por Ram�n C�sar Gonz�lez Ortiz
18 Mayo 2016
del Sitio Web Rebelion

El actual sometimiento de Argentina a Estados Unidos se corresponde con su retroceso geopol�tico internacional que busca ser compensado mediante el control total de su patio trasero latinoamericano, asegurando la s�per explotaci�n de recursos naturales decisivos, as� como tambi�n para introducir a la regi�n como pieza propia de su juego global: como se�uelo para sus socios europeos en la Organizaci�n del Tratado del Atl�ntico Norte (OTAN) o como retaguardia segura en el armado del Acuerdo Transpac�fico.



Pe�a Nieto representa al terrorismo de estado en M�xico,

junto a Mauricio Macri que consolida el mismo camino en Argentina.




Introducci�n

El imperialismo estadounidense se ha construido y apoyado en sus dos partidos pol�ticos principales, as� como en todos los poderes del gobierno.

Siguiendo una trayectoria de asenso mediante guerras imperiales, conquistas coloniales y la expansi�n de sus Compa��as Multinacionales, especialmente desde su derrota en las guerras de indochina. Esquema en el que el petr�leo ha jugado un papel importante, pero tambi�n el poder, el control y la dominaci�n de clientes, rivales y Estados independientes.

Aunque, siempre es importante observar el movimiento y la construcci�n de dicho imperio, no en una l�nea recta de simetr�a perfecta entre los componentes econ�micos y militares.

De suerte tal que, los constructores del imperialismo estadounidense han reclutado aliados subordinados y han conformado Estados clientes, que realizan las tareas policiales, administrativas y financieras para su beneficio. As�, en los Balcanes distintos gobiernos europeos han tenido a m�s de 40.000 soldados al servicio de la OTAN que se encuentra controlada por el Pent�gono.

En tanto que en Afganist�n, fuerzas armadas europeas, en contubernio con personal administrativo de la ONU y varios Estados clientes del tercer Mundo proporcionaron el contingente para resguardar el r�gimen t�tere de Karzai, impuesto por la Casa Blanca.

Mientras que en Irak, un aliado subordinado como Gran Breta�a y un vasallo como Polonia, entre otros clientes de Europa del Este proporcionaron ayuda militar y civil, para cumplir con el dominio Norteamericano. [1]

De tal suerte, se ha podido observar durante todo el crecimiento y la expansi�n estadounidense, a la Uni�n Europea como un seguidor de las conquistas estadounidenses, financiando y proporcionando administradores militares y civiles.

A pesar de los breves periodos de desacuerdo como el suscitado con Alemania, Francia y B�lgica antes de la invasi�n a Irak.

Siguiendo la Uni�n Europea en realidad, un papel de aliado subordinado de los proyectos estadounidenses para el control mundial, aunque procurando siempre mantener beneficios propios en la repartici�n econ�mica, el poder delegado, as� como participaciones menores en cualquiera de los contratos y las empresas privadas. [2]

Todo lo cual, se encuentra fundamentado en un impulso para conquistar el mundo y para abrirle oportunidades futuras a las Compa��as Multinacionales norteamericanas principalmente. Siendo as� que, el imperio militar se ha dise�ado para asegurar el acceso a las riquezas de distintas naciones.

La guerra y la red de sat�lites militares han sido conformadas para crear una red mundial que les facilite el monopolio de las ganancias, mediante dirigentes clientes dispuestos a ofrecer derechos de explotaci�n a dichas compa��as.

Configur�ndose en la construcci�n del poder estadounidense, estrechas relaciones entre las deliberadas, planificadas y violentas conquistas, las brutales ocupaciones y las pol�ticas intervencionistas que forman parte de la llamada guerra contra el terrorismo y las drogas.

Y la abierta oposici�n por otro lado, de los Estados Unidos frente a la Corte Penal Internacional, as� como con el hecho de obligar adem�s, a que al menos 50 pa�ses firmar�n pactos bilaterales para brindarle impunidad al personal militar estadounidense.

Siguiendo de manera franca la visi�n mundial israel� de guerras preventivas, colonizaci�n, ocupaci�n, castigo colectivo y empleo unilateral de la fuerza, dejando de lado la ley internacional. Adaptada por militaristas de Washington, mismos que mantienen v�nculos permanentes desde hace mucho tiempo con Israel y han colocado a las pr�cticas israel�es como una gu�a doctrinal para la construcci�n del poder del Pent�gono.

A lo cual ha abundado, de manera catastr�fica para distintas zonas del Medio Oriente, �frica y Am�rica Latina, los v�nculos corporativos de las Compa��as Multinacionales y los bancos estadounidenses, con sus colegas europeos, debilitando las decisiones europeas para intentar desafiar la supremac�a de Norteam�rica. [3]

En tanto que en Am�rica Latina, en la historia reciente, los reg�menes nacional-populistas, que abarcaron de los a�os treinta a los sesenta, transformaron a la regi�n de una econom�a basada en la exportaci�n de materias primas a una econom�a urbana industrial diversificada que produce para el mercado interior.

Mismo que se modifica para dar paso al modelo neoliberal mediante reg�menes clientes y se encuentra vigente desde los a�os setenta hasta la fecha.

Mediante la contrainsurgencia dirigida por el Pent�gono y las Instituciones Financieras Internacionales, que desarrollaron nexos cada vez m�s fuertes con capitalistas trasnacionales latinoamericanos: sectores del capital vinculados a redes internacionales financieras, comerciales y de comercializaci�n. [4]

De manera que, a finales de los a�os noventa la codicia de los monopolios b�lico-industriales, del gas natural, el petr�leo y la electricidad de Norteam�rica, tras dominar los sectores estrat�gicos y din�micos de la econom�a, as� como consolidaron su control sobre una clase pol�tica cliente, profundizan la dependencia de la regi�n a partir de instrumentos como,

  • el �rea de Libre Comercio de las Am�ricas (ALCA)

  • el Tratado de Libre Comercio de Am�rica del Norte (TLCAN)

  • acuerdos bilaterales con distintos pa�ses de la regi�n como el Plan Puebla Panam� (PPP), posteriormente transformado en el Proyecto de Integraci�n y Desarrollo de Mesoam�rica, mejor conocido como Proyecto Mesoam�rica

  • La Integraci�n de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA)

  • el Sistema de la Integraci�n Centroamericana (SICA)

  • la Alianza Pac�fico

  • el Acuerdo de Asociaci�n Transpac�fico (TPP)

Proyecto que se han configurado de la mano con otros acuerdos de corte polic�aco militar como la Alianza Para la Seguridad de Am�rica del Norte (ASPAN), para garantizar el traslado de los recursos.

Y que tambi�n tienen una estrecha relaci�n con el Plan Colombia y la Iniciativa M�rida, todos ellos sostenidos e impulsados en nuestra regi�n por l�deres tradicionales de derecha, nuevos dirigentes clientes reclutados entre las filas de partidos de "izquierda" y populistas.

As�, se pueden identificar en nuestra regi�n tres periodos en la conformaci�n de relaciones imperio-clientes.

El primero que abarcar�a de 1930 a 1960, donde la dominaci�n imperialista comienza a echar ra�ces m�s profundas, basado en el eclipse, pero no en el desplazamiento de las clases colaboradoras liberales y agrominerales, en tanto que emerge y se expande el Estado nacional, as� como empresas privadas industriales, el comercio exterior y reg�menes de control de divisas y bancos nacionales.

Dando lugar a un segundo periodo de 1970-1995, en el que se incorpora la privatizaci�n masiva de empresas p�blicas, la desnacionalizaci�n de bancos, industrias, telecomunicaciones, servicios de energ�a estrat�gicos y dem�s.

