by Noam Chomsky

del Sitio Web VeaYLea2001

Contenido

  1. Los Principales Logros de la Pol�tica Exterior Norteamericana

  2. En casa lavado de cerebro...

  3. ...Y en el exterior destrucci�n

  4. El Futuro

  5. Pocos son los pr�speros y muchos los elegidos


Los Principales Logros de la Pol�tica Exterior Norteamericana

Protegiendo nuestro patio

Las relaciones entre Estados Unidos y el resto de los pa�ses se remontan, l�gicamente, al origen de la historia norteamericana, pero la Segunda Guerra Mundial marc� una l�nea divisoria decisiva, de manera que empezaremos en ese punto.

Mientras que la mayor�a de nuestros rivales industriales fueron gravemente debilitados o totalmente destruidos por la guerra, Estados Unidos se benefici� enormemente de ella. Nuestro territorio nunca sufri� un ataque directo, y al mismo tiempo la producci�n se multiplic� por tres.

Incluso antes de la guerra, Estados Unidos ya era de lejos la primera potencia industrial del planeta, y lo era desde principios de siglo. Pose�a el 50% de la riqueza mundial y controlaba ambas orillas de ambos oc�anos. Nunca hab�a habido una potencia tan poderosa y con tal control del mundo.

La elite que dictaba la pol�tica norteamericana era consciente de que el nuevo EEUU que surgir�a de la Guerra se iba a convertir en la primera potencia global del planeta, y ya durante la guerra e inmediatamente despu�s de ella planificaron cuidadosamente el dise�o del paisaje de la posguerra. Ya que estamos en una sociedad abierta, podemos estudiar sus planes, que, por otra parte, eran claros y di�fanos.

Los pol�ticos norteamericanos, desde los del Departamento de Estado a los del Consejo de Pol�tica Exterior -uno de los canales de mayor influencia de los intereses econ�micos en la determinaci�n de la pol�tica exterior-, estaban de acuerdo en que el dominio de Estados Unidos deb�a mantenerse. Pero hab�a un amplio espectro de opiniones diversas sobre como conseguirlo.

En un extremo tenemos documentos como el Memor�ndum n� 68 del Consejo de Seguridad Nacional de 1950. En �l se desarrollan las ideas del secretario de Estado Dean Acheson y fue redactado por Paul Nitze, un personaje a�n presente en la pol�tica. Fue uno de los negociadores del Tratado sobre el Control Armamenfistico auspiciado por Reagan. El documento n� 68 clamaba por una �estrategia de reducci�n de precios� que �sembrara las semillas de la destrucci�n dentro del sistema sovi�tico�, de manera que pudiera negociarse un acuerdo en nuestros propios t�rminos �con la Uni�n Sovi�tica o con el Estado o Estados que la sucedieran�.

La pol�tica recomendada por el documento 68 podr�a requerir �sacrificios y disciplina� en el mismo Estados Unidos, es decir, grandes gastos militares y severas restricciones, a su vez, en gastos sociales. Tambi�n ser�a necesario acabar con el �exceso de tolerancia� que permite cierto grado de disensi�n interna.

Este tipo de pol�tica consigui� buenos resultados. En 1949 el espionaje norteamericano en la Europa Oriental era dirigido por Reinhard Gehien, que anteriormente hab�a encabezado el servicio de inteligencia nazi en el frente oriental. Esta red formaba parte de la alianza nazi-norteamericana que r�pidamente absorbi� a muchos de los peores criminales de guerra, y que extendi� el campo de sus operaciones a Latinoam�rica y al resto del mundo.

Sus operaciones inclu�an un �ej�rcito secreto� potenciado por la alianza anteriormente aludida, que facilit� armas y agentes a peque�os ej�rcitos creados por Hitler, que segu�an operando dentro de la Uni�n Sovi�tica y de los pa�ses de Europa Oriental, durante los primeros a�os de la d�cada de los cincuenta. (Este asunto es bien conocido en EEUU, pero considerado insignificante, aunque habr�a que ver las ampollas que hubiera levantado el hecho, por poner un ejemplo, de que la Uni�n Sovi�tica hubiera proporcionado armas y agentes a un ej�rcito creado por Hitier en las monta�as Rocosas).


El polo opuesto liberal
El documento n� 68 constitu�a un extremo de la pol�tica de posguerra y se debe recordar que no fue s�lo algo te�rico, gran parte de sus postulados fueron llevados a cabo.

Echemos ahora una mirada al otro polo, a las palomas. El personaje m�s sobresaliente de este grupo era, sin duda, George Kennan, quien encabezaba el equipo de analistas del Departamento de Estado hasta 1950, fecha en que fue reemplazado por Nitze. El departamento de Kennan fue el responsable de la red de espionaje de Gehlen.

Kennan era uno de los consejeros m�s l�cidos e inteligentes de todo el pa�s, y una figura puntera entre los dise�adores de la pol�tica de posguerra. Sus escritos son extremadamente interesantes e ilustran perfectamente las posiciones del grupo de palomas.

Uno de los documentos m�s interesantes para comprender en su totalidad la pol�tica de EEUU es el Estudio sobre Planificaci�n Pol�tica n� 23, escrito por Kennan para el Departamento de Estado en 1948. He aqu� algo de lo que en �l se dec�a:

� ... tenemos alrededor del 50% de la riqueza mundial pero s�lo un �,3% de su poblaci�n ... Con esta situaci�n no podemos evitar ser objeto de envidias y resentimientos. La tarea realmente importante para el pr�ximo per�odo es elaborar un modelo de relaciones que nos permita mantener esta posici�n de desigualdad... Para conseguirlo tenemos que prescindir de todo tipo de sentimentalismos y utop�as; nuestra atenci�n tiene que concentrarse en nuestros intereses nacionales m�s inmediatos. Debemos dejar de hablar de objetivos vagos e �rreales como los derechos humanos, el aumento de la calidad de vida, y la democratizaci�n. No est� lejos el d�a en que tengamos que batimos por conceptos realmente Importantes. Cuanto menos estemos atados por consignas idealistas, mejor�.

El documento n� 23 era, por supuesto, secreto. Para contentar a la opini�n p�blica era necesario airear �consignas idealistas�, (como ahora se hace constantemente), pero en ese documento los receptores eran otros.

Siguiendo esa misma l�nea, en una breve charla dirigida a los embajadores estadounidenses en latinoam�rica en 1950, Kennan observ� que uno de los principales objetivos de la pol�tica exterior norteamericana deb�a ser �la protecci�n de nuestras materias primas� (por supuesto en Am�rica Latina). Debemos combatir la peligrosa herej�a, que seg�n informaba la inteligencia norteamericana se estaba extendiendo por toda Latinoam�rica, de que �un gobierno era responsable del bienestar de sus ciudadanos�.

Los analistas norteamericanos tildaban tal idea de comunismo, sin importar qu� grupos la enunciaran. Pod�an ser grupos de la iglesia de base o cualquier otro, pero si sosten�an esa herej�a eran comunistas.

Este enfoque se manten�a tambi�n de forma p�blica. Por ejemplo, una serie de altos estudios sosten�a, en 1955, que la amenaza real del comunismo, (en realidad el verdadero sentido del t�rmino �comunismo�) era su rechazo a ejercer su papel social, es decir, �complementar la pol�tica industrial de Occidente�.

Kennan explicaba detalladamente los medios que se ten�an que usar con los enemigos que sosten�an semejantes herej�as:

�La respuesta final puede ser desagradable, pero... no debemos vacilar ante la represi�n que ejerza un gobierno local. No es vergonzoso, ya que los comunistas son esencialmente traidores ... es mejor tener un r�gimen fuerte en el poder que un gobierno liberal que sea indulgente y blando e infiltrado por los comunistas�.

Este tipo de pol�tica no comenz� con liberales de posguerra como Kennan. Como apunt� el secretario de Estado de Woodrow Wiison 30 a�os antes, el verdadero sentido de la doctrina Monroe era que �Estados Unidos considerara sus verdaderos intereses. La integridad de las otras naciones americanas es puramente accidental, no un fin en s� mismo�. Wiison, el gran ap�stol de la autodeterminaci�n, afirmaba que ese argumento era incontestable, aunque fuera poco �pol�tico� presentarlo en p�blico.

Wiison no s�lo pensaba as�, sino que tambi�n actuaba de la misma forma invadiendo Haiti y la Rep�blica Dominicana, donde los soldados asesinaron y masacraron a la poblaci�n, destruyeron el sistema pol�tico, y dejaron el control total de la situaci�n en manos de las corporaciones norteamericanas, allanando el camino de dictaduras brutales y corruptas.


La �Gran Zona�

Durante la 1� Guerra Mundial grupos de analistas del Departamento de Estado y del Consejo de Relaciones Exteriores desarrollaron diversos planes para la posguerra en t�rminos de lo que ellos denominaron la �Gran Zona�, que deb�a estar subordinada a las necesidades de la econom�a norteamericana.

La �Gran Zona� incluir�a el hemisferio occidental, Europa Occidental, Extremo Oriente, el anterior Imperio Brit�nico, que ahora estaba siendo desmantelado, las inconmensurables riquezas de Oriente Medio, que estaba pasando de manos francesas y brit�nicas a norteamericanas, el resto del Tercer Mundo, y si era posible el globo entero. Estos planes iban implement�ndose donde la coyuntura lo permit�a.

A cada parte del nuevo mundo se le asignaba una funci�n espec�fica. los pa�ses industriales deb�an ser guiados por los grandes fabricantes, Alemania y Jap�n, que ya hab�an demostrado su capacidad durante la guerra, y ahora trabajar�an bajo supervisi�n norteamericana.

El Tercer Mundo �quedar�a destinado a suministrar mater�as primas y a servir como mercado� a las compa��as capitalistas, tal y como se se�alaba en un memorandum del Departamento de Estado de 1949. Deb�a ser �explotado�, seg�n las propias palabras de Kennan, con el fin de reconstruir Europa y Jap�n. la referencia exacta es al sudeste asi�tico y a �frica, pero el objetivo es general.

