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by�Michael Tsarion
28 Septiembre 2005
traducci�n de
Adela Kaufmann � � � � Primera Parte
Los seres humanos est�n destinados a aumentar el nivel de conciencia c�smica.�Cada uno de nosotros est� destinado a actualizar el nivel de los "Meta-Humanos". � Este ascenso del actual estado "embrionario" no puede, sin embargo, ser activado a voluntad, deseo, o cualquier otra fuerza consciente, por lo que llega como una premisa necesaria para la existencia humana y org�nica, y est� limitado por las inviolables leyes de la naturaleza. � Su impulso yace en la semilla dentro de los estratos m�s profundos del ser.� � �
� � No podemos obligar a la flor de loto a crecer en contra de su verdadera naturaleza, ni podemos obligar a la conciencia humana a crecer en una direcci�n concreta, en un �ndice en particular.� � Intentos de intervenci�n y control de este tipo resultan s�lo en confusi�n, calamidad y ruina.�
� Es, de hecho, debido a impedimentos sutiles obstruyendo su movimiento din�mico.�Hasta que estos obst�culos sean removidos, todos los incentivos secundarios, estrategias o preocupaciones en el mundo no van a hacer uso de ella. � Durante los a�os sesenta, por ejemplo, el estado de �nimo prevaleciente entre los sensibles era que el hombre occidental se estaba acercando al desenlace de su evoluci�n moral y espiritual. � Las drogas y el consumo de drogas no era, en ese momento, ni siquiera considerado como un medio para este fin.�Sin embargo, a pesar de tales desviaciones hacia el�pseudo-chamanismo, a pesar de las buenas intenciones, la sana rebeli�n de masas, la captura de frases bellas, y la convicci�n de "vida o muerte" de tantos intelectuales y expertos de la contra-cultura, la humanidad a�n se encuentra en un estado peor, moralmente y espiritualmente, de� lo que estaba hace tan s�lo veinte a�os m�s o menos. � Hoy en d�a, nos encontramos con que la excursi�n reactiva en los campos y la filosof�a de la tecnolog�a puede ser en su mayor parte, como se predijo, otro escape, otro callej�n sin salida.�La tecnolog�a como la vemos hoy, con todos sus beneficios utilitarios, dif�cilmente est� uniendo a las personas, no fomenta la cohesi�n social.� � Entre los j�venes, la "revoluci�n digital" no hace sino reforzar el extra�amiento y los modos "masculinos" de expresi�n y cognici�n. � Esto no quiere decir que se tiene que ir, ya que la tecnolog�a detr�s de la Internet, por ejemplo, es una valiosa "espada de fuego" para ser utilizada por las fuerzas de la "luz" en la meta-batalla que est� teniendo lugar en este planeta y cuyo juego final est�, sin duda, a la vista.�
� Sin embargo, poco se sabe a�n sobre el pensamiento de los antiguos.�Sabemos muy poco sobre la forma en que se comunicaban entre s�, y esperaban comunicar a otros que sab�an, iba a venir despu�s.�Sabemos que los antiguos ten�an mucho que comunicar a sus descendientes.�El testimonio en piedra, as� como en la pintura, la m�sica, el folklore, etc., es todo lo que hay para ver y para inspirar. � Pero el siglo XX es, posiblemente, el peor punto de vista para mirar hacia atr�s a la antig�edad. � La vanidad intelectual de nuestro tiempo distorsiona m�s que aclara la visi�n del pasado.�No hay que olvidar que los antepasados eran tecnol�gicamente avanzados, y, obviamente, mucho m�s de lo que somos hoy, porque tom� una tecnolog�a sublime para construir la�pir�mide de Giza�y trazar el mapa de los cielos. � Junto con la tecnolog�a de los antiguos estaba la confianza, y la comprensi�n de los grandes principios metaf�sicos.�En el mundo antiguo, la magia y la ciencia no estaban separados.�Los grandes sitios megal�ticos fueron dise�ados y construidos por razas teol�gicamente avanzadas, por sacerdotes y sacerdotisas semi-iluminados, no por ricos tecn�cratas y cient�ficos ateos. � Estos grandes tesoros cicl�peos de m�rmol, granito y piedra arenisca son templos y santuarios para� seres humanos que intuyen que hay separaci�n entre los fen�menos macroc�smicos y microc�smicos.� � Cuando lleg� a la comunicaci�n, s� sabemos que los antiguos no estaban tan interesados en� palabras ni en el habla. � Ellos estaban m�s preocupados con s�mbolos, colores, ritmos, n�meros, geometr�a y con la danza y la m�sica.�La mayor de las riquezas que pose�a la humanidad ancestral era la capacidad de transmitir los conceptos filos�ficos m�s abstractos a trav�s de s�mbolos compuestos.�Como este escritor ha detallado en otro lugar, ninguna forma moderna de intelecci�n constructiva, podr�a incluso haber llegado a existir sin estas legados. � S�lo el �xito y la habilidad de los antepasados en la comunicaci�n figurativa e ic�nica pone fin a la idea de que eran supersticiosos primitivos.�Ahora, hoy, es inaceptable que a trav�s de toda la sociedad occidental, donde todo tipo de s�mbolos proliferan, hay un enorme "analfabetismo de s�mbolos." � Todo lo dem�s, al parecer, se prioriza.�Por lo tanto, en vista de esto, no nos sentimos redundantes al preguntar c�mo puede establecerse el edificio del intelecto personal y orientado correctamente cuando los fundamentos son d�biles o est�n mal alineados? � Si no somos due�os de nuestros propios pensamientos, no podemos tener nuestras propias acciones.� � De ello se desprende que alguien m�s lo har�.