Llegando hasta el periodo actual y que ha tra�do consigo la transformaci�n de las conquistas econ�micas estrat�gicas hacia un nuevo r�gimen pol�tico legal mediante acuerdos como,

...y sus brazos armados como,

  • el ASPAN

  • Plan Colombia

  • Iniciativa M�rida,

...confiri�ndole a los constructores del imperialismo estadounidense el gobierno formal de algunos pa�ses de la regi�n.


Algunos cimientos del dominio estadounidense

Como ya antes hab�amos indicado, una vez que Washington logro arrebatarle el control de los extremos axiales de la isla mundial a la Alemania nazi y el Jap�n imperial en 1945, posteriormente durante los siguientes 70 a�os Washington se dedico ha aplicar capas cada vez m�s gruesas de poder militar para contener a China y a Rusia. [5]

Para lo cual fue fundamental el lanzamiento de la bomba de uranio sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y de una bomba de plutonio sobre Nagasaki tres d�as despu�s, puesto que causaron una terrible impresi�n sobre los dirigentes japoneses de aquel entonces y se subordinaron a los dictados de la Casa Blanca.

Dicha subordinaci�n se vio fortalecida durante la guerra de Corea que estall� en junio de 1945.

Debido a que en julio, el Cuartel General de las Fuerzas de Ocupaci�n comandadas por los Estados Unidos, presionaron al gobierno japon�s para que este estableciera las Fuerzas de Reserva Policiaca (Keisatsu Yobitai), predecesoras de las posteriores fuerzas paramilitares.

M�s aun, Jap�n se vio obligado a firmar el Tratado de Seguridad Mutua con Washington, colocando a Jap�n bajo "el paraguas nuclear" estadounidense. [6]

Asimismo, acorde con los designios de la casa Blanca se estableci� un �rgano de Defensa del Jap�n y se promulg� la ley que crea a las Fuerzas para la Defensa Propia (SDF), a las que se le integran las Fuerzas de Seguridad Nacional (Hoantai), sucesoras de la inicial Fuerza de Reserva Policiaca.

De manera tal que, bajo la fuerte presi�n del Pent�gono Jap�n durante los a�os de 1986 llego a ocupar el octavo lugar en el mundo en poder militar.

Debido a que, el presupuesto de la llamada defensa del Jap�n, que en realidad encubre gastos militares fue aumentando a una tasa anual de:

  • 6.5% en 1983

  • 6.6% en 1984

  • 6.9% en 1985,

... en tanto que en referencia a los gastos de la cuenta general aumento:

  • 1.4% en 1983

  • 0.5% en 1984

  • 3.7% en 1985

Llegando a sumar el presupuesto para la defensa japonesa en el a�o fiscal de 1984, 2.934 millones de yens, de los que m�s de dos terceras partes fueron para pagar "pr�stamos" adquiridos para la compra de sistemas de armamento avanzado en Estados Unidos tale como: 72 aviones Ori�n P-3C antisubmarinos, capaces de transportar el proyectil crucero Harpoon, con una cabeza nuclear. [7]

Logrando Washington as� que, el equipo y manuales de operaci�n japoneses fueran incorporadas casi en su totalidad a las fuerzas militares de Estados Unidos desplegadas en la regi�n Asia-Pac�fico.

M�s aun, durante las mismas fechas de 1986, Jap�n llego a gastar cerca de mil millones de d�lares anuales para acomodar fuerzas norteamericanas en su regi�n.

Ejemplo de tal situaci�n lo brinda Okinawa, la isla japonesa m�s grande de la cadena septentrional Ryukyu, que durante muchos a�os permaneci� bajo administraci�n estadounidense despu�s de los Tratados de Paz de San Francisco, debido a su vital importancia para la estrategia nuclear de Washington en la regi�n Asia-Pac�fico. [8]

Adem�s, la intima "cooperaci�n" militar de Jap�n con la estrategia nuclear estadounidense en la regi�n del Pac�fico asi�tico tambi�n se ha podido ver en el hecho de que, importantes instalaciones de C3I (comando, control, comunicaci�n e informaci�n) se encuentran localizados en Jap�n.

Mismas que est�n conectadas con NORAD [9] y SAC, [10] parte del WWMCCS (Comando Militar y Sistema de Control Mundial), impulsado por el Pent�gono.

M�s aun, Washington ha venido impulsando el militarismo japon�s desde el 11 de septiembre de 2001, no s�lo para hacer de Jap�n un mecanismo de contenci�n regional de Occidente frente a China y Rusia, sino tambi�n para impulsar su participaci�n en las aventuras b�licas emprendidas por la Casa Blanca.

As� logro se enviaran tropas japonesas a Irak en 2003, sentando un precedente que Washington y sus aliados en Tokio pretenden convertir en una situaci�n legal y habitual.

De forma que el primer ministro de Jap�n, el conservador Shinzo Abe dio pasos en este sentido en el 2015, al promover reformas constitucionales tendientes a redefinir las reglas de intervenci�n de las fuerzas armadas japonesas fuera del territorio nacional para apoyar a pa�ses "aliados". [11]

Posteriormente, en dos �reas geogr�ficas adicionales:

  • el Medio Oriente

  • la Am�rica Central

En estas zonas Estados Unidos tambi�n recurri� a distintos mecanismos para lograr su dominio, observ�ndose un parte aguas despu�s de la Guerra de los Seis D�as, �rabe-Israel� en 1967.

Puesto que hasta entonces el Pent�gono hab�a tratado de mantener una pol�tica relativamente imparcial hacia el Medio Oriente.

Conforme al Acuerdo Tripartita (1950, entre los Estados Unidos, Reino Unido y Francia, que seg�n garantizar�a la "integridad territorial" de todos los Estados del Medio Oriente), se neg� a dar armas a las naciones de la zona, incluyendo a Israel.

El presidente Eisenhower, en 1956 apoy� a las Naciones Unidas para obligar a Israel a retirar sus fuerzas del Sina�, y como tambi�n hab�a obligado a franceses y brit�nicos.

Pero posteriormente, el presidente Lyndon Johnson desde 1967, se concentr� en hacer a Israel militarmente m�s fuerte que ninguna otra potencia vecina �rabe.

Acelerando el abastecimiento de armamentos para Israel, lo que llevo por su parte a las naciones �rabes a aumentar sus gastos militares de forma que durante los a�os de 1986, los estados �rabes ubicados en el canal de Suez tuvieran m�s soldados, tanques, ca�ones y aeroplanos que la OTAN.

Donde resalta el hecho de que Washington se ha inclinado ante la presi�n de intereses pro-israel�es, neg�ndose a vender armas a naciones �rabes amigas. [12]

Adem�s, la Casa Blanca fue aumentando el subsidio anual a Israel a niveles sin precedentes. Sin limitar su ayuda a la esfera econ�mico-militar, sino que Washington ha apoyado toda intervenci�n pol�tica para defender hasta las acciones m�s extremas de Israel ante cualquier censura o sanci�n por parte de la ONU.

Observ�ndose este procedes cuando Estados Unidos no hizo nada cuando Israel se anexo el Este de Jerusal�n, a la vez que se opuso a toda acci�n de la ONU que pudiese obligarlo a devolverla. Mientras que en 1981, d�bilmente protest� cuando Israel se anex� las Alturas del Gol�n, para despu�s invadir el L�bano.