Kennan incluso suger�a que Europa recibir�a un empuj�n psicol�gico proporcionado por la �explotaci�n� de �frica. Naturalmente nadie suger�a que �frica pudiera �explotar� a Europa para su propia reconstrucci�n. Estos documentos, ahora secretos desclasificados, son le�dos por estudiosos que no encuentran en ellos nada extra�o o chocante.

La guerra de Vietnam surgi� de la necesidad de asegurar este papel secundario. los nacionalistas vietnamitas no quer�an aceptarlo, y tuvieron que ser aplastados. la amenaza no consisria en que fueran a conquistar a alguien, sino que podr�an establecer un peligroso precedente, y un ejemplo a seguir de independencia nacional que podr�a contagiar a otros pa�ses de la zona.

El gobierno estadounidense ten�a dos papeles principales que seguir. El primero consisria en asegurar los dominios de la �Gran Zona�. Para ello requer�a una postura intimidatoria de envergadura, de manera que se asegurase que nadie iba a entorpecer su tar�a, lo que explica que haya habido una verdadera carrera nuclear.

El segundo consistia en asegurarse un s�lido apoyo p�blico para la industria de alta tecnolog�a. Debido a varias razones, el m�todo elegido fue, en gran parte, el aumento de gastos militares.

El libre comercio es un argumento magn�fico para airear en departamentos econ�micos o para los peri�dicos, pero nadie en el mundo de las empresas o en el gobierno se lo toma en serio. Los sectores de la econom�a norteamericana que pueden competir internacionalmente, son sobre todo, los subvencionados: la agricultura intensiva en manos del gran capital (la agro-industria, como se la denomina), los productos de alta tecnolog�a, los farmac�uticos, la biotecnolog�a, etc.

Esto mismo sirve para otras sociedades industriales. El gobierno apoya con dinero p�blico la investigaci�n y desarrollo y garantiza, fundamentalmente a trav�s de la industria militar, un amplio mercado para la producci�n. Si se obtienen beneficios y se puede aprovechar para otros mercados se traspasa al sector privado. Este sistema de subsidios p�blicos y beneficios privados es denominado libre empresa.


Restaurar el orden tradicional
Los dise�adores de la pol�tica de posguerra como Kennan pronto se dieron cuenta que era vital para los intereses de las sociedades capitalistas norteamericanas, reconstruir el resto de las sociedades industriales occidentales da�adas por la guerra, de manera que pudiesen importar productos manufacturados norteamericanos, y que constituyesen atrayentes focos de inversi�n. (Estoy contando a los japoneses como occidentales, siguiendo la convenci�n sudafricana de tratar a los japoneses como �blancos honorarios�). Pero era crucial reconstruir esas sociedades de forma espec�fica.

Ten�a que ser restablecido el orden tradicional de la derecha, con una clase dominante industrial y financiera, los sindicatos divididos y debilitados, y con la pesada tarea de la reconstrucci�n descansando s�iidamente en los hombros de la clase trabajadora y de los pobres.

El mayor impedimento consisfia en la resistencia antifascista, de manera que fue suprimida y sustituida por fascistas y colaboradores de los nazis en todo el mundo. A veces este proceso requer�a utilizar una gran violencia, pero otras veces pod�a llevarse a cabo con medidas m�s suaves, como desvirtuar elecciones o retener alimentos desesperadamente necesitados. (En realidad este hecho debeeio figurar en el primer cap�tulo de cualquier historia honesta de la posguerra, pero en realidad ni siquiera se discute).

El modelo fue establecido en 1942 cuando el presidente Roosevelt nombr� a un almirante franc�s, Jean Darian, gobernador general de todo el norte de la ��rica francesa. Darian fue un sobresaliente colaborador de los nazis, y el autor de varias leyes antisemitas promulgadas por el Gobierno de Vichy, el gobierno ritere de los nazis en Francia.

Pero mucho m�s importante fue el primer nombramiento en la Europa liberada, el sur de Italia, donde Estados Unidos, impuso un gobierno de extrema derecha liderado por el h�roe de guerra fascista el mariscal de Campo Badoglio, y por el rey V�ctor Emmanuel III, tambi�n colaborador de los fascistas.

Los analistas norteamericanos reconocieron que la �amenaza� en Europa no consisfia en una posible agresi�n sovi�tica, (que analistas serios como Dwight Eisenhower no preve�an) sino en la alianza de trabajadores y campesinos forjada en la lucha antifascista, con sus ideas democr�ticas y radicales, y en el papel pol�tico e influjo de los partidos comunistas.

Para prevenir un colapso econ�mico que pudiera debilitar la influencia norteamericana, y para reconstruir las econom�as capitalistas de los pa�ses de la Europa Occidental, Estados Unidos dise�� el Plan Marshall, que destin� a Europa m�s de 12.000 millones de d�iares en subvenciones y cargas entre 1948 y 1951, fondos que se usaron para pagar un tercio de las exportaciones norteamericanas a Europa en el a�o clave de 1949.

En Italia el movimiento unitario de trabajadores y campesinos liderados por el Partido Comunista, hab�a derrotado a seis divisiones alemanas y hab�a liberado todo el norte del pa�s. Conforme se consolidaba el avance del Ej�rcito norteamericano, se dispersaba a las tropas antifascistas y se iba restaurando las estructuras b�isicas del r�gimen fascista de antes de la guerra.

Italia ha sido una de las zonas m�s importantes de subversi�n de la CIA desde que �sta fue fundada. La agencia tuvo mucho que ver en las cruciales elecciones de 1 948, cuando los comunistas arrancaron una importante parcela de poder legal. Se usaron una amplia gama de t�cnicas, incluidas las que significaban una restauraci�n de los m�todos de la polic�a fascista, la ruptura forzada de los sindicatos y los cortes en los suministros de alimentos. De cualquier forma no quedaba claro que los comunistas fueran a ser derrotados.

El primer memor�ndum del Consejo Nacional de Seguridad, NSC n� 1, especificaba un n�mero de acciones que EEUU podr�a llevar a cabo si los comunistas ganaban. Una de las alternativas contempladas era una intervenci�n armada mediante ayudas a un ej�rcito secreto que operar�a en el pa�s.

Algunas personas, especialmente George Kennan, defend�a una intervenci�n armada antes de las elecciones, para no correr riesgos. Pero otras se encargaron de convencerle de que los m�todos subversivos eran m�s eficaces, lo que a la postre se mostr� correcto.

En Grecia las tropas brit�inicas entraron cuando los alemanes se hab�an retirado. Impusieron un r�gimen corrupto que provoc� una reacci�n de la Resistencia y Gran Breta�a, ya en su dedinar de posguerra, fue incapaz de mantener la situaci�n bajo control. En 1947 Estados Unidos se traslad� a ese escenario y apoy� una guerra que cost� 160.000 muertos.

Esta guerra estuvo aderezada con torturas y el exilio de decenas de miles de griegos, y con lo que denominamos �campos de reeducaci�n� para otras decenas de miles, la destrucci�n sistem�tica de los sindicatos y de cualquier posibilidad de establecimiento de partidos pol�ticos independientes.

Situ� s�lidamente el pa�s en manos de inversores estadounidenses y de hombres de negocios locales, mientras gran parte de la poblaci�n tuvo que emigrar para sobrevivir. Entre los beneficiarios se encontraban colaboradores de los nazis, mientras que las principales v�ctimas fueron los trabajadores y los campesinos de la resistencia anti-nazi liderada fundamentalmente por el Partido Comunista.

Nuestra triunfal defensa de Grecia contra su propia poblaci�n supuso el establecimiento de un modelo m�s tarde usado en la guerra de Vietnam, como Adiai Stevenson se encarg� de explicar en las Naciones Unidas en 1964. los consejeros de Reagan usaron exactamente el mismo modelo cuando explicaban la situaci�n en Am�rica Central, y adem�s fue seguido en otras partes del mundo.

En Jap�n, Wash�ngton �nici� la denominada �vuelta atr�s� de 1947 que vino a acabar con la democratizaci�n emprendida por la administraci�n militar del general MacArthur. la �marcha atr�s� suprimi� los sindicatos y otras fuerzas democr�ticas y dei� el pa�s en manos de los elementos corporativos que hab�an conducido a Jap�n al fascismo: un sistema de poder estatal y privado que a�n hoy subsiste.

Cuando las fuerzas norteamericanas entraron en Corea en 1945, dispersaron al gobierno popular establecido, formado mayoritariamente por antifascistas que se hab�an enfrentado a los japoneses, e inauguraron una �poca de represi�n ejercida por polic�as fascistas japoneses y coreanos que hab�an colaborado con ellos. Alrededor de 100.000 personas fueron asesinadas antes de que estallara la guerra propiamente dicha, incluyendo los 30.000 o 40.000 campesinos muertos durante la represi�n de una revuelta en la peque�a regi�n de la isla de Cheiu.

Un golpe de Estado fascista en Colombia, inspirado en el de Franco, produjo pocas protestas en el gobierno de EEUU. lo mismo sucedi� con el de Venezuela, o con la llegada al poder de un admirador del fascismo en Panam�. Pero el primer gobierno democr�tico en la historia de Guatemala, que se hab�a inspirado en el Nuevo Pacto de Roosevelt, recibi� el m�s agrio antagonismo de Washington.

En 1954 la CIA dise�� un golpe que conv�rti� a Guatemala en un infierno. Esta situaci�n se mantiene hasta nuestros d�as con el apoyo y la intervenci�n regular norteamericana, especialmente durante las administraciones de Kennedy y Johnson.

Otra consecuencia de la represi�n de la resistencia antifascista fue el reclutamiento de criminales de guerra como Klaus Barbie, un oficial de las SS, que hab�a sido jefe de la polic�a de lyon. Ah� fue donde se gan� su apodo: el carnicero de lyon. A pesar de que era responsable de innumerables y odiosos cr�menes, el Ej�rcito norteamericano le encarg� la tarea de espiar a los franceses.

