por Peter Dale Scott

23 Abril 2013

del Sitio Web RedVoltaire

Este ensayo es una adaptaci�n de un discurso pronunciado por el autor en la edici�n de 2012 del Festival de Oakland del Film sobre

el 11 de Septiembre (Oakland 9/11 Film Festival),

organizado por la Northern CA 9/11 Truth Alliance.
Traducido al espa�ol por Hugo Vidal de la Red Voltaire a partir de la traducci�n al franc�s de Maxime Chaix


Los �ngeles (Estados Unidos)

El investigador y ex diplom�tico Peter Dale Scott compara los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, el asesinato de John F. Kennedy y el atentado de Oklahoma City.

Y demuestra as� la permanente existencia de un Estado profundo, m�s all� de las apariencias.


Los acontecimientos profundos estructurales y la estrategia de la tensi�n en Italia

Desde Estados Unidos, no resulta dif�cil observar c�mo la Historia italiana de la segunda mitad del siglo 20 fue claramente desestabilizada por una serie de hechos del tipo de los que he decidido llamar "acontecimientos profundos estructurales".

He definido esos hechos como,

"acontecimientos [�], (del tipo del asesinato de John F. Kennedy, el allanamiento del Watergate o el 11 de Septiembre), que afectan brutalmente la estructura social [y que] tienen un gran impacto en la sociedad [�].

Por otro lado, constantemente implican actos criminales o violentos. Y, finalmente, a menudo son perpetrados por una oscura fuerza desconocida". [1]



El atentado de la Piazza Fontana


Los ejemplos de acontecimientos profundos estructurales en Italia - ejemplos que la poblaci�n local conoce muy bien - incluyen los atentados con bombas perpetrados,

  • en la Piazza Fontana, en 1996

  • en la Piazza della Loggia, en 1974

  • contra la estaci�n de trenes de Bolonia, en 1980



El atentado contra la estaci�n de Bolonia


En aquella �poca, la responsabilidad de aquellos atentados, en los que murieron m�s de 100 civiles y que dejaron una cantidad a�n mayor de heridos, se atribuy� a izquierdistas que viv�an al margen de la sociedad.

Sin embargo, principalmente gracias a una serie de investigaciones y procedimientos judiciales, hoy est� claramente demostrado que aquellos atentados en realidad fueron obra de elementos de extrema derecha que cooperaban con la inteligencia militar italiana.

Aquellas acciones se inscrib�an en el marco de una permanente "estrategia de la tensi�n" destinada a desacreditar a la izquierda italiana, favorecer el mantenimiento de un statu quo caracterizado por la corrupci�n y quiz�s incluso a favorecer un alejamiento de la democracia. �[2]

Como afirm� posteriormente uno de los autores de aquellos atentados, Vincenzo Vinciguerra,

"[la] explosi�n de diciembre de 1969 supuestamente deb�a ser el detonador que convencer�a a las autoridades pol�ticas y militares [italianas] de proclamar un estado de urgencia". [3]

Vinciguerra revel� tambi�n que hab�a sido miembro de una red paramilitar "stay-behind" junto a varios de sus c�mplices.

Al final de la Segunda Guerra Mundial, la CIA y la OTAN hab�an creado aquella red bajo el nombre codificado de "Operaci�n Gladio".

En 1984, cuando varios jueces lo interrogaban sobre el bombazo de 1980 contra la estaci�n ferroviaria de Bologna, Vinciguerra declar�:

"Con [la masacre] de Peteano y todas las que vinieron despu�s ya nadie deber�a dudar de la existencia de una estructura activa y clandestina, capaz de elaborar en la sombra aquella estrategia de matanzas.

[Se trata de una estructura] insertada en los �rganos mismos [del Estado]. [�] En Italia existe una organizaci�n paralela a las fuerzas armadas, que se compone de civiles y militares y con vocaci�n antisovi�tica, o sea destinada a organizar la resistencia contra una posible ocupaci�n del territorio italiano por parte del Ej�rcito Rojo. [�]

Una organizaci�n secreta, una s�per organizaci�n que tiene su propia red de comunicaci�n, armas, explosivos y hombres entrenados para utilizar todo eso. [�] Una s�per organizaci�n [que], a falta de una invasi�n sovi�tica, recibi� de la OTAN la orden de luchar contra un deslizamiento del poder hacia la izquierda en este pa�s.

Y eso fue lo que hicieron, con el respaldo de los servicios secretos del Estado, del poder pol�tico y del ej�rcito." [4]

M�s tarde, fueron revel�ndose en otros pa�ses, como B�lgica y Turqu�a, los v�nculos de la red Gladio con largas campa�as de violencia bajo bandera falsa - en las que aparec�a nuevamente la implicaci�n de la OTAN y de la CIA. [5]

El objetivo inicial de Gladio era consolidar la resistencia en caso de invasi�n sovi�tica.

Pero la mayor�a de los altos responsables italianos implicados en los atentados con bombas tambi�n subrayaron la responsabilidad de la CIA y de la OTAN en aquellos actos:

"El general Vito Miceli, ex jefe de la inteligencia militar italiana, luego de su arresto en 1974 bajo la acusaci�n de conspiraci�n con vistas a derrocar el gobierno, testimoni�,

'que las organizaciones incriminadas [�] se formaron gracias a un acuerdo secreto con Estados Unidos y [evolucionaron] en la estructura de la OTAN'.

El ex ministro de Defensa Paulo Taviani declar� al magistrado Casson, durante una investigaci�n [realizada] en 1990, que durante su periodo en el ministerio (1955-1958), los servicios secretos italianos eran dirigidos y financiados por �los boys de la V�a Veneto� - en otras palabras, los agentes de la CIA en la embajada de Estados Unidos en pleno centro de Roma.

En 2000,

'un general de los servicios secretos italianos [nombrado Giandelio Maletti] declar� [�] que la CIA hab�a dado su aprobaci�n t�cita a una serie de atentados con bomba en los a�os 1970, para crear inestabilidad e impedir que los comunistas llegasen al poder. [�]

'La CIA quer�a, a trav�s del nacimiento de un nacionalismo extremista y de la contribuci�n de la extrema derecha, sobre todo la de Ordine Nuovo, impedir que [Italia] se inclinara hacia la izquierda, agreg�'." [6]

En su importante libro Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN [Los ej�rcitos secretos de la OTAN], Daniele Ganser se refiere a un art�culo publicado en la prensa espa�ola, en 1990, en el que se habla de Manfred Worner, un pol�tico y diplom�tico alem�n que era en aquel entonces secretario general de la OTAN.

Aquel a�o, seg�n el art�culo, el se�or Worner confirm� en secreto que el cuartel general de la OTAN - el SHAPE - era en realidad responsable de la red Gladio:

"El Supreme Headquarters Allied Powers Europe o SHAPE, el �rgano de mando del aparato militar de la OTAN, coordinaba las operaciones del Gladio. Eso es lo que ha revelado el secretario general Manfred Worner en una entrevista con los embajadores de las 16 naciones aliadas de la OTAN." [7]

Sacando sus propias conclusiones de esa afirmaci�n, Ola Tunander compar� la estrategia de la tensi�n en Italia - con sus atentados bajo bandera falsa - a "lo que la �lite militar turca podr�a describir como la redirecci�n forzada de la democracia por el �Estado profundo� [se trata de una expresi�n turca]". [8]

Me parece, sin embargo, que ser�a demasiado simplista atribuir la estrategia de la tensi�n en Italia �nicamente a la "s�per organizaci�n [que] recibi� de la OTAN la orden [de perpetrar atentados bajo bandera falsa]", retomando las palabras de Vinciguerra.

Resulta que otras fuerzas tuvieron un papel de primera l�nea en la estrategia de la tensi�n, actuando junto a la OTAN y a grup�sculos que Vinciguerra conoc�a gracias a la inteligencia militar italiana (el SID, que se convertir�a despu�s en el SISMI).

Es importante recordar que, en Italia, los juicios contra los individuos condenados por el atentado de 1980 contra la estaci�n de Bolonia no s�lo ten�an que ver con Vinciguerra, el SISMI y el Gladio sino tambi�n con elementos de la mafia italiana (la Banda della Magliana) y con la logia mas�nica Propanga-Due (P-2) - esta �ltima estaba adem�s vinculada a una serie de banqueros criminales y al Vaticano. [9]



La estrategia de la tensi�n


En resumen, si suponemos que algo comparable al Estado profundo turco estuvo implicado en la estrategia de la tensi�n en Italia, no es posible resolver el misterio.

Sin embargo, esa hip�tesis nos sugiere la existencia de un medio, o de una red de complicidades, que merece una investigaci�n m�s profunda.


�Se aplic� en Estados Unidos una estrategia de la tensi�n?

Como ya he escrito anteriormente, los v�nculos de la red Gladio con prolongadas campa�as de violencia bajo bandera falsa - en las que nuevamente aparecen implicadas la OTAN y la CIA - se conocieron posteriormente en otros pa�ses, como B�lgica y Turqu�a. �[10]

Quisiera se�alar que Estados Unidos, al igual que Europa, ha sufrido tambi�n una sucesi�n comparable de acontecimientos profundos estructurales bajo bandera falsa.

