Buenas tardes, amigos, se�oras y se�ores,�
�
Espero
que el lugar para sus discusiones, para nuestras
reuniones est� bien elegido y que el tiempo sea bueno.�Estamos
en el centro de Rusia - no es un centro geogr�fico, sino
espiritual.�[la
Regi�n Novgorod] es la cuna del Estado de Rusia.
�
Nuestros destacados historiadores creen y han analizado
c�mo los elementos de la condici�n de Estado de Rusia se
reunieron aqu�.�Esto
es, a la luz del hecho de que dos grandes r�os - el
Volkhov y el Neva - actuaron como medios naturales de
comunicaci�n, proporcionando un v�nculo natural, en el
momento.�Y
fue aqu� que la condici�n de Estado de Rusia comenz�
gradualmente a emerger.�
�
Como ya se ha se�alado, este a�o el Club [Valdai]
ha reunido una lista de participantes sin precedentes:
m�s de 200 pol�ticos rusos y extranjeros, l�deres
p�blicos y espirituales, fil�sofos y personalidades de
la cultura, personas con muy diferentes, originales y, a
veces opuestos puntos de vista.�
Ya han conferenciando aqu� por unos d�as ahora, y
voy a tratar de no aburrirlos indebidamente.�Pero,
sin embargo, me permitir� expresar mi opini�n sobre
temas que usted ha tocado durante estos debates de una
manera u otra.
�
Yo no s�lo estoy pensando acerca de analizar las
experiencias hist�ricas, culturales, y de gobierno de
Rusia.
�
En primer lugar, estoy pensando en los
debates generales, las conversaciones sobre el futuro,
estrategias y valores, sobre los valores que sustentan
el desarrollo de nuestro pa�s, c�mo los procesos
mundiales afectar�n nuestra identidad nacional, �qu�
clase de mundo del siglo XXI queremos ver, y con que
Rusia, nuestro pa�s, puede contribuir a este mundo junto
con sus socios.
Hoy necesitamos nuevas estrategias para preservar
nuestra identidad en un mundo que cambia r�pidamente, un
mundo que se ha vuelto m�s abierto, transparente e
interdependiente.
�
Este hecho se enfrenta a pr�cticamente
todos los pa�ses y todos los pueblos en una forma u
otra: rusos, europeos, chinos y estadounidenses - las
sociedades de pr�cticamente todos los pa�ses.�Y,
naturalmente, incluso aqu� en Valdai, nos esforzamos por
comprender mejor c�mo nuestros socios est�n tratando de
responder a este desaf�o, porque estamos reunidos aqu�
con expertos en Rusia.
�
Pero procedemos del hecho de que nuestros hu�spedes
podr�n exponer sus puntos de vista sobre la interacci�n
y la relaci�n entre Rusia y los pa�ses que ustedes
representan.�
Para nosotros (y estoy hablando de los rusos y Rusia),
las preguntas sobre qui�nes somos y qui�nes queremos ser
son cada vez m�s prominentes en nuestra sociedad.�Hemos
dejado atr�s la ideolog�a sovi�tica, y no habr� retorno.�Los
defensores del conservadurismo fundamental que idealizan
la pre-Rusia de 1917 parecen estar igualmente lejos de
la realidad, al igual que los partidarios de un
liberalismo extremo de estilo occidental.�
�
Es evidente que es imposible avanzar sin la
autodeterminaci�n espiritual, cultural y nacional.�Sin
esto no vamos a ser capaces de soportar los desaf�os
internos y externos, ni vamos a tener �xito en las
competiciones mundiales.�Y
hoy vemos una nueva ronda de dichas competiciones.
�
Hoy en d�a sus principales focos son
econ�mico-tecnol�gico e ideol�gico-informativo.�Problemas
pol�tico-militares, y las condiciones generales est�n
empeorando.�El
mundo es cada vez m�s r�gido, y a veces no renuncia s�lo
a la ley internacional, sino tambi�n la decencia b�sica.
[Cada
pa�s] tiene que tener ej�rcito, fuerza tecnol�gica y
econ�mica, pero sin embargo lo m�s importante que
determinar� el �xito es la calidad de los ciudadanos, la
calidad de la sociedad:�
su fuerza intelectual, espiritual y moral.
Despu�s de todo, el crecimiento econ�mico final, la
prosperidad y la influencia geopol�tica se derivan de
las condiciones sociales.