Cuando finalmente Barbie fue extraditado a Francia en 1982 para ser juzgado como criminal de guerra, su utilizaci�n como agente fue explicada por el coronel retirado del Ej�rcito norteamericano Eugene Kolb del Cuerpo de Contrainteligencia: �las habilidades de Barbie fueron requeridas. Sus actividades se hab�an dirigido principalmente contra el llegal Partido Comunista Franc�s y contra la resistencia�, que constituyeron despu�s el blanco de la represi�n de los libertadores estadounidenses.

Ya que EEUU iba recogiendo lo que los nazis dejaban, era perfectamente plausible emplear especialistas en actividades antisubversivas. M�s tarde cuando se hizo pr�cticamente imposible proteger a estos �tiles camaradas en Europa, muchos de ellos fueron trasladados sigilosamente a Estados Unidos y a Latinoam�rica, a menudo con la ayuda del Vaticano y de muchos curas fascistas.

All� se convirtieron en consejeros militares de las polic�as dise�adas por EEUU, a menudo abiertamente, seg�n el modelo del Tercer Reich. Tambi�n se convirtieron en traficantes de drogas, de armas, terroristas y en �profesores� que ense�aban a los campesinos latinoamericanos las t�cnicas de tortura creadas por la Gestapo.

Muchos acabaron en Am�rica Central, llegando a establecer un v�nculo directo entre los campos de exterminio y los escuadrones de la muerte, y todo esto gracias a la alianza de posguerra entre los USA y los SS.


Nuestro compromiso con la democracia
En casi todos los documentos de alto nivel, los planificadores de la pol�tica norteamericana insisten en que la primera amenaza para el nuevo orden mundial es el nacionalismo del Tercer Mundo, a veces denominado �uitranacionalismo�: los reg�menes nacionalistas que son receptivos �a las demandas populares para mejorar los bajos niveles de calidad de vida de las masas� y destinar la producci�n a satisfacer las necesidades dom�sticas.

Los principales objetivos son, pues, no se cansan de repetir, evitar que estos elementos �ultranacionalistas� lleguen al poder, o si por �casualidad� han llegado a �l, desplazarlos e instalar en su lugar gobiernos que favorezcan las inversiones privadas de capital dom�stico o internacional, la producci�n destinada a la exportaci�n y el derecho a sacar los beneficios del pa�s. (Estos objetivos est�n siempre presentes en los documentos secretos. Para los pol�ticos son como el aire que respiran).

La oposici�n a la democracia y a las reformas sociales no son muy populares en el pa�s de destino. No se pueden forjar alianzas con grandes sectores de la poblaci�n, excepto con los peque�os grupos que est�n directamente involucrados con sociedades mercantiles norteamericanas o con los beneficios.

EEUU conf�a en la fuerza y establece alianzas con los militares, �los menos antinorteamericanos de cualquier grupo pol�tico de toda Am�rica latina�, como escribieron los asesores de Kennedy, de manera que se puede confiar en ellos para aplastar a cualquier grupo ind�gena que se desmande.

Se puede tolerar alguna reforma social, como en Costa Rica por ejemplo, s�lo si se suprimen los derechos laborales y si se preserva un clima favorable a las inversiones extranjeras. De esta manera al Gobierno de Costa Rica se le ha permitido llevar a cabo ciertas reformas sociales, respetando estos dos cruciales imperativos.

Otro problema incansablemente repetido en los documentos secretos es el excesivo liberalismo de los pa�ses del Tercer Mundo. (Esto constituye un verdadero problema en Am�rica latina, donde los gobiernos no est�n suficientemente comprometidos en el control del pensamiento y en las restricciones de viajes a particulares, y donde el r�gimen jur�dico es tan deficiente que necesita pruebas y evidencias para condenar los cr�menes).

Contra esta situaci�n se dirigen los constantes lamentos de la administraci�n Kennedy, ya que los documentos secretos a�n no han sido �abiertos�. los liberales de este per�odo estaban ansiosos por frenar los excesos democr�ticos que daban pie a la �subversi�n�, lo que significaba que se permiria a la gente pensar ideas �equivocadas�.

Estados Unidos no era, sin embargo, ajeno a sentimientos de compasi�n con los pobres. A mediados de la d�cada de los cincuenta, por ejemplo, nuestro embajador en Costa Rica recomendaba que la United Fruit Company, que pr�cticamente gobernaba Costa Rica, introdujera �un relativamente simple y superficial inter�s humano por las condiciones de los trabajadores, que podr�a tener un gran efecto psicol�gico�.

El secretario de Estado, John Foster Dulles, estaba de acuerdo con esa pol�tica y le coment� al presidente Eisenhower que para mantener tranquilos a los latinoamericanos �es preciso darles una palmadita de vez en cuando, y hacerles creer que te gustan�.

Es debido a todas estas circunstancias que la pol�tica de EEUU en el Tercer Mundo es tan f�cil de entender. Nos oponemos eontalmente a la democracia si sus resultados no pueden ser controlados. El problema con las verdaderas democracias es que caen f�cilmente en la herej�a de que los gobiernos deben satisfacer las necesidades de su pueblo y no las de los inversores norteamericanos.

Un estudio sobre relaciones interamericanas del Royal instituto o� Internacional Agaires en Londres concluye que, mientras EEUU defiende verbalmente la democracia, el compromiso real es �con el capital privado y las empresas�. Cuando los derechos de los inversores est�n amenazados, la democracia se puede olvidar; si esos derechos est�n salvaguardados se justifica la labor de los torturadores y los asesinos.

Gobiernos parlamentarios han sido barridos o derrocados, con el apoyo o intervenci�n directa de EEUU: en Ir�n en 1953, en Guatemala en 1954, (y en 1963 cuando Kennedy respald� un golpe militar destinado a impedir el retorno a la democracia), en la Rep�blica Dominicana en 1963 y 1965, en Brasil en 19�4, en Chile en 1973 y en muchos m�s lugares y ocasiones, en El Salvador y en otras partes del globo.

los m�todos no son muy agradables. lo que la �contra�, sufragada por EEUU, hizo en Nicaragua, nuestros terroristas en El Salvador o en Guatemala, no son s�Io cr�menes ordinarios. Un elemento com�n es la tortura brutal y s�dica, el arrojar ni�os contra las piedras, colgar a las mujeres por los pies y cortarles los pechos, arrancar la piel de su cara de manera que murieran desangradas, cortar las manos de las personas y exhibirlas clavadas en estacas. El objetivo es machacar la independencia nacional y a las fuerzas populares que pudieran establecer una


La amenaza del buen ejemplo
Ning�n pa�s est� libre de este tratamiento, no importa cuan poco importante sea. De hecho, son los pa�ses m�s d�biles, y los m�s pobres los que a menudo despiertan la m�s grande histeria.

Tomen Laos en los 1960s, probablemente el pa�s m�s pobre en el mundo. La mayor�a de la gente que viv�a all� siquiera sab�an que hab�a semejante cosa llamada Laos; ellos solo sab�an que ten�an una peque�a aldea y que hab�a otra peque�a aldea cerca de all�.

Pero tan pronto hubo un tipo muy bajo de revoluci�n social comenzando a desarrollarse all�, Washington subordin� a Laos a un sangriento "bombardeo secreto" virtualmente exterminando vastos territorios en operaciones que, se ha admitido, no ten�an nada que ver con la guerra que los EE.UU. llevaba adelante en Vietnam del sur.

Granada tiene 100.000 que produce una peque�a nuez moscada, y dif�cilmente puedas encontrarla en el mapa. Pero cuando Granada comenz� a experimentar una moderada revoluci�n social, Washington r�pidamente se movi� para destruir la amenaza.

Desde la Revoluci�n Bolchevique de 1917 hasta el colapso de los gobiernos Comunistas en el Este Europeo en los finales de 1980, fue posible justificar todo ataque Norteamericano como una defensa contra la amenaza Sovi�tica. As�, cuando los Estados Unidos invadieron Granada en 1983, el presidente de la junta de jefes del Estado Mayor explic� que, en el eventual caso de un ataque Sovi�tico a la Europa occidental, una Granada hostil puede poner en entredicho el abastecimiento de petr�leo desde el Caribe a la Europa occidental y no queremos estar incapacitados para defender a nuestros aliados rodeados militarmente. Ahora esto suena c�mico, pero este tipo de historias ayudan a movilizar el apoyo p�blico a la agresi�n, el terror y la subversi�n.

El ataque contra Nicaragua fue justificado por la demanda de quienes argumentaban �si nosotros no �los detenemos" all�, ellos estar�n pr�ximamente en la frontera de Harlingen, Texas-solo a dos d�as en auto de distancia�. (Para personas educadas, hubo variantes m�s sofisticadas, solo un poco m�s veros�miles.)

Tan distante como al comercio Americano le concierne, Nicaragua podr�a desaparecer y nadie se enterar�a. La misma verdad vale para El Salvador. Pero ambos fueron sometidos a agresiones homicidas por los EE.UU., al costo de cientos de miles de vidas y varios billones de d�lares.

Hay una raz�n para esto. Mientras m�s d�bil y pobre sea el pa�s, m�s peligroso es como ejemplo. Si un pa�s peque�o, pobre como Granada puede prosperar dando una vida mejor a su pueblo, alg�n otro lugar con mayores recursos se preguntar� "por que nosotros no?"

Esto fue cierto en Indochina, la cual es bastante grande y tiene muchos recursos significantes. A pesar de que Eisenhower y sus asesores discursearon bastante acerca del arroz y el esta�o y el caucho, el miedo real es que si el pueblo Indochino lograban la independencia y la justicia, el pueblo de Tailandia querr� emularlo, y si esto funciona, lo probar�n en Malasia, y pronto en Indonesia perseguir�n el camino de la independencia, y luego un �rea significante de la Gran �rea se habr� perdido.

Si quieres un sistema global que est� subordinado a las necesidades de los inversores estadounidenses, no puedes dejar piezas a su propia suerte. Es impresionante como claramente esto esta establecido en los registros documentales- e incluso en registros p�blicos en algunas ocasiones. Tomen Chile bajo Allende.

