20 Septiembre 2013

del Sitio Web�RT

Traducido por el sitio Web oficial del Presidente ruso,�Kremlin.ru

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles


El Presidente Ruso Vladimir Putin atendiendo President Vladimir Putin atendiendo

la reuni�n del d�cimo aniversario de Club Valdai International de Discusi�n en la Regi�n de Novgorod

29 septiembre, 2013.

(RIA Novosti/Sergey Guneev)



Vladimir Putin�habl� antes de la �ltima sesi�n plenaria del club Valdai de Discusi�n Internacional, destacando la necesidad urgente de Rusia para una idea nacional unida con el fin de tener �xito en un entorno global.

EL PRESIDENTE DE RUSIA VLADIMIR PUTIN:

Buenas tardes, amigos, se�oras y se�ores,�

Espero que el lugar para sus discusiones, para nuestras reuniones est� bien elegido y que el tiempo sea bueno.�Estamos en el centro de Rusia - no es un centro geogr�fico, sino espiritual.�[la Regi�n Novgorod] es la cuna del Estado de Rusia.

Nuestros destacados historiadores creen y han analizado c�mo los elementos de la condici�n de Estado de Rusia se reunieron aqu�.�Esto es, a la luz del hecho de que dos grandes r�os - el Volkhov y el Neva - actuaron como medios naturales de comunicaci�n, proporcionando un v�nculo natural, en el momento.�Y fue aqu� que la condici�n de Estado de Rusia comenz� gradualmente a emerger.�

Como ya se ha se�alado, este a�o el Club [Valdai] ha reunido una lista de participantes sin precedentes: m�s de 200 pol�ticos rusos y extranjeros, l�deres p�blicos y espirituales, fil�sofos y personalidades de la cultura, personas con muy diferentes, originales y, a veces opuestos puntos de vista.�

Ya han conferenciando aqu� por unos d�as ahora, y voy a tratar de no aburrirlos indebidamente.�Pero, sin embargo, me permitir� expresar mi opini�n sobre temas que usted ha tocado durante estos debates de una manera u otra.

Yo no s�lo estoy pensando acerca de analizar las experiencias hist�ricas, culturales, y de gobierno de Rusia.

En primer lugar, estoy pensando en los debates generales, las conversaciones sobre el futuro, estrategias y valores, sobre los valores que sustentan el desarrollo de nuestro pa�s, c�mo los procesos mundiales afectar�n nuestra identidad nacional, �qu� clase de mundo del siglo XXI queremos ver, y con que Rusia, nuestro pa�s, puede contribuir a este mundo junto con sus socios.

Hoy necesitamos nuevas estrategias para preservar nuestra identidad en un mundo que cambia r�pidamente, un mundo que se ha vuelto m�s abierto, transparente e interdependiente.

Este hecho se enfrenta a pr�cticamente todos los pa�ses y todos los pueblos en una forma u otra: rusos, europeos, chinos y estadounidenses - las sociedades de pr�cticamente todos los pa�ses.�Y, naturalmente, incluso aqu� en Valdai, nos esforzamos por comprender mejor c�mo nuestros socios est�n tratando de responder a este desaf�o, porque estamos reunidos aqu� con expertos en Rusia.

Pero procedemos del hecho de que nuestros hu�spedes podr�n exponer sus puntos de vista sobre la interacci�n y la relaci�n entre Rusia y los pa�ses que ustedes representan.�


Para nosotros (y estoy hablando de los rusos y Rusia), las preguntas sobre qui�nes somos y qui�nes queremos ser son cada vez m�s prominentes en nuestra sociedad.�Hemos dejado atr�s la ideolog�a sovi�tica, y no habr� retorno.�Los defensores del conservadurismo fundamental que idealizan la pre-Rusia de 1917 parecen estar igualmente lejos de la realidad, al igual que los partidarios de un liberalismo extremo de estilo occidental.�

Es evidente que es imposible avanzar sin la autodeterminaci�n espiritual, cultural y nacional.�Sin esto no vamos a ser capaces de soportar los desaf�os internos y externos, ni vamos a tener �xito en las competiciones mundiales.�Y hoy vemos una nueva ronda de dichas competiciones.

Hoy en d�a sus principales focos son econ�mico-tecnol�gico e ideol�gico-informativo.�Problemas pol�tico-militares, y las condiciones generales est�n empeorando.�El mundo es cada vez m�s r�gido, y a veces no renuncia s�lo a la ley internacional, sino tambi�n la decencia b�sica.


