porDylan Ratigan
11 de octubre 2013

del sitio WebHuffingtonPost

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

No tenemos una crisis de deuda.

Tenemos una crisis de nuestra dependencia dedos partidos pol�ticos corruptos, cada uno pagado para perpetuar una extracci�n masiva en nombre de aquellos que los financian de manera �nica y s�rdida.

Estados Unidos tiene una crisis en la forma en que nuestro gobierno ha institucionalizado la banca extractiva, el comercio, los impuestos, la energ�a, la educaci�n, y los sistemas de salud de costa a costa.Es tan evidente que era la premisa subyacente de mi libroBastardos Codiciosos.

Los partidos pol�ticos, sus m�todos y quienes los financian son la ra�z del problema.Y nuestro gobierno perpet�a estos sistemas porque nuestros "l�deres" pol�ticos dependen directamente de los pocos beneficiarios econ�micos de estos sistemas extremadamente desalineados.

Lo que se conoce com�nmente como deuda es, en realidad, lo que hay que pagar por la extracci�n en la salud o en la banca o en el c�digo de impuestos.Esto no es m�s que un s�ntoma de la extracci�n.

Como describ� en Bastardos Codiciosos, estamos rodeados de nuevos m�todos sin precedentes todo hecho �nico por una capacidad para proporcionar abundancia de salud o de aprendizaje o de otros recursos b�sicos por relativos peniques.

No busquemos m�s, la gente comoSal Kahnen la educaci�n, oJeffrey Brenneren el cuidado de la salud, oColin Archipleyy sus m�todos de cultivo hidrop�nico.

Los recursos consolidados de los partidos pol�ticos era probablemente necesario en 1890, cuando una amplia comunicaci�n era casi imposible para cualquier candidato determinado.

Pero hoy en d�a,�

  • �Qu� detiene a cinco o diez aspirantes pol�ticos lanzar su candidatura en primarias abiertas utilizando una financiaci�n transparente, ausente de cualquier partido pol�tico?

  • �Qu�, de hecho, que no sea un evidente obstruccionismo y subterfugio por los hombres y mujeres de nuestros dos partidos dominantes, que han establecido una clase dirigente en un pa�s que sin duda no quieren una, y absolutamente no necesita una?

Hasta que reformas como la financiaci�n transparente y primarias abiertas sean aplicadas, sin embargo, nos quedamos con dos opciones.

Una de ellos es revolcarse en la tragedia de la disfunci�n, que muchos de nosotros estamos seleccionando.Dos, podemos optar por aceptar los asombrosos m�todos que florecen a nuestro alrededor, fuera del sistema dominante.

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Estos m�todos tienen la promesa de convertir edificios para que se vuelvan bater�as de energ�a positiva en una red de energ�a distribuida.O para suministrar abundante de alimento con la cantidad m�nima absoluta de agua.O una educaci�n generalizada por unos centavos.

Siempre he cre�do que el tama�o del problema es igual al tama�o de la oportunidad.Y teniendo en cuenta el tama�o evidente del problema que presenta el financiamiento electoral opaco y sistemas centrales de extracci�n, enormes oportunidades para la reforma seguramente nos rodean.

Para m�, la b�squeda de esas oportunidades comienza con decidir lo que puedo hacer cada d�a para mover la pelota hacia adelante.Configurando mi intenci�n de dar forma a lo que est� directamente frente a m� crea la capacidad de rechazar todos los partidos pol�ticos.�

Y hasta que oiga debate de primarias abiertas y financiamiento electoral transparente, voy a permanecer sordo a la llamada de la sirena de los rollos de pol�ticos vinculados a partidos persuadiendo a nuestra naci�n hacia peligrosos estrechos.

PS.

Miralo que est� haciendo las rondasotra vez.

Es triste pensar que esta diatriba es tan relevante en el a�o 2013 como lo fue en 2011.