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by Noam Chomsky
del Sitio Web
VeaYLea2001
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Contenido
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Los Principales Logros de la Pol�tica
Exterior Norteamericana
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En casa lavado de cerebro...
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...Y
en el exterior destrucci�n
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El Futuro
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Pocos son los pr�speros y muchos los
elegidos
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Los Principales Logros
de la Pol�tica Exterior Norteamericana
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Protegiendo nuestro patio
Las relaciones entre Estados Unidos y el resto
de los pa�ses se remontan, l�gicamente, al origen de la historia
norteamericana, pero la Segunda Guerra Mundial marc� una l�nea divisoria
decisiva, de manera que empezaremos en ese punto.
Mientras que la mayor�a de nuestros rivales industriales fueron gravemente
debilitados o totalmente destruidos por la guerra, Estados Unidos se
benefici� enormemente de ella. Nuestro territorio nunca sufri� un ataque
directo, y al mismo tiempo la producci�n se multiplic� por tres.
Incluso antes de la guerra, Estados Unidos ya era de lejos la primera
potencia industrial del planeta, y lo era desde principios de siglo. Pose�a
el 50% de la riqueza mundial y controlaba ambas orillas de ambos oc�anos.
Nunca hab�a habido una potencia tan poderosa y con tal control del mundo.
La elite que dictaba la pol�tica norteamericana era consciente de que el
nuevo EEUU que surgir�a de la Guerra se iba a convertir en la primera
potencia global del planeta, y ya durante la guerra e inmediatamente despu�s
de ella planificaron cuidadosamente el dise�o del paisaje de la posguerra.
Ya que estamos en una sociedad abierta, podemos estudiar sus planes, que,
por otra parte, eran claros y di�fanos.
Los pol�ticos norteamericanos, desde los del Departamento de Estado a los
del Consejo de Pol�tica Exterior -uno de los canales de mayor influencia de
los intereses econ�micos en la determinaci�n de la pol�tica exterior-,
estaban de acuerdo en que el dominio de Estados Unidos deb�a mantenerse.
Pero hab�a un amplio espectro de opiniones diversas sobre como conseguirlo.
En un extremo tenemos documentos como el Memor�ndum n� 68 del Consejo de
Seguridad Nacional de 1950. En �l se desarrollan las ideas del secretario de
Estado Dean Acheson y fue redactado por Paul Nitze, un personaje a�n
presente en la pol�tica. Fue uno de los negociadores del Tratado sobre el
Control Armamenfistico auspiciado por Reagan. El documento n� 68 clamaba por
una �estrategia de reducci�n de precios� que �sembrara las semillas de la
destrucci�n dentro del sistema sovi�tico�, de manera que pudiera negociarse
un acuerdo en nuestros propios t�rminos �con la Uni�n Sovi�tica o con el
Estado o Estados que la sucedieran�.
La pol�tica recomendada por el documento 68 podr�a requerir �sacrificios y
disciplina� en el mismo Estados Unidos, es decir, grandes gastos militares y
severas restricciones, a su vez, en gastos sociales. Tambi�n ser�a necesario
acabar con el �exceso de tolerancia� que permite cierto grado de disensi�n
interna.
Este tipo de pol�tica consigui� buenos resultados. En 1949 el espionaje
norteamericano en la Europa Oriental era dirigido por Reinhard Gehien, que
anteriormente hab�a encabezado el servicio de inteligencia nazi en el frente
oriental. Esta red formaba parte de la alianza nazi-norteamericana que
r�pidamente absorbi� a muchos de los peores criminales de guerra, y que
extendi� el campo de sus operaciones a Latinoam�rica y al resto del mundo.
Sus operaciones inclu�an un �ej�rcito secreto� potenciado por la alianza
anteriormente aludida, que facilit� armas y agentes a peque�os ej�rcitos
creados por Hitler, que segu�an operando dentro de la Uni�n Sovi�tica y de
los pa�ses de Europa Oriental, durante los primeros a�os de la d�cada de los
cincuenta. (Este asunto es bien conocido en EEUU, pero considerado
insignificante, aunque habr�a que ver las ampollas que hubiera levantado el
hecho, por poner un ejemplo, de que la Uni�n Sovi�tica hubiera proporcionado
armas y agentes a un ej�rcito creado por Hitier en las monta�as Rocosas).
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El polo opuesto liberal
El documento n� 68 constitu�a un extremo de la pol�tica de posguerra y se
debe recordar que no fue s�lo algo te�rico, gran parte de sus postulados
fueron llevados a cabo.
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Echemos ahora una mirada al otro polo, a las palomas.
El personaje m�s sobresaliente de este grupo era, sin duda, George Kennan,
quien encabezaba el equipo de analistas del Departamento de Estado hasta
1950, fecha en que fue reemplazado por Nitze. El departamento de Kennan fue
el responsable de la red de espionaje de Gehlen.
Kennan era uno de los consejeros m�s l�cidos e inteligentes de todo el pa�s,
y una figura puntera entre los dise�adores de la pol�tica de posguerra. Sus
escritos son extremadamente interesantes e ilustran perfectamente las
posiciones del grupo de palomas.
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Uno de los documentos m�s interesantes para
comprender en su totalidad la pol�tica de EEUU es el Estudio sobre
Planificaci�n Pol�tica n� 23, escrito por Kennan para el Departamento de
Estado en 1948. He aqu� algo de lo que en �l se dec�a:
� ... tenemos alrededor del 50% de la riqueza mundial pero s�lo un �,3% de
su poblaci�n ... Con esta situaci�n no podemos evitar ser objeto de envidias
y resentimientos. La tarea realmente importante para el pr�ximo per�odo es
elaborar un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posici�n de
desigualdad... Para conseguirlo tenemos que prescindir de todo tipo de
sentimentalismos y utop�as; nuestra atenci�n tiene que concentrarse en
nuestros intereses nacionales m�s inmediatos. Debemos dejar de hablar de
objetivos vagos e �rreales como los derechos humanos, el aumento de la
calidad de vida, y la democratizaci�n. No est� lejos el d�a en que tengamos
que batimos por conceptos realmente Importantes. Cuanto menos estemos atados
por consignas idealistas, mejor�.
El documento n� 23 era, por supuesto, secreto. Para contentar a la opini�n
p�blica era necesario airear �consignas idealistas�, (como ahora se hace
constantemente), pero en ese documento los receptores eran otros.
Siguiendo esa misma l�nea, en una breve charla dirigida a los embajadores
estadounidenses en latinoam�rica en 1950, Kennan observ� que uno de los
principales objetivos de la pol�tica exterior norteamericana deb�a ser �la
protecci�n de nuestras materias primas� (por supuesto en Am�rica Latina).
Debemos combatir la peligrosa herej�a, que seg�n informaba la inteligencia
norteamericana se estaba extendiendo por toda Latinoam�rica, de que �un
gobierno era responsable del bienestar de sus ciudadanos�.
Los analistas norteamericanos tildaban tal idea de comunismo, sin importar
qu� grupos la enunciaran. Pod�an ser grupos de la iglesia de base o
cualquier otro, pero si sosten�an esa herej�a eran comunistas.
Este enfoque se manten�a tambi�n de forma p�blica. Por ejemplo, una serie de
altos estudios sosten�a, en 1955, que la amenaza real del comunismo, (en
realidad el verdadero sentido del t�rmino �comunismo�) era su rechazo a
ejercer su papel social, es decir, �complementar la pol�tica industrial de
Occidente�.
Kennan explicaba detalladamente los medios que se ten�an que usar con los
enemigos que sosten�an semejantes herej�as:
�La respuesta final puede ser desagradable, pero... no debemos vacilar ante
la represi�n que ejerza un gobierno local. No es vergonzoso, ya que los
comunistas son esencialmente traidores ... es mejor tener un r�gimen fuerte
en el poder que un gobierno liberal que sea indulgente y blando e infiltrado
por los comunistas�.
Este tipo de pol�tica no comenz� con liberales de posguerra como Kennan.
Como apunt� el secretario de Estado de Woodrow Wiison 30 a�os antes, el
verdadero sentido de la doctrina Monroe era que �Estados Unidos considerara
sus verdaderos intereses. La integridad de las otras naciones americanas es
puramente accidental, no un fin en s� mismo�. Wiison, el gran ap�stol de la
autodeterminaci�n, afirmaba que ese argumento era incontestable, aunque
fuera poco �pol�tico� presentarlo en p�blico.
Wiison no s�lo pensaba as�, sino que tambi�n actuaba de la misma forma
invadiendo Haiti y la Rep�blica Dominicana, donde los soldados asesinaron y
masacraron a la poblaci�n, destruyeron el sistema pol�tico, y dejaron el
control total de la situaci�n en manos de las corporaciones norteamericanas,
allanando el camino de dictaduras brutales y corruptas.
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La �Gran Zona�
Durante la 1� Guerra Mundial grupos de analistas del Departamento de Estado
y del Consejo de Relaciones Exteriores desarrollaron diversos planes para la
posguerra en t�rminos de lo que ellos denominaron la �Gran Zona�, que deb�a
estar subordinada a las necesidades de la econom�a norteamericana.
La �Gran Zona� incluir�a el hemisferio occidental, Europa Occidental,
Extremo Oriente, el anterior Imperio Brit�nico, que ahora estaba siendo
desmantelado, las inconmensurables riquezas de Oriente Medio, que estaba
pasando de manos francesas y brit�nicas a norteamericanas, el resto del
Tercer Mundo, y si era posible el globo entero. Estos planes iban
implement�ndose donde la coyuntura lo permit�a.
A cada parte del nuevo mundo se le asignaba una funci�n espec�fica. los
pa�ses industriales deb�an ser guiados por los grandes fabricantes, Alemania
y Jap�n, que ya hab�an demostrado su capacidad durante la guerra, y ahora
trabajar�an bajo supervisi�n norteamericana.
El Tercer Mundo �quedar�a destinado a suministrar mater�as primas y a servir
como mercado� a las compa��as capitalistas, tal y como se se�alaba en un
memorandum del Departamento de Estado de 1949. Deb�a ser �explotado�, seg�n
las propias palabras de Kennan, con el fin de reconstruir Europa y Jap�n. la
referencia exacta es al sudeste asi�tico y a �frica, pero el objetivo es
general.
Kennan incluso suger�a que Europa recibir�a un empuj�n psicol�gico
proporcionado por la �explotaci�n� de �frica. Naturalmente nadie suger�a que
�frica pudiera �explotar� a Europa para su propia reconstrucci�n. Estos
documentos, ahora secretos desclasificados, son le�dos por estudiosos que no
encuentran en ellos nada extra�o o chocante.
La guerra de Vietnam surgi� de la necesidad de asegurar este papel
secundario. los nacionalistas vietnamitas no quer�an aceptarlo, y tuvieron
que ser aplastados. la amenaza no consisria en que fueran a conquistar a
alguien, sino que podr�an establecer un peligroso precedente, y un ejemplo a
seguir de independencia nacional que podr�a contagiar a otros pa�ses de la
zona.
El gobierno estadounidense ten�a dos papeles principales que seguir. El
primero consisria en asegurar los dominios de la �Gran Zona�. Para ello
requer�a una postura intimidatoria de envergadura, de manera que se
asegurase que nadie iba a entorpecer su tar�a, lo que explica que haya
habido una verdadera carrera nuclear.
El segundo consistia en asegurarse un s�lido apoyo p�blico para la industria
de alta tecnolog�a. Debido a varias razones, el m�todo elegido fue, en gran
parte, el aumento de gastos militares.
El libre comercio es un argumento magn�fico para airear en departamentos
econ�micos o para los peri�dicos, pero nadie en el mundo de las empresas o
en el gobierno se lo toma en serio. Los sectores de la econom�a
norteamericana que pueden competir internacionalmente, son sobre todo, los
subvencionados: la agricultura intensiva en manos del gran capital (la agro-industria,
como se la denomina), los productos de alta tecnolog�a, los farmac�uticos,
la biotecnolog�a, etc.
Esto mismo sirve para otras sociedades industriales. El gobierno apoya con
dinero p�blico la investigaci�n y desarrollo y garantiza, fundamentalmente a
trav�s de la industria militar, un amplio mercado para la producci�n. Si se
obtienen beneficios y se puede aprovechar para otros mercados se traspasa al
sector privado. Este sistema de subsidios p�blicos y beneficios privados es
denominado libre empresa.
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Restaurar el orden tradicional
Los dise�adores de la pol�tica de posguerra como Kennan pronto se dieron
cuenta que era vital para los intereses de las sociedades capitalistas
norteamericanas, reconstruir el resto de las sociedades industriales
occidentales da�adas por la guerra, de manera que pudiesen importar
productos manufacturados norteamericanos, y que constituyesen atrayentes
focos de inversi�n. (Estoy contando a los japoneses como occidentales,
siguiendo la convenci�n sudafricana de tratar a los japoneses como �blancos
honorarios�). Pero era crucial reconstruir esas sociedades de forma
espec�fica.
Ten�a que ser restablecido el orden tradicional de la derecha, con una clase
dominante industrial y financiera, los sindicatos divididos y debilitados, y
con la pesada tarea de la reconstrucci�n descansando s�iidamente en los
hombros de la clase trabajadora y de los pobres.
El mayor impedimento consisfia en la resistencia antifascista, de manera que
fue suprimida y sustituida por fascistas y colaboradores de los nazis en
todo el mundo. A veces este proceso requer�a utilizar una gran violencia,
pero otras veces pod�a llevarse a cabo con medidas m�s suaves, como
desvirtuar elecciones o retener alimentos desesperadamente necesitados. (En
realidad este hecho debeeio figurar en el primer cap�tulo de cualquier
historia honesta de la posguerra, pero en realidad ni siquiera se discute).
El modelo fue establecido en 1942 cuando el presidente Roosevelt nombr� a un
almirante franc�s, Jean Darian, gobernador general de todo el norte de la
��rica francesa. Darian fue un sobresaliente colaborador de los nazis, y el
autor de varias leyes antisemitas promulgadas por el Gobierno de Vichy, el
gobierno ritere de los nazis en Francia.
Pero mucho m�s importante fue el primer nombramiento en la Europa liberada,
el sur de Italia, donde Estados Unidos, impuso un gobierno de extrema
derecha liderado por el h�roe de guerra fascista el mariscal de Campo
Badoglio, y por el rey V�ctor Emmanuel III, tambi�n colaborador de los
fascistas.
Los analistas norteamericanos reconocieron que la �amenaza� en Europa no
consisfia en una posible agresi�n sovi�tica, (que analistas serios como
Dwight Eisenhower no preve�an) sino en la alianza de trabajadores y
campesinos forjada en la lucha antifascista, con sus ideas democr�ticas y
radicales, y en el papel pol�tico e influjo de los partidos comunistas.
Para prevenir un colapso econ�mico que pudiera debilitar la influencia
norteamericana, y para reconstruir las econom�as capitalistas de los pa�ses
de la Europa Occidental, Estados Unidos dise�� el Plan Marshall, que destin�
a Europa m�s de 12.000 millones de d�iares en subvenciones y cargas entre
1948 y 1951, fondos que se usaron para pagar un tercio de las exportaciones
norteamericanas a Europa en el a�o clave de 1949.
En Italia el movimiento unitario de trabajadores y campesinos liderados por
el Partido Comunista, hab�a derrotado a seis divisiones alemanas y hab�a
liberado todo el norte del pa�s. Conforme se consolidaba el avance del
Ej�rcito norteamericano, se dispersaba a las tropas antifascistas y se iba
restaurando las estructuras b�isicas del r�gimen fascista de antes de la
guerra.
Italia ha sido una de las zonas m�s importantes de subversi�n de la CIA
desde que �sta fue fundada. La agencia tuvo mucho que ver en las cruciales
elecciones de 1 948, cuando los comunistas arrancaron una importante parcela
de poder legal. Se usaron una amplia gama de t�cnicas, incluidas las que
significaban una restauraci�n de los m�todos de la polic�a fascista, la
ruptura forzada de los sindicatos y los cortes en los suministros de
alimentos. De cualquier forma no quedaba claro que los comunistas fueran a
ser derrotados.
El primer memor�ndum del Consejo Nacional de Seguridad, NSC n� 1,
especificaba un n�mero de acciones que EEUU podr�a llevar a cabo si los
comunistas ganaban. Una de las alternativas contempladas era una
intervenci�n armada mediante ayudas a un ej�rcito secreto que operar�a en el
pa�s.
Algunas personas, especialmente George Kennan, defend�a una intervenci�n
armada antes de las elecciones, para no correr riesgos. Pero otras se
encargaron de convencerle de que los m�todos subversivos eran m�s eficaces,
lo que a la postre se mostr� correcto.
En Grecia las tropas brit�inicas entraron cuando los alemanes se hab�an
retirado. Impusieron un r�gimen corrupto que provoc� una reacci�n de la
Resistencia y Gran Breta�a, ya en su dedinar de posguerra, fue incapaz de
mantener la situaci�n bajo control. En 1947 Estados Unidos se traslad� a ese
escenario y apoy� una guerra que cost� 160.000 muertos.
Esta guerra estuvo aderezada con torturas y el exilio de decenas de miles de
griegos, y con lo que denominamos �campos de reeducaci�n� para otras decenas
de miles, la destrucci�n sistem�tica de los sindicatos y de cualquier
posibilidad de establecimiento de partidos pol�ticos independientes.
Situ� s�lidamente el pa�s en manos de inversores estadounidenses y de
hombres de negocios locales, mientras gran parte de la poblaci�n tuvo que
emigrar para sobrevivir. Entre los beneficiarios se encontraban
colaboradores de los nazis, mientras que las principales v�ctimas fueron los
trabajadores y los campesinos de la resistencia anti-nazi liderada
fundamentalmente por el Partido Comunista.
Nuestra triunfal defensa de Grecia contra su propia poblaci�n supuso el
establecimiento de un modelo m�s tarde usado en la guerra de Vietnam, como
Adiai Stevenson se encarg� de explicar en las Naciones Unidas en 1964. los
consejeros de Reagan usaron exactamente el mismo modelo cuando explicaban la
situaci�n en Am�rica Central, y adem�s fue seguido en otras partes del mundo.
En Jap�n, Wash�ngton �nici� la denominada �vuelta atr�s� de 1947 que vino a
acabar con la democratizaci�n emprendida por la administraci�n militar del
general MacArthur. la �marcha atr�s� suprimi� los sindicatos y otras fuerzas
democr�ticas y dei� el pa�s en manos de los elementos corporativos que
hab�an conducido a Jap�n al fascismo: un sistema de poder estatal y privado
que a�n hoy subsiste.
Cuando las fuerzas norteamericanas entraron en Corea en 1945, dispersaron al
gobierno popular establecido, formado mayoritariamente por antifascistas que
se hab�an enfrentado a los japoneses, e inauguraron una �poca de represi�n
ejercida por polic�as fascistas japoneses y coreanos que hab�an colaborado
con ellos. Alrededor de 100.000 personas fueron asesinadas antes de que
estallara la guerra propiamente dicha, incluyendo los 30.000 o 40.000
campesinos muertos durante la represi�n de una revuelta en la peque�a regi�n
de la isla de Cheiu.
Un golpe de Estado fascista en Colombia, inspirado en el de Franco, produjo
pocas protestas en el gobierno de EEUU. lo mismo sucedi� con el de
Venezuela, o con la llegada al poder de un admirador del fascismo en Panam�.
Pero el primer gobierno democr�tico en la historia de Guatemala, que se
hab�a inspirado en el Nuevo Pacto de Roosevelt, recibi� el m�s agrio
antagonismo de Washington.
En 1954 la CIA dise�� un golpe que conv�rti� a Guatemala en un infierno.
Esta situaci�n se mantiene hasta nuestros d�as con el apoyo y la
intervenci�n regular norteamericana, especialmente durante las
administraciones de Kennedy y Johnson.
Otra consecuencia de la represi�n de la resistencia antifascista fue el
reclutamiento de criminales de guerra como Klaus Barbie, un oficial de las
SS, que hab�a sido jefe de la polic�a de lyon. Ah� fue donde se gan� su
apodo: el carnicero de lyon. A pesar de que era responsable de innumerables
y odiosos cr�menes, el Ej�rcito norteamericano le encarg� la tarea de espiar
a los franceses.
Cuando finalmente Barbie fue extraditado a Francia en 1982 para ser juzgado
como criminal de guerra, su utilizaci�n como agente fue explicada por el
coronel retirado del Ej�rcito norteamericano Eugene Kolb del Cuerpo de
Contrainteligencia: �las habilidades de Barbie fueron requeridas. Sus
actividades se hab�an dirigido principalmente contra el llegal Partido
Comunista Franc�s y contra la resistencia�, que constituyeron despu�s el
blanco de la represi�n de los libertadores estadounidenses.
Ya que EEUU iba recogiendo lo que los nazis dejaban, era perfectamente
plausible emplear especialistas en actividades antisubversivas. M�s tarde
cuando se hizo pr�cticamente imposible proteger a estos �tiles camaradas en
Europa, muchos de ellos fueron trasladados sigilosamente a Estados Unidos y
a Latinoam�rica, a menudo con la ayuda del Vaticano y de muchos curas
fascistas.
All� se convirtieron en consejeros militares de las polic�as dise�adas por
EEUU, a menudo abiertamente, seg�n el modelo del Tercer Reich. Tambi�n se
convirtieron en traficantes de drogas, de armas, terroristas y en �profesores�
que ense�aban a los campesinos latinoamericanos las t�cnicas de tortura
creadas por la Gestapo.
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Muchos acabaron en Am�rica Central, llegando a
establecer un v�nculo directo entre los campos de exterminio y los
escuadrones de la muerte, y todo esto gracias a la alianza de posguerra
entre los USA y los SS.
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Nuestro compromiso con la democracia
En casi todos los documentos de alto nivel, los planificadores de la
pol�tica norteamericana insisten en que la primera amenaza para el nuevo
orden mundial es el nacionalismo del Tercer Mundo, a veces denominado �uitranacionalismo�:
los reg�menes nacionalistas que son receptivos �a las demandas populares
para mejorar los bajos niveles de calidad de vida de las masas� y destinar
la producci�n a satisfacer las necesidades dom�sticas.
Los principales objetivos son, pues, no se cansan de repetir, evitar que
estos elementos �ultranacionalistas� lleguen al poder, o si por �casualidad�
han llegado a �l, desplazarlos e instalar en su lugar gobiernos que
favorezcan las inversiones privadas de capital dom�stico o internacional, la
producci�n destinada a la exportaci�n y el derecho a sacar los beneficios
del pa�s. (Estos objetivos est�n siempre presentes en los documentos
secretos. Para los pol�ticos son como el aire que respiran).
La oposici�n a la democracia y a las reformas sociales no son muy populares
en el pa�s de destino. No se pueden forjar alianzas con grandes sectores de
la poblaci�n, excepto con los peque�os grupos que est�n directamente
involucrados con sociedades mercantiles norteamericanas o con los beneficios.
EEUU conf�a en la fuerza y establece alianzas con los militares, �los menos
antinorteamericanos de cualquier grupo pol�tico de toda Am�rica latina�,
como escribieron los asesores de Kennedy, de manera que se puede confiar en
ellos para aplastar a cualquier grupo ind�gena que se desmande.
Se puede tolerar alguna reforma social, como en Costa Rica por ejemplo, s�lo
si se suprimen los derechos laborales y si se preserva un clima favorable a
las inversiones extranjeras. De esta manera al Gobierno de Costa Rica se le
ha permitido llevar a cabo ciertas reformas sociales, respetando estos dos
cruciales imperativos.
Otro problema incansablemente repetido en los documentos secretos es el
excesivo liberalismo de los pa�ses del Tercer Mundo. (Esto constituye un
verdadero problema en Am�rica latina, donde los gobiernos no est�n
suficientemente comprometidos en el control del pensamiento y en las
restricciones de viajes a particulares, y donde el r�gimen jur�dico es tan
deficiente que necesita pruebas y evidencias para condenar los cr�menes).
Contra esta situaci�n se dirigen los constantes lamentos de la
administraci�n Kennedy, ya que los documentos secretos a�n no han sido �abiertos�.
los liberales de este per�odo estaban ansiosos por frenar los excesos
democr�ticos que daban pie a la �subversi�n�, lo que significaba que se
permiria a la gente pensar ideas �equivocadas�.
Estados Unidos no era, sin embargo, ajeno a sentimientos de compasi�n con
los pobres. A mediados de la d�cada de los cincuenta, por ejemplo, nuestro
embajador en Costa Rica recomendaba que la United Fruit Company, que
pr�cticamente gobernaba Costa Rica, introdujera �un relativamente simple y
superficial inter�s humano por las condiciones de los trabajadores, que
podr�a tener un gran efecto psicol�gico�.
El secretario de Estado, John Foster Dulles, estaba de acuerdo con esa
pol�tica y le coment� al presidente Eisenhower que para mantener tranquilos
a los latinoamericanos �es preciso darles una palmadita de vez en cuando, y
hacerles creer que te gustan�.
Es debido a todas estas circunstancias que la pol�tica de EEUU en el Tercer
Mundo es tan f�cil de entender. Nos oponemos eontalmente a la democracia si
sus resultados no pueden ser controlados. El problema con las verdaderas
democracias es que caen f�cilmente en la herej�a de que los gobiernos deben
satisfacer las necesidades de su pueblo y no las de los inversores
norteamericanos.
Un estudio sobre relaciones interamericanas del Royal instituto o�
Internacional Agaires en Londres concluye que, mientras EEUU defiende
verbalmente la democracia, el compromiso real es �con el capital privado y
las empresas�. Cuando los derechos de los inversores est�n amenazados, la
democracia se puede olvidar; si esos derechos est�n salvaguardados se
justifica la labor de los torturadores y los asesinos.
Gobiernos parlamentarios han sido barridos o derrocados, con el apoyo o
intervenci�n directa de EEUU: en Ir�n en 1953, en Guatemala en 1954, (y en
1963 cuando Kennedy respald� un golpe militar destinado a impedir el retorno
a la democracia), en la Rep�blica Dominicana en 1963 y 1965, en Brasil en
19�4, en Chile en 1973 y en muchos m�s lugares y ocasiones, en El Salvador y
en otras partes del globo.
los m�todos no son muy agradables. lo que la �contra�, sufragada por EEUU,
hizo en Nicaragua, nuestros terroristas en El Salvador o en Guatemala, no
son s�Io cr�menes ordinarios. Un elemento com�n es la tortura brutal y
s�dica, el arrojar ni�os contra las piedras, colgar a las mujeres por los
pies y cortarles los pechos, arrancar la piel de su cara de manera que
murieran desangradas, cortar las manos de las personas y exhibirlas clavadas
en estacas. El objetivo es machacar la independencia nacional y a las
fuerzas populares que pudieran establecer una
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La amenaza del buen ejemplo
Ning�n pa�s est� libre de este tratamiento, no importa cuan poco importante
sea. De hecho, son los pa�ses m�s d�biles, y los m�s pobres los que a menudo
despiertan la m�s grande histeria.
Tomen Laos en los 1960s, probablemente el pa�s m�s pobre en el mundo. La
mayor�a de la gente que viv�a all� siquiera sab�an que hab�a semejante cosa
llamada Laos; ellos solo sab�an que ten�an una peque�a aldea y que hab�a
otra peque�a aldea cerca de all�.
Pero tan pronto hubo un tipo muy bajo de revoluci�n social comenzando a
desarrollarse all�, Washington subordin� a Laos a un sangriento "bombardeo
secreto" virtualmente exterminando vastos territorios en operaciones que, se
ha admitido, no ten�an nada que ver con la guerra que los EE.UU. llevaba
adelante en Vietnam del sur.
Granada tiene 100.000 que produce una peque�a nuez moscada, y dif�cilmente
puedas encontrarla en el mapa. Pero cuando Granada comenz� a experimentar
una moderada revoluci�n social, Washington r�pidamente se movi� para
destruir la amenaza.
Desde la Revoluci�n Bolchevique de 1917 hasta el colapso de los gobiernos
Comunistas en el Este Europeo en los finales de 1980, fue posible justificar
todo ataque Norteamericano como una defensa contra la amenaza Sovi�tica. As�,
cuando los Estados Unidos invadieron Granada en 1983, el presidente de la
junta de jefes del Estado Mayor explic� que, en el eventual caso de un
ataque Sovi�tico a la Europa occidental, una Granada hostil puede poner en
entredicho el abastecimiento de petr�leo desde el Caribe a la Europa
occidental y no queremos estar incapacitados para defender a nuestros
aliados rodeados militarmente. Ahora esto suena c�mico, pero este tipo de
historias ayudan a movilizar el apoyo p�blico a la agresi�n, el terror y la
subversi�n.
El ataque contra Nicaragua fue justificado por la demanda de quienes
argumentaban �si nosotros no �los detenemos" all�, ellos estar�n
pr�ximamente en la frontera de Harlingen, Texas-solo a dos d�as en auto de
distancia�. (Para personas educadas, hubo variantes m�s sofisticadas, solo
un poco m�s veros�miles.)
Tan distante como al comercio Americano le concierne, Nicaragua podr�a
desaparecer y nadie se enterar�a. La misma verdad vale para El Salvador.
Pero ambos fueron sometidos a agresiones homicidas por los EE.UU., al costo
de cientos de miles de vidas y varios billones de d�lares.
Hay una raz�n para esto. Mientras m�s d�bil y pobre sea el pa�s, m�s
peligroso es como ejemplo. Si un pa�s peque�o, pobre como Granada puede
prosperar dando una vida mejor a su pueblo, alg�n otro lugar con mayores
recursos se preguntar� "por que nosotros no?"
Esto fue cierto en Indochina, la cual es bastante grande y tiene muchos
recursos significantes. A pesar de que Eisenhower y sus asesores
discursearon bastante acerca del arroz y el esta�o y el caucho, el miedo
real es que si el pueblo Indochino lograban la independencia y la justicia,
el pueblo de Tailandia querr� emularlo, y si esto funciona, lo probar�n en
Malasia, y pronto en Indonesia perseguir�n el camino de la independencia, y
luego un �rea significante de la Gran �rea se habr� perdido.
Si quieres un sistema global que est� subordinado a las necesidades de los
inversores estadounidenses, no puedes dejar piezas a su propia suerte. Es
impresionante como claramente esto esta establecido en los registros
documentales- e incluso en registros p�blicos en algunas ocasiones. Tomen
Chile bajo Allende.
Chile es un sitio bastante grande, con vastos recursos naturales, pero de
vuelta, los EE.UU. no iban a colapsar si Chile se volv�a independiente. Por
que nos concierne tanto esto? Acorde a Kissinger, Chile era un "virus" que
podr�a "infectar" la regi�n con efectos incluso hasta en la misma Italia.
A pesar de 40 a�os de subversi�n por parte de la CIA, Italia todav�a ten�a
un movimiento trabajador. Ver un gobierno socialdem�crata triunfando en
Chile podr�a producir un mensaje equivocado en los votantes italianos.
Supone que ellos adquirir�n extra�as ideas acerca de tomar el poder de su
propio pa�s y revivir�n el movimiento trabajador que la CIA menoscab� en los
�40.
Los planeadores de la Secretaria de Estado Dean Acheson en los �40 hasta el
presente han alarmado que "una manzana podrida puede desechar el barril
completo." El peligro de aquella "putrefacci�n"-desarrollo social y
econ�mico- puede dispersarse.
Esta teor�a de la manzana podrida es llamada la teor�a del domin� para el
consumo p�blico. La versi�n usada para atemorizar al publico tiene a Ho Chi
Minh en una canoa y desembarcando en California, y as� continua. Quiz�s
algunos lideres estadounidenses crean este sin sentido- es posible-pero los
planeadores racionales ciertamente no lo creen. Ellos entienden que la
verdadera amenaza es el "buen ejemplo."
En ocasiones el punto es explicado con gran claridad. Cuando los EE.UU.
estaban planeando el derrocamiento de la democracia Guatemalteca en 1954, un
oficial del Departamento de Estado expuso que "Guatemala se ha convertido en
una creciente amenaza a la estabilidad de Honduras y El Salvador. Su reforma
agraria es una poderosa arma propagand�stica: Su amplio programa social de
adherir a los trabajadores y campesinos en una victoriosa lucha contra las
clases altas y grandes compa��as extranjeras ten�an un fuerte atractivo para
las poblaciones de Am�rica Central vecinas que se encuentran en condiciones
similares de dominio."
En otras palabras, lo que EE.UU. quiere es "estabilidad," siempre que esta
signifique seguridad para las "clases altas y grandes compa��as extranjeras."
Si eso puede lograrse dentro de los par�metros formales democr�ticos, mejor.
Si no, la "amenaza a la estabilidad" dada por el buen ejemplo tendr� que ser
destruida antes que el virus infecte a otros.
Este es el por que incluso el m�s peque�o �manch�n� es mostrado como una
amenaza, y quiz�s deba ser aplastado.
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El mundo tripolar
Desde principios de la d�cada de los setenta el mundo ha sido empujado a lo
que se ha dado en llamar tripolarismo o trilateralismo, tres grandes bloques
econ�micos que compiten entre s�. El primero est� basado en el yen con Jap�n
en el centro y las antiguas colonias japonesas en la periferia.
Durante los a�os treinta y cuarenta Jap�n denomin� a esta entidad la Esfera
de Coprosperidad de la Gran Asia del Sudeste. El conflicto con EEUU tuvo su
origen en el intento japon�s de ejercer el mismo control en su esfera que
Occidente ejerc�a en las suyas. Pero despu�s de la guerra nos apresuramos a
reconstruir para ellos su regi�n. Entonces ya no se tuvo problemas con la
explotaci�n japonesa de la zona; ellos deb�an limitarse a ejercer su poder
bajo nuestra supervisi�n.
Existe una gran cantidad de tonter�as escritas sobre el hecho de que Jap�n
se haya convertido en uno de nuestros competidores, lo que viene a probar
cu�n caballerosos somos y c�mo permitimos la reconstrucci�n de nuestros
enemigos. No obstante, las opciones pol�ticas fueron menos timoratas. Una
consist�a en restaurar el imperio japon�s, pero ahora bajo nuestro control,
y en efecto �sta ha sido la pol�tica seguida.
La otra opci�n consist�a en mantenerse fuera de la regi�n y permitir a Jap�n
y al resto de Asia seguir su propio camino de independencia, excluy�ndolos
de la �Gran Zona� bajo control estadounidense. Esto era impensable.
Y adem�s, despu�s de la II Guerra Mundial, Jap�n no era contemplado como un
posible competidor, ni siquiera en un remoto futuro. Se ten�a asumido que
Jap�n, con el tiempo, podr�a producir gran cantidad de chucher�as, pero no
mucho m�s. (Hab�a un fuerte elemento de racismo en esta concepci�n). Jap�n
se recuper� debido en gran parte a la guerra de Corea y a la guerra de
Vietnam, que estimularon su producci�n y agigantaron sus beneficios.
Unos pocos pol�ticos norteamericanos fueron m�s avispados, entre los que se
encontraba George Kennan. Propuso que Estados Unidos alentara la
industrializaci�n japonesa, pero con un l�mite: nosotros controlar�amos sus
importaciones petrol�feras. Kennan manten�a que esto nos proporcionar�a un
poder de veto sobre Jap�n, en caso de que quisiera propasarse. El gobierno
escuch� este consejo, y mantuvo un estrecho control sobre las importaciones
y las refiner�as. Hasta principios de los a�os setenta, los japoneses s�Io
controlaban el 10% de sus suministros petrol�feros.
�sta es una de las principales razones por la que Estados Unidos ha estado
tan interesado en el petr�leo de Oriente Medio. No necesit�bamos petr�leo
para nosotros; hasta 1968 Norteam�rica lideraba la producci�n mundial de
crudo. Pero necesit�bamos tener bien sujeta en nuestras manos esta fuente de
poder, y asegurar que los beneficios fueran a parar a Gran Breta�a y los
propios EEUU.
Y es precisamente por esto que hemos mantenido bases militares en Filipinas.
Forman parte de un sistema global de intervenci�n que apuntaba a Oriente
Medio, con el fin de asegurarnos que los �nativos� no sucumbieran al �ultranacionalismo�.
El segundo bloque competitivo importante est� basado en Europa y liderado
por Alemania. Todav�a queda un largo trecho por recorrer para consolidar la
Comunidad Europea. Europa tiene un sistema econ�mico m�s vasto que EEUU, una
mayor poblaci�n, y �sta es m�s culta.
Si alguna vez consigue actuar unido e integrar su poder, Estados Unidos
podr�a tornarse en una potencia de segundo orden. Esto ser�a a�n m�s
probable si Alemania lidera al resto de Europa en el proceso de reconstruir
la econom�a de los pa�ses del Este y situarles en su papel tradicional de
corte colonial, b�sicamente parte del Tercer Mundo.
El tercer bloque est� basado en el dolar y la dominaci�n norteamericana.
Recientemente se extendi� hasta englobar a Canad�, nuestro principal socio
comercial, y pronto incluir� a M�xico y otras partes del hemisferio a trav�s
de acuerdos de libre comercio, dise�ados fundamentalmente para satisfacer
los intereses de los inversores norteamericanos y sus socios.
Siempre hemos cre�do que Am�rica latina nos pertenec�a por derecho. Como
Henry Stimson (secretario de Guerra bajo Roosevelt y Taft, y secretario de
Estado en la administraci�n Hoover), apunt� una vez, �es nuestra peque�a
regi�n, que nunca ha preocupado a nadie�. Asegurar el bloque basado en el
d�lar significa frustrar el desarrollo y la independencia de Am�rica Central
y del Caribe.