Sin heredar ni absorber la gnosis del simbolismo , el aparato intelectual individual nunca puede moverse hacia la pretensi�n de sabidur�a. � Como J. Krishnamurti, Carl Gustav Jung, Joseph Campbell y otros han advertido que simplemente no es posible. � Y como Brian Wilson Keys, Vance Packard, Jane Kilbourne y otros han detallado que, la psique de generaciones enteras pueden estar contaminadas por el uso subversivo de los s�mbolos. � Algunos han preguntado por qu� no hay hoy "Beethoven" o "Blakes". � La raz�n es, obviamente, porque, en su mayor parte, no participamos en el cultivo del tipo de mentalidad hol�stica que lleva a la mente consciente al di�logo arm�nico con el resto de partes del Ser. Como Wilhelm Reich ha se�alado, ni siquiera estamos experimentando la integraci�n del nivel som�tico y mucho menos el no�tico.� � Las estructuras de autoridad del d�a est�n haciendo todo lo posible para asegurarse de que la escisi�n ps�quica se vea aumentada. � Una mirada a las preocupaciones y costumbres de la cultura adolescente de hoy es suficiente evidencia de esta tragedia, para aquellos que tienen ojos para ver.�Hoy en d�a, los j�venes consideran elegancia vestirse de la cabeza a los pies con logos corporativos sin tener idea de lo que realmente quieren decir, y con la mayor�a de los padres que no tienen ni idea de por qu� se est� produciendo la delincuencia y el deterioro. � La delincuencia adolescente comenz� cuando los publicistas y agentes de publicidad de Madison Avenue obtuvieron el control sobre el subconsciente del ni�o occidental, a trav�s de los estratos de la conciencia de que hace mucho han cesado de ser alimentados por lo sagrado.
Gracias a nuestros s�mbolos sociales y de�nuestras instituciones educativas,�el analfabetismo�ha sido creado y reforzado, por lo que repetimos, no se produce de forma natural y este desarrollo tan peligroso de nuestra evoluci�n personal y colectiva, la falta, tanto del ritual tel�stico como el conocimiento de los s�mbolos se re�ne por una indiferencia alarmante de aquellos en condiciones de hacer algo al respecto. � Casi parecemos programados para pasar de las aspiraciones exclusivamente privadas y es, en su mayor parte, impensable para nosotros que las actividades mediocres y escapes de nuestras vidas puedan ser colocadas por completo a un lado en favor de la revivificaci�n de la larga y perdida hace mucho tiempo alfabetizaci�n de s�mbolos que realmente otorga lucidez y sentido a la vida biogr�fica y colectiva o biol�gica. � Esta incre�ble mediocridad de todo lo que hacemos, aunque h�bilmente disfrazada por el bombardeo de los medios de comunicaci�n, de la fantas�a y de los millones de d�lares que se producen en distracciones pass�, es el s�ntoma de cada persona viviendo en el olvido de su propio ser interior. � Siglos de religi�n, filosof�a, psicolog�a y psicoan�lisis, de cient�ficos y "curas" m�dicas han hecho muy poco para enriquecer verdaderamente la humanidad.� � Ellos han, en su mayor parte, s�lo servido para mantener la apariencia de anormalidad que pasa por normalidad en las sociedades que se dirigen r�pidamente para su propia inmolaci�n f�sica e incluso tal vez cultural. � Como se lament�Alfred North Whitehead:
Vivimos en un Universo que ninguna cantidad de exploraci�n cient�fica va a ser alguna vez plenamente comprendida. � Esto ha sido cient�ficamente y matem�ticamente probado.�A medida que aumenta el conocimiento de la cognici�n del hemisferio izquierdo, tambi�n aumenta la cantidad de ignorancia humana.�Incluso se han encontrado ecuaciones matem�ticas que delinean esto.� � Y a�adimos que el medio de obtener el conocimiento cient�fico es a menudo profundamente antiecon�mico y destructivo. � Las ciencias f�sicas y aplicadas que est�n destinadas a ser, y a pasar por imparciales y objetivas se encuentran constantemente estando al servicio del control de los monopolios de energ�a, empresas y gobierno, incluso secretos "think-tanks", que aseguran que la investigaci�n sigue su agenda a menudo p�rfida.�Por suerte, las ciencias y las artes metaf�sicas, comparativamente, a�n no est�n suscritas. � Es evidente que si realmente queremos detener a las grandes verdades subyacentes, las ciencias metaf�sicas y ocultas son los medios m�s atractivos para hacerlo.�Es por esta raz�n que el movimiento de la �Nueva Era", aunque retardado por sus falacias y fantas�as iniciales, lleg� a existir.�Una vez que se convierte en activo y disciplinado, en lugar de reactivo y ca�tico, como se est� exitosamente convirtiendo, descubrimientos de importancia real para todos en el planeta estar�n obteniendo y transmitiendo. � Estas verdades son universales y no est�n reservadas a la clase uno o estatus financiero e intelectual.�
� El sue�o es lo m�s cercano de nosotros que llega al dep�sito de los conocimientos ancestrales y el conocimiento, a ese "Registro Ak�shico" que se encuentra dentro del inconsciente�y en un nivel biol�gico celular. � Cuando finalmente nos las arreglamos para�utilizar conscientemente nuestras capacidades del cerebro derecho, lo haremos, como los antiguos, siendo capaces de ver la realidad tal como es, y poniendo fin a la dicotom�a "sujeto versus objeto", que nos mantiene en una relaci�n verdadera y directa con la vida.�
� Sus ideas de la divinidad, y de los misterios del ser y del universo, no encontrar�an comparaci�n en "La Era de entretenimiento", de hoy o como�Gore Vidal�lo denomina "La Era de la Amnesia". � Sin embargo, una cosa que todav�a se puede extraer y abrazar de los d�as de las altas culturas es el la dimensi�n ic�nica, simb�lica de expresi�n, que en �ltima instancia nos lleva de forma individual y colectiva de vuelta a la integraci�n ps�quica.�El perfil ps�quico colectivo del mundo occidental es claramente autista y narcisista, como cualquier otro, como cualquiera con trasfondo psicol�gico puede ver. � Somos tecnol�gicamente avanzados y pasamos mucho tiempo felicit�ndonos a nosotros mismos a causa de ella. � Hoy en d�a se habla incluso que "el hombre cre� al hombre", a medida que las ciencias gen�ticas y el enfoque se ponen de moda.�La ciencia se enorgullece de su incesante b�squeda de la perfecci�n, lo que implica que el hombre no es ya perfecto. � Sin embargo, lo contrario es cierto.�El hombre es perfecto, as� como �l es, hasta que se programa para creer lo contrario. � No podemos escuchar la voz interior que nos habla de nuestra propia perfecci�n, debido al clamor del mundo que viola y adormece los sentidos, y que se hace cada vez m�s insoportable y omnipresente con el paso del tiempo. � No podemos ver la perfecci�n en nada ni a nadie, mientras que nuestros propios pensamientos e inteligencia son envenenados con la duda y la auto-abnegaci�n.�Ya no reconocemos la perfecci�n absoluta de la naturaleza mientras existimos en un estado de desorden interno. � El hombre lleno de ansiedad interior, celos y sadismo no est� en condiciones de sanar el mundo.
Como revela la numerolog�a de los�Arcanos Mayores del Tarot, el siglo XXI es el tiempo en que la raza humana completa el c�rculo. � Y los finales invitan a nuevos comienzos.�En este nuevo siglo, los maestros ser�n aquellos que han entendido el misterio de s� mismos, as� como los misterios de la ciencia y la naturaleza.� � Ellos ser�n reveladores en lugar de enga�adores y personas dirigidas por su interior en vez de� jugadores de rol controlados y reprimidos.�Ellos ser�n los que pueden ofrecer soluciones sanas y funcionales a los problemas que han afectado a sus hermanos y hermanas, personal y colectivamente. �� Estas soluciones estar�n arraigadas en la sabidur�a de los antiguos, y nos brindar�n la posibilidad de realizar los saltos cu�nticos necesarios hacia la autenticidad de la vida y el rendimiento.�El siglo XXI puede ser tambi�n un momento en la historia, tal como la conocemos, que llega a su fin.�En efecto, el mundo que nos rodea est� cambiando m�s r�pido que nunca.�Algunos incluso piensan que el tiempo est� "acelerando". � Como escribi� el� psiquiatra existencialista�R.D. Laing:
Es, lamentablemente, un poco ingenuo esperar que las ciencias se rijan por visionarios Gn�sticos, en lugar de la tecnocracia anti-humana de poder. � Tampoco es prudente esperar que aquellos que siguen adictos a, y anhelando, poder y riqueza est�n preocupados por el bienestar general del planeta, o que las psic�ticas empresas atiendan las necesidades espirituales de las clases bajas que ellos buscan esclavizar y deshumanizar. � Sin embargo, todav�a es una buena pol�tica esperar cambios positivos por delante, especialmente en el nivel b�sico, y esperar que el hombre descubra dentro de s� mismo poderes y habilidades que han estado mucho tiempo inactivo.� � La humanidad siempre se puede estar seguro de sorprender a s� mismo.�En cualquier caso, la puerta a la justicia social siempre est� desbloqueada, y todos nosotros tenemos la clave.�La puerta de la autorrealizaci�n est�, del mismo modo, siempre entreabierta, para todos los despreocupados transe�ntes. � Algunos voluntariamente entran del ca�tico y oloroso "mercado" del mundo.�Otros se convierten en sus propios "fariseos". � Tienen miedo de entrar ellos mismos, y usan toda clase de astucia para evitar que otros entren en �l.� � El hombre puede cesar en su loco deseo de mirar hacia el futuro cuando entiende la magnitud de lo que ya le ha sido dado por sus antepasados, y cuando capta plena y profundamente la importancia vital del momento presente en el que vive y respira.� � El hombre que entiende la santidad y el valor del AHORA, no pierde el tiempo, ni siquiera un momento, preocup�ndose� por el mundo de ma�ana, o buscando la "perfecci�n".�Para el aut�ntico yo, el ma�ana no existe, y el hombre ya es perfecto.�Las�gu�as m�s altos�de un hombre as� est�n continuamente ense�ando y cuidando de su bienestar.�Ense�an en silencio por s�mbolos e indicaci�n, por el sue�o y la visi�n. �
El hombre
que escucha y atiende a sus gu�as espirituales, es instruido en el�arte
de la vida, no s�lo la mec�nica del mismo.�Su vida se convierte en un�mandala
viviente�de muchos p�talos y colores, que no puede ser borrado por el
tiempo o la muerte.� � �
�No cesaremos de explorar,