[Cada pa�s] tiene que tener ej�rcito, fuerza tecnol�gica y econ�mica, pero sin embargo lo m�s importante que determinar� el �xito es la calidad de los ciudadanos, la calidad de la sociedad:�

su fuerza intelectual, espiritual y moral.

Despu�s de todo, el crecimiento econ�mico final, la prosperidad y la influencia geopol�tica se derivan de las condiciones sociales.

Ellos dependen de si los ciudadanos de un pa�s determinado se consideran una naci�n, en qu� medida se identifican con su propia historia, los valores y tradiciones, y si est�n unidos por metas y responsabilidades comunes.

En este sentido, la cuesti�n de la b�squeda y el fortalecimiento de la identidad nacional es realmente fundamental para Rusia.�

Mientras tanto, la identidad nacional de Rusia hoy est� experimentando no s�lo las presiones objetivas derivadas�de la globalizaci�n, sino tambi�n las consecuencias de las cat�strofes nacionales del siglo XX, cuando experimentamos el colapso de nuestro estado dos tiempos diferentes.

El resultado fue un golpe devastador a los c�digos culturales y espirituales de nuestra naci�n;�nos enfrentamos a la interrupci�n de las tradiciones y la consonancia de la historia, con la desmoralizaci�n de la sociedad, con un d�ficit de confianza y responsabilidad.�Estas son las causas fundamentales de muchos de los problemas acuciantes que enfrentamos.

Despu�s de todo, la cuesti�n de la responsabilidad por uno mismo, ante la sociedad y la ley, es algo fundamental tanto para la vida jur�dica y todos los d�as.�

Despu�s de 1991 hubo la ilusi�n de que una nueva ideolog�a nacional, una ideolog�a de desarrollo, simplemente aparecer�a por s� misma.�El Estado, las autoridades, las clases intelectuales y pol�ticas pr�cticamente rechazaron participar en este trabajo, tanto m�s cuanto que la ideolog�a anterior, semioficial era dif�cil de tragar.

Y, de hecho, todos simplemente tienen miedo de abordar incluso el tema.

Adem�s, la falta de una idea nacional derivada de una identidad nacional se benefici� del elemento cuasi-colonial de la �lite - aquellos decididos a robar y retirar el capital, y que no vinculan su futuro al del pa�s, el lugar en el que ganaban su dinero.

�La pr�ctica ha demostrado que una nueva idea nacional no aparece simplemente, ni se desarrollar de acuerdo a las reglas del mercado.�Un Estado y Sociedad construidos espont�neamente no funciona, y tampoco lo hace copiando mec�nicamente las experiencias de otros pa�ses.�Dicho pr�stamo primitivo e intentos de civilizar Rusia desde el extranjero no fueron aceptados por la mayor�a absoluta de nuestro pueblo.�

Esto se debe a que el deseo de independencia y soberan�a en las esferas de pol�tica espirituales, ideol�gicas y extranjeras es una parte integral de nuestro car�cter nacional.�Por cierto, estos enfoques a menudo han fracasado en otras naciones tambi�n.�El momento en que los modelos de estilo de vida ya hechos podr�an ser instalados en estados extranjeros como si fuesen programas de ordenador ha pasado.

Tambi�n entendemos que la identidad y la idea nacional no pueden ser impuestas desde arriba, no se pueden establecer sobre un monopolio ideol�gico.

Tal construcci�n es muy inestable y vulnerable;�sabemos por experiencia personal.�No tiene futuro en el mundo moderno.�Necesitamos creatividad hist�rica, una s�ntesis de las mejores pr�cticas e ideas nacionales, una comprensi�n de nuestras tradiciones culturales, espirituales y pol�ticas de diferentes puntos de vista, y que entendemos que [la identidad nacional] no es algo r�gido que va a durar para siempre, pero m�s bien un organismo vivo.

S�lo entonces nuestra identidad estar� tendr� una base s�lida, ser� dirigida hacia el futuro y no el pasado.

Este es el principal argumento que demuestra que una ideolog�a de desarrollo debe ser discutida por las personas que tienen diferentes puntos de vista, y tienen diferentes opiniones sobre c�mo y qu� hacer para resolver los problemas indicados.�

Todos nosotros - los llamados neo-eslav�filos y Neo-occidentalistas, estatistas y los llamados liberales - todos los de la sociedad debemos trabajar juntos para crear objetivos comunes de desarrollo.