As�, no obstante estos hechos el Pent�gono continu� aumentando su subsidio a Israel aun despu�s de que �ste pa�s se asegurar� sistem�ticamente, la tierra y el abasto de agua de la Ribera Occidental, mediante su programa de "colonizaci�n", el cual tuvo la finalidad de crear "nuevos hechos" que impidieran la devoluci�n del territorio, como lo exig�a la Resoluci�n del Consejo de Seguridad 242. [13]

M�s todav�a, Norteam�rica durante la invasi�n de L�bano por Israel en 1982, sol�citamente acept� las violaciones contractuales de Israel sobre el uso del equipo militar otorgado por esa naci�n, supuestamente limitado solo para la defensa propia.

M�s cuando antes hab�a aplicado graves sanciones contra Turqu�a por hechos similares.

Asimismo, otro tanto de estas pol�ticas aplicadas por Estados Unidos se vio en Am�rica Central y el Caribe, al minar los puertos de Nicaragua, ayudar en el bombardeo de blancos civiles nicarag�enses e instruir a grupos de paramilitares en estrategias de asesinato y tortura.

Para lo cual cont� Ronald Reagan desde la presidencia de los Estados Unidos, con los gatilleros m�s brutales, as� como con inmensos recursos generados por el trasiego de drogas entre otras fuentes.

Orientando su injerencia hacia la consolidaci�n de una alianza operativa sobre los cuerpos armados de,

  • Guatemala

  • Honduras

  • El Salvador,

...sustentada en el Consejo de Defensa de Centro Am�rica (CONDECA). [14]

En contra de un pueblo que tomo las armas para defender su soberan�a y la independencia nacional frente al poder econ�mico y social del gran capital financiero y terrateniente, como el del grupo cafetalero industrial, que impuso la dictadura militar al menos durante diez lustros en Nicaragua.

Mientras que en El Salvador, desde el mandato del presidente Carter se proporciono apoyo sustancial para el respaldo pol�tico y ayuda militar, con miras en el aniquilamiento de la oposici�n popular armada, que se encontraba s�lidamente organizada en el Frente Farabundo Mart� para la Liberaci�n Nacional-Frente Democr�tico Revolucionario (FMLN-FDR).

Y que lleva a la conclusi�n Ronald Reagan mediante abundantes asesinatos pol�ticos, para lo cual destacaron la participaci�n de personajes como Roberto D' Aubuisson, jefe de la ultraderechista Alianza Republicana Nacional (ARENA), ex-convicto acusado de golpista y experto torturador del servicio de inteligencia del ej�rcito. [15]

Causando tan mala impresi�n el asenso revolucionario en los sectores conservadores y reaccionarios de M�xico y gran parte de Am�rica Latina, que los llevo a externar sus preocupaciones, puesto que en el avance de la revoluci�n centroamericana anticipaban una dimensi�n generalizada y la prescripci�n de su propio destino.

Por lo que a ra�z de la reuni�n en Canc�n, M�xico, de los presidentes de �ste pa�s, Colombia, Venezuela y Panam�, conformando el llamado grupo de Contadora, debido a la isla paname�a en la que se iniciaron las negociaciones para la "paz en Centro Am�rica".

Otorgando a los Estados Unidos su apoyo para que �ste realizara los funestos "juegos militares", consistentes en mandar una poderosa armada sobre las aguas del Pac�fico que ba�an las costas Centroamericanas, pero principalmente sobre las de Nicaragua, a la vez que aumento el n�mero de asesores militares del ej�rcito del Salvador y estableci� una base militar con infraestructura aeroportuaria, instalaciones y log�stica en el Puerto Castilla de Honduras, antesala para la invasi�n de Nicaragua. [16]

Si bien en agosto de 1981 el gobierno de M�xico, junto con el de Francia, reconocen oficialmente que las organizaciones revolucionarias de El Salvador, el FMLN y el FDR, son fuerzas pol�ticas representativas que ten�an que tomarse en cuenta, estando capacitadas para asumir sus obligaciones y ejercer los derechos derivados de ello.

Declarando en la Paz B.C. Sur el presidente De la Madrid, ante Reagan que:

"deseamos que sus pueblos [de Centroam�rica] sean due�os de su voluntad y destinos, hacedores de sus cauces y sus propia historia [�] lo podr�n hacer si todos respetamos los principios de autodeterminaci�n de los pueblos y de no intervenci�n".

As� como Francia y Espa�a mediante sus gobernantes expresaron manifestaciones en contra de las medidas militares estadounidenses. [17]

En realidad lo que predomino en Centro Am�rica durante los ochenta, fueron salvajes atropellos de los derechos humanos por parte del ej�rcito, los cuerpos de seguridad y los organismos paramilitares.

Tal como ocurre hoy en d�a, desde hace al menos una d�cada en Colombia, M�xico y se proyecta hacia Argentina.


Reforzamiento del proyecto estadounidense

Si bien en la d�cada de 1970 la realidad econ�mica significo para los Estados Unidos el ya no poder tratar tan desde�osamente a Europa y Jap�n, toda vez que econ�micamente ya no depend�an totalmente de las decisiones del gobierno estadounidense.

Ya que los tres tuvieron la misma fuerza durante alg�n tiempo respecto a la competencia t�cnica (el llamado capital humano) y los soportes financieros (capital acumulado, esencialmente) para participar en la actividad productiva.

Adem�s de que tambi�n han contado con redes comerciales por todo el mundo que les garantizan adquirir y vender en el mercado mundial. [18]

Ante tal avance, el imperialismo norteamericano trata de hacer cada vez m�s aun lado a sus "aliados" europeos o japoneses: quieren monopolizar el poder y la riqueza. Pretendiendo gobernar con total impunidad, lo quieren todo, en todas partes del mundo.

Bas�ndose fundamentalmente en su enorme capacidad militar, que por mucho excede a la de cualquier otro pa�s o la de muchos otros pa�ses juntos.

Mediante la "guerra contra el terrorismo" o la "guerra contra el narcotr�fico", desde el ataque a las torres gemelas el 11 de Septiembre de 2001, se dio pie para la elaboraci�n de una nueva doctrina militar y estrat�gica:

la "guerra infinita."

Observ�ndose la progresi�n del gasto militar de 1992 cuando el presupuesto militar de Estados Unidos equival�a al de los 12 pa�ses que le segu�an en la carrera armamentista. A 2003 cuando se decide la invasi�n y posterior ocupaci�n de Irak, el gasto norteamericano ya ser� equivalente al de los 21 pa�ses que le segu�an en ese rubro.

Y las complicaciones de esa guerra sumadas a la intensificaci�n de las operaciones en Afganist�n hicieron que, para el 2008 el gasto militar de los Estados Unidos s�lo pudiera ser igualado si se sumaban los presupuestos militares de 191 pa�ses.

Siendo as� que para el 2010 fuera superior a la totalidad del gasto militar de todos los pa�ses del planeta, superando la barrera psicol�gica del bill�n de d�lares (un mill�n de millones de d�lares), pese a que en sus comunicados oficiales la Casa Blanca hablo de una cifra poco superior a los 750.000 millones de d�lares.

Cifras que adem�s no contemplan el multimillonario presupuesto de la Veterans Administration, encargada de prestar asistencia m�dica y psicol�gica a los ex combatientes de las sucesivas guerras estadounidenses, desde la de Vietnam en adelante. Y que se le deben sumar tambi�n los gastos realizados por subcontratistas vinculados a actividades de infraestructura (como la Halliburton, por ejemplo) y algunos otros relacionados con la contrataci�n de mercenarios. [19]

A lo cual se debe agrega la formidable expansi�n de bases y misiones militares estadounidenses por todo el mundo, que hasta el 2009 arrojaba un n�mero de 872 bases militares diseminadas por 128 pa�ses.

