�n pueden resonar con aquellos que realmente s� experimentan tal injusticia. As�, las doctrinas revolucionarias pueden ser aceptadas por ambos grupos por razones totalmente opuestas.

Los grupos Ponerog�nicos son aquellos con un n�mero estad�sticamente alto de individuos patol�gicos, hasta el punto en que el grupo como un todo, practica una conducta egotista y patol�gica. Estas personas act�an como l�deres y hechizadores ideol�gicos, y mientras que la gente normal pudiera actuar como miembros, ellos han t�picamente acumulado varias deficiencias psicol�gicas. Aquellos que no son susceptibles a tales influencias son excluidos del grupo. Estos grupos pueden, ya sea infiltrarse en gobiernos existentes, o ejercer su influencia desde �detr�s del tel�n�.

Soborno, chantaje, asesinato y actos de terror similares son utilizados para alcanzar estos fines.

  • Estructura: La estructura del comando de las asociaciones ponerog�nicas es similar a aquel de grupos normales: los miembros se especializan y complementan las fuerzas de cada uno.

    De esta manera, diferentes individuos con diversos defectos psicol�gicos llenar�n papeles en los cuales su �don� particular es aplicable.

    • La fase temprana de actividad de una uni�n Ponerog�nicas es usualmente dominada por caracteopat�a, particularmente individuos paranoicos quienes a menudo juegan un rol inspirador o hechizante en el proceso de Ponerizaci�n. Recuerde aqu� que el poder de un caracte�pata paranoico estriba en que ellos f�cilmente esclavizan a mentes menos cr�ticas.�

      (Lobaczewski, 162).

    V�ctimas de trauma, individuos con deficiencias psicol�gicas y gente joven a menudo caen en la categor�a de �mentes menos cr�ticas�.

  • M�scara Ideol�gica: Las metas del grupo indicadas est�n a menudo en desacuerdo con su verdadera naturaleza. Literatura colorida y valores humanitarios a menudo enmascaran sus verdaderas motivaciones.

    Tome, por ejemplo, la disparidad entre las metas declaradas de la CIA, tales como,

    • �Creando centros especiales multidisciplinarios para abordar temas de alta prioridad, tales como la no-proliferaci�n, el contra-terrorismo, la contra-inteligencia, el tr�fico de narc�ticos, medio ambiente y la inteligencia del control de armas�.

    Tambi�n, compare el frente p�blico humanitario de la Liga Anti-Difamaci�n con su s�rdida historia de sobrevivencia dom�stica ilegal, asesinato de car�cter y colaboraci�n con organizaciones extranjeras de espionaje.

  • Primer Criterio de Ponerog�nesis:

    • �Un fen�meno que tienen en com�n todas las asociaciones y grupos ponerog�nicos es el hecho que sus miembros pierden la capacidad (o ya la perdieron), de percibir a los individuos patol�gicos como tales, interpretando su conducta en modos heroicos, fascinantes o melodram�ticos.� (Lobaczewski, 158).

    Cuando un grupo ha sucumbido a la influencia patol�gica de sus miembros, pronto pierde la habilidad de distinguir la conducta normal humana de la patol�gica. Esta atrofia de facultades cr�ticas con relaci�n a tales individuos de vuelve una apretura para sus actividades. Tambi�n puede ser usado para identificar a grupos potencialmente peligrosos.

  • La Caracteopat�a y la Psicopat�a: Los grupos dominados por caracte�patas reenganchan en actividades bastante primitivas, y as�, son f�cilmente quebrantadas por la sociedad normal. Los l�deres psic�pata, no obstante, son a menudo m�s astutos y usan a individuos caracteop�ticos como herramientas subalternas. Al ser arrestados, tales individuos aceptan los ideales para morales de sus l�deres, actuando como el chivo expiatorio del grupo y aceptando la mayor parte de la culpa. Los l�deres psicop�ticos, cuando est�n en la corte, subsecuentemente cambiar�n la culpa a sus subordinados. Un ejemplo a gran escala de esta din�mica son los chivos expiatorios de los oficiales militares de bajo rango, por cr�menes de guerra condonados y/u ordenados por autoridades de m�s alto rango.

  • Uniones Ponerog�nicas Primarias y Secundarias: Hay dos tipos de asociaciones ponerog�nicas.

    Las asociaciones ponerog�nicas primarias son aquellas que fueron originalmente formadas y dise�adas para el beneficio de sus miembros fundadores, usando medios il�citos (malignos).