�
Ellos dependen de si los ciudadanos de un pa�s
determinado se consideran una naci�n, en qu� medida se
identifican con su propia historia, los valores y
tradiciones, y si est�n unidos por metas y
responsabilidades comunes.
�
En este sentido, la cuesti�n de la b�squeda y el
fortalecimiento de la identidad nacional es realmente
fundamental para Rusia.�
�
Mientras tanto, la identidad nacional de Rusia hoy est�
experimentando no s�lo las presiones objetivas derivadas�de
la globalizaci�n, sino tambi�n las consecuencias de
las cat�strofes nacionales del siglo XX, cuando
experimentamos el colapso de nuestro estado dos tiempos
diferentes.
�
El resultado fue un golpe devastador a los c�digos
culturales y espirituales de nuestra naci�n;�nos
enfrentamos a la interrupci�n de las tradiciones y la
consonancia de la historia, con la desmoralizaci�n de la
sociedad, con un d�ficit de confianza y responsabilidad.�Estas
son las causas fundamentales de muchos de los problemas
acuciantes que enfrentamos.
�
Despu�s de todo, la cuesti�n de la responsabilidad por
uno mismo, ante la sociedad y la ley, es algo
fundamental tanto para la vida jur�dica y todos los
d�as.�
�
Despu�s de 1991 hubo la ilusi�n de que
una nueva ideolog�a nacional, una ideolog�a de
desarrollo, simplemente aparecer�a por s� misma.�El
Estado, las autoridades, las clases intelectuales y
pol�ticas pr�cticamente rechazaron participar en este
trabajo, tanto m�s cuanto que la ideolog�a anterior,
semioficial era dif�cil de tragar.
�
Y, de hecho, todos simplemente tienen miedo de abordar
incluso el tema.
�
Adem�s, la falta de una idea nacional derivada de una
identidad nacional se benefici� del elemento
cuasi-colonial de la �lite - aquellos decididos a robar
y retirar el capital, y que no vinculan su futuro al del
pa�s, el lugar en el que ganaban su dinero.
�
�La
pr�ctica ha demostrado que una nueva idea nacional no
aparece simplemente, ni se desarrollar de acuerdo a las
reglas del mercado.�Un
Estado y Sociedad construidos espont�neamente no
funciona, y tampoco lo hace copiando mec�nicamente las
experiencias de otros pa�ses.�Dicho
pr�stamo primitivo e intentos de civilizar Rusia desde
el extranjero no fueron aceptados por la mayor�a
absoluta de nuestro pueblo.�
�
Esto se debe a que el deseo de independencia y soberan�a
en las esferas de pol�tica espirituales, ideol�gicas y
extranjeras es una parte integral de nuestro car�cter
nacional.�Por
cierto, estos enfoques a menudo han fracasado en otras
naciones tambi�n.�El
momento en que los modelos de estilo de vida ya hechos
podr�an ser instalados en estados extranjeros como si
fuesen programas de ordenador ha pasado.
�
Tambi�n entendemos que la identidad y la idea nacional
no pueden ser impuestas desde arriba, no se pueden
establecer sobre un monopolio ideol�gico.
�
Tal construcci�n es muy inestable y vulnerable;�sabemos
por experiencia personal.�No
tiene futuro en el mundo moderno.�Necesitamos
creatividad hist�rica, una s�ntesis de las mejores
pr�cticas e ideas nacionales, una comprensi�n de
nuestras tradiciones culturales, espirituales y
pol�ticas de diferentes puntos de vista, y que
entendemos que [la identidad nacional] no es algo r�gido
que va a durar para siempre, pero m�s bien un organismo
vivo.
�
S�lo entonces nuestra identidad estar� tendr� una base
s�lida, ser� dirigida hacia el futuro y no el pasado.
�
Este es el principal argumento que demuestra que una
ideolog�a de desarrollo debe ser discutida por las
personas que tienen diferentes puntos de vista, y tienen
diferentes opiniones sobre c�mo y qu� hacer para
resolver los problemas indicados.�
�
Todos nosotros - los llamados
neo-eslav�filos y Neo-occidentalistas, estatistas y los
llamados liberales - todos los de la sociedad debemos
trabajar juntos para crear objetivos comunes de
desarrollo.
�
Tenemos que romper el h�bito de s�lo escuchar a las
personas de ideas afines, con enojo - y hasta con odio
- rechazando cualquier otro punto de vista desde el
principio.�No
se puede dar la vuelta o incluso patear el futuro del
pa�s como un bal�n de f�tbol,� sumi�ndonos en el
nihilismo desenfrenado, el consumismo, la cr�tica de
cualquier cosa y todo, o el sombr�o pesimismo.�
�
Esto significa que los liberales tienen
que aprender a hablar con los representantes de la
izquierda y, por el contrario, los nacionalistas deben
recordar que Rusia se form� espec�ficamente como un pa�s
multi�tnico y multiconfesional desde sus inicios.