Tenemos que romper el h�bito de s�lo escuchar a las personas de ideas afines, con enojo - y hasta con odio - rechazando cualquier otro punto de vista desde el principio.�No se puede dar la vuelta o incluso patear el futuro del pa�s como un bal�n de f�tbol,� sumi�ndonos en el nihilismo desenfrenado, el consumismo, la cr�tica de cualquier cosa y todo, o el sombr�o pesimismo.�

Esto significa que los liberales tienen que aprender a hablar con los representantes de la izquierda y, por el contrario, los nacionalistas deben recordar que Rusia se form� espec�ficamente como un pa�s multi�tnico y multiconfesional desde sus inicios.

Los nacionalistas deben poner en cuesti�n nuestro car�cter multi�tnico, y explotando el tema de Rusia, T�rtaro, cauc�sico, de Siberia o de cualquier otro nacionalismo o separatismo, significa que estamos empezando a destruir nuestro c�digo gen�tico.

En efecto, vamos a empezar a destruirnos a nosotros mismos.�

La soberan�a de Rusia, la independencia y la integridad territorial son incondicionales.�Estas son las l�neas rojas que nadie est� autorizado a cruzar. Para todas las diferencias en nuestros puntos de vista, los debates sobre la identidad y sobre nuestro futuro nacional son imposibles a menos que sus participantes sean patri�ticos.�Por supuesto me refiero patriotismo en el sentido m�s puro de la palabra.�

Con demasiada frecuencia, en la historia de nuestra naci�n, en vez de oposici�n al gobierno nos hemos enfrentado a oponentes de la propia Rusia.�Ya he mencionado esto;�Pushkin tambi�n habl� de ello.�Y sabemos c�mo termin�, con la demolici�n del Estado [de Rusia] como tal.

No hay pr�cticamente ninguna familia rusa que haya escapado por completo de los problemas del siglo pasado.�Preguntas sobre la forma de evaluar ciertos acontecimientos hist�ricos todav�a dividen a nuestro pa�s y a la sociedad.�

Necesitamos sanar estas heridas, y reparar los tejidos de nuestro tejido hist�rico.�Ya no podemos participar en el autoenga�o, ponchando a arrancando p�ginas antiest�ticas o ideol�gicamente inc�modas de nuestra historia, rompiendo los v�nculos entre generaciones, corriendo a los extremos, creando o desacreditando �dolos.�Es hora de dejar de s�lo tomar nota de lo malo de nuestra historia, y reprendernos a nosotros mismos m�s de lo que nuestros oponentes har�an.

Es necesaria la auto-cr�tica, pero sin un sentido de autoestima, o el amor por nuestra patria, tal cr�tica se vuelve humillante y contraproducente.�

Debemos estar orgullosos de nuestra historia, y tenemos cosas para estar orgullosos.�Toda nuestra, historia sin censura debe ser una parte de la identidad rusa.�Sin reconocer esto, es imposible establecer una confianza mutua y permitir que la sociedad se mueva hacia adelante.�

Otro grave problema para la identidad de Rusia est� vinculado a los acontecimientos que est�n teniendo lugar en el mundo.�La pol�tica exterior y los aspectos morales.�Podemos ver c�mo muchos de los pa�ses euro-atl�nticos en realidad rechazan sus ra�ces, incluyendo los valores cristianos que constituyen la base de la civilizaci�n occidental.

Ellos est�n negando los principios morales y todas las identidades tradicionales: nacionales, culturales, religiosas e incluso sexuales.�Se est�n poniendo en pr�ctica las pol�ticas que equiparan las familias numerosas con parejas del mismo sexo, la creencia en Dios con la creencia en Satan�s.�

Los excesos de la correcci�n pol�tica han llegado a un punto donde la gente est� hablando seriamente en registrar partidos pol�ticos cuyo objetivo sea�promover la pedofilia.�La gente en muchos pa�ses europeos se sienten avergonzados o tienen miedo de hablar acerca de sus afiliaciones religiosas.