Hasta que no se comprenda nuestra lucha con nuestros rivales industriales y
con el Tercer Mundo, la pol�tica exterior nortearnericana parecer� una serie
de crasos errores, incoherencias y confusiones. En realidad, nuestros
l�deres han hecho una buena labor y han disfrutado de cierto �xito en sus
tareas rutinarias, siempre dentro de unos ciertos l�mites.
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En casa lavado de cerebro...
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C�mo funcionaba la guerra fr�a
A pesar de las pretensiones, la seguridad nacional no ha sido un objetivo
prioritario de los planificadores y de los cargos electos de la pol�tica
norteamericana. Los archivos hist�ricos lo demuestran claramente. Pocos
analistas pol�ticos serios refrendar�an las posiciones de George Kennan en
octubre de 1948 cuando afirmaba que �no nos amenaza el poder militar
sovi�tico, sino su poder pol�tico� ; o las del presidente Eisenhower que
sosten�a que los rusos no pretend�an la conquista de Europa Occidental y que
el papel principal de la OTAN era �crear un clima de confianza a la
poblaci�n europea, un clima que les hiciera reforzarse pol�ticamente en su
oposici�n a los comunistas�.
De la misma forma, Estados Unidos trataba de disminuir las posibilidades de
solucionar el conflicto de la Guerra Fr�a de forma pac�fica, lo que podr�a
haber puesto de manifiesto la verdadera �amenaza pol�tica�. En su historia
de las armas nucleares, McGeorge Bundy escribe que �l �teme la falta de
seriedad de las propuestas contempor�neas ... que podr�an conducir a un
acuerdo sobre misiles bal�sticos antes de que fueran empleados�, aunque
incluso fueran la �nica amenaza militar real para Estados Unidos. Siempre el
primer objetivo era la �amenaza pol�tica� de lo que se denominaba �comunismo�.
Subrayo que �comunismo� es un t�rmino amplio que incluye a todos aquellos
con la �habilidad de controlar a las masas... algo de lo que nosotros no
somos capaces� seg�n se quejaba el secretario de Estado John Foster Dulles a
su colega Alien, por aquel entonces director de la CIA. �Los pobres son a
los que se dirigen, y siempre quieren saquear a los ricos� a�ad�a. �De forma
que debemos protegerlos para garantizar nuestra doctrina de que son los
ricos los que deben saquear a los pobres�.
Por supuesto tanto EE.UU como la URSS hubieran preferido que el adversario
simplemente desapareciese. Pero ya que esto hubiera supuesto la mutua
aniquilaci�n, se estableci� un sistema de control global llamado Guerra Fr�a.
Seg�n posiciones convencionales, la Guerra Fr�a era un conflicto entre
superpotencias, causado por la Uni�n Sovi�tica, a la que nosotros trat�bamos
de contener, y proteger al mundo de su influencia. Si esta particular visi�n
se convierte en dogma de fe, no hay necesidad de discutirla. Si se trata de
aportar alguna luz a la historia, se puede tratar de pasar el test,
manteniendo claro un principio: si se quiere entender la Guerra Fr�a, se
debe prestar atenci�n a los sucesos de la Guerra Fr�a. Si se hace de esta
forma emerge un cuadro muy diferente.
En el lado sovi�tico, los sucesos de la Guerra Fr�a consistieron en
repetidas intervenciones en Europa Oriental: tanques en Berl�n Oriental, en
Praga y en Budapest. Estas intervenciones tuvieron lugar en el mismo
escenario que se us� para atacar y casi virtualmente destruir a Rusia tres
veces s�lo en este siglo. La invasi�n de Afganist�n es el �nico ejemplo de
desviaci�n en este teatro de operaciones, aunque tambi�n se encuentre
tocando la frontera sovi�tica.
En el lado estadounidense, las intervenciones se llevaron a cabo a lo ancho
de todo el planeta, reflejando el estatus obtenido por EEUU como primera
potencia global de la historia.
Desde un punto de vista interno, la Guerra Fria ayud� a mantener en el poder
a una capa burocr�tica-militar, y dio a EEUU un m�todo para amedrentar a su
poblaci�n y para subsidiar la industria de alta tecnolog�a. No es sencillo
vender esta historia a las respectivas poblaciones. La t�cnica usada era la
�nica posible: el miedo a un gran enemigo.
Esto tambi�n lo facilitaba la Guerra Fr�a. No importaba cuan est�pida
pudiera parecer la idea de que la Uni�n Sovi�tica estaba estrangulando con
sus tent�culos a Occidente, el �imperio del mal� parec�a en efecto maligno,
era un imperio y era brutal. Cada superpotencia controlaba a su principal
enemigo, sus propios pueblos, aterroriz�ndoles con los cr�menes de su
enemigo, por otra parte reales.
En sus aspectos m�s relevantes, la Guerra Fr�a era un especie de acuerdo
t�cito entre EEUU y la URSS, bajo el cual Estados Unidos llevaba a cabo sus
guerras en el Tercer Mundo y controlaban a sus aliados occidentales,
mientras que los gobernantes sovi�ticos manten�an una tenaza de acero sobre
su propio imperio y sus sat�lites en la Europa Oriental, usando cada uno a
su oponente para justificar la represi�n y la violencia en sus propios
dominios.
As�, �por qu� termin� la Guerra Fr�a y a qu� situaci�n condujo ese fin?
Durante los a�os setenta los gastos militares sovi�ticos tuvieron que
estancarse mientras que los problemas internos se incrementaban, as� como la
recesi�n econ�mica y la presi�n popular que clamaba por el fin de la tiran�a.
El poder sovi�tico hab�a ido declinando durante los �ltimos 30 a�os, como
mostraba claramente un estudio del Centro de Informaci�n para la Defensa
hecho p�blico en 1980. Unos pocos a�os despu�s el sistema sovi�tico se
colaps�. La Guerra Fria finaliz� con la victoria de los que hab�an sido
siempre los m�s ricos y los m�s poderosos adversarios. El colapso sovi�tico
formaba parte de la cat�strofe econ�mica general de los a�os ochenta, m�s
severa en la mayor�a de los dominios occidentales del Tercer Mundo que en el
imperio sovi�tico.
Como hemos visto, la Guerra Fr�a encerraba significativos elementos del
conflicto Norte-Sur, para usar el eufemismo contempor�neo con el que se
designa la conquista occidental del mundo. La URSS jugaba un papel
independiente, facilitando asistencia a blancos seleccionados para los
ataques occidentales y disuadiendo a los m�s violentos. Con el colapso de la
tiran�a sovi�tica, gran parte de la zona puede esperar un regreso a su papel
tradicional, con las anteriores capas burocr�ticas ejerciendo el mismo papel
que juegan los �lites del Tercer Mundo, es decir enriquecerse mientras
sirven a los intereses de los inversores extranjeros.
Pero mientras esta particular fase ha terminado, el conflicto Norte-Sur
contin�a. En una parte se habr� podido terminar la partida, pero Estados
Unidos sigue operando como siempre aunque m�s libremente, ya que la
disuasi�n sovi�tica es cosa del pasado. A nadie le hubiera debido sorprender
que George Bush celebrara el s�mbolo del final de la Guerra Fr�a, la ca�da
del muro de Berl�n, invadiendo inmediatamente Panam� y anunciando alto y
claro que Estados Unidos boicotear�a el resultado de las elecciones en
Nicaragua mediante ataques militares y estrangulamiento econ�mico, a no ser
que ganaran los �suyos�.
Como tampoco debi� sorprender a nadie que Elliot Abrams observara que la
invasi�n estadounidense de Panam� era singular ya que pod�a llevarse a cabo
sin miedo a la reacci�n sovi�tica en cualquier otra parte, o los numerosos
comentaristas que a�adieron durante la crisis del Golfo que ahora EEUU y
Gran Breta�a eran completamente libres para usar ilimitadamente su fuerza
contra sus enemigos del Tercer Mundo, ya que no se ve�an constre�idos por la
fuerza disuasorio sovi�tica.
Por supuesto el final de la Guerra Fr�a tambi�n trae aparejados sus
problemas. Sobre todo, que las t�cnicas para mantener controlada a la
poblaci�n deben cambiar, un problema reconocido durante los a�os ochenta
como ya hemos visto. Deben inventarse nuevos enemigos. Se hace m�s divicil
aparentar que los verdaderos enemigos han sido siempre �los pobres que
quieren saquear a los ricos�, particularmente en el momento en que el Tercer
Mundo quiere sacudiese el yugo de su papel de servidor.
�
La guerra contra (algunas de) las drogas
Un sustituto para el Imperio del Mal que est� desapareciendo ha sido la
amenaza de los narcotraficantes latinoamericanos. A principios de setiembre
de 1989, una gran campa�a gubernamental en los medios fue lanzada por el
presidente. Ese mes los cables de Associated Press transmitieron m�s
noticias acerca de drogas que acerca de Am�rica Latina, Asia, el Medio
Oriente y �frica juntas. Si se miraba la televisi�n, cada noticiero ten�a
una gran secci�n sobre como las drogas estaban destruyendo nuestra sociedad,
convirti�ndose en la mayor amenaza a nuestra existencia, etc.
El efecto en la opini�n p�blica fue inmediato. Cuando Bush gan� la elecci�n
del 88, la gente dec�a que el d�ficit presupuestario era el mayor problema
que encaraba el pa�s. Solo un 3% mencion� las drogas. Despu�s de la campa�a
de los medios, la preocupaci�n por el presupuesto estaba mucho m�s abajo y
las drogas se hab�an elevado hasta el 40-45%, lo cual es altamente inusual
para una pregunta abierta (en la cual no se sugieren respuestas).
Ahora, cuando alg�n estado cliente se queja de que el gobierno de EE.UU. no
le est� enviando suficiente dinero, ya no le dicen: "lo necesitamos para
detener a los rusos" �sino, "lo necesitamos para detener el narcotr�fico".
Como la amenaza sovi�tica, este enemigo provee de una buena excusa para la
presencia militar dondequiera que haya actividad rebelde u otros disturbios.
As� pues, internacionalmente "la guerra contra las drogas" provee una
cobertura para la intervenci�n. Aqu� [en E.E.U.U.] tiene poco que ver con
las drogas pero ayuda a distraer a la poblaci�n, aumentar la represi�n en
las ciudades, y construir una base para poder atacar las libertades civiles.
Esto no quiere decir que el "abuso de substancias" no sea un problema serio.
En el momento en que fue lanzada la guerra contra las drogas, las muertes
por causa del tabaco estaban estimadas en alrededor de 300.000 al a�o, y
otras 100.000 debidas al alcohol. Pero estas no son las drogas a las que la
administraci�n Bush apuntaba. Persegu�a las drogas ilegales, que han causado
muchas menos muertes �poco m�s de 3500 anuales� de acuerdo a los datos
oficiales. Una raz�n para perseguir estas drogas es que su uso ha estado
declinando en los �ltimos a�os, as� la administraci�n Bush pod�a predecir
con seguridad que la guerra contra las drogas "tendr�a �xito", reduciendo el
uso de las mismas.
La administraci�n apuntaba tambi�n a la marihuana, que no ha causado ninguna
muerte conocida entre sus 60 millones de usuarios. De hecho, ese ataque ha
exacerbado el problema de las drogas �muchos consumidores de marihuana se
han pasado de esta droga relativamente inocua a otras m�s peligrosas como la
coca�na, las cuales son m�s f�ciles de disimular.
Justo cuando la guerra contra las drogas era anunciada con gran fanfarria en
septiembre del 89, la C�mara de Comercio de los EE.UU. (U.S. Trade
Representative) sostuvo una audiencia en Washington para considerar la
solicitud de la industria tabacalera de imponer sanciones a Tailandia, como
desquite por sus esfuerzos para restringir las importaciones de tabaco desde
los EE.UU. y su publicidad. Acciones as� por parte del gobierno de los EE.UU.
ya le han metido a la fuerza este letal narc�tico adictivo a los
consumidores de Jap�n, Corea del Sur y Taiw�n, con los costos humanos ya
descritos.
El director m�dico de los EE.UU. (US Surgeon General), Everett Koop,
testific� ante el panel de la USTR que "cuando estamos exigi�ndole a otros
gobiernos que detengan el flujo de coca�na, es el colmo de la hipocres�a
para los Estados Unidos el exportar tabaco." Y a�adi�, "dentro de algunos
a�os, nuestra naci�n revisar� esta aplicaci�n de la pol�tica de libre
comercio y la encontrar� escandalosa."
Los testigos tailandeses tambi�n protestaron, al predecir que una
consecuencia de las sanciones estadounidenses ser�a el revertir la reducci�n
en el fumado conseguida por la campa�a de su gobierno contra el uso del
tabaco. Respondiendo al alegato de las compa��as tabacaleras estadounidenses
de que su producto es el mejor del mundo, un testigo tailand�s declar�: "Ciertamente
nosotros en el Tri�ngulo Dorado tenemos algunos de los mejores productos,
pero nunca solicitamos que los rigiera el principio de libre comercio. De
hecho los suprimimos." Los cr�ticos recordaron la Guerra del Opio de hace
150 a�os, cuando el gobierno brit�nico forz� a China a abrir sus puertas al
opio de la India Brit�nica, argumentando piadosamente las virtudes del libre
comercio mientras impon�a a la fuerza una adicci�n en gran escala a China.
Aqu� tenemos la mayor historia sobre drogas del d�a. Imagin�monos los
fabulosos titulares: "El gobierno de los Estados Unidos es el principal
vendedor de drogas del mundo". Con seguridad vender�a peri�dicos. Pero la
historia pas� virtualmente no reportada, y sin ninguna pista sobre sus
obvias conclusiones.
Otro aspecto del problema de las drogas, el cual tambi�n recibi� poca
atenci�n, es el papel de vanguardia del gobierno de los EE.UU. en la
estimulaci�n del tr�fico de drogas desde la Segunda Guerra Mundial. Esto
pas� en parte cuando los EE.UU. dieron inicio a su tarea de posguerra de
minar la resistencia anti-fascista, y el movimiento sindical se convirti� en
un importante objetivo.
En Francia, la amenaza que implicaba la influencia y el poder pol�tico del
movimiento sindical fue enfatizada por sus pasos para impedir el flujo de
armas a las fuerzas francesas que buscaban reconquistar su ex-colonia de
Vietnam, con ayuda de los EE.UU. Entonces la CIA se dio a la tarea de
debilitar y dividir el movimiento sindical franc�s �con la ayuda de
importantes dirigentes sindicales estadounidenses, quienes estuvieron muy
orgullosos de su papel.
La tarea requer�a rompehuelgas y matones. Exist�a un proveedor obvio: la
Mafia. Por supuesto ellos no se encargar�an del trabajo solo por el gusto de
realizarlo. Quer�an una compensaci�n por sus esfuerzos. Y se les otorg�:
fueron autorizados a reestablecer la red de hero�na que hab�a sido suprimida
por los gobiernos fascistas �la famosa "conexi�n francesa" que domin� el
tr�fico de drogas hasta la d�cada de los sesenta.
Para entonces, el centro del narcotr�fico se hab�a movido a Indochina,
particularmente a Laos y Tailandia. El desplazamiento fue de nuevo un
subproducto de una operaci�n de la CIA �la "guerra secreta" peleada en esos
pa�ses durante la guerra de Vietnam por un ej�rcito mercenario de la CIA.
Ellos tambi�n exig�an una paga por sus contribuciones. Despu�s, cuando la
CIA desplaz� sus actividades a Pakist�n y Afganist�n, la red de drogas se
expandi� all�.
La guerra clandestina contra Nicaragua provey� tambi�n de una inyecci�n de
fuerza a los narcotraficantes de la regi�n, pues los vuelos ilegales con
armas de la CIA para las fuerzas mercenarias de los EE.UU. ofrec�an una
manera f�cil de transportar drogas de regreso, algunas veces empleando las
bases de la Fuerza A�rea estadounidense, seg�n reportaron los traficantes.
La cercana correlaci�n entre la red de drogas y el terrorismo internacional
(llamado a veces "contrainsurgencia", "conflicto de baja intensidad" o alg�n
otro eufemismo) no es sorprendente. Las operaciones clandestinas necesitan
mucho dinero, el cual debe ser indetectable. Y necesitan igualmente
operarios criminales. Lo que sigue es l�gico.
La guerra es la paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es la fuerza.
Los t�rminos del discurso pol�tico tienen t�picamente un doble significado.
Uno viene en el diccionario, y el otro es doctrinal, al servicio del poder.
Tomemos democracia. De acuerdo con su significado habitual, una sociedad es
democr�tica si el pueblo puede participar significativamente en el manejo de
sus propios asuntos. Pero el significado doctrinal es diferente; se refiere
al sistema en que las decisiones son tomadas por influyentes sectores de la
econom�a y de las �lites relacionadas. La poblaci�n s�lo es �espectadora de
la acci�n� y no �participante�, como han puesto de manifiesto prominentes
te�ricos de la democracia, en este caso Walter Lippman. Se le permite
ratificar las decisiones de sus superiores y prestar su apoyo a unos u otros
de ellos, pero no interferir en asuntos como la pol�tica, que no son de su
incumbencia.
Si se sale de la apatia y se baja a la arena pol�tica, eso no es democracia.
M�s bien es una crisis democr�tica seg�n el lenguaje al uso, una amenaza que
debe ser derrotada en uno u otro sentido: en El Salvador mediante los
escuadrones de la muerte, en casa por medios m�s sutiles e indirectos.
0 tomemos la libre empresa, un t�rmino que se refiere en la pr�ctica a un
sistema de subsidios p�blicos y beneficios privados, con una intervenci�n
masiva del gobierno en la econom�a con el objeto de garantizar el bienestar
de los ricos. De hecho, su uso corriente en cualquier frase que contenga la
palabra �libre�, significa lo contrario del uso anterior.
0 bien defensa contra agresi�n, una frase que se suele usar para referirse a
una agresi�n. Cuando EEUU atac� a Vietnam del Sur a principios de los a�os
sesenta, el h�roe liberal Adlai Stevenson entre otros, explic� que est�bamos
defendiendo a Vietnam del Sur de una agresi�n interna, esto es, de la
agresi�n que los campesinos sudvietnamitas estaban ejercitando sobre el
Ej�rcito del aire norteamericano y sobre nuestros mercenarios, de forma que
deb�amos sacarles de sus casas y llevarlos a campos de concentraci�n para �protegerlos�
de la guerrilla, aunque estos campesinos desearan sostener a la guerrilla, y
el r�gimen pronorteamericano no fuera m�s que una c�scara vac�a como se
reconoc�a en todas partes.
El sistema doctrinario ha hecho tan bien su trabajo que incluso hoy, 30 a�os
despu�s, la idea de que Estados Unidos atac� a Vietnam del Sur es impensable,
inmencionable. las verdaderas intenciones de la guerra est�n hoy m�s all� de
cualquier discusi�n. los guardianes de la pol�tica correcta, pueden estar
orgullosos de un logro que dif�cilmente podr�a conseguirse en un Estado
totalitario bien gestionado.
0 echemos una mirada al t�rmino �proceso de paz�. Los ingenuos pueden pensar
que se refiere a los esfuerzos para alcanzar la paz. Bajo este significado
podr�amos decir que el proceso de paz en Oriente Medio incluye, por ejemplo,
la oferta de un tratado de paz completa a Israel hecha por el presidente
Sadat de Egipto en 1971, en la l�nea defendida virtualmente por todo el
mundo, incluidos funcionarios estadounidenses; la resoluci�n del Consejo de
Seguridad de enero de 197� introducida por los pa�ses �rabes con el respaldo
de la OLP, hac�a un llamamiento para el establecimiento de dos Estados en
t�rminos pr�cticamente aceptados por toda la comunidad internacional. La OLP
ofreci� durante todo el a�o 1980 negociar con Israel para lograr un
reconocimiento mutuo, y anualmente se vota en la Asamblea General de las
Naciones Unidas resoluciones en este sentido.
Pero los sofisticados analistas norteamericanos entienden que estos
esfuerzos no forman parte del proceso de paz. las razones, seg�n los �guardianes
de la pol�tica correcta� es que el t�rmino, proceso de paz, se refiere tan
s�lo a lo que hace el gobierno, en el caso mencionado, bloquear un proceso
de paz verdadera. Los esfuerzos anteriormente se�alados no forman parte del
proceso de paz, ya que EEUU vet� la resoluci�n del Consejo de Seguridad y se
opuso a las negociaciones y al mutuo reconocimiento de Israel y la OLP, y
sigue vetando regularmente cualquier intento de paz auspiciado por la ONU o
cualquier otro organismo. (Como anteriormente se�alaba N. Chomsky, esto es
valido hasta que el proceso de paz sea conducido seq�n los intereses
norteamericanos). En el momento actual se est� produciendo el reconocimiento
mutuo y se est� firmando, un acuerdo de paz, pero seg�n los intereses de
EEUU y su aliado sionista, desoyendo las precedentes resoluciones de la ONU
que llamaban a una retirada total e incondicional de los territorios
ocupados ilegalmente por Israel. El proceso de paz est� limitado por los
intereses norteamericanos, que reclaman un acuerdo concreto sin el
reconocimiento de todos los derechos nacionales palestinos. As� funciona el
asunto. Los pol�ticos que no sean capaces de desarrollar esta habilidad
pueden ir busc�ndose otra profesi�n.
Hay muchos otros ejemplos. Tomemos el t�rmino inter�s especial. La bien
engrasada maquinaria del Partido Republicano acusaba regularmente durante
los a�os ochenta a los dem�cratas de ser el partido de los intereses
especiales: mujeres, trabajadores, tercera edad, j�venes, granjeros etc., es
decir, el pueblo en general. S�lo hab�a un sector de la poblaci�n que nunca
sal�a en las listas: las corporaciones y el mundo de los negocios en
general. Tiene sentido. En el discurso de los guardianes de la correcci�n
pol�tica sus intereses especiales son los intereses nacionales ante los que
todo el mundo debe inclinarse.
Los dem�cratas argumentaban airadamente que ellos no formaban parte de
intereses especiales: ellos serv�an tambi�n a los intereses nacionales. Era
cierto, pero su problema es que no ten�an en cuenta la falta de conciencia y
la simplicidad de la gente a la que iba destinado el mensaje de sus
oponentes. Los republicanos no ten�an ninguna duda de a qui�n representaban,
a los ricos y a los propietarios, quienes estaban sosteniendo una agria
batalla de clases contra la poblaci�n en general, a menudo adoptando
conceptos y ret�rica marxista vulgar, invocando la histeria, el miedo y el
terror, clamando por grandes l�deres y otros mecanismos de control de la
poblaci�n. Los dem�cratas son menos claros en sus alianzas, y por lo tanto
menos efusiva su propaganda.
Finalmente analicemos el t�rmino conservador, que se ha convertido en
referencia para los defensores de un Estado poderoso que interfiere
masivamente en la vida econ�mica y social de los pueblos. Reclamaron grandes
inversiones p�blicas y un buen c�mulo de medidas proteccionistas para
despu�s de la guerra contra los riesgos del mercado, estrechar las
libertades individuales a trav�s de la legislaci�n y la jurisprudencia,
proteger al Santo Estado (En efecto, Israel concede una autonom�a limitada
de parte de los territorios ocupados por la fuerza de las armas y sique
negando la posibilidad de un Estado palestino. Es decir, el acuerdo d� ez
legitima lo conquistado por la violencia. N.T.) de las inspecciones
arbitrar�as de irresponsables ciudadanos etc., es decir, todo aquello que
era precisamente lo contrario del conservadurismo m�s rancio. Su alianza es
con �la gente due�a del pa�s� y que por lo tanto �debe gobernarlo�, seg�n
las palabras de la Fundaci�n del Padre John Jay
En realidad no es dif�cil de entender, una vez que se le coge el truco.
Para conseguir que el discurso pol�tico tenga sentido, es necesario
traducirlo correctamente, decodificar el doble sentido que aparece en los
medios de comunicaci�n, en los discursos de los cientificos sociales de
car�cter academicista, y en las �rdenes religiosas seculares. Su funci�n
est� clara: se trata de imposibilitar que las palabras tengan un sentido
coherente en asuntos de �ndole social. Podemos estar seguros de que poco
ser� inteligible de c�mo funciona nuestra sociedad y de qu� est� pasando en
el mundo. Una gran contribuci�n a la democracia, en el sentido que los
guardianes de la pol�tica correcta entienden.
�
Socialismo, real y fingido
Uno puede debatir el significado del t�rmino socialismo, pero si significa
algo, significa control de la producci�n por los propios trabajadores, no
patrones o jefes que dictan las reglas y controlan todas las decisiones,
bien sea en un Estado capitalista o en otro totalitario.
Referirse a la URSS como un Estado socialista es un caso interesante de
doble sentido doctrinal. El golpe bolchevique de octubre del 17 dio el poder
a Lenin y Trotsky, que r�pidamente se dedicaron a desmantelar las
incipientes instituciones socialistas que hab�an crecido durante la
revoluci�n popular de los meses precedentes, los consejos de f�brica, los
soviets, y cualquier organismo de poder popular, y a convertir a la clase
trabajadora en lo que denominaron un �ej�rcito laboral� bajo el mando de sus
l�deres. Seg�n el verdadero sentido del t�rmino �socialismo� los
bolcheviques se dedicaron a destrozar lo que realmente pod�a tildarse de tal.
Desde entonces no se ha permitido ninguna desviaci�n de car�cter socialista.
Este desarrollo no sorprendi� a los intelectuales marxistas, que hab�an
criticado la doctrina de Lenin durante a�os, como hizo Trotsky, a causa de
que hab�a centralizado toda la autoridad en manos del partido y de sus
l�deres. De hecho, d�cadas antes, el pensador anarquista Bakunin hab�a
augurado que la clase intelectual iba a seguir uno de estos dos caminos: o
trataban de aprovechar las luchas populares para tomar el poder en sus
propias manos, convirti�ndose en una brutal y opresiva burocracia roja, o
bien si la revoluci�n social no ten�a �xito se convertir�an en los gestores
e ide�logos de las nuevas sociedades capitalistas. Fue una predicci�n
acertada en ambos conceptos.
Los dos mayores sistemas propagand�sticos del mundo no concuerdan en muchas
cosas, pero si coinciden en usar el t�rmino �socialismo� para referirse a la
inmediata destrucci�n que los bolcheviques llevaron a cabo de cualquier
embri�n de socialismo que existiera. No es sorprendente. Los bolcheviques
denominaron socialista a su sistema con el fin de explotar el prestigio
moral del t�rmino.
Occidente adopt� el mismo t�rmino por razones opuestas: para difamar los
ideales libertarios asoci�ndolos con los carceleros bolcheviques, para
destruir la creencia popular de que realmente puede haber un progreso hacia
una sociedad m�s justa, con control democr�tico sobre sus instituciones, y
atenci�n a las necesidades humanas y respeto a los derechos humanos.
Si el socialismo es la tiran�a de Lenin y Stalin, la gente consciente lo
rechazar�. Y si es la �nica alternativa al Estado capitalista, nadie se
someter� a sus autoritarias estructuras.
Con el derrumbe del sistema sovi�tico existe una posibilidad de revivir los
vigorosos ideales del socialismo libertario ya que no dar� m�s cobertura a
uno de los m�s represivos sistemas de poder. No podemos saber si la
esperanza sobrevivir�. Pero se ha apartado uno de los obst�culos que se
hallaban en el camino. En ese sentido la desaparici�n de la Uni�n Sovi�tica
es una peque�a victoria para el socialismo, mayor que la derrota del
fascismo.
�
Los medios de comunicaci�n
Bien sean liberales o conservadores, los medios de comunicaci�n m�s
importantes son grandes corporaciones, conectadas a su vez con conglomerados
a�n mayores. Como otras empresas, venden un producto en el mercado. El
mercado lo constituyen los anunciantes, que son harina de otro costal. El
producto es la audiencia. Para la �lite de los medios que establece el
programa al que otros se apuntan, el producto es por lo tanto una audiencia
relativamente privilegiada.
As� tenemos grandes corporaciones que venden audiencias cualificadas, de
gente poderosa y con dinero, a otros empresarios. De esta forma el retrato
del mundo servido por estos medios refleja los estrechos y parciales
intereses y valores de los vendedores, los compradores y el producto en s�.
Otros factores refuerzan la misma distorsi�n. los gur�s de la cultura,
editores, columnistas de prestigio etc., comparten intereses y asociaciones
con los detentadores del poder econ�mico y pol�tico. En realidad hay un
permanente intercambio de la clase dominante a puestos del gobierno, a las
empresas y a los medios de comunicaci�n. El acceso a puestos en la
administraci�n es importante para mantener una posici�n competitiva; las
filtraciones, por ejemplo, son fabricadas y facilitadas por el gobierno con
la cooperaci�n de los medios, que aparentan no conocer el proceso.
En recompensa, el gobierno solicita la cooperaci�n y la sumisi�n de los
medios. Otros centros de poder tienen dispuestos los medios para castigar a
quien se sale de la ortodoxia, que van desde el control del mercado hasta un
sofisticado aparato de calumnia y difamaci�n.
Pero la respuesta no es, por supuesto, completamente uniforme. Para servir a
los intereses de los poderosos la visi�n que se ofrece del mundo tiene que
presentar un retrato veros�mil del mundo. Y la integridad y la honestidad
profesional a veces interfiere con esta misi�n. Los mejores periodistas son
los que conocen perfectamente los factores que limitan el producto de los
medios y tratan de aprovechar los resquicios del sistema. El resultado es
que se puede aprender mucho leyendo de manera critica y esc�ptica lo que los
medios producen.
Los medios de comunicaci�n son s�lo una parte de un sistema doctrinal m�s
amplio; las otras partes son las revistas de opini�n, los institutos y las
universidades, los acad�micos, etc. Tememos m�s a los medios de comunicaci�n,
particularmente a los de cierto prestigio, ya que la mayor�a de los que
estudian cr�ticamente la ideolog�a se han centrado sobre todo en ellos. El
sistema completo no ha sido estudiado tan concienzudamente ya que es dificil
hacerlo sistem�ticamente. Pero hay buenas razones para opinar que representa
los mismos intereses que los medios de comunicaci�n.
El sistema doctrinal que produce lo que llamamos �propaganda� tiene dos
principales objetivos bien diferenciados. Uno es la que a veces se ha dado
en llamar la �clase pol�tica�, aproximadamente el 20% de la poblaci�n que
tiene un relativo buen nivel de educaci�n, est� m�s o menos vertebrada y
juega alg�n papel en la toma de decisiones. Su aceptaci�n de la doctrina es
crucial ya que est�n en situaci�n de dise�ar e implementar determinadas
pol�ticas.
Luego est� el 80% restante, el resto de la poblaci�n. Seg�n Lippman son �espectadores
de la acci�n�, a los que se refiere como un �reba�o sin voluntad�. Se les
supone s�lo para recibir �rdenes y para mantenerse apartados de la gente
importante. Son el objetivo de los verdaderos medios de comunicaci�n de
car�cter masivo: los tabloides, la prensa amarilla, etc.
Estos sectores del sistema doctrinal sirven para distraer a las masas y para
reforzar los valores sociales b�sicos: pasividad, sumisi�n a la autoridad,
las sempiternas virtudes de la ganancia personal y la avaricia, la falta de
inter�s por los dem�s, el miedo a los enemigos reales o inventados etc. El
objetivo consiste en mantener al pasivo reba�o sin hacer nada. Para ellos es
innecesario preocuparse de lo que sucede en el mundo. De hecho a nadie le
interesa, si ven parte de la realidad podr�an intentar cambiarla.
Todo lo anterior no quiere decir que los medios de comunicaci�n no puedan
ser influenciados por la poblaci�n en general. Las instituciones dominantes,
pol�ticas econ�micas o doctrinales, no son inmunes a las presiones populares.
Los medios independientes, o lo que es lo mismo alternativos, pueden jugar
un importante papel. A pesar de su falta de recursos, casi por definici�n,
ganan en importancia de la misma forma que las organizaciones populares:
juntando gente de recursos limitados de forma que su efectividad se
multiplique as� como su propio conocimiento de la realidad, a trav�s de
estas interacciones. Precisamente la amenaza que aterroriza a las �lites
dominantes.
�
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...Y en el exterior destrucci�n
Nuestra pol�tica de buena vecindad
�Se han seguido con aplicaci�n los preceptos establecidos por George Kennan?
�Hemos hecho todo lo suficiente por desasirnos de �los vagos e irreales
objetivos como los derechos humanos, la mejora de las condiciones de vida, y
la democratizaci�n? Ya hemos observado nuestro �compromiso por la democracia�,
�pero y los otros dos principios?
Centr�monos en Am�rica latina y comencemos por echar una mirada a los
derechos humanos. Un estudio realizado por lars Schouitz, un especialista en
el tema, muestra que �la ayuda norteamericana ha afluido
desproporcionadamente a aquellos gobiernos latinoamericanos que torturan a
sus ciudadanos�. No tiene nada que ver el hecho de que un pa�s necesite
ayuda, con el hecho de que �sta vaya destinada a los ricos y poderosos.
Estudios m�s amplios llevados a cabo por el economista Edward Herman revelan
una relaci�n m�s estrecha entre la tortura y la ayuda norteamericana y
facilita a la vez su explicaci�n: ambas favorecen un clima propicio para los
grandes negocios. En comparaci�n con esta brillante moral, las matanzas y la
tortura no son m�s que asuntos insignificantes.
Pero, �qu� sucede con la mejora de la calidad de vida? Este era el objetivo
a que iba dedicado la Alianza para el Progreso dise�ada por Kennedy, pero el
tipo de desarrollo impuesto estaba en realidad orientado hacia las
necesidades de los inversores norteamericanos. Ensanch� y profundiz� el
sistema ya existente mediante el cual Am�rica latina est�i forzada a
producir cosechas destinadas a la exportaci�n, y a reducir los cultivos de
subsistencia de la poblaci�n como ma�z y frijoles. Bajo los programas de la
Alianza para el Progreso se increment� la producci�n de carne de vacuno,
pero el consumo decreci�.
Este modelo de desarrollo agro-exportador habitualmente produce un �milagro
econ�mico� donde el Producto Nacional Bruto crece, mientras se incremento la
hambruna de la poblaci�n. Cuando se siguen este tipo de pol�ticas,
inevitablemente se produce un incremento de la oposici�n, que se tiene que
reprimir entonces con terror y tortura.
El uso del terror est� fuertemente enraizado en nuestro car�cter. En 1818
John Quincy Adams elogiaba �la saludable eficacia� del terror para
enfrentarse a �las hordas mezcladas de indios y negros sin ley�. Estas
frases ten�an por objeto justificar las razzias de Andrew Jackson en Florida
que aniquilaron virtualmente a su poblaci�n nativa y condujo a la antigua
provincia espa�ola a ser de dominio norteamericano, y que tanto
impresionaron a Thomas Jefferson y a otros, por su sabidur�a.
El primer paso es usar a la polic�a. Son imprescindibles porque pueden
detectar el descontento y eliminarlo antes de que se necesite una �cirug�a
de m�s envergadura�, como la denominan los documentos de los pol�ticos. No
obstante, si es necesario se llama al ej�rcito. Cuando ya no se pueda
controlar el ej�rcito de un pa�s latinoamericano, especialmente si es del
Caribe o de Centroam�rica, ha llegado el momento de derrocar al gobierno.
Los pa�ses que han intentado revertir el proceso, como Guatemala bajo el
Gobierno democr�tico y capitalista de Ar�valo y Arbenz, o la Rep�blica
Dominicana bajo el r�gimen democr�tico y capitalista de Bosch, se
convirtieron en el blanco de la hostilidad y la violencia norteamericana.
El segundo paso consiste en usar a los militares. El Gobierno de los EEUU
siempre ha tratado de establecer relaciones con los militares de los pa�ses
extranjeros, ya que �stos son una de las mejores armas para derrocar un
gobierno que se te ha ido de las manos. As� se establecieron las bases para
los golpes militares de Chile en 1973 e Indonesia en 1965.
Antes de los golpes, el Gobierno de EEUU se mostraba extremadamente hostil a
los Gobiernos chileno e indonesio, pero se segu�an mandando armas. Conserva
buenas relaciones con los oficiales de derechas y ellos har�n el trabajo
sucio por ti. Las mismas razones motivaron el flujo de armas norteamericanas
hacia Ir�n v�a Israel, a principios de los a�os ochenta, de acuerdo con los
testimonios de altos oficiales israel�es involucrados, hechos bien conocidos
en 1982, mucho antes de que hubiera rehenes.
Durante la administraci�n de Kennedy el objetivo de dominar militarmente a
latinoam�rica cambi� de concepto; de �defensa del hemisferio� pas� a
utilizarse el t�rmino �seguridad interna�, lo que b�sicamente viene a
significar guerra contra la propia poblaci�n. La prof�tico decisi�n condujo
a la �directa complicidad de los EEUU en utilizar los m�todos de los
escuadrones de exterminio de Heinrich Himmler� seg�n el criterio
retrospectivo de Charles Maechling, responsable de los planes de
contrainsurgencia desde 1961 a 1966.
La administraci�n Kennedy allan� el camino para el golpe militar de 1964 en
Brasil, que destruy� la democracia en un pa�s que estaba comenzando a
convertirse en demasiado �independiente�.
Estados Unidos prest� un entusiasta apoyo al golpe, mientras los militares
de alto rango institu�an un estado de corte neo-nazi, con tortura incluida,
represi�n, etc... Adem�s este golpe vino a inspirar experiencias similares
en Chile, Argentina y en todo el hemisferio, desde mediados de la d�cada de
los sesenta hasta los ochenta, un per�odo extremadamente sangriento.