�
Los nacionalistas deben poner en cuesti�n nuestro
car�cter multi�tnico, y explotando el tema de Rusia,
T�rtaro, cauc�sico, de Siberia o de cualquier otro
nacionalismo o separatismo, significa que estamos
empezando a destruir nuestro c�digo gen�tico.
�
En efecto, vamos a empezar a destruirnos a nosotros
mismos.�
La soberan�a de Rusia, la independencia y la
integridad territorial son incondicionales.�Estas
son las l�neas rojas que nadie est� autorizado a cruzar.
Para todas las diferencias en nuestros puntos de vista,
los debates sobre la identidad y sobre nuestro futuro
nacional son imposibles a menos que sus participantes
sean patri�ticos.�Por
supuesto me refiero patriotismo en el sentido m�s puro
de la palabra.�
�
Con demasiada frecuencia, en la historia de nuestra
naci�n, en vez de oposici�n al gobierno nos hemos
enfrentado a oponentes de la propia Rusia.�Ya
he mencionado esto;�Pushkin
tambi�n habl� de ello.�Y
sabemos c�mo termin�, con la demolici�n del Estado [de
Rusia] como tal.
�
No hay pr�cticamente ninguna familia rusa que haya
escapado por completo de los problemas del siglo pasado.�Preguntas
sobre la forma de evaluar ciertos acontecimientos
hist�ricos todav�a dividen a nuestro pa�s y a la
sociedad.�
�
Necesitamos sanar estas heridas, y reparar los tejidos
de nuestro tejido hist�rico.�Ya
no podemos participar en el autoenga�o, ponchando a
arrancando p�ginas antiest�ticas o ideol�gicamente
inc�modas de nuestra historia, rompiendo los v�nculos
entre generaciones, corriendo a los extremos, creando o
desacreditando �dolos.�Es
hora de dejar de s�lo tomar nota de lo malo de nuestra
historia, y reprendernos a nosotros mismos m�s de lo que
nuestros oponentes har�an.
�
Es necesaria la auto-cr�tica, pero sin un sentido de
autoestima, o el amor por nuestra patria, tal cr�tica se
vuelve humillante y contraproducente.�
�
Debemos estar orgullosos de nuestra historia, y tenemos
cosas para estar orgullosos.�Toda
nuestra, historia sin censura debe ser una parte de la
identidad rusa.�Sin
reconocer esto, es imposible establecer una confianza
mutua y permitir que la sociedad se mueva hacia
adelante.�
�
Otro grave problema para la identidad de
Rusia est� vinculado a los acontecimientos que est�n
teniendo lugar en el mundo.�La pol�tica exterior y los
aspectos morales.�Podemos ver c�mo muchos de los pa�ses
euro-atl�nticos en realidad rechazan sus ra�ces,
incluyendo los valores cristianos que constituyen la
base de la civilizaci�n occidental.
�
Ellos est�n negando los principios morales y todas las
identidades tradicionales: nacionales, culturales,
religiosas e incluso sexuales.�Se
est�n poniendo en pr�ctica las pol�ticas que equiparan
las familias numerosas con parejas del mismo sexo, la
creencia en Dios con la creencia en Satan�s.�
Los excesos de la correcci�n pol�tica han llegado
a un punto donde la gente est� hablando seriamente en
registrar partidos pol�ticos cuyo objetivo sea�promover
la pedofilia.�La
gente en muchos pa�ses europeos se sienten avergonzados
o tienen miedo de hablar acerca de sus afiliaciones
religiosas.
�
Las vacaciones son abolidas o incluso se llaman algo
diferente;�su
esencia se esconde, al igual que su fundamento moral.�Y
la gente est� agresivamente tratando de exportar este
modelo en todo el mundo.�Estoy
convencido de que esto abre un camino directo a la
degradaci�n y el primitivismo, lo que resulta en una
profunda crisis demogr�fica y moral.�
�
�Qu� otra cosa sino la p�rdida de la
capacidad de auto-reproducci�n podr�a actuar como el
mayor testimonio de la crisis moral de cara a una
sociedad humana?