    Lobaczewski los describe como uniones,

    • "cuyos miembros anormales estuvieron activos desde el mismo principio, jugando el papel de catalizadores cristalizantes desde que comienza el proceso de la creaci�n del grupo.� Es decir, pandillas criminales.

      (160).

    Tales actividades antisociales de grupos y una evidente indiferencia para los valores morales obviamente son motivo de disgusto para la gent normal, y aunque su influencia no se extienda mucho, ellos pierden su batalla con la sociedad.

    Las asociaciones ponerog�nicas secundarias son grupos fundados con un ideal social independiente y atractivo, pero que m�s tarde sucumbe a una degeneraci�n moral.

    Esta degeneraci�n deja abierta una puerta para,

    • �infecci�n y activaci�n de los factores patol�gicos dentro, y m�s tarde a una ponerizaci�n del grupo como un todo, o a menudo una fracci�n.� (Lobaczewski, 160).

    Gobiernos, ideolog�as y religiones son instituciones fundadas por personas cuya carencia de conciencia sobre realidades psicol�gicas espec�ficas y otras fallas morales, los dejan desprotegidos o abiertos a una infecci�n encubierta y la subsecuente toma de posici�n por aquellos sin conciencia. El hecho de que estas instituciones hayan estado en existencia y tengan una larga tradici�n les ha permitido adquirir muchas m�s membres�as y notoriedad.

    Cuando tal organizaci�n, trabajando hacia una cierta meta social o pol�tica, ya es aceptada por un gran n�mero de gente normal (como por ejemplo el Republicanismo Americano o Cristiandad Evang�lica), la ponerizaci�n del grupo proporciona la extensa influencia de la que carecen las uniones ponerog�nicas primarias.


    Despu�s de la toma de posesi�n por elementos psicop�ticos dentro (i.e. la toma Neoconservativa del Republicanismo Americano), el grupo ponerog�nico es protegido por una �m�scara� de valores tradicionales del grupo. Esto suceder� a pesar del hecho de que estos valores son obviamente distorsionados y desatendidos. Por ejemplo, tal grupo aprobar� la legislaci�n y se comportar� �nicamente para beneficiar a �stos en control, a menudo volvi�ndose violentos y comenzando guerras de agresi�n.

    Miembros normales de tal grupo ingenuamente protegen tal conducta desviada, y no se dan cuenta que es el trabajo de desviados. Su patolog�a permanece escondida para aquellos que no desean verlo objetivamente. Se promulgan justificaciones e ideolog�as preparadas; toma lugar una selecci�n subconsciente y una sustituci�n, y la patolog�a es efectivamente disfrazada detr�s de una m�scara de sanidad. Aquellos que pertenecen al �partido� etiquetar�n la oposici�n como pacifistas, socialistas, liberales o terroristas, o cualquier otra etiqueta que sea m�s efectiva para poder invalidar su cr�tica.

    Desafortunadamente, el gobierno solo se volver� m�s patol�gico y egotista en su conducta hacia otras naciones hasta que sean purgados los aspectos psicol�gicos desviados o destruidos.

    La misma din�mica est� en juego en las relaciones interpersonales. Tomen, por ejemplo a Ted Bundy, quien tiene una reputaci�n como hombre amable, inteligente y respetable. Cuando al principio fue acusado de haber asesinado a varias j�venes mujeres, sus conocidos lealmente defendieron su car�cter. Esta situaci�n sigue el mismo patr�n que la din�mica macrosocial. Tales individuos a menudo denigrar�n a las v�ctimas y a los acusadores de tales individuos anteriormente tan estimados.

    Esto no s�lo tiene un efecto negativo sobre la v�ctima, sino que estimula m�s all� la conducta irregular por parte del perpetrador.

  • Enfermedad Macrosocial: La enfermedad social puede ser llamada macrosocial bajo cualquiera de las siguientes condiciones:

    1. procesos ponerog�nicos abarcan a toda la clase predominante de �sta.

    2. La oposici�n por parte de las personas normales es sofocada a trav�s del uso masivo de carisma, censura y compulsi�n f�sica.

    Dos etapas generales de enfermedad macrosocial parecen aplicar a todas sus formas y variaciones: histeria y patocracia.

PONERIZACI�N

El primer paso en la ponerizaci�n de un grupo a menudo parece como una distorsi�n moral de la ideolog�a original del grupo. La existencia de conceptos simplistas (es decir, si moral o legal) bloquea cualquier habilidad para pensamiento cr�tico con relaci�n a la existencia de psic�patas o su posible influencia en el envoltorio principal de la ideolog�a del grupo. Tales conceptos doctrinarios son prevalecientes en la ideolog�a neoconservativa.