Esto incluye atentados con bomba que, siguiendo una misma estrategia de la tensi�n, han llevado sistem�ticamente Estados Unidos a su actual situaci�n: un estado de urgencia.



El Cuartel General de la OTAN


Entre los acontecimientos profundos estructurales y enga�osos que me gustar�a analizar aqu�, subrayar�a los siguientes:

El asesinato de John F. Kennedy, en 1963, o 22 de noviembre, que condujo a la operaci�n de la CIA conocida como Caos contra el movimiento de oposici�n a la guerra de Vietnam.

(El 22 de noviembre fue claramente un acontecimiento profundo: numerosos documentos sobre la relaci�n de Lee Harvey Oswald con la CIA siguen siendo secretos, a pesar de las demandas de medios judiciales y parlamentarios a favor de su publicaci�n.) [11]

El asesinato de Robert Kennedy, en 1968, al que sigui� la inmediata adopci�n de una ley de excepci�n. El resultado de esa ley fue una brote de violencia justificada por el Estado durante la convenci�n del Partido Dem�crata de 1968.

El primer atentado con bomba contra el World Trade Center, en 1993, y el de Oklahoma City, en 1995, que dieron lugar a la adopci�n de la Antiterrorism and Effective Death Penalty Act de 1996.

El 11 de septiembre de 2001 y los ataques con �ntrax de ese mismo a�o, que condujeron a la imposici�n de las medidas de "continuidad del gobierno" (COG, siglas de Continuity of Government), al voto de la Patriot Act y a la proclamaci�n, el 14 de septiembre de 2001, de un estado de urgencia que todav�a se mantiene en vigor. Ese estado de urgencia fue renovado por un a�o m�s en septiembre de 2012. [12]

Todos esos acontecimientos profundos estructurales han arrojado un mismo resultado: la erosi�n de los poderes p�blicos reconocidos en la Constituci�n y su progresiva sustituci�n por una fuerza represiva exenta de control.

En otros trabajos ya he se�alado que:

  1. Como en Italia, la mayor�a de esos acontecimientos fueron atribuidos a elementos marginales. Pero en realidad implicaron a facciones que se mueven dentro de las agencias de inteligencia clandestinas de Estados Unidos, as� como las oscuras conexiones que estas mantienen con los c�rculos del crimen organizado;

  2. Algunos de esos elementos profundos estructurales est�n vinculados a la planificaci�n permanente tendiente a garantizar la "continuidad del gobierno" (COG) en tiempos de crisis. Conocida en el Pent�gono bajo la denominaci�n de "Proyecto Juicio Final" (Doomsday Project), esa planificaci�n dispon�a de su propia red secreta de comunicaciones seguras. Inclu�a tambi�n medidas tendientes a instaurar lo que en tiempos del Irangate, durante las audiencias del teniente coronel Oliver North en el Congreso estadounidense, se llam� una "suspensi�n de la Constituci�n de los Estados Unidos";

  3. En cada uno de esos casos, la respuesta oficial a los acontecimientos profundos fue la adopci�n de un conjunto de nuevas medidas represivas, habitualmente a trav�s de la v�a legislativa;

  4. La acumulaci�n de esos sucesos hace pensar en la presencia permanente, en Estados Unidos, de lo que yo llamo una "fuerza oscura" o un "Estado profundo" comparable a lo que Vinciguerra describi� en Italia como una "fuerza secreta [oculta y] clandestina, capaz de elaborar en la sombra una estrategia de matanzas [sucesivas]." [13]



El atentado de Oklahoma City y el 11 de septiembre



El atentado de Oklahoma City


Hace poco vi un documental titulado A Noble Lie (Una mentira noble), sobre el atentado perpetrado en Oklahoma City en 1995. �[14]

Por primera vez pude confrontar mis hip�tesis con ese atentado perpetrado el 19 de abril de 1995 - y que por lo tanto llamar� 19 de Abril. Ese acontecimiento encaja en mis par�metros de an�lisis, mucho m�s de lo que yo hubiese podido imaginar, e incluso los refuerza..

En efecto, el documental A Noble Lie da a conocer grandes similitudes entre los acontecimientos de abril de 1995 y los de septiembre de 2001.

El paralelo m�s evidente es la supuesta destrucci�n, por fuerzas externas, de un inmueble con estructura de acero reforzado (por un cami�n lleno de explosivos, en el caso del edificio Murrah, y por los escombros proyectados durante el derrumbe de la torre norte del World Trade Center, en el caso del Edificio 7 [o Building Seven], en 2001).

En ambos casos, algunos expertos afirmaron que, en realidad, �nicamente cargas explosivas de corte instaladas directamente en las columnas de carga situadas dentro de los edificios habr�an podido provocar el derrumbe de estos.

Veamos, por ejemplo, un informe entregado al Congreso por Benton K. Partin, general de brigada en retiro de la US Air Force, experto en explosivos no nucleares:

"Cuando vi por primera vez las fotos de los da�os asim�tricos del cami�n cargado de explosivos en el edificio federal, mi reacci�n inmediata fue pensar que era t�cnicamente imposible generar ese tipo de da�os sin poner cargas de demolici�n suplementarias en varias columnas de carga de hormig�n armado. [�]

Con lo que hoy se sabe sobre el poder y la composici�n de la bomba, el que la simple explosi�n de un cami�n cargado de explosivos pudiese [destruir el edificio] en una profundidad de 18 metros y provocar el derrumbe de una columna de carga de dimensi�n A-7 es algo que resulta incomprensible." [15]

Hoy en d�a un amplio consenso est� apareciendo entre los arquitectos, ingenieros y otros expertos competentes.

Seg�n ellos, es muy probable que los tres edificios del World Trade Center que se derrumbaron el 11 de septiembre de 2001 tambi�n hayan sido destruidos mediante el uso de cargas explosivas como las que se usan en las demoliciones controladas. [16]

Las consecuencias jur�dicas de gran parte de esos acontecimientos constituyen otra similitud importante.

En efecto, la respuesta al atentado de Oklahoma City fue la adopci�n de la Antiterrorism and Effective Death Penalty Act de 1996, mientras que la respuesta al 11 de septiembre de 2001 fue la aplicaci�n de la COG y el posterior voto de la Patriot Act - a ra�z de los atentados de bandera falsa con uso de �ntrax.

El documental A Noble Lie se concentra en las consecuencias internas de la Antiterrorism Act.

Al igual que la Patriot Act, aprobada posteriormente, esa ley instaur� importantes restricciones al derecho de habeas corpus, en relaci�n con la manera como lo hab�an interpretado los tribunales hasta aquel momento.

Dicho de otra manera, esas dos leyes implementaron pretextos jur�dicos para autorizar las detenciones arbitrarias, lo cual hab�a sido una preocupaci�n central en la planificaci�n de la COG que se hab�a desarrollado en los a�os 1980 bajo la direcci�n de Oliver North.

Todo esto forma parte de un proceso permanente de restricciones progresivas de nuestros derechos constitucionales por parte de un poder sobre el cual no se ejerce ning�n tipo de control - evoluci�n que data, en mi opini�n de la �poca del asesinato de John F. Kennedy, en 1963.

Sin embargo, la Antiterrorism Act de 1996 tuvo tambi�n importantes consecuencias en el extranjero, sobre todo por el hecho que la secci�n 328 de esa ley enmend� la Foreign Assistance Act para apoyar,

"la ayuda en armas y municiones a algunos pa�ses en particular, con vistas a combatir el terrorismo. �[17]

Eso condujo a la creaci�n, en 1997, de un acuerdo de enlace "Top Secret" entre el Centro de Contraterrorismo de la CIA (CTC, siglas de Counterterrorism Center) y Arabia Saudita, seguido de un acuerdo posterior concluido en 1999 entre la CIA y Uzbekist�n (que son hoy en d�a dos de los reg�menes m�s secretos y represivos del mundo)." [18]

Yo he sostenido que esos acuerdos de enlace confidenciales - concluidos con Arabia Saudita y Uzbekist�n - pudieron servir a la CIA de cobertura para organizar su retenci�n de informaci�n secreta antes del 11 de septiembre de 2001.

Esa disimulaci�n de informaci�n de inteligencia ten�a que ver con Khaled al-Mihdhar y Nawaf al-Hazmi, dos de los individuos designados como culpables de aquellos ataques. [19]

Por consiguiente, si es correcto mi an�lisis sobre la retenci�n de informaci�n que la CIA organiz� entre 2000 y 2001, el 19 de abril no s�lo presenta similitudes con los ataques de septiembre de 2001.

Este atentado de 1995 constituye en realidad una etapa determinante en el proceso que hizo posible tanto la nueva retenci�n de informaci�n como los hechos mismos del 11 de septiembre de 2001.


El recrudecimiento de los poderes represivos a ra�z de los acontecimientos profundos

El hecho que el 19 de abril tuviese consecuencias jur�dicas de car�cter represivo vincula ese acontecimiento tanto al 11 de septiembre como al 22 de noviembre, ya que el asesinato de JFK fue utilizado por la Comisi�n Warren para ampliar la vigilancia de la CIA sobre los propios estadounidenses.