�
Hoy en d�a, casi todos los pa�ses desarrollados ya no
son capaces de reproducirse a s� mismos, incluso con la
ayuda de la migraci�n.�Sin
los valores impl�citos en el cristianismo y otras
religiones del mundo, sin las normas de la moral que han
tomado forma a trav�s de milenios, la gente
inevitablemente pierde su dignidad humana.
�
Consideramos que es natural y justo
defender estos valores.�Hay que respetar el derecho de
todas las minor�as a ser diferente, pero los derechos de
la mayor�a no deben ponerse en tela de juicio.�
Al mismo tiempo vemos los intentos de revivir de
alguna manera un modelo estandarizado de un mundo
unipolar y de la falta de definici�n de las
instituciones del derecho internacional y la soberan�a
nacional.�Tal
mundo estandarizado, unipolar, no requiere estados
soberanos;�requiere
vasallos.�En
un sentido hist�rico esto equivale a un rechazo de la
propia identidad, de la diversidad dada por Dios al
mundo.�
�
Rusia est� de acuerdo con aquellos que
creen que las decisiones clave deben ser resueltas de
manera colectiva, en lugar de a la discreci�n de y en
los intereses de ciertos pa�ses o grupos de pa�ses.
�
Rusia cree que el derecho internacional, no el derecho
de los fuertes, debe aplicarse.�Y
creemos que cada pa�s, cada naci�n no es excepcional,
pero �nico, original y se beneficia de la igualdad de
derechos, entre ellos el derecho a elegir
independientemente su propio camino de desarrollo.�Este
es nuestro punto de vista conceptual, y se desprende de
nuestro propio destino hist�rico y del papel de Rusia en
la pol�tica mundial.�Nuestra
posici�n actual tiene profundas ra�ces hist�ricas.�La
propia Rusia ha evolucionado sobre la base de la
diversidad, la armon�a y el equilibrio, y trae un
equilibrio a la escena internacional.�
�
Quiero recordarles que el Congreso de Viena de 1815 y
los acuerdos alcanzados en Yalta en 1945, tomados con la
muy activa participaci�n de Rusia, aseguraron una paz
duradera.�La
fortaleza de Rusia, la fuerza de una naci�n que gana en
esos momentos cr�ticos, se manifest� as� misma como
generosidad y justicia.
�
Y recordemos que [el�Tratado
de] Versalles,
concluy� sin la participaci�n de Rusia.
�
Muchos expertos, y estoy totalmente de acuerdo con
ellos, creen que Versalles sent� las bases de la Segunda
Guerra Mundial debido a que el Tratado de Versalles era
injusto para el pueblo alem�n:
�
impuso restricciones a las que no pod�a hacer frente, y
en el curso del siguiente siglo se hizo evidente.
Hay un aspecto m�s fundamental al que quiero llamar su
atenci�n.
�
En Europa y en otros pa�ses, el llamado
multiculturalismo es en muchos aspectos un modelo
artificial trasplantado que ahora est� siendo
cuestionado, por razones comprensibles.�Esto se debe a
que se basa en el pago por el pasado colonial.
�
No es casualidad que hoy los europeos pol�ticos y
figuras p�blicas est�n hablando cada vez m�s sobre los
fracasos de la multiculturalidad, y que no son capaces
de integrar los idiomas extranjeros o elementos
culturales extranjeros en sus sociedades.�
�
En los �ltimos siglos en Rusia, lo que algunos trataron
de etiquetar como la "prisi�n de las naciones", ni
siquiera el m�s peque�o grupo �tnico ha desaparecido.�Y
han conservado, no s�lo su autonom�a interna y la
identidad cultural, sino tambi�n su espacio hist�rico.
�
Usted sabe, yo estaba interesado en aprender (yo ni
siquiera sab�a esto) que en la �poca sovi�tica
[autoridades] daban tal cuidadosa atenci�n a esto que
pr�cticamente todos los grupos �tnicos peque�os tuvieran
su propia publicaci�n impresa, en apoyo a su idioma, y
para su literatura nacional.�Debemos
traer de vuelta y tener en cuenta gran parte de lo que
se ha hecho en este sentido.�
�
junto con esto las diferentes culturas en Rusia tienen
la experiencia �nica de la mutua influencia, el
enriquecimiento mutuo y el respeto mutuo.�Esta
multiculturalidad y multietnicidad vive en nuestra
conciencia hist�rica, en nuestro esp�ritu y en nuestra
constituci�n hist�rica.�El nuestro estado fue construido
en este modelo org�nico, en el curso de un milenio.�
Rusia - como tan v�vidamente los puso el fil�sofo�Konstantin Leontiev - siempre se ha desarrollado en la "complejidad
floreciente" como un estado-civilizaci�n, reforzado por
el pueblo ruso, el idioma ruso, la cultura rusa, la
Iglesia ortodoxa rusa y otras religiones tradicionales
del pa�s.
