por Roberto Savio
02 Octubre 2013

del Sitio Web AlaiNet

Roberto Savio, fundador y presidente em�rito de la agencia de noticias IPS (Inter Press Service) y Publisher de Other News


Por si hubiera necesidad de remarcar la brecha creciente entre el sentir de los ciudadanos y la clase pol�tica gobernante, la �ltima encuesta anual sobre opini�n p�blica que realiza el instituto German Marshall Fund de Estados Unidos, es contundente.

Este a�o, la encuesta estaba dirigida sobre todo a Siria y otros acontecimientos del Medio Oriente.

Est� claro que, en Europa, los ciudadanos son profundamente esc�pticos sobre cualquier intervenci�n militar en Siria. Como promedio, el 70% de los entrevistados en diez pa�ses europeos y Turqu�a, se declararon contrarios.

La pat�tica derrota del Premier ingl�s Cameron al intentar llevar su pa�s a la guerra, por la negativa que le infligi� su propio parlamento, representa un distanciamiento sin precedente entre Washington y Londres, unidos desde siempre por �una relaci�n especial�.

El otro aliado europeo para la intervenci�n en Siria, el presidente franc�s Hollande, encontr� que el 65% de los franceses estaban en contra de cualquier tipo de intervenci�n.

La l�der alemana Merkel (no est� interesada en ser una l�der europea), tuvo mucho cuidado en distanciarse de la cuesti�n Siria.

Pero la encuesta del German Marshall Fund se�ala que tambi�n, en el otro lado del Atl�ntico, el 62 % de los americanos se opone a intervenciones militares, en comparaci�n con el 55% de hace un a�o.

El giro de Putin, al buscar una salida pol�tica y no militar, lo ha vuelto a colocar entre los l�deres mundiales, a pesar de sus dudosas cualificaciones.

Estamos claramente en un mundo esquizofr�nico, donde la inmensa mayor�a dice una cosa y una �nfima minor�a hace otra, a nombre de la primera. Holanda, s�mbolo de civismo y tolerancia, acaba de decidir la compra de 37 unidades del Jet F35 por 6.000 millones de d�lares, que comportan un costo de mantenimiento anual de 300 millones de d�lares.

Esto sucede mientras Holanda atraviesa una crisis econ�mica que - siguiendo el dogma actual - se piensa solucionar recortando el sistema social.

El rey Guillermo, en su discurso de apertura del a�o parlamentario, declar� que el Estado de bienestar social ya �no es sostenible� y que �cada holand�s debe adaptarse a los cambios que se avecinan�.

Resulta curiosa la idea que la seguridad pase, en Europa, por la v�a de las armas. Como tambi�n es dif�cil imaginar contra qui�n piensa utilizar Holanda sus F35. No existe un ej�rcito europeo, sino una colecci�n disparatada de ej�rcitos nacionales, descoordinados entre s�, que dependen totalmente de Estados Unidos para cualquier acci�n real.

Hoy es dif�cil mirar a Rusia, cuyo ej�rcito est� en una profunda crisis, como un posible agresor.

Los conflictos internos en el Medio Oriente creados con el fin de las dictaduras no son amenaza para Europa. El escenario de pr�ximos conflictos, que es Asia, tampoco afecta la paz interna de Europa.

M�s bien cabr�a interrogarse hoy sobre qu� significa el concepto �seguridad� para un ciudadano. Es obvio que su idea de seguridad es la humana, no la militar.

Para los ciudadanos holandeses - a los cuales se les prepara para probar la misma amarga medicina que la ortodoxia neoliberal en el poder ha administrado hasta ahora al Sur de Europa - la seguridad probablemente consiste en mantener una vida digna, con un puesto de trabajo decente, contar con una red de servicios escolares y m�dicos eficientes y alcanzar - tras una vida de trabajo y pago de impuestos - que el estado le asegure una vejez serena y tranquila.

Esto significa para ellos seguridad, no los F35.

Miremos las cifras y reflexionemos.

Propongamos que de cada 100 d�lares que van a parar a la seguridad militar, diez se dediquen a la seguridad humana. Parecer�a una propuesta f�cil, obvia, y que no encontrar�a ninguna oposici�n, a simple vista.

Pues bien, analicen cada presupuesto nacional y notar�n que, de realizarse esto, la suma que se liberar�a ser�a superior al gasto de cultura e investigaci�n nacional; o al de la cooperaci�n internacional, que asegura la paz mucho m�s que las armas:

No olvidemos que Costa Rica, elimin� su ej�rcito y con �l, el analfabetismo y la ignorancia.

O que cuando Centroam�rica se vio arrastrada por Reagan a su guerra en contra del peligro marxista nicarag�ense, el Presidente tico Oscar Arias solucion� el conflicto con un plan de paz que le vali� el Premio Nobel de la Paz en 1987.

La triste herencia de este per�odo de guerra son las bandas criminales - maras - que convierten a El Salvador y Honduras en los pa�ses con m�s violencia del mundo.

El problema no est� en los ciudadanos, sino en la clase gobernante.

Los cinco miembros permanentes de Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, garante de la 'paz' mundial, producen el 82% de las armas.

Si ellos dedicaran a la paz este gigantesco presupuesto, seguramente cumplir�an su tarea de defensores de la seguridad con resultados m�s concretos. Sin embargo, no se est�n solucionando ninguna de las dos amenazas existenciales sobre nuestro planeta:

La supeditaci�n de la pol�tica actual a las finanzas est� creando el mayor sentimiento de inseguridad en los ciudadanos de la �poca actual.

Seg�n las proyecciones estad�sticas de la London School of Economics, en 2030 estaremos volviendo al nivel de desigualdad de la Reina Victoria. Los F35 son una respuesta claramente sin sentido para esta situaci�n.