Como escrib� en mi libro Deep Politics, eso fue resultado,

"controvertidas recomendaciones de la Comisi�n Warren que impusieron que se ampliaran las responsabilidades del Secret Service en materia de vigilancia interna (WR 25-260).

Parad�jicamente, esta �ltima concluy� que Oswald hab�a actuado solo (WR 22), pero tambi�n [concluy�] que el Secret Service, el FBI y la CIA ten�an que coordinar m�s estrechamente la vigilancia sobre los grupos organizados (WR 463).

En particular recomend� al Secret Service que se dotara de una base de datos informatizada compatible con la que ya hab�a elaborado la CIA." [20]

Durante la guerra contra Vietnam que se produjo posteriormente, esta implicaci�n de la CIA en la vigilancia interna condujo a la operaci�n Caos.

Se trataba de una investigaci�n sobre el movimiento contra la guerra de Vietnam durante la cual la CIA, a pesar de las restricciones que le impon�a su propia Carta en materia de espionaje interno,

"acumul� miles de expedientes sobre los ciudadanos de Estados Unidos, incluy� a cientos de miles de estos en sus archivos inform�ticos y distribuy� al FBI y a otras agencias gubernamentales miles de informes sobre ellos.

Parte de esa informaci�n ten�a que ver con las actividades internas de los ciudadanos en cuesti�n". [21]

Este proceso de recrudecimiento represivo se repetir� 4 a�os m�s tarde a ra�z del asesinato de Martin Luther King, en 1968.

En respuesta a ese acontecimiento, 2 brigadas del ej�rcito estadounidense se desplegaron en los propios Estados Unidos hasta 1971. Esas unidades estuvieron en estado de alerta permanente, listas para intervenir en el marco de la operaci�n Garden Plot, cuyo objetivo era contrarrestar posibles des�rdenes internos. [22]

Ese esquema se repetir� nuevamente con,

"El asesinato de Robert Kennedy [conocido tambi�n como RFK o Bobby]. En las 24 horas transcurridas entre los disparos de los que Bobby fue v�ctima y su posterior deceso, el Congreso adopt� con car�cter urgente una ley que hab�a sido redactada desde mucho antes - como sucedi� con la Resoluci�n del Golfo de Tonk�n en 1964 y con la Patriot Act en 2001 - ley que ampliaba nuevamente los poderes secretos del Secret Service, en nombre de la protecci�n de los candidatos a la presidencia." [23]

Y no se trataba de un cambio insignificante: aquella ley votada apresuradamente bajo [el presidente] Johnson dio lugar a algunos de los peores excesos de la �poca de Nixon. [24]

Ese cambio contribuy� igualmente al caos y a los actos de violencia que marcaron la Convenci�n Dem�crata de 1968, en Chicago. Agentes de vigilancia de la Inteligencia Militar destacados en el Secret Service operaban dentro y fuera de la sala del encuentro.

Algunos de ellos equiparon a los,

"delincuentes de la Legion of Justice, como la Chicago Red Squad [que] agredi� a los grupos locales que se opon�an a la guerra". [25]

Otras similitudes entre Dallas en 1963 y Oklahoma City en 1995

Las consecuencias represivas del 22 de noviembre y del 19 de abril est�n vinculadas a otras caracter�sticas comunes de esos dos acontecimientos.

Casi inmediatamente despu�s del 22 de noviembre, comenzaron a difundirse varios relatos provenientes de fuentes tanto internas como externas al gobierno. Aquellos relatos suger�an que Lee Harvey Oswald hab�a asesinado al presidente [Kennedy] en el marco de un complot comunista internacional.

En mi libro Deep Politics and the Death of JFK los design� como "relatos primarios", que se inscrib�an en,

"un proceso en 2 fases. La �fase primaria� consist�a en agitar el espectro de un complot internacional vinculando a Oswald con la URSS, con Cuba o con esos dos pa�ses a la vez.

Esa amenaza fantasma sirvi� para invocar el peligro de un posible enfrentamiento nuclear, lo cual incit� al presidente de la Corte Suprema de Estados Unidos Earl Warren y a otros responsables pol�ticos a aceptar la �fase secundaria� - la hip�tesis tambi�n falsa (pero mucho m�s inofensiva) de que Oswald asesin� al Presidente �l solo. [�]

El relato primario [�] fue expuesto primeramente y posteriormente desmentido por la CIA. Michael Beschloss revel� que el 23 de noviembre a las 9 horas y 20 minutos, el director de la CIA John McCone inform� al nuevo presidente sobre los �ltimos sucesos.

Seg�n las palabras de Beschloss, la,

'CIA ten�a informaci�n sobre los contactos extranjeros de Lee Harvey Oswald, el presunto asesino [de JFK], que suger�a [al Presidente Lyndon B. Johnson] que Kennedy pod�a haber sido v�ctima de una conspiraci�n internacional'." [26]

Hasta ahora, tanto los relatos primarios como los secundarios han ocupado un lugar central en el tratamiento del 22 de noviembre por parte de los medios dominantes.

Sin embargo, esos medios pr�cticamente han excluido los an�lisis independientes que consideran ese asesinato como un acontecimiento profundo.

Muchos observadores han olvidado el hecho que despu�s del 19 de abril tambi�n hubo un proceso en dos fases. Inmediatamente despu�s del atentado, y tambi�n un poco m�s tarde, se produjo la difusi�n de cierto n�mero de relatos.

Estos vinculaban a Timothy McVeigh y Terry Nichols con varios iraqu�es as� como con otros individuos originarios del Medio Oriente.

Entre las personas mencionadas se hallaba Ramzi Yusef, el fugitivo autor del atentado con bomba de 1993 contra el World Trade Center (quien tambi�n utiliz� una bomba fabricada con nitrato de amonio [ANFO] en una camioneta de marca Ryder). �[27]

El presidente Clinton y Richard Clarke, su coordinador para el contraterrorismo, confirmaron que el 19 de abril se habl� de varios de esos relatos en una reuni�n del Grupo de Seguridad Antiterrorismo (Counterterrorism Security Group). �[28]

Tanto Clinton como Clarke dijeron tambi�n que hab�an descartado aquellas versiones porque pensaban que se trataba de un complot local de menor envergadura ejecutado por los dos culpables ya mencionados: Timothy McVeigh y Terry Nichols.

Sin embargo, los relatos que mencionaban una implicaci�n del Medio Oriente, atribuidos a veces a fuentes gubernamentales, siguieron apareciendo en los medios de la prensa dominante, como CBS, NBC y el New York Times. [29]

En el mismo momento, Jayna Davis, periodista de la NBC en Oklahoma City, puso todo su empe�o en las b�squeda de indicios de un complot local iraqu� y los reuni� en su libro The Third Terrorist (El tercer terrorista).

Sus pruebas, del orden de la "fase primaria" estaban centradas en la b�squeda inicial de un sospechoso an�nimo designado como John Doe #2. Esa b�squeda, que se suspendi� r�pidamente, hab�a sido emprendida a ra�z de una alerta cursada a todas las unidades. Posteriormente, el miembro del Congreso Dana Rohrabacher utiliz� la investigaci�n de Jayna Davis en la elaboraci�n de un informe al Congreso. [30]

En el plano institucional, Richard Clarke escribi� que, adem�s de la Antiterrorism Act, el atentado de Oklahoma City provoc� una profusi�n de Directivas de Decisi�n Presidencial de car�cter interno (PDD, siglas de Presidential Decision Directive), que �l mismo redact�.

Una de ellas buscaba corregir una falla de seguridad en la respuesta a aquel atentado.

Otra directiva le confer�a [al propio Clarke] m�s amplios poderes en materia de lucha contra el terrorismo, incluyendo su nuevo t�tulo de Coordinador Nacional de Seguridad, Protecci�n de la Infraestructura y Antiterrorismo.

Otras dos directivas - la PDD 62 y sobre todo la PDD 67 - preve�an instaurar lo que �l llam� "un sistema de mando y control [m�s] robusto" para,

"nuestro programa de Continuidad del Gobierno [COG]". Seg�n Clarke, "se hab�a autorizado el desmantelamiento [de la COG] cuando desapareci� la amenaza de un ataque nuclear sovi�tico". [31]

Esas palabras nos recuerdan el art�culo de Tim Weiner publicado en el New York Times en abril de 1994.

Seg�n Weiner, en la �poca postsovi�tica del presidente Clinton,

"el Proyecto Juicio Final [�] tal como se conoc�a" hab�a sido desmantelado ya que se hab�an disipado "las tensiones nucleares" de la guerra fr�a [32].

En otras palabras, el presidente Clinton hab�a previsto poner fin al Proyecto Juicio Final, dirigido por un comit� extragubernamental secreto que inclu�a a Donald Rumsfeld y Dick Cheney, quienes no ejerc�an en aquel momento ninguna funci�n gubernamental.