�
Es precisamente el modelo de civilizaci�n que ha formado
nuestro sistema de gobierno estatal.�Siempre
ha tratado de acomodar de manera flexible la
especificidad �tnica y religiosa de territorios
particulares, garantizar la diversidad en la unidad.�
El cristianismo, el islam, el budismo, el
juda�smo y otras religiones son una parte integral de la
identidad de Rusia, su patrimonio hist�rico y la vida de
hoy en d�a de su los ciudadanos.�La
principal tarea del Estado, tal como se consagra en la
Constituci�n, es garantizar la igualdad de derechos para
los miembros de las religiones y ateos tradicionales, y
el derecho a la libertad de conciencia de todos los
ciudadanos.�
Sin embargo, es claramente imposible
identificarse a s� mismo s�lo a trav�s de la propia
etnia o la religi�n en una gran naci�n como con una
poblaci�n multi�tnica. Con el fin de mantener la unidad
de la naci�n, la gente debe desarrollar una identidad
c�vica sobre la base de valores compartidos, una
conciencia patri�tica, responsabilidad c�vica y la
solidaridad, el respeto a la ley, y un sentido de
responsabilidad por el destino de su patria, sin perder
el contacto con sus ra�ces �tnicas o religiosas�
�
Hay amplias discusiones sobre c�mo se estructurar� la
ideolog�a del desarrollo nacional pol�tica y
conceptualmente - incluso con su participaci�n, colegas.
�
Pero creo profundamente que el desarrollo personal,
moral, intelectual y f�sico de los individuos debe
permanecer en el coraz�n de nuestra filosof�a.
�
Volviendo al inicio de la d�cada de 1990, Solzhenitsyn
afirm� que el objetivo principal de la naci�n deb�a ser
preservar la poblaci�n despu�s de un muy dif�cil siglo
20.�Hoy
en d�a, tenemos que admitir que todav�a no hemos
superado totalmente las tendencias demogr�ficas
negativas, aunque hemos virado lejos en un peligroso
descenso en el potencial nacional.�
�
Desafortunadamente, a lo largo de la
historia de nuestra naci�n, poco valor se le dio a veces
a las vidas humanas individuales.�Con demasiada
frecuencia, las personas fueron vistas simplemente como
un medio, en lugar de un objetivo y una misi�n para el
desarrollo.�Ya no tenemos ese derecho y no podemos tirar
millones de vidas humanas en el fuego por el bien del
desarrollo.�Debemos atesorar cada individuo.
�
La principal fuerza de Rusia en este y en futuros siglos
se encuentra en sus educadas, creativas, personas
f�sica y espiritualmente sanas, en lugar de los recursos
naturales.�
�
El papel de la educaci�n es a�n m�s
importante, ya que con el fin de educar a un individuo,
un patriota, debemos restaurar el papel de la gran
cultura y la literatura rusa.�Ellos deben servir como
base para la identidad personal de las personas, la
fuente de su singularidad y su base para la comprensi�n
de la idea nacional.
�
Aqu�, mucho depende de la comunidad educativa, que ha
sido y sigue siendo un guardi�n muy importante de
valores en todo el pa�s, ideas y filosof�as.
�
Esta comunidad habla el mismo lenguaje -
el lenguaje de la ciencia, el conocimiento y la
educaci�n, a pesar del hecho de que se extiende sobre un
territorio enorme, desde Kaliningrado a Vladivostok.�De
esta manera, la comunidad de profesores, la comunidad
educativa en general, en el sentido amplio de la
palabra, se une a la naci�n.
�
Apoyar esta comunidad es uno de los pasos m�s
importantes en el camino hacia una fuerte, floreciente
Rusia.�
�
Quiero subrayar una vez m�s que sin
concentrar nuestros esfuerzos en la educaci�n y la salud
de las personas, la creaci�n de la responsabilidad mutua
entre las autoridades y cada individuo, y el
establecimiento de la confianza dentro de la sociedad,
vamos a ser los perdedores en la competici�n de la
historia.
�
Los ciudadanos de Rusia deben sentir que ellos son los
due�os responsables de su pa�s, regi�n, ciudad natal,
bienes, pertenencias y sus vidas.�Un
ciudadano es alguien que es capaz de gestionar de forma
independiente sus propios asuntos, libremente cooperando
con los iguales.