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Debido al�cr�nico analfabetismo de los s�mbolos, nosotros �tendemos a no ser conscientes de un gran veneno en medio de nosotros, algo que tiene un efecto profundo, negativo, en nuestro yo consciente e inconsciente. � Este es el uso de la persuasi�n subliminal en los medios de comunicaci�n y la publicidad. � �
� � Esta persuasi�n constituye nada menos que una dictadura ps�quica. � Involucra la manipulaci�n consciente subversiva y abastecimiento p�blico, de palabras, im�genes, n�meros, colores, ritmos y s�mbolos que luego son dirigidos, a trav�s de los or�culos de los omnipresentes medios de comunicaci�n, hacia las �reas l�mbicas del cerebro humano. � El artificio de los persuasores produce un insidioso y elaborado lenguaje cr�ptico, espec�ficamente dise�ado para estimular la fantas�a y la realidad dicotom�a, impulsos compulsivos de los apetitos inferiores, y una pl�tora de unidades mundanas y disonantes que est�n en conflicto con la naturaleza y las intenciones m�s altas de la conciencia de un individuo. � La constante exposici�n a dicho contenido subliminal sirve para socavar las unidades sanas.�Subvierte la sensibilidad moral natural y, finalmente, detiene la maduraci�n espiritual del ser humano. � Los efectos devastadores de esa subversi�n en nuestro ser, y sobre nuestros hijos, rara vez ha sido explorado en gran profundidad y a�n tiene que ser reconocido por el p�blico en general que, siendo v�ctimas del cr�nico "analfabetismo de los s�mbolos" est� sin blindaje contra el constante bombardeo de informaci�n subliminal entrando en sus mentes, causando, con el tiempo, una lista de pesadilla de trastornos f�sicos y ps�quicos. � Puede que, en la mente de este autor, ning�n cuestionamiento de un cambio social positivo, ning�n cuestionamiento de, ya sea una sanaci�n nacional o global hasta que los seres humanos, en particular los del mundo occidental, se vuelvan l�cidamente conscientes y profundamente educados sobre el poder de los s�mbolos, no s�lo como portales trascendentales o dispositivos matem�ticos, sino como armas en manos de las elites plutocr�ticas, con agendas ocultas, trabajando para detener la maduraci�n mental, emocional y espiritual de las clases bajas. � El alarmante caos existencial que sufren los j�venes actualmente, aunque principalmente deplorados e ignorados, sirve como una acusaci�n directa a la existencia de la subversi�n simb�lica que menciono. � Los j�venes est�n, por definici�n, m�s cerca de la fuerza creativas que el adulto promedio.� � Tambi�n est�n m�s influenciados por las unidades del cerebro l�mbico y, por tanto, responden con mayor celo a los mensajes simb�licos er�ticos y hasta perversos que se est�n volviendo cada vez m�s omnipresentes en su vida y en su espacio de pensamiento. � El, invasivo, clandestinamente dirigido contenido ha sido h�bilmente dise�ado para eludir su conciencia moral y filtro racional.
Los mensajes subliminales permean los programas de televisi�n, los juegos de ordenador, las revistas, las vallas publicitarias, los productos y producciones musicales.� � Sin embargo, no est�n limitados al ambiente de los j�venes. � Ellos son s�lo una de las armas en el arsenal de las desalmadas�corporaciones psic�patas�sin conciencia, cuyo modus operandi se preocupa de las ganancias y la deshumanizaci�n.� � Todo lo que es verdaderamente est�tico, tradicional, cultural o sustancial, s�lo se interpone en el camino de sus monop�licas estratagemas, sus incansables y agresivos esfuerzos en la reducci�n de toda la raza humana a un cuerpo de narcisistas, enfatuados de los sentidos, insensibles, amorales, inmorales o activos criminales "depresivos felices" que manejan las tarjetas de cr�dito. � �
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Negocios son negocios, decimos, las personas est�n s�lo vendiendo sus productos.�Si eso s�lo fuera cierto. � Un poco de investigaci�n y observaci�n objetiva cuenta una historia diferente.�La �lite de las agencias de publicidad son personas extraordinariamente cultas e intuitivas, por lo general de escuelas privadas o contratados por grupos de expertos de reconocido prestigio.�Aunque puede ser una novedad para el consumidor, es un hecho que la venta de productos es s�lo una preocupaci�n ostensible para ellos. � Aunque pueda sonar algo extra�o, es su trabajo implantar motivos pol�ticos y est�ticamente acondicionados dentro de los cerebros de sus antiguos espectadores. � Estos mensajes implantados est�n, m�s a menudo que no, en contra de los intereses de la preferencia consciente.�Es por tanto un crimen real sacarlos a la luz.� � Su capacidad de hacer esto exitosamente surge del hecho de que los anunciantes est�n plenamente familiarizados con las complejidades de la psicolog�a humana y social, el funcionamiento de la mente y las habilidades motoras aut�nomas. � Estudian la compleja naturaleza del deseo, la emoci�n, la libido y el apetito, y muchas de sus investigaciones los llevan a los campos ocultos, en el reino de sabe�smo y la magia, donde frecuentemente es utilizada magia,� talismanes, amuletos, s�mbolos, mudras, mantras y ritmos para la curaci�n y medios apotropaicos.