Y en 2010 la Casa Blanca aument� su presencia en nuestra regi�n mediante cuatro nuevas bases que habr�an sido concedidas motu propio por el gobierno de Panam�, dos en el litoral caribe�o y otras dos en el Pac�fico y una o dos bases aeronavales que el gobierno de Alan Garc�a habr�a puesto a disposici�n de las tropas norteamericanas en el Per� con el objeto de compensar la p�rdida producida por el abandono de la base de Manta en Ecuador.

Adem�s, seg�n el antrop�logo David Vine, Washington ha dise�ado "La estrategia del nen�far", la cual seg�n indica, implica una transformaci�n silenciosa en todo el sistema de bases militares fuera de territorio estadounidense, para la contenci�n de movimientos sociales inconformes por las crisis econ�micas y pol�ticas que se han venido suscitando, adem�s del contexto de multipolaridad, que afecta a sus intereses.

Dentro de esta estrategia los militares estadounidenses han ampliado la creaci�n de bases militares en todo el planeta a las cuales llaman nen�fares (hojas o plantas que flotan en la superficie del agua y que sirven a las ranas para saltar hacia su presa), consistentes en peque�as instalaciones secretas e inaccesibles con una cantidad restringida de soldados, comodidades limitadas con armamentos y suministros previamente asegurados.

Todo esto orientado en la manutenci�n de la dominaci�n global de EE.UU. en un contexto de crisis econ�micas y multipolaridad manifiesta en eventos como la cuarta Cumbre de los BRICS llevada acabo el 28 de marzo en nueva Delhi. [20]

Ah�, los pa�ses llamados emergentes intentaron configurar un nuevo mapa geopol�tico global para crear un banco de desarrollo del sur, que financiara obras de infraestructura y potenciara la investigaci�n, con la intensi�n de sustituir al Banco Mundial.

Adem�s de que dicha reuni�n signific� un salto en la cooperaci�n entre Brasil e India respecto a la industria de defensa.

La presidenta Dilma Rousseff y el primer ministro Manmohan Singh profundizaron la Alianza Estrat�gica establecida en 2006 con nuevos acuerdos en las �reas de cooperaci�n cient�fica y tecnol�gica, biotecnolog�a, defensa y proyectos espaciales.

Adem�s de que la cooperaci�n Sur-Sur promovi� una visi�n compartida de la evoluci�n del orden internacional, concreta en una gran preocupaci�n por la crisis econ�mica y financiera internacional. As� como en el apoyo a la primavera �rabe, sobre una soluci�n justa al conflicto Israel-Palestina y la necesidad de una salida pac�fica a la guerra en Siria sin injerencias externas.

Bajo la misma l�gica del nen�far, Chalmers Johnson indico que, la fuerza militar de Norteam�rica utiliza a medio mill�n de soldados, esp�as, t�cnicos y contratistas civiles en otros pa�ses. Y que las instalaciones secretas, tiene distintos beneficios dentro de los cuales se incluyen el monitoreo de las actividades de sus ciudadanos a trav�s sus tel�fonos, o enter�ndose del contenido de sus faxes y correos que se est�n enviando.

Adem�s de beneficios para las industrias que dise�an y proveen de armas a sus ej�rcitos.

Por ejemplo en la guerra de conquista en Irak, Johnson dice que el Departamento de Defensa, as� como ordenaba una raci�n extra de misiles de crucero y tanques que dispon�an de municiones con uranio empobrecido, tambi�n adquiri� 273 mil botellas de un bloqueador de sol que beneficio a empresas dedicadas a la venta de ese producto ubicadas en Oklahoma y Florida. [21]

Diferenci�ndose los nen�fares, de las grandes bases que parecen ciudades, como las que emplean las fuerzas armadas en el Jap�n y Alemania.

Por el contrario los nen�fares son construidos con discreci�n, evitando la publicidad y en lo posible poblaciones locales. Son bases operativas peque�as y flexibles, cercanas a las zonas de conflicto previstas en Medio Oriente, Asia, �frica y Latinoam�rica.

Para esta �ltima regi�n, despu�s de la expulsi�n de militares de Panam� en 1999 y de Ecuador en 2009, el Pent�gono ha creado o actualizado nuevas bases en,

  • Aruba y Curazao

  • Chile

  • Colombia

  • El Salvador

  • Per�

En tanto que en otros lugares dentro de la misma regi�n Washington ha financiado la creaci�n de bases militares y policiales capaces de albergar fuerzas estadounidenses en,

  • Belice

  • Guatemala

  • Honduras

  • Nicaragua

  • Panam�

  • Costa Rica

  • Ecuador

Tambi�n deseando desde hace tiempo crear bases en Brasil y hab�a tratado sin resultados de crear bases para supuesta ayuda humanitaria y de emergencia en Paraguay y Argentina. [22]

En este mismo sentido, aunque ya enfocado al combate-represi�n y no al establecimiento de bases militares se ha orientado el Manual de campo 31-20-3, referente a t�cticas, t�cnicas y procedimientos de defensa interna para las Fuerzas Especiales en el extranjero.

Manual que se sustenta bajo el supuesto a nivel mundial de "liberar y proteger a sus sociedades de la subversi�n, el desorden y la insurgencia".

Muy acorde con lo planteado por los intelectuales del Pent�gono quienes crearon el concepto de "naci�n-hu�sped" para referirse a los gobiernos obsecuentes a EE.UU. que se enfrentan a situaciones desestabilizadoras por "distintas causas", pero sobre todo insurgencias armadas y movimientos sociales que cuenten con respaldo popular.

Y para tales efectos, el Manual de campo estipula como premisa b�sica de la pol�tica exterior estadounidense la seguridad de esa naci�n.

Donde sus instituciones y valores fundamentales ser�n mejor preservados y fortalecidos como parte de una comunidad de naciones realmente libres e independientes. Mismas en las que Estados Unidos se "esfuerza" por alentar a otros pa�ses para cumplir su parte en la preservaci�n de esta libertad e independencia.

Por lo que debe ser su objetivo apoyar los intereses estadounidenses a trav�s de un esfuerzo com�n. Y siendo que los intereses nacionales estadounidenses est�n involucrados, �ste proveer� asistencia militar y econ�mica para complementar los esfuerzos de dichos gobiernos.

De forma tal que, a partir de tales elementos el Manual abarca en detalle todas las facetas de la guerra contrainsurgente, escudri�ada por los militares estadounidenses:

  • actividades previas a la misi�n intervencionista

  • los an�lisis preliminares

  • los "permisos" para el entrenamiento

  • el despliegue en la "naci�n-hu�sped"

  • los programas de instrucci�n de las tropas

  • las operaciones t�cticas

  • el control de las poblaciones

  • las operaciones conjuntas

  • las actividades posteriores a la misi�n,

...as� como anexos que abarcan consideraciones legales, operaciones de inteligencia, fuerzas de autodefensa civil (paramilitares), establecimiento de bases, t�cnica de minas y dem�s. [23]

M�s todav�a, estas estrategias cobran relevancia para el imperialismo estadounidense en nuestro continente para tratar de amarrarlo a sus designios, cuando en Oriente Medio se confirma un multipolarismo que lo hace perder fuerza en aquella zona.

Marc�ndose un antes y un despu�s del 30 de septiembre de 2015. Puesto que a partir de esa fecha la Federaci�n Rusa encar� el proyecto destructivo estadounidense en Siria, lo desenmascara y lo desaf�a al tomar los cielos sirios, causando graves da�os a Occidente y sus aliados del Golfo, en su af�n de derrocar al Presidente de Siria e instalar un Estado servil, mal llamado "isl�mico" en esa rebelde Naci�n. [24]

Logrando importantes avances las tropas terrestres del ej�rcito sirio, dirigidas por el leg�timo gobierno de Siria, del presidente Bashar Al Assad.