Las vacaciones son abolidas o incluso se llaman algo diferente;�su esencia se esconde, al igual que su fundamento moral.�Y la gente est� agresivamente tratando de exportar este modelo en todo el mundo.�Estoy convencido de que esto abre un camino directo a la degradaci�n y el primitivismo, lo que resulta en una profunda crisis demogr�fica y moral.�

�Qu� otra cosa sino la p�rdida de la capacidad de auto-reproducci�n podr�a actuar como el mayor testimonio de la crisis moral de cara a una sociedad humana?

Hoy en d�a, casi todos los pa�ses desarrollados ya no son capaces de reproducirse a s� mismos, incluso con la ayuda de la migraci�n.�Sin los valores impl�citos en el cristianismo y otras religiones del mundo, sin las normas de la moral que han tomado forma a trav�s de milenios, la gente inevitablemente pierde su dignidad humana.

Consideramos que es natural y justo defender estos valores.�Hay que respetar el derecho de todas las minor�as a ser diferente, pero los derechos de la mayor�a no deben ponerse en tela de juicio.�

Al mismo tiempo vemos los intentos de revivir de alguna manera un modelo estandarizado de un mundo unipolar y de la falta de definici�n de las instituciones del derecho internacional y la soberan�a nacional.�Tal mundo estandarizado, unipolar, no requiere estados soberanos;�requiere vasallos.�En un sentido hist�rico esto equivale a un rechazo de la propia identidad, de la diversidad dada por Dios al mundo.�

Rusia est� de acuerdo con aquellos que creen que las decisiones clave deben ser resueltas de manera colectiva, en lugar de a la discreci�n de y en los intereses de ciertos pa�ses o grupos de pa�ses.

Rusia cree que el derecho internacional, no el derecho de los fuertes, debe aplicarse.�Y creemos que cada pa�s, cada naci�n no es excepcional, pero �nico, original y se beneficia de la igualdad de derechos, entre ellos el derecho a elegir independientemente su propio camino de desarrollo.�Este es nuestro punto de vista conceptual, y se desprende de nuestro propio destino hist�rico y del papel de Rusia en la pol�tica mundial.�Nuestra posici�n actual tiene profundas ra�ces hist�ricas.�La propia Rusia ha evolucionado sobre la base de la diversidad, la armon�a y el equilibrio, y trae un equilibrio a la escena internacional.�

Quiero recordarles que el Congreso de Viena de 1815 y los acuerdos alcanzados en Yalta en 1945, tomados con la muy activa participaci�n de Rusia, aseguraron una paz duradera.�La fortaleza de Rusia, la fuerza de una naci�n que gana en esos momentos cr�ticos, se manifest� as� misma como generosidad y justicia.

Y recordemos que [el�Tratado de] Versalles, concluy� sin la participaci�n de Rusia.

Muchos expertos, y estoy totalmente de acuerdo con ellos, creen que Versalles sent� las bases de la Segunda Guerra Mundial debido a que el Tratado de Versalles era injusto para el pueblo alem�n:

impuso restricciones a las que no pod�a hacer frente, y en el curso del siguiente siglo se hizo evidente.

Hay un aspecto m�s fundamental al que quiero llamar su atenci�n.

En Europa y en otros pa�ses, el llamado multiculturalismo es en muchos aspectos un modelo artificial trasplantado que ahora est� siendo cuestionado, por razones comprensibles.�Esto se debe a que se basa en el pago por el pasado colonial.

No es casualidad que hoy los europeos pol�ticos y figuras p�blicas est�n hablando cada vez m�s sobre los fracasos de la multiculturalidad, y que no son capaces de integrar los idiomas extranjeros o elementos culturales extranjeros en sus sociedades.�

En los �ltimos siglos en Rusia, lo que algunos trataron de etiquetar como la "prisi�n de las naciones", ni siquiera el m�s peque�o grupo �tnico ha desaparecido.�Y han conservado, no s�lo su autonom�a interna y la identidad cultural, sino tambi�n su espacio hist�rico.