Chile es un sitio bastante grande, con vastos recursos naturales, pero de vuelta, los EE.UU. no iban a colapsar si Chile se volv�a independiente. Por que nos concierne tanto esto? Acorde a Kissinger, Chile era un "virus" que podr�a "infectar" la regi�n con efectos incluso hasta en la misma Italia.

A pesar de 40 a�os de subversi�n por parte de la CIA, Italia todav�a ten�a un movimiento trabajador. Ver un gobierno socialdem�crata triunfando en Chile podr�a producir un mensaje equivocado en los votantes italianos. Supone que ellos adquirir�n extra�as ideas acerca de tomar el poder de su propio pa�s y revivir�n el movimiento trabajador que la CIA menoscab� en los �40.

Los planeadores de la Secretaria de Estado Dean Acheson en los �40 hasta el presente han alarmado que "una manzana podrida puede desechar el barril completo." El peligro de aquella "putrefacci�n"-desarrollo social y econ�mico- puede dispersarse.

Esta teor�a de la manzana podrida es llamada la teor�a del domin� para el consumo p�blico. La versi�n usada para atemorizar al publico tiene a Ho Chi Minh en una canoa y desembarcando en California, y as� continua. Quiz�s algunos lideres estadounidenses crean este sin sentido- es posible-pero los planeadores racionales ciertamente no lo creen. Ellos entienden que la verdadera amenaza es el "buen ejemplo."

En ocasiones el punto es explicado con gran claridad. Cuando los EE.UU. estaban planeando el derrocamiento de la democracia Guatemalteca en 1954, un oficial del Departamento de Estado expuso que "Guatemala se ha convertido en una creciente amenaza a la estabilidad de Honduras y El Salvador. Su reforma agraria es una poderosa arma propagand�stica: Su amplio programa social de adherir a los trabajadores y campesinos en una victoriosa lucha contra las clases altas y grandes compa��as extranjeras ten�an un fuerte atractivo para las poblaciones de Am�rica Central vecinas que se encuentran en condiciones similares de dominio."

En otras palabras, lo que EE.UU. quiere es "estabilidad," siempre que esta signifique seguridad para las "clases altas y grandes compa��as extranjeras." Si eso puede lograrse dentro de los par�metros formales democr�ticos, mejor. Si no, la "amenaza a la estabilidad" dada por el buen ejemplo tendr� que ser destruida antes que el virus infecte a otros.

Este es el por que incluso el m�s peque�o �manch�n� es mostrado como una amenaza, y quiz�s deba ser aplastado.


El mundo tripolar
Desde principios de la d�cada de los setenta el mundo ha sido empujado a lo que se ha dado en llamar tripolarismo o trilateralismo, tres grandes bloques econ�micos que compiten entre s�. El primero est� basado en el yen con Jap�n en el centro y las antiguas colonias japonesas en la periferia.

Durante los a�os treinta y cuarenta Jap�n denomin� a esta entidad la Esfera de Coprosperidad de la Gran Asia del Sudeste. El conflicto con EEUU tuvo su origen en el intento japon�s de ejercer el mismo control en su esfera que Occidente ejerc�a en las suyas. Pero despu�s de la guerra nos apresuramos a reconstruir para ellos su regi�n. Entonces ya no se tuvo problemas con la explotaci�n japonesa de la zona; ellos deb�an limitarse a ejercer su poder bajo nuestra supervisi�n.

Existe una gran cantidad de tonter�as escritas sobre el hecho de que Jap�n se haya convertido en uno de nuestros competidores, lo que viene a probar cu�n caballerosos somos y c�mo permitimos la reconstrucci�n de nuestros enemigos. No obstante, las opciones pol�ticas fueron menos timoratas. Una consist�a en restaurar el imperio japon�s, pero ahora bajo nuestro control, y en efecto �sta ha sido la pol�tica seguida.

La otra opci�n consist�a en mantenerse fuera de la regi�n y permitir a Jap�n y al resto de Asia seguir su propio camino de independencia, excluy�ndolos de la �Gran Zona� bajo control estadounidense. Esto era impensable.

Y adem�s, despu�s de la II Guerra Mundial, Jap�n no era contemplado como un posible competidor, ni siquiera en un remoto futuro. Se ten�a asumido que Jap�n, con el tiempo, podr�a producir gran cantidad de chucher�as, pero no mucho m�s. (Hab�a un fuerte elemento de racismo en esta concepci�n). Jap�n se recuper� debido en gran parte a la guerra de Corea y a la guerra de Vietnam, que estimularon su producci�n y agigantaron sus beneficios.

Unos pocos pol�ticos norteamericanos fueron m�s avispados, entre los que se encontraba George Kennan. Propuso que Estados Unidos alentara la industrializaci�n japonesa, pero con un l�mite: nosotros controlar�amos sus importaciones petrol�feras. Kennan manten�a que esto nos proporcionar�a un poder de veto sobre Jap�n, en caso de que quisiera propasarse. El gobierno escuch� este consejo, y mantuvo un estrecho control sobre las importaciones y las refiner�as. Hasta principios de los a�os setenta, los japoneses s�Io controlaban el 10% de sus suministros petrol�feros.

�sta es una de las principales razones por la que Estados Unidos ha estado tan interesado en el petr�leo de Oriente Medio. No necesit�bamos petr�leo para nosotros; hasta 1968 Norteam�rica lideraba la producci�n mundial de crudo. Pero necesit�bamos tener bien sujeta en nuestras manos esta fuente de poder, y asegurar que los beneficios fueran a parar a Gran Breta�a y los propios EEUU.

Y es precisamente por esto que hemos mantenido bases militares en Filipinas. Forman parte de un sistema global de intervenci�n que apuntaba a Oriente Medio, con el fin de asegurarnos que los �nativos� no sucumbieran al �ultranacionalismo�.

El segundo bloque competitivo importante est� basado en Europa y liderado por Alemania. Todav�a queda un largo trecho por recorrer para consolidar la Comunidad Europea. Europa tiene un sistema econ�mico m�s vasto que EEUU, una mayor poblaci�n, y �sta es m�s culta.

Si alguna vez consigue actuar unido e integrar su poder, Estados Unidos podr�a tornarse en una potencia de segundo orden. Esto ser�a a�n m�s probable si Alemania lidera al resto de Europa en el proceso de reconstruir la econom�a de los pa�ses del Este y situarles en su papel tradicional de corte colonial, b�sicamente parte del Tercer Mundo.

El tercer bloque est� basado en el dolar y la dominaci�n norteamericana. Recientemente se extendi� hasta englobar a Canad�, nuestro principal socio comercial, y pronto incluir� a M�xico y otras partes del hemisferio a trav�s de acuerdos de libre comercio, dise�ados fundamentalmente para satisfacer los intereses de los inversores norteamericanos y sus socios.

Siempre hemos cre�do que Am�rica latina nos pertenec�a por derecho. Como Henry Stimson (secretario de Guerra bajo Roosevelt y Taft, y secretario de Estado en la administraci�n Hoover), apunt� una vez, �es nuestra peque�a regi�n, que nunca ha preocupado a nadie�. Asegurar el bloque basado en el d�lar significa frustrar el desarrollo y la independencia de Am�rica Central y del Caribe.

Hasta que no se comprenda nuestra lucha con nuestros rivales industriales y con el Tercer Mundo, la pol�tica exterior nortearnericana parecer� una serie de crasos errores, incoherencias y confusiones. En realidad, nuestros l�deres han hecho una buena labor y han disfrutado de cierto �xito en sus tareas rutinarias, siempre dentro de unos ciertos l�mites.

Regresar al Contenido




En casa lavado de cerebro...

C�mo funcionaba la guerra fr�a
A pesar de las pretensiones, la seguridad nacional no ha sido un objetivo prioritario de los planificadores y de los cargos electos de la pol�tica norteamericana. Los archivos hist�ricos lo demuestran claramente. Pocos analistas pol�ticos serios refrendar�an las posiciones de George Kennan en octubre de 1948 cuando afirmaba que �no nos amenaza el poder militar sovi�tico, sino su poder pol�tico� ; o las del presidente Eisenhower que sosten�a que los rusos no pretend�an la conquista de Europa Occidental y que el papel principal de la OTAN era �crear un clima de confianza a la poblaci�n europea, un clima que les hiciera reforzarse pol�ticamente en su oposici�n a los comunistas�.

De la misma forma, Estados Unidos trataba de disminuir las posibilidades de solucionar el conflicto de la Guerra Fr�a de forma pac�fica, lo que podr�a haber puesto de manifiesto la verdadera �amenaza pol�tica�. En su historia de las armas nucleares, McGeorge Bundy escribe que �l �teme la falta de seriedad de las propuestas contempor�neas ... que podr�an conducir a un acuerdo sobre misiles bal�sticos antes de que fueran empleados�, aunque incluso fueran la �nica amenaza militar real para Estados Unidos. Siempre el primer objetivo era la �amenaza pol�tica� de lo que se denominaba �comunismo�.

Subrayo que �comunismo� es un t�rmino amplio que incluye a todos aquellos con la �habilidad de controlar a las masas... algo de lo que nosotros no somos capaces� seg�n se quejaba el secretario de Estado John Foster Dulles a su colega Alien, por aquel entonces director de la CIA. �Los pobres son a los que se dirigen, y siempre quieren saquear a los ricos� a�ad�a. �De forma que debemos protegerlos para garantizar nuestra doctrina de que son los ricos los que deben saquear a los pobres�.

Por supuesto tanto EE.UU como la URSS hubieran preferido que el adversario simplemente desapareciese. Pero ya que esto hubiera supuesto la mutua aniquilaci�n, se estableci� un sistema de control global llamado Guerra Fr�a.

Seg�n posiciones convencionales, la Guerra Fr�a era un conflicto entre superpotencias, causado por la Uni�n Sovi�tica, a la que nosotros trat�bamos de contener, y proteger al mundo de su influencia. Si esta particular visi�n se convierte en dogma de fe, no hay necesidad de discutirla. Si se trata de aportar alguna luz a la historia, se puede tratar de pasar el test, manteniendo claro un principio: si se quiere entender la Guerra Fr�a, se debe prestar atenci�n a los sucesos de la Guerra Fr�a. Si se hace de esta forma emerge un cuadro muy diferente.