Quien a su vez cont� con la asesor�a y cooperaci�n iran�, la exitosa resistencia de milicias de Hezbollah y las kurdas. Adem�s pudieron hacer frente a la arremetida internacional, gracias a la cooperaci�n y solidaridad de la Fuerzas Aeroespaciales de la Federaci�n Rusa.

La aviaci�n rusa mediante 9.000 vuelos de combate alcanz� a destruir fortificaciones estrat�gicas (209 instalaciones de producci�n y procesamiento de petr�leo y 2.000 medios de suministro de productos petrol�feros), parque de armas y aniquila a los cabecillas m�s importantes de los diferentes grupos terroristas apoyados por la OTAN en el pa�s �rabe, entre ellos a m�s de 2000 terroristas de origen ruso.

Teniendo como resultado la liberaci�n de m�s de 400 localidades, que suponen unos 10mil Km2. [25]

Ante estos hechos, Rusia obtuvo los siguientes logros y dejo mal parado a imperialismo Estadounidense:

  1. La pol�tica antiterrorista de EE.UU. se vio desafiada y aislada por Rusia

  2. Rusia desenmascara la falsa lucha contra el terrorismo de EE.UU.

  3. Washington tuvo que reconocer el importante papel de Rusia en Siria

  4. Rusia oblig� a EE.UU. a retirar sus exigencias de la salida del Presidente Al-Assad

  5. Rusia propina un duro golpe a los financistas y formadores de grupos terroristas, incluyendo el papel protag�nico de Turqu�a como promotor del terrorismo y comprador de petr�leo de manos de terroristas

  6. Rusia deja instalado en Siria el sistema antimisiles S-400

  7. Por �ltimo, queda por sentado la superioridad rusa en los cielos de Siria y pa�ses vecinos

M�s aun, Rusia posee la �nica base naval del Mediterr�neo en las costas del pa�s �rabe desde finales de la d�cada de los 70 del siglo pasado, que no est� dispuesto a ceder a Occidente. [26]

En tal l�gica, Rusia y China han venido recorriendo caminos paralelos en un claro enfrentamiento con Occidente. Compartiendo intereses geopol�ticos y una misma zona, Eurasia. Hasta llegar a confluir en 2001, dejando de lado el enfrentamiento ideol�gico por c�mo hab�a que entender el comunismo en los a�os 60, firmaron el Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperaci�n.

A este respecto tambi�n favoreci� el hecho de que los EE.UU. se lanzaron a la guerra contra Afganist�n, situ�ndose en una zona muy sensible para los dos pa�ses. E incentiv�ndolos para que, tambi�n en 2001, se impulsase la Organizaci�n de Cooperaci�n de Shangai que desde que hab�a sido creada, en 1996, deca�a. [27]

Adem�s tanto India como Pakist�n, dos enemigos de siempre, decidieron incorporarse a la Organizaci�n de Cooperaci�n de Shangai, siendo admitidos como miembros con pleno derecho en el verano de 2015.

Y el propio Afganist�n (pa�s donde la OCS tuvo como objetivo inicial evitar el flujo de drogas desde ese pa�s hacia los territorios de los pa�ses que la forman) decidi� convertirse en pa�s observador dentro de la OCS: ya que Occidente ha sido incapaz de controlar el cultivo de opio, o m�s bien lo ha fomentado.

De tal manera, 2001 hasta 2012 la OCS ha ido ampliando su �mbito de intervenci�n, pasando de la cooperaci�n militar, a competencias en aduanas, agricultura, comercio, tecnolog�a y energ�a. Todo lo cual preocupa a EE.UU.

Por lo que en 2012 elabor� una nueva Estrategia de Seguridad Nacional en la que estableci� como prioridad de su pol�tica exterior Asia. Se�al�ndose en dicha ESN que,

"los intereses estadounidenses est�n inextricablemente ligados a Asia",

...y que esos intereses estaban amenazados por Rusia, China e Ir�n.

Adem�s la nueva ESN observa el surgimiento de China como potencia que afectar� a la econom�a de EE.UU., as� como su seguridad. [28]

Giro del Pent�gono hacia Asia que evidentemente viene teniendo repercusiones para Am�rica Latina.


Terrorismo de Estado en Colombia y M�xico

En Colombia, a los paramilitares se les ha venido denominando como la "Sexta Divisi�n", porque si bien las fuerzas armadas cuentan con cinco divisiones, los paramilitares han estado tan integrados en la estrategia de combate del ej�rcito, coordinados con sus soldados sobre la marcha y vinculados con las unidades gubernamentales mediante,

  • la inteligencia

  • las provisiones

  • las radios

  • el armamento

  • recursos financieros

  • prop�sitos en com�n

Sexta Divisi�n a la cual mediados de los a�os noventa se le sumaron importantes capos de abolengo, para constituirse como jefes paramilitares.

Y una vez en el puesto adquirieron "bloques" con hombres armados y entrenados, adem�s del derecho de utilizar las siglas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Transform�ndose desde entonces en:

  1. Verdaderos se�ores de la guerra al estilo asi�tico, pasando de tener sicarios a una estructura militar con cierta unidad de mando y sofisticadas redes organizativas.

  2. Consiguen asegurar un control territorial, lo que les permite el dominio de la poblaci�n de la zona, as� como proteger m�s directamente sus propios cultivos, laboratorios, pistas, rutas de embarque de la droga, corredores estrat�gicos. Lo que les garantiza la comercializaci�n de su producto.

  3. Adquieren, y estrat�gicamente es considerada la ventaja m�s importante en la coyuntura actual, el poder actuar en nombre de las autodefensas, lo que les posibilita posar como jefes paramilitares y gozar de beneficios con la Ley de Justicia y Paz. [29]

Y en esta misma direcci�n se formul� el Plan Colombia, so pretexto de, por un lado fortalecer militarmente y medi�ticamente las Fuerzas Armadas del pa�s, y continuar, por otro lado, la pol�tica antinarc�ticos de los Estados Unidos. Causando una gran tragedia humanitaria durante los 15 a�os de su ejecuci�n (2000-2015).

Entre 1958 y 2012 fueron asesinadas 220.000 personas, de las cuales 180.000 eran civiles. Se cometieron 1.982 masacres, hubo 25.000 desaparecidos, m�s de 5.000 falsos positivos y m�s de 6 millones de desplazados.

El Plan ha tenido adem�s un enfoque geopol�tico, creando uno de los ej�rcitos mejor armados y poderosos en la regi�n andina, para disuadir las naciones que intenten regirse bajo un modelo pol�tico y econ�mico diferente al colombiano, como,

  • Venezuela

  • Bolivia

  • Ecuador,

...y hasta antes de Macri lo hab�a sido Argentina, escogiendo distanciarse del modelo neoliberal y privatizador.

Efecto demostraci�n ha sido el caso de la base militar de Manta de Estados Unidos en Ecuador, que sali� del pa�s bajo el gobierno de Rafael Correa en el 2009, luego que se supo que desde all� se llev� a cabo el bombardeo al campamento donde muri� el comandante de las FARC Ra�l Reyes, el 1 de marzo del 2008. [30]

Adem�s, el Plan Colombia tambi�n ha tenido un importante componente ideol�gico. Puesto que se ha visto acompa�ado de una incisiva campa�a de publicidad construy�ndose un relato unilateral sobre la guerra, sus or�genes y responsables. Siendo determinante para justificarla ante el pa�s y la llamada opini�n p�blica.

Mediante una dura matriz de opini�n dise�ada por especialistas en propaganda, se ha justificado la estrategia paramilitar, sin que hubiese ning�n impedimento real del Estado, por la responsabilidad del paramilitarismo en el asesinato de miles de civiles.