Creo, desde un punto de vista legal, que hay s�lidas evidencias para
procesar a todos los presidentes de EEUU desde la 1� Guerra Mundial. Todos
se han visto envueltos en cr�menes de guerra, aunque en diferente grado, los
militares normalmente proceden a crear un desastre econ�mico, siguiendo las
recetas de los consejeros estadounidenses, y luego deciden hacerse con las
riendas del poder. El control militar puede hacerse prescindible si nuevas
opciones entran en juego, por ejemplo que el control sea ejercido por el
Fondo Monetario Internacional, que como el Banco Mundial presta recursos al
Tercer Mundo provenientes de las grandes corporaciones industriales.
Como contrapartida por sus pr�stamos el FMI impone una �liberalizaci�n�: una
econom�a abierta al control y la penetraci�n extranjera, grandes recortes en
el cap�tulo de gastos sociales, etc. Estas medidas aseguran firmemente el
poder en manos de las clases dominantes y los inversores extranjeros, lo que
los EEUU denominan �estabilidad� y apuntalan el modelo cl�sico del Tercer
Mundo: una capa de superricos junto con una capa de profesionales bien
remunerados que les sirven, al lado de una enorme masa de despose�dos, los
impagados y el caos econ�mico que dejan los militares refuerza la �necesidad�
de que las normas del FMI sean seguidas, hasta que las fuerzas populares
entran de nuevo en la arena pol�tica, en cuyo caso los militares vuelven a
actuar para conseguir �estabilidad�.
Brasil es un caso instructivo. Est� tan bien provisto de recursos naturales
que tendr�a que ser uno de los pa�ses m�s ricos del mundo, aparte de que
dispone de un alto grado de desarrollo industrial. Pero gracias a las buenas
medidas adoptadas tras el golpe militar del 64, y al subsiguiente �milagro
econ�mico�, por no hablar de la tortura, asesinatos y otras formas de
control de la poblaci�n, la situaci�n para gran parte de los brasile�os est�
ahora, probablemente a la par con Etiop�a, y mucho peor que la de los pa�ses
del Este europeo.
El ministro de Educaci�n ha se�alado que m�s de un tercio del presupuesto
destinado a educaci�n va a parar al cap�tulo de comidas en la escuela, ya
que la mayor�a de los estudiantes p�blicos o comen en la escuela o se quedan
en ayunas.
De acuerdo con la revista Sur, una publicaci�n econ�mica que se ocupa del
Tercer Mundo, Brasil tiene una tasa de mortalidad infantil m�s elevada que
Sri Lanka. Un tercio de la poblaci�n vive por debajo de la l�nea de pobreza
y �siete millones de ni�os se dedican a la mendicidad, roban y esnifan
pegamento en las calles. Para cientos de miles su casa son unos sacos en los
suburbios... o, cada d�a m�s, un pedazo de tierra debajo de un puente�.
Esto es Brasil, uno de los pa�ses con m�s riquezas naturales del mundo, la
situaci�n es parecida en toda Am�rica latina. S�lo en Centroam�rica, el
n�mero de personas asesinadas por las fuerzas respaldadas por Estados Unidos
desde finales de la d�cada de los setenta ronda los 200.000, diezmando a las
Fuerzas que quer�an democracia y reformas sociales. Estos l�gros cualifican
a los Estados Unidos como un �inspirador del triunfo de la democracia en
nuestros d�as� seg�n las elogiosas palabras del liberal New Republic. Tom
Wolfe nos recuerda que la d�cada de los ochenta es �uno de los grandes
momentos dorados que la humanidad ha experimentado�. Como Stalin sol�a decir
estamos �borrachos de �xito�.
�
La crucifixi�n de El Salvador
Durante muchos a�os los dictadores instalados y apoyados por nuestro
gobierno han llevado a cabo un amplio programa de torturas y asesinatos,
algo que no parece interesar demasiado en este pa�s. Ni siquiera se han
tomado la molestia de encubrir los hechos. No obstante, a Finales de los
setenta, el Gobierno de EEUU se vio implicado en un par de cosas.
Una fue Somoza, el dictador de Nicaragua, que estaba perdiendo el control de
la situaci�n. EEUU estaba perdiendo una zona crucial para su control militar
de la regi�n. Un segundo peligro era a�n m�s amenazante. En El Salvador se
estaba experimentando un sensible crecimiento de las organizaciones
populares, asociaciones de campesinos, cooperativas, sindicatos, grupos de
base de la iglesia que se convert�an en grupos de ayuda mutua, etc. Una
amenaza para la democracia.
En el mes de febrero de 1980 el arzobispo de El Salvador, Oscar Romero,
envi� una carta al presidente Carter en la que le rogaba no prestar ayuda
militar a la junta que gobernaba el pa�s. Argumentaba que la ayuda ser�a
usada �para incrementar la injusticia y la represi�n hacia las
organizaciones populares� que estaban luchando �por el respeto a los m�s
elementales derechos humanos�. Malas noticias para Washington, no hace falta
decirlo.
Unas semanas m�s tarde, Monse�or Romero fue asesinado mientras estaba
diciendo misa. Entre otras atrocidades, se le atribuye el asesinato al neo-nazi
Roberto D'Aubuisson. �ste era el �l�der vitalicio� del partido ARENA, que
ahora gobierna en El Salvador; miembros de este partido, como el actual
presidente Alfredo Cristiani ten�an que hacer un juramento de sangre a este
personalmente.
Miles de campesinos y de pobres de la ciudad tomaron parte en una misa de
homenaje una d�cada m�s tarde, junto con obispos extranjeros, pero la
ausencia de EEUU fue clamorosa. La iglesia salvadore�a propuso formalmente a
Romero para su canonizaci�n.
Todo esto sucedi� sin apenas una breve menci�n en el pa�s que hab�a
entrenado y apoyado a su asesino. The New York Times �el peri�dico liberal�
no public� ning�n editorial sobre el asesinato, y ninguna noticia o
editorial sobre la conmemoraci�n.
El 7 de marzo de 1980, dos semanas antes del asesinato, se hab�a establecido
en El Salvador el estado de sitio, y hab�a comenzado la guerra contra su
poblaci�n, con continuo apoyo e implicaci�n de Estados Unidos. El primer
gran ataque fue una masacre efectuada en R�o Sumpul, una operaci�n
coordinada entre los Ej�rcitos de Honduras y El Salvador en la que al menos
600 personas fueron masacradas. Hubo ni�os cortados en pedazos a machete, y
mujeres torturadas y estranguladas. Trozos de cuerpos se encontraron durante
d�as en el Kio. Hab�a observadores de la iglesia, de manera que las noticias
llegaron inmediatamente, pero la mayor�a de los medios de comunicaci�n
estadounidenses juzgaron que no merec�a la pena informar de la noticia.
Los campesinos han sido las principales v�ctimas de esta guerra, as� como
las organizaciones sindicales los estudiantes, curas, o cualquiera
sospechoso de trabajar por los intereses del pueblo. Durante el �ltimo a�o
de la administraci�n Carter, 1980, la cuenta de muertos se elev� hasta los
10.000, alcanzando los 13.000 cuando los reaganistas se hicieron cargo de la
presidencia.
En octubre de 1980 el nuevo arzobispo condena �la guerra de exterminio y de
genocidio contra una poblaci�n civil indefensa� llevada a cabo por las
fuerzas de seguridad. Dos meses despu�s fueron aclamadas por �sus valientes
servicios, junto con el pueblo, contra la subversi�n� por el presidente Jos�
Napole�n Duarte, candidato moderado favorito de EEUU, en el acto de toma de
posesi�n de su cargo como presidente civil de la junta.
El papel del �moderado� Duarte consisti� en encubrir con una hoja de parra a
los militares y asegurar el flujo de fondos estadounidenses despu�s de que
los militares hubieran raptado y violado a cuatro monjas norteamericanas.
Esto s� acarre� algunas protestas en EEUU; masacrar salvadore�os es una cosa,
pero violar y asesinar monjas americanas es un craso error. Los medios de
comunicaci�n diluyeron y tergiversaron la historia, siguiendo las
directrices de la administraci�n Carter y su comisi�n investigadora.
Los reaganistas fueron mucho m�s lejos, tratando de justificar tama�a
atrocidad, especialmente el secretario de Estado Alexander Haig y la
embajadora ante Naciones Unidas Jeane Kirkpatrick. De todas maneras se juzg�
oportuno llevar a cabo un juicio farsa algunos a�os m�s tarde, mientras se
exculpaba a la junta asesina y, por supuesto, al pagador.
Los peri�dicos independientes de El Salvador, que hubieran podido informar
sobre estas atrocidades, hab�an sido destruidos. A pesar de que estaban en
la l�nea general y a favor de las grandes corporaciones econ�micas, eran
demasiado indisciplinados para el gusto de los militares. Los hechos
ocurrieron en 1980-81, cuando uno de los editores fue asesinado por las
fuerzas de seguridad; los otros se marcharon al exilio. Como de costumbre
los sucesos no merecieron m�s que unas pocas l�neas en los peri�dicos
norteamericanos.
En noviembre de 1989, seis jesuitas, su cocinera y su hija, fueron
asesinados por los militares. Esa misma semana por lo menos 28 salvadore�os
fueron asesinados, entre los que se encontraban un l�der sindical, una
responsable de una organizaci�n de mujeres universitarias, nueve miembros
ind�genas de una cooperativa agr�cola, y diez estudiantes universitarios.
Los teletipos llevaron una historia recogida por el corresponsal de la
Associated Press, Douglas Grant Mine, en la que se contaba c�mo los soldados
hab�an entrado en un barrio obrero de la capital, hab�an capturado seis
hombres, a�adiendo un chico de catorce a�os para redondear la cifra, los
hab�an alineado contra un muro y los hab�an fusilado. �No eran curas o
militantes de los derechos humanos� escribi� Mine, �de manera que la noticia
pasar� inadvertida�. De la misma manera que sucedi� con el reportaje de este
periodista.
Los jesuitas fueron asesinados por miembros del Batall�n Atiacati, una
unidad de �lite, creada entrenada y equipada por Estados Unidos. Fue formada
en marzo de 1981, cuando 15 especialistas en contrainsurgencia fueron
enviados a El Salvador, procedentes de la Escuela Militar de Fuerzas
Especiales de Estados Unidos. Desde el principio el Batall�n estuvo
implicado en matanzas masivas. Un instructor norteamericano describ�a a sus
miembros como �particularmente feroces... Nos falta tiempo para conseguir
que hagan prisioneros, en lugar de coleccionar orejas�.
En diciembre de 1981, el Batall�n tom� parte en una operaci�n en la que m�s
de un millar de civiles fueron asesinados en una org�a de muerte, violaci�n
y cremaciones. M�s tarde se vio envuelto en los bombardeos de aldeas y en el
asesinato de cientos de civiles por disparos, estrangulamientos y otros
m�todos. la gran mayor�a de las v�ctimas eran mujeres, ni�os y ancianos.
El Batall�n Atiacati hab�a sido entrenado durante un corto per�odo de tiempo
por fuerzas especiales norteamericanas, justo antes de cometer la matanza de
los jesuitas. Esto ha sido una constante durante toda la existencia del
Batall�n; algunas de sus peores matanzas han ocurrido cuando todav�a estaba
fresco el entrenamiento recibido de sus instructores norteamericanos.
En la �joven democracia� que era El Salvador, adolescentes de trece a�os
eran reclutados en los barrios de chabolas y en los campamentos de
refugiados y forzados a ser soldados. Eran adoctrinados con rituales
copiados de los nazis, que inclu�an brutalizaci�n y violaci�n, con el fin de
prepararlos para los asesinatos, violaciones y ritos de car�cter sat�nico
que a veces se representaban.
La naturaleza del Ej�rcito salvadore�o fue descrita por un desertor que
recibi� asilo pol�tico en Texas en 1990, a pesar de la reclamaci�n efectuada
por el Departamento de Estado para que fuera extraditado a El Salvador. (Su
nombre fue ocultado por la corte a fin de protegerlo de los escuadrones de
la muerte).
Seg�n este desertor a los reclutas se les obligaba a matar perros y buitres
mordi�ndoles en la yugular y arranc�ndoles la cabeza, y ten�an que mirar
c�mo otros soldados asesinaban y torturaban a sospechosos de disidencia,
arranc�ndoles las u�as, cort�ndoles la cabeza y descuartizando los cuerpos
para jugar con sus miembros.
En otro caso, un autoinculpado miembro de los escuadrones de la muerte
salvadore�os, asociados con el Batall�n Atiacati, C�sar Vielman Joya
Martinez, detaIl� la participaci�n de los consejeros norteamericanos y del
Gobierno salvadore�o en las actividades de los escuadrones de la muerte. La
administraci�n Bush hizo todo tipo de esfuerzos para silenciarle y le
embarc� de vuelta a una probable muerte en El Salvador, a pesar de los
ruegos de las organizaciones de derechos humanos y llamamientos del Congreso
para que fuese o�do su testimonio. (El tratamiento que se dio al principal
testigo en el caso del asesinato de los jesuitas fue similar).
Los resultados del entrenamiento militar del Ej�rcito salvadore�o fueron
gr�ficamente descritos en el peri�dico jesuita Am�rica por Daniel Santiago,
un cura cat�lico que trabajaba en El Salvador. Hablaba de una campesina que
volv�a a casa un d�a y encontr� a sus tres hijos, su madre y su hermana
sentados alrededor de la mesa, con su cabeza decapitada cuidadosamente
colocada en frente de ellos, sobre la mesa, con las manos encima, �como si
los cuerpos estuvieran acariciando su cabeza�.
Los asesinos, de la Guardia Nacional Salvadore�a, encontraron cierta
dificultad en colocar debidamente la cabeza de un ni�o de dieciocho meses,
de forma que tuvieron que atar sus manos en torno a �sta. Un gran cacharro
de pl�stico lleno de sangre estaba art�sticamente colocado en el centro de
la mesa.
De acuerdo con el reverendo Santiago, tales macabras escenas no son
inusuales.
�La gente no es simplemente asesinada por los escuadrones de la muerte en El
Salvador,- se les decapita y sus cabezas son colocadas sobre picos que
salpican el paisaje. Los hombres no son solamente destripados por la Polic�a
de Hacienda, se les cortan los genitales y se les meten en la boca. Las
mujeres no son solamente violadas por la Guardia Nacional; sus matrices son
extirpados y colocadas sobre la cara a modo de sudario. No solamente se mata
a los ni�os; son arrastrados sobre alambres afilados hasta que la carne se
separa de los huesos, mientras sus padres son obligados a contemplar el
suplicio�.
El reverendo Santiago se�ala que este tipo de violencia se acrecent� cuando
la Iglesia comenz� a formar asociaciones de campesinos y grupos de ayuda
mutua en un intento de organizar a los pobres.
Nuestro apoyo a El Salvador ha constituido un verdadero �xito. las
organizaciones populares han sido diezmadas, tal y como predijo Monse�or
Romero. Decenas de miles de personas han sido masacradas y m�s de 100.000 se
han convertido en refugiados. Este es uno de los episodios m�s s�rdidos de
la historia de los Estados Unidos, y eso que ten�a una dura competencia.
�
Hacer de Guatemala un campo de exterminio
Hubo un sitio en Am�rica Central que mereci� recibir cierta cobertura por
parte de los medios de comunicaci�n norteamericanos antes de la revoluci�n
sandinista, y era Guatemala. En 1944 una revoluci�n derroc� a un tirano
vicioso, que condujo al establecimiento de un gobierno democr�tico que,
b�isicamente, se constituy� conforme al modelo del �Nuevo Pacto� de
Roosevelt. En los diez a�os siguientes, se pusieron con �xito los cimientos
de un desarrollo econ�mico independiente.
Esto caus� una verdadera histeria en Washington. Eisenhower y Dulles
advirtieron que �la propia defensa y supervivencia� de Estados Unidos estaba
en entredicho hasta que el virus Fuera exterminado. Los informes del
espionaje norteamericano fueron bastante ingenuos al informar sobre los
peligros que pudiera reportar una democracia capitalista en Guatemala.
Un memorandum de la CIA fechado en 1952 describe la situaci�n en Guatemala
como �contraria a los intereses norteamericanos� a causa de la �influencia
del comunismo ... basada en la defensa de reformas sociales y pol�ticas de
corte nacionalista�. El documento advert�a que Guatemala �ha incrementado su
apoyo a los comunistas y a otros militantes anti-norteamericanos en otros
pa�ses centroamericanos�. Un ejemplo citado fue el presunto regalo recibido
por Figueres consistente en 300.000 d�iares.
Ya que lo mencionamos, hay que se�alar que Jos� Figueres fue el fundador de
la democracia en Costa Rica y una de las figuras predominantes de Am�rica
Central. Aunque cooper� ilusionadamente con la CIA, llam� a Estados Unidos
�el portaestandarte de nuestra causa� y fue elogiado por nuestro embajador
en Costa Rica como �la mejor agencia de publicidad que la United Fruit
Company ha podido encontrar en toda Am�rica Latina�, Figueres ten�a una
l�nea independiente, y por eso no era considerado tan fiable como Somoza u
otros g�ngteres a nuestro servicio.
Seg�n la ret�rica pol�tica de los EEUU, esto le hac�a sospechoso de �comunismo�.
De manera que si Guatemala le daba dinero para ganar las elecciones, se
demostraba que Guatemala apoyaba a los comunistas.
Y todav�a peor, el mismo documento de la CIA continuaba afirmando que �la
pol�tica radical y nacionalista� del Gobierno democr�tico y capitalista
guatemalteco que inclu�a �la persecuci�n de los intereses econ�micos
extranjeros, especialmente los de la United Fruit Company� se hab�a ganado
�la simpatia y apoyo de casi todos los guatemaltecos�. El gobierno estaba
procediendo a movilizar �el tejido pol�ticamente muerto de los campesinos�
con el fin de minar el poder de los grandes terratenientes.
Y a�n m�s, la revoluci�n de 1944 hab�a levantado �un potente movimiento
nacional para liberar a Guatemala de los dictadores militares, el control
social y el colonialismo econ�mico que hab�an sido los cimientos del pasado�
e �inspirado la conformidad y lealtad de los sectores m�s concienciados de
Guatemala al propio inter�s nacional�. Las cosas fueron incluso a peor
despu�s de acometerse con �xito una reforma agraria, lo que podr�a llevar a
amenazar la �estabilidad� en los pa�ses vecinos donde sus maltratadas
poblaciones segu�an de cerca estos hechos.
0 sea que la situaci�n se estaba poniendo fea, de manera que la CIA llev� a
cabo con �xito un golpe militar. Guatemala se convirti� en el matadero que
a�n es hoy, con intervenciones regulares de Estados Unidos cuando las cosas
amenazaban con irse de la manos.
Al final de la d�cada de los setenta, las atrocidades subieron un grado por
encima de lo normal, lo que provoc� protestas formales. Todav�a, al
contrario de lo que mucha gente cre�a, la ayuda militar a Guatemala continu�
afluyendo casi al mismo nivel anterior durante la administraci�n Carter �de
los derechos humanos�. Tambi�n se implic� a nuestros aliados, especialmente
Israel, ya que se consideraba a este pa�s, un �elemento estrat�gico� dada su
experiencia como Estado terrorista.
Bajo la administraci�n Reagan, el apoyo al genocidio en Guatemala continu�
imperturbable. El m�s furibundo admirador de Hitler, R�os Montt, era apoyado
y elogiado por Reagan como un hombre enteramente dedicado a la causa de la
democracia. A principios de los a�os ochenta, el amigo de Washington masacr�
a decenas de miles de guatemaltecos, la mayor�a ind�genas de las monta�as,
mientras un n�mero incontable era torturado y violado. Grandes zonas fueron
diezmadas.
En 1988 un reci�n abierto peri�dico guatemalteco, La �poca, fue dinamitado
por terroristas pagados por el gobierno. En ese momento, los medios de
comunicaci�n en Norteam�rica hac�an hincapi� en el hecho de que el peri�dico
fundado por EEUU en Nicaragua, La Prensa, hubiera dejado de salir dos d�as
forzado por la carencia de papel prensa, lo que condujo a un torrente de
cr�ticas y desprop�sitos en el Wash�ngton Post y en otros medios sobre el
totalitarismo sandinista.
Por otra parte, la destrucci�n de La �poca no fue recogido en los medios
norteamericanos, a pesar de que era bien conocido en los medios
period�sticos. Naturalmente no pod�an informar que las fuerzas de seguridad
respaldadas por EEUU, hab�an silenciado a la �nica y diminuta voz que hab�a
intentado hacerse o�r en Guatemala unas semanas antes.
Un a�o despu�s un periodista de La �poca, Julio Godoy, que hab�a huido
despu�s de la explosi�n volvi� a Guatemala para una corta visita. Cuando
regres� a Estados Unidos, contrast� la situaci�n de Am�rica Central con la
de Europa del Este. Los europeos del este �son m�s afortunados que los
centroamericanos� escribi� Godoy porque:
� ... mientras el gob�emo impuesto por Mosc� en Praga ha degradado y
humillado a los reform�stas, el gob�emo impuesto por Washington en Guatemala
los hubiera matado. De hecho lo est� haciendo en un virtual genocidio que ha
causado m�s de 150.000 v�ctimas, lo que Amnist�a Internacional llama un
programa gubernamental de asesinatos pol�ticos�.
La prensa o bien se conforma o bien desaparece como La �poca.
�Uno est� tentado a creer�, continua Godoy, �que alguien en la Casa Blanca
adora a los dioses aztecas ofreci�ndoles la sangre de los centroamericanos�.
Y cita a un diplom�tico occidental que afirm�: �si los norteamericanos no
cambian su actitud sobre la regi�n, aqu� no hay.
�
La invasi�n de Panam�
Panam� ha estado tradicionalmente controlada por una peque�a �lite europea,
que constitu�a menos del 10% de su poblaci�n. Esta situaci�n cambi� cuando
el general populista Omar Torrijos dio un golpe que permiti� a los negros y
mestizos pobres participar en el poder instituido por el golpe.
En 1981 Torrijos result� muerto en un accidente de aviaci�n. Hacia 1983 el
verdadero amo de la situaci�n era Manuel Noriega, un criminal que hab�a
formado parte de la corte de Torrijos y de la del espionaje estadounidense.
El Gobierno de EEUU sab�a que Noriega estaba envuelto en tr�fico de drogas,
por lo menos desde 1972, cuando la administraci�n Nixon pens� en asesinarle.
Pero se encontraba bajo el paraguas de la CIA. En 1983 un comit� del Senado
concluy� que Panam� era un importante centro de tr�fico de drogas y lavado
de dinero negro.
El Gobierno de Estados Unidos sigui� valorando los servicios que prestaba
Noriega. En mayo de 1986 el director de la Agencia de la lucha contra la
Droga elogi� a Noriega por su �vigorosa pol�tica de lucha contra el tr�fico
de drogas�. Un a�o despu�s el director �Felicitaba nuestra estrecha
asociaci�n� con Noriega, mientras que el fiscal general Edwin Meese par� una
investigaci�n del Departamento de Justicia sobre las actividades criminales
del personaje. En agosto de 1987 una resoluci�n del Senado condenando a
Noriega encontr� la oposici�n de Elliot Abrams, el funcionario del
Departamento de Estado a cargo de la pol�tica norteamericana sobre Arn�rica
Central y Panam�.
Y todav�a m�s, cuando finalmente Noriega fue encausado en Miami en 1988,
todos los cargos excepto uno eran relativos a actividades previas a 1984,
cuando era nuestro colega, ayudando en la guerra sucia contra Nicaragua,
cometiendo fraude en las elecciones con nuestra aprobaci�n, y en general
sirviendo satisfactoriamente a los intereses generales de Estados Unidos. No
ten�a nada que ver entonces con actividades gangsteriles y de
narcotraficante s�bitamente descubiertas ahora.
Era totalmente previsible, como lo demuestra un estudio tras otro. Un brutal
tirano, cruza la l�nea que separa un admirable amigo de un villano y un
escoria cuando comete el crimen de la independencia. Un error muy com�n es
ir m�s all� de robar a los pobres, lo que est� bien, y empezar a inteferir
con los poderosos, gan�ndose la oposici�n del poder econ�mico.
A mediados de los ochenta Noriega era culpable de esos crimenes. Entre otras
cosas, cre�a haberse asegurado el puesto ayudando a EEUU en su guerra contra
Nicaragua. Pero su independentismo amenazaba nuestros intereses en el Canal
de Panam�. El 1 de enero de 1990 gran parte de la administraci�n del canal
deb�a recaer en manos paname�as, y en el a�o 2000 deb�a estar terminado el
proceso de transferencia. Ten�amos que asegurarnos el control de la gente en
que iba a recaer esa responsabilidad antes de esa fecha,
De manera que ya que no pod�amos confiar m�s en Noriega, �ste tendr�a que
irse. Washington impuso severas sanciones econ�micas que virtualmente
destruyeron la econom�a, y las peores consecuencias recayeron sobre la
mayor�a no blanca. la poblaci�n entonces comenz� a aborrecer a Noriega, no
porque fuera el responsable del bloqueo econ�mico, (que era ilegal, si
alguien se molesta en estudiarlo), sino porque le hac�an responsable de la
hambruna infantil.
A continuaci�n se intent� un golpe militar, pero fall�. Ya en diciembre de
1989 Estados Unidos se aprest� a celebrar la ca�da del muro de Berl�n y el
final de la Guerra Fria invadiendo Panam� al margen de todo derecho
internacional y matando cientos o miles de personas, (nadie sabe, y pocos al
norte de R�o Grande se molestan en averiguarlo). Inmediatamente se procedi�
a restaurar el poder de la �lite blanca rica, que hab�a sido desplazada por
el golpe de Torrijos, justo a tiempo de asegurar un gobierno lacayo antes de
que se procediese al cambio de administraci�n del Canal el 1 de enero de
1990, como no dej� de observar la prensa derechista europea.
Durante todo el proceso la prensa norteamericana no dej� de seguir las
consignas de Washington seleccionando a los �malos� en base a las
necesidades del momento. Acciones que hab�amos perdonado se convirtieron en
cr�menes. Por ejemplo en 1984 las elecciones presidenciales paname�as hab�an
sido ganadas por Arnulfo Arias. Noriega literalmente le rob� la elecci�n con
una buena dosis de violencia y de fraude.
Pero Noriega no se hab�a convertido todav�a en un chico d�scolo. Era nuestro
hombre en Panam�, y se consideraba que el partido de Arias conten�a
peligrosos elementos de uitranacionalismo, de manera que la administraci�n
Reagan aplaudi� sin tapujos la violencia y el fraude y mand� al secretario
de Estado George Shultz para legitimar la farsa y elogiar la versi�n de
Noriega de la democracia como un modelo a seguir por los equivocados
sandinistas.
Los medios de comunicaci�n de Washington y sus aliados de los principales
peri�dicos del pa�s se cuidaron muy mucho de criticar las elecciones
fraudulentos, pero minimizaron y calumniaron las elecciones celebradas por
los sandinistas en ese mismo ano, mucho mas honestas y libres m�s all� de
cualquier duda, porque desconfiaban del resultado.
En mayo de 1989 Noriega volvi� a robar una elecci�n, esta vez a un
representante del sector econ�mico, Guillermo Endara. Noriega utiliz� una
dosis menor de violencia que en 84, pero la administraci�n Reagan hab�a
lanzado la consigna de volverse contra Noriega. Siguiendo el libreto
fielmente, la prensa expres� sus cr�ticas sobre el fraude cometido a
nuestras normas democr�ticas.
Tambi�n comenz� a denunciar apasionadamente la violaci�n de los derechos
humanos que previamente no hab�an llegado a llamar su atenci�n. En la �poca
en que se invadi� Panam�, diciembre de 1989, los medios de comunicaci�n
hab�an demonizado a Noriega, de manera que se hab�a convertido en uno de los
peores monstruos de la historia desde Atila, rey de los Hunos. B�sicamente
era una repetici�n del mismo proceso empleado para demonizar al libio Gadafi.
Ted Koppel dictamin� que �Noriega pertenece a esa fraternidad especial de
villanos internacionales, hombres como Gadafi, ldi Amin y el Ayatoiah
Jomeini, que a los norteamericanos les encanta odiar�. Dan Rather le situ�
�a la cabeza de la lista mundial de criminales, traficantes y dem�s basura�.
En realidad Noriega era un secuaz de peque�a categor�a, exactamente el mismo
que cuando estaba bajo la cobertura de la CIA.
T�mese a Honduras por ejemplo. Aunque no es un Estado tan terrorista y
asesino como El Salvador o Guatemala, los abusos en el cap�tulo de los
derechos humanos son probablemente m�s graves que los cometidos por Panam�.
De hecho hay un batall�n entrenado por Estados Unidos que ha cometido m�s
atrocidades que el mismo Noriega.
0 consid�rese un dictador apoyado por EEUU como Trujillo en la Rep�blica
Dominicana, Somoza en Nicaragua, Marcos en Filipinas, Duvalier en Haiti, o
toda una corte de g�ngsteres centroamericanos durante la d�cada de los
ochenta. Todos fueron mucho m�s brutales que Noriega, pero Estados Unidos
los apoy� con entusiasmo a trav�s de d�cadas de atrocidades, en la medida en
que los beneficios siguieran saliendo de sus pa�ses con destino al nuestro.
La administraci�n Bush continu� honrando a Mobutu Ceaucescu y Saddam Hussein
entre otros, todos peores criminales que Noriega. El presidente de lndonesia
Suharto, que razonablemente es el peor de todos los asesinos, contin�a
siendo considerado por los medios de comunicaci�n de Washington como un �moderado�.
En el mismo instante en que se invad�a Panam� por sus abusos sobre los
derechos humanos, la administraci�n de Bush anunciaba nuevas ventas de
material de alta tecnolog�a a China, nada menos que 300 millones de d�lares
de volumen de negocio para empresas norteamericanas, justo unas pocas
semanas despu�s de la matanza de Tiananmen.
El mismo d�a, el de la invasi�n de Panam�, la Casa Blanca tambi�n anunci�
planes (que fueron llevados a cabo inmediatamente), para conceder cr�ditos a
Irak. El Departamento de Estado anunci�, con su cara m�s seria, que esto se
deb�a al intento �de incrementar las exportaciones norteamericanas y
situarnos en una mejor posici�n para pactar con lrak su respeto a los
derechos humanos ... �.
El Departamento continuaba con su postura de ignorar la oposici�n
democr�tica iraqu� (banqueros, profesionales etc ... ) y bloquear los
esfuerzos del Congreso de condenar los atroces cr�menes del antiguo amigo de
Bush. Comparado con los colegas del presidente Bush en Bagdag y Pek�n,
Noriega parec�a la Madre Teresa.
Despu�s de la invasi�n, Bush anunci� una ayuda de mil millones de d�lares.
De esta cantidad 400 millones consistieron en incentivos a la exportaci�n
norteamericana con destino Panam�, 150 millones ten�an como fin pagar
cr�ditos bancarios y 65 millones fueron al sector privado y a garantizar las
inversiones de EEUU en el pa�s. En otra palabras la mitad de la ayuda fue un
regalo de los contribuyentes norteamericanos a las grandes corporaciones,
tambi�n norteamericanas.
Estados Unidos devolvi� el poder a los banqueros despu�s de la invasi�n. Las
conexiones de Noriega con el narcotr�ifico son insignificantes comparadas
con las de estos personajes. El tr�fico de drogas ha sido siempre canalizado
fundamentalmente por los bancos; el sistema bancario no est� regulado, de
forma que es el camino natural del dinero negro. Adem�s ha sido la base de
la artificial econom�a paname�a, y despu�s de la invasi�n se mantiene
intacto, o quiz� goza de mejor salud.
Las fuerzas paname�as de defensa han sido reconstruidas con los mismos
oficiales a su mando.
En general casi todo el sistema permanece estable, s�io que nuestros
servidores son ahora mucho m�s fiables. Lo mismo sucede en Granada, que se
ha convertido en uno de los mayores centros mundiales de lavado de
narcod�lares desde la invasi�n norteamericana. Nicaragua tambi�n es ahora
una de las principales avenidas por donde circula la droga camino de los
mercados norteamericanos, despu�s de la victoria de Washington en las
elecciones de 1990. El modelo permanece inalterable, de la misma forma que
es est�ril intentar llamar la atenci�n sobre �l.
�
Vacunar el Sudeste Asi�tico
Las guerras norteamericanas en Indochina siguieron los mismos patrones.
Hacia 1948 el Departamento de Estado reconoci� claramente que el Viet Minh,
el movimiento de resistencia antifrancesa liderado por Ho Chi Minh era el
aut�ntico representante de los intereses de Vietnam. Pero el Viet Minh no
cedi� el control a la oligarqu�a local. Favoreci� el desarrollo local e
ignor� los intereses de los inversores extranjeros.
Se extendi� el temor de que el Viet Minh pudiera triunfar, en cuyo caso �el
mal podr�a extenderse� y el �virus� podr�a �infectar� la regi�n, para
utilizar el lenguaje que los dise�adores de la pol�tica exterior
norteamericana iban a usar diez a�os despu�s. (Excepto algunos locos y
algunos cretinos, nadie pod�a temer una verdadera conquista, lo que en
realidad se tem�a era un ejemplo positivo de desarrollo real).
�Qu� es lo que se hace cuando se tiene un virus? Primero se destruye y luego
se inocula a las potenciales v�ctimas, de forma que la enfermedad no se
extienda. Esta es, b�sicamente, la estrategia de EEUU en el Tercer Mundo.
Si es posible, es preferible que el ej�rcito se ocupe de la destrucci�n del
virus en tu lugar. Si no puede, hay que utilizar las propias fuerzas. Es m�s
costoso, es menos est�tico, pero a veces hay que hacerlo. Vietnam fue uno de
esos pa�ses donde tuvo que hacerse.
Bien a finales de los a�os sesenta Estados Unidos bloque� cualquier
posibilidad de acuerdo pol�tico para solventar el conflicto, incluso las
apuntadas por los generales de Saig�n. Si se hubiera producido un acuerdo
pol�tico, podr�a haberse dado alg�n progreso en direcci�n a una salida
independiente de nuestra influencia, algo totalmente inaceptable.
En su lugar, se procedi� a instalar el fipico Estado terrorista de corte �latinoamericano�
en Vietnam del Sur, subvirtiendo las �nicas elecciones libres que se hab�an
producido en Laos, s�lo porque gan� el lado �equivocado�, y evitando que se
produjeran en Vietnam porque era obvio que tambi�n iba a ganar el lado �equivocado�.
La administraci�n Kennedy increment� la escalada b�lica en Vietnam del Sur,
cambiando la estrategia, desde el establecimiento de un Estado terrorista a
una agresi�n al margen de todo derecho internacional. Johnson mand� una
enorme fuerza expedicionaria para atacar Vietnam del Sur y expandir la
guerra a toda lndochina. De acuerdo, destruyeron el virus, pero Indochina
tardar� m�s de cien a�os en recuperarse.
Mientras Estados Unidos estaba extirpando la enfermedad en su foco, Vietnam,
tambi�n preven�a su extensi�n apoyando la llegada al poder en lndonesia de
Suharto en 1965, respaldando el aplastamiento de la democracia en Filipinas
realizado por Ferdinand Marcos en 1972, y promoviendo el establecimiento de
la ley marcial en Corea del Sur, Thailandia, etc.
El golpe de Suharto de 1965 fue particularmente bienvenido por Occidente, ya
que destruy� los partidos pol�ticos ampliamente respaldados. Claro que esto
condujo en pocos meses a una matanza de m�s de 700.000 personas, la mayor�a
campesinos sin tierra; �un rayo de luz en Asia�, como describi� la cabeza
pensante de The New York Times, James Reston, exultante tras comunicar a sus
lectores que Estados Unidos ten�a el triunfo en las manos.
Occidente estaba encantado en hacer negocios con el nuevo l�der �moderado�
de lndonesia, como el Christian Science Mon�tor describ�a al general
Suharto, despu�s de que se hubiera lavado parte de la sangre de sus manos,
mientras a�ad�a a su cuenta cientos de miles de nuevos cad�veres en Timor
Oriental y en otros lugares. Esta espectacular matanza en masa es �benigna
de coraz�n� seg�n nos asegura el respetado diario econ�mico The Economist,
refiri�ndose sin duda a su actitud hacia las grandes corporaciones
econ�micas occidentales.
Despu�s de que la guerra del Vietnam terminara en 1975, el mayor logro de la
pol�tica estadounidense fue maximizar la represi�n y el sufrimiento de los
pa�ses que nuestra violencia hab�a devastado. El grado de crueldad empleado
es asombroso.
Cuando los Menonitas trataron de enviar una partida de l�pices a Camboya, el
Departamento de Estado trat� de evitarlo. Cuando Oxfam intent� mandar diez
estaciones de bombeo que funcionaban mediante energ�a solar, la reacci�n fue
la misma. Y se volvi� a repetir cuando algunos grupos religiosos intentaron
mandar excavadoras para desenterrar algunas bombas norteamericanas que no
hab�an llegado a explotar.
Cuando la India intent� mandar 100 b�falos de agua a Vietnam para reemplazar
los grandes reba�os que hab�an sido destruidos por los ataques
estadounidenses, y recu�rdese que en este pa�s retrasado un b�falo de agua
significa fertilizantes, tractor, supervivencia, los Estados Unidos de
Am�rica trataron de cancelar a la India el programa de ayuda Alimentos para
la Paz. Esto es algo que Orwell hubiera podido imaginar. No hay un grado de
crueldad suficiente para el sadismo de Washington. Las clases educadas saben
bien cu�ndo mirar hacia otro lado.