En el lado sovi�tico, los sucesos de la Guerra Fr�a consistieron en repetidas intervenciones en Europa Oriental: tanques en Berl�n Oriental, en Praga y en Budapest. Estas intervenciones tuvieron lugar en el mismo escenario que se us� para atacar y casi virtualmente destruir a Rusia tres veces s�lo en este siglo. La invasi�n de Afganist�n es el �nico ejemplo de desviaci�n en este teatro de operaciones, aunque tambi�n se encuentre tocando la frontera sovi�tica.

En el lado estadounidense, las intervenciones se llevaron a cabo a lo ancho de todo el planeta, reflejando el estatus obtenido por EEUU como primera potencia global de la historia.

Desde un punto de vista interno, la Guerra Fria ayud� a mantener en el poder a una capa burocr�tica-militar, y dio a EEUU un m�todo para amedrentar a su poblaci�n y para subsidiar la industria de alta tecnolog�a. No es sencillo vender esta historia a las respectivas poblaciones. La t�cnica usada era la �nica posible: el miedo a un gran enemigo.

Esto tambi�n lo facilitaba la Guerra Fr�a. No importaba cuan est�pida pudiera parecer la idea de que la Uni�n Sovi�tica estaba estrangulando con sus tent�culos a Occidente, el �imperio del mal� parec�a en efecto maligno, era un imperio y era brutal. Cada superpotencia controlaba a su principal enemigo, sus propios pueblos, aterroriz�ndoles con los cr�menes de su enemigo, por otra parte reales.

En sus aspectos m�s relevantes, la Guerra Fr�a era un especie de acuerdo t�cito entre EEUU y la URSS, bajo el cual Estados Unidos llevaba a cabo sus guerras en el Tercer Mundo y controlaban a sus aliados occidentales, mientras que los gobernantes sovi�ticos manten�an una tenaza de acero sobre su propio imperio y sus sat�lites en la Europa Oriental, usando cada uno a su oponente para justificar la represi�n y la violencia en sus propios dominios.

As�, �por qu� termin� la Guerra Fr�a y a qu� situaci�n condujo ese fin? Durante los a�os setenta los gastos militares sovi�ticos tuvieron que estancarse mientras que los problemas internos se incrementaban, as� como la recesi�n econ�mica y la presi�n popular que clamaba por el fin de la tiran�a. El poder sovi�tico hab�a ido declinando durante los �ltimos 30 a�os, como mostraba claramente un estudio del Centro de Informaci�n para la Defensa hecho p�blico en 1980. Unos pocos a�os despu�s el sistema sovi�tico se colaps�. La Guerra Fria finaliz� con la victoria de los que hab�an sido siempre los m�s ricos y los m�s poderosos adversarios. El colapso sovi�tico formaba parte de la cat�strofe econ�mica general de los a�os ochenta, m�s severa en la mayor�a de los dominios occidentales del Tercer Mundo que en el imperio sovi�tico.

Como hemos visto, la Guerra Fr�a encerraba significativos elementos del conflicto Norte-Sur, para usar el eufemismo contempor�neo con el que se designa la conquista occidental del mundo. La URSS jugaba un papel independiente, facilitando asistencia a blancos seleccionados para los ataques occidentales y disuadiendo a los m�s violentos. Con el colapso de la tiran�a sovi�tica, gran parte de la zona puede esperar un regreso a su papel tradicional, con las anteriores capas burocr�ticas ejerciendo el mismo papel que juegan los �lites del Tercer Mundo, es decir enriquecerse mientras sirven a los intereses de los inversores extranjeros.

Pero mientras esta particular fase ha terminado, el conflicto Norte-Sur contin�a. En una parte se habr� podido terminar la partida, pero Estados Unidos sigue operando como siempre aunque m�s libremente, ya que la disuasi�n sovi�tica es cosa del pasado. A nadie le hubiera debido sorprender que George Bush celebrara el s�mbolo del final de la Guerra Fr�a, la ca�da del muro de Berl�n, invadiendo inmediatamente Panam� y anunciando alto y claro que Estados Unidos boicotear�a el resultado de las elecciones en Nicaragua mediante ataques militares y estrangulamiento econ�mico, a no ser que ganaran los �suyos�.

Como tampoco debi� sorprender a nadie que Elliot Abrams observara que la invasi�n estadounidense de Panam� era singular ya que pod�a llevarse a cabo sin miedo a la reacci�n sovi�tica en cualquier otra parte, o los numerosos comentaristas que a�adieron durante la crisis del Golfo que ahora EEUU y Gran Breta�a eran completamente libres para usar ilimitadamente su fuerza contra sus enemigos del Tercer Mundo, ya que no se ve�an constre�idos por la fuerza disuasorio sovi�tica.

Por supuesto el final de la Guerra Fr�a tambi�n trae aparejados sus problemas. Sobre todo, que las t�cnicas para mantener controlada a la poblaci�n deben cambiar, un problema reconocido durante los a�os ochenta como ya hemos visto. Deben inventarse nuevos enemigos. Se hace m�s divicil aparentar que los verdaderos enemigos han sido siempre �los pobres que quieren saquear a los ricos�, particularmente en el momento en que el Tercer Mundo quiere sacudiese el yugo de su papel de servidor.


La guerra contra (algunas de) las drogas
Un sustituto para el Imperio del Mal que est� desapareciendo ha sido la amenaza de los narcotraficantes latinoamericanos. A principios de setiembre de 1989, una gran campa�a gubernamental en los medios fue lanzada por el presidente. Ese mes los cables de Associated Press transmitieron m�s noticias acerca de drogas que acerca de Am�rica Latina, Asia, el Medio Oriente y �frica juntas. Si se miraba la televisi�n, cada noticiero ten�a una gran secci�n sobre como las drogas estaban destruyendo nuestra sociedad, convirti�ndose en la mayor amenaza a nuestra existencia, etc.

El efecto en la opini�n p�blica fue inmediato. Cuando Bush gan� la elecci�n del 88, la gente dec�a que el d�ficit presupuestario era el mayor problema que encaraba el pa�s. Solo un 3% mencion� las drogas. Despu�s de la campa�a de los medios, la preocupaci�n por el presupuesto estaba mucho m�s abajo y las drogas se hab�an elevado hasta el 40-45%, lo cual es altamente inusual para una pregunta abierta (en la cual no se sugieren respuestas).

Ahora, cuando alg�n estado cliente se queja de que el gobierno de EE.UU. no le est� enviando suficiente dinero, ya no le dicen: "lo necesitamos para detener a los rusos" �sino, "lo necesitamos para detener el narcotr�fico". Como la amenaza sovi�tica, este enemigo provee de una buena excusa para la presencia militar dondequiera que haya actividad rebelde u otros disturbios.

As� pues, internacionalmente "la guerra contra las drogas" provee una cobertura para la intervenci�n. Aqu� [en E.E.U.U.] tiene poco que ver con las drogas pero ayuda a distraer a la poblaci�n, aumentar la represi�n en las ciudades, y construir una base para poder atacar las libertades civiles.

Esto no quiere decir que el "abuso de substancias" no sea un problema serio. En el momento en que fue lanzada la guerra contra las drogas, las muertes por causa del tabaco estaban estimadas en alrededor de 300.000 al a�o, y otras 100.000 debidas al alcohol. Pero estas no son las drogas a las que la administraci�n Bush apuntaba. Persegu�a las drogas ilegales, que han causado muchas menos muertes �poco m�s de 3500 anuales� de acuerdo a los datos oficiales. Una raz�n para perseguir estas drogas es que su uso ha estado declinando en los �ltimos a�os, as� la administraci�n Bush pod�a predecir con seguridad que la guerra contra las drogas "tendr�a �xito", reduciendo el uso de las mismas.

La administraci�n apuntaba tambi�n a la marihuana, que no ha causado ninguna muerte conocida entre sus 60 millones de usuarios. De hecho, ese ataque ha exacerbado el problema de las drogas �muchos consumidores de marihuana se han pasado de esta droga relativamente inocua a otras m�s peligrosas como la coca�na, las cuales son m�s f�ciles de disimular.

Justo cuando la guerra contra las drogas era anunciada con gran fanfarria en septiembre del 89, la C�mara de Comercio de los EE.UU. (U.S. Trade Representative) sostuvo una audiencia en Washington para considerar la solicitud de la industria tabacalera de imponer sanciones a Tailandia, como desquite por sus esfuerzos para restringir las importaciones de tabaco desde los EE.UU. y su publicidad. Acciones as� por parte del gobierno de los EE.UU. ya le han metido a la fuerza este letal narc�tico adictivo a los consumidores de Jap�n, Corea del Sur y Taiw�n, con los costos humanos ya descritos.

El director m�dico de los EE.UU. (US Surgeon General), Everett Koop, testific� ante el panel de la USTR que "cuando estamos exigi�ndole a otros gobiernos que detengan el flujo de coca�na, es el colmo de la hipocres�a para los Estados Unidos el exportar tabaco." Y a�adi�, "dentro de algunos a�os, nuestra naci�n revisar� esta aplicaci�n de la pol�tica de libre comercio y la encontrar� escandalosa."

Los testigos tailandeses tambi�n protestaron, al predecir que una consecuencia de las sanciones estadounidenses ser�a el revertir la reducci�n en el fumado conseguida por la campa�a de su gobierno contra el uso del tabaco. Respondiendo al alegato de las compa��as tabacaleras estadounidenses de que su producto es el mejor del mundo, un testigo tailand�s declar�: "Ciertamente nosotros en el Tri�ngulo Dorado tenemos algunos de los mejores productos, pero nunca solicitamos que los rigiera el principio de libre comercio. De hecho los suprimimos." Los cr�ticos recordaron la Guerra del Opio de hace 150 a�os, cuando el gobierno brit�nico forz� a China a abrir sus puertas al opio de la India Brit�nica, argumentando piadosamente las virtudes del libre comercio mientras impon�a a la fuerza una adicci�n en gran escala a China.