Pero Richard Clarke utiliz� el atentado de Oklahoma City para justificar que se mantuviera ese programa, incluso reforz�ndolo y poni�ndolo bajo su propio control.

Seg�n el autor Andrew Cockburn, se hab�a encontrado un nuevo blanco:

"A pesar de que los ejercicios continuaron bajo la era Clinton, con un presupuesto anual de m�s de 200 millones de d�lares, los ya desaparecidos sovi�ticos fueron reemplazados por terroristas [�] Hubo adem�s otros cambios.

Anteriormente, los especialistas seleccionados para dirigir el �gobierno de la sombra� hab�an sido escogidos en el conjunto del espectro pol�tico, tanto dem�cratas como republicanos.

En lo adelante, dentro de los bunkers, [Cheney y] Rumsfeld se [ver�an] en compa��a de sus simpatizantes pol�ticos, ya que la lista de �jugadores� se compon�a casi exclusivamente de halcones republicanos.

'Era una manera de que aquella gente se mantuviese en contacto. Se reun�an, hac�an ejercicio y hablaban mal de la administraci�n Clinton, lo peor posible', seg�n me revel� un ex oficial del Pent�gono que conoc�a el fen�meno directamente. 'Pod�a decirse que era un gobierno secreto en espera de su momento'." [33]

Por supuesto, el hecho de que el 19 de abril fuese seguido de un refuerzo del Proyecto Juicio Final no basta para confirmar mi tesis, seg�n la cual ese programa de la COG fue un factor determinante en la planificaci�n y ejecuci�n de los acontecimientos profundos estructurales en Estados Unidos. �[34]

Pero mi descripci�n de esos casos permite observar otras caracter�sticas recurrentes, que vuelven a aparecer en el caso de Oklahoma City.



El primer atentado contra el World Trade Center, en 1993


La primera de ellas es el papel central atribuido a culpables designados en las versiones oficiales de esos acontecimientos, cuando se sabe que eran muy probablemente informantes del gobierno o agentes dobles. [35]

El ejemplo m�s reciente que m�s se ha documentado es quiz�s la utilizaci�n y la protecci�n, por parte del gobierno de Estados Unidos, de Ali Mohamed, un importante cuadro de al-Qaeda que operaba como doble agente en el seno de esa organizaci�n.

Esa protecci�n le permiti� entrenar a varios de los autores del atentado cometido en 1993 contra el World Trade Center, con el uso de un cami�n-bomba y contribuir posteriormente a la planificaci�n del atentado con bomba contra la embajada de Estados Unidos en Kenya. [36]

En la edici�n de mi libro The War Conspiracy correspondiente al a�o 2008, suger� la posibilidad de que Lee Harvey Oswald y otros culpables designados del 11 de septiembre de (Ali Mohamed, Nawaf al-Hazmi y Khaled al-Mihdhar) hayan sido en realidad agentes dobles que trabajaban para una agencia del gobierno estadounidense, como el FBI o la inteligencia militar (DIA, siglas de Defense Intelligence Agency). �[37]

Otros autores han sugerido que Oswald era cuando menos un informante del FBI y Lawrence Wright escribi� en The New Yorker que al ocultar al FBI los nombres de al-Hazmi y de al-Mihdhar,

"la CIA tambi�n pudo haber protegido una operaci�n en el extranjero y, por lo tanto, temer que el FBI revelara [esa operaci�n]". [38]

En ese contexto, mientras miraba el documental A Noble Lie, vi con gran inter�s la hip�tesis seg�n la cual Timothy McVeigh, el principal culpable designado del 19 de abril, pudiera ser tambi�n un informante o un doble agente que trabajaba para el US Army. �[39]

Por supuesto, esa hip�tesis a�n no ha sido demostrada, pero el documental aporta pruebas que la corroboran.


El atentado de Oklahoma City y la operaci�n PATCON

Lo que s� es seguro es que McVeigh - al igual que Oswald, al-Hazmi y al Mihdhar - se mov�a en un medio de informantes identificados y/o agentes dobles, que participaban en una importante operaci�n secreta.

En el caso de Oswald y de los dos sauditas, esta particularidad pudiera explicar por qu� el gobierno de Estados Unidos se dedic� continuamente a ocultar hechos cruciales sobre ellos, tanto antes como despu�s de los cr�menes que se les imputan, ocultamientos que incluso prosiguen actualmente. [40]

En 2005, el excelente investigador John M. Berger descubri� que, en los a�os 1990, el FBI realiz� una importante operaci�n de contraespionaje, bautizada PATCON (por "Patriot-conspiracy").

En aquel marco, el FBI hab�a investigado sobre el medio de Timothy McVeigh.

Se trataba de la ultraderecha armada, a la que Berger describi� de la siguiente manera:

"un conjunto muy heterog�neo de activistas y extremistas de derecha, racistas, ultralibertarios y/o partidarios de las armas, quienes, al cabo de los a�os, encuentran una causa com�n en sus temores y sospechas sobre el gobierno federal.

Aunque los agentes infiltrados [del FBI] se reunieron con algunos de los peores elementos de ese movimiento, su trabajo nunca condujo ni a un solo arresto. Cuando apareci� McVeigh en medio de aquella investigaci�n, en 1993, nadie se fij� en �l." [41]

La operaci�n PATCON prest� mucha atenci�n a un antiguo pilar de la red ilegal de Oliver North, que hab�a sido utilizada para proveer armas a los Contras en Nicaragua.

Se trataba de Tom Posey y de su grupo paramilitar, la CMA (siglas de Civilian Material Assistance).

Seg�n Paul de Armond, aquella organizaci�n hab�a comenzado sus actividades en los a�os 1980 como,

"complemento del Ku Klux Klan de Alabama". �[42]

La CMA particip� primeramente en el esfuerzo de aprovisionamiento de la DIA a los Contras, tarea que pas� despu�s a las manos de Oliver North.

Las patrullas "ben�volas" [En el sentido de �no remuneradas� - NdT] de esa organizaci�n contra los inmigrantes clandestinos en la frontera de Arizona convencieron al entonces congresista John McCain para que ocupara un puesto en su consejo de administraci�n. �[43]

Sin embargo, en el periodo post Reagan,

"Posey era un comerciante de armas muy conocido en el mercado negro, sospechoso de tener fuentes de contrabando en varias bases del US Army", seg�n los investigadores de PATCON. [44]

Tanto en el asesinato de JFK como en el 11 de septiembre me parece evidente que las disimulaciones posteriores a esos complots se deben a que fueron h�bilmente planificadas para quedar englobadas en operaciones clandestinas autorizadas, de manera que se mantuviesen en secreto despu�s de los hechos.

El importante ensayo sobre la operaci�n PATCON que public� John Berger en Foreign Policy no sugiere en ning�n caso la existencia de alg�n v�nculo entre el plan de McVeigh y esa operaci�n del FBI.

Sin embargo, en un momento de su investigaci�n, Berger se�ala que Dennis Mahon, socio de McVeigh y tambi�n blanco importante de PATCON,

"se convertir� en una figura c�lebre en los medios que proclaman la superioridad de la �raza blanca� y fue condenado en febrero [de 2005] por el env�o de un paquete postal explosivo a un dirigente de la diversidad en el Estado de Arizona en 2004.

A ra�z de su arresto, durante el a�o 2009, Mahon dijo a su compa�ero de celda que �l era �el tercer an�nimo en la investigaci�n sobre el bombazo de Oklahoma City�."

En otras palabras, Dennis Mahin se identific� a s� mismo como John Doe #2.

En su sitio web Intelwire.com, Berger escribi� que,

"Mahon [declar�] haberse codeado con McVeigh en el pasado".

Berger deduce de eso que,

"partiendo de esos comentarios y de ciertas informaciones, es por lo menos plausible que Mahon haya estado implicado en el atentado [de Oklahoma City]". �[45]

"La otra prueba" que menciona Berger es el testimonio de Carol Howe, informante de la ATF [Agencia de Alcohol, Armas de Fuego y Tabaco, siglas en ingl�s - NdT.] dado a conocer primeramente por Jayna Davis y posteriormente por el congresista Dana Rohrabacher.

Seg�n ese testimonio,

"Mahon habl� de cometer atentados con bombas contra edificios federales [antes del 19 de abril]. [�] [Adem�s,] viaj� 3 veces a Oklahoma City [con Andre Strassmeir, un contacto de Timothy McVeigh]." [46]

Mahon ha sido descrito como un hablador con tendencia a la autoglorificaci�n.

A pesar de todo, es evidente que las nuevas pruebas que se han conocido a ra�z de la investigaci�n PATCON deber�an inducirnos a estudiar mejor el contexto del atentado de Oklahoma City.

En efecto, s�lo algunos iniciados estaban al tanto de esa operaci�n secreta, realizada por el FBI entre 1991 y 1993.


�Fue el atentado de Oklahoma City una "encerrona que sali� mal"?

Aunque la operaci�n PATCON termin� oficialmente en 1993, sus expedientes nos han permitido saber que numerosos informantes del FBI resid�an permanentemente en la comunidad de Elohim City, Oklahoma.