Con el fin de seguir desangrando a Vietnam hemos estado ayudando
indirectamente a los Khemeres Rojos a trav�s de nuestros aliados, China y
Thailandia. los camboyanos han tenido que pagar con su sangre nuestro rencor
hacia Vietnam. los vietnamitas ten�an que ser castigados por haberse
resistido a la violencia norteamericana.
Contrariamente a lo que cualquiera, bien sea de derechas o izquierdas
sostiene, Estados Unidos consigui� sus principales objetivos en Indochina.
Vietnam fue demolido. No hay peligro de que un desarrollo independiente
tenga �xito y sirva de modelo para otras naciones en la regi�n.
Por supuesto no fue una victoria total para nosotros. Nuestra meta final era
incorporar lndochina a nuestro sistema global de dominaci�n y eso no se
logr� totalmente.
Pero una de las metas, la crucial, la que realmente contaba, era destruir el
virus y lo conseguimos. Vietnam est� destrozado y Estados Unidos hace todo
lo que puede para mantenerlo en ese estado. En octubre de 1991, Estados
Unidos desde�� las timidas objeciones de sus aliados en Occidente y de Jap�n
y renov� el bloqueo y las sanciones contra Vietnam. El Tercer Mundo tiene
que aprender que nadie puede levantar la cabeza de forma desafiante. El amo
del sistema global perseguir� sin descanso a quien se atreva a cometer este
inenarrable crimen.
�
La guerra del Golfo
La guerra del Golfo ilustra los mismos principios b�sicos, como se puede
apreciar claramente si levantamos el velo de la propaganda.
Cuando Irak invadi� Kuwait en agosto de 1990, el Consejo de Seguridad de la
ONU conden� inmediatamente a Irak y le impuso severas sanciones. �Por qu�
respondi� la ONU tan pronto y tan firmemente? la alianza Gobierno EEUU con
los medios de comunicaci�n ten�a la respuesta.
En primer lugar se nos dijo que la agresi�n de lrak era un crimen singular,
por lo que merec�a una respuesta singular y una reacci�n dura. �Am�rica
permanece donde estuvo siempre, contra las agresiones, contra aquellos que
usan la fuerza para reemplazar la ley�, fuimos informados por el presidente
Bush, el invasor de Panam�, y el �nico jefe de Estado condenado por la Corte
Mundial por �su ilegal uso de la fuerza� (seg�n la condena emitida por esa
misma Corte, en el caso de la agresi�n norteamericana a Nicaragua). los
medios de comunicaci�n y las clases altas repet�an obedientemente las
consignas dictadas por su l�der, sucumbiendo al temor de la magnificencia de
tan altos principios.
En segundo lugar, los mismos agentes proclamaban como una letan�a que por
fin la ONU estaba funcionando en la forma en que fue primitivamente dise�ada.
Se�alaban que no hab�a sido posible antes del final de la Guerra Fr�a,
debido a los obst�iculos que planteaba la Uni�n Sovi�tica y a la obtusa
oposici�n anti-occidental del Tercer Mundo.
Ninguna de estas quejas se sostienen si se realiza un escrutinio cuidadoso.
Estados Unidos no estaba sosteniendo ning�n alto principio en el caso del
Golfo, ni ante cualquier otro conflicto. La raz�n para que se produjese esta
respuesta sin precedentes ante la brutal agresi�n de Saddam Hussein era que
se hab�a equivocado de camino.
Saddam Hussein era un gangster asesino, exactamente el mismo que antes de la
guerra del Golfo, cuando era nuestro amigo y un socio favorecido en nuestro
comercio exterior. Su invasi�n de Kuwait era sin duda una atrocidad, pero de
similar naturaleza que otros cr�menes llevados a cabo por EEUU y sus aliados,
y quiz� no tan terrible como otros. Por ejemplo la invasi�n de lndonesia de
Timor Oriental alcanz� las proporciones de un verdadero genocidio, gracias
al decisivo apoyo de Estados Unidos y sus aliados. Quiz� un cuarto de sus
700.000 habitantes fue asesinado, una matanza que super� a la de Pol Pot, si
se tiene en cuenta las respectivas proporciones.
Nuestro embajador ante la ONU en aquellos tiempos, ahora senador por Nueva
York, Daniel Moyniham explic� sus logros en la reuni�n de Naciones Unidas
sobre Timor Oriental: �Estados Unidos deseaba que las cosas se produjeran
como han sucedido, y han trabajado por su consecuci�n. El Departamento de
Estado deseaba que Naciones Unidas tomase medidas completamente in�tiles.
Esa tarea me fue confiada a m�, y la llev� a cabo con notable �xito�.
El ministro australiano de Asuntos Exteriores justific� la aquiescencia de
su pa�s ante la Invasi�n y anexi�n de Timor Oriental, y de paso la
participaci�n de Australia junto con lndonesia en el robo de las riquezas
petrol�feras de Timor, diciendo simplemente que �el mundo es un lugar sucio,
enlodado con ejemplos de adquisiciones por la fuerza�. No obstante, cuando
lrak invadi� Kuwait su gobierno public� una declaraci�n en la que se
afirmaba que �los grandes pa�ses no pueden invadir a sus vecinos m�s
peque�os y que no pase nada�. La magnitud de este cinismo no empa�� la
ecuanimidad de los moralistas occidentales.
Respecto al hecho de que la ONU finalmente actuara como deb�a ser,
condenando la invasi�n, los hechos hablan por s� solos, aunque empa�ados y
manipulados por los guardianes de la ortodoxia pol�tica, que controlan
tambi�n los medios de comunicaci�n con mano de hierro. Durante muchos a�os
las Naciones Unidas han estado bloqueadas, pero por Estados Unidos, no por
la Uni�n Sovi�tica o el Tercer Mundo. Desde 1970 los EEUU han vetado m�s
resoluciones de la ONU que cualquier otro pa�s, y en este ranking, Gran
Breta�a ocupa el segundo lugar, Francia el tercero y la Uni�n Sovi�tica la
cuarta plaza.
Nuestro record en la Asamblea General es similar y �la obtusa y
anti-occidental ret�rica� del Tercer Mundo normalmente se convierte en una
llamada a observar las leyes internacionales, una lastimosa y d�bil barrera
contra la depredaci�n de los poderosos.
Las Naciones Unidas estaban listas para responder a la agresi�n iraqu�
porque, por primera vez, Estados Unidos lo permitia. La severidad sin
precedentes de las sanciones era el resultado de las presiones y amenazas de
EEUU. Las sanciones ten�an una inusual posibilidad de funcionar tanto por su
dureza como porque los habituales vetos de Estados Unidos, Francia y Gran
Breta�a no se hab�an producido en esta ocasi�n.
Pero incluso despu�s de permitir los sanciones, Estados Unidos se aprest�
con celeridad a desmarcarse de la opci�n diplom�itica despachando una fuerte
fuerza militar a la zona, a la que se uni� Gran Breta�a y que era apoyada
por los dictadorzuelos que gobernaban los Estados petroleros del Golfo, y
con la participaci�n nominal de otros pa�ses.
Una fuerza m�s peque�a de car�cter disuasivo pod�a haber esperado a que las
sanciones surtieran efecto; un ej�rcito de medio mill�n no pod�a. El
prop�sito de la r�pida escalada militar trataba de evitar que lrak se
retirara de Kuwait por medios pac�ficos.
�Por qu� era tan poco atractiva la opci�n diplom�itica? A las pocas semanas
de la invasi�n de Kuwait, el 2 de agosto, las l�neas generales para un
posible acuerdo pol�tico estaban claras. la resoluci�n 660 del Consejo de
Seguridad reclamaba la retirada iraqu� de Kuwait, a la vez que llamaba a una
negociaci�n simult�nea so�re los l�mites territoriales. A mediados de agosto
el Consejo de Seguridad Nacional consider� una propuesta iraqu� para
retirarse de Kuwait en esas condiciones.
Aqu� parec�a haber dos problemas: primero el acceso iraqu� al Golfo, que
hab�a quedado vinculado al control sobre dos llanuras �ridas y deshabitadas
asignadas por Gran Breta�a a Kuwait despu�s de su retirada, y que hab�a
dejado a lrak pr�icticamente aislado. En segundo lugar, la resoluci�n de la
disputa sobre un campo petrol�fero que se adentraba dos millas en territorio
iraqu� en una zona en que no estaban trazadas las fronteras.
Estados Unidos rechaz� desde�osamente la propuesta, o cualquier negociaci�n.
El 22 de agosto sin haber hecho p�blica la propuesta iraqu�, que
aparentemente parec�a conocer el gobierno, The New York Times inform� que la
administraci�n Bush estaba determinada a bloquear la opci�n diplom�tica por
miedo a que se pudiera difuminar la crisis. Los principales hechos se
publicaron una semana m�s tarde en el peri�dico de long lsland Newsday, pero
los medios de comunicaci�n en general guardaron silencio.
La �ltima oferta conocida antes de los bombardeos, dada a conocer por
oficiales norteamericanos en la zona, propon�a una retirada total iraqu� de
Kuwait. No hab�a connotaciones sobre conflictos territoriales pero se
enmarcaba con otras propuestas �vinculadas�: las armas de destrucci�n masiva
en la zona y el conflicto �rabe-israel�.
Un propuesta posterior apuntaba la ocupaci�n ilegal de Israel del sur del
L�bano, en violaci�n de la resoluci�n 425 de marzo de 1978 del Consejo de
Seguridad, que hab�a reclamado una inmediata e incondicional retirada del
territorio que los israel�es hab�an invadido. La respuesta norteamericana
fue que ya no era tiempo para la diplomacia. Los medios de comunicaci�n no
informaron de los hechos, Newsday aparte, pero alabaron los altos principios
de Bush.
Estados Unidos se opuso a considerar los hechos �relacionados� porque
estaban opuestos a usar la diplomacia en todos los hechos �relacionados�.
Esto se hab�a puesto de manifiesto meses antes de la invasi�n de Kuwait,
cuando EEUU rechaz� la oferta iraqu� de negociar sobre las armas de
destrucci�n masiva. En su oferta lrak propon�a la destrucci�n de todas las
armas qu�micas o biol�gicas si otros pa�ses de la regi�n tambi�n
desmantelaban sus armas de destrucci�n masiva.
Saddam Hussein era en aquel entonces amigo y aliado de Bush, de manera que
s� recibi� respuesta. Washington le dijo que daba la bienvenida a la
propuesta iraqu� de destruir sus propias armas, pero no quer�a �vincular
este hecho a sistemas armament�sticos u otras propuestas�.
No se hac�a menci�n sobre los �otros sistemas armament�sticos� y hab�a una
buena raz�n para no hacerlo. Israel no s�lo pose�a armas qu�micas y
biol�gicas, sino que es el �nico pa�s en Oriente Medio que posee armamento
nuclear, probablemente 200 artefactos. Pero la frase �armamento nuclear
israel�� no puede ser escrita o pronunciada por ninguna fuente oficial
norteamericana. Esa frase pondr�a de relieve la cuesti�n de por qu�
cualquier tipo de ayuda a Israel es siempre legal, aunque seg�n la
legislaci�n sobre ayudas a pa�ses extranjeros est� prohibida desde 1977 a
cualquier pa�s que desarrolle en secreto un programa nuclear.
Al margen de la invasi�n iraqu�, Estados Unidos siempre ha bloqueado
cualquier �proceso de paz� en Oriente Medio que incluyera una conferencia
internacional de paz y el derecho palestino a su propia autodeterminaci�n.
Durante veinte a�os Estados Unidos ha mantenido esta actitud en solitario.
Los votos de las Naciones Unidas ilustran claramente la situaci�n: de nuevo,
en diciembre de 1990, justo en medio de la niebla levantada por la crisis
del Golfo, la llamada a una conferencia internacional, obtuvo un resultado
de 142 votos a favor y 2 en contra, Estados Unidos e Israel. Esto no ten�a
nada que ver con Irak y Kuwait.
Estados Unidos tambi�n se neg� tajantemente a permitir la retirada iraqu�
por los medios pac�ficos que prescriben las leyes internacionales. En su
lugar prefiri� evitar la diplomacia y situar el conflicto en la esfera de lo
violento, en el cual una superpotencia siempre se impondr� a cualquier
adversario del Tercer Mundo.
Como ya hemos visto, EEUU lleva a cabo agresiones de forma regular, o bien
las apoya, a�n en casos m�s criminales que el de Kuwait. S�lo el m�s
empecinado papista puede dejar de entender estos hechos. En el extra�o caso
de que EEUU se oponga diplom�ticamente a alguna acci�n llegal de alg�n
cliente o aliado, estar�n dispuestos a admitir las �vinculaciones� de sus
propuestas.
T�mese la ocupaci�n sudafricana de Namibia declarada llegal por la Corte
Mundial y las Naciones Unidas en los a�os 60. Estados Unidos predic� durante
a�os �una tranquila acci�n diplom�tica� o un �acuerdo constructivo�,
respaldando un pacto que otorgaba a Sud�frica amplio apoyo a sus atrocidades
y barbarie, am�n del mayor puerto de Namibia, y admiria las �vinculaciones�
de esta ocupaci�n con el Caribe, a la vez que bendec�a los beneficios que se
derivaban de la invasi�n para los intereses econ�micos internacionales.
Las tropas cubanas que hab�an defendido a Angola, el vecino de Namibia, de
los ataques de Sud�frica fueron retiradas. A pesar de ello, y tal como
sucedi� en Nicaragua tras los �acuerdos de paz� de 1987, Estados Unidos
continu� apoyando al ej�rcito terrorista junto con sus aliados Zaire y
Sud�frica y preparando unas elecciones para 1992 al estilo de las
nicarag�enses, donde la gente ten�a que acudir a las urnas bajo la amenaza
del estrangulamiento econ�mico y los ataques terroristas si votaban por el
candidato �equivocado�.
Mientras tanto Sud�frica segu�a saqueando y destruyendo Namibia, y us�ndola
como base para agredir a sus vecinos. S�lo durante la �poca Reagan-Bush
(1980-88) Sud�frica caus� unos da�os valorados en m�s de 60.000 millones de
d�lares y m�s de medio mill�n de personas asesinadas en los pa�ses vecinos,
excluidos Namibia y la propia Sud�frica. Pero los comisarios pol�ticos
estadounidenses eran incapaces de afrontar estos hechos, y en su lugar,
elogiaban la fascinante panoplia de principios con la que Bush �vinculaba�
estos hechos, cuando alguien te pisa los callos.
Es decir, ahora s� se admifian �vinculaciones� que equival�an a un rechazo
diplom�tico, pero light, es decir, de menor rango que un rechazo
diplom�itico. En el caso de Kuwait, la posici�n estadounidense fue
particularmente d�bil. Despu�s de que Saddam Hussein se nos fuese de las
manos, la administraci�n Bush insisti� en que deb�a ser eliminada la
capacidad iraqu� de ataque y agresi�n, una posici�n correcta en contraste
con el anterior apoyo que se hab�a brindado a las atrocidades y agresiones
del pasado, y se hizo un llamamiento para lograr un pacto regional que
garantizase la seguridad.
Bien, en esto consisten las �vinculaciones�. Cuando nuestro opositor
condiciona sus posiciones a otras premisas, no se permite que se d� la
�vinculaci�n�; es el caso de lrak. Sin embargo, si nuestro aliado es el
condenado, �vinculamos� su agresi�n a otros factores: el avance del
comunismo, etc., para protegerle.
La cruda realidad es que, en el caso iraqu�, Estados Unidos tem�a que la
diplomacia �difuminase� la crisis y por lo tanto se cerr� en banda a aceptar
sus �vinculaciones� mientras se preparaba para la guerra.
Al rechazar la senda diplom�tica, Estados Unidos consegu�a sus mayores metas
en el Golfo. Sab�amos con claridad que los incomparables recursos
energ�ticos de Oriente Medio deb�an permanecer bajo nuestro control y los
enormes beneficios que proporcionaban deb�an continuar dando soporte a las
econom�as de los propios Estados Unidos y de su cliente brit�nico.
Tambi�n reforz�bamos nuestra posici�n dominante y ense��bamos la lecci�n de
que el mundo debe ser gobernado por la fuerza. Estos objetivos han sido
alcanzados, Washington procedi� a mantener la �estabilidad�, impidiendo
cualquier amenaza de cambio democr�itico en las tiran�as de los Estados del
Golfo y permitiendo que Saddam Hussein machacase los levantamientos
populares de los chiitas en el sur, a pocos kii�metros de nuestras l�neas, y
de los kurdos en el norte.
Pero la administraci�n Bush todav�a no ha conseguido lo que el portavoz de
The New York Times y jefe de la secci�n internacional, Thomas Friedman llama
�lo mejor del mundo: una junta de pu�o de hierro sin Saddam Hussein�. Esto,
contin�a Friedman, supondria el retorno a la feliz �poca en que �el pu�o de
hierro de Saddam manten�a unido Irak, para satisfacci�n de los aliados de
Estados Unidos, Turqu�a y Arabia Saudita� para no hablar de la del patr�n de
Washington. La actual situaci�n del Golfo refleja las prioridades de las
superpotencias para quedarse con todas las cartas, otra verdad que permanece
invisible ante los guardianes de la fe.
�
El encubrimiento de la operaci�n Ir�n-Contra
Los principales elementos de la historia Ir�n-Contra eran bien conocidos
antes de que fueran expuestos en 1986, excepto un hecho: que la venta de
armas a Ir�n y la guerra ilegal de los contras llevada a cabo por el coronel
Oliver North, funcionario de la Casa Blanca, estuviesen interconectadas.
El env�o por barco de armas a Ir�n v�a Israel no comenz� en 1985, cuando la
encuesta del Congreso y el Fiscal especial tomaron cartas en el asunto.
Hab�a comenzado casi inmediatamente de la ca�da del Sha en 1979. En 1982 era
de conocimiento p�blico que Israel prove�a gran parte de las armas que
ten�an como destino Ir�n; se pod�a leer en la portada de The New York T�mes.
En febrero de 1982 las figuras m�s importantes de los israel�es, cuyos
nombres m�s tarde se vieron implicados en la vista del caso Ir�n-Contra,
aparecieron en la cadena de televisi�n inglesa BBC describiendo c�mo hab�an
ayudado a organizar el trasvase de armas al r�gimen de Jomeini. En octubre
de 1982, el embajador de Israel ante EEUU declar� p�blicamente que Israel
estaba mandando armas al r�gimen de Jomeini �con la cooperaci�n de Estados
Unidos... casi al m�s alto nivel�. los altos oficiales israei�es
involucrados tambi�n manifestaron las razones: establecer lazos de uni�n con
elementos militares en Ir�n que pudieran derrocar al r�gimen, restaurando el
que hab�a bajo el Sha, es decir, el procedimiento habitual.
Al igual que en la guerra de la �contra�, los actores b�sicos de las
operaciones llegales CIA-North eran conocidos en 1985 (un a�o antes de que
la historia estallase, cuando se derrib� un avi�n de suministros
norteamericano en Nicaragua y Eugene Hasenfus, un agente yanqui, fuera hecho
prisionero). los medios de comunicaci�n simplemente optaron por mirar hacia
otro lado.
De manera que �qu� es lo que gener� el esc�ndalo Ir�n-Contra? Se produjo en
el momento en que ya no se pudo ocultar por m�s tiempo. Cuando Hasenfus fue
derribado en Nicaragua llevando suministros de la CIA a los contras y la
prensa libanesa inform� que el consejero nacional de Seguridad
norteamericano llevaba biblias y chocolates a Teher�n, la historia no pudo
silenciarse durante m�s tiempo. Despu�s de eso, la conexi�n entre los dos
hechos se hizo patente,
Entonces se pas� a la siguiente Fase: control de da�os. De eso fue de lo que
se sac� provecho.
�
Las perspectivas para Europa del Este
Lo que resulta m�s significativo acerca de los sucesos ocurridos en Europa
en los a�os ochenta es que simplemente el imperio retrocedi�. No s�lo la
URSS permiti� los movimientos populares, es que, adem�s, los impuls�.
Existen pocos precedentes hist�ricos de este proceder.
No sucedi� porque los sovi�ticos fueran buenos chicos, sino que se produjo a
remolque de las necesidades internas. Pero de hecho sucedi� y como resultado
los movimientos populares no tuvieron que enfrentarse ni remotamente a algo
parecido a lo que sucedi� en nuestro patio trasero. El peri�dico de los
jesuitas salvadore�os apunt� acertadamente que Vaclay Havel (el presidente
checoslovaco que antes hab�a sido prisionero pol�tico), en El Salvador no
hubiera sueido prisi�n, simplemente le hubieran cortado en trocitos y los
hubieran abandonado en la cuneta de cualquier carretera.
La Uni�n Sovi�tica casi pidi� perd�n por su anterior uso de la violencia, y
esto tambi�n constituy� un hecho sin precedentes. los peri�dicos
norteamericanos concluyeron que, ya que los rusos hab�an admitido que la
invasi�n de Afganist�n hab�a sido una violaci�n de las leyes internacionales
y un crimen, al fin podr�an entrar en el mundo civilizado. Una reacci�n
sumamente interesante. Me imagino a alguien, en los medios de comunicaci�n
norteamericanos, sugiriendo que quiz� Estados Unidos deber�a contribuir a
levantar la moral del Kremlin admitiendo que los ataques contra Vietnam,
Laos o Camboya hab�an violado las leyes internacionales.
El �nico pa�s del Este de Europa donde hab�a habido grandes dosis de
violencia en el derrumbe de la tiran�a era en el que los sovi�ticos hab�an
tenido menos influencia y donde nosotros hab�amos tenido m�s: Rumania.
Nicolas Ceaucescu, su dictador, hab�a visitado Inglaterra y se le hab�a
dispensado recibimiento real. Estados Unidos le hab�a concedido el estatus
de naci�n m�s favorecida, ventajas comerciales y su aprecio.
Ceaucescu era tan brutal y despiadado entonces como lo fue despu�s, pero ya
que se hab�a retirado del Pacto de Varsovia y estaba siguiendo una senda de
corte independiente, cre�mos que estaba, en parte, de nuestro lado en la
batalla internacional. (Estamos a favor de la independencia siempre y cuando
se produzca en el imperio del enemigo, no en el nuestro).
En cualquier otro lugar de Europa del Este los levantamientos fueron
incre�blemente pac�ficos. Hubo alguna represi�n, pero desde el punto de
vista hist�rico 1989 fue un a�o �nico. No puedo recordar un caso semejante.
Creo que las perspectivas para Europa del Este son bien negras. Occidente
tiene un plan meridianamente claro; quiere convertir grandes zonas de ese
territorio en parte del Tercer Mundo.
Siempre ha habido una especie de relaci�n seudocolonial entre Occidente y
Europa del Este; de hecho el bloqueo sovi�tico de esa relaci�n constituy�
una de las causas de la Guerra Fr�a. Ahora se est�n reestableciendo y hay un
serio conflicto sobre qui�n va a ser el ganador en la carrera para asegurar
la explotaci�n y la depredaci�n en esa zona del planeta. �Va a ser Europa
Occidental llderada por Alemania, actualmente primera en la l�nea de salida,
Jap�n aguardando a ver el tama�o de los beneficios, o Estados Unidos
tratando de sumarse al borin?
Hay una buena cantidad de recursos para apropiarse, y cantidad de mano de
obra barata para emplear en las empresas de ensamblaje. Pero primero tenemos
que imponerles el sistema capitalista. No lo aceptamos para nosotros mismos,
pero insistimos cuando se trata del Tercer Mundo. Es el sistema del Fondo
Monetario Internacional. Si podemos conseguir que lo acepten, ser�n
f�cilmente explotados, y los llevaremos con facilidad a ejercer su nuevo
papel de M�xico o Brasil.
En muchos aspectos Europa del Este es m�s atractiva para los inversores que
Am�rica latina. Una raz�n es que su poblaci�n es blanca y de ojos azules, y
por lo tanto mucho m�s presentable para inversores que proceden de
sociedades profundamente racistas como las de Europa Occidental y Estados
Unidos.
Y a�n m�s significativo, Europa del Este tiene un nivel de salud general y
de educaci�n mucho m�s elevado que la media latinoamericana que, excepto
sectores aislados y de gente acomodada, es un desastre total. Una de las
pocas excepciones es Cuba, que supera el est�ndar occidental en salud y
tasas de alfabetismo, pero sus perspectivas son m�s bien pesimistas.
Una raz�n para esta disparidad entre Europa del Este y latinoam�rica radica
en los diferentes niveles de terror ejercidos en ambos casos despu�s de los
a�os de Stalin. Una segunda raz�n se establece en t�rminos de econom�a
pol�tica.
De acuerdo con los servicios de espionaje norteamericanos, la Uni�n
Sovi�tica gast� alrededor de 80.000 millones de d�iares en Europa del Este
durante la d�cada de los setenta. La situaci�n fue bien diferente en Am�rica
Latina. Entre 1982 y 1987 alrededor de 150.000 millones de d�iares fueron
transferidos de Am�rica Latina a Estados Unidos. The New York Times estima
que las �transacciones ocultas (incluyendo dinero del narco, beneficios
llegales etc.) podr�an haber alcanzado la cifra de 700.000 millones de
d�lares. los efectos en Centroam�rica han sido particularmente odiosos, pero
casi lo mismo sucede en todo el subcontinente, donde hay una rampante
pobreza, mainutrici�n, mortalidad infantil, destrucci�n ecoi�gica, estados
terroristas, y colapso generalizado de las condiciones de vida hasta llegar
a niveles de d�cadas precedentes.
La situaci�n en �frica es todav�a peor. La cat�strofe del capitalismo fue
particularmente grave en los a�os ochenta, �una pesadilla inconmensurable�
en los dominios de las potencias occidentales, seg�n los t�rminos de la
Organizaci�n para la Unidad Africana. Cifras facilitadas por la Organizaci�n
Mundial de la Salud estiman que 11 millones de ni�os mueren cada a�o en el
�mundo subdesarrollado�, un �silencioso genocidio� que hubiera podido ser
conducido a un r�pido final si los recursos estuvieran dedicados
directamente a satisfacer las necesidades humanas en vez de al
enriquecimiento de unos pocos.
En una econom�a global dise�ada para satisfacer los intereses y necesidades
de las corporaciones internacionales y financieras, y los sectores que las
sirven, la mayor�a de las especies se convierten en superfluas. Hubieran
sido suprimidas si las estructuras institucionales de control y privilegio
hubieran funcionado sin un desaf�o o cierto grado de control popular.
�
El mundo alquila un gorila
Durante la mayor parte de este siglo, Estados Unidos era, de lejos, la
primera potencia econ�mica mundial, y eso hizo que se utilizara el control
econ�mico como una poderosa arma, que inclu�a medidas que iban desde los
embargos ilegales a la imposici�n de las reglas del Fondo Monetario
Internacional a los pa�ses d�biles. Pero en los �ltimos 20 a�os, Estados
Unidos ha cedido parte del control a Jap�n y a la Europa liderada por
Alemania, gracias en parte a la p�sima gesti�n de la administraci�n Reagan,
que mont� una verdadera fiesta para los ricos a costa del dinero pagado por
la mayor�a de la poblaci�n y de las generaciones futuras. No obstante, al
mismo tiempo el poder militar estadounidense se ha convertido en absoluto.
Mientras la URSS contaba en el panorama internacional, hab�a un l�mite
establecido sobre la fuerza que EEUU pod�a aplicar, particularmente en
aquellas zonas remotas donde no dispon�amos de una ventaja en fuerzas
convencionales. Ya que la URSS apoyaba gobiernos y movimientos pol�ticos que
EEUU trataba de destruir, hab�a un peligro cierto de que la intervenci�n de
Estados Unidos en el Tercer Mundo generase un conflicto nuclear. Una vez
terminada la �poca de disuasi�n sovi�tica, EEUU se ve m�s libre para
utilizar la violencia en el resto del mundo, un hecho que ha sido reconocido
con gran satisfacci�n por los analistas pol�ticos de estos �ltimos a�os.
En cualquier confrontaci�n cada contrincante trata de llevar la batalla al
terreno donde tiene m�s posibilidades de victoria. Se pretende utilizar la
fuerza, usar la carta m�s alta. la mejor carta de EEUU es la fuerza, de
manera que si se puede establecer que el mundo debe ser regido por la
fuerza, eso constituye una victoria para Estados Unidos. Por otra parte, si
un conflicto puede ser resuelto por medios pac�ficos, nos beneficia menos ,
ya que nuestros rivales son tan buenos o mejores que nosotros en ese
aspecto.
La diplomacia es particularmente adversa a nuestros intereses, a no ser que
pueda imponerse por la fuerza. EEUU tiene muy poco apoyo popular en la
consecuci�n de sus objetivos en el Tercer Mundo, y no es una sorpresa ya que
intenta imponer estructuras de dominaci�n y explotaci�n. Un acuerdo
diplom�tico puede tener respuesta, por lo menos en cierto grado, en inter�s
de los otros participantes en la negociaci�n, y eso es un problema cuando
tus posiciones no son muy populares.
Por lo tanto las negociaciones son algo que Estados Unidos trata normalmente
de evitar. Contrariamente a la enorme propaganda, esto ha sido as� en el
sudeste asi�tico, en Oriente Medio y en Am�rica Central durante muchos a�os.
Con estas premisas, es natural que la administraci�n Bush haya contemplado
la respuesta militar como el principal instrumento pol�tico, prefiri�ndola a
las sanciones y a la diplomacia, como en la crisis del Golfo. Pero desde que
Estados Unidos ha perdido la base econ�mica para imponer �estabilidad y
orden� en el Tercer Mundo, debe confiar en otros para asegurarlos, ya que es
ampliamente asumido que debe haber alguien que garantice el respeto a los
amos. El flujo de beneficios provenientes de la producci�n petrol�fera del
Golfo no es desde�able, pero Jap�n y la Europa liderada por Alemania debe
pagar su cuota por el papel desempe�ado por Estados Unidos, el de
mercenario, asumido siguiendo los consejos de la prensa econ�mica
internacional.
El editor financiero del derechista Chicago Tribune ha estado haciendo
hincapi� sobre estos temas con especial claridad. Debemos ser �mercenarios
voluntarios� pagados en concepto de nuestros amplios servicios por nuestros
rivales, usando nuestro �poder monopol�stico� en el �mercado de la
seguridad� para �mantener nuestro control sobre el sistema econ�mico
mundial�. �Debemos extender una red de protecci�n� aconseja, vendiendo
�protecci�n� a las otras potencias mundiales que deber�n por tanto pagarnos
�un canon de guerra�.
Y eso es en Chicago donde los palabras son perfectamente entendidas: si
alguien te molesta, se llama a la mafia para que le rompa los huesos. Y si
no se obtiene la recompensa suficiente, tambi�n tu salud puede resentirse.
Quede claro que el uso de la fuerza para controlar el Tercer Mundo es s�lo
un �ltimo recurso. El Fondo Monetario Internacional es un instrumento m�s
barato que los marines o la CIA si puede encargarse de la tarea. Pero el
�pu�o de hierro� debe poder ser contemplado en el horizonte, disponible para
cuando se necesite.
Nuestro papel de �gorila de alquiler� tambi�n causa sufrimientos en casa.
Las grandes corporaciones industriales siempre han confiado en el Estado
para proteger e incrementar sus enormes intereses econ�micos en casa, para
dirigir dinero p�blico a las necesidades de los inversores, etc. y esa ha
sido una de las razones de su poder. Desde 1950 Estados Unidos ha conseguido
estos objetivos a trav�s del sistema del Pent�gono, que incluye a la NASA y
al Departamento de Energ�a que produce armas nucleares. Pero ahora estamos
amarrados a estos mecanismos para mantener los componentes electr�nicos, las
conputadoras y la industria de la alta tecnoe�a en general.
Los militantes keynesianos de la �poca de Reagan se excedieron a�adiendo
nuevos problemas. La transferencia de recursos a las minor�as acaudaladas y
otro tipo de pol�ticas gubernamentales condujeron a una enorme ola de
manipulaci�n financiera y a una org�a consumiste. Y adem�s, se hac�a poco en
relaci�n a inversiones en el aparato productivo, y d pa�s estaba repleto de
deudas: gubernamentales, corporativas, inmobiliarias y la incalculable deuda
nunca superada de los programas sociales, a medida que Estados Unidos iba
girando hacia un modelo tercermundista, con islas de gran riqueza y enormes
privilegios en un oc�ano de miseria y sufrimiento.
Cuando un Estado adopta tales pol�ticas, se debe encontrar el m�todo de
distraer a la gente, eviando que adviertan lo que est� sucediendo a su
alrededor. Y no hay muchas maneras de hacerlo. La m�s cl�sica es inspirar
temor a terribles enemigos que nos amenazan, y confiar en nuestros grandes
l�deres que nos rescatar�n en el �ltimo momento.
�ste ha sido el modelo seguido durante toda la d�cada de los ochenta, que
requiere no poca ingenuidad por parte del p�blico, una vez que la amenaza
habitual, la Uni�n Sovi�tica, se hubiera evaporado. De manera que la amenaza
para nuestra existencia han sido Gadafi y sus hordas de terroristas, Granada
y su ominosa base a�rea, los sandinistas marchando hacia Texas, los
narcotraficantes hispanos conducidos por el archiman�aco Noriega y los
�rabes, locos en general. M�s recientemente ha sido Saddam Hussein despu�s
de que cometiera su �nico crimen, el de la desobediencia, en agosto del 90.
Ahora es m�s necesario que nunca reconocer lo que siempre ha sido verdad:
que el principal enemigo es el Tercer Mundo, que amenaza con �escapar a
nuestro control�.
�stas no son leyes naturales. Los procesos y las instituciones que las han
engendrado pueden ser cambiadas. Pero el proceso requiere cambios
culturales, sociales e institucionales no coyunturales, que incluyan a las
estructuras democr�ticas ya que la democracia no s�lo consiste en elegir
peri�dicamente entre una selecci�n de representantes del mundo econ�mico
para que manejen los asuntos internacionales y dom�sticos.
�
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El Futuro
Las cosas han cambiado
Es importante reconocer cu�nto han cambiado las cosas en los �ltimos 30 a�os
como resultado de las movilizaciones populares que se han organizado de
forma heterog�neo y ca�tica en torno a grandes objetivos: derechos civiles,
pacifismo, feminismo, medio ambiente y otras cuestiones de inter�s de la
humanidad.
Obs�rvese las administraciones Kennedy y Reagan, que eran similares en
numerosos aspectos en cuanto a sus pol�ticas b�lsicas y compromisos. Cuando
Kennedy desencaden� una vasta campa�a internacional terrorista contra Cuba
despu�s de que fracasara su invasi�n, y cuando comenz� la escalada asesina
en Vietnam del Sur al margen de cualquier norma de derecho internacional, no
hab�a pr�cticamente ning�n tipo de protesta.
No lleg� hasta que cientos de miles de soldados de las tropas
norteamericanas fueran desplegados y toda lndochina estuviese bajo
desvastadores ataques, con cientos de miles masacrados. Entonces la protesta
se hizo significativa. Por el contrario tan pronto como Reagan apunt� que se
iba a intervenir directamente en Am�rica Central, las protestas explotaron
de forma espont�nea a escala suficiente como para obligar a la
administraci�n a recurrir a otros medios.
Los l�deres pueden graznar sobre el fin del �s�ndrome de Vietnam� pero
conocen la realidad. La Revista Pol�tica de Seguridad Nacional de la
administraci�n Bush, filtr� en el momento del ataque terrestre en la Guerra
del Golfo que �en casos en que Estados Unidos se enfrenta a enemigos m�s
d�biles�, los �nicos a los que se atreve a enfrentar un verdadero estadista,
�nuestro objetivo es no s�io derrotarlos, sino derrotarlos r�pida y
efectivamente�. Cualquier otro resultado podr�a ser �embarazoso� y
cortocircuitar �el apoyo pol�tico�, bien entendido que adem�s, �ste es muy
estrecho.
Por ahora, una intervenci�n cl�sica ni siquiera se contempla como opci�n.
Los medios se limitan a operaciones terroristas clandestinas, mantenidas en
secreto a la opini�n p�blica, o a �r�pidos y decisivos� golpes a �enemigos
mucho m�s d�biles� , despu�s de una vasta campa�a destinada a pintarlos como
monstruos de indescriptible poder.
Este mismo proceso de respuesta se puede observar en la actualidad. Por
ejemplo 1992. Si la celebraci�n del Quinto Centenario hubiese sucedido en
1962, hubiera constituido una celebraci�n de la liberaci�n del continente.
En 1992 las celebraciones han obtenido una r�pida respuesta, un factor que
ha causado la histeria de los gur�s de la cultura que han ejercido un
control totalitario sobre todo el proceso. Ahora se apresuran a se�alar los
�fan�ticos excesos� de los que instan a respetar a otros pueblos y culturas.
Tambi�n en otras �reas hay mas apertura y conocimiento, m�s escepticismo y
cuestionamiento de la autoridad. Por supuesto las �ltimas tendencias son un
arma de doble filo. Pueden conducir a un pensamiento independiente, a la
organizaci�n popular y a la presi�n para que cambien las instituciones. 0
pueden proporcionar una masa de gente aterrorizada que redame l�deres nuevos
y m�s autoritarios. Esta posibilidad no es puramente especulativa, es algo
para tomar en serio y actuar en consecuencia, adoptando las medidas
oportunas para detener el fen�meno.
�
�Qu� hacer?