Proclamando h�roe a un Ej�rcito implicado en miles de violaciones sistem�ticas de Derechos Humanos.

As� como en se�alamientos sobre persecuci�n y exterminio de organizaciones sociales y pol�ticas que eran parte de la oposici�n. Resultado de un peligroso discurso medi�tico y propagand�stico, que colocado a Colombia presa de una mentira donde el Estado negocia f�cilmente con los paramilitares.

A partir de que la mayor�a de los ciudadanos desconocen, los or�genes del conflicto, las causas y las responsabilidades hist�ricas de un Estado profundamente injusto, antidemocr�tico y desigual. Permitiendo adem�s que a 15 a�os del Plan Colombia, se proyecte el nuevo Plan Paz formulado desde Washington. [31]

Por lo que ha avanza el Plan de Paz, no obstante, los paramilitares son ej�rcitos privados de poderosos hacendados, narcos, ganaderos, generales y parapol�ticos, utilizados para intimidar, desplazar y eliminar trabajadores, campesinos y activistas de los derechos humanos y sociales.

Ante lo cual el gobierno �nica mente niegan su existencia, mientras que jefes militares de batallones, brigadas y comandos policiales; en el departamento del Quind�o fomentan un febril proceso de reorganizaci�n de tales bandas asesinas.

As�, los Urbe�os [32] se instalaron en municipios, barrios, veredas y �reas mineras estrat�gicas de la Cordillera Central, financiados por potentes redes mafiosas del Magdalena Medio, asociadas con nuevas generaciones de narcos como,

  • Ram�n Isaza

  • Ra�l Guzm�n Mej�a

  • Guillermo Ceballos

  • Miguel �ngel Rodr�guez

  • David Moreno

  • Marisol Wager

  • Libardo Mej�a Urrea,

...art�fices y patrocinadores de la exuberante burbuja inmobiliaria de Armenia y municipios metropolitanos, utilizada a su vez como mecanismo para el lavado de millonarias cifras originadas en el tr�fico de coca�na, desde las pistas de Puerto Boyac�, Puerto Araujo y Barrancabermeja hacia Centro Am�rica y M�xico. [33]

De tal manera, en diciembre pasado, cerca de 50 personas fueron obligadas a dejar sus fincas, ubicadas en zonas rurales, despu�s de haber sido amenazadas por hombres armados (paramilitares, con prendas oficiales del Ej�rcito) que exig�an el pago de una extorsi�n a los due�os de los predios.

En algunos casos identific�ndose como miembros de la guerrilla, parte de la estrategia de la acci�n criminal paramilitar. En contubernio con estos hechos, se ha dado la compra de predios, grandes y productivos, por personas cuyas procedencias son un misterio, aunque se sabe de su articulaci�n con poderes mafiosos de Armenia, Cartago y el Magdalena Medio, especialmente grandes constructores de edificios de apartamentos.

Asimismo, se han conformado redes de narcotr�fico y microgr�fico [34] utilizadas en los corredores rurales, para transportar estupefacientes hasta el Valle del Cauca.

Siendo as� que el consumo y expendio de droga se ha incrementado, existiendo sitios espec�ficos identificados plenamente por la ciudadan�a y la Polic�a, en donde se les venden droga a los j�venes. Hechos que han sido denunciados en varias ocasiones, pero las acciones de las fuerzas p�blicas han sido muy reducidas o nulas, seg�n han dicho habitantes de Pijao y el Quind�o.

Todo lo cual se explica a partir del contubernio paramilitar, militar, policial, parapol�tica y mafioso. Que tambi�n ha permitido el aumento en la tasa de homicidios en el Quindio, en operaciones de limpieza social. [35]

Mientras tanto en M�xico, la masacre de Acteal es un hito importante en la conformaci�n de la impunidad generalizada que afecta al pa�s, as� como en el empantanamiento de las instituciones encargadas de procurar e impartir justicia, ante el avance general de la violencia que hoy vivimos.

Si bien, los sexenios de Salinas y Zedillo fueron pr�digos en violencia pol�tica, asesinando a cientos de opositores perreditas, adem�s de dos cuadros priistas de primer orden. As� como las muertes de media docena de altos funcionarios, oficialmente calificadas como suicidios y la proliferaci�n de masacres rurales como,

  • las de Aguas Blancas y El Charco, en Guerrero

  • las de El Bosque y Acteal, en Chiapas, de corte contrainsurgente

En estos tres �ltimos sexenios, en los cuales se ha impuesto en M�xico el neoliberalismo, ha arrancado un nuevo tipo de violencia masiva: la de los feminicidios, iniciados en Ciudad Ju�rez para extenderse, en a�os recientes hacia otras entidades de la rep�blica, pero principalmente en el estado de M�xico.

Adem�s de cruentos episodios de represi�n suscitados en L�zaro C�rdenas Michoac�n, por parte de la entonces Polic�a Federal Preventiva y corporaciones estatales de dicha entidad.

Asimismo ocurri� en San Salvador Atenco, estado de M�xico, en estrecha relaci�n con el asesinato de militantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) durante el gobierno de Ulises Ruiz, culminando con el aplastamiento de las movilizaciones de esa coalici�n de organizaciones a finales del r�gimen foxista.

Dando paso posteriormente en un salto cualitativo con Felipe Calder�n, a un desprecio oficial hacia la vida humana.

Suscit�ndose un ba�o de sangre en el pa�s, alentado por el propio gobierno, muriendo cerca de 100 mil personas, de las cuales m�s de 20 mil fueron v�ctimas de desaparici�n, mientras que las c�rceles del pa�s se colmaron de igual forma de culpables que de inocentes, adem�s, regiones enteras se vieron desamparadas por las fuerzas gubernamentales, siendo as� que las organizaciones delictivas lograron posicionar su poder econ�mico y militar sin igual hasta entonces. [36]

E igual que sus antecesores, el actual gobierno no ha sido capaz de detener la violencia delictiva m�s all� de discursos a trav�s de los medios.

En contraparte, ha fortalecido las tendencias represivas contra movilizaciones populares. Adem�s de predominar en distintas partes de la rep�blica una sensaci�n de desamparo casi absoluto ante la delincuencia y la expansi�n de excesos policiales o de fuerzas federales.

Tal como ha ocurrido con las masacres de,

  • Tlatlaya

  • Apatzing�n

  • Tanhauto

  • Ayotzinapa

En tal contexto, la asamblea del ejido de Tila, en el municipio chiapaneco del mismo nombre, acuso el domingo 27 de diciembre de 2015 al alcalde �dgar Leopoldo G�mez Guti�rrez de reactivar el grupo paramilitar Paz y Justicia.

Para lo cual se encuentra de fondo, tal como han dicho los ejidatarios de dicha entidad, el designio del ayuntamiento para despojar a las comunidades de la etnia chol de centenares de hect�reas para proyectos de ecoturismo. [37]

M�s todav�a, en el norte, Los Altos y la frontera de Chiapas con Guatemala, distintas bandas criminales se han fortalecido al fundirse con paramilitares e integrantes del Partido Verde Ecologista de M�xico (PVEM).

A la par de que, seg�n Luis Alonso Abarca Gonz�lez, del Comit� de Derechos Humanos de Base de Chiapas, a partir de las elecciones del a�o pasado donde gano Manuel Velasco como candidato del PVEM, ha habido un repunte de la presencia de grupos paramilitares como,

  • Paz y Justicia

  • Movimiento Ind�gena Revolucionario Antizapatista (MIRA)

  • Los Diablos

  • Los G�mez

  • Los Petules,

...entre otros, que se han vinculado con el narcotr�fico y la trata de personas. [38]

Realiz�ndose la reactivaci�n de grupos paramilitares con componentes distintos a los de de 1994, puesto que en aquel entonces surge para contener al EZLN y evitar que la gente se sumara a �l.