Es muy probable que entre ellos se encontrasen no s�lo Carol Howe sino tambi�n Andre Strassmeir, el contacto de Timothy McVeigh anteriormente mencionado. �[47]

La falta de respuesta de las autoridades a los informes sobre un proyecto de atentado con bomba fortalece la hip�tesis - emitida en el documental A Noble Lie - de que el complot del 19 de abril pudo haber sido inicialmente una trampa policial en contra sus autores.

Su mort�fero desenlace parece el resultado de una "encerrona que sali� mal".

De confirmarse esta hip�tesis, la similitud entre el 19 de abril y el primer atentado contra el World Trade Center, en 1993, resultar�a mayor a�n.

Seg�n el relato oficial, aquel ataque tambi�n fue planificado por un grupo terrorista ya penetrado por el FBI, grupo que tambi�n utiliz� una bomba de ANFO en una camioneta alquilada marca Ryder. Este veh�culo tambi�n fue identificado gracias a su n�mero de identificaci�n vehicular (NIV), encontrado en un fragmento met�lico. [48]

Veamos lo que report� el New York Times, despu�s del atentado de 1993, bas�ndose en grabaciones de interrogatorios entre un informante y su contacto del FBI:

"Se revel� a los funcionarios de las fuerzas del orden [el FBI] que varios terroristas estaban preparando una bomba, que fue finalmente utilizada contra el World Trade Center.

Se consider� [la posibilidad de] contrarrestar a los malhechores sustituyendo secretamente los explosivos por un polvo inofensivo, declar� un informante despu�s del atentado.

Este [informante] supuestamente deb�a ayudar a los malhechores a fabricar la bomba y les proporcionar�a la p�lvora falsa, pero aquel plan fue anulado por un supervisor del FBI que ten�a otras ideas sobre la manera de utilizar al informante, [llamado] Emad A. Salem." [49]

Ese relato del New York Times sobre el atentado de 1993 contra el World Trade Center describe claramente un proyecto terrorista eficazmente penetrado por el FBI y que, por una raz�n desconocida, tuvo de todas formas un tr�gico desenlace.

Un solo caso de operaci�n de penetraci�n "que sali� mal" en 1993 puede atribuirse a la confusi�n, a la incompetencia burocr�tica o a la dificultad de determinar el momento en que las fuerzas del orden disponen ya de suficientes pruebas para justificar los arrestos.

La repetici�n de esa cat�strofe 2 a�os m�s tarde ya debe llevarnos a tratar de saber si aquel mort�fero desenlace no fue en realidad el resultado que realmente se esperaba obtener.

Ante la inacci�n gubernamental que antecedi� los hechos del 11 de septiembre - a pesar de que la CIA conoc�a a los presuntos secuestradores a�reos - el atento estudio de esos asesinatos en masa refuerza la necesidad de la denuncia ante la Corte Penal Internacional que propone el juez [italiano] Ferdinando Imposimato (actual presidente honorario de la Corte de Casaci�n italiana).

Seg�n [Imposimato], el 11 de septiembre fue "una repetici�n de la �estrategia de la tensi�n� que la CIA aplic� en Italia" entre los a�os 1960 y 1980. �[50]

A pesar de todo, puedo entender que para una mayor�a de estadounidenses sea a la vez dif�cil y doloroso enfrentar la idea de que la Historia de su pa�s haya sido manipulada y desestabilizada a escala sist�mica por fuerzas desconocidas, como sucedi� en Italia hace medio siglo.

Pero a medida que profundizo mis investigaciones, sigue fortaleci�ndose mi convicci�n de que hay que tomar en cuenta el veredicto del juez Imposimato.

Por otro lado, si la analog�a italiana es aplicable a Estados Unidos, la apreciaci�n de que el 11 de septiembre fue "una repetici�n de la �estrategia de la tensi�n� aplicada [�] en Italia" nos conduce a una interrogante todav�a m�s amplia sobre el conjunto de acontecimientos profundos estructurales aqu� estudiados, en particular en cuanto a los atentados con bombas de 1993 y 1995.

�Eran esos acontecimientos resultado de una misma estrategia de la tensi�n permanente?

Es demasiado pronto para contestar esa pregunta.

Pero podemos al menos observar que los atentados de 1993 y 2001 contra el World Trade Center muestran las caracter�sticas de un origen com�n, a la vez fuera del gobierno (el presunto "cerebro" Khaled Cheikh Mohammed y el informante Ali Mohamed) y potencialmente en el seno mismo del aparato estatal, a la luz de las disimulaciones persistentes y complementarias alrededor de ambos casos. [51]

Por el contrario, y de forma previsible, todos los acontecimientos profundos estructurales que he analizado hasta este momento son tratados en los medios dominantes como acciones de marginales exteriores al gobierno - un "loco aislado" como Lee Harvey Oswald o un "lobo solitario" como Timothy McVeigh.

Los puntos comunes, que ya he presentado, entre esos acontecimientos sugieren la necesidad de un an�lisis diferente.

Dicho de otra manera, algunos iniciados - entre ellos responsables de los servicios de inteligencia y otros funcionarios gubernamentales - al igual que personas exteriores - incluyendo informantes y agentes dobles - deben ser considerados como responsables de la repetida concepci�n de complots que, debido a sus conexiones con operaciones clandestinas aprobadas por el Estado, no ser�n dados a conocer por las autoridades.

Mi an�lisis identifica a esos iniciados como miembros de un medio, informe y no estructurado pero que perdura, que vincula a las redes secretas que se mueven dentro del aparato del Estado con otras poderosas fuerzas dentro de nuestra sociedad.

A pesar de mis propias reticencias iniciales, al no hallar una expresi�n m�s apropiada acab� decidi�ndome a denominar ese medio como el "Estado profundo". �[52]

Sin embargo, como ya se�al� anteriormente al referirme a Italia, no considero que ese concepto pueda explicar esos misteriosos cr�menes. El "Estado profundo" designa sin embargo un medio sobre el cual habr�a que investigar mucho m�s.


Un an�lisis alternativo de los acontecimientos profundos
Los Cr�menes del Estado contra la Democracia (CED)

Ahora voy a comparar mi propio an�lisis con otras dos lecturas diferentes. La primera es la noci�n de "gobierno secreto", presentada en 1987 por Bill Moyers en un importante programa de televisi�n del canal PBS. [53]

Aquel programa subrayaba, con toda raz�n, el peligroso aumento del poder de las agencias clandestinas - principalmente de la CIA - a partir [de la proclamaci�n] de la National Security Act de 1947.

Aquel programa de televisi�n analizaba principalmente los cr�menes del Ir�ngate para mostrar as� qu� es un gobierno secreto, que escapa a las restricciones legales y a todas las dem�s limitaciones jur�dicas que imponen la Constituci�n y el Estado p�blico.

Seg�n lo dicho en el programa de Moyers,

"El Gobierno Secreto es una compleja red de complicidades en la que se re�nen funcionarios, esp�as, mercenarios, ex generales, oportunistas y grandes patriotas. Por diferentes razones, esos individuos operan fuera de las instituciones leg�timas del gobierno."

En otras palabras, aquel programa se refer�a a "la Empresa".

Se trata de la operaci�n que utilizaron Oliver North, sus respaldos externos y sus aliados del bur� ejecutivo Eisenhower para montar el tr�fico conocido como Ir�n-Contras, as� como otras pol�ticas violatorias de la ley y/o las directivas del Congreso. Como ya he demostrado en otros trabajos, Oliver North utiliz� la red antiterrorista de crisis llamada Flashboard para concretar aquellas pol�ticas.

En sus inicios, aquella costosa red se hab�a creado en el marco del Proyecto Juicio Final [54]. Al actuar de esa manera, North "cubr�a" su operaci�n ya que llevaba a cabo su programa il�cito y criminal a trav�s de aquella red secreta autorizada, [utiliz�ndola] fuera del marco que hab�a sido asignado a aquel instrumento.

En 1987, aquel an�lisis logr� llegar a darse a conocer a trav�s de la televisi�n porque una parte del gobierno de Estados Unidos estaba en guerra con la otra parte.

Aquel conflicto interno enfrentaba al director de la CIA William Casey no s�lo con el Congreso sino tambi�n con oficiales de alto rango en el seno de la propia CIA. [55]

El programa de Moyers era parte de una serie de filtraciones de iniciados y de revelaciones de los medios dominantes sobre la operaci�n no registrada bautizada "Enterprise". Oliver North - teniendo en segundo plano al director de la CIA William Casey - hab�a utilizado esa operaci�n para violar las leyes y pol�ticas oficiales. [56]

En resumen, el desaf�o de Tom Moyers a los "guerreros" de Cassey y de North correspond�a a los objetivos de la CIA tradicional (y de sus patrocinadores habituales, o sea los "comerciantes" de Wall Street. [57]

No resulta por lo tanto sorprendente que aquel programa no abordara ni el papel del vicepresidente Bush - quien era entonces el superior de Oliver North - ni los intereses que pod�an llevar a las transnacionales a promover las operaciones clandestinas de la CIA en todo el mundo (como, por ejemplo, la operaci�n - mucho m�s importante - que la CIA estaba realizando en Afganist�n en los a�os 1980).