En cualquier pa�s siempre hay un grupo que ostenta el verdadero poder. No es
un gran secreto d�nde radica ese poder en Estados Unidos. B�sicamente reside
en manos de personas que determinan las inversiones, qu� se produce y qu� se
distribuye. Ocupan cargos a lo largo y ancho del gobierno, escogen a los
analistas y programadores de la pol�tica, e imponen las condiciones
generales que rigen el sistema doctrinal.
Una de las cosas que desean es la aquiescencia y la pasividad de la
poblaci�n. De manera que una de las cosas que les puede hacer la vida menos
c�moda es no ser pasivo y sumiso. Incluso plantear preguntas tiene un efecto
importante.
Las manifestaciones, escribir cartas y votar puede ser significativo,
depende de las circunstancias. Pero lo principal es estar organizado.
Si se va a una manifestaci�n y luego a casa, es importante, pero los
poderosos pueden soportarlo. Con lo que no pueden vivir es con una presi�n
sostenida que funcione, con organizaciones que hagan cosas, gente que
aprenda lecciones para mejorar su actuaci�n en el futuro.
Cualquier sistema de poder, incluso una dictadura fascista, reacciona ante
la disidencia popular. Esto es cierto en un pa�s como �ste donde,
afortunadamente, el Estado no dispone de mucha fuerza para coaccionar a la
poblaci�n. Durante la guerra de Vietnam, la resistencia contra el conflicto
fue directa y el gobierno tuvo un alto coste que pagar.
Si las elecciones son una cita donde una parte de la poblaci�n acude y
presiona un bot�n cada par de a�os, no se preocupan. Pero si los ciudadanos
se organizan para presionar sobre un determinado aspecto, y a su vez
presionan a los elegidos sobre ese asunto, las elecciones pueden tener una
importancia significativa.
Los miembros del Congreso son m�s f�cilmente influenciables que los del
Senado, y los senadores m�s que el presidente, que es pr�cticamente inmune.
Cuando se llega a ese nivel, la pol�tica est� pr�cticamente decidida por los
ricos y poderosos que controlan y manejan el pa�s.
Se puede organizar m�todos de presi�ne sobre nuestros representantes. Se les
puede llevar al barrio para que se enfrenten a las quejas de los vecinos, o
se pueden realizar sentadas en sus oficinas si se dan las circunstancias
apropiadas. Esto puede significar la diferencia, una sustancial diferencia.
Tambi�n se pueden realizar nuestras propias investigaciones. No s�lo se debe
confiar en los libros convencionales de historia y en los textos de ciencia
pol�tica, hay que estudiar las monograf�as de los especialistas y las
fuentes originales: los archivos ministeriales y documentos similares. La
mayor�a de las buenas bibliotecas tienen departamentos donde pueden
encontrarse.
Esto requiere un poco de esfuerzo. La mayor�a del material es basura, y hay
que leer una tonelada antes de encontrar algo bueno. Existen gu�as que nos
pueden orientar sobre d�nde buscar, y a veces se encuentran indicios en las
fuentes de segunda mano. A veces son malinterpretadas, pero no obstante
sugieren lugares donde investigar.
No es un gran misterio, y no supone ning�n especial esfuerzo intelectual.
Supone trabajo, pero cualquiera puede dedicar parte del tiempo que destina a
un hobby particular. Y los resultados de la investigaci�n pueden cambiar la
manera de pensar de la gente. Las verdaderas investigaciones son siempre
fruto de un trabajo colectivo, y sus resultados pueden contribuir
significativamente a incrementar la conciencia de la gente, aumentando la
capacidad de cr�tica y de conocimiento de la realidad, y conducir a una
acci�n constructiva.
�
La lucha contin�a
La lucha por la libertad no acaba jam�s. La gente del Tercer Mundo necesita
nuestra solidaridad, nuestra comprensi�n, y mucho m�s que eso, nuestra
ayuda. Podemos proporcionarles un margen de supervivencia mediante nuestra
lucha en Estados Unidos. Su �xito en su lucha contra la brutalidad que les
imponemos depende, en gran medida, de lo que suceda aqu�.
El coraje que muestran es encomiable. He tenido el privilegio personal de
percibir de primera mano un destello de ese coraje en el sudeste asi�tico,
en Am�rica Central y los Territorios Ocupados. Es una experiencia
sobrecogedora e inspiradora, e invariablemente trae a mi mente una desde�osa
cita de Rousseau sobre los europeos que hab�an abandonado los ideales de
libertad y justicia sustituy�ndolos por la paz y el reposo �que disfrutan
con sus cadenas�:
�Cuando veo multitudes de salvajes desnudos despreciar los lujos de los
europeos y arrastrar el hambre, la espada y la muerte para conservar su
independencia, s�ento que no les incumbe a los esclavos razonar sobre la
libertad�.
La gente que piense que estas son meras palabras comprenden muy poco el
mundo actual.
Y �sta es s�lo una parte de la tarea que tenemos por delante. Hay un
creciente Tercer Mundo en casa. Hay m�todos para deslegitimar a la autoridad
en todas las esquinas del mundo social, pol�tico, econ�mico o cultural. Por
primera vez en la historia, nos hemos enfrentado al problema de la
preservaci�n del medio ambiente que tiene que sustentar una vida digna del
ser humano. No sabemos cu�nto esfuerzo digno y decente ser� suficiente para
solventar o al menos mitigar problemas como �stos. Sin embargo, creemos
firmemente que su ausencia nos conducir�a irremediablemente al desastre.
�
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�
Pocos son los pr�speros y muchos los elegidos
La nueva econom�a global
Estuve en Brattle Street, Cambr�dge, (Se refiere a Cambridge, Massachusetts,
en Estados Unidos. (N.T.)) la pasada noche. Hab�a mendigos, gente pidiendo
dinero, gente durmiendo en los portales. Esta ma�ana, en la estaci�n de
metro de Harvard Square lo mismo.
El espectro de la pobreza y la desesperaci�n se ha ido �ncrementando hasta
alcanzar, l�gicamente, a la clase med�a e incluso a la clase alta. Ya no se
puede evitar enfrentarse con este fen�meno de la misma forma que hace unos
a�os, cuando estaba circunscrito a una parte de la ciudad. Tiene mucho que
ver con la pauperizaci�n de Estados Unidos, creo que usted la llama la
�tercermundizac��n� �ntema.
Hay varios factores implicados. Hace 20 a�os se produjo un gran cambio en el
orden mundial, simbolizado en parte, por el desmantelamiento del sistema
econ�mico de posguerra llevado a cabo por Richard Nixon. Nixon reconoci� que
la dominaci�n norteamericana de todo el sistema hab�a declinado, y en el
nuevo orden tripolar, con Jap�n y una Europa liderada por Alemania jugando
cada d�a un papel m�s importante, Estados Unidos ya no pod�a seguir siendo,
en efecto, el banquero mundial.
Esto condujo a aguantar una mayor presi�n de las corporaciones que quer�an
mantener su tasa de beneficios, y por lo tanto, a un ataque sistem�tico
contra los gastos sociales. Las migajas de que antes disfrutaba la gente
corriente se esfumaron. Todo ten�a que ir a parar a manos de los ricos.
Tambi�n hubo una tremenda expansi�n de capital irregular en el mundo. En
1971 Nixon desmantel� el sistema Bretton Woods, que regulaba los tipos de
cambio. Esta medida y otras expandieron tremendamente la cantidad de capital
irregular por todo el planeta, y aceler� lo que se ha dado en llamar
globalizaci�n o internacionalizaci�n de la econom�a.
Esa es una manera amable de decir que se iba a ejercer una gran represi�n
sobre los trabajadores productivos y a coartar las posibilidades de producir
localmente. Por supuesto tambi�n es una manera de incrementar los beneficios
de las empresas. Y es mucho m�s f�icil hacerlo con la libre circulaci�n de
capitales, el desarrollo de las telecomunicaciones etc.
De esta globalizaci�n se deducen dos grandes consecuencias. La primera es
que se extiende el modelo del Tercer Mundo a los pa�ses industrializados. En
el Tercer Mundo existen dos clases interconectadas: un sector de extrema
riqueza y enormes privilegios y otro de enorme miseria y desesperaci�n, de
gente desempleada, superflua.
Las pol�ticas impuestas por Occidente est�n profundizando esta divisi�n. Se
est� imponiendo un sistema de �libre mercado neoliberal� que dirija los
recursos a los ricos y a los inversores extranjeros, con la idea de que algo
funcionar� como por arte de magia, cuando aparezca el Mes�as.
Esto est� sucediendo en todo el mundo industrializado, pero con mayor
crudeza en los tres pa�ses angl�fonos. Durante la d�cada de los ochenta la
Inglaterra de Margaret Thatcher, Estados Unidos con Reagan y Australia bajo
un gobierno laborista, adoptaron algunas de las doctrinas que hab�an
apadrinado para el Tercer Mundo.
Por supuesto, nunca iban a tomarse la raci�n completa. Ser�a demasiado
alarmante para los ricos. Pero rondaban en torno a la idea. Y se le tem�a.
Quiero decir que la sabia la poblaci�n en general.
Tomemos por ejemplo el barrio del sur de los �ngeles. Ah� hubo alguna vez
f�bricas. Ahora se han trasladado a Europa del Este, M�xico, lndonesia, all�
donde hay campesinas que abandonan las tierras. Para los ricos estupendo,
igual que en el Tercer Mundo.
La segunda consecuencia, que tambi�n es importante, tiene que ver con las
estructuras gubernamentales. A trav�s de la historia, �stas han tendido a
fundirse con otras formas de poder, recientemente con el poder econ�mico.
As�, cuando se tienen econom�as nacionales, se obtienen Estados nacionales.
Bien, ahora tenemos una econom�a internacional y nos movemos hacia un Estado
internacional, lo que al final, viene a significar un gobierno
internacional.
Para citar a la prensa econ�mica estamos creando una �nueva edad imperial�
con un �gobierno mundial de facto�. �ste tiene sus propias instituciones
como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, estructuras
comerciales como el Tratado de Libre Comercio Norteamericano y el GATT,
Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio, reuniones de tipo ejecutivo como
el Grupo de los Siete, los siete pa�ses m�s industrializados del mundo,
Estados Unidos, Jap�n, Alemania, Gran Breta�a, Francia, Canad� e Italia, que
se re�nen peri�dicamente para discutir la pol�tica econ�mica, y la bur�crata
Comunidad Europea.
Y como se puede esperar, esta compleja estructura de toma de decisiones
responde b�sicamente a los intereses de las grandes corporaciones, los
bancos internacionales etc. Tambi�n es una barrera efectiva para la
democracia. Todas estas estructuras elevan sus decisiones a nivel ejecutivo,
dejando lo que se denomina un �d�ficit democr�tico�, parlamentos y pueblos
enteros con una sustancial merma de poder.
Y no s�lo eso, la gente no sabe lo que est� sucediendo, y ni siquiera sabe
que no lo sabe.
Como resultado se produce una alienaci�n de las instituciones. la gente
siente que �stas no les sirven.
Y por supuesto que no sirven. La gente no sabe lo que sucede en ese remoto y
secreto nivel de toma de decisiones. Esto ha constituido un gran �xito en la
tarea a largo plazo de desproveer de sustancia a las estructuras
democr�ticas.
- En la conferencia dada por Clinton en Little Rock y en otras partes del
pa�s, se hac�an mult�tud de referencias sobre el despegue econ�mico y la
recuperaci�n de la competit�vidad. El economista pol�tico Gar Alperovitz
escribi� en The New York Times que lo que se hab�a propuesto �no
profundizaba en nuestros problemas econ�micos. Simplemente estamos
instalados en una larga y dolorosa era de receso econ�mico sin resolver�.
�Est� usted de acuerdo con esto?
- Todav�a no he podido echar una mirada a ese art�culo, pero el Financial
Times, el influyente diario econ�mico londinense, ha estado comentando con
placer el conservadurismo fiscal de Clinton y sus asesores.
Y eso tiene serias consecuencias. En primer lugar debemos ser cuidadosos con
el uso de los t�rminos. Cuando alguien afirma que Am�rica est� en un largo
per�odo de decadencia, habr�a que ver qu� se entiende por Am�rica. Si se
quiere se�alar el �rea geogr�fica de Estados Unidos estoy de acuerdo. las
nuevas pol�ticas implementadas s�lo van a tener un efecto cosm�tico. Ha
habido decadencia y seguir� habiendo decadencia. El pa�s est� adquiriendo
muchas de las caracter�sticas del Tercer Mundo.
Pero si se est� hablando de las corporaciones que tienen sus sedes en
Estados Unidos, entonces no estoy de acuerdo. los indicadores muestran lo
contrario; el �ndice de productos manufacturados se mantiene estable o est�
probablemente creciendo, mientras que los �ndices que miden a Estados Unidos
arrojan cifras descendentes. �sta es una consecuencia directa de trasladar
la fuerza productiva al exterior.
General Motors, como se�alan constantemente los peri�dicos, est� cerrando
unas 24 f�bricas aqu�. Pero en la letra peque�a se puede leer que est�
abriendo otras, incluyendo una de alta tecnolog�a en la antigua Alemania del
Este con un costo aproximado de 700 millones de d�Iares. �sta es una zona de
alto �ndice de paro donde General Motors puede ahorrarse un 40% en salarios
y quedarse con todos los beneficios.
Aparec�a una bonita historia en la portada de The Financial T�mes, en la que
se aplaud�a la idea. Como dec�an, la General Motors ya no tiene que
preocuparse por los mimados trabajadores de Europa Occidental. Ya pueden
sobreexplotar a los trabajadores de Alemania del Este que han sido empujados
a su tradicional papel de tercermundistas. Lo mismo est� sucediendo en
M�xico, Thailandia etc.
- Las recetas para nuestra econom�a son parecidas �dejemos actuar al
mercado�. Hay una exaltaci�n del libre mercado, que ya comienza a ser
asumido como un mito: �corrige todos los problemas�. �Hay alternativas?
- Primero hay que separar la ideolog�a de la praxis, porque hablar en este
momento de libre mercado es una broma. Al margen de los ide�logos, los
acad�micos y la prensa, nadie piensa que el capitalismo es un sistema
viable, y nadie lo ha pensado en los �ltimos 60 o 70 a�os.
Herman Daly y Robert Goodland, dos economistas del Banco Mundial, han
difundido, recientemente, un interesante estudio. En �l se�alan que la
teor�a econ�mica, la teor�a cl�sica en la que se suponen est�n basadas las
principales decisiones en este �rea, dibujan el panorama de un oc�ano de
mercado libre con peque�as islas firmemente enclavadas. Estas islas, por
supuesto, no est�n internacionalmente aisladas, sino que est�n controladas
desde el centro.
Pero no hay problema, porque no son m�s que peque�as islas en un oc�ano. Se
supone que tenemos que creer que esos enclaves no son mucho m�s diferentes
que la tienda de ultramarinos de la esquina.
Daly y Goodiand tambi�n sostienen que tales islas se est�n aproximando al
tama�o de un mar. Un gran porcentaje del comercio fronterizo se realiza
dentro de un solo enclave, por lo que es dificil denominarlo �comercio
transnacional�. lo que s� existe en realidad son transacciones comerciales
controladas centralmente por una mano muy visible que lo dirige, el
entramado de las grandes corporaciones. Y hay que a�adir que el oc�ano
soporta solamente una de las caracterizaciones, y adem�s parcial del libre
comercio.
De manera que se puede afirmar que una de las alternativas al sistema de
libre mercado es la que ya tenemos, porque a menudo no confiamos en el
mercado, donde poderosos intereses pueden verse da�ados. Nuestra actual
pol�tica econ�mica es una mezcla de proteccionismo, intervencionismo, libre
mercado y medidas liberales. Y est� fundamentalmente dirigido a satisfacer
las necesidades de aquellos que ponen en pr�ctica la pol�tica social, la
mayor�a pertenecientes a los ricos y los poderosos.
Por ejemplo, Estados Unidos siempre ha tenido una pol�tica industrial
p�blica muy activa. Es com�nmente aceptado que un sistema de empresa privada
s�lo puede sobrevivir si se produce una intervenci�n estatal masiva. Es
necesaria para regular la anarqu�a del mercado, y para proteger el capital
privado de los efectos destructivos del sistema de mercado, y para organizar
los subsidios p�blicos destinados a objetivos de la industria punta.
Pero nadie lo llama pol�tica industrial, porque a lo largo de medio siglo se
ha enmascarado con el sistema del Pent�igono. lnternacionalmente el
Pent�gono era una fuerza de intervenci�n, pero en casa la realidad es que
era un m�todo mediante el cual el gobierno pod�a coordinar la econom�a
privada, subsidiar a las principales corporaciones y apoyarlas, dirigir el
dinero de los contribuyentes a la investigaci�n y desarrollo, facilitar una
garantia estatal para controlar el exceso de producci�n, y seleccionar
industrias para un ulterior desarrollo. Todos los �xitos de la industria
norteamericanos se han basado en este apoyo gubernamental.
- En la conferencia de Littie Rock escuch� a Clinton hablar acerca de los
problemas estructurales y de reconstruir las infraestructuras. Una
participante, Ann Markusen, economista y autora del libro �Desmantelando la
econom�a de la Guerra Fr�a� e intervino para se�alar los excesos del sistema
del Pent�gono y los da�os y las distorsiones que ese sistema ha causado a la
econom�a norteamericana. De forma que parece que hay alguna discusi�n sobre
esos temas, lo que es algo que no me hubiera atrevido a aventurar antes.
- La raz�n es que no se puede mantener intacto el sistema del Pent�gono.
Tienen que empezar a hablar de ello porque se le est� cayendo la m�scara. Es
dif�cil conseguir ahora que la gente reduzca su nivel de consumo y frene sus
deseos de que los fondos p�blicos no sean destinados a la industria de alta
tecnolog�a con la excusa de que vienen los rusos.
O sea, que el sistema tiene problemas. Los economistas y los banqueros han
estado clamando durante cierto tiempo que una de las principales razones por
las que el actual receso es tan profundo es que el gobierno ha sido incapaz
de proporcionar los recursos necesarios para incrementar los gastos
militares, con todos sus efectos multiplicadores, el mecanismo tradicional
de estimular la econom�a. Aunque est�n en marcha varias iniciativas para
lograrlo, y seg�n mi opini�n las operaciones en Somalia suponen un gran
esfuerzo de relaciones p�blicas del Pent�igono, ya no es posible continuar
actuando como si nada hubiera sucedido.
Y hay otro factor a considerar. las restricciones de fondos p�blicos a la
industria han sido destinadas a otros sectores, alejados de la industria
basada en la electr�nica de la posguerra, y dirigidos ahora hacia la
industria y el comercio basados en la biolog�a.
La biotecnolog�a, la ingenier�a gen�tica, la creaci�n de nuevas semillas y
drogas, incluso el dise�o de nuevas especies, etc., est�n destinadas a
proporcionar grandes beneficios a la industria. El enorme campo abierto es
m�s importante que la electr�nica. En realidad si se compara la
biotecnolog�a, que puede extenderse hasta la esencia de la vida, con la
electr�nica, �sta queda reducida a una menudencia.
Pero es dificil disfrazar las aplicaciones del gobierno en estas �reas bajo
la cobertura del Pent�gono. incluso si los rusos estuvieran ah�,
amenazantes, ser�a dificil.
Existen diferencias entre los dos partidos pol�ticos sobre lo que debe
hacerse. El de Reagan y Bush, m�s fan�ticos ideol�gicamente, es m�s reacio a
una apuesta ilimitada. Son un poco m�s dogm�ticos. El de Clinton est�
decididamente a favor. De hecho fue una de las principales razones por las
que Clinton recibi� un apoyo significativo del mundo empresarial.
Tomemos la cuesti�n de las �infraestructuras� o �del capital humano�, una
forma vulgar de decir que hay que mantener a la gente viva y permitirles
tener una educaci�n. Por ahora el mundo empresarial es bien consciente de
que existe un problema. The Wall Street Journal por ejemplo, era el m�s
ardiente defensor de la pol�tica lun�tica de Reagan hace 10 a�os. Ahora
est�n publicando art�culos en los que deploran las consecuencias, sin
reconocer, por supuesto, su responsabilidad.
Publicaron un gran reportaje sobre el colapso del sistema educativo en
California, sobre el que se mostraban muy negativos. los empresarios de la
zona de San Diego hab�an confiado en el sistema p�blico para que les
proveyera de trabajadores cualificados, gerentes en pr�cticas,
investigadores especializados, etc. Ahora el sistema est� en bancarrota.
La raz�n es obvia, los grandes recortes en gastos sociales del presupuesto
federal y las medidas fiscales y de otro tipo que han incrementado el
d�ficit federal, apoyadas por The Wall Street Journal, simplemente se han
dirigido a mantener a la gente viva y al funcionamiento de los Estados.
�stos no son capaces de soportar la carga. Se encuentran con grandes
problemas y han tratado de pasar la �patata caliente� a los ayuntamientos,
que por cierto, tambi�n tienen considerables problemas.
Lo mismo es aplicable a los ricos que pueblan las zonas residenciales de
Boston. les gustar�a subirse a sus limusinas y bajar al centro por una buena
carretera. Pero est� llena de baches. Tambi�n les gustar�a pasear por la
ciudad e ir al teatro sin que les apu�alen.
De manera que los ejecutivos est�n quej�ndose. Quieren que el gobierno
retorne a su intervenci�n y que les facilite lo que necesitan. Esto supone
una marcha atr�s en el fanatismo con que The Wall Street Joumal y otros
medios han aplaudido la situaci�n durante los a�os anteriores.
- Hablar de ello es una cosa, �pero de verdad saben qu� hacer?
- S� creo que tienen una pista. Si se escucha a economistas listos como Bob
Solow, que comenz� el debate en litfle Rock, te das cuenta de que tiene un
pu�ado de bonitas ideas.
Lo que quieren hacer lo hacen abiertamente Jap�n y Alemania y cualquier
econom�a funcional; b�sicamente confiar en las iniciativas gubernamentales
que proporcionan las bases del beneficio privado. En la periferia de Jap�n,
Corea del Sur y Taiwan por ejemplo, estamos asistiendo a una salida del
modelo del Tercer Mundo, y una entrada en un modelo de sociedad
industrializada a trav�s de una intervenci�n estatal masiva.
No solamente el Estado es suficientemente poderoso para controlar a los
trabajadores, tambi�n es capaz de controlar al capital. Durante los a�os
ochenta Am�rica latina tuvo un gran problema de evasi�n de capitales porque
estaba abierta a los mercados internacionales de capital. Corea del Sur no
tiene ese problema, existe la pena de muerte para ese delito. Como cualquier
analista con sentido com�n, usan el mercado para atraer capitales, pero
controlados por una direcci�n central.
Estados Unidos lo ha estado haciendo indirectamente a trav�s del sistema del
Pent�gono, que es el paradigma de la ineficacia. Ya no va a funcionar tan
bien como antes, de manera que a nuestros gobernantes les gustar�a ahora
mantenerlo sin tapujos. la cuesti�n es si se va a poder hacer. Un problema
es el enorme d�ficit que nos ha legado la administraci�n Reagan, federal, a
nivel de Estado, local e incluso a nivel de ama de casa, lo que hace
extremadamente dif�cil implementar programas constructivos.
- No hay capital disponible.
- En efecto. Probablemente eso form� parte intencionadamente del programa de
Reagan de endeudarse y gastar.
- �Eliminar el cap�tal?
- Recuerdo hace 10 a�os, cuando David Stockman, director de la Oficina del
Presupuesto en los primeros a�os de Reagan, fue despedido y mantuvo algunas
entrevistas con el periodista econ�mico William Greider.
Entonces Stockman sostuvo que se trataba de poner coto a los gastos
sociales, por el camino de la deuda. Pero siempre habr�a suficiente para
subsidiar a los ricos. Aunque no se pod�a ayudar a las madres con hijos a su
cargo; el dinero s�lo para los ejecutivos de las grandes empresas.
De cualquier forma el problema de la deuda, en lo que a su volumen se
refiere, no deber�a ser un gran obst�culo. Ya hemos tenido d�ficits mucho
mayores, no en valores absolutos, pero s� comparados con el Producto
Interior Bruto. El monto total de la deuda esta sujeto a sus diferentes
formulaciones estad�sticas. Se la puede revestir de distintos ropajes seg�n
se formule. En cualquier caso no supone algo que no pueda ser solucionado.
La cuesti�n es �qu� se ha hecho con todo ese dinero? Si todo lo que se ha
gastado en los �ltimos 10 a�os hubiese sido destinado a prop�sitos
constructivos, infraestructuras o inversiones productivas por ejemplo,
estar�amos de acuerdo. Pero, de hecho, los gastos han ido a parar al
bolsillo de los ricos, o han estado destinados al consumo, lo que significa
incrementar las importaciones, y por lo tanto el d�ficit comercial. A la
manipulaci�n financiera o a pura especulaci�n. Todos, objetivos da�inos para
la econom�a.
Y hay otro problema, un problema de �ndole cultural o ideol�gico. El
gob�erno ha confiado durante a�os en el aparato propagandistico que negaba
estas evidencias. Son otros los pa�ses que soportan intervenci�n
gubernamental y gastos sociales, nosotros somos individualistas feroces. Por
supuesto que la IBM no recibe nada del gobierno. Recibe y mucho, pero a
trav�s del sistema del Pent�gono.
La propaganda oficial ha desatado la histeria sobre el tema de los
impuestos, y eso que si nos comparamos con pa�ses similares estamos muy por
debajo de ellos en este tema. Y tambi�n se ha dirigido contra la burocracia
que se lleva parte de los beneficios, por ejemplo protegiendo a los
trabajadores y los derechos de los consumidores. Claro est� que la
burocracia que se dedica a subsidiar a la banca y a la industria es muy
conveniente.
Al margen de la propaganda, la gente en este pa�s es realmente muy
individualista, y no le gusta recibir �rdenes. No va a ser f�cil venderle
una pol�tica industrial de ayudas y subsidios. Estos factores culturales son
importantes.
En Europa existe una especie de contrato social. Ahora est� declinando pero
ha estado impuesto durante largo tiempo por la fuerza de los sindicatos y la
relativa debilidad de la patronal, que por razones hist�ricas no tiene la
misma fuerza que aqu�. los gobiernos europeos velan por supuesto, por los
intereses empresariales pero han tejido una importante red para el resto de
la poblaci�n. Hay un sistema p�blico sanitario, unos servicios razonables,
etc.
Nosotros no los tenemos en parte porque la clase trabajadora no ha tenido ni
la misma fuerza ni la misma organizaci�n, y porque adem�s la patronal s�
tiene una conciencia m�s clara y una organizaci�n m�s firme.
En Jap�n se dan casi los mismos resultados que en Europa, pero debidos
fundamentalmente a una cultura de corte totalitario. La gente hace lo que se
le dice. S�lo hay que decirles que bajen el nivel de consumo o que trabajen
m�s y obedecen. Esto ser�a impensable aqu�. Por otra parte su nivel de vida
es muy bajo si lo comparamos con el nivel de riqueza del pa�s.
- Dada la situaci�n econ�mica, deber�a ser una buena ocasi�n para que la
Izquierda, el movimiento progresista, planteara propuestas concretas. Pero
la izquierda parece atascada en una guerra de aniquilaci�n mutua, con un
modelo de actuaci�n puramente reactivo. No toma iniciativas.
- Lo que la gente llama �la izquierda�, los movimientos pacifistas y de las
libertades o lo que sea, se ha expandido enormemente a trav�s de los a�os.
Pero son muy localistas. Se centran sobre problemas particulares y consiguen
resultados.
Pero no tienen una visi�n m�s amplia o una estructura organizativa. La
izquierda no puede fundirse con los sindicatos, porque �stos pr�cticamente
ya no existen. Para desarrollarse es necesaria cierta estructura.
Pr�cticamente no existe una inteligencia de izquierda, es decir un grupo o
clase diferenciado de intelectuales. Nadie plantea lo que debe hacerse, o
est� disponible para dar charlas. La lucha de clases de las �ltimas d�cadas
ha conseguido sus objetivos de debilitar a las organizaciones populares. La
gente est� aislada.
Tambi�n debo decir que los problemas que debemos arrastrar son muy
profundos. Siempre es bueno conseguir reformas. Ser�a magn�fico conseguir
m�s dinero para los ni�os que pasan hambre. Pero hay otros problemas
objetivos que nos encontramos si recorremos el pa�s.
Un problema fue amablemente planteado a la administraci�n Clinton por un
arficulo de portada de The Wall Street Joumal el otro d�a. Se preguntaba que
suceder�a si la administraci�n se tomara en serio su propia ret�rica, como
la del gasto en programas sociales. Ojo, no va a suceder, pero �y si alguien
se tomara en serio su propio discurso?
Estados Unidos est� en manos de la comunidad financiera internacional a
causa de la deuda. Ellos tienen la llave de la pol�tica norteamericana. Si
algo sucediera aqu� que no gustara a nuestros acreedores, por ejemplo que se
incrementaran los salarios de los trabajadores y les disminuyesen los
beneficios a corto plazo, podr�an retirarse del mercado de la deuda p�blica
estadounidense.
Esto har�a subir las tasas de inter�s, lo que deprimir�a la econom�a, que a
su vez elevar�a el d�ficit. The Wall Street Joumal se�alaba que el programa
de gastos de Clinton de 20.000 millones de d�Iares, podr�a costarle al
gobierno m�s de esa cantidad, ya que producir�a significativos cambios en la
compra y venta de bonos de deuda p�blica.
De esta forma los programas sociales, incluso en un pa�s tan rico y poderoso
como el nuestro, el m�s rico y poderoso de todos, est�n hipotecados a la
comunidad financiera internacional. Estos son problemas que hay que
resolver, y significan enfrentarse a cambios revolucionarios.
Se ha publicado que existe un debate en el seno de la administraci�n
Clinton, con Laura Tyson y Robert Reich manteniendo posturas aparentemente
enfrentadas, sobre la necesidad de proteger a los trabajadores
norteamericanos. De acuerdo con las informaciones facilitadas, la posici�n
de Reich consiste en que hay que protegerlos, no importando a quien
pertenezca la empresa; la de Tyson consiste en protegerlos pero s�Io si la
empresa esta radicada en Estados Unidos.
Todos estos debates asumen de antemano que son los inversores quienes tienen
el derecho de decidir lo que vaya a suceder. De forma que las cosas hay que
hacerlas lo suficientemente atractivas para que las acepten. Pero si son los
inversores los que llevan la batuta, poco va a cambiar.
Es como tratar de cambiar el sistema proporcional de representaci�n popular
u otro tipo de sistema representativo, usando el parlamento de un Estado
totalitario como foro de discusi�n. las cosas pueden cambiar un poco, pero
no significativamente.
Hasta que no se llegue a la fuente del poder, esto es, a los propios
inversores, todos los cambios posibles son s�lo cosm�ticos, y s�lo pueden
tener lugar de forma muy limitada. Si fueran demasiado lejos, los inversores
tomar�an otro tipo de decisiones y nada se hubiera avanzado.
Desafiar el derecho de los inversores a decidir qui�n vive, qui�n muere, y
c�mo se vive y se muere, significar�a un paso adelante en direcci�n a los
ideales liberales, los verdaderos ideales liberales. Eso ser�a un cambio
revolucionario.
- Me gustar�a introducir otro actor. Psicol�gicamente es mucho m�s f�cil
criticar algo que proponer ideas constructivas. Aqu� juegan din�micas
totalmente diferentes.
- Se ven cantidad de cosas que est�n mal. Se pueden proponer peque�os
cambios. Pero para ser realista, los cambios sustanciales, los que alteran
la direcci�n de los acontecimientos y propician problemas de �ndole
diferente, requieren una profunda democratizaci�n de la sociedad y del
sistema econ�mico.
Una empresa o una gran corporaci�n esconden un sistema interno de corte
fascista. El poder est� en la c�spide. las �rdenes llegan hasta el escai�n
m�s bajo. O se siguen las �rdenes o te vas.
La concentraci�n de poder en esas estructuras hace que cualquier iniciativa
pol�tica o ideol�gica se vea constre�ida. No todo est� controlado al cien
por cien, pero est� agudamente constre�ido. Esto son hechos.
La econom�a internacional impone otro tipo de limitaciones. No se pueden
obviar estas caracter�sticas. Si alguien se preocupa de leer a Adam Smith en
lugar de parlotear sobre �l, se dar� cuenta de que Smith sostiene que la
pol�tica social est� basada en las clases sociales. Admiti� que se basaba en
an�lisis de clase.
Si se estudia la materia con seriedad en la Universidad de Chicago, reducto
de Milton Friedman y otros economistas de derechas, se aprende que Adam
Smith denunci� el sistema mercantilista y el colonialismo porque estaba a
favor del libre comercio. Esto es s�lo la mitad de la verdad. la otra mitad
es que tambi�n dijo que el sistema mercantilista y el colonialismo eran muy
beneficiosos para �los mercaderes y los manufactureros ... los principales
arquitectos de la pol�tica�, pero perjudicial para los propios ingleses.
Para abreviar, era una pol�tica de clase la que trabajaba en favor de los
ricos y los poderosos en Inglaterra. El pueblo ingl�s sufr�a las
consecuencias. Smith se opon�a a esto porque era un brillante intelectual,
pero lo reconoc�a. Si no se reconoce el fen�meno no se habita en el mundo
real.
�
�A qui�n beneficia el NAFTA y el GATT?
(NAFTA: North American Free Trade Agreement, lo que conocemos aqu� por TLC,
Tratado de libre Comercio entre M�xico, EUU y Canad�. GATT: General
Aqreement on Trade and Tariffs. Acuerdo General sobre Comercio y Tarifas.
(N.T.))
- Antes usted ha mencionado que la General Motors hab�a trasladado una
f�brica a M�xico. La empresa de fabricaci�n de m�quinas de escr�bir, Sm�th
Corona, antes radicada en EEUU, ha hecho lo prop�o. Existe un ancho corredor
de �maquitadoras�, plantas de ensamblaje, cerca de la frontera. All� la
gente trabaja por cinco d�lares al d�a y existen unos niveles incre�bles de
poluc��n, gases t�xicos, vertidos al agua, etc.
- Uno de los principales objetivos del pa�s ahora es el NAFTA. No hay duda
que va a tener amplias consecuencias tanto para Estados Unidos como para
M�xico. Se puede discutir sobre el tipo de efectos, pero es indudable que
van a ser enormes.
Es seguro que tales efectos van a acelerar lo que se ha descrito
anteriormente, el flujo de trabajo productivo a M�xico. All� existe una
dictadura totalitaria y represiva, de manera que est� garantizado que los
salarios van a seguir siendo bajos. Durante lo que se ha dado en llamar el
�milagro econ�mico mexicano� de la �ltima d�cada, los salarios se han
depreciado en un 60%. Los l�deres sindicales han sido asesinados. Si la Ford
quiere despedir a toda su plantilla y alquilar fuerza de trabajo superbarata
lo hace. Nadie puede evitarlo. La contaminaci�n carece de regulaci�n. Es un
gran lugar para los inversores.
Uno puede pensar que el NAFTA, que incluye trasladar fuerza productiva a
M�xico, puede mejorar las condiciones de vida de ambos pa�ses. Pero es muy
improbable. Una raz�n es que la represi�n en M�xico imposibilita organizarse
para luchar por mejoras. Otra raz�n es que el NAFTA inundar� M�xico con
productos agr�colas norteamericanos.
Estos productos est�n todos obtenidos a base de grandes subsidios y
cortocircuitar�n la agricultura mexicana. la gente abandonar� sus tierras y
se calcula que unos 13 millones emigrar�n a la ciudad o a las zonas de
maquitadoras, lo que conducir� a una nueva bajada de salarios.
Tambi�n los trabajadores norteamericanos deber�an recelar del acuerdo. Se
perder�n cientos de miles de puestos de trabajo, o se bajar� el nivel de
�stos. los que m�s lo van a sufrir ser�n los trabajadores hispanos y negros.
Pero realmente va a haber un buen per�odo para los inversores
norteamericanos y sus socios adinerados mexicanos. Ellos, junto con los
profesionales que trabajan a su servicio, son los que se van a beneficiar de
este acuerdo.
- �Van el NAFTA y el GATT a institucionalizar y formalizar l�s relaciones
entre el Norte, pr�spero, industrializado, formado casi en su totalidad por
naciones del hemisferio septentrional, y el Sur, m�s pobre, menos
industrializado, meridional?
- �sa es la idea. El NAFTA degradar� tambi�n el medio ambiente. Por ejemplo
las corporaciones argumentar�n que las regulaciones ambientales violan los
acuerdos del NAFTA. Esto est� ya pasando con las regulaciones del NAFTA que
afectan a las relaciones econ�micas EEUU-Canad�. Sus efectos generales
degradar�n los niveles de calidad de vida y aumentar�n los beneficios.
Es curioso observar c�mo se ha llevado el tema. La opini�n p�blica no ten�a
la m�s m�nima idea de qu� estaba pasando. De hecho no pod�an saberlo. Una
raz�n es que el NAFTA es secreto, es un acuerdo entre los gobiernos que a�n
no ha sido hecho p�blico.
En 1974 el Acta de Comercio pas� por el Congreso. Una de sus resoluciones
fue que el Comit� laboral Consultivo, que tiene su base en los sindicatos,
ten�a que pronunciarse en cualquier acuerdo comercial. Obviamente el Comit�
tiene que emitir su informe sobre el NAFTA, que es un acuerdo de los tres
gobiernos y tiene que ser firmado por el Presidente.