Usted sabe, yo estaba interesado en aprender (yo ni siquiera sab�a esto) que en la �poca sovi�tica [autoridades] daban tal cuidadosa atenci�n a esto que pr�cticamente todos los grupos �tnicos peque�os tuvieran su propia publicaci�n impresa, en apoyo a su idioma, y para su literatura nacional.�Debemos traer de vuelta y tener en cuenta gran parte de lo que se ha hecho en este sentido.�

junto con esto las diferentes culturas en Rusia tienen la experiencia �nica de la mutua influencia, el enriquecimiento mutuo y el respeto mutuo.�Esta multiculturalidad y multietnicidad vive en nuestra conciencia hist�rica, en nuestro esp�ritu y en nuestra constituci�n hist�rica.�El nuestro estado fue construido en este modelo org�nico, en el curso de un milenio.�


Rusia - como tan v�vidamente los puso el fil�sofo�Konstantin Leontiev - siempre se ha desarrollado en la "complejidad floreciente" como un estado-civilizaci�n, reforzado por el pueblo ruso, el idioma ruso, la cultura rusa, la Iglesia ortodoxa rusa y otras religiones tradicionales del pa�s.

Es precisamente el modelo de civilizaci�n que ha formado nuestro sistema de gobierno estatal.�Siempre ha tratado de acomodar de manera flexible la especificidad �tnica y religiosa de territorios particulares, garantizar la diversidad en la unidad.�

El cristianismo, el islam, el budismo, el juda�smo y otras religiones son una parte integral de la identidad de Rusia, su patrimonio hist�rico y la vida de hoy en d�a de su los ciudadanos.�La principal tarea del Estado, tal como se consagra en la Constituci�n, es garantizar la igualdad de derechos para los miembros de las religiones y ateos tradicionales, y el derecho a la libertad de conciencia de todos los ciudadanos.�

Sin embargo, es claramente imposible identificarse a s� mismo s�lo a trav�s de la propia etnia o la religi�n en una gran naci�n como con una poblaci�n multi�tnica. Con el fin de mantener la unidad de la naci�n, la gente debe desarrollar una identidad c�vica sobre la base de valores compartidos, una conciencia patri�tica, responsabilidad c�vica y la solidaridad, el respeto a la ley, y un sentido de responsabilidad por el destino de su patria, sin perder el contacto con sus ra�ces �tnicas o religiosas�

Hay amplias discusiones sobre c�mo se estructurar� la ideolog�a del desarrollo nacional pol�tica y conceptualmente - incluso con su participaci�n, colegas.

Pero creo profundamente que el desarrollo personal, moral, intelectual y f�sico de los individuos debe permanecer en el coraz�n de nuestra filosof�a.

Volviendo al inicio de la d�cada de 1990, Solzhenitsyn afirm� que el objetivo principal de la naci�n deb�a ser preservar la poblaci�n despu�s de un muy dif�cil siglo 20.�Hoy en d�a, tenemos que admitir que todav�a no hemos superado totalmente las tendencias demogr�ficas negativas, aunque hemos virado lejos en un peligroso descenso en el potencial nacional.�

Desafortunadamente, a lo largo de la historia de nuestra naci�n, poco valor se le dio a veces a las vidas humanas individuales.�Con demasiada frecuencia, las personas fueron vistas simplemente como un medio, en lugar de un objetivo y una misi�n para el desarrollo.�Ya no tenemos ese derecho y no podemos tirar millones de vidas humanas en el fuego por el bien del desarrollo.�Debemos atesorar cada individuo.

La principal fuerza de Rusia en este y en futuros siglos se encuentra en sus educadas, creativas, personas f�sica y espiritualmente sanas, en lugar de los recursos naturales.�

El papel de la educaci�n es a�n m�s importante, ya que con el fin de educar a un individuo, un patriota, debemos restaurar el papel de la gran cultura y la literatura rusa.�Ellos deben servir como base para la identidad personal de las personas, la fuente de su singularidad y su base para la comprensi�n de la idea nacional.

Aqu�, mucho depende de la comunidad educativa, que ha sido y sigue siendo un guardi�n muy importante de valores en todo el pa�s, ideas y filosof�as.

Esta comunidad habla el mismo lenguaje - el lenguaje de la ciencia, el conocimiento y la educaci�n, a pesar del hecho de que se extiende sobre un territorio enorme, desde Kaliningrado a Vladivostok.�De esta manera, la comunidad de profesores, la comunidad educativa en general, en el sentido amplio de la palabra, se une a la naci�n.

Apoyar esta comunidad es uno de los pasos m�s importantes en el camino hacia una fuerte, floreciente Rusia.�

Quiero subrayar una vez m�s que sin concentrar nuestros esfuerzos en la educaci�n y la salud de las personas, la creaci�n de la responsabilidad mutua entre las autoridades y cada individuo, y el establecimiento de la confianza dentro de la sociedad, vamos a ser los perdedores en la competici�n de la historia.