Lo principal es que tampoco se dijo en aquel programa de televisi�n ni una palabra sobre la planificaci�n de la "suspensi�n de la Constituci�n de Estados Unidos", desarrollada por el propio Oliver North en el marco del Proyecto Juicio Final, aunque ese plan hab�a sido mencionado brevemente durante las audiencias sobre el Ir�ngate, en 1987. �[58]

Al guardar silencio sobre ese proyecto, los realizadores de aquel programa de televisi�n cometieron el error de no mencionar la planificaci�n permanente que, en mi opini�n, permiti� concretar los planes de la COG a trav�s del 11 de septiembre y de la Patriot Act.

En resumen, el ataque de Moyers contra el gobierno secreto se limitaba en gran parte a lo que ya se sab�a. As� que Moyers no se aventur� a entrar en el terreno de la pol�tica profunda.

M�s recientemente, el profesor Lance deHaven-Smith propuso el concepto de Cr�menes de Estado contra la Democracia (CED o SCAD [siglas en ingl�s] de State Crimes Against Democracy).

Algunos de mis amigos han retomado ese concepto dentro del movimiento por la verdad sobre el 11 de septiembre, entre ellos Peter Phillips y Mickey Huff.

El profesor deHaven-Smith clasifica como CED,

"acciones o inacciones concertadas entre miembros del gobierno [,] destinadas a manipular los procesos democr�ticos y a sabotear la soberan�a popular". [59]

Una de las grandes ventajas de la hip�tesis de los CED es que, contrariamente a lo que ha sucedido con mi trabajo, varias revistas acad�micas han hablado de ella - rompiendo as� una especie de "barrera del sonido".

Pero la expresi�n "cr�menes de Estado" me plantea un problema. Por un lado, yo dir�a que el Estado, o algunos de sus componentes, son a menudo v�ctimas de los acontecimientos profundos, como el 19 de abril y el 11 de septiembre.

Por otro lado, yo veo fundamentalmente al Estado como un garante de la democracia y no s�lo como un enemigo de ella.

Estoy de acuerdo con el hecho que algunos miembros del gobierno desempe�an, en efecto, un papel importante en esos acontecimientos e incluso he analizado a algunos en los p�rrafos anteriores. Pienso, sin embargo, que es enga�oso atribuir esos cr�menes al Estado en su conjunto.

En efecto, si un empleado de banco abre la puerta a un grupo de asaltantes, el resultado ser� un asalto, pero no realizado por el banco aunque puede calificarse de "complot interno".

El an�lisis de los CED es mucho m�s �til y complejo de lo que puedo explicar aqu� y seguir� aprendiendo de quienes lo desarrollan.

Pero esta teor�a no tiene que ver con la pol�tica profunda. La lista de CED elaborada por el profesor deHaven-Smith incluye "las guerras secretas en Laos y Cambodia" que, m�s que acontecimientos, son dos decisiones pol�ticas sobre las que sabemos que fueron tomadas en la Oficina Oval de la Casa Blanca.

Aunque en aquella �poca eran operaciones clandestinas y m�s que seguramente ilegales, nada ten�an de misteriosas cuando se dieron a conocer. Por su naturaleza no eran verdaderamente "profundas".

En mi opini�n, la presentaci�n de los CED como una lucha entre el Estado y la democracia simplifica demasiado ambos conceptos y subestima sus contradicciones internas, contrariamente al programa de televisi�n de Bill Moyers.

Despu�s de todo, la democracia es una forma de Estado en la que la libertad y las prerrogativas del pueblo est�n constitucionalmente garantizadas por las autoridades estatales (o por lo que yo llamo el Estado p�blico). Al menos uno de los CED analizados por el profesor deHaven-Smith - el asesinato de JFK - deber�a ser considerado m�s l�gicamente como un crimen perpetrado en contra del Estado, m�s que por el Estado.

Peter Phillips y Mickey Huff parecen reconocer ese problema. Ellos no incluyen el asesinato de JFK en su lista de CED. [60]

Sin embargo, esa omisi�n da lugar a una distinci�n artificial entre ese homicidio y otros acontecimientos profundos - como los asesinatos de Martin Luther King y de Robert Kennedy - que son, en mi opini�n, s�ntomas de un mismo s�ndrome.

En resumen, estoy convencido de la importancia crucial de una distinci�n que no aparece en el an�lisis de los CED.

Se trata de la diferencia entre el Estado p�blico - ostensiblemente dedicado a favorecer el bienestar, los derechos y las prerrogativas del pueblo - y esa banda de poderes no oficiales que se mueven tanto dentro como fuera del gobierno, lo que de forma poco h�bil he llamado el Estado profundo.

A lo largo de medio siglo, este ha venido debilitando el poder civil progresista y persuasivo. Poco a poco ha ido reemplaz�ndolo por un poder violento, aut�nomo, extraconstitucional e irrestricto.

Mi �ltima objeci�n al an�lisis de los CED es de car�cter pr�ctico.

En efecto, si el Estado es el autor de esos cr�menes, el trabajo de los cr�ticos debe consistir en movilizar contra �l a la opini�n p�blica. Lo cual hace el juego a las pol�ticas libertarianas de quienes - como Alex Jones y otros ardientes defensores de la Segunda Enmienda - sienten una profunda desconfianza hacia el Estado p�blico en su conjunto y no s�lo hacia sus agencias clandestinas.

El an�lisis del profesor deHaven-Smith no implica solamente a estas �ltimas sino a todo el gobierno de los Estados Unidos, y quiz�s incluso a los tribunales en particular.

(En respaldo a esa acusaci�n se�ala el acto inhabitual de la Corte Suprema que, en 2000, puso a George W. Bush en la presidencia, con 5 votos a favor y 4 en contra.)

Sin embargo, una estrategia cuyo objetivo es atacar al Estado en su conjunto me parece un ejemplo de pol�tica derrotista. Sobre ese aspecto podemos aclarar, una vez m�s, nuestras ideas mediante el estudio de la estrategia de la tensi�n aplicada en Italia, que constituye una tenebrosa historia de terrorismo ciego con un desenlace m�s feliz.

En efecto, los atentados con bombas perpetrados en Italia dejaron de producirse, despu�s del atentado de la estaci�n de Bolonia, en 1980.

Este cese de la violencia se debi� a una serie de investigaciones en�rgicas y valientes, realizadas primeramente por periodistas, despu�s por comisiones parlamentarias y, finalmente, por los tribunales como el que dirigi� el juez Imposimato, que tambi�n investig� el asesinato del primer ministre italiano Aldo Moro y el intento de asesinato contra el papa Juan Pablo II.

No fue f�cil lograr el triunfo de la verdad ante la violencia. Periodistas, parlamentarios y por lo menos un juez lo pagaron con la vida. Pero fue una clara victoria de algunos contrapoderes oficiales contra una parte del Estado.

El ejemplo italiano demuestra que las fuerzas oscuras que se mueven tras una estrategia de la tensi�n no son invencibles.

Sugiere tambi�n que, para vencer al Estado profundo, la sociedad civil tendr� que aliarse a los sectores del Estado que pudieran ser finalmente movilizados para favorecer la b�squeda de la verdad.

Si este ensayo contribuye a que se alcance ese objetivo, ello querr� decir que otras personas habr�n seguido las pistas investigativas definidas en este trabajo. No pretendo llegar a comprender yo solo la verdad sobre esos acontecimientos profundos estructurales.

Pero s� espero haber logrado se�alar algunas de las direcciones que deber�an seguir las futuras investigaciones.

Referencias

  1. Peter Dale Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre", Red Voltaire, 26 de enero de 2012.

  2. Daniele Ganser, Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN: R�seaux Stay Behind, Op�ration Gladio et Terrorisme en Europe de l�Ouest (�ditions Demi-Lune, Plogastel-Saint-Germain, 2011 [segunda edici�n]); Philip Willan, Puppetmasters: The Political Use of Terrorism in Italy (Constable, Londres, 1991).

  3. Vincenzo Vinciguerra, "Strage di Piazza Fontana spunta un agente USA", La Repubblica, 11 de febrero de 1998.

  4. "Secret agents, freemasons, fascists� and a top-level campaign of political �destabilisation�", The Guardian, 5 de diciembre de 1990; citado en Daniele Ganser, Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN, pp.30-31.

  5. Ganser, ibidem, pp.179-207, pp.307-32.

  6. Peter Dale Scott, La Route vers le Nouveau D�sordre Mondial (50 ans d�ambitions secr�tes des �tats-Unis) (�ditions Demi-Lune, Paris, 2010), p.254. Cf. Ganser, Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN, p.29.

  7. Ganser, Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN, p.54, citando El Pa�s, 26 de noviembre de 1990.

  8. Tunander, "The War on Terror", p.164.

  9. Cf. Peter Dale Scott, La Machine de guerre am�ricaine: La politique profonde, la drogue, la CIA, l�Afghanistan� (�ditions Demi-Lune, Plogastel-Saint-Germain, 2012), p.62: "En febrero de 1989, el fiscal especial italiano Domenico Sica afirm� que la responsabilidad de ciertos atentados en la anterior d�cada era de la mafia �lo que yo llamo la conexi�n narc�tica global [�]".