�
�Los gobiernos locales y las
organizaciones autorreguladas de los ciudadanos sirven
como la mejor escuela para la conciencia c�vica.�Por
supuesto, me estoy refiriendo a las organizaciones no
lucrativas.�Por cierto, una de las mejores tradiciones
pol�ticas de Rusia, la tradici�n del consejo del pa�s,
fue tambi�n construida sobre los principios de la
administraci�n local.
�
Una verdadera sociedad civil y una verdadera �lite
pol�tica, cdentrada a nivel nacional incluyendo a la
oposici�n con su propia ideolog�a, los valores y las
normas para el bien y el mal - las suyas propias, en
lugar de las dictadas por los medios de comunicaci�n o
desde el extranjero - s�lo puede crecer a trav�s de
mecanismos de auto eficacia aut�nomos.
�
El Gobierno est� dispuesto a confiar en la
auto-regulaci�n y asociaciones aut�nomas, pero hay que
saber en qui�n estamos confiando.�Esta
es una pr�ctica mundial absolutamente normal, que es
precisamente por eso que hemos pasado una nueva
legislaci�n para aumentar la transparencia de las
organizaciones no gubernamentales.�
Hablando de todo tipo de reformas, es importante
tener en cuenta que hay m�s a nuestra naci�n que s�lo
Mosc� y San Petersburgo.
�
En el desarrollo del federalismo ruso, debemos confiar
en nuestra propia experiencia hist�rica, usando modelos
flexibles y diversos.�El
modelo ruso del federalismo tiene un gran potencial
construido en �l.
�
�Es imperativo que aprendamos a utilizarlo de manera
competente, sin olvidar su aspecto m�s importante:
el desarrollo de las regiones y su independencia debe
crear la igualdad de oportunidades para todos los
ciudadanos de nuestra naci�n, independientemente de
donde vivan, eliminar las desigualdades en el desarrollo
econ�mico y social del territorio de Rusia,
fortaleciendo as� la unidad de la naci�n.
�
En �ltima instancia, �ste es un gran
desaf�o, porque el desarrollo de estos territorios ha
sido muy desequilibrado a lo largo de d�cadas y siglos
incluso.�
Me gustar�a tocar otro tema.
�
El siglo 21 promete convertirse en el siglo de grandes
cambios, la era de la formaci�n de las principales zonas
geopol�ticas, as� como las �reas financieras y
econ�micas, culturales, de civilizaci�n, y militares y
pol�ticas.�Es
por ello que la integraci�n con nuestros vecinos es
nuestra prioridad absoluta.
�
El futuro de la Uni�n Econ�mica Euroasi�tica, que hemos
declarado y que hemos discutido ampliamente en los
�ltimos tiempos, no es s�lo una colecci�n de acuerdos
mutuamente beneficiosos.�La
Uni�n Euroasi�tica es un proyecto para el mantenimiento
de la identidad de las naciones en el espacio
euroasi�tico hist�rico en un nuevo siglo y de un nuevo
mundo. .
�
La integraci�n de Eurasia es una oportunidad para que
todo el espacio post-sovi�tico se convierta en un centro
independiente para el desarrollo global, en lugar de
permanecer en la periferia de Europa y Asia.
�
Quiero hacer hincapi� en que la integraci�n de Eurasia
tambi�n se basa en el principio de la diversidad.
�
Esta es una uni�n donde todos mantienen su identidad, su
car�cter distintivo y su independencia pol�tica.�Junto
con nuestros socios, vamos a implementar gradualmente
este proyecto, paso a paso.�Esperamos
que se convierta en nuestra entrada com�n en el
mantenimiento de la diversidad y el desarrollo mundial
estable.
�
Los colegas, se refieren a menudo a los a�os posteriores
a 1991 como la era post-sovi�tica.�Hemos
vivido y superado ese turbulento per�odo, dram�tico.�Rusia
ha pasado a trav�s de estas pruebas y tribulaciones y
est� volviendo a s� mismo, a su propia historia, tal
como lo hizo en otros momentos de su historia.
�
Despu�s de la consolidaci�n de nuestra
identidad nacional, el fortalecimiento de nuestras
ra�ces, y permaneciendo abiertos y receptivos a las
mejores ideas y pr�cticas de Oriente y Occidente,
debemos y vamos a seguir adelante.
Muchas gracias por su atenci�n.