A lo largo de los siglos los s�mbolos son memorizados y se convierten en una parte del embalse filogen�tico colectivo. � Est�n en nuestra "memoria racial."�Cuando tales s�mbolos son utilizados, invariablemente estimulan reacciones, a menudo emotivas y sexuales.�Algunos estaban y todav�a est�n dise�ados espec�ficamente para afectar los centros l�mbicas del cerebro.�En las culturas primitivas escuchamos hablar del m�dico vud� y su asistente zombie. � Este �ltimo era una persona ordinaria pensante, a quien se le hab�a administrado lenta y subrepticiamente el jugo de la�planta Datura, que drogaba sus sentidos y pon�a la conciencia en un estado de apat�a y pasividad.� � Cada d�a, para que no reviviera, el zombi ten�a que ingerir m�s de la poci�n.�Hoy en d�a, vemos el mismo proceso en funciones, s�lo con mayor frecuencia y sobre un grupo demogr�ficamente m�s grande. � En nuestro caso, la "Datura" no es org�nica, sino auditiva, visual y digital.�Tenemos m�dicos brujos en una torre de marfil y hechiceros del ciber-espacio. � Su mezcla particular de conjuros son lanzados a trav�s de t�cnicas que van por nombres tales como:
Nuevas t�cnicas, s�, pero con el mismo efecto mortal como cualquier voodoo pasado, hechicer�a o telepat�a. � Recientemente, un hipnotizador profesional declar� que las mismas habilidades que se usan para calmar la mente en un estado de sugestionabilidad son, sin duda alguna, utilizadas por los agentes de publicidad.
S�, parece que los magos y hechiceros, los "encantadores" de los libros de cuentos, todav�a est�n vivos y bien y muy ocupados. � Los anunciantes son los "Leonardos" y "Michaelangelos" de hoy y siguen siendo en gran medida bajo el patrocinio olig�rquico.�Sin embargo, no est�n utilizando sus prodigiosos talentos para la elevaci�n espiritual y cultural de la humanidad.�Son persuasores maestros y trabajan en las ciencias del comportamiento y de motivaci�n.� � Su�modus operandi�es la erosi�n sistem�tica de la arquitectura moral, intelectual y espiritual de la sociedad. � La vacuidad espiritual y la degradaci�n moral de nuestro siglo pueden ser rastreados a la corrupci�n vendida por estos persuasores apol�neos en sus relucientes �ticos corporativos.
Estamos dispuestos a aceptar que la mayor�a de otras especies pueden ser entrenados y su comportamiento alterado. � Esto ocurre ya sea por manipulaci�n directa y "entrenamiento", o por el cambio circunferencial del medio ambiente de una criatura y el h�bitat m�s all� de su conciencia.�Y aunque suena controversial, la situaci�n no es diferente con la raza humana. � Las injusticias y la delincuencia que prolifera en todos los rincones del planeta es prueba suficiente del �xito de los�artificios de Pavlov�aqu� descritos.�
� De hecho, la �nica manera de comprender realmente las consecuencias completas de su trabajo consiste en familiarizarnos con el simbolismo espiritual, e incluso con los temas del Tarot, Alquimia y Astro-Teolog�a, etc. � Es s�lo a trav�s del estudio de la naturaleza de la conciencia y su �ntima relaci�n con el color, s�mbolo, n�mero y palabra que podemos recuperar el poder que nosotros, inconscientemente, estamos poniendo en sus manos.�Como los cr�ticos culturales han afirmado, hay pocas fronteras m�s f�sicas que el hombre pueda conquistar.�Se ha observado que existe, sin embargo, espacio ilimitado para la expansi�n y expresi�n en el ciberespacio, en la "autopista de la informaci�n" en lo que se llama el "espacio de datos." � All�, motivos simb�licos de todas las modalidades�pueden proliferar y literalmente infestar nuestras mentes.� � El peligro aqu� es que estas im�genes y su frecuencia entran en las mentes que son casi totalmente analfabetas en cuanto al significado de los s�mbolos.�Hay�250,000 millas de hilos neuronales en el cerebro, lo suficiente como para extenderse desde la tierra a la luna, y en cada micro-metro de estos hilos hay m�s de 240 mil bits de informaci�n. � Sin embargo, estos datos est�n, no en palabras, sino en forma de pictogramas, im�genes compuestas.�Hay 37 entradas sensoriales al cerebro y no s�lo las cinco que nos han dicho.�Los comerciantes de la imagen saben c�mo comunicarse con los estratos m�s profundos de la mente. � Y con el fin de descubrir c�mo poner el hechizo sobre nosotros, tenemos que desarrollar un nuevo tipo de alfabetizaci�n, y nuevas meta-vistas correlativas, que trascienden los modos cerebrales lineales, del hemisferio izquierdo de comprensi�n y an�lisis.