Por ejemplo,

�Si no est�s con nosotros es que est�n en contra de nosotros (en la Guerra contra el Terrorismo - War on Terror)� y el uso completamente arbitrario de las etiquetas �terrorista�. �simpatizante de terrorista�, y �sospeche de ser terrorista.�

As� como es normal en la vida de cualquier humano experimentar una declinaci�n en la Resistencia psicol�gica o fisiol�gica (llevando as� a fallas morales o infecciones bacteriol�gicas), los grupos experimentan tambi�n tales crisis. La presi�n que lleva a estas crisis podr�a ser causado por influencia de otros grupos, una condici�n hist�rica aumentada o una crisis espiritual general en el ambiente.

La debilidad resultante de las habilidades del razonamiento apropiado y el pensamiento cr�tico, deja una abertura para la actividad de los psic�patas y caracte�patas. Su influencia, entonces, da lugar a m�s declinaci�n en el funcionamiento moral e intelectual. Lo absurdo de tal din�mica puede ser visto en el hecho que a Richard Cheney, un psic�pata obvio, le sea permitido sostener la posici�n de vice-presidente.

Aun cuando le dispara a su compa�ero de caza en la cara, los medios de comunicaci�n y el p�blico estudiosamente racionalizar�n su comportamiento grosero y psicop�tico. (Ver el An�lisis de McGowan sobre el incidente en cuesti�n - Dave McGowan's analysis of the incident in question.)

Cuando tales individuos son tratados como normales, m�s individuos perceptivos dejar�n el grupo. Cuando el grupo se ha hecho suficientemente patol�gico, sus miembros percibir�n la nueva direcci�n en t�rminos morales (es decir, �Debemos matarlos a todos basados en los principios de justicia y democracia�), o como una forma de terror psicol�gico.

Mientras m�s gente sana deje el grupo, adquiriendo m�s posiciones contrarrevolucionarias, se les unen m�s individuos con anomal�as psicol�gicas, quit�ndose las m�scaras de cordura aun m�s a menudo. Sin el conocimiento adecuado, los individuos normales que han sido expulsados de un grupo as� sufrir�n inmensamente, cortados de su raz�n ideol�gica original para un�rseles. Infectados con emociones malsanas y material patol�gico, ellos pueden asumir posiciones en oposici�n a aquellas que anteriormente siguieron.

Nuevos miembros son analizados psicol�gicamente. Nadie con demasiada independencia o normalidad psicol�gica es permitido en el grupo. (Tal protecci�n deber�a haber tenido lugar para desarraigar a los psicol�gicamente desviados en primer lugar.) Los detractores son tratados con condenaci�n paramoral.

En pocas palabras, los pacientes se han tomado el asilo.

  • Etapas de Ponerizaci�n: Cuando es primero infectado por los desviados psicol�gicos, este grupo mantiene la mayor parte de su car�cter original. Pero eventualmente, m�s miembros normales son empujados hacia funciones perif�ricas y son excluidos de los secretos de la organizaci�n; algunos de ellos, por estas razones, dejan el grupo.

    • �Individuos con desviaciones heredadas, entonces, progresivamente toman posiciones de direcci�n. El papel del psic�pata esencial gradualmente crece, aunque les gusta permanecer ostensiblemente en las sombras� En las uniones ponerog�nicas en la escala social m�s grande, el papel de liderazgo es generalmente jugado por un individuo de diferente clase, uno m�s f�cilmente digerible y representativo. Los ejemplos incluyen caracteopat�a frontal o alguien un poco m�s discreto de pocos rasgos.�

      (Lobaczewski, 162)

    La etapa inicial de ponerizaci�n, donde la membres�a es cada vez m�s patol�gica, requiere un conocimiento psicol�gico y factual para poder reconocer. La segunda etapa, m�s estable y abiertamente m�s patol�gica es f�cilmente evidente a la mayor�a de la gente normal, pero se interpreta en t�rminos morales o sociol�gicos (es decir, sin el conocimiento de diferencias psicol�gicas.)

    Con el tiempo, cuando el grupo se vuelve m�s ponerizado, los carism�ticos que originalmente lideraban tal grupo son relegados a la tarea de re-empaquetar la ideolog�a para prop�sitos de propaganda. Los papeles de liderazgo se saturan con m�s individuos psicop�ticos, mientas que el grupo �normal� adquiere m�s individuos caracteop�ticos.