A mediados de agosto del 92 se le notific� al Comit� que su informe deb�a
estar listo el 2 de septiembre de ese mismo a�o. No obstante el texto se le
entreg� apenas 24 horas antes de esa fecha. Ni siquiera pudieron discutirlo
y menos escribir un informe m�nimamente serio.
Adem�s ese tipo de l�deres laborales son bastante conservadores, no son ese
tipo de gente que se permite criticar al gobierno. Pero escribieron un
informe bastante �cido. Dijeron que a pesar del poco tiempo de que hab�an
dispuesto para estudiarlo, parec�a que iba a ser un verdadero desastre para
los trabajadores, para el medio ambiente, para los mexicanos, y un chollo
para los inversores.
El Comit� destac� que aunque los defensores del tratado manten�an que no
perjudicar�a a muchos trabajadores americanos, quiz� s�lo a los no
cualificados, su propia definici�n de �no cualificados� abarcaba al 70% de
la fuerza productiva. Tambi�n rese�� que el Acuerdo hac�a un especial
esfuerzo en garantizar el derecho a la propiedad, pero no aparec�an muchas
menciones a los derechos de los trabajadores.
Tambi�n condenaba agriamente el desprecio a la democracia que hab�a supuesto
recibir el texto con tan poca antelaci�n. Y qu� partes del Acuerdo segu�an
siendo secretas.
El GATT es pr�cticamente parecido, nadie sabe de que va a no ser que sea un
verdadero especialista en el tema. Y tiene un contenido que abarca m�s que
el NAFTA. Uno de los aspectos sobre lo que se ha presionado m�s ha sido lo
que denomina �derechos de propiedad intelectual�. Es decir, protecci�n para
las patentes, software, grabaciones etc. Se trata de garantizar que la
tecnolog�a del futuro permanezca en manos de las grandes corporaciones
internacionales, para las que trabajan los distintos gobiernos mundiales.
Hay que asegurarse, por ejemplo, de que la India no pueda producir medicinas
para su poblaci�n al 1O% de costo que las producidas por Merck
Pharmaceutical, una empresa apoyada y subsidiada por el gobierno. la Merck
utiliza extensivamente la investigaci�n proveniente de los laboratorios
universitarios de biolog�a, que est�n apoyados y financiados por fondos
p�blicos, y otras formas de intervenci�n gubernamental.
- �Ha podido estudiar los detalles de esos tratados?
- Bueno, ahora es te�ricamente posible conseguir un texto. Pero lo que he
podido estudiar son los comentarios secundarios al texto, como el informe
del Comit� Consultivo laboral, y el informe de la Oficina del Congreso de
Asesor�a Tecnoi�gica, que es muy parecido.
Lo verdaderamente importante es que aunque usted o yo podamos obtener el
texto, �qu� es lo que esto significa para el sistema democr�tico? �Cu�nta
gente est� enterada de lo que se est� llevando a cabo? Seg�n lo que yo s�,
el informe del Comit� y el hecho de que el Acuerdo fuera criticado por el
Comit�, nunca ha aparecido en la prensa.
Acabo de regresar de un viaje de dos semanas por Europa, donde el GATT es un
objetivo importante para la gente de los pa�ses de la Comunidad Europea.
Est�n preocupados por el vac�o que se est� produciendo entre las decisiones
del ejecutivo, que son secretas, y las instituciones democr�ticas,
parcialmente democr�ticas, como los parlamentos, que cada vez son m�s
incapaces de influir en las decisiones que se toman a nivel de Comunidad
Europea.
- Parece que la admin�straci�n Clinton-Gore va a encontrarse en un grave
problema. Apoya tanto el NAFTA como el GATT, pero al mismo tiempo, por lo
menos ret�ricamente, habla sobre su compromiso con la protecci�n ambiental y
la creaci�n de puestos de trabajo para los norteamericanos.
- Mucho me sorprender�a que se produjera un gran conflicto basado en esos
problemas. Su t�rmino �ret�rico� es totalmente apropiado. Su compromiso es
con las corporaciones radicadas en EEUU es decir con las corporaciones
internacionales. Y �stas aprueban los t�rminos en que est� redactado el
NAFTA, protecci�n especial para la propiedad, desprotecci�n para los
derechos laborales, as� como los m�todos empleados para desregular la
protecci�n ambiental. El acuerdo forma parte de sus intereses. Dudo que haya
alg�n problema gubernamental a no ser que se ejerza una fuerte presi�n
popular.
Los �milagros econ�micos� del Tercer Mundo y la alimentaci�n
- H�blenos de la econom�a pol�tica en el cap�tulo alimentarlo, su producci�n
y distribuci�n, en el marco de las pol�ticas implementadas por el FMI y el
Banco Mundial. Estas instituciones ofrecen cr�d�tos al Sur bajo estrictas
condiciones: tienen que promover una econom�a de mercado, pagar estos
cr�ditos en monedas fuertes e incrementar las exportaciones, como el caf�
para que podamos tomar 'cappuccino' o carne para que nos atraquemos de
hamburguesas, a expensas de la agricultura tradicional ind�gena.
- Lo ha descrito con todo detalle. Es tambi�n interesante mirar
detenidamente los casos individuales. Tomemos Bolivia. Ha habido dictadores
brutales y represivos, y una gran deuda exterior, todos los elementos
caracter�sticos.
Occidente acudi� con todas las recetas del FMI; Jeffrey Sachs, experto de
Harvard fue consejero del pa�s. Comenzaron a implementarse las t�picas
medidas: estabilizaci�n monetaria, recortes de la producci�n destinada al
consumo interno, etc. Funcion�. las cifras, las estad�sticas, arrojaban unos
resultados satisfactorios. la moneda se estabiiiz�. la deuda se redujo. El
Producto Nacional Bruto se incremento.
Pero subsistian algunos moscardones volando sobre la miel. La pobreza se
increment�. la malnutrici�n tres cuartos de lo mismo. El sistema educativo
se derrumb�. Pero lo m�s interesante es que lo que estabiliz� la econom�a
fue la exportaci�n de coca, la planta. Ahora representa dos terceras partes
de las exportaciones bolivianas.
Por supuesto los campesinos no sacaron gran provecho del �milagro�. T�mese a
un campesino de cualquier pa�s, in�ndese sus tierras con productos agr�colas
norteamericanos subsidiarios, probablemente importados a trav�s de un
programa de ayuda como el de Alimentos para la Paz, y compru�bese si puede
competir o subsistir. Se ha creado un panorama en que s�io se puede cultivar
para la exportaci�n. El campesino no es idiota. Producir� el producto que
rinda m�s, es decir coca.
Tampoco es que reciban ingentes cantidades de dinero por hacerlo, y se
enfrentar� a las armas y los helic�pteros de la DEA, pero por lo menos podr�
subsistir. Y el mundo se inundar� de coca.
Los beneficios van a parar a las mafias, o a los bancos neoyorquinos. Nadie
sabe cu�ntos cientos de miles de d�lares procedentes de los beneficios del
negocio de la coca pasan por los bancos de Nueva York o de sus filiales,
pero sin duda, muchos.
Tambi�n reciben su tajada las compa��as qu�micas estadounidenses, que como
es bien sabido, exportan los reactivos necesarios para la producci�n de
coca�na en Am�rica Latina. De manera que hay montones de beneficios. Tambi�n
supone un �pico� en las venas de la econom�a norteamericana. Y adem�s
contribuye amablemente a la proliferaci�n mundial de drogas, incluido
Estados Unidos.
En esto consiste el �milagro econ�mico boliviano�. Y no s�lo es este caso.
Echemos una mirada a Chile. Ah� hay tambi�n un gran milagro econ�mico. La
pobreza se ha incrementado desde un 20% en tiempos de Allende, recuerdas, el
presidente asesinado por un golpe propiciado por EEUU, a un 40% ahora, tras
el gran milagro. Y esto es as� pa�s por pa�s.
Estos son los tipos de consecuencias que se derivan de lo que se ha llamado
apropiadamente �fundamentalismo del FMI�. All� donde se aplica, los e�ectos
son desastrosos.
Pero desde el punto de vista de los que perpetran estas recetas los
resultados son todo un �xito. Si se venden bienes p�blicos, se puede hacer
una gran cantidad de dinero y recuperar el capital invertido en Am�rica
Latina. El mercado lo est�i haciendo muy bien. Los negociantes y los
profesionales est�n muy contentos. Adem�s son los que escriben los art�culos
en la prensa, los que trazan los planes a seguir, etc.
M�todos id�nticos se est�n aplicando en Europa del Este. Est�n siendo
destacados all� los mismos consejeros. Despu�s de que Sachs perpetrara el
milagro econ�mico boliviano, se fue a Polonia y Rusia a ense�ar las mismas
recetas.
Se oyen montones de elogios del proceso tambi�n aqu� en EEUU, ya que son una
copia ampliada y exagerada de lo que est� pasando en nuestros lares. La
gente adinerada lo est� pasando muy bien, pero la poblaci�n en general se
enfrenta a un serio problema. Es suave si se compara con el Tercer Mundo,
pero la estructura es la misma.
- Entre 1985 y 1992 la cifra de norteamericanos que pasaban hambre iba de
los 20 a los 30 millones de personas. Y todav�a el novelista Tom Wolfe
describi� los a�os ochenta como �uno de los momentos dorados que la
humanidad ha experimentado�.
- Hace un par de a�os el Hospital Municipal de Boston, el que atiende a los
pobres y al p�blico en general, no el sofisticado hospital de pr�cticas de
Harvard, tuvo que crear una unidad de cuidados para la malnutrici�n, porque
se estaban alcanzando niveles tercermundistas.
Gran parte de la enorme hambruna y malnutrici�n que se daba en EEUU se
erradic� mediante los programas de la Gran Sociedad de 1960. A principios de
los a�os ochenta el fen�meno remont� y ahora las �ltimas estimaciones cifran
en unos 30 millones las personas que pasan hambre en EEUU.
Es mucho peor durante el invierno porque los padres tienen que tomar una
ag�nica decisi�n entre alimentos o calefacci�n, y los ni�os mueren porque no
tienen arroz que echar al agua que cuecen.
- El grupo World Watch dice que una de las soluciones para el problema del
hambre es el control demogr�fico. �Apoya usted los esfuerzos de lim�tar el
crecimiento demogr�fico?
- En primer lugar no existe un problema de escasez de alimentos. Hay un
serio problema de distribuci�n. Dejando esto bien claro, creo que debeeia
hacerse un esfuerzo por controlar el crecimiento demogr�fico. Hay una buena
forma de hacerlo, mejorar las condiciones de vida.
La poblaci�n se est� reduciendo dr�sticamente en las sociedades
industrializadas. la mayor�a no hace m�s que reemplazar su propia poblaci�n.
En Italia por ejemplo, un pa�s industrializado tard�amente, la tasa de
natalidad no llega a cubrir la tasa de mortalidad. Es un fen�meno t�pico.
- �Junto con la educaci�n?
- Por supuesto el control de la natalidad tiene que ir acompa�ado de un
esfuerzo educativo. Estados Unidos ha jugado un papel terrible en esta
materia. Ni siquiera ha destinado fondos a los organismos internacionales
que se dedican a la educaci�n sobre el control de la natalidad.
Los �milagros econ�micos� del Tercer Mundo y la alimentaci�n > La fotog�nica
operaci�n de Somalia
-�Representa la operaci�n 'Restaurar la Esperanza' en Somalia, un nuevo
modelo de intervenci�n en el mundo de EEUU?
-No creo que pueda calificarse de intervenci�n. M�s bien es una operaci�n de
relaciones p�blicas del Pent�gono. Es curioso observar c�mo ha sido
preparada abiertamente. Colin Powell, el jefe de la Junta de Estado Mayor,
declar� que iba a ser una gran operaci�n de relaciones p�blicas para los
militares. Un editorial del Washington Post la describi� como una bonanza
para el Pent�gono.
Los periodistas no pod�an dejar de observar qu� estaba pasando. Despu�s de
todo, el Pent�gono llam� a las agencias y a las televisiones y les dijo
�Mira, ten�is que estar en al playa a tal hora, con las c�maras enfocando
hacia tal lado, y ver�is desembarcar a la Marina, va a ser precioso�. Nadie
pod�a dejar de pensar que era una operaci�n de relaciones p�blicas. Hubiese
sido una estupidez de gran calibre.
La mejor explicaci�n para la �intervenci�n� fue, en mi opini�n, la que
apareci� en un �rticulo de The F�nancial Times el mismo d�a del desembarco.
No mencionaba Somalia, trataba sobre la recesi�n en EEUU y de la dificultad
de la recuperaci�n econ�mica.
Citaba a varios economistas de empresas dedicadas a inversiones y de
diversos bancos, gente en suma preocupada por la econom�a. Llegaban al
acuerdo de que la recuperaci�n es tan lenta porque el m�todo tradicional de
est�mulo gubernamental, el sistema del Pent�gono, no pod�a usarse tan
masivamente como en el pasado.
Bush lo dijo claramente en su despedida cuando explic� por qu� se interven�a
en Somalia y no en Bosnia. En Bosnia podr�amos tener problemas serios. En
Somalia la superioridad es aplastante. Suponemos que podemos manejar la
situaci�n con unos 30.000 marines.
La hambruna peor ya ha pasado y los combates han cedido. (Han vuelto a
recrudecerse porque ahora EEUU trata de implementar su pol�tica de
intervenci�n cl�isica, para �provech�ndose de la coyuntura internacional, es
decir bajo los auspicios de la ONU.) Hay buenas oportunidades para hacerse
unas fotos. Uno espera que se ayude a los somal�es m�s que da�arles, pero
eso no es lo importante. Lo importante es que forman parte de las relaciones
p�blicas del Pent�gono.
La prensa tiene que hacer un buen trabajo, porque Somalia tiene un tenebroso
pasado.
Estados Unidos fue el que apoy� y mantuvo en el poder a Siad Barre, una
especie de gemelo de Saddam Hussein, desde 1978 hasta 1990, una historia
bien reciente. �l destroz� el pa�s de arriba a abajo.
Destruy� las estructuras sociales y civiles, de hecho cre� las bases de lo
que ahora est� sucediendo, y de acuerdo con la organizaci�n Africa Watch,
mat� entre 50 o 60.000 de sus paisanos.
Estados Unidos estuvo respald�ndole. Sus fuerzas recibieron todo tipo de
apoyo de Kenia, un fiel aliado de EEUU en la zona.
Estados Unidos se encontraba en Somalia por una raz�n espec�fica. Ten�a
bases militares que formaban parte del sistema montado en la �poca de la
Guerra del Golfo. No obstante, dudo que �sa haya sido la principal causa de
la intervenci�n. Hay lugares m�s seguros y m�s estables para establecer
bases militares. Lo que se necesitaba desesperadamente era hallar un m�todo
de impedir que el presupuesto del Pent�gono siguiera bajando.
Cuando los comentaristas y la prensa dicen que Estados Unidos no tiene
intereses en Somalia se equivocan. Tienen una visi�n muy estrecha de los
acontecimientos. Mantener el sistema del Pent�gono es un inter�s de gran
importancia para la econom�a norteamericana.
En un documento de la Marina publicado en septiembre de 1992 se manten�a que
los militares tienen que cambiar su �mbito de actuaci�n, pasando de
intervenir contra los amenazas a enfocar su actuaci�n �en los retos que se
plantean en las diversas regiones del mundo� incluyendo �ayuda humanitaria y
esfuerzos de reconstrucci�n en los pa�ses del Tercer Mundo�.
En realidad �sa ha sido siempre la cobertura usada por los militares para
intervenir en el Tercer Mundo, Pero el presupuesto militar est� dedicado en
realidad a la intervenci�n armada. De hecho, las fuerzas estrat�gicas
nucleares son b�sicamente fuerzas de intervenci�n.
Estados Unidos constituye un poder global. Noe s como la Uni�n Sovi�tica,
que sol�a intervenir en pa�ses fronterizos, donde ten�an una gran ventaja en
fuerzas convencionales. Estados Unidos interviene en todos los sitios en el
Sudeste Asi�tico, en Oriente Medio y en lugares donde no gozamos de esa
ventaja. As�, tenemos que mantener una postura extremadamente intimidatoria
para asegurarnos de que nadie nos plante cara.
Esa desventaja requiere un paraguas nuclear , unas armas estrat�gicas
poderosas para intimidar a todo el mundo, de forma que las fuerzas
convencionales puedan ser un instrumento del poder pol�tico. De hecho, casi
todo el sistema militar, en su aspecto puramente militar, no econ�mico, est�
dise�ado para intervenir. Pero a menudo, la cobertura usada ha sido la
�reconstrucci�n nacional�. En Vietnam, en Am�rica Central siempre hemos
prestado �ayuda-humanitaria�.
De forma que cuando el documento de la Marina se�ala que ahora tenemos una
nueva misi�n se refiere a la misma historia, a la cobertura usada para
intervenir. S�lo que ahora hay que enfatizarla m�s porque el pretexto
tradicional, el conflicto con los rusos, ya no existe.
-�Qu� tipo de impacto va a projucir la �ntervenci�n norteamericana en
Somalia? Un oficial nuestro describi� al pa�s como Dodge City y a nuestros
marines como Wyatt Earp. �Qu� sucede cuando el sheriff abandona una ciudad?
-En primer lugar la descripci�n no tiene nada que ver con Somalia. Uno de
los aspectos m�s sorprendentes de esta intervenci�n es que no hay inter�s
por Somalia. Nadie que realmente supiera algo de este pa�s estuvo
relacionado con los planes previos a la intervenci�n, y no hay nadie somal�
implicado en las operaciones, por lo menos que yo sepa.
Desde que los marines han desembarcado han estado tratando con los llamados
�se�ores de la guerra�, los mayores g�ngsteres del pa�s. Pero Somalia es un
pa�s. Hay gente que lo conoce bien y que se preocupa por lo que sucede all�,
solo que no tienen ni voz ni voto en esta operaci�n.
Uno de los expertos en el tema es una mujer somal�, Rakiya Omaar, que era
directora ejecutiva de Africa Watch, un grupo que vela por los derechos
humanos en la zona y que tiene su base en Washington. Ella se encargaba de
la mayor�a del trabajo sobre derechos humanos, escrib�a cartas, etc., hasta
la intervenci�n. Se opuso vigorosamente a la intervenci�n y la echaron de
Africa Watch.
Otra persona que tiene mucho que decir sobre el tema es Alex de Waai,
subdirector del mismo organismo. Renunci� en protesta por el despido de
Rakiya. Adem�s de su trabajo en pro de los derechos humanos es un
especialista en la zona. Ha escrito infinidad de arriculos y ha publicado en
Oxford University Press el libro m�s importante sobre el hambre en Sud�n. Es
decir, no s�lo conoce Somalia, conoce muy bien toda la zona. Y hay muchos
m�s. Su an�ilisis es totalmente distinto del que hoy se ofrece en EEUU.
La mayor�a de las atrocidades cometidas por Siad Barre tuvieron lugar en la
parte norte del pa�s, que hab�a sido una colonia brit�nica. La zona se
estaba recuperando de los ataques de Barre, que estuvieron respaldados por
EEUU, y se estaba reorganizando con eficacia y recibiendo la ayuda
internacional. La sociedad civil estaba emergiendo, una sociedad tradicional
con sus consejos de ancianos, etc., pero con nuevos grupos sociales
asumiendo nuevos papeles. Por ejemplo grupos de mujeres.
La zona que se hallaba en una verdadera crisis era el sur. En parte se deb�a
a la intervenci�n de las fuerzas del General Mohammed Hersi que estaban
apoyadas por Kenia. Hersi, conocido por Morgan, es yerno de Siad Barre. Sus
tropas as� como las del General Mohammed Fara Aidid y All Mahdi, eran las
que estaban cometiendo las peores atrocidades. La situaci�n era un verdadero
volc�n, en la que la gente empu�aba las armas s�lo para sobrevivir. Los
saqueos eran constantes y hab�a una gran cantidad de peque�os g�ngsteres
adolescentes.
Hacia septiembre-octubre, la regi�n estaba tambi�n recuper�ndose. A pesar de
organizaciones como US Care, y de las extremadamente torpes operaciones de
la ONU, otros grupos asistenciales como la Cruz Roja Internacional, Save the
Children, o grupos m�s peque�os como American Friends Service Committee o
Australian Care estaban consiguiendo hacer llegar la ayuda a sus
destinatarios.
A principios de noviembre el 80% o 90% de la ayuda era entregada, y a
finales de noviembre la cifra superaba el 95%. La raz�n es que se estaba
trabajando en cooperaci�n con la sociedad civil somal�. En este meridional y
apartado rinc�n de hambre y violencia las cosas estaban empezando a
funcionar, de la misma forma que funcionaban en el norte.
Una gran parte del �xito se deb�a a las iniciativas del negociador de la
ONU, el argelino Mohammed Sahnoun, que era muy respetado por todas las
partes. Trabajaba en contacto con los grupos de ancianos y con los nuevos
grupos sociales emergentes, especialmente con los grupos de mujeres, que
estaban estructur�ndose con el resto de la sociedad bajo su actuaci�n, o al
menos bajo su iniciativa.
Pero Sahnoun fue cesado por Butros Ghali porque hab�a criticado p�blicamente
la incompetencia y corrupci�n de la actuaci�n de la ONU. Fue reemplazado por
un iraqu�, que aparentemente ha conseguido bien poca cosa.
La intervenci�n norteamericana fue planificada para un poco despu�s de que
se celebraran elecciones. La historia oficial es que fue decidida a finales
de noviembre, cuando George Bush vio unas estremecedoras im�genes por
televisi�n. Pero de hecho, periodistas norteamericanos pudieron ver en
Baidoa a principios de noviembre a oficiales de marines vestidos de civil
explorando la zona, y planeando d�nde iban a establecer su base.
Esto era m�s racional. Lo peor del a crisis ya hab�a pasado, la sociedad
estaba recomponi�ndose, y se pod�a estar bien seguro del �xito del reparto
de la ayuda porque de hecho ya estaba siendo correctamente repartida. Ya se
pod�a enviar 30.000 marines. No habr�a mucho combate, porque la lucha no
entraba en los primeros planes. De manera que no era en absoluto Dodge City.
Bush ten�a la posibilidad de hacerse la foto y dejar al siguiente que
afrontara los problemas que se iban a plantear m�s tarde. Nadie se
preocupaba de lo que pasaba en Somalia. Si la cosa sal�a bien, estupendo,
aplaudir�amos nos besar�amos unos a otros y nos deshar�amos en
autoalabanzas. Si se convert�a en un desastre, bueno, tendr�amos que actuar
como en otras intervenciones desastrosas.
Despu�s de todo ten�amos una larga experiencia.La de Granada por ejemplo.
Fue una intervenci�n humanitaria.Ibamos a salvar a la gente de la tragedia y
a convertir la isla en lo que Reagan llam� un �escaparate de la democracia�
o un �escaparate del capitalismo�.
Estados Unidos derram� ayuda a manos llenas. Granada tuvo la ayuda per
c�pita mayor del mundo al a�o siguiente, a continuaci�n de Israel que es
harina de otro costal. Y se convirti� en un desastre.
La sociedad se colaps�. Lo �nico que ahora funciona es el lavado de dinero
proveniente de la droga. Pero nadie quiere enterarse. A las c�maras de
televisi�n se les dijo que enfocaran hacia otro lado.
De esta forma si la intervenci�n de los marines resulta un �xito, lo que es
probable, se le prestar� la debida atenci�n y nos desharemos en
autoalabanzas sobre lo maravillosos que somos. Si se convierte en un
desastre, no existe, el pa�s desaparece del mapa, olvid�moslo.
En cualquier caso, as� no podemos perder.
�
Esclavos contra esclavos
- Me gustar�a que hiciese algunos comentarios sobre los sucesos en la
antigua Yugoslavia, el mayor estallido de violencia en Europa en los �ltimos
50 a�os, con decenas de m�les de muertos, y cientos de m�les de refugiados.
No est� sucediendo en zonas remotas como Timor Or�ental, es en Europa, y
sale todas las noches en los telediarios.
- En cierto sentido lo que est� sucediendo es lo que estaban pidiendo los
sectores m�s derechistas de EEUU y Gran Breta�a. Desde 1940 hab�an criticado
�vidamente el apoyo occidental a Tito y sus partisanos, en su lucha contra
Mikailhovitch y sus chetniks y contra los croatas anticomunistas, incluidos
los ustachis que fueron verdaderos nazis. Tambi�n los chetniks estuvieron
coqueteando con los nazis, en su lucha contra los partisanos.
La victoria partisana impuso una dictadura comunista, pero tambi�n
estableci� un marco federal. Suprimi� la violencia �tnica, que hab�a sido
compa�era de los odios, y cre� las bases de un tipo de sociedad que
funcionaba y en la que cada parte ejerc�a su papel. Ahora se ha vuelto a la
situaci�n de los a�os cuarenta, pero sin partisanos.
Serbia es la heredera de los chetniks y de su ideolog�a. Croacia es la
heredera de los ustach�s y de su ideolog�a, menos feroz que la nazi, pero
similar. Es posible que ahora se conduzcan con mayor violencia que lo
hubieran hecho en los a�os cuarenta, aun sin los partisanos.
Por supuesto el liderazgo de estos elementos proviene del partido comunista,
pero por la raz�n de que cualquier canalla de esta zona se encontraba dentro
del aparato de poder. Yeltsin, sin ir m�s lejos, fue un responsable del
PCUS.
Es instructivo comprobar c�mo los elementos m�s derechistas de Occidente,
por lo menos los elementos m�s honestos, defienden lo que est� pasando. Por
ejemplo Nora Beloff, una reaccionaria comentarista brit�nica enviada a
Yugoslavia, escribi� una carta al londinense The Economist en la que
condenaba a aquellos que denuncian a los serbios de Bosnia. Mantiene que son
los musulmanes los agresores. �stos hab�an rechazado convivir con los
serbios, y �stos, a su vez, no hacen m�s que defenderse.
Esta comentarista hab�a sido una entusiasta de los chetniks desde hac�a
mucho tiempo, de forma que ahora no hab�a raz�n para que no continuara
apoyando la violencia chetnik. Pero tambi�n hay otro factor. Es una fan�tica
sionista, y el hecho de que aparezcan los musulmanes en el conflicto los
se�alaba a sus ojos como culpables.
- Algunos dicen que, as� como los aliados deber�an haber bombardeado la
l�nea F�rrea que conduc�a a Auschwitz para evitar las matanzas en los campos
de concentraci�n, ahora deber�amos bombardear las posiciones de la
artiller�a serbia que rodean Saraievo y mantienen a la ciudad bajo sitio.
�Def�ende usted el uso de la fuerza?
- En primer lugar, hay una buena oportunidad para entablar un debate sobre
los efectos que hubiera tenido el bombardeo de la l�nea f�rrea que conduc�a
a Auschwitz. Dejando eso de lado, me parece que un juicioso uso de la
fuerza, no por fuerzas occidentales, sino por una fuerza multinacional o
internacional, podr�a, en una etapa temprana, haber suprimido gran parte de
la violencia y posiblemente haberia bloqueado. No s� si ahora servieia para
algo.
Si fuera posible detener los bombardeos sobre Sarajevo amenazando con
bombardear algunos emplazamientos, y quiz� convirtiendo en realidad la
amenaza, creo que ser�a un argumento de peso a favor. Pero el �s�
condicional� es demasiado grande. No es s�lo un problema moral, hay que
preguntarse por las consecuencias, y �stas pueden ser muy complejas.
�Y si se extendiera la guerra a los Balcanes? Una consecuencia ser�a la
agitaci�n de las fuerzas militares conservadoras dentro de Rusia. Est�n, de
hecho, dispuestos a apoyar a sus hermanos eslavos en Serbia. Podr�an
movilizarse en masa. Por cierto que esto forma parte de la tradici�n.
Rep�sense las novelas de Tolstoy y compru�bese c�mo los rusos se internaron
hacia el sur para salvar a sus hermanos eslavos de los ataques que estaban
sufriendo. Ahora est� sucediendo de nuevo.
En este estado de cosas hay dedos suspendidos sobre los botones del
armamento nuclear. Es completamente posible que un ataque contra los
serbios, que se sienten la parte agraviada, pueda inspirarles a actuar
contra Kosovo, la zona albanesa. Esto podr�a desencadenar una guerra a gran
escala con Grecia y Turqu�a implicadas. No es sencillo.
�Y qu� pasar�a si los serbios de Bosnia, con el apoyo de Serbia y otras
regiones eslavas, comenzaran una guerra de guerrillas? los �expertos�
militares occidentales han sugerido que seria necesaria una fuerza de
100.000 hombres aproximadamente para controlar la zona. Probablemente es
cierto.
- Hay que hacerse muchas preguntas sobre las consecuencias de una
intervenci�n en la zona. Bombardear la artiller�a serbia parece simple, pero
hay que preguntarse cu�nta gente va aacabar despu�s muerta. Repito, no es
sencillo.
- Zeliko Ranziatovic, conocido por el sobrenombre de Arkan, un fugitivo
buscado tras un asalto a un banco en Suecia, fue elegido para el parlamento
serbio en diciembre de 1992. Su milicia, los Tigres, est�n acusados de matar
civiles en Bosnia. Figura entre las 10 personas se�aladas en una lista del
Departamento de Estado norteamericano de criminales de guerra. Arkan
desprecia los cargos diciendo �que hay una gran cantidad de gente en los
EEUU que yo podr�a incluir en una lista de criminales de guerra�.
- Bueno, eso es verdad. Seg�n los criterios establecidos en Nuremberg, hay
una buena cantidad de gente en Occidente que podr�a ser incluida en una
lista de criminales de guerra. Por supuesto, esto no le absuelve en
absoluto.
�
La Tierra prometida
- Las condiciones de la alianza norteamericana-israel� han cambiado,�pero se
ha producido alg�n cambio estructural?
- No ha habido ning�n cambio estructural significativo a pesar del acuerdo
entre la OLP e Israel de septiembre de 1993. lo que ha sucedido es que la
capacidad israel� de servir a los intereses norteamericanos, por lo menos a
corto plazo, se ha incrementado.
La administraci�n Clinton ha dejado muy claro que va seguir la senda de
total apoyo al r�gimen israel�, establecida por la anterior administraci�n
de Bush. Clinton ha nombrado a Martin Indyk, anteriormente miembro del
Comit� de Asuntos P�blicos Americanoisrael� -un grupo de presi�n-, para
ocupar el despacho de Oriente Medio del Consejo de Seguridad Nacional.
Indyk preside un fraudulento instituto de investigaciones, el Instituto de
Washington para el Estudio de Oriente Pr�ximo. Es sobre todo a ese
�instituto� adonde se dirigen los periodistas que quieren publicar
propaganda israel�, pero quieren hacerlo con ciertos visos de �objetividad�
poniendo en boca de alguien de su personal lo que ellos querr�an decir sin
tapujos.
Estados Unidos siempre ha mantenido la esperanza de que las llamadas
radiaciones de paz, la alianza t�cita entre Israel y la familia de
dictadores que gobierna los Estados petrol�feros del Golfo, se convirtiera
de alguna forma en algo m�s s�lido y manifiesto. Y es comprensible.
No obstante hay un gran problema. los planes de Israel de tomar e integrar
lo que deseen de los territorios ocupados, planes que nunca han cambiado,
est�n enfrent�ndose a problemas objetivos. Israel siempre ha mantenido la
esperanza de que a largo plazo una gran parte de la poblaci�n palestina
fuera expulsada de sus territorios.
Se han hecho infinidad de maniobras con el fin de acelerar el proceso. Una
de las razones por las que los israel�es han instituido un sistema educativo
en la Franja Oeste, consist�a en su esperanza de que la gente con un nivel
m�s elevado de educaci�n quisiera marcharse al no encontrar ninguna
posibilidad de empleo.
Durante un largo per�odo de tiempo funcion�, un gran n�mero de gente se
march�, pero ahora est�n de nuevo atascados con el problema de la poblaci�n.
Esto va a causar enormes problemas, ya que Israel trata de quedarse con el
agua y con la tierra cultivable. Y esto no va a ser f�cil.
- �Cu�l es el grado de obediencia de Israel a las m�s de 20 resoluciones del
Consejo de Segur�dad de la ONU condenando su pol�tica?
- Es de una categor�a especial.
- �No hay sanciones, no se les obliga a cumplir las resoluciones?
- Ninguna. Tomemos una al azar, la resoluci�n 425 del Consejo de Seguridad
de marzo de 1978. En ella se exig�a la inmediata e incondicional retirada
israel� del L�bano. A�n sigue all�, aunque la exigencia fue reiterada por el
Gobierno liban�s en febrero de 1991, cuando todo el mundo marchaba contra
irak.
Estados Unidos bloquear� cualquier intento para cambiar las cosas. Del gran
n�mero de resoluciones del Consejo de Seguridad vetadas por EEUU, muchas
tienen que ver con las agresiones o atrocidades de los israel�es.
Tomemos, por ejemplo, la invasi�n del L�bano de 1982. Al principio Estados
Unidos secund� la condena del Consejo de Seguridad. Pero unos pocos d�as m�s
tarde vet� la principal resoluci�n del Consejo de Seguridad que llamaba a
las partes a retirarse y parar los combates, y un poco m�s tarde vet� otra
de contenido similar.
- Estados Un�dos ha respaldado las pocas y �ltimas resoluciones de Naciones
Unidas sobre las deportaciones.
- Estados Unidos las ha respaldado pero ha limado convenientemente sus
aristas. la pregunta crucial es �va a hacer algo al respecto Estados Unidos?
Por ejemplo, EEUU respald� la resoluci�n del Consejo de Seguridad que
condenaba la anexi�n de los Altos del Gol�n. Pero cuando lleg� el momento de
actuar se neg�.
- Las leyes �ntemacionales trascienden a las leyes de �mb�to estatal, pero
Israel mantiene que esas resoluciones no son apl�cables. �C�mo es que no son
aplicables?
- De la misma forma que no son aplicables a Estados Unidos, que siempre ha
sido condenada por la Corte Mundial. EEUU hace lo que le viene en gana,
aunque por supuesto los peque�os Estados tienen que obedecer su dictamen.
Israel no es un Estado peque�o. Es un ap�ndice de una superpotencia mundial,
de manera que hace lo que le permite Estados Unidos. Ellos le dicen: no
tienes que obedecer esas resoluciones, ya que son nulas, de la misma forma
que eran nulas cuando se condenaba a EEUU. Nosotros nunca hemos sido
condenados por una resoluci�n del Consejo de Seguridad por la raz�n de que
previamente nos hab�amos preocupado de vetarlas. Por ejemplo, la invasi�n de
Panam�. Hab�a dos propuestas de resoluci�n en el Consejo de Seguridad que
nos condenaba por la invasi�n. Vetamos ambas. Se pueden encontrar repetidos
casos de resoluciones que no han conseguido la aprobaci�n del Consejo para
condenar a Estados Unidos y que habr�an pasado si se hubieran referido a un
pa�s indefenso. Y en la Asamblea General se toman resoluciones
constantemente, pero no son condenas, son s�lo recomendaciones.
- Recuerdo una charla en Ramallah con Mona Rishmawi, una abogada de la
organizaci�n de derechos humanos Al Haq. Me dijo que cuando actuaba ante los
tribunales nunca sab�a si el fiscal israel� intentar�a condenar a sus
clientes apelando a la ley de emergencia de la �poca br�t�n�ca, a la ley
jordana, a la ley israel� o a la ley otomana.
- En sus propias leyes existen regulaciones de tipo administrativo, algunas
de las cuales nunca han aparecido publicadas. Como cualquier abogado
palestino puede testimoniar, el sistema legal de los territorios es una
broma. No hay ley, s�lo pura autoridad.
La mayor�a de las pruebas est�n basadas en confesiones, y todo el mundo sabe
lo que esto significa. Despu�s de 60 a�os, un veterano del Ej�rcito
druso-israel� que hab�a confesado y hab�a sido sentenciado, pudo probar que
era inocente. Entonces estall� el esc�ndalo.
Hubo una investigaci�n y el Tribunal Supremo estableci� que durante 60 a�os
los servicios secretos le hab�an estado mintiendo. �stos, como todo el mundo
sabe, han estado torturando a la gente pero negando ante el Tribunal que lo
hab�an hecho.
Hubo un gran alboroto sobre el hecho de que estuvieran mintiendo al Tribunal
Supremo �c�mo podemos tener un sistema democr�tico cuando se miente al
Tribunal Supremo? Pero nadie se escandaliz� de la tortura, todo el mundo
estaba al cabo de la calle.
Amnist�a Internacional entrevist� al juez del Tribunal Supremo Moshe Etzioni
en Londres en 1977. le pidieron que explicara por qu� obten�an un porcentaje
tan alto de confesiones entre los �rabes... Dijo, �es parte de su
naturaleza�. �ste es el sistema legal israel� en los territorios ocupados.
- �Podr�a expl�car los t�rminos orwell�anos de �zona de seguridad� y �zona
de amortiguac�on�?
�En el sur del L�bano? As� es como lo llama Israel y as� aparece en los
medios de comunicaci�n.
- Israel invadi� el sur del L�bano en 1978. la invasi�n se enmarcaba en el
clima creado por los acuerdos de Camp David. Era obvio que esos acuerdos
iban a tener las consecuencias que tuvieron. Es decir, liberar a Israel para
que pudiera atacar al L�bano e integrar los territorios ocupados, ahora que
Egipto hab�a sido eliminado como factor de disuasi�n.