Los s�mbolos han sido utilizados por todas las grandes culturas y, por supuesto, no puede haber verdadero avance hacia formas superiores del lenguaje y la comunicaci�n sin ellos. � Los s�mbolos son formas superiores de comunicaci�n.�Sin embargo, dentro del gran "libro", por as� decirlo, del simbolismo, existe un cap�tulo maestro - el del Tarot.�El Tarot, con su rica y enigm�tica imaginer�a, constituye el cap�tulo clave en el mayor "libro" del simbolismo. � Yo personalmente he encontrado que el estudio esot�rico del Tarot, y sus artes hermanas de la Astrolog�a, c�bala y numerolog�a, ayuda mucho a despertar nuestra inteligencia innata (Sabidur�a Corporal).�A trav�s de estas grandes artes arcanas logramos cultivar una verdadera "alfabetizaci�n simb�lica" y la capacidad de "reconocimiento de patrones". � Estas artes nos permiten desplazar el intelecto, la imaginaci�n y la atenci�n en un modo sin�rgico y polifr�ico, donde la raz�n y el aparato cr�tico operan consistentemente en una gran amplitud, y en el que la psique est� protegida de los mensajes "virales" entrantes que son perjudiciales para su equilibrio y naturaleza interna. � A trav�s de ellos podemos acceder a nuestros "gu�as espirituales" internos que tienen todas nuestras respuestas, liber�ndonos de la dependencia cr�nica de otras personas que est�n, ellos mismos, igualmente condenados a confiar en los "consejos"� de golpea-o-pierde de otros a su alrededor. � Trabajando correctamente y responsablemente con estos�altos Artes�sirve para liberar la voluntad superior dentro de nosotros y�hace que sea m�s f�cil para nosotros separarnos de los insalubres miedos y anhelos.� � Teniendo nuestro Yo superior como amigo y consejero altera dram�ticamente las dicotom�as de "ignorancia contra el conocimiento" y el "fracaso frente al �xito" a nuestro favor y nos permite percibir y sanar las compulsiones que nos encadenan a nuestros respectivos roles socialmente vetados. � Eventualmente, no s�lo somos capaces de liberarnos de nuestras relaciones disfuncionales con otras personas, sino tambi�n de aquellos bajos laberintos emocionales y mentales que con tanta frecuencia nos atrapan en el interior. � A trav�s de estas artes asumimos el mando de nuestro propio destino y ponemos fin a la habituaci�n y la mediocridad que, desafortunadamente se ha definido la vida de la gran masa de la poblaci�n urbana, desde la Revoluci�n Industrial.
El retorno a la cordura, tanto a nivel personal como social, ha sido un tema importante de innumerables psic�logos, activistas y fil�sofos desde hace d�cadas. � Los hombres y mujeres de la raz�n han llegado a la conclusi�n de que algo est� muy mal, existencialmente, con la humanidad post-industrial.�Los expertos han hecho un gran esfuerzo para describir lo que est� mal con la forma en que vive el hombre urbano. � Sin embargo, ofrecen muy poco de la sustancia cuando se trata de soluciones coherentes a los problemas vejatorios de la humanidad.�Ahora estamos en el siglo XXI y el tiempo para la "pensar-en los problemas� es, en la mente de este escritor, ya pas�.� � Ahora es el momento de "pensar-en-soluciones� para que la humanidad haga frente de forma proactiva a la realidad para poder cambiarla, y para tener una tolerancia cero para todos los factores que esclavizan la psique o el cuerpo. � Este cambio de paradigma implica la aceptaci�n y el enfrentamiento de los "lados oscuros" de la ego-personalidad humana y el deseo de vernos a nosotros mismos en su totalidad, por lo que somos moral y psicol�gicamente.�Es nuestra evasi�n habitual y negaci�n que han llevado al mundo y a la humanidad, al borde del ecocidio y la psicosis. � El ego reina, pero el ego es nada menos que el fantasma que ha surgido de la tumba del Yo.�El cambio tambi�n significa un retorno a la sabidur�a de nuestros antiguos antepasados que hicieron las cosas bien la primera vez, y que viv�an en armon�a con los elementos y con la flora y la fauna. � Los altos�Artes de adivinaci�n�son su solemne y hermoso legado para nosotros, y un don que tenemos que respetar y ardientemente emplear en cada aspecto de nuestras vidas.�Las� Artes de la Adivinaci�n�contienen el misterio de los grandes ritos de paso, y de c�mo un hombre puede hacer la traves�a desde el plano "horizontal" del ego-vida, a la "vertical" de yo. � Ellos contienen los secretos de c�mo trascender�la existencia k�rmica�y convertirnos en uno con nuestro�Dharma�(prop�sito de la vida).�Dentro de estas artes se encuentran los s�mbolos arquet�picos y m�sticos de la individuaci�n�que, como una llave de oro,�sirve para abrir las puertas de la sabidur�a y de la salvaci�n. � En esta puerta se abre hacia�la libertad�y el�empoderamiento, la vil puerta a la calamidad y la ruina del mundo est� cerrada y bloqueada para siempre.