Sin embargo, hoy se agrega el factor de la delincuencia organizada y la intenci�n de obtener un control territorial con intereses en la miner�a, el petr�leo, el agua, los recursos de la selva y por la frontera. Apareciendo un brote de violencia en Simojovel, Pueblo Nuevo Solistahuac�n, Tila, Palenque, Ocosingo, Marqu�s de Comillas, La Trinitaria, Frontera Comalapa, El Bosque, Oxchuc y San Crist�bal de las Casas. [39]

De manera que hoy en d�a en Chiapas, los grandes grupos del crimen organizado, al igual que en Colombia, se han fusionado o se han aliado con bandas locales, cuyo origen se remonta al paramilitarismo que el gobierno de Ernesto Zedillo impulso en 1996 contra el EZLN.

As� en Tila se observan pintas del Z-40 y el Z-42 y en San Crist�bal hay pintas de MS-13, Maras Salvatrucha 13.

Lo que ha tra�do consigo tambi�n un cambio radical en la vida de los j�venes ind�genas. Entre estos a aumentado la adicci�n a la coca�na y el crack que hoy circula en sus pueblos, comunidades o colonias, como la famosa Hormiga, que se encuentra a las afueras de San Crist�bal de las Casas y es conocida por que ah� se venden drogas, armas y autos robados.

En tanto que en Tila se ha vuelto una contante que los j�venes no solo consuman marihuana, sino tambi�n coca�na. Adem�s de observarse un cambio en las aspiraciones de los muchachos. Ahora quieren trabajar en el crimen organizado. [40]

Todo lo cual tiene sus ra�ces en el hecho de que para obtener el control del territorio se debe eliminar a activistas como Toni Reynaldo Guti�rrez L�pez. �ste fue reportado como desaparecido el 17 de julio de 2015 a manos de polic�as municipales y civiles armados, siendo encontrado una semana despu�s con huellas de tortura, la cara desollada y sin ojos.

Asimismo, Marcelo P�rez, presb�tero de Simojovel, ha sido amenazado por Juan y Ramiro G�mez, ambos ex-alcaldes priistas conocidos como los G�mez y que se encuentran vinculados con el tr�fico de armas y estupefacientes.

Adem�s en la misma localidad el grupo de los Diablos, ha atemorizado a la poblaci�n causando desplazamiento y cobra derecho de piso a los comerciantes. [41]


M�rate en este espejo Argentina

Igual que ha ocurrido en Colombia y M�xico, con el presidente Macri en Argentina empieza a conformarse un r�gimen autoritario con apariencia constitucional. Dentro de una convergencia mafiosa de camarillas empresarias, judiciales y medi�ticas monitoreadas por el aparato de inteligencia de Estados Unidos.

Y que al igual que ocurri� en M�xico con Felipe Calder�n y Pe�a Nieto, los primeros meses de gobierno de Mauricio Macri ha tropezado con numerosas dificultades que amenazan convertirla en una gigantesca crisis de gobernabilidad.

Teniendo como fondo una recesi�n econ�mica que se va profundizando en marcha hacia la depresi�n, es decir un funcionamiento econ�mico de baja intensidad, con altas tasas de desocupaci�n, salarios reales muy reducidos y baratos en d�lares.

Por lo que al igual que en M�xico, el Pent�gono esta recurriendo a la "guerra contra el narcotr�fico" para apuntalar su gobierno mediante el uso de las fuerzas armadas.

Toda vez que no se trata del retorno del viejo neoliberalismo de la d�cada de 1990, ni mucho menos de una imitaci�n del r�gimen olig�rquico de fines del siglo XIX, sino de una tentativa de instauraci�n de un sistema mafioso, parasitando sobre una poblaci�n desarticulada que alberga grandes espacios de marginalidad y s�per explotaci�n laboral, realizando un saqueo sin precedentes de recursos naturales. [42]

A este respecto Macri autoriz� el derribo de aviones para el combate contra el narcotr�fico, mediante el argumento oficial de estar en "situaci�n de peligro colectivo".

Adem�s, mediante la medida que apunta a combatir al narcotr�fico, tal como en M�xico y Colombia, le ha otorgado m�s poder a los militares, adem�s de flexibilizar los controles sobre las compras en el �rea.

Asimismo la medida incluye como delito a la "asociaci�n il�cita terrorista", para lo cual promueve acciones conjuntas entre fuerzas policiales de seguridad interior con gendarmer�a, prefectura y fuerzas armadas. [43]

As�, se van imponiendo los instrumentos esenciales de un Estado autoritario:

  • control completo de los medios de comunicaci�n

  • reconversi�n integral del sistema de seguridad como ap�ndice del de Estados Unidos

  • implantaci�n de mecanismos de destrucci�n econ�mica y social a gran escala

  • despliegues medi�tico-judiciales tendientes a extirpar a las oposiciones que no se subordinen al nuevo r�gimen

Debido a que, el actual sometimiento de Argentina a Estados Unidos se corresponde con su retroceso geopol�tico internacional que busca ser compensado mediante el control total de su 'patio trasero' latinoamericano, asegurando la s�per explotaci�n de recursos naturales decisivos, as� como tambi�n para introducir a la regi�n como pieza propia de su juego global:

  • como se�uelo para sus socios europeos en la Organizaci�n del Tratado del Atl�ntico Norte (OTAN)

  • como retaguardia segura en el armado del Acuerdo Transpac�fico

De forma que, Estados Unidos en contubernio con una lumpen-burgues�a en el Tercer Mundo, no busca instaurar una jerarqu�a mundial estable reproduci�ndose en el largo plazo sino depredar recursos naturales, degradar o eliminar Estados, destruir defensas sociales perif�ricas, extendiendo ofensivas desestructurantes, desintegradoras de identidades nacionales y culturales.

Su instrumento de intervenci�n militar es ahora una constelaci�n de organizaciones guiadas por la doctrina Contrainsurgente, que fue reformulada durante los ochenta y que se le a�adieron la Guerra de Baja Intensidad, as� como elementos refinados de la Guerra Sucia.

De manera que hoy se emplean de manera intensiva mercenarios, operaciones clandestinas de su estructura profesional, redes mafiosas, narcotraficantes, terroristas, manipulaciones medi�ticas y otras actividades destinadas a destruir y desestabilizar espacios perif�ricos con el fin de saquearlos.

Proceso que se corresponde con el hecho de que algunas lumpen burgues�as latinoamericanas fueron mutando hasta llegar a la situaci�n actual donde grupos industriales, financieros o de agrobusiness combinan sus inversiones tradicionales con otras m�s rentables pero tambi�n m�s vol�tiles:

  • aventuras especulativas

  • negocios ilegales de todo tipo (desde el narco hasta operaciones inmobiliarias opacas, pasando por fraudes comerciales y fiscales y otros emprendimientos turbios),

...trasnacionaliz�ndose, convergiendo con "inversiones" saqueadoras provenientes del exterior.

En Argentina las �lites argentinas ven�an avanzando en esa direcci�n y la llegada de Macri a la presidencia expresa un enorme salto cualitativo, el pa�s en su conjunto acaba de ingresar de manera recargada y brusca en ese proceso.