Aqu� tenemos la mayor historia sobre drogas del d�a. Imagin�monos los fabulosos titulares: "El gobierno de los Estados Unidos es el principal vendedor de drogas del mundo". Con seguridad vender�a peri�dicos. Pero la historia pas� virtualmente no reportada, y sin ninguna pista sobre sus obvias conclusiones.

Otro aspecto del problema de las drogas, el cual tambi�n recibi� poca atenci�n, es el papel de vanguardia del gobierno de los EE.UU. en la estimulaci�n del tr�fico de drogas desde la Segunda Guerra Mundial. Esto pas� en parte cuando los EE.UU. dieron inicio a su tarea de posguerra de minar la resistencia anti-fascista, y el movimiento sindical se convirti� en un importante objetivo.

En Francia, la amenaza que implicaba la influencia y el poder pol�tico del movimiento sindical fue enfatizada por sus pasos para impedir el flujo de armas a las fuerzas francesas que buscaban reconquistar su ex-colonia de Vietnam, con ayuda de los EE.UU. Entonces la CIA se dio a la tarea de debilitar y dividir el movimiento sindical franc�s �con la ayuda de importantes dirigentes sindicales estadounidenses, quienes estuvieron muy orgullosos de su papel.

La tarea requer�a rompehuelgas y matones. Exist�a un proveedor obvio: la Mafia. Por supuesto ellos no se encargar�an del trabajo solo por el gusto de realizarlo. Quer�an una compensaci�n por sus esfuerzos. Y se les otorg�: fueron autorizados a reestablecer la red de hero�na que hab�a sido suprimida por los gobiernos fascistas �la famosa "conexi�n francesa" que domin� el tr�fico de drogas hasta la d�cada de los sesenta.

Para entonces, el centro del narcotr�fico se hab�a movido a Indochina, particularmente a Laos y Tailandia. El desplazamiento fue de nuevo un subproducto de una operaci�n de la CIA �la "guerra secreta" peleada en esos pa�ses durante la guerra de Vietnam por un ej�rcito mercenario de la CIA. Ellos tambi�n exig�an una paga por sus contribuciones. Despu�s, cuando la CIA desplaz� sus actividades a Pakist�n y Afganist�n, la red de drogas se expandi� all�.

La guerra clandestina contra Nicaragua provey� tambi�n de una inyecci�n de fuerza a los narcotraficantes de la regi�n, pues los vuelos ilegales con armas de la CIA para las fuerzas mercenarias de los EE.UU. ofrec�an una manera f�cil de transportar drogas de regreso, algunas veces empleando las bases de la Fuerza A�rea estadounidense, seg�n reportaron los traficantes.

La cercana correlaci�n entre la red de drogas y el terrorismo internacional (llamado a veces "contrainsurgencia", "conflicto de baja intensidad" o alg�n otro eufemismo) no es sorprendente. Las operaciones clandestinas necesitan mucho dinero, el cual debe ser indetectable. Y necesitan igualmente operarios criminales. Lo que sigue es l�gico.

La guerra es la paz. La libertad es esclavitud. La ignorancia es la fuerza.
Los t�rminos del discurso pol�tico tienen t�picamente un doble significado. Uno viene en el diccionario, y el otro es doctrinal, al servicio del poder.

Tomemos democracia. De acuerdo con su significado habitual, una sociedad es democr�tica si el pueblo puede participar significativamente en el manejo de sus propios asuntos. Pero el significado doctrinal es diferente; se refiere al sistema en que las decisiones son tomadas por influyentes sectores de la econom�a y de las �lites relacionadas. La poblaci�n s�lo es �espectadora de la acci�n� y no �participante�, como han puesto de manifiesto prominentes te�ricos de la democracia, en este caso Walter Lippman. Se le permite ratificar las decisiones de sus superiores y prestar su apoyo a unos u otros de ellos, pero no interferir en asuntos como la pol�tica, que no son de su incumbencia.

Si se sale de la apatia y se baja a la arena pol�tica, eso no es democracia. M�s bien es una crisis democr�tica seg�n el lenguaje al uso, una amenaza que debe ser derrotada en uno u otro sentido: en El Salvador mediante los escuadrones de la muerte, en casa por medios m�s sutiles e indirectos.

0 tomemos la libre empresa, un t�rmino que se refiere en la pr�ctica a un sistema de subsidios p�blicos y beneficios privados, con una intervenci�n masiva del gobierno en la econom�a con el objeto de garantizar el bienestar de los ricos. De hecho, su uso corriente en cualquier frase que contenga la palabra �libre�, significa lo contrario del uso anterior.

0 bien defensa contra agresi�n, una frase que se suele usar para referirse a una agresi�n. Cuando EEUU atac� a Vietnam del Sur a principios de los a�os sesenta, el h�roe liberal Adlai Stevenson entre otros, explic� que est�bamos defendiendo a Vietnam del Sur de una agresi�n interna, esto es, de la agresi�n que los campesinos sudvietnamitas estaban ejercitando sobre el Ej�rcito del aire norteamericano y sobre nuestros mercenarios, de forma que deb�amos sacarles de sus casas y llevarlos a campos de concentraci�n para �protegerlos� de la guerrilla, aunque estos campesinos desearan sostener a la guerrilla, y el r�gimen pronorteamericano no fuera m�s que una c�scara vac�a como se reconoc�a en todas partes.

El sistema doctrinario ha hecho tan bien su trabajo que incluso hoy, 30 a�os despu�s, la idea de que Estados Unidos atac� a Vietnam del Sur es impensable, inmencionable. las verdaderas intenciones de la guerra est�n hoy m�s all� de cualquier discusi�n. los guardianes de la pol�tica correcta, pueden estar orgullosos de un logro que dif�cilmente podr�a conseguirse en un Estado totalitario bien gestionado.

0 echemos una mirada al t�rmino �proceso de paz�. Los ingenuos pueden pensar que se refiere a los esfuerzos para alcanzar la paz. Bajo este significado podr�amos decir que el proceso de paz en Oriente Medio incluye, por ejemplo, la oferta de un tratado de paz completa a Israel hecha por el presidente Sadat de Egipto en 1971, en la l�nea defendida virtualmente por todo el mundo, incluidos funcionarios estadounidenses; la resoluci�n del Consejo de Seguridad de enero de 197� introducida por los pa�ses �rabes con el respaldo de la OLP, hac�a un llamamiento para el establecimiento de dos Estados en t�rminos pr�cticamente aceptados por toda la comunidad internacional. La OLP ofreci� durante todo el a�o 1980 negociar con Israel para lograr un reconocimiento mutuo, y anualmente se vota en la Asamblea General de las Naciones Unidas resoluciones en este sentido.

Pero los sofisticados analistas norteamericanos entienden que estos esfuerzos no forman parte del proceso de paz. las razones, seg�n los �guardianes de la pol�tica correcta� es que el t�rmino, proceso de paz, se refiere tan s�lo a lo que hace el gobierno, en el caso mencionado, bloquear un proceso de paz verdadera. Los esfuerzos anteriormente se�alados no forman parte del proceso de paz, ya que EEUU vet� la resoluci�n del Consejo de Seguridad y se opuso a las negociaciones y al mutuo reconocimiento de Israel y la OLP, y sigue vetando regularmente cualquier intento de paz auspiciado por la ONU o cualquier otro organismo. (Como anteriormente se�alaba N. Chomsky, esto es valido hasta que el proceso de paz sea conducido seq�n los intereses norteamericanos). En el momento actual se est� produciendo el reconocimiento mutuo y se est� firmando, un acuerdo de paz, pero seg�n los intereses de EEUU y su aliado sionista, desoyendo las precedentes resoluciones de la ONU que llamaban a una retirada total e incondicional de los territorios ocupados ilegalmente por Israel. El proceso de paz est� limitado por los intereses norteamericanos, que reclaman un acuerdo concreto sin el reconocimiento de todos los derechos nacionales palestinos. As� funciona el asunto. Los pol�ticos que no sean capaces de desarrollar esta habilidad pueden ir busc�ndose otra profesi�n.

Hay muchos otros ejemplos. Tomemos el t�rmino inter�s especial. La bien engrasada maquinaria del Partido Republicano acusaba regularmente durante los a�os ochenta a los dem�cratas de ser el partido de los intereses especiales: mujeres, trabajadores, tercera edad, j�venes, granjeros etc., es decir, el pueblo en general. S�lo hab�a un sector de la poblaci�n que nunca sal�a en las listas: las corporaciones y el mundo de los negocios en general. Tiene sentido. En el discurso de los guardianes de la correcci�n pol�tica sus intereses especiales son los intereses nacionales ante los que todo el mundo debe inclinarse.

Los dem�cratas argumentaban airadamente que ellos no formaban parte de intereses especiales: ellos serv�an tambi�n a los intereses nacionales. Era cierto, pero su problema es que no ten�an en cuenta la falta de conciencia y la simplicidad de la gente a la que iba destinado el mensaje de sus oponentes. Los republicanos no ten�an ninguna duda de a qui�n representaban, a los ricos y a los propietarios, quienes estaban sosteniendo una agria batalla de clases contra la poblaci�n en general, a menudo adoptando conceptos y ret�rica marxista vulgar, invocando la histeria, el miedo y el terror, clamando por grandes l�deres y otros mecanismos de control de la poblaci�n. Los dem�cratas son menos claros en sus alianzas, y por lo tanto menos efusiva su propaganda.