  10. Ganser, Les Arm�es Secr�tes de l�OTAN, pp.179-207, pp.307-32.

  11. Scott Shane, "C.I.A. Is Still Cagey About Oswald Mystery", New York Times, 16 de octubre de 2009. Para mi an�lisis de las profundas similitudes entre el 22 de noviembre y el 11 de septiembre, ver Peter Dale Scott, The War Conspiracy: JFK, 9/11, and the Deep Politics of War (The Mary Ferrell Foundation, Ipswich, MA, 2008), pp.341-96.

  12. Ver Casa Blanca, "Message from the President Regarding the Continuation of the National Emergency with Respect to Certain Terrorist Attacks", 11 de septiembre de 2012.

  13. Sobre mi utilizaci�n ambivalente de la expresi�n "Estado profundo", ver Scott, La Machine de guerre am�ricaine, pp.48-49.

  14. Para una introducci�n a ese documental, ver "A Noble Lie: Oklahoma City 1995 with James Lane and Chris Emery", Alex Jones Channel, 16 de diciembre de 2011.

  15. General Benton K. Partin, carta a los miembros del Congreso, 17 de mayo de 1995; citado en David Hoffman, The Oklahoma City Bombing and the Politics of Terror (Feral House, Los Angeles, 1998). Samuel Cohen, otro experto en explosivos, escribi� a un miembro del Congreso estadounidense que "hubiese sido absolutamente imposible �y contrario a las leyes de la naturaleza� que un cami�n cargado de fertilizante y gasolina hiciese caer el edificio [�] sea cual sea la cantidad [de esos productos explosivos]" (ibidem). El cami�n portador de una bomba [fabricada con nitrato de amonio que explot� frente a la oficina del primer ministro noruego parece corroborar las hip�tesis de Partin y Cohen. En efecto, la bomba utilizada por Breivik rompi� cristales pero no caus� ning�n da�o estructural al edificio.

  16. 9/11: Explosive Evidence � Experts Speak Out, documental realizado por la asociaci�n AE911Truth, transmitido el 16 de septiembre de 2012 por el canal de televisi�n estadounidense PBS Ver aqu� una presentaci�n de ese documental en el sitio web de la asociaci�n ReOpen911; Cf. William Christison (ex alto responsable de la CIA, "Stop Belittling the Theories About September 11", Dissident Voice, 14 de agosto de 2006: Los edificios del World Trade Center fueron "muy probablemente destruidos por cargas [explosivas] de demolici�n controlada instaladas dentro de los edificios".

  17. Charles Doyle, "Antiterrorism and Effective Death Penalty Act of 1996: A Summary", Federation of American Scientists, 3 de junio de 1996. En un memor�ndum de diciembre del a�o 2000, Richard Clarke confirm� que esa ayuda proven�a en aquel entonces del "Centro de Contraterrorismo de la CIA [CTC] y del Programa Antiterrorista [del Departamento de Estado] (ATA)".

  18. Peter Dale Scott, "La CIA, el 11 de septiembre, Afganist�n y el Asia Central", Red Voltaire, 28 de septiembre de 2012; citando a Anthony Summers y Robbyn Swan, The Eleventh Day (Ballantine Books, New York, 2011), p.396.

  19. Scott, "La CIA, le 11-Septembre, l�Afghanistan et l�Asie centrale: Le lancement de la guerre de terreur des �tats-Unis". Esa retenci�n de informaci�n tiene un importante precedente en 1963. Se trata de la obstrucci�n que la CIA organiz� en contra del FBI. En efecto, durante las semanas que antecedieron el asesinato de JFK, la CIA ocult� al FBI gran cantidad de informaci�n fundamental sobre Lee Harvey Oswald.

  20. Peter Dale Scott, Deep Politics and the Death of JFK, p.280; citado en Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre".

  21. Church Committee, "Report, Book III � Supplementary Detailed Staff Reports on Intelligence Activities and the Rights of Americans", p.682.

  22. Nate Jones, "Document Friday: �Garden Plot�: The Army�s Emergency Plan to Restore �Law and Order� to America", National Security Archive, 11 de agosto de 2011.

  23. Public Law 90-331 (18 U.S.C. 3056); conversaci�n en Peter Dale Scott, Paul L. Hoch y Russell Stetler, The Assassinations: Dallas and Beyond (Random House, New York, 1976), 443-46; citado en Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre".

  24. Agentes de la DIA [Defense Intelligence Agency, la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa.] apoyaban al Secret Service y, en aquella �poca, su n�mero aumentaba dr�sticamente. El Washington Star explicar�a m�s tarde que "la importante extensi�n de la b�squeda de informaci�n de inteligencia [por parte del Ej�rcito] [�] no comenz� hasta despu�s del asesinato a tiros del reverendo Martin Luther King" (Washington Star, 6 de diciembre de 1970; reimpreso en Federal Data Banks Hearings, p.1728); citado en Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre".

  25. George O�Toole, The Private Sector (Norton, New York, 1978), p.145, citado en Scott, Deep Politics and the Death of JFK, pp.278-79; tambi�n citado en Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre".

  26. Peter Dale Scott, "Overview: The CIA, the Drug Traffic, and Oswald in Mexico", History Matters; citando a Michael Beschloss (director del libro, Taking Charge: The Johnson White House Tapes, 1963-1964 (Simon & Schuster, 1997), New York, p.22. Los relatos "primarios", seguidos de desmentidos medi�ticos "secundarios", han seguido saliendo a la luz hasta el d�a de hoy. El m�s reciente fue la publicaci�n, en 2012, por el ex oficial de la CIA Brian Latell, de una alegaci�n proveniente de un informante seg�n la cual Fidel Castro sab�a de antemano que JFK ser�a asesinado en Dallas (Brian Latell, Castro�s Secrets: The CIA and Cuba�s Intelligence Machine [Palgrave Macmillan, New York, 2012]).

  27. "The Iraq Connection", Wall Street Journal, 5 de septiembre de 2002; "Take AIM: Jayna Davis on OKC Third Terrorist", AIM.org. Cf. Dana Rohrabacher, Informe del Presidente de la Subcomisi�n de Investigaci�n y Supervisi�n de la Comisi�n de Relaciones Internacionales de la C�mara de Representantes "The Oklahoma City Bombing: Was There A Foreign Connection?", 26 de diciembre de 2006.

  28. Richard Clarke, Against All Enemies: Inside America�s War on Terror (Free Press, New York, 2004), pp.97-99.

  29. Jim Naureckas, "The Oklahoma City Bombing: The Jihad That Wasn�t", Extra! (Fair.org), julio-agosto de 1995.

  30. Jayna Davis, The Third Terrorist: The Middle East Connection to the Oklahoma City Bombing (Thomas Nelson, Nashville TN, 2004); Dana Rohrabacher, Informe del presidente de la Subcomisi�n de Investigaci�n y Supervisi�n de la Comisi�n de Relaciones Internacionales de la C�mara de Representantes, "The Oklahoma City Bombing: Was There A Foreign Connection?", 26 de diciembre de 2006.

  31. Clarke, Against All Enemies, p. 167.

  32. Tim Weiner, "Pentagon Book for Doomsday Is to Be Closed", New York Times, 17 de abril de 1994. Citado en Scott, La Route vers le Nouveau D�sordre Mondial, p.260-61.

  33. Andrew Cockburn, Rumsfeld: His Rise, Fall, and Catastrophic Legacy (Scribner, New York, 2007), p.88 ; citado en Scott, La Route vers le Nouveau D�sordre Mondial, p.261.

  34. Scott, "El �Proyecto Juicio Final� y los eventos profundos: el asesinato de JFK, el Watergate, el Irangate y el 11 de septiembre".

  35. En la actualidad, a menudo observamos acontecimientos profundos que implican a informantes. Mientras escribo estas l�neas, los titulares hablan de una ola de violencia en el mundo musulm�n. Esa violencia se desat� a ra�z de un largometraje islamof�bico especialmente abyecto cuyos autores admiten que se trat� de una provocaci�n deliberada (Sheila Musaji, "The Tragic Consequences of Extremism", The American Muslim, 14 de septiembre de 2012). Posteriormente, no me sorprendi� leer que Nakoula Nakoula, uno de los responsables del largometraje, fue tambi�n informante federal (�Producer Of Anti-Islam Film Was Fed Snitch", The Smoking Gun, 14 de septiembre de 2012). Como ya escrib� en mi cuenta de Facebook, "pienso que deber�amos evitar las conclusiones apresuradas ahora que Nakoula Nakoula, uno de los que concibieron el film, resulta ser un informante del gobierno. Pero esa informaci�n complica tanto las bambalinas de ese supuesto �film amateur� que refuerza mi hip�tesis inicial; en otras palabras, puede tratarse de otro acontecimiento profundo (correspondiente a la definici�n que explico en mi libro La Machine de guerre am�ricaine)."