Gener�ndose en muy poco tiempo una fuerte reducci�n de los salarios reales, causada entre otros factores por la mega devaluaci�n, los aumentos del precio de los combustibles y de las tarifas de electricidad, gas y transportes, la eliminaci�n o reducci�n de retenciones y sus impactos inflacionarios a lo que se agrega la suba de las tasas de inter�s y los despidos masivos en la administraci�n p�blica (que empiezan a ser seguidos por el sector privado), con lo que tenemos un panorama recesivo provocado por el gobierno cuyo objetivo principal es reducir los salarios reales y su valor en d�lares.

Pero este modelo econ�mico siniestro necesitar� de manera ineludible del apoyo de un aceitado mecanismo de represi�n y degradaci�n de las clases inferiores, que dar� lugar a un Estado del Cuarto Poder como ocurre en M�xico.

Promoviendo estabilidad al interior de la articulaci�n mafiosa, la atenuaci�n de las disputas internas ante un bot�n de volumen variable, sujeto a numerosos factores de inestabilidad locales e internacionales.

Empalmando con tendencias depresivas globales acompa�adas por,

  • el aumento de la volatilidad en mercados decisivos

  • la proliferaci�n de guerras

  • deterioros institucionales de los estados centrales

  • derrumbes y crisis graves de estados perif�ricos,

...y otros s�ntomas claros que describen a un planeta que se encamina hacia horizontes de alta turbulencia. [44]


Bibliograf�a

  • Ackland Len, Mc Guire Steven (coordinadores). "La edad nuclear". UNAM, FCE, 1987.

  • Bashkansky Enrique. "Afganist�n donde el pasado estall� en pedazos". Editorial nuestro tiempo, 1987.

  • Petras James y Veltmeyer Henry. "Las dos caras del imperialismo. Vasallos y guerreros". Lumen M�xico, 2004.

  • Saxe-Fern�ndez John (coordinador). "Globalizaci�n: cr�tica a un paradigma". UNAM, IIC, DGAPA, Plaza Jan�s, 1999.

  • Petras Janes. "El nuevo orden criminal". Libros del Zorzal, 2005.

  • Hecheverria Zuno Alvaro. "Centroam�rica: la guerra de Reagan". Presencia latinoamericana, 1985.

  • Hemerograf�a.

  • Revista Urbe, n�mero 12 abril 2016.

  • Revista Proceso, n�mero 2057, 3 de abril de 2016.

  • Revista Estrategia. "Las luchas en Centroam�rica". N�mero 53, septiembre-octubre 1983.



Notas

[1] Petras James y Veltmeyer Henry. "Las dos caras del imperialismo. Vasallos y guerreros". Lumen M�xico, 2004. P�g. 60

[2] Ib�d. Petras James y Veltmeyer Henry. P�g. 61

[3] Ib�d. Petras James y Veltmeyer Henry. P�g. 72

[4] Ib�d. Petras James y Veltmeyer Henry. P�g. 75

[5] Rebeli�n. "La importancia para el saqueo de Am�rica Latina del Oc�ano Pacifico y el "gobierno secreto" en los EE.UU." Por: Ram�n C�sar Gonz�lez Ortiz, 23-01-2016.

[6] Ackland Len, Mc Guire Steven (coordinadores). "La edad nuclear". UNAM, FCE, 1987. P�g. 76.

[7] Ib�d. Ackland Len, Mc Guire Steven. P�g. 79

[8] Ib�d. Ackland Len, Mc Guire Steven. P�g. 80

[9] NORAD - North American Aerospace Defense Command (Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial). Se trata de una organizaci�n conjunta de los Estados Unidos, y Canad� que provee de defensa y control a�reo a toda Norteam�rica. Se fund� el 12 de mayo de 1958 bajo el nombre de Mando Norteamericano de Defensa A�rea (North American Air Defense Command). Desde 1963, la principal instalaci�n del NORAD est� en Cheyenne Mountain, en el estado de Colorado.

[10] Strategic Air Command.

[11] La Jornada, lunes 15 de junio de 2015.

[12] Ib�d. Ackland Len, Mc Guire Steven. Pp. 264-265.

[13] Ib�d. Ackland Len, Mc Guire Steven. P�g. 265.

[14] Hecheverria Zuno Alvaro. "Centroam�rica: la guerra de Reagan". Presencia latinoamericana, 1985. P�g. 22

[15] Ib�d. Hecheverria Zuno Alvaro. P�g. 34

[16] Revista Estrategia. "Las luchas en Centroam�rica". N�mero 53, septiembre-octubre 1983. P�g. 74

[17] Ib�d. Revista Estrategia. Pp. 75-76.

[18] Wallerstein Immanuel. "La d�cada del poder estadounidense". Era, editores independientes, 2005. P�g. 251.

[19] Citado en Tesis de Maestr�a. Gonz�lez Ortiz Ram�n C�sar. "La Iniciativa M�rida: Estado, militarizaci�n y contrainsurgencia en M�xico". UNAM, 2013. P�g. 142.

[20] Ib�d. Citado en Tesis de Maestr�a. Gonz�lez Ortiz Ram�n C�sar. P�g. 147.

[21] Ib�d. Citado en Tesis de Maestr�a. Gonz�lez Ortiz Ram�n C�sar. P�g. 149.

[22] Ib�d. Citado en Tesis de Maestr�a. Gonz�lez Ortiz Ram�n C�sar. P�g. 150

[23] Ib�d. Pp. 150-151.

[24] Rebeli�n. " La victoria mundial de Rusia fue garant�a de soberan�a Siria ". Por: Basem Tajeldine y Laila Tajeldine, 21-03-2016.

[25] Ib�d. Basem Tajeldine y Laila Tajeldine, 21-03-2016.

[26] Ib�d. Basem Tajeldine y Laila Tajeldine, 21-03-2016.

[27] Rebeli�n. "Eurasia como eje del siglo XXI (I)". Por: Alberto Cruz, 21-04-2016.

[28] Ib�d. Alberto Cruz, 21-04-2016.

[29] Ib�d. Citado en Tesis de Maestr�a. Gonz�lez Ortiz Ram�n C�sar. P�g. 131.

[30] Rebeli�n. "Plan Colombia o como justificar el asesinato y la persecuci�n pol�tica". Por: Adelaida Nikolayeva, 10-02-2016.

[31] Ib�d. Adelaida Nikolayeva, 10-02-2016.

[32] Clan �suga, como es denominado actualmente por los medios de comunicaci�n y llamado oficialmente por la Polic�a el 'Clan de los �suga David', es una organizaci�n narcoparamilitar, la cual se le denominaba antes como Los Urabe�os y/o Bloque H�roes de Casta�o. Esta banda criminal forma parte del conflicto armado en Colombia y se considera la agrupaci�n narcoparamilitar m�s grande, peligrosa y mejor estructurada del pa�s, por la cantidad de combatientes que la integran, por las zonas donde hacen presencia y el gran n�mero de cargamentos de droga que trafican a nivel nacional e internacional.

[33] Rebeli�n. "Neo paramilitarismo en el Quind�o pone en serio peligro la paz". Por: Horacio Duque, 10-02-2016.

[34] Narcomenudeo.

[35] Ib�d. Horacio Duque, 10-02-2016.

[36] La Jornada, mi�rcoles 23 de diciembre de 2015.

[37] La Jornada, lunes 28 de diciembre de 2015.

[38] Revista Proceso, n�mero 2057, 3 de abril de 2016.

[39] Ib�d. Proceso.

[40] Ib�d. Proceso.

[41] Ib�d. Proceso.

[42] Rebeli�n. "Despu�s del golpe blando la marcha apresurada del capitalismo mafioso". Por Jorge Beinstein, 21-04-2016.

[43] La Jornada. Jueves 21 de enero de 2016.

[44] Ib�d. Jorge Beinstein, 21-04-2016.