Los ciudadanos de Rusia deben sentir que ellos son los due�os responsables de su pa�s, regi�n, ciudad natal, bienes, pertenencias y sus vidas.�Un ciudadano es alguien que es capaz de gestionar de forma independiente sus propios asuntos, libremente cooperando con los iguales.

�Los gobiernos locales y las organizaciones autorreguladas de los ciudadanos sirven como la mejor escuela para la conciencia c�vica.�Por supuesto, me estoy refiriendo a las organizaciones no lucrativas.�Por cierto, una de las mejores tradiciones pol�ticas de Rusia, la tradici�n del consejo del pa�s, fue tambi�n construida sobre los principios de la administraci�n local.

Una verdadera sociedad civil y una verdadera �lite pol�tica, cdentrada a nivel nacional incluyendo a la oposici�n con su propia ideolog�a, los valores y las normas para el bien y el mal - las suyas propias, en lugar de las dictadas por los medios de comunicaci�n o desde el extranjero - s�lo puede crecer a trav�s de mecanismos de auto eficacia aut�nomos.

El Gobierno est� dispuesto a confiar en la auto-regulaci�n y asociaciones aut�nomas, pero hay que saber en qui�n estamos confiando.�Esta es una pr�ctica mundial absolutamente normal, que es precisamente por eso que hemos pasado una nueva legislaci�n para aumentar la transparencia de las organizaciones no gubernamentales.�

Hablando de todo tipo de reformas, es importante tener en cuenta que hay m�s a nuestra naci�n que s�lo Mosc� y San Petersburgo.

En el desarrollo del federalismo ruso, debemos confiar en nuestra propia experiencia hist�rica, usando modelos flexibles y diversos.�El modelo ruso del federalismo tiene un gran potencial construido en �l.

�Es imperativo que aprendamos a utilizarlo de manera competente, sin olvidar su aspecto m�s importante:

el desarrollo de las regiones y su independencia debe crear la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos de nuestra naci�n, independientemente de donde vivan, eliminar las desigualdades en el desarrollo econ�mico y social del territorio de Rusia, fortaleciendo as� la unidad de la naci�n.

En �ltima instancia, �ste es un gran desaf�o, porque el desarrollo de estos territorios ha sido muy desequilibrado a lo largo de d�cadas y siglos incluso.�

Me gustar�a tocar otro tema.

El siglo 21 promete convertirse en el siglo de grandes cambios, la era de la formaci�n de las principales zonas geopol�ticas, as� como las �reas financieras y econ�micas, culturales, de civilizaci�n, y militares y pol�ticas.�Es por ello que la integraci�n con nuestros vecinos es nuestra prioridad absoluta.

El futuro de la Uni�n Econ�mica Euroasi�tica, que hemos declarado y que hemos discutido ampliamente en los �ltimos tiempos, no es s�lo una colecci�n de acuerdos mutuamente beneficiosos.�La Uni�n Euroasi�tica es un proyecto para el mantenimiento de la identidad de las naciones en el espacio euroasi�tico hist�rico en un nuevo siglo y de un nuevo mundo. .

La integraci�n de Eurasia es una oportunidad para que todo el espacio post-sovi�tico se convierta en un centro independiente para el desarrollo global, en lugar de permanecer en la periferia de Europa y Asia.

Quiero hacer hincapi� en que la integraci�n de Eurasia tambi�n se basa en el principio de la diversidad.

Esta es una uni�n donde todos mantienen su identidad, su car�cter distintivo y su independencia pol�tica.�Junto con nuestros socios, vamos a implementar gradualmente este proyecto, paso a paso.�Esperamos que se convierta en nuestra entrada com�n en el mantenimiento de la diversidad y el desarrollo mundial estable.

Los colegas, se refieren a menudo a los a�os posteriores a 1991 como la era post-sovi�tica.�Hemos vivido y superado ese turbulento per�odo, dram�tico.�Rusia ha pasado a trav�s de estas pruebas y tribulaciones y est� volviendo a s� mismo, a su propia historia, tal como lo hizo en otros momentos de su historia.

Despu�s de la consolidaci�n de nuestra identidad nacional, el fortalecimiento de nuestras ra�ces, y permaneciendo abiertos y receptivos a las mejores ideas y pr�cticas de Oriente y Occidente, debemos y vamos a seguir adelante.


Muchas gracias por su atenci�n.