Finalmente analicemos el t�rmino conservador, que se ha convertido en referencia para los defensores de un Estado poderoso que interfiere masivamente en la vida econ�mica y social de los pueblos. Reclamaron grandes inversiones p�blicas y un buen c�mulo de medidas proteccionistas para despu�s de la guerra contra los riesgos del mercado, estrechar las libertades individuales a trav�s de la legislaci�n y la jurisprudencia, proteger al Santo Estado (En efecto, Israel concede una autonom�a limitada de parte de los territorios ocupados por la fuerza de las armas y sique negando la posibilidad de un Estado palestino. Es decir, el acuerdo d� ez legitima lo conquistado por la violencia. N.T.) de las inspecciones arbitrar�as de irresponsables ciudadanos etc., es decir, todo aquello que era precisamente lo contrario del conservadurismo m�s rancio. Su alianza es con �la gente due�a del pa�s� y que por lo tanto �debe gobernarlo�, seg�n las palabras de la Fundaci�n del Padre John Jay

En realidad no es dif�cil de entender, una vez que se le coge el truco.

Para conseguir que el discurso pol�tico tenga sentido, es necesario traducirlo correctamente, decodificar el doble sentido que aparece en los medios de comunicaci�n, en los discursos de los cientificos sociales de car�cter academicista, y en las �rdenes religiosas seculares. Su funci�n est� clara: se trata de imposibilitar que las palabras tengan un sentido coherente en asuntos de �ndole social. Podemos estar seguros de que poco ser� inteligible de c�mo funciona nuestra sociedad y de qu� est� pasando en el mundo. Una gran contribuci�n a la democracia, en el sentido que los guardianes de la pol�tica correcta entienden.


Socialismo, real y fingido
Uno puede debatir el significado del t�rmino socialismo, pero si significa algo, significa control de la producci�n por los propios trabajadores, no patrones o jefes que dictan las reglas y controlan todas las decisiones, bien sea en un Estado capitalista o en otro totalitario.

Referirse a la URSS como un Estado socialista es un caso interesante de doble sentido doctrinal. El golpe bolchevique de octubre del 17 dio el poder a Lenin y Trotsky, que r�pidamente se dedicaron a desmantelar las incipientes instituciones socialistas que hab�an crecido durante la revoluci�n popular de los meses precedentes, los consejos de f�brica, los soviets, y cualquier organismo de poder popular, y a convertir a la clase trabajadora en lo que denominaron un �ej�rcito laboral� bajo el mando de sus l�deres. Seg�n el verdadero sentido del t�rmino �socialismo� los bolcheviques se dedicaron a destrozar lo que realmente pod�a tildarse de tal. Desde entonces no se ha permitido ninguna desviaci�n de car�cter socialista. Este desarrollo no sorprendi� a los intelectuales marxistas, que hab�an criticado la doctrina de Lenin durante a�os, como hizo Trotsky, a causa de que hab�a centralizado toda la autoridad en manos del partido y de sus l�deres. De hecho, d�cadas antes, el pensador anarquista Bakunin hab�a augurado que la clase intelectual iba a seguir uno de estos dos caminos: o trataban de aprovechar las luchas populares para tomar el poder en sus propias manos, convirti�ndose en una brutal y opresiva burocracia roja, o bien si la revoluci�n social no ten�a �xito se convertir�an en los gestores e ide�logos de las nuevas sociedades capitalistas. Fue una predicci�n acertada en ambos conceptos.

Los dos mayores sistemas propagand�sticos del mundo no concuerdan en muchas cosas, pero si coinciden en usar el t�rmino �socialismo� para referirse a la inmediata destrucci�n que los bolcheviques llevaron a cabo de cualquier embri�n de socialismo que existiera. No es sorprendente. Los bolcheviques denominaron socialista a su sistema con el fin de explotar el prestigio moral del t�rmino.

Occidente adopt� el mismo t�rmino por razones opuestas: para difamar los ideales libertarios asoci�ndolos con los carceleros bolcheviques, para destruir la creencia popular de que realmente puede haber un progreso hacia una sociedad m�s justa, con control democr�tico sobre sus instituciones, y atenci�n a las necesidades humanas y respeto a los derechos humanos.

Si el socialismo es la tiran�a de Lenin y Stalin, la gente consciente lo rechazar�. Y si es la �nica alternativa al Estado capitalista, nadie se someter� a sus autoritarias estructuras.

Con el derrumbe del sistema sovi�tico existe una posibilidad de revivir los vigorosos ideales del socialismo libertario ya que no dar� m�s cobertura a uno de los m�s represivos sistemas de poder. No podemos saber si la esperanza sobrevivir�. Pero se ha apartado uno de los obst�culos que se hallaban en el camino. En ese sentido la desaparici�n de la Uni�n Sovi�tica es una peque�a victoria para el socialismo, mayor que la derrota del fascismo.


Los medios de comunicaci�n
Bien sean liberales o conservadores, los medios de comunicaci�n m�s importantes son grandes corporaciones, conectadas a su vez con conglomerados a�n mayores. Como otras empresas, venden un producto en el mercado. El mercado lo constituyen los anunciantes, que son harina de otro costal. El producto es la audiencia. Para la �lite de los medios que establece el programa al que otros se apuntan, el producto es por lo tanto una audiencia relativamente privilegiada.

As� tenemos grandes corporaciones que venden audiencias cualificadas, de gente poderosa y con dinero, a otros empresarios. De esta forma el retrato del mundo servido por estos medios refleja los estrechos y parciales intereses y valores de los vendedores, los compradores y el producto en s�.

Otros factores refuerzan la misma distorsi�n. los gur�s de la cultura, editores, columnistas de prestigio etc., comparten intereses y asociaciones con los detentadores del poder econ�mico y pol�tico. En realidad hay un permanente intercambio de la clase dominante a puestos del gobierno, a las empresas y a los medios de comunicaci�n. El acceso a puestos en la administraci�n es importante para mantener una posici�n competitiva; las filtraciones, por ejemplo, son fabricadas y facilitadas por el gobierno con la cooperaci�n de los medios, que aparentan no conocer el proceso.

En recompensa, el gobierno solicita la cooperaci�n y la sumisi�n de los medios. Otros centros de poder tienen dispuestos los medios para castigar a quien se sale de la ortodoxia, que van desde el control del mercado hasta un sofisticado aparato de calumnia y difamaci�n.

Pero la respuesta no es, por supuesto, completamente uniforme. Para servir a los intereses de los poderosos la visi�n que se ofrece del mundo tiene que presentar un retrato veros�mil del mundo. Y la integridad y la honestidad profesional a veces interfiere con esta misi�n. Los mejores periodistas son los que conocen perfectamente los factores que limitan el producto de los medios y tratan de aprovechar los resquicios del sistema. El resultado es que se puede aprender mucho leyendo de manera critica y esc�ptica lo que los medios producen.

Los medios de comunicaci�n son s�lo una parte de un sistema doctrinal m�s amplio; las otras partes son las revistas de opini�n, los institutos y las universidades, los acad�micos, etc. Tememos m�s a los medios de comunicaci�n, particularmente a los de cierto prestigio, ya que la mayor�a de los que estudian cr�ticamente la ideolog�a se han centrado sobre todo en ellos. El sistema completo no ha sido estudiado tan concienzudamente ya que es dificil hacerlo sistem�ticamente. Pero hay buenas razones para opinar que representa los mismos intereses que los medios de comunicaci�n.

El sistema doctrinal que produce lo que llamamos �propaganda� tiene dos principales objetivos bien diferenciados. Uno es la que a veces se ha dado en llamar la �clase pol�tica�, aproximadamente el 20% de la poblaci�n que tiene un relativo buen nivel de educaci�n, est� m�s o menos vertebrada y juega alg�n papel en la toma de decisiones. Su aceptaci�n de la doctrina es crucial ya que est�n en situaci�n de dise�ar e implementar determinadas pol�ticas.

Luego est� el 80% restante, el resto de la poblaci�n. Seg�n Lippman son �espectadores de la acci�n�, a los que se refiere como un �reba�o sin voluntad�. Se les supone s�lo para recibir �rdenes y para mantenerse apartados de la gente importante. Son el objetivo de los verdaderos medios de comunicaci�n de car�cter masivo: los tabloides, la prensa amarilla, etc.

Estos sectores del sistema doctrinal sirven para distraer a las masas y para reforzar los valores sociales b�sicos: pasividad, sumisi�n a la autoridad, las sempiternas virtudes de la ganancia personal y la avaricia, la falta de inter�s por los dem�s, el miedo a los enemigos reales o inventados etc. El objetivo consiste en mantener al pasivo reba�o sin hacer nada. Para ellos es innecesario preocuparse de lo que sucede en el mundo. De hecho a nadie le interesa, si ven parte de la realidad podr�an intentar cambiarla.

Todo lo anterior no quiere decir que los medios de comunicaci�n no puedan ser influenciados por la poblaci�n en general. Las instituciones dominantes, pol�ticas econ�micas o doctrinales, no son inmunes a las presiones populares. Los medios independientes, o lo que es lo mismo alternativos, pueden jugar un importante papel. A pesar de su falta de recursos, casi por definici�n, ganan en importancia de la misma forma que las organizaciones populares: juntando gente de recursos limitados de forma que su efectividad se multiplique as� como su propio conocimiento de la realidad, a trav�s de estas interacciones. Precisamente la amenaza que aterroriza a las �lites dominantes.

Regresar al Contenido




...Y en el exterior destrucci�n


Nuestra pol�tica de buena vecindad
�Se han seguido con aplicaci�n los preceptos establecidos por George Kennan? �Hemos hecho todo lo suficiente por desasirnos de �los vagos e irreales objetivos como los derechos humanos, la mejora de las condiciones de vida, y la democratizaci�n? Ya hemos observado nuestro �compromiso por la democracia�, �pero y los otros dos principios?

Centr�monos en Am�rica latina y comencemos por echar una mirada a los derechos humanos. Un estudio realizado por lars Schouitz, un especialista en el tema, muestra que �la ayuda norteamericana ha afluido desproporcionadamente a aquellos gobiernos latinoamericanos que torturan a sus ciudadanos�. No tiene nada que ver el hecho de que un pa�s necesite ayuda, con el hecho de que �sta vaya destinada a los ricos y poderosos.

Estudios m�s amplios llevados a cabo por el economista Edward Herman revelan una relaci�n m�s estrecha entre la tortura y la ayuda norteamericana y facilita a la vez su explicaci�n: ambas favorecen un clima propicio para los grandes negocios. En comparaci�n con esta brillante moral, las matanzas y la tortura no son m�s que asuntos insignificantes.