  36. Scott, La Route vers le Nouveau D�sordre Mondial, pp.213-225.

  37. Scott, The War Conspiracy, pp.355-56, pp.357-63 (�Le r�le des agents doubles"); Cf. Scott, Deep Politics and the Death of JFK, pp.247-53, pp.257-60.

  38. Ver de Anthony Summers, Official and Confidential: The Secret Life of J. Edgar Hoover (PocketBooks, New York, 1994), cap�tulo.29, n4; de Harrison E. Livingstone, The Radical Right and the Murder of John F. Kennedy (Trafford, Bloomington, IN, 2006), p.131 (Oswald); de Lawrence Wright, "The Agent", The New Yorker, 10-17 de julio de 2006, p.68; cf. Wright, Looming Tower, pp.339-44 (al-Hazmi y al-Mihdhar).

  39. Esa hip�tesis corresponde a otras caracter�sticas de McVeigh, t�picas de lo que yo hab�a definido anteriormente como el estereotipo del culpable designado. Una de esas caracter�sticas es la incre�ble facilidad con la que McVeigh fue r�pidamente arrestado, mientras conduc�a un veh�culo sin placas de inmatriculaci�n. En 20008, yo comparaba a Oswald con los presuntos secuestradores a�reos del 11 de septiembre en el trabajo: "" (Scott, The War Conspiracy, pp.347-49). David Hammer, quien se hallaba en el corredor de la muerte con McVeigh, escribi� que este �ltimo le dijo repetidamente que �l era un agente federal infiltrado que estaba participando en una operaci�n tendiente a la localizaci�n de activistas de extrema derecha. Ver, de David Paul Hammer, Deadly Secrets: Timothy McVeigh and the Oklahoma City Bombing (AuthorHouse, Bloomington, IN, 2010).

  40. Jefferson Morley y Michael Scott, Our Man in Mexico: Winston Scott and the Hidden History of the CIA (University of Kansas Press, Lawrence, Kansas, 2008) [sobre el 22 de noviembre]; Kevin Fenton, Disconnecting the Dots (Trine Day, Walterville, OR, 2011) [sobre el 11 de septiembre].

  41. J.M. Berger, "Patriot Games: How the FBI spent a decade hunting white supremacists and missed Timothy McVeigh", Foreign Policy, 18 de abril de 2012.

  42. "Primeramente creada por Tom Posey en el marco de la Civilian Military Assistance (CMA), esa facci�n operaba como un ala clandestina de los Contras, la red ilegal de la administraci�n Reagan. La CMA de Posey comenz� como un complemento del Ku Klux Klan de Alabama. Despu�s empez� a hacerse activa en el contrabando de armas hacia Centroam�rica, con el respaldo de una operaci�n de la Agencia de Inteligencia del Departamento de Defensa [DIA] [operaci�n] designada �Yellow Fruit�. Posteriormente se acus� a la CMA de haber violado la Neutrality Act con sus actividades de tr�fico de armas. Varios responsables del equipo de North y de la administraci�n Reagan participaron en el juicio y las acusaciones acabaron siendo abandonadas por extra�as razones. Seg�n ellos, la Neutrality Act se aplicaba �nicamente en tiempo de paz, pero ellos consideraban que la operaci�n de los Contras era el equivalente de un estado de guerra formal." (Paul de Armond, "Racist Origins of Border Militias").

  43. "John McCain has worked with white racists before", Daily Kos, 12 de octubre de 2008. No he podido determinar si fue a Tom Posey a quien David Koch nombr� "Tesorero de sus ciudadanos por una econom�a sana" (Treasurer of his Citizens for a Sound Economy). Cf. "Tom Posey, KKK, Koch Brothers, CSE".

  44. J.M. Berger, "Patriot Games: How the FBI spent a decade hunting white supremacists and missed Timothy McVeigh", Foreign Policy, 18 de abril de 2012.

  45. John Berger, "Witness Mahon Claimed He Was Third Man in Oklahoma City Bombing", Intelwire, 10 de enero de 2012.

  46. Cf. Dana Rohrabacher, Informe del Presidente de la Subcomisi�n de Investigaci�n de la Comisi�n de Relaciones Internacionales de la C�mara de Representantes, "The Oklahoma City Bombing: Was There A Foreign Connection?", 26 de diciembre de 2006.

  47. Sobre Strassmeir y su papel de agente de inteligencia, ver por ejemplo el informe de investigaci�n preparado por el representante de Oklahoma Charles Key en Comisi�n de Investigaci�n sobre el atentado de Oklahoma City, Final Report, pp.460-62; David Hoffman, The Oklahoma City Bombing and the Politics of Terror (Feral House, Venice City, CA, 1998), pp.121-47.

  48. �Athan G. Theoharis, The FBI: A Comprehensive Reference Guide (Oryx Press, Ph�nix, AZ, 1999), p.94.

  49. Ralph Blumenthal, "Tapes Depict Proposal to Thwart Bomb Used in Trade Center Blast", New York Times, 28 de octubre de 1993.

  50. "Top Italian Judge Refers 9/11 to International Criminal Court", Aangirfan, 11 de septiembre de 2012. En franc�s: "EXCLUSIF: Un haut magistrat italien va d�noncer les USA devant le Tribunal p�nal international de La Haye: �Ils savaient pour le 11-Septembre�". En espa�ol: "EXCLUSIVO: Alto magistrado italiano denunciar� a Estados Unidos ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya: �Ellos sab�an [de antemano] lo del 11 de septiembre�", ReOpen911.info, 15 de octubre de 2011.

  51. Scott, La Route vers le Nouveau D�sordre Mondial, pp.213-225. Antes y despu�s de 1993, al igual que antes y despu�s de 2001, el fiscal estadounidense Patrick Fitzgerald desempe�� un papel crucial en el ocultamiento de la verdad. Scott, ibidem, p.214-15, pp.218-23; Peter Lance, Triple Cross (Regan/HarperCollins, New York, 2006), pp.219-23, pp.274-79, pp.298-301, pp.317-18, pp.358-64, etc.

  52. Scott, La Machine de guerre am�ricaine, pp.48-49.

  53. Bill Moyers, The Secret Government, PBS, 1987.

  54. Peter Dale Scott, "Northwards without North", Social Justice (verano de 1989); versi�n revisada: "North, Iran-Contras, and the Doomsday Project: The Original Congressional Cover Up of Continuity-of-Government Planning", Asia-Pacific Journal: Japan Focus, 21 de febrero de 2011.

  55. Ver, por ejemplo: Tim Weiner, Legacy of Ashes (Doubleday, New York, 2007), pp.396-404; Scott y Marshall, Cocaine Politics, pp.125-64 [Posey].

  56. Las acciones ilegales de Oliver North acabaron movilizando a c�lebres traficantes de droga para respaldar a los Contras. Entre sus asociados m�s dudosos se hallaba la CMA, el grupo paramilitar nacionalista de Tom Posey. Esa organizaci�n se convirti� posteriormente en uno de los principales blancos de la operaci�n PATCON (Berger, "Patriot Games").

  57. Sobre la distinci�n entre los comerciantes (traders) y los guerreros (warriors o "prusianos"), ver Michael Klare, Beyond the �Vietnam Syndrome� (Institute for Policy Studies, Washington, D.C, 1981); Peter Dale Scott, "Korea (1950), the Tonkin Gulf Incident, and 9/11: Deep Events in Recent American History", The Asia-Pacific Journal: Japan Focus, 22 de junio de 2008.

  58. Tengo una experiencia personal al respecto: Durante una discusi�n sobre el Ir�ngate en un c�rculo de reflexi�n basado en Washington, los dos productores del programa de Moyers me filmaron por largo tiempo. Una semana antes de la transmisi�n del programa por el canal PBS, me garantizaron que yo iba a aparecer en �l. Pero al final lo �nico que se vio de mi participaci�n en aquella discusi�n fue mi antebrazo. Fue lo que se vio en una extra�a foto del grupo de participantes en aquel c�rculo de reflexi�n, que estaban sentados alrededor de una mesa de conferencias. En aquella �poca, mis investigaciones se concentraban en las actividades de George Bush [padre] y de Oliver North, de este �ltimo se sospechaba por entonces que hab�a preparado planes que inclu�an la "suspensi�n de la Constituci�n". Las diferentes comisiones del Congreso, al igual que el programa televisivo de Moyers, nunca investigaron esas actividades. Ver Scott, "North, Iran-Contra, and the Doomsday Project: The Original Congressional Cover Up of Continuity-of-Government Planning", The Asia-Pacific Journal: Japan Focus, 21 de febrero de 2011.

  59. Lance deHaven-Smith, "Beyond Conspiracy Theory: Patterns of High Crime in American Government", American Behavioral Scientist, p.53, p.796; citando a Lance deHaven-Smith, "When political crimes are inside jobs: Detecting state crimes against democracy", Administrative Theory & Praxis, p.28 (3).

  60. Peter Phillips et Mickey Huff, "State Crimes Against Democracy", Media Freedom International, 2 mars 2010.