Central para nuestra sanaci�n y empoderamiento es el despertar de una socialmente astuta hermen�utica con respecto al uso subversivo de los s�mbolos y de la, completa y detallada exposici�n de las formas sutiles de persuasi�n utilizadas por los oscuros oligarcas y tecn�cratas que siempre nos han cre�do incapaces de asumir la responsabilidad de nuestra propia inteligencia, nuestra propia evoluci�n mental y espiritual. � Hace m�s de 2,000 a�os, el fil�sofo griego Plat�n advirti� enf�ticamente a su sociedad de las consecuencias e la evoluci�n y la verdad, si los "artistas" no tuvieran� restricciones en su influencia de la conciencia de la humanidad (v�ase�La Rep�blica).� � Creo que �l estaba al tanto de la existencia, incluso entonces, de los elementos subversivos que intentan manipular el pensamiento a trav�s de aquello que parece inocente e inofensivo. � En 1835, el historiador franc�s�Alexis de Tocqueville, expres� la misma preocupaci�n de este interesante modo:�
Aunque expl�citas, las convincentes advertencias de�Plat�n,� Arist�teles,�Leibniz,�Jean Baudrillard, entre otros, han pasado en gran parte desapercibidas.� � Tampoco deber�amos necesitar que los grandes fil�sofos nos dijeran que son personajes simb�licamente alfabetizados operando en el mundo, h�bilmente empleando su "arte" a los efectos perniciosos del control y la represi�n. � El suyo es un legado de lo que puede llamarse�"pr�cticas de magia negra"�dise�adas para condicionar negativamente el comportamiento, el pensamiento de control y generar todo lo que es s�rdido y grotesco en la psique humana.� � A trav�s de su maligna manipulaci�n de palabras, n�meros, colores, im�genes, ritmos, sonidos y luz, grandes injusticias infestan el mundo. Los antiguos no hubieran cre�do f�cilmente a sus descendientes capaces de tal sacrilegio.� � En tiempos hist�ricos, los s�mbolos fueron empleados para inspirar y para ilustrar el m�s sutil y m�s sublime de los misterios, y dar expresi�n a las realizaciones filos�ficas m�s profundas del hombre.
� Los c�nicos que siguen a dudando de si�los s�mbolos�y las�im�genes�tienen alg�n efecto negativo duradero en la conciencia m�s les vale recordar y estudiar el m�s reciente ejemplo de control de masas a trav�s del uso de la manipulaci�n oculta y sugesti�n simb�lica:�la Alemania nazi. � Los nazis utilizaban abiertamente la �coreograf�a ritual,� antiguos s�mbolos�y�cantos colectivos,�poderosos logos m�sticos�y�galas�, etc., para facilitar sus dise�os y darles el control sobre todo un pueblo. � Se sabe que Hitler y Himmler ten�an estrechos v�nculos con ocultistas y astr�logos, y tomaron las precauciones necesarias para acabar con los que pondr�an en peligro sus planes.�Los Evangelistas�y otros miembros de la �lite religiosa tambi�n son expertos en sugesti�n de masas. � Como el financista�J.P. Morgan�dijo:
Las presentadores de noticias est�n siempre sutilmente enfatizando estereotipos, dicotom�a y divisiones dialectales.�Los deportes tambi�n ofrecen una de las formas m�s h�biles de crear y reforzar, no s�lo la man�a de la competencia, sino tambi�n lealtades sin fin sobre la base de las divisiones dialectales. � La dial�ctica se encuentra a trav�s del mundo empresarial, pol�tico y de entretenimiento:
No puede haber ninguna duda que, en general, la dial�ctica es una parte necesaria de la evoluci�n humana. � Es cuando el arte dial�ctico se convierte en un arma en manos de aquellos que tratan de conducir a la humanidad a la perdici�n moral y psicol�gica, que la sociedad tiene la obligaci�n de tomar medidas en�rgicas. � El peligro surge cuando una poderosa premisa filos�fica es aplicada a los problemas sociales de la misma forma fr�a, sin sentimientos y manera pragm�tica como un c�lculo binario es utilizado para resolver alg�n enigma matem�tico. � Tal flagrante manipulaci�n es perjudicial existencial y socialmente, precisamente porque es tan penetrante y porque la lesi�n suele ser proporcional a la inocencia natural y la impresionabilidad de las v�ctimas.�El contenido subliminal entra en la psique personal o colectiva en contra de la voluntad consciente y a costa de algo que es cualitativamente superior. � Es el enemigo proverbial interior.
A lo largo de los siglos se ha considerado normal, e incluso ejemplar, el comportamiento de morir por una bandera. � Todav�a asaltamos a otros sobre� un deporte o una lealtad pol�tica, nos sentimos superiores debido a la ropa, casa o autom�vil que poseemos.�La nuestra es una �poca obsesionada con la comparaci�n y el prestigio, el exceso de logro y de la proyecci�n de la fantas�a en realidad. � No importa un �pice si la naturaleza, los animales, los ni�os, los ancianos, las naciones, los inv�lidos u otros pueblos ind�genas sufren.� � He trazado muchos niveles de psicosis y la demencia de m�ltiple personalidad, as� como la disfunci�n de adolescentes y adultos y la criminalidad sexual a los efectos, a trav�s de los a�os de publicidad.�Ahora se habla incluso de tecnolog�a gen�tica que permite al hombre fabricar el hombre. � Sin duda nos destacamos en el artificio y la tecnolog�a, pero parecemos incapaces de permitir a los hombres ya existentes a vivir en libertad, o incluso ser felices.