Israel invadi� el L�bano y lo mantuvo en su poder a trav�s de sus clientes,
en esa �poca mediante la milicia del mayor Sa'ad Haddad, b�sicamente una
fuerza mercenaria al servicio de los israel�es. Fue entonces cuando se dict�
la resoluci�n 425 de la ONU, a la que me he referido un poco antes
Cuando Israel volvi� a invadir la zona en 1982 hab�a habido una buena dosis
de violencia previa en la frontera, toda por cuenta de los israel�es. Hubo
un alto el fuego, patrocinado por EEUU que la OLP respet� escrupulosamente,
renunciando a las acciones que traspasaban la frontera. Israel por su parte,
llev� a cabo miles de acciones provocadoras, incluyendo el bombardeo de
objetivos civiles, para tratar de que la OLP interviniera y poder tener una
excusa para la invasi�n.
Es interesante ver c�mo se relat� este per�odo en la prensa estadounidense.
Todo lo que apareci� fueron relatos de bombardeos de la OLP a asentamientos
israel�es, una parte tan s�io de la verdadera historia, y en el a�o previo a
la invasi�n ni siquiera eso.
La verdad fue que Israel bombarde� e invadi� el norte del pa�s y la OLP no
respondi� a los ataques. De hecho estaban buscando un acuerdo negado. El
relato period�stico de los a�os precedentes era similar, como yo denunci� en
reiteradas ocasiones, sin ning�n resultado, por supuesto.
Sabemos lo que sucedi� despu�s de que Israel invadiera L�bano. Fueron
forzados a tomar esta determinaci�n por lo que denominaban �terrorismo�, o
lo que es m�s apropiado, la resistencia de la gente que no estaba dispuesta
a acobardarse. Israel tuvo �xito en inspirar un movimiento fundamentalista
sin posibilidad de control.
Se quedaron en el sector sur, que empezaron a llamar �zona de seguridad�,
aunque no hab�a ninguna raz�n para creer que ten�a algo que ver con la
�seguridad�. Simplemente era la huella de Israel en el territorio. Ahora
est� controlada por un ej�rcito mercenario, el Ej�rcito del Sur del L�bano,
respaldado por el propio Ej�rcito israel�. Son brutales, y tienen unas
eficaces salas de tortura.
No podemos conocer todos los detalles porque siempre se han negado a ser
inspeccionados por la Cruz Roja Internacional o cualquier otro organismo.
Pero se han llevado a cabo investigaciones por comit�s de derechos humanos,
periodistas y otros grupos independientes, as� como de algunos grupos
israel�es, que atestiguan su brutalidad. Hubo incluso un soldado israel� que
se suicid� porque no pod�a soportar lo que estaba contemplando. Otros
escribieron a su propia prensa para contar lo que estaba pasando.
El campamento principal es el de Ansar. Est� situado en la ciudad de Khiyam,
como recordatorio de la matanza perpetrada all� por los israel�es en 1948.
En 1978 la milicia de Haddad reaiiz� una nueva masacre bajo la mirada del
Ej�rcito israel�, despu�s de a�os de bombardeos destinados a los pobladores
libaneses que no quer�an �cooperar� con el Ej�rcito del Sur del L�bano.
En esto consiste la �zona de seguridad�.
- Israel deport� a grandes cantidades de palest�nos al L�bano entre 1970 y
1980. �Por qu� ha cambiado la actitud libanesa? �Por qu� se niegan ahora a
aceptarlos?
- No hace mucho que se niegan. Si Israel deporta palestinos en helic�ptero y
los abandona en las afueras de Sidon, L�bano no puede rechazarlos. Pero creo
que esta vez Israel ha cometido un error t�ctico. La deportaci�n de los 415
�rabes-israel�es de diciembre del 92 va a traer graves consecuencias para
ellos.
Seg�n la prensa israel�, esta deportaci�n en masa se realiz� al azar, una
forma brutal de castigo colectivo. Le� en Ha'aretz, el principal peri�dico
israel�, que la Shabak, la polic�a secreta, ten�a s�Io seis nombres de
personas que pudieran comportar alg�n riesgo, y a�adieron uno m�s, el
s�ptimo, cuando el gobierno laborista de Rabin les pidi� un mayor n�mero.
Los otros 400 fueron a�adidos por el propio gobierno sin ninguna informaci�n
policial.
De forma que no exisria raz�n alguna para creer que los deportados
pertenecieran a Hamas, la organizaci�n isl�mica fundamentalista. De hecho
Israel deport� a la pr�ctica totalidad de una facultad de cierta universidad
isl�mica. La mayor�a era, pues, intelectuales, gente involucrada en
programas de tipo social, etc.
Pero coger a este tipo de gente y llevarles a las monta�as del sur del
L�bano, donde hiela en invierno y hace un calor espantoso en verano, no iba
a quedar muy bien delante de las c�maras de televisi�n. Y eso es lo �nico
que importa. Porque Israel no los va a traer de vuelta a no ser que reciba
una gran presi�n internacional.
- He escuchado a Steven Solarz, antiguo diputado en el Congreso por
Brooklyn, en la BBC. Dice que el mundo apl�ca un doble rasero: 700.000
yemen�es fueron expulsados de Arabia Saudita y nadie d�io una palabra, lo
que es verdad; 415 palest�nos son deportados de Gaza y la Franja Oeste y
todos se ponen a gritar.
- Todos los estalinistas dicen lo mismo: �mandamos a Sajarov al exilio y
todo el mundo empez� a vociferar�. �Cu�l de estas barbaridades es peor?
Siempre hay alguien que ha hecho algo peor. �Por qu� no usar el mismo
principio con este imitador de Stalin? Adem�s hay una diferencia: los
yemen�es fueron deportados a su propio pa�s, y los palestinos de su propio
pa�s. �Reclamar�a Solarz que todos nos mantuvi�ramos en silencio, en el caso
de que �l y su familia fueran deportados al desierto de M�xico ?
- La actitud de Israel hacia Hamas ha evolucionado con el paso de los a�os.
�Al principio les favoreci�, no?
- No solamente les favoreci�, trataron de organizarlos y motivarlos. Israel
estuvo apoyando activamente a los fundamentalistas si�nicos en los comienzos
de la Intifada. Si hab�a una huelga de estudiantes en alguna universidad de
la Franja Oeste, el Ej�rcito israel� a veces llevaba al lugar en autob�s a
fundamentalistas para romper la huelga.
Sheikh Yaseen, un man�aco antisemita de Gaza y l�der de los Fundamentalistas
isl�micos, estuvo protegido durante largo tiempo. Les gustaba. Yaseen
proclamaba a voz en grito: �matemos a todos los jud�os�. Es algo que se
repite en la historia. Ya hace 70 a�os Chaim Weizman dec�a: �el peligro para
nosotros son los �rabes moderados, no los extremistas�.
Con la invasi�n del L�bano sucedi� lo mismo. Israel quer�a destruir a la OLP
porque eran laicos y nacionalistas, y estaban haciendo un llamamiento para
conseguir un acuerdo diplom�tico. �sa era la amenaza, no los terroristas.
Los comentaristas israel�es han sido desde el principio muy francos en esta
cuesti�n.
Israel sigue cometiendo los mismos errores, con los mismos previsibles
resultados. En L�bano trataron de destruir la amenaza de la moderaci�n y se
encontraron con Hezbdlah, los fundamentalistas respaldados por Ir�n. En la
Franja Oeste trataron de repetir la jugada, y se dieron de bruces con Hamas,
que est� organizando una guerrilla que lleva a cabo eficaces ataques contra
su Ej�rcito.
Es importante se�alar lo terriblemente incompetentes que son los servicios
secretos cuando tratan con personas y asuntos pol�ticos. Los servicios
secretos cometen los errores m�s groseros, de la misma Forma que los
�expertos�.
En una situaci�n de ocupaci�n o dominaci�n, el ocupante, el dominante, tiene
que justificar lo que est� haciendo. S�Io hay una manera de hacerlo,
convirti�ndose en un racista. Hay que denostar a la v�ctima. Una vez que te
has convertido en racista rabioso en defensa propia, ya has perdido la
capacidad de comprender lo que est� pasando.
Estados Unidos sigui� el modelo al pie de la letra en Indochina. Nunca
pudieron comprender la situaci�n, hay excelentes ejemplos en los archivos. Y
aqu� el FBI hace lo propio, cometen los errores m�s incre�bles, por razones
similares.
- En una carta a The New York Times, el director de la L�ga Contra la
D�famaci�n Abraham Foxman, escrib�a que el Gobierno de Rabin �estaba
demostrando sin ninguna ambig�edad su compromiso con el proceso de paz� y
asumiendo su papel de tirar del carro. �Israel es la �ltima parte que tiene
que demostrar su deseo de paz� a�ad�a. �Cu�l ha sido la verdadera act�tud
del Gobierno laborista de Rabin?
- Es perfectamente cierto que Israel quiere la paz. Tambi�n la quer�a Hitier.
Todo el mundo quiere la paz. La cuesti�n es en qu� t�rminos.
El Gobierno de Rabin, exactamente como se predijo, endureci� la represi�n en
los territorios ocupados. Esta misma tarde he estado hablando con una mujer
que ha pasado los dos �ltimos a�os en Gaza desarrollando una labor
humanitaria y de vigilancia de los derechos humanos. Ella cuenta lo que todo
el mundo sabe, todo el mundo con cerebro, que tan pronto como Rabin accedi�
al poder la cosa se puso mucho peor. EI es el hombre de mano de hierro.
Ciertamente el Likud tiene mejor �prensa� en los territorios ocupados que
los laboristas. La tortura y los castigos colectivos acabaron con Beguin.
S�lo hubo un breve per�odo negro cuando Sharon estuvo al frente, pero con
Beguin las cosas mejoraron. Cuando los laboristas llegaron de nuevo al poder
en 1984 volvieron a comenzar los castigos colectivos y la tortura, y un poco
m�s tarde empez� la lntifada.
En febrero de 1989 Rabin les dijo a un grupo de dirigentes de Paz Ahora que
las negociaciones con la OLP no significaban nada, eran un pretexto para
permitir ganar tiempo y aplastar definitivamente a los palestinos. Y los
aplastaremos, dijo, los reduciremos a ceniza.
No ha sucedido.
S� ha sucedido. la lntifada estaba apagada, muerta y Rabin la ha vuelto a
prender con su propia violencia. Ha continuado con los asentamientos en los
territorios ocupados, exactamente como hab�an vaticinado los que ten�an los
ojos abiertos. Aunque hubo un cierto par�n ampliamente publicitario, estaba
claro que era un fraude. Foxman lo sab�a. Estoy seguro que lee la prensa
israel�.
Lo que detuvo Rabin fueron parte de los planes m�s delirantes de Sharon.
�ste se dedicaba a construir casas por todas partes, incluso en lugares
adonde no iba a acudir nadie, y que el pa�s no pod�a financiar. Rabin dise��
un plan de asentamientos m�s racional. Creo que la cifra correcta es de
11.000 nuevas viviendas.
Los laboristas tienen una pol�tica m�s racional que el Likud, y �sa es una
de las razones de por qu� EEUU ha preferido siempre a los laboristas. Los
dos hacen lo mismo, pero �stos lo hacen m�s tranquilamente, sin tanto
alboroto. Son m�s modernos en sus orientaciones, sintonizan mejor con la
hipocres�a occidental. Tambi�n son m�s realistas. En lugar de tratar de
establecer siete zonas de asentamientos apuestan por cuatro.
Pero el objetivo es el mismo, instalar asentamientos que dividan Palestina.
Conectar�n los asentamientos jud�os mediante una bueno red de carreteras que
rodeen los pueblecitos �rabes de las cimas de las colinas. Se quieren
asegurar que ninguna autonom�a local se convierta en el embri�n de un Estado
independiente. Todo esto est� sucediendo y EEUU contin�a apoy�ndolo. (Como
se ha encaraado de decir claramente Rabin en Washington durante la firma de
los acuerdos de paz, de su paz. No habr� nunca un Estado)
- Cr�ticos del movimiento palestino han apuntado que lo que ellos llaman
�Intrafada�, el hecho de que haya palestinos matando otros polestinos,
pudiera justificar el control israel� y desleg�timar las aspiraciones
palestinas.
- Volvamos la mirada al movimiento sionista. Ha habido una gran cantidad de
jud�os muertos a manos de otros jud�os. Han matado a colaboradores,
traidores y a gente que cre�an que eran traidores. Y no estaban bajo las
extremas condiciones que sufren los palestinos. Como han apuntado muchos
israel�es, los brit�nicos no eran estupendos, pero eran verdaderos
caballeros comparados con nosotros.
La fuerza de defensa Haganah basada en el partido laborista, dispone de
salas de tortura y de asesinos profesionales. Le� el relato del primer
asesinato en la historia oficial de Haganah. Lo describ�a con gran claridad.
Sucedi� en 1921. Un jud�o alem�n llamado Jacob de Haan ten�a que ser
ejecutado, ya que trataba de iniciar una aproximaci�n a los palestinos de la
zona y comprobar c�mo iban a ser las relaciones entre �stos y los nuevos
pobladores jud�os. Su asesinato fue asumido por la que ser�a la esposa del
primer presidente de Israel. Dijeron que otra causa que lo hab�a motivado
era su condici�n de homosexual.
Yizhak Shamir se convirti� en el l�der de la banda Stern asesinando al que
estaba designado para ejercer ese papel. Por varias razones no le gustaba.
Shamir le invit� a dar un paseo por la playa. Nunca volvi�. Todo el mundo
sabe que Skamir le asesin�.
La Intifada comenz� a convertirse en un proceso autodestructivo bajo una
tremenda represi�n, y las ejecuciones escaparon a todo control. Empez� a ser
una manera de dirimir viejas rencillas y los g�ngsteres mataban a quien se
les antojaba. Al principio estuvo perfectamente disciplinada, pero se
convirti� en algo ca�tico, de asesinatos indiscriminados, algo que encandila
a los israel�es. As� pueden se�alar lo locos que son los �rabes.
- Los �srael�es son una peligrosa vecindad.
- Cierto. Ayudan a que cualquier cosa se convierta en algo peligroso.
�
Gandhi, la no violencia y la India
- Nunca he he o�do hablar sobre Gandhi. Orwell escribi� sobre �l que
�comparado con otros lugares pol�ticos de nuestra �poca, Gandhi ha dejado
tras de s� un imborrable perfume�. �Cu�l es su punto de vista sobre el
Mahatma?
- No me gustar�a aventurar opiniones sin un an�lisis previo m�s riguroso
sobre sus hechos y sus logros. Hay cosas positivas, por ejemplo su �nfasis
sobre el desarrollo de los peque�os pueblos, la ayuda mutua, y los proyectos
comunales. Han sido una gran contribuci�n a la historia de la India.
Impl�citamente suger�a un modelo de desarrollo que pod�a ser m�s humano y
tener m�s �xito que el modelo estalinista que fue adoptado, que primaba la
industrializaci�n, el desarrollo de la industria pesada, etc.
Realmente es necesario reflexionar acerca de sus discursos sobre la no
violencia. Estoy seguro que casi todo el mundo est� a favor de la no
violencia y en contra de la violencia, �pero bajo qu� condiciones y cu�ndo?
�Es un principio absoluto?
- Ya sabe lo que Gancih� le dijo a Lewis Fisher en 1938 acerca de los jud�os
en Alemania, que ten�an que haberse suicidado en masa, lo que hubiera
�levantado al mundo y a las masas alemanas en contra de Hitler�.
- Le estaba haciendo una propuesta t�ctica, no de principios. No le estaba
proponiendo que caminasen pacificamente hasta las c�maras de gas, en virtud
del principio de la no violencia. Le estaba diciendo que si lo hac�an,
podr�an mejorar el m�todo.
Si se divorcia esta propuesta de cualquier principio que se relacione con
otros sobre la supervivencia de la gente, es posible que hubiera levantado
al mundo en contra de los nazis de tal forma que el holocausto no hubiera
tenido lugar. No lo creo pero no es totalmente imposible. Por otra parte,
los jud�os europeos no ten�an mucho donde escoger en las circunstancias en
las que se encontraban, que eran bochornosas a los ojos de todo el mundo.
- Orwell a�adi� que despu�s de la guerra Gandhi justific� sus posiciones
diciendo que �los jud�os hubieran muerto de cualquier forma y podr�an haber
muerto de manera significativa�.
- De nuevo esta formulando una propuesta t�ctica no un principio. Hay que
preguntarse por las consecuencias que la acci�n que �l recomendaba hubieran
podido tener. Esto es especular sin base ni evidencia. Pero si �l hubiera
propuesto lo que usted se�ala antes del final de la guerra hubiera sido
grotesco.
Lo que debe ser enfatizado es lo siguiente. �Mira, la gente desprovista de
cualquier tipo de poder que es llevada al matadero no puede hacer nada. Por
lo tanto corresponde a otros impedir que sea masacrado�. Aconsejarles sobre
la forma en que deben ser sacrificados es poco edificante, por usar una
expresi�n suave.
Se puede afirmar lo mismo sobre montones de cosas. Por ejemplo, sobre la
gente que est� siendo torturada y asesinada en Hait�. Habr�a que decirles:
�lo que tienes que hacer es dirigirte al carnicero y presentarle tu cabeza
para que te la corte, y as� quiz� el mundo quiera enterarse�. Puede ser.
Pero ser�a una idea mucho m�s positiva decir a las personas que est�n
facilitando a los matarifes los cuchillos, que podr�an dedicarse a otra
cosa.
Predicar la no violencia es f�cil. Se puede tomar en serio cuando lo dice
alguien como Dave Dellinger, un pacifista y activista durante toda su vida,
que se uni� a las v�ctimas en su sacrificio.
- La India est� plagada de movimientos separatistas. En Cachemira hay una
confusi�n tremenda, est� militarmente ocupada por el Ej�rcito hind� y se
producen asesinatos, detenciones y una conculcaci�n masiva de los derechos
humanos.
Me gustar�a que comentara algo sobre la tendencia en el Tercer Mundo de
culpar a los antiguos amos colonialistas de los problemas que asolan sus
pa�ses hoy en d�a. Parecen decir �bien, la India tiene problemas pero es
culpa de los brit�nicos, antes esto era un pa�s feliz�.
- Es dif�cil se�alar culpables de los desastres hist�ricos. Es como intentar
se�alar al culpable de la salud de una persona previamente hambrienta y
enferma. Existe una enorme cantidad de factores diferentes. Pongamos por
caso que esa persona ha sido torturada, lo que sin duda ha tenido graves
efectos. Pero cuando finallz� la tortura esa persona tuvo una dieta
deficiente, llev� una vida disoluta y muri� por los efectos combinados de
todo lo anterior. �se es el caso del que estamos hablando.
No hay duda de que el r�gimen imperialista que sufrieron fue un completo
desastre. En la India, cuando los brit�nicos al principio de la conquista
llegaron hasta Bengala, esa tierra era uno de los lugares m�s ricos del
mundo. los brit�nicos mitad mercaderes mitad soldados lo describieron como
un para�so. Esa zona se llama ahora Bangla Desh y Calcuta, los s�mbolos de
la desesperaci�n y la falta de futuro.
Hab�a grandes �rea de cultivo que produc�an un algod�n extraordinariamente
fino. Ten�an un sistema manufacturero avanzado para la �poca. Por ejemplo
una firma india teji� una de las banderas del buque insignia de un almirante
ingl�s durante las guerras napole�nicas. No fue tejida en las f�bricas
inglesas, se teji� en las hind�es.
Se puede leer lo que sucedi� en los libros de Adam Smith, escritos hace 200
a�os. Smith deploraba lo que los ingleses estaban haciendo en Bengala. Como
escribi�, primero destruyeron la econom�a agr�cola y luego �convirtieron la
escasez en hambre�. Uno de los m�todos que usaron fue dedicar los campos de
labranza al cultivo de la adormidera, ya que el opio era uno de los pocos
productos que pod�an venderles a los chinos. Fue entonces cuando se produjo
una enorme hambruna en Bengala.
Los brit�nicos tambi�n trataron de destruir, en las zonas de la India que
controlaban, el sistema de manufactura existente. Empezaron hacia el a�o
1700 imponiendo duros aranceles a los productos indios para que no
compitieran con los brit�nicos. Ten�an que paralizar su producci�n y
destruir su industria textil ya que �stos contaban con considerable ventaja.
Usaban un algod�n de mayor calidad y su tejido era comparable, si no mejor
que el brit�nico.
Los ingleses tuvieron �xito. la India fue desindustrializada, y empujada a
adoptar de nuevo una econom�a rural. Mientras la revoluci�n industrial se
extend�a por Inglaterra, la India se estaba convirtiendo, de la mano de sus
amos ingleses, en una econom�a pobre, agr�cola y rural.
Fue en 1846, cuando sus competidores hab�an sido pr�cticamente destruidos y
los brit�nicos estaban a la cabeza del comercio mundial, cuando �stos
descubrieron �el libre comercio�. Se hace preciso leer a los historiadores
liberales ingleses, los grandes defensores del libre comercio, los amigos de
James Hill lo ten�an muy claro. En esa �poca afirmaban �mira, lo que se est�
haciendo en la India no est� bien, pero no hay otra soluci�n si queremos que
sobrevivan los campos de Lancaster. Tenemos que destruir a nuestros
competidores�.
Y as� lo siguieron haciendo. Podemos analizar caso por caso. En 1944 Nehru
escribi� un libro bien interesante, El descubrimiento de la India, en una
prisi�n brit�nica. En �l se manifestaba que si se observaba el control y la
influencia de los brit�nicos en cada regi�n de la India, podr�a observarse
c�mo se corresponde con su progresivo empobrecimiento. Cuanto m�s tiempo los
brit�nicos estuvieron en una zona m�s pobre se converfia. La peor parte le
toc� a Bengala, lo que hoy es Bangla Desh.
Se pueden seguir los mismos acontecimientos en Canad� y en Norteam�rica.
Diezmaron a la poblaci�n. Esto lo mantienen no s�lo los pol�ticos de ahora;
se puede corroborar en los escritos de los �padres fundadores�.
El primer secretario de Defensa, el general Henry Knox dijo que lo que los
ingleses hicieron con la poblaci�n ind�gena era peor que lo que hab�an hecho
los espa�oles en M�xico o Per�. Tambi�n afirm� que los futuros historiadores
contemplar�an la destrucci�n de estos pueblos, lo que m�s tarde
denominar�amos genocidio, y la pintar�an con tenebrosos colores.
Esto siempre se ha sabido. Tiempo despu�s de que John Quincy Adams, el padre
intelectual del Destino Manifiesto, abandonara el poder, se convirti� en un
adversario de la esclavitud y de la pol�tica contra los ind�genas. Mantuvo
que ni �l ni sus compa�eros, se ver�an envueltos, en un crimen de exterminio
de tal magnitud y que sin duda Dios les castigar�a por sus enormes pecados.
Am�rica Latina fue un caso m�s complejo, pero la poblaci�n inicial fue
pr�cticamente destruida en poco m�s de 150 a�os. Mientras tanto, a los
africanos se les arranc� de sus tierras para traerlos de esclavos. Esto
contribuy� a devastar �frica antes del per�odo colonial, y as� se pudo
llevar a cabo la conquista con m�s facilidad.
Despu�s de que Occidente saqueara los colonias a conciencia, lo que
contribuy� a nuestro desarrollo, se instituy� un mal llamado
neocolonialismo, unas relaciones que significan dominaci�n sin
administraci�n directa. Despu�s de eso vino el desastre.
- Divide y conquistar�s.
Para continuar con la India, h�blenos de la pol�tica de divide y vencer�s
del virrey brit�nico, que enfrent� a hind�es con musulmanes. Todav�a hoy
pueden apreciarse los resultados.
- Naturalmente todo conquistador trata de enfrentar a unos contra otros. Por
ejemplo, estoy pensando en que el 90% de las fuerzas que los brit�nicos
usaron para controlar la India eran hind�es.
- Existe esa sorprendente estad�stica de que en la �poca de mayor apogeo del
imperio brit�nico en la India, no hab�a m�s de 150.000 brit�nicos en la
zona.
Esto sucede en todas partes. Fue cierto cuando las fuerzas estadounidenses
conquistaron Filipinas, matando un par de cientos de miles de personas.
Fueron ayudados por las tribus aut�ctonas, explotando en su favor los
conflictos entre ellas. Hubo miles que se enrolaron en las tropas
conquistadoras.
Pero dejemos por un momento el Tercer Mundo, contemplemos la conquista nazi
de hermosos y civilizados lugares de la Europa Occidental como Holanda,
B�lgica o Francia. �Qui�n se dedicaba a acosar a los jud�os? A menudo los
propios habitantes. En Francia lo hicieron a m�s velocidad de lo que
permiria la maquinaria nazi. los nazis utilizaron tambi�n a los jud�os
contra los propios jud�os.
Si los rusos hubieran conquistado Estados Unidos, Ronald Reagan, George
Bush, Elliot Abrams y el resto de esa banda probablemente hubieran
colaborado con los invasores para mandar a parte de la poblaci�n a campos de
concentraci�n. Tienen todos los rasgos precisos para hacerlo.
�se es el modelo tradicional. los invasores tratan siempre de usar a
colaboradores para que les hagan parte de la tarea sucia. Juegan con gran
naturalidad con las rivalidades existentes entre los distintos grupos para
enfrentarlos unos contra otros.
Est� sucediendo ahora con los kurdos. Occidente est� tratando de movilizar a
los kurdos iraqu�s para que destruyan a los kurdos turcos, que son de lejos
el grupo m�s numeroso y m�s reprimido de esta etnia. Aparte de lo que
podamos pensar de esas guerrillas, no hay duda de que gozan de considerable
apoyo popular en el sudeste de Turqu�a.
Las barbaridades que han hecho los turcos con el pueblo kurdo no aparecen en
la prensa occidental, ya que los turcos son nuestros aliados. En mitad de la
Guerra del Golfo estuvieron bombardeando enclaves kurdos y cientos de miles
de personas tuvieron que abandonarlos.
Ahora el objetivo occidental es utilizar a los kurdos iraqu�s para
�restaurar la estabilidad� en Irak, es decir el sistema de dominaci�n
occidental. Adem�s se est� tratando de utilizarlos para destruir a los
kurdos turcos y asegurar el crecimiento e influencia de Turqu�a como
potencia en la zona.
En octubre de 1992 hubo un vergonzoso incidente en el que se produjo una
operaci�n de pinza entre el Ej�rcito turco y la guerrilla kurda iraqu� para
destruir a los kurdos de Turqu�a.
Y sus l�deres junto con una parte de su pueblo est�n colaborando en el
proceso porque pueden sacar algo positivo. Se puede entender la postura, no
aceptarla, pero s� entenderla.
Han sido pueblos que han recibido palos desde todos lados. Si para
sobrevivir tienen que agarrarse a un clavo ardiendo lo hacen. Si eso
significa ayudar a destruir a sus propios primos al otro lado de la frontera
lo hacen.
As� se conquistan zonas enteras. Siempre ha Funcionado as�. En la India
tambi�n.
No es que la India fuera un lugar id�lico antes, no lo era, claro que el
hemisferio occidental tampoco era una utop�a pacifista. Pero no hay duda que
a casi todos los lugares a los que llegaban los europeos la violencia se
incrementaba significativamente. Hay historiadores militares serios que no
lo ponen en duda, y ya era evidente en el siglo XVIII. De nuevo puede leerse
en Adam Smith.
Una raz�n es que Europa ya hab�a tenido su buena raci�n de violencia
interna, lo que hab�a edificado una cultura de la violencia m�s importante
que la propia tecnolog�a que era de menor rango.
La descripci�n de lo que hab�an hecho los europeos es monstruosa. Los
comerciantes holandeses y brit�nicos, en realidad comerciantes guerreros,
fueron a Asia, a zonas que hab�an estado funcionando perfectamente, con
reglas establecidas. Eran zonas que podr�amos denominar de �libre comercio�.
Los europeos destru�an todo lo que encontraban a su paso. Y as� en todo el
mundo, con pocas excepciones. Las guerras de los europeos eran guerras de
exterminio. Si fu�ramos honestos podriamos describirlas como invasiones
b�rbaras.
Los nativos nunca hab�an visto algo parecido. Los �nicos que pudieron
defenderse durante cierto tiempo fueron China y Jap�n.
China ten�a la tecnolog�a y el gobierno necesario para sostener la defensa
hasta el siglo XIX.
Jap�n pudo arregl�rselas para mantenerse inc�lume. Esto explica su posterior
desarrollo econ�mico dentro del Tercer Mundo. Parece sorprendente, pero la
�nica parte del Tercer Mundo que no fue colonizada ha sido la �nica capaz de
industrializarse. No es una coincidencia.
Y este hecho viene refrendado por la historia de la propia Europa. las zonas
que fueron colonizadas, como Irlanda, son las que han sufrido un mayor grado
de tercermundizaci�n. Cuando la gente del Tercer Mundo maldice el
imperialismo por sus consecuencias, tiene buenas razones para hacerlo.
Es interesante comprobar c�mo se contempla este fen�meno hoy en d�a en
Occidente. El 7 de enero de 1993 hab�a un fant�stico articulo en The Wall
Street Journal que criticaba la intervenci�n en Somalia. Estaba firmado por
un miembro del Hoover Instituto de Stanford, Angelo Codevilla y ven�a a
decir lo siguiente: el problema occidental es que sus intelectuales odian su
propia cultura y reniegan del colonialismo. S�lo las civilizaciones de gran
generosidad pueden asumir tareas tan nobles como el colonialismo, que trata
de rescatar a los b�rbaros de todo el mundo de su miserable destino. los
europeos fueron capaces de hacerlo, y por supuesto les report� enormes
riquezas y beneficios. Pero esos intelectuales que abominaban de su propia
cultura les obligaron a retirarse. El resultado est� hoy a la vista.
Realmente hay que remontarse hasta los archivos de los nazis para encontrar
algo semejante. Aparte de la supina ignorancia, tan colosal que s�lo puede
aparecer en un peri�dico poblado de �intelectuales�, el nivel moral es tan
bajo que para encontrar parang�n hay que remitirse a los nazis. Y esto
aparece en las p�ginas de opini�n de The Wall Street Joumal. Seguramente no
levant� mucha cr�tica adversa.
Es tambi�n interesante leer los peri�dicos m�s derechistas de Inglaterra,
Sunday Telegraphy Daily Telegraph cuando Rigoberta Mench� gana el Premio
Nobel de la Paz. Estaban furiosos, especialmente su corresponsal en
Centroam�rica. Su punto de vista era que, bueno, s� hab�a habido algunas
atrocidades en la zona, pero, o hab�an sido cometidas por la guerrilla
izquierdista, o eran una respuesta razonable de la sociedad bienpensante
guatemalteca a las atrocidades de los marxistas. Vamos, que darle el Nobel
de la Paz a una persona que ha estado torturando ind�genas durante tantos
a�os, a Rigoberta Mench�!
Me es dif�cil reproducir esto. Hay que leer el original. De nuevo hay que
remitirse a los archivos de los nazis o de los peores estalinistas para
encontrar algo parecido. Pero son elementos t�picos de la cultura brit�nica
o norteamericana.
La inmencionable palabra de cinco letras: las ra�ces del racismo.
- En todo el mundo, desde Los �ngeles a los Balcanes, desde el C�ucaso a la
India, hay un resurgimiento del tribalismo, del nacionalismo, del fanatismo
religioso, del racismo. �Por qu� en este momento?
En primer lugar recordemos que siempre ha estado presente. - De acuerdo,
pero parece haberse recrudecido.
- Hay partes del mundo donde es m�s pronunciado. En Europa del Este. Toda
Europa es muy racista, incluso peor que Estados Unidos, pero en Europa del
Este es escandaloso. Esa sociedad siempre ha sido amargamente racista. Una
raz�n por la que muchos de nosotros estamos hoy aqu�, en EEUU, es porque
nuestros abuelos huyeron de eso.
Hasta hace un par de a�os Europa del Este estaba bajo una opresiva tiran�a,
el sistema sovi�tico. �ste hab�a inmovilizado a la sociedad civil, lo que
supon�a que hab�a suprimido lo que estaba bien, pero tambi�n lo que estaba
mal. Ahora que esa tiran�a ha desaparecido la sociedad civil despierta de su
letargo, con todas sus verrugas, que no son pocas.
En todo el mundo, pongamos �frica por caso, se cometen todo tipo de
atrocidades. All� siempre las ha habido. Las peores fueron cometidas en los
ochenta. Exactamente entre 1980 y 1988, Estados Unidos apoy� las salvajadas
de Sud�frica que causaron mill�n y medio de muertos y 6.000 millones de
d�Iares en p�rdidas, s�lo en la zona que hace frontera con Sud�frica.
Aqu� nadie se preocup� del asunto porque Estados Unidos apoyaba las
acciones. Si se retrocede hasta los a�os setenta se puede observar la
matanza de decenas de miles de personas en Burundi. Tampoco se preocup�
nadie.
En Europa Occidental hay un incremento del regionalismo, que, en parte
refleja el declive de sus instituciones democr�ticas. la gente est� tratando
de preservar su identidad al observar el proceso de uni�n d� la Comunidad
Europea y su conversi�n en un organismo supraestatal de toma de decisiones
por parte de los grandes grupos econ�micos. Este proceso conduce al
regionalismo, con aspectos positivos y negativos. Esto no es toda la
historia, pero si una parte.
- Alemania tuvo la pol�tica de as�lo m�s liberal del mundo, y ahora quiere
limitar las libertades p�blicas y prohibir los partidos pol�ticos.
- Se habla mucho sobre el racismo alem�n, y con raz�n. Por ejemplo, expulsar
a los gitanos de vuelta a Rumania es un esc�ndalo inconcebible. Se les trat�
como a los jud�os en el holocausto, pero nadie movi� un dedo, porque a nadie
le importa un comino los gitanos.
Pero deber�amos recordar que est�n sucediendo otras cosas que tienen incluso
menos publicidad. En Espa�a, por ejemplo. Se la admiti� en la Comunidad
Europea con varias condiciones. Una era que deb�a establecer una barrera
para proteger a Europa de las hordas del Norte de �frica, que algunos
europeos tem�an que fueran a anegar sus pa�ses.
Se han producido cientos de actuaciones de la polic�a y la marina espa�olas
para expulsar a la gente que consegu�a cruzar el estrecho y devolverles a su
pa�s. Es terrible.
Por supuesto existen razones por las que los africanos tratan de llegar a
Europa y no se dirigen hacia otra direcci�n; 500 a�os de razones. Pero est�
sucediendo y los europeos se niegan en redondo a admitirlos. Quieren
preservar su riqueza y mantenerla fuera del alcance de los pobres.
En Italia est� sucediendo lo mismo. la liga lombarda, que contiene una buena
cantidad de elementos fascistas en su seno, gan� recientemente unas
elecciones. No quieren mezclarse con los pobres del sur de su propio pa�s. Y
mucho menos con los africanos que llegan a trav�s de Sicilia. Los italianos
del norte no quieren pobres, quieren gente rica y blanca.
- Esto nos lleva a la cuesti�n de la raza y el racismo y c�mo intervienen
estos conceptos en las relaciones entre el Norte y el Sur.
Siempre ha habido racismo. Pero se desarroll� como un principio de
percepci�n y pensamiento en el contexto del colonialismo. Era comprensible.
Cuando se tiene la bota sobre el cuello de alguien, hay que justificarlo. La
justificaci�n sol�a consistir en su depravaci�n.
Esto es m�s sorprendente en el caso de pueblos muy parecidos entre s�.
Echemos un vistazo a la conquista brit�nica de Irlanda, la primera de las
conquistas occidentales. Fue descrita en los mismos t�rminos que la
conquista de �frica. Los irlandeses eran una raza distinta. No eran humanos.
No eran como nosotros. Hab�a que destruirlos.
- Algunos marxistas sostienen que el racismo es producto del sistema
capitalista. �Acepta usted esta teor�a?
- No. Tiene que ver con la conquista, con la opresi�n. Si se est� robando a
alguien, oprimi�ndole, dictando su vida, habr�a que ser muy singular para
decir: �Mira, soy un monstruo. Hago esto por mi propio beneficio�. Ni
siquiera Himmler lo diria.
Una t�cnica cl�sica de desarrollo de las creencias se relaciona �ntimamente
con la opresi�n, bien se est� conduciendo a alguien a la c�mara de gas, o
cobr�ndole de m�s en la tienda de la esquina. La reacci�n cl�sica es pensar
que lo que se est� haciendo es a causa de su propia depravaci�n, para
hacerle un bien.
Si es por su propia depravaci�n debe haber algo que le haga diferente de m�.
La diferencia puede consistir en cualquier cosa que encuentre.
- Y �sa es la justificaci�n.
Entonces se convierte en racismo. Siempre se puede encontrar algo, el color
del pelo o de los ojos, que son gordos o homosexuales. Se encuentra algo que
sea lo suficientemente diferenciador. Por supuesto tambi�n se puede mentir.
Obs�rvese a serbios y croatas. No se pueden distinguir unos de otros. Usan
diferente alfabeto pero la misma lengua. Pertenecen a distintas ramas de la
Iglesia cat�lica. Esto es todo. Pero parte de ambos grupos est�n dispuestos
a asesinar y destruir al contrario. No pueden imaginar tarea m�s elevada.
- Se supone que ideolog�a y propaganda son fen�menos de otras culturas. No
existen en Estados Unidos. Al concepto de clase le sucede lo mismo. Usted lo
ha llamado la inmencionable palabra de cinco letras .