    Como en el caso con el aparente �ejecutivo unitario� de la uni�n ponerog�nica Neoconservativa George W. Bush, la propaganda del grupo mantiene la err�nea sobreestimaci�n del verdadero poder del �l�der�.

    Este l�der,

    • Depende de los intereses de la uni�n, especialmente los iniciados de la �lite, a un mayor grado de lo que el mismo est� consciente. El emprende una constante batalla de manejar la posici�n; el es un actor con un director. En las uniones macrosociales, esta posici�n es generalmente ocupada por un individuo m�s representativo, no uno privado de ciertas facultades cr�ticas; el iniciarlo a el a todos esos planes y c�lculos criminales ser�a contraproducente e ineficaz. Junto con una parte de la �lite, un grupo de individuos psicop�ticos, escondi�ndose detr�s de las escenas, dirige al l�der, de la manera en que Borman y su pandilla dirig�an a Hitler. Si el l�der no satisface su papel asignado, generalmente sabe que la pandilla que representa a la �lite de la uni�n est� en posici�n de matarlo, o de otra manera, de quitarlo.�

    De tal manera, George W. Bush es dirigido y controlado por un grupo de consejeros psicop�ticos: Richard Perle, por nombrar a uno.



PATOCRACIA

La primera fase de la enfermedad macrosocial, es decir, histerizaci�n social es la abertura a trav�s de la cuales se manifiesta la patocracia. Tal per�odo de crisis espiritual social est� asociado con el agotamiento de los valores ideales, morales y religiosos que hasta ahora han alimentado a la sociedad en cuesti�n.

Los individuos y grupos crecen para ser cada vez m�s para el auto-servicio, y se van aflojando los lazos de deber moral y redes sociales.

Patocracia = ENFERMEDAD


La gente se preocupa por cosas triviales, ignorando asuntos m�s importantes tales como compromiso al futuro, o implicaci�n en asuntos p�blicos.

El rasgo m�s caracter�stico de tal per�odo es una histeria difundida, como aquella del cuarto de siglo en Europa que precedi� la 1� Guerra Mundial. Tiempos �Felices� de paz son necesariamente dependientes de injusticia social, y los hijos de las clases privilegiadas aprenden temprano en sus vidas a reprimir las ideas de que ellos y sus familias est�n benefici�ndose de la injusticia de otros. Tales mecanismos inconscientes de defensa causa que estos individuos desacrediten los valores de aquellos cuyo trabajo explotan. Estos procesos conducen a un estado hist�rico de l�gica inhibida y razonamiento.

Esta rigidez de pensamiento, entonces, es pasada a la siguiente generaci�n a un grado todav�a mayor.

Los patrones hist�ricos finalmente son pasados de la clase gobernante a las clases menos privilegiadas. Este caracter�stico desprecio para cualquier cr�tica efectiva, para patrones normales de pensamientos y naciones, hace obvia la necesidad de censura de los medios de comunicaci�n.

Un censor patol�gicamente hipersensible vive dentro de cada ciudadano.

Esto ha sido demostrado repetidamente por los medios de comunicaci�n estadounidenses con relaci�n a las omisiones y distorsiones de:

  1. el Reporte de la Comisi�n Kean-Delikow 911 - Kean-Zelikow 911 Commission Report (le�do tambi�n como El Reporte de la Comisi�n 9/11: Omisiones y Distorsiones - The 9/11 Commission Report: Omissions And Distortions)

  2. la propaganda que conduce a la Guerra de Irak

  3. el numero de muertos de ciudadanos iraqu�es

  4. la realidad en Palestina

�Cuando gobiernan tres �egos� � ego�smo, egotismo, y egocentrismo � la sensaci�n de lazos sociales y responsabilidad hacia otros desaparece, y la sociedad en cuesti�n se divide en grupos cada vez m�s hostiles unos con otros. Cuando un ambiente hist�rico deja de diferenciar las opiniones de personas limitadas, no del todo normales, de aquellas de personas normales, razonables, esto abre la puerta para que entre la activaci�n de factores patol�gicos de diversas naturalezas.

(Lobaczewski, 177)

Esta fase histeroide es a menudo seguida por un per�odo de guerra, revoluci�n, genocidio y la ca�da de imperios: la patocracia.

Regresar a Temas / Sociopolitica