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traducido para Rebeli�n por Caty R. � �
� � � � La noticia de un posible fraude electoral en Ir�n se ha dispersado y ha corrido como p�lvora en fuego por Teher�n, la capital del pa�s, motivando y empujando a los partisanos del ayatol� Rafsanjani a salir a la calle a protestar contra aquellos del ayatol� Jameini. �
Este caos es en parte alimentado por la CIA que ha sembrado la
confusi�n y las rivalidades en el pa�s inundando con mensajes SMS
contradictorios los tel�fonos celulares de una mayor�a de iran�es viviendo
en las principales aglomeraciones urbanas. Thierry Meyssan nos explica esta
experiencia de guerra psicol�gica que utiliza una moderna y sofisticada
tecnolog�a. �
Thierry Meyssan explica este experimento de guerra
psicol�gica. � La semana pasada, durante su discurso en El Cairo dirigido a los musulmanes, el presidente Obama reconoci� oficialmente que,
En aquella �poca, Ir�n estaba controlado por una monarqu�a de opereta dirigida por el Sha Mohammad Reza Pahlavi. � �ste hab�a sido colocado en el trono por los brit�nicos, quienes obligaron a su padre, el oficial cosaco pro-nazi Reza Pahlavi, a dimitir. Sin embargo, el Sha deb�a avenirse con un Primer Ministro nacionalista, Mohammed Mossadegh. � Este �ltimo, con el apoyo del ayatol� Abu al-Qassem Kachani, nacionaliz� los recursos petroleros [2]. Furiosos, los brit�nicos convencieron a Estados Unidos para que detuviera la deriva iran� antes de que el pa�s se hundiera en el comunismo. Entonces, la CIA puso en marcha la "Operaci�n Ajax", dirigida a derrocar a Mossadegh con la ayuda del Sha y sustituirlo por el general nazi Fazlollah Zahedi, hasta entonces detenido por los brit�nicos. �
Zahedi instaur� el r�gimen de terror
m�s cruel de la �poca, mientras el Sha serv�a de tapadera a sus abusos
posando para las revistas occidentales. �
Dicha operaci�n contin�a siendo un
prototipo de subversi�n. La CIA idea un escenario que da la impresi�n de un
levantamiento popular mientras se trata de una operaci�n secreta. El punto
culminante del espect�culo fue una manifestaci�n en Teher�n, con 8.000
extras pagados por la Agencia, para proporcionar fotos convincentes a la
prensa occidental [3] � Washington ha renunciado a atacar militarmente a Ir�n y ha disuadido a Israel de tomar esa iniciativa. Para conseguir "cambiar el r�gimen", la administraci�n Obama prefiere jugar la carta �menos peligrosa aunque m�s incierta- de la acci�n secreta. � A ra�z de la elecci�n presidencial iran�, grandes manifestaciones oponen en las calles de Teher�n a los partidarios del presidente Mahmud Ahmadinejad y su gu�a Ali Jameini por un lado y a los partidarios del candidato derrotado Mir Hossein Musavi y del ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjami por el otro. � Dichas manifestaciones reflejan una profunda divisi�n en la sociedad iran� entre un proletariado nacionalista y una burgues�a que lamenta su marginaci�n de la globalizaci�n econ�mica [4]. �
Actuando bajo cuerda, Washington intenta
influir en los acontecimientos para derrocar al presidente reelegido. � Sin embargo, ese sistema no permite interceptar las comunicaciones telef�nicas v�a Skype, de ah� el �xito de los tel�fonos Skype en las zonas de conflicto [5]. �
As�,
la National Security Agency (NSA) acaba de hacer propuestas a los
proveedores de acceso a Internet de todo el mundo para obtener su
colaboraci�n. A los que han aceptado se les ha retribuido generosamente [6]. �
En otras palabras,
los tel�fonos son los chivatos que permiten saber con qui�n se relaciona una
persona determinada. A partir de ah� se puede conseguir la identificaci�n de
las redes de resistencia. Posteriormente, los tel�fonos permiten localizar
los objetivos identificados y "neutralizarlos". � Desde la guerra del Golfo prevalec�a la "teor�a de los cinco anillos" del coronel John A. Warden:
Ahora es al contrario, es necesario proteger las infraestructuras de las telecomunicaciones. �
Durante los bombardeos de Gaza,
el operador Jawwal [8] dio cr�dito a sus abonados, oficialmente para
ayudarlos, en realidad por inter�s de los israel�es. � En julio de 2008, tras el intercambio de prisioneros y cad�veres entre Israel y Hezbol�, los robots lanzaron decenas de miles de llamadas a los m�viles libaneses. Una voz en �rabe advert�a contra cualquier participaci�n en la resistencia y denigraba a Hezbol�. �
El
ministro liban�s de Telecomunicaciones, Jibran Bassil [9], present� una
denuncia ante la ONU contra esa flagrante violaci�n de la soberan�a del pa�s
[10]. � Sin embargo, tres d�as antes, Musavi y sus amigos consideraban segura la victoria masiva de Ahmadinejad y se esforzaban en explicarla por los desequilibrios en la campa�a electoral. As�, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanjani detallaba sus quejas en una carta abierta. Los institutos de sondeos estadounidenses en Ir�n pronosticaban una ventaja de Ahmadinejad de 20 puntos con respecto a Musavi [12]. �
En ning�n
momento pareci� posible la victoria de Musavi, incluso aunque es probable
que el trucaje acentuase el margen entre ambos candidatos. � Se trataba de mensajes an�nimos que esparc�an noticias de tiroteos y numerosos muertos; noticias que hasta la fecha no se han confirmado. �
Por una
desafortunada coincidencia de calendario, la empresa Twitter deb�a suspender
el servicio durante una noche, el tiempo necesario para el mantenimiento de
sus instalaciones. Pero el departamento de Estado de Estados Unidos
intervino para exigirle que suspendiera dicha operaci�n [13]. Seg�n el
New
York Times, esas operaciones contribuyeron a sembrar la desconfianza entre
la poblaci�n [14]. � Se ha distribuido una Gu�a pr�ctica de la revoluci�n en Ir�n, que incluye varios consejos pr�cticos, entre ellos:
Al aplicarlos, esos consejos impiden cualquier autentificaci�n de los mensajes Twitter. �
Ya no se puede saber si los env�an testigos de las
manifestaciones en Teher�n o agentes de la CIA desde Langley, y no se puede
distinguir lo verdadero de lo falso. El objetivo es crear todav�a m�s
confusi�n y empujar a los iran�es a luchar entre s�. � Pero no es seguro que la CIA pueda canalizar a los manifestantes para que ellos mismos hagan lo que ha renunciado a hacer el Pent�gono si no desean hacerlo:
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