- Es interesante comprobar como funciona. Las estad�sticas sobre calidad de
vida, mortalidad infantil, esperanza de vida, est�n siempre compartimentadas
por razas. Siempre demuestran que los negros tienen unos �ndices espantosos
comparados con los de los blancos.
Pero Vicente Navarro, profesor en Johns Hopkins y estudioso de la salud
publica, ha realizado un interesante trabajo. Decidi� volver a analizar las
encuestas separando los factores de raza y clase. Por ejemplo analizaba a
trabajadores negros y trabajadores blancos comparados con ejecutivos negros
y ejecutivos blancos. Descubri� que muchas de las diferencias entre blancos
y negros son diferencias de clase. Si se comparan a trabajadores blancos
pobres con ejecutivos blancos, la diferencia es enorme.
Obviamente su estudio tenia mucho que aportar sobre epidemiolog�a y salud
publica as� que lo env�o a las principales revistas medicas norteamericanas.
Todas lo rechazaron. Entonces lo env�o a la revista mas prestigiosa del
mundo en el tema, la brit�nica Lancet. La aceptaron sin problemas.
La raz�n estaba clara. En Estados Unidos no se puede hablar de diferencias
de clase. De hecho, solo se le permite a dos grupos tener conciencia de
clase. Uno es el mundo de los negocios, que es agudamente consciente. Cuando
se lee la literatura que producen, se comprueba que esta pre�ada de temor a
las masas; habla de su creciente poder y de la forma en que hay que
defenderse de ellas. Es como una inversi�n vulgar del marxismo.
El otro grupo es el de los pol�ticos de altura del gobierno. Hablan de la
misma forma, de como hay que preocuparse acerca de las aspiraciones del
hombre com�n y de las masas empobrecidas que tratan de mejorar su condici�n
y salir de su pobreza, alterando el clima econ�mico.
Ellos pueden tener conciencia de clase. Tienen un trabajo que hacer. Pero es
extremadamente importante hacer creer al resto de la poblaci�n que no
existen cosas como clases sociales. Todos somos iguales, todos somos
americanos, vivimos en armon�a, trabajamos juntos, y todo es maravilloso.
T�mese por ejemplo el libro Mandato para el cambio publicado por Progressive
Policy Institute, el cofre de donde salen casi todas las ideas de Clinton.
Es un libro que se puede comprar en los quioscos de los aeropuertos, forma
parte de la campa�a de Clinton. Tiene un cap�tulo dedicado a la econom�a
empresarial que es la que va a superar las posiciones de izquierda y
derecha.
Combate las viejas ideas liberales sobre el Estado de bienestar, ya se sabe,
sobre los derechos de la poblaci�n y ayudcir a los madres a que alimenten a
sus hijos, eso est� pasado. No vamos a seguir en la misma pol�tica caduca.
Ahora se va a desarrollar una pol�tica econ�mica competitiva, se van a
incrementar las inversiones y el crecimiento. A la �nica gente que queremos
ayudar es c� los trabajadores y a las empresas donde trabajan.
Seg�n este cuadro todos somos trcibajadores. Hay empresas donde trabajar y
queremos mejorarlas, de la misma forma que uno mejora una cocina, se compra
una nevera nueva etc.
Pero se echa en falta a alguien en esta historia. No hay gerentes, no hay
jefes, no hay inversores. No existen. S�lo hay trabajadores y las empresas
donde trabajamos. Y lo que le interesa a la administraci�n es ayudar a la
gente en sus empresas.
La palabra empresarios s�lo aparece una vez, creo. S�lo hay gente que ayuda
a los trabajadores y ci las empresas donde trabajan. La palabra beneficios
tambi�n ciparece s�lo una vez- No se c�mo consiguieron meterla a
hurtadillas, es otra fea palabra, corno clase.
O tomemos la palabra empleo. Ahora se usa para denominar a los beneficios.
Asi cuando Bush aterriz� en Jap�n con Lee lacocca y el resto de ejecutivos
del sector del autom�vil, sus palabras m�gincas eran empleos, empleos,
empleos". Era todo lo que iban buscando.
Ya sabemos cu�nto se preocupa Bush por el empleo. S�lo hay que mirar lo que
ha sucedido durante su mandato, cuando el n�mero de parados o trabajadores
en precario lleg� a 17 millones, habi�ndose registrado durante su
presidencia un incremento de 8 millones.
Estaba creando las condiciones para exportar empleos. Debilitar a los
sindicatos y bajar el nivel de vida. De forma que �qu� quiere decir cuando
�l y los medios de comunicaci�n se desga�itan gritando �empleos, empleos,
empleos�? Obviamente �beneficios, beneficios, beneficios�. Una manera de
incrementar los beneficios.
La idea es pintar un cuadro para que la gente crea que todos somos una
familia feliz. Somos americanos, tenemos un inter�s nacional, todos
trabajamos juntos. Todos somos excelentes trabajadores, incluidas las
empresas en las que trabajamos y al gobierno que trabaja para nosotros. Son
nuestros servidores.
Y lo que aqu� existe puede aplicarse a todo el mundo. No hay conflictos, no
hay distintas categor�as de personas, no hay estructura que trascienda al
sistema. Por supuesto no hay clases. A no ser que se pertenezca a la clase
dominante, en cuyo caso la conciencia de clase estar� bien establecida.
- �De manera que fen�menos ex�ticos como la opresi�n de clase y la lucha de
clases s�lo ocurren en libros siniestros y en Marte?
- O en la prensa y la literatura econ�mica, donde no deja de escribirse
sobre ellos. Existen ah� porque tienen que preocuparse sobre ellos.
- USA util�za el t�rm�no ��ste�. El bien conocido economista pol�tico e
historiador Sam�r Amin dice que les concede demasiada Importancia. El
prefiere el t�rmino �clase dominante�. Adem�s es mucho m�s reciente el
t�rmino �la clase dominante�.
- La �nica raz�n por la que no utilizo el t�rmino �clase� es porque la
terminolog�a del discurso pol�tico est� tan descentrada, tan desarraigada,
que es dif�cil encontrar los t�rminos precisos. Esto forma parte del
objetivo del propio discurso pol�tico, que sea imposible hablar. Adem�s la
palabra clase provoca distintos tipos de asociaciones. En cuanto se
pronuncia hay personas que se desmayan. Piensan: �Aqu� huele a marxista�.
Otro inconveniente es que se tiene que realizar un concienzudo an�lisis de
clases, no se puede hablar s�lo de la clase dominante. �Son parte de la
clase dominante los profesores de Harvard? �Y los editores de The New York
Times? �Y los bur�cratas del Departamento de Estado? Hay una gran cantidad
de distintas categor�as de personas. De forma que se puede hablar s�lo
vagamente acerca del establishment o de las �lites o de los sectores
dominantes.
Pero, estoy de acuerdo, no se puede obviar que existen agudas diferencias
sociales basadas en hechos que, en �ltimo t�rmino, se enraizan en el sistema
econ�mico. Se puede hablar de amos si se quiere. Son palabras de Adam Smith,
y este autor est� nuevamente de moda. la �lite son los amos, que pretenden
lo que �l llam� �la m�xima ruindad�, esto es, �todo para nosotros y nada
para los dem�s�.
- Usted dice que esencialmente el concepto de clase trasciende al de raza.
- Sin duda. Por ejemplo Estados Unidos podr�a convertirse en una sociedad
sin prejuicios de color. Es posible. No creo que vaya a suceder, pero ser�a
perfectamente posible. Pero no cambiar�a el sistema de pol�tica econ�mica.
De la misma forma que las mujeres han atravesado el hielo y esto no ha
cambiado el sistema econ�mico en absoluto.
- �sta es una de las razones por las que normalmente se verifica que la
clase dominante no tiene ning�n problema en apoyar las iniciativas tendentes
a la supresi�n de la discriminaci�n sexual y racial. No importa demasiado.
Se pueden perder algunos ejecutivos blancos masculinos, pero no importa
siempre y cuando el sistema de dominaci�n permanezca intacto.
-Y se puede pagar menos a los mujeres.
- O se les puede pagar lo mismo. En Inglaterra aguantaron pacientemente 10
largos a�os con la Dama de Hierro en el gobierno. Peor incluso que Reagan.
- As� que para huir abundando en las zonas oscuras de la democracia l�beral,
donde existe esta pir�mide control y dominaci�n, donde hay discriminaci�n de
clase raza y sexo, existe la coerci�n, la fuerza.
- Proviene del hecho de que el poder objetivo est� concentrado. Reside en
varios lugares, en el patriarcado, en el factor raza. Especialmente en la
propiedad.
Si se piensa en la forma en que la sociedad funciona, se asemeja mucho a la
que describieron nuestros �padres fundadores�. Como dijo John Jay, el pa�s
deber�a ser gobernado por los que poseen, y los propietarios tienden a
seguir la cita de Adam Smith, la �m�xima ruindad�. �se es el n�cleo de las
cosas. Puede seguir existiendo incluso si cantidad de cosas cambian.
Por otro lado, son ciertamente peores otras formas de opresi�n. Para la vida
de la gente el racismo y el sexismo puede ser mucho peores que la opresi�n
de clase. Cuando un ni�o fue linchado en el sur del pa�s, ese suceso fue sin
duda mucho m�s grave que los bajos salarios que se estaban pagando. De
manera que cuando hablamos de las ra�ces del sistema de opresi�n, no puede
cuantificarse en t�rminos de sufrimiento. El sufrimiento constituye una
dimensi�n distinta que trata de evitarse.
�
Naturaleza humana y autopercepci�n
- �Se puede aprender el racismo o es algo con lo que se nace?
- No creo que ninguna de las dos posibilidades sea cierta. No hay duda de
que la naturaleza humana es rica y compleja. No somos piedras. Cualquiera en
su sano juicio sabe que gran parte de lo que somos viene gen�ticamente
determinado, incluidos aspectos de nuestra conducta o actitudes. No hay
duda.
Cuando se intenta ir m�s all�, y preguntarse sobre qu� es eso, se entra en
un cap�tulo de ignorancia general. Sabemos que hay algo en la naturaleza
humana que nos fuerza a que nos crezcan brazos, no alas y que va m�s all� de
la pubertad, hasta la edad madura. Y ahora sabemos que la adquisici�n del
lenguaje, o el sentido de la vista, son parte de la naturaleza humana en sus
aspectos m�s fundamentales.
Cuando nos referimos a modelos culturales, sistemas de creencias o cosas
parecidas, la opini�n del tipo que te encuentra en la parada del autob�s es
tan correcta como la del mejor cient�fico. Nadie sabe nada. la gente puede
especular pero en realidad no se sabe nada.
En este aspecto particular lo �nico que podemos hacer razonablemente por
tanto, es especular. Creo que la que he subrayado puede ser una suposici�n
razonable. No es que el racismo est� en nuestros genes. Lo que est� en
nuestros genes es la necesidad de proteger nuestra propia imagen.
Probablemente resida en nuestra naturaleza encontrar una forma de
reconvertir lo que hacemos en algo que nos permita vivir con nuestros actos
sin traumas.
Es lo mismo que sucede en la esfera social, incomparablemente mayor, donde
funcionan las instituciones y los sistemas de opresi�n y de dominaci�n. la
gente que esta al mando, que est� oprimiendo a otros, tiene que justificarse
a s� misma. Se puede realizar de forma sencilla o sofisticada, pero tiene
que hacerse. Es propio de la naturaleza humana. Una de esas consecuencias
puede convertirse en racismo. Tambi�n puede convertirse en otra cosa.
Tomemos a los sofisticados. Uno de los gur�s intelectuales de los �ltimos
tiempos en Estados Unidos es Reinhold Niebuhr. Se le ha llamado el �te�logo
del sistema�. Ha sido reverenciado por los t�picos liberales de la era de
Kennedy, por gente como Georges Kennan. Se le ha considerado como un maestro
moral de las generaciones contempor�neas.
Es instructivo echar una mirada a las causas por las que ha sido tan
exaltado. Tuve que estudiar su material una vez. Se supon�a que iba a haber
un cap�tulo dedicado al tema en uno de mis libros, pero el editor pens� que
iba a ser demasiado oscuro para el p�blico y no lo inclu�. Su nivel
intelectual es incre�blemente bajo, es dif�cil permanecer serio durante su
lectura.
Pero hay algo que lo hace llamativo, su concepto de la �paradoja de la
gracia�. lo que viene a decir es que no importa lo bien que pretendas
comportarte, al final siempre vas a causar da�o. Por supuesto es un
intelectual, de forma que todo el concepto est� adornado de grandes
palabras, pero al final lo que se deduce es s�lo eso.
Es realmente un consejo edificante para la gente que est� pensando en
engrosar las filas del crimen. �No importa cu�nto te esfuerces en hacer el
bien, siempre vas a causar da�o a otras personas. No se puede evitar�. Es
una idea maravillosa para un padrino de la mafia. Puede hacer lo que quiera.
Si hace da�o a alguien debe limitarse a exclamar: �Oh Dios m�o, la paradoja
de la gracia�.
Esto explica porqu� Niebuhr era tan atrayente para los intelectuales
norteamericanos de despu�s de la 1� Guerra Mundial. Se estaban preparando
para arrastrar una vida de grandes cr�menes. Iban a ser los ejecutores o los
apologetas de un per�odo de grandes conquistas globales.
Controlar el mundo significa obviamente arrastrar enormes cr�menes. Pero �no
es magn�fico tener esa doctrina respald�ndonos?
Por supuesto que queremos ser bondadosos y humanos pero no podemos evitar la
�paradoja de la gracia�.
Vuelvo a se�alar que si se es un intelectual, se puede revestir la teor�a de
hermosos ropajes y escribir art�culos sobre ella, pero el mecanismo es bien
simple.
Supongo que todo esto forma, si se quiere, parte de nuestra naturaleza. Pero
no se puede teorizar tan groseramente; ni siquiera llega a ser una te�ria
propiamente dicha. Todo el mundo sabe por propia experiencia c�mo es la
naturaleza del ser humano, c�mo act�a y porqu�, si uno se para a pensar en
ello. No es F�sica Cu�ntica.
- �Qu� me dice de lo que se ha denominado �la �tica de la competitividad�?
�Hay alguna evidencia de que seamos competitivos por naturaleza? Muchos
defensores del mercado libre y del capitalismo mercantil afirman que hay dar
a la gente la pos�bilidad de competir ya que es algo consustancial.
- Existen ciertas condiciones en que la gente compite y ciertas condiciones
en que la gente coopera. Por ejemplo supongamos en una familia en que la
persona que traiga el dinero para alimentarla, �l o ella, pierda su trabajo,
y no haya suficiente dinero para alimentos.
Probablemente el padre sea el individuo m�s fuerte. �Robar�a toda la comida
a la familia y dejar�a que los ni�os mueran de hambre? Supongo que hay gente
que lo hace, pero entonces se la encierra. En todas partes hay mentes
patol�gicas. Lo normal es compartirla.
�Significa esto que no son competitivos? No. Significa que en esas
circunstancias se comparte. Esas circunstancias pueden extenderse
r�pidamente, por ejemplo pueden extenderse a toda la clase trabajadora. Es
entonces cuando se producen per�odos de solidaridad entre los trabajadores,
cuando la gente lucha junta para crear sindicatos y mejorar las condiciones
de trabajo.
Y esto ocurre tambi�n en Estados Unidos. Recu�rdese la huelga de Homestead
de hace un siglo, cuando Andrew Carnegie cerr� su acer�a a los trabajadores
en huelga. Ese fue un per�odo de enorme rivalidad �tnica y racismo, dirigida
fundamentalmente a los emigrantes procedentes de Europa del Este, h�ngaros y
eslovacos. Pero durante ese conflicto lucharon codo con codo. Es uno de los
pocos per�odos de armon�a �tnica. Todos luchaban juntos, los anglosajones,
los alemanes y el resto de trabajadores.
D�jeme que le cuente una historia personal. Yo no soy particularmente
violento, pero en el instituto aprend� boxeo. Para ello ten�amos que pelear
con un amigo como sparring. Bien, despu�s de un rato de golpes, realmente
quer�a hacer da�o a mi mejor amigo. Pod�a notar c�mo crec�a en m� el
sentimiento de querer matarle.
�Significa esto que el sentimiento de matar es innato? En ciertas
circunstancias surge ese deseo incluso con tu mejor amigo. Se dan
circunstancias bajo las cuales este aspecto de la humanidad prevalece. Pero
hay otras circunstancias en que prevalecen otros aspectos del g�nero humano.
Si se quiere crear un mundo m�s humano, hay que cambiar las circunstancias.
- En todo esto �qu� grado de determin�smo juegan los condicionantes
sociales? Pongamos que se es un ni�o que vive en Somalia en este momento.
- O un ni�o que vive a dos manzanas de aqu�, en Cambridge. El verano pasado
un estudiante del MIT, Instituto Tecnol�gico de Massachussets, fue apu�alado
y muerto por un par de adolescentes del instituto local. Estaban practicando
un deporte singular: caminaban por el barrio y ten�an que encontrar a
alguien. Entonces uno de los chicos ten�a que golpearle y derribarlo de un
solo golpe. Si fallaba el otro chico le golpeaba a �l.
As� que estaban caminando y se encontraron con el estudiante del MIT. El
chico que deb�a actuar en esta ocasi�n le derrib� de un solo golpe. Por
razones desconocidas tambi�n le apu�al� y mat�. El chico no crey� que
hubiera hecho nada especialmente atroz. Se fueron a un bar la polic�a los
detuvo porque alguien los hab�a visto. No trataron de huir.
Estos chicos han crecido en Cambridge. No en la zona residencial,
probablemente en un barrio de la periferia. No en un barrio de Somalia. No
creo que los chicos de barrios m�s s�rdidos actuaran de igual forma.
�Significa que son diferentes gen�ticamente? No. Existe algo en su medio que
hace que esta conducta sea aceptable, incluso natural. Cualquiera que haya
nacido en un �rea urbana lo sabe y toma sus precauciones para no verse
envuelto en tales incidentes.
Recuerdo que en mi infancia hab�a barrios vecinos donde te recib�an a
pedradas si pasabas por all�. Se supon�a que no deb�as ir. Los chicos que
defend�an esta postura cre�an que les asist�a todo el derecho del mundo.
Estaban defendiendo su parcela.
�Ten�an acaso alguna otra cosa que defender?
�
�Aqu� no puede suceder, verdad?
- Huey Long, un gobernador y senador populista por Lou�siano a principios de
los a�os treinta, dijo una vez que s� el fascismo llegaba a este pa�s
deber�a ser envuelto en una bandera norteamericana. Ya ha comentado algo
sobre la tendencia al fascismo en �ste pa�s. Incluso ha llegado a citar a
Hitler para explicar el �mbito familiar y el papel asignado a la mujer.
- La convenci�n de los republicanos, que afortunadamente pude evitar ver por
televisi�n, pero que segu� en los peri�dicos, empez� a entonar los c�nticos
que yo he estado estudiando desde sus inicios en los a�os treinta. Estudi�
los discursos de Hitler a grupos de mujeres y a grandes multitudes. La
ret�rica era muy parecida a la de la reuni�n �Dios y Patria� que se celebr�
la primera noche de la Convenci�n republicana.
No me tomo esas similitudes muy en serio ya que el poder se encuentra
firmemente asentado en las manos de las grandes corporaciones. Se puede
permitir a estos furiosos fundamentalistas chillar sobre Dios, la patria y
la familia, pero en realidad est�n bien alejados de los centros de toma de
decisiones.
Qued� claramente demostrado seg�n se iba desarrollando la campa�a electoral.
les dieron la primera noche para vociferar. Incluso se les facilit� el
aparato del partido. Pero cuando comenz� la campa�a propiamente dicha, las
aguas volvieron a su cauce.
Pero esta situaci�n puede cambiar. Cuando la gente se aliena y se queda
aislada empieza a desarrollar actitudes irracionales y autodestructivas.
Quieren algo en sus vidas. Tienen que identificarse de alguna forma. No
quieren estar solamente pegados al televisor. Si se les niegan posibilidades
constructivas, volver�n su mirada a otros enfoques.
Es un fen�meno que tambi�n se puede apreciar en las encuestas. Estuve
estudiando el trabajo de un soci�logo norteamericano, publicado en Londres,
en el que se comparaban las tendencias religiosas de la gente en varios
pa�ses. las cifras eran sorprendentes. Las tres cuartas partes de la
poblaci�n norteamericana cre�a en los milagros religiosos. El n�mero de los
que cre�an en el diablo, en la resurrecci�n, en un dios que hace y deshace
es igualmente espectacular.
Esas cifras no se repet�an en cualquier pa�s industrializado del mundo. Para
encontrar algo semejante hay que dirigirse a las mezquitas iran�es o a las
ancianas de Sicilia. �ste sigue siendo el perfil de la sociedad
norteamericana.
Hace un par de a�os se realiz� una encuesta para determinar lo que la gente
opinaba sobre la evoluci�n. El porcentaje de gente que cre�a en las teor�as
de Darwin rondaba el 60%, no hay margen, pues, a ning�n error estad�stico
significativo. Aproximadamente la mitad de la poblaci�n cre�a en la doctrina
cat�lica de que Dios hab�a creado al hombre. El 40% pensaba que el mundo
hab�a sido creado hace unos pocos miles de a�os.
De nuevo hay que dirigirse a una sociedad pretecnol�ica, o a sociedades
profundamente agrarias para encontrar unos datos como estos. Esos son los
sistemas de creencias que se impulsan en las reuniones tipo �Dios y Patria�.
El fundamentalismo religioso puede llegar a ser un fen�meno a tener muy en
cuenta. Puede constituir la base de un movimiento de masas francamente
peligroso. Los l�deres fundamentalistas no son est�pidos. Disponen de
grandes cantidades de dinero, est�n organizados y se mueven en la direcci�n
correcta, empezando por tomar el control de peque�as organizaciones locales
donde es m�s dif�cil advertirlos.
En la �ltima elecci�n se produjo un fen�meno alarmante que lleg� a ocupar
las portadas de los peri�dicos. En muchas partes del pa�s, fundamentalistas
de extrema derecha se han presentado candidatos sin identificarse. No cuesta
demasiado trabajo lormalizar la candidatura. la gente no prestar� demasiada
atenci�n. No hay que decir qui�n eres realmente. Se aparece por ah� con una
cara amable y una gran sonrisa diciendo: �Me voy a ocupar del futuro de tus
hijos�. Mucha gente los votar�.
Muchos candidatos han sido elegidos a trav�s de las campa�as organizadas por
las estructuras locales, una vez que se hicieron con su control. Esto lleva
aparejado un cierto tipo de poder carism�tico a la persona que afirma �soy
vuestro l�der, seguidme�. Es peligroso. Estamos avanzando hacia el pasado.
- Tambi�n se ha producido un gran incremento del fundamentalismo en los
medios de comunicaci�n, especialmente en los electr�nicos. No se puede
recorrer el pa�s sin advertirlo.
- Comenz� a�os atr�s. Recuerdo una vez viajando que puse la radio. En cada
emisora que pude sintonizar hab�a un ministro fundamentalista predicando.
Ahora es mucho peor y adem�s est� la televisi�n.
�
La paradoja de Hume
- Usted ha afirmado que desde 1776 el verdadero drama ha sido �el ataque sin
tregua de los pocos pr�speros sobre los derechos de los muchos despose�dos�.
Quisiera preguntarle sobre los �muchos despose�dos�. �Les quedan cartas por
jugar?
- Ciertamente. Han salido victoriosos de muchas batallas. El pa�s es mucho
m�s libre de lo que era hace 200 a�os. Por lo menos no tenemos esclavos. Es
un gran cambio. La meta de Thomas Jefferson, un liberal de izquierda, era
crear un pa�s �libre de sangre mestiza�, es decir sin indios de piel roja,
sin negros; s�lo blancos anglosajones. Esto era lo que quer�an los liberales
de izquierda.
No tuvieron �xito. Se desembarazaron de gran parte de la poblaci�n nativa,
casi los �exterminan�, como se dec�a por aquella �poca, pero no pudieron
deshacerse de los negros, y al cabo del tiempo tuvieron que incorporarlos de
alg�n modo a la sociedad.
La libertad de palabra se ha extendido por todas partes. Ciento cincuenta
a�os despu�s de la revoluci�n las mujeres pudieron votar. Los trabajadores
acabaron por conquistar algunos derechos, despu�s de una sangrienta guerra
en la d�cada de los treinta, con 50 a�os de retraso respecto a Europa. Se
est�n perdiendo paulatinamente despu�s de esa fecha, pero la conquista se
realiz� con intenci�n de que perduraran.
En muchos sentidos grandes grupos de la poblaci�n han sido integrados a un
sistema de bienestar relativo y de libertad relativa, a menudo casi siempre
fruto de la lucha popular. De manera que la poblaci�n en general dispone de
cartas que jugar.
Esto es algo que el fil�sofo ingl�s David Hume se�al� hace un par de siglos.
En su teor�a pol�tica se�alaba la paradoja de que en cualquier sociedad la
poblaci�n se somete a los gobernantes, aunque la fuerza reside siempre en
las manos de los gobernados.
Los gobernantes s�lo pueden dirigir un pa�s si controlan las opiniones, no
importa de cu�ntos fusiles dispongan. Esto es as� incluso en las sociedades
desp�ticas, o en las m�s libres. Si el pueblo no acepta las cosas, sus
gobernantes est�n acabados.
Esta teor�a subestima el papel de la violencia, pero, no obstante, expresa
realidades tangibles. Hay una batalla constante entre la gente que rechaza
aceptar la dominaci�n y la injusticia y los que tratan de imponerlas.
- �C�mo quebrar el s�stema de adoctrinamiento y propaganda? Usted ha d�cho
que es casi imposible hacerlo individualmente, que es necesario actuar
colectivamente. �Qu� impide a la gente asociarse?
- Hay poderosos factores implicados. Todo el mundo vive dentro de un sistema
cultural y social que tiene ciertos valores y ciertas oportunidades. Asigna
costos a ciertas formas de acci�n y beneficios a otras. Se vive en �l, es
inevitable.
Vivimos en un sistema que asigna beneficios a los esfuerzos que se dirigen a
lograr ventajas individuales. Pongamos que soy el cabeza de familia, hombre
o mujer. �Qu� hago con mi tiempo? Tengo 24 horas al d�a. Tengo ni�os a los
que cuidar, y un futuro del que preocuparme. �Qu� hago?
Una posibilidad es dedicarme en exclusiva a mi jefe y ver si puedo obtener
un d�lar m�s por hora. O quiz� pegar una patada en la cara a alguien que
pase a mi lado; no hace falta hacerlo f�sicamente, existen mecanismos en la
sociedad capitalista para hacerlo figuradamente.
Otra posibilidad es dedicar mis tardes a tratar de organizar a otra gente,
lo que me llevar� a pasarlas en reuniones, formar parte de piquetes y
sostener una larga lucha en la cual seremos golpeados por la polic�a y
algunos perder�n su trabajo. Al final hemos conseguido reunir a cierta gente
de forma que podamos decir que hemos alcanzado una peque�a victoria, que
puede ser o no mayor que la que hubi�ramos conseguido siguiendo m�todos
individualistas.
En determinados juegos, este tipo de situaci�n se llama el �dilema del
prisionero�. Se puede tratar de presentar las cosas como si fueran �juegos�,
es decir, tratar de provocar interacciones mediante las cuales cada
participante gana m�s si otra persona participa colaborando contigo. Si la
otra persona trata de maximizar su propio beneficio, pierde.
Voy a explicar un caso sencillo, el de ir en coche al trabajo. Puede llevar
m�s tiempo ir al trabajo en metro que en coche. Si todos fu�ramos en metro y
si se invirtiese en �l, en lugar de en carreteras, todos ir�amos en metro y
m�s r�pidamente. Pero tenemos que ir todos. Si hay un sector de gente que
sigue utilizando el coche, se seguir� invirtiendo en el transporte privado
en lugar del p�blico.
Si todos nos empe�amos en hacer las cosas de otra forma, todos seremos los
beneficiados. los costes que pueden suponer a una sola persona hacer que se
trabaje en grupo pueden ser elevados. S�Io si mucha gente empieza a trabajar
unida, y de manera seria, se pueden alcanzar importantes beneficios.
Este esquema ha funcionado en casi todas las luchas que se han llevado a
cabo. Supongamos que se sea el chico negro de 20 a�os del Instituto de
Atlanta en 1960. Se tienen dos opciones. Una consiste en decir: �Voy a
intentar conseguir un empleo en otra parte. Quiz� alguien quiera contratar a
un gerente negro. Ser� humilde y servil. As� puede que llegue a vivir en una
casa de clase media�.
La otra ser�a afiliarse al SNCC, Comit� de Coordinaci�n de Estudiantes No
violentos, un grupo que luchaba por los derechos civiles de los negros en
1960, en cuyo caso se corre el riesgo de ser asesinado. Con seguridad me
difamar�n y golpear�n. Durante un largo periodo tendr� una dura existencia.
Quiz� al final se consiga apoyo suficiente para que yo y mi familia vivamos
mejor.
Es dificil tomar una decisi�n como la que adopt� este muchacho, dadas las
alternativas posibles. La sociedad est� estructurada de forma que fuerza a
los individuos a tomar decisiones de tipo individual. Es realmente
significativo que muchos j�venes elijan la segunda opci�n, sufran por ello y
ayuden a crear un mundo mejor.
- Usted ha apuntado que hay encuestas que se�alan que el 83% de la poblaci�n
contempla el sistema econ�mico como �una desgraciada herencia�. Pero esto no
se traduce en nada.
- S�io se traduce en algo si la gente esta dispuesta a hacer algo. Esto es
as� tanto si se habla de asuntos generales, como esa pesada herencia
econ�mica, como de cosas de menor rango.
Tomemos por caso la sanidad p�blica. En p�blico nadie reclama el sistema
�canadiense�. Un sistema extendido por todo el mundo, un sistema de sanidad
p�blica eficiente, organizado y estatal, que garantiza a todo el mundo la
salud, y si est� mejor organizado que el canadiense, contempla tambi�n la
salud preventiva.
Y de acuerdo con las encuestas dos terceras partes de la poblaci�n est� a
favor, aunque apenas se oiga a alguien defenderlo. �Alguien toma medidas?
No. Tiene que haber alg�n tipo de empresa sustentada por las aseguradoras
que se toma las necesarias molestias para que nadie ponga en cuesti�n los
enormes beneficios de las compa��as aseguradoras y la medicina privada.
S�lo hay dos maneras para conseguir el sistema de salud que la mayor�a de la
poblaci�n desea. Una requiere movilizaciones populares de consideraci�n, lo
que significa profundizar la democracia, algo que nadie en el poder desea, o
que las grandes empresas decidan que este sistema es conveniente para ellas.
Podr�a ocurrir.
El sistema actual, burocratizado y extremadamente incompetente, dise�ado
para bene�iciar a un solo sector de las compa��as m�dicas privadas, puede
estar da�ando los intereses de otros sectores. las aseguradoras del sector
del autom�vil est�n pagando aqu� en concepto sanitario, m�s que en otros
pa�ses. Lo saben. Podr�an presionar para conseguir un sistema m�s eficiente
que rompa con el actual basado en el sistema capitalista.
�
Las p�ginas de opini�n y las amenazas de muerte
- El periodista canadiense David Frum le ha llamado �el gran chiflado
norteamericano�. Creo que todo arranca de cuando Martin Peretz de New
Republic le situ� �al margen de los l�m�tes de la responsabilidad
intelectual�. Frum tambi�n dijo que �hab�a un tiempo que las p�ginas de
opini�n de The New York Times eran su coto� �Me he perdido algo?
- Pues creo que tambi�n yo. Recuerdo que una vez The New York Times public�
algo m�o. Creo recordar que fue en 1971. Fue en el per�odo en que las
grandes corporaciones, y m�s tarde The New York Times decidieron que era
mejor retirarse de Vietnam, porque nos estaba saliendo demasiado caro.
Testifiqu� ante el Comit� de Relaciones Exteriores del Senado. El senador
Fulibright consigui� cambiar el rango del Comit� hasta reducirlo a un
seminario. Estaba muy disgustado por la guerra y por la pol�tica exterior
norteamericana de esa �poca. Me invit� a testificar, lo que me pareci�
adecuado. Entonces fueron a publicar....
- Parte de su Intervenci�n. No fue un art�culo que usted hab�a escrito para
el Times.
- Quiz� lo repas� un poco previamente, pero esencialmente era parte de mi
testimonio ante el Comit�. �sa es la verdad, el Times public� parte de mi
testimonio ante el citado Comit�.
- �Y en eso consist�a su �coto� en el New York Times? Y respecto a la
secci�n de Cartas al Director, �cu�ntas le han publicado?
- Ocasionalmente cuando alguien me calumnia y las mentiras se publican en
ese medio, escribo. Habitualmente no publican las cartas. Una vez, quiz�
m�s, estaba tan furioso que me puse en contacto con un amigo que trabajaba
all� para que ejerciera alg�n tipo de presi�n y se publicara mi respuesta.
Pero a veces, se limitan a rechazarlas. En la secci�n de cr�tica de libros
de ese mismo peri�dico, se publicaron una buena serie de mentiras podridas
sobre m� y los khemeres rojos. Escrib� una breve carta respondiendo y se
negaron a publicarla. Me qued� estupefacto y volv� a escribir, y entonces si
recib� respuesta. Me ofrec�an publicar una carta distinta, una que mereciera
su aprobaci�n.
- David Frum no puede dejar de derramar alabanzas sobre su persona. Dijo que
�sus puntos de vista son exactamente iguales a los que vende puerta por
puerta Lyndon LaRouche y el Christic Institute�. Usted se vio envuelto en un
serio incidente con los �Laruchitas� que ha mencionado en varias
conferencias.
- Fue tan serio que fui amenazado de muerte. He estado realizando un
estrecho seguimiento de ese grupo, en parte porque conoc�a a algunos de los
chicos implicados, eran hijos de amigos personales.
El grupo surgi� de la huelga de la Universidad de Columbia de 1968.
Originalmente se llamaba Convenci�n Nacional de Comit�s de Trabajadores, un
grupo marxista de gente joven y seria que iban a vivir en barrios de clase
trabajadora y a tratar de organizarlos. Puede gustar m�s o menos pero es
algo perfectamente racional.
Este tipo, Lyndon LaRouche, que ha tenido otros 10 nombres m�s, era el gur�.
Al principio parec�a el t�pico ex-trotskista. Al cabo de un cierto tiempo se
pod�a advertir lo que estaba pasando. Los chicos hab�an renunciado a sus
vidas, a sus carreras, y el �nico territorio que frecuentaban era el que les
rodeaba. Su gur� empez� a introducir progresivamente teor�as absolutamente
disparatadas en su ideolog�a. Lo hizo poco a poco.
A cada paso todos los componentes del grupo, chicos de 19 a�os, ten�an que
tomar una decisi�n: �Voy a continuar con esto o voy a desperdiciar mi vida?
Gran cantidad decidi� continuar adelante. En poco tiempo estaban vagando por
la estratosfera. Las posiciones del grupo eran tan absurdas y perniciosas
que no pueden siquiera describirse.
Entonces se volvieron violentos. Comenzaron lo que denominaron �operaci�n
limpieza�. Iban a conquistar la hegemon�a en el sector de la izquierda,
acudiendo a sus reuniones y pegando con un bate de b�isbol a los
congregados. Al principio de la �operaci�n� nadie sab�a qu� hacer pero luego
pensaron, vale, volveremos con unos bates de mayor tama�o.
Lo siguiente consisti� en montar una verdadera red de extorsi�n. Gran parte
de los chicos pertenec�an a la clase media. La idea consist�a en acudir a
sus padres y pedirles que dieran dinero a LaRouche, o se convertir�an en
enemigos de la raza humana, fascistas objetivos, y nunca les volver�an a ver
el pelo.
Esto dur� un tiempo. Empezaron a acerc�rseme algunos padres durante mis
charlas. Recuerdo una pareja, �l ten�a una peque�a tienda no s� d�nde, y me
contaron lo que les dec�an sus hijos. Me preguntaron qu� deb�an hacer.
Habitualmente no suelo dar consejos. Esta vez me dije si quer�is la verdad
os dir� la verdad. Una semana m�s tarde recib� un mensaje que dec�a:
�Nuestro Servicio de Inteligencia se ha enterado de que Vd. anda esparciendo
rumores sobre el partido. Dispone de una semana para rectificar y librarse
de los cargos�. Estaba Firmado por el Comit� del Servicio de Inteligencia de
los Trabajadores, o algo por el estilo. Lo tir� a la papelera.
Poco despu�s, su peri�dico empez� a publicar una serie de enloquecidos
ataques personales. El m�s gracioso fue un panfleto que sacaron para el
Bicentenario, el 4 de Julio de 1976. Se titulaba Comandantes Terroristas.
Aparec�an fotos de mi persona y de Mark Raskin. Era incre�ble. Se nos
describ�a como agentes de la KGB, la CIA, la OLP, la reina de Inglaterra y
el Instituto Tavistock y de cualquier otro organismo que, en ese momento,
estuviera conspirando contra ellos. A�ad�an que est�bamos planeando poner
bombas at�micas en las principales ciudades de Estados Unidos coincidiendo
con el Bicentenario.
Consegu� otro muy parecido en agosto, un mes m�s tarde. Segu�an afirmando
que en un mes m�s cometer�amos los atentados. Estaba en el parabrisas de mi
coche, y ten�a a�adida una amenaza de muerte.
No voy a entrar en detalles de lo que sucedi� luego. Supe qui�n era el
responsable y habl� con sus padres. No volv� a saber de ellos durante cierto
tiempo. Luego comenzaron de nuevo.
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