Y ning�n hombre puede ser feliz cuando sus pensamientos y comportamientos est�n subliminalmente manipulados por una �lite tecnocr�tica decadente, empe�ada en programarlo como si se tratara de una simple m�quina. � Su creaci�n no es un hombre feliz y libre de habitar una utop�a segura.��l es la v�ctima adicta sufriendo impotencia ps�quica y emocional y enredado en la culpa y el conflicto como resultado de ello.�Su vida interior es un miasma de deseos insatisfechos y lealtades equivocadas.��l est� bajo el "Hechizo". � Una vez que se ocluye la conexi�n y la relaci�n con el ser interior, nos convertimos en esclavos de la aprobaci�n y la seguridad exterior. � En consecuencia, aquellos que mandan nuestra adoraci�n deben ser como nosotros mismos, o sea aquellos que parecen poseer una mayor abundancia de quimeras que creemos que son de valor.�El hombre occidental ha sustituido la vida con el estilo de vida, y sigue premi�ndose a s� mismo, y a aquellos a quienes da a luz, por saber, con la mayor celeridad y tan ausente como sea posible, todo lo que hay que saber sobre todos y todo lo dem�s en el mundo, que no sea �l mismo. � �l ve, pero rara vez observa.��l piensa, pero rara vez con su propia mente, y rara vez sobre su propio bienestar moral y psicol�gico. � �l lucha y muere por la preservaci�n y la soberan�a de los amigos, familia, pa�ses, estados, ideales, pero est� separado de �l mismo, y carente de soberan�a ps�quica personal y de inmunidad emocional.
Tr�gicamente, lo que el hombre consume tambi�n lo consume a �l.� � Asqueado y desesperado en su propia alma, y sabiendo casi nada acerca de su propia esencia, �l se carga de un lado a otro en vano, con mil y una ideas y planes, administrando las enfermedades de sus igualmente debilitados vecinos y compa�eros humanos. � Su mente est� plagada de "virus de los medios de comunicaci�n" y sus arranques de libido dentro de todo tipo de t�xica programaci�n� integrada. � Al divorciarnos de nuestro centro, y perdiendo de nuestro sentido natural de una vida interior, nos convertimos en una generaci�n de los que deben tener, pero no ser, que saben qu� pensar pero no c�mo pensar.�Predominan las unidades-personas y unidades-l�mbicas, y obligan al hombre a vivir en la periferia del ser, en la superficie de s� mismo.� � �l no es due�o de sus propios pensamientos, y sin embargo se cree capaz de un pensamiento "independiente" y que tiene elecci�n. � Es cierto, el pensamiento puede ser creativo, pero los pensamientos tambi�n pueden ser creados y distorsionados por agencias que tratan de esclavizar el alma y confundir la inteligencia natural del hombre. � La pestilencia y la injusticia montan sus caballos a trav�s de nuestro mundo, pero van invisibles, sembrando las semillas de la fatalidad entre los inocentes y puros, en los corazones y mentes hasta ahora no protegidas por el conocimiento y la conciencia.
Las fuerzas subversivas que funcionen como descritas y que tratan tan despectivamente a las "clases inferiores" que interiormente temen, pueden ser sancionados, penalizados e incluso derrocados una vez volvamos a la "alfabetizaci�n de S�mbolos" que era natural a nuestros antiguos antepasados. � Cuando el "ojo interior" se abre y el "reconocimiento de patrones" se vuelve tan natural como respirar, las mesas ser�n tiradas sobre los subversivos malhechores de la avenida Madison y tiran�as corporativas similares. � Despu�s desarrollamos incluso una inteligencia cr�tica rudimentaria, ser� entonces cuando la Verdad se decida regresar una vez m�s y habitar entre nosotros.�Nuestra indiferencia y negligencia ha desterrado tanto la�Verdad�como la Virtud�de los vac�os. � Para darles de nuevo la bienvenida en el c�rculo humano y ser alimentado de nuevo por su empresa, primero tenemos que adoptar una actitud de tolerancia cero hacia cualquier ser vivo, o entidad corporativa que tenga como agendas y artificio ir en contra de la raz�n, lo que contribuye a la violaci�n de la tierra, y que se beneficia de la humillaci�n y el empobrecimiento de todas las formas de vida sensibles y no sensibles.
El soci�logo alem�n�George Simmel�dijo una vez que la persona educada era alguien que sab�a c�mo averiguar lo que �l ya no supiera. � Si estuviera vivo hoy, tal vez estar�a de acuerdo en que ha llegado el momento para que la humanidad se haga inteligente, se eduque educaci�n y entrar "en el saber", sobre la dictadura ps�quica que se ha cobrado la cordura y las almas de millones de personas. � En los t�rminos de los Hombres-de-Publicidad, es necesario un nuevo lema caliente y un meme - uno para aparecer estampado en la cartelera virtual que se cierne sobre la problem�tica y el�mundo hiperm�nico ...
Durante a�os lo han estado estudiando a usted.� �
Ha llegado el momento en que usted
los estudie a ellos! � � � � � El Uso Subversivo del Simbolismo Sagrado en los Medios por�sian gunn 11 Noviembre 2014 del Sitio Web�YouTube� � � �Se ha preguntado usted si el artificio de mil millones de d�lares de los medios de comunicaci�n y de los conglomerados publicitarios, tiene un efecto negativo duradero en la mente y la conducta, o si los j�venes est�n especialmente afectados por la presencia omnipresente de los anuncios? � �Es racional esperar que las grandes corporaciones de publicidad pongan en peligro sus grandes monopolios volvi�ndose cada vez m�s responsables en el futuro? � �Podr�n las agencias de Madison Avenue y otros "persuasores ocultos" alguna vez tener que rendir cuentas, si es descubierto y demostrado que las creaciones glamorosas de su industria s� tienen efectos negativos duraderos en nuestras mentes y comportamientos? � Es la nueva enfermedad de dise�ador de nuestra �poca la "sobreabundancia", y es el consumidor el consumido, en estos tiempos de exceso y cr�nico comercialismo? � � �
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