Pero, �qu� sucede con la mejora de la calidad de vida? Este era el objetivo a que iba dedicado la Alianza para el Progreso dise�ada por Kennedy, pero el tipo de desarrollo impuesto estaba en realidad orientado hacia las necesidades de los inversores norteamericanos. Ensanch� y profundiz� el sistema ya existente mediante el cual Am�rica latina est�i forzada a producir cosechas destinadas a la exportaci�n, y a reducir los cultivos de subsistencia de la poblaci�n como ma�z y frijoles. Bajo los programas de la Alianza para el Progreso se increment� la producci�n de carne de vacuno, pero el consumo decreci�.

Este modelo de desarrollo agro-exportador habitualmente produce un �milagro econ�mico� donde el Producto Nacional Bruto crece, mientras se incremento la hambruna de la poblaci�n. Cuando se siguen este tipo de pol�ticas, inevitablemente se produce un incremento de la oposici�n, que se tiene que reprimir entonces con terror y tortura.

El uso del terror est� fuertemente enraizado en nuestro car�cter. En 1818 John Quincy Adams elogiaba �la saludable eficacia� del terror para enfrentarse a �las hordas mezcladas de indios y negros sin ley�. Estas frases ten�an por objeto justificar las razzias de Andrew Jackson en Florida que aniquilaron virtualmente a su poblaci�n nativa y condujo a la antigua provincia espa�ola a ser de dominio norteamericano, y que tanto impresionaron a Thomas Jefferson y a otros, por su sabidur�a.

El primer paso es usar a la polic�a. Son imprescindibles porque pueden detectar el descontento y eliminarlo antes de que se necesite una �cirug�a de m�s envergadura�, como la denominan los documentos de los pol�ticos. No obstante, si es necesario se llama al ej�rcito. Cuando ya no se pueda controlar el ej�rcito de un pa�s latinoamericano, especialmente si es del Caribe o de Centroam�rica, ha llegado el momento de derrocar al gobierno.

Los pa�ses que han intentado revertir el proceso, como Guatemala bajo el Gobierno democr�tico y capitalista de Ar�valo y Arbenz, o la Rep�blica Dominicana bajo el r�gimen democr�tico y capitalista de Bosch, se convirtieron en el blanco de la hostilidad y la violencia norteamericana.

El segundo paso consiste en usar a los militares. El Gobierno de los EEUU siempre ha tratado de establecer relaciones con los militares de los pa�ses extranjeros, ya que �stos son una de las mejores armas para derrocar un gobierno que se te ha ido de las manos. As� se establecieron las bases para los golpes militares de Chile en 1973 e Indonesia en 1965.

Antes de los golpes, el Gobierno de EEUU se mostraba extremadamente hostil a los Gobiernos chileno e indonesio, pero se segu�an mandando armas. Conserva buenas relaciones con los oficiales de derechas y ellos har�n el trabajo sucio por ti. Las mismas razones motivaron el flujo de armas norteamericanas hacia Ir�n v�a Israel, a principios de los a�os ochenta, de acuerdo con los testimonios de altos oficiales israel�es involucrados, hechos bien conocidos en 1982, mucho antes de que hubiera rehenes.

Durante la administraci�n de Kennedy el objetivo de dominar militarmente a latinoam�rica cambi� de concepto; de �defensa del hemisferio� pas� a utilizarse el t�rmino �seguridad interna�, lo que b�sicamente viene a significar guerra contra la propia poblaci�n. La prof�tico decisi�n condujo a la �directa complicidad de los EEUU en utilizar los m�todos de los escuadrones de exterminio de Heinrich Himmler� seg�n el criterio retrospectivo de Charles Maechling, responsable de los planes de contrainsurgencia desde 1961 a 1966.

La administraci�n Kennedy allan� el camino para el golpe militar de 1964 en Brasil, que destruy� la democracia en un pa�s que estaba comenzando a convertirse en demasiado �independiente�.

Estados Unidos prest� un entusiasta apoyo al golpe, mientras los militares de alto rango institu�an un estado de corte neo-nazi, con tortura incluida, represi�n, etc... Adem�s este golpe vino a inspirar experiencias similares en Chile, Argentina y en todo el hemisferio, desde mediados de la d�cada de los sesenta hasta los ochenta, un per�odo extremadamente sangriento.

Creo, desde un punto de vista legal, que hay s�lidas evidencias para procesar a todos los presidentes de EEUU desde la 1� Guerra Mundial. Todos se han visto envueltos en cr�menes de guerra, aunque en diferente grado, los militares normalmente proceden a crear un desastre econ�mico, siguiendo las recetas de los consejeros estadounidenses, y luego deciden hacerse con las riendas del poder. El control militar puede hacerse prescindible si nuevas opciones entran en juego, por ejemplo que el control sea ejercido por el Fondo Monetario Internacional, que como el Banco Mundial presta recursos al Tercer Mundo provenientes de las grandes corporaciones industriales.

Como contrapartida por sus pr�stamos el FMI impone una �liberalizaci�n�: una econom�a abierta al control y la penetraci�n extranjera, grandes recortes en el cap�tulo de gastos sociales, etc. Estas medidas aseguran firmemente el poder en manos de las clases dominantes y los inversores extranjeros, lo que los EEUU denominan �estabilidad� y apuntalan el modelo cl�sico del Tercer Mundo: una capa de superricos junto con una capa de profesionales bien remunerados que les sirven, al lado de una enorme masa de despose�dos, los impagados y el caos econ�mico que dejan los militares refuerza la �necesidad� de que las normas del FMI sean seguidas, hasta que las fuerzas populares entran de nuevo en la arena pol�tica, en cuyo caso los militares vuelven a actuar para conseguir �estabilidad�.

Brasil es un caso instructivo. Est� tan bien provisto de recursos naturales que tendr�a que ser uno de los pa�ses m�s ricos del mundo, aparte de que dispone de un alto grado de desarrollo industrial. Pero gracias a las buenas medidas adoptadas tras el golpe militar del 64, y al subsiguiente �milagro econ�mico�, por no hablar de la tortura, asesinatos y otras formas de control de la poblaci�n, la situaci�n para gran parte de los brasile�os est� ahora, probablemente a la par con Etiop�a, y mucho peor que la de los pa�ses del Este europeo.

El ministro de Educaci�n ha se�alado que m�s de un tercio del presupuesto destinado a educaci�n va a parar al cap�tulo de comidas en la escuela, ya que la mayor�a de los estudiantes p�blicos o comen en la escuela o se quedan en ayunas.

De acuerdo con la revista Sur, una publicaci�n econ�mica que se ocupa del Tercer Mundo, Brasil tiene una tasa de mortalidad infantil m�s elevada que Sri Lanka. Un tercio de la poblaci�n vive por debajo de la l�nea de pobreza y �siete millones de ni�os se dedican a la mendicidad, roban y esnifan pegamento en las calles. Para cientos de miles su casa son unos sacos en los suburbios... o, cada d�a m�s, un pedazo de tierra debajo de un puente�.

Esto es Brasil, uno de los pa�ses con m�s riquezas naturales del mundo, la situaci�n es parecida en toda Am�rica latina. S�lo en Centroam�rica, el n�mero de personas asesinadas por las fuerzas respaldadas por Estados Unidos desde finales de la d�cada de los setenta ronda los 200.000, diezmando a las Fuerzas que quer�an democracia y reformas sociales. Estos l�gros cualifican a los Estados Unidos como un �inspirador del triunfo de la democracia en nuestros d�as� seg�n las elogiosas palabras del liberal New Republic. Tom Wolfe nos recuerda que la d�cada de los ochenta es �uno de los grandes momentos dorados que la humanidad ha experimentado�. Como Stalin sol�a decir estamos �borrachos de �xito�.


La crucifixi�n de El Salvador
Durante muchos a�os los dictadores instalados y apoyados por nuestro gobierno han llevado a cabo un amplio programa de torturas y asesinatos, algo que no parece interesar demasiado en este pa�s. Ni siquiera se han tomado la molestia de encubrir los hechos. No obstante, a Finales de los setenta, el Gobierno de EEUU se vio implicado en un par de cosas.

Una fue Somoza, el dictador de Nicaragua, que estaba perdiendo el control de la situaci�n. EEUU estaba perdiendo una zona crucial para su control militar de la regi�n. Un segundo peligro era a�n m�s amenazante. En El Salvador se estaba experimentando un sensible crecimiento de las organizaciones populares, asociaciones de campesinos, cooperativas, sindicatos, grupos de base de la iglesia que se convert�an en grupos de ayuda mutua, etc. Una amenaza para la democracia.

En el mes de febrero de 1980 el arzobispo de El Salvador, Oscar Romero, envi� una carta al presidente Carter en la que le rogaba no prestar ayuda militar a la junta que gobernaba el pa�s. Argumentaba que la ayuda ser�a usada �para incrementar la injusticia y la represi�n hacia las organizaciones populares� que estaban luchando �por el respeto a los m�s elementales derechos humanos�. Malas noticias para Washington, no hace falta decirlo.

Unas semanas m�s tarde, Monse�or Romero fue asesinado mientras estaba diciendo misa. Entre otras atrocidades, se le atribuye el asesinato al neo-nazi Roberto D'Aubuisson. �ste era el �l�der vitalicio� del partido ARENA, que ahora gobierna en El Salvador; miembros de este partido, como el actual presidente Alfredo Cristiani ten�an que hacer un juramento de sangre a este personalmente.

Miles de campesinos y de pobres de la ciudad tomaron parte en una misa de homenaje una d�cada m�s tarde, junto con obispos extranjeros, pero la ausencia de EEUU fue clamorosa. La iglesia salvadore�a propuso formalmente a Romero para su canonizaci�n.

Todo esto sucedi� sin apenas una breve menci�n en el pa�s que hab�a entrenado y apoyado a su asesino. The New York Times �el peri�dico liberal� no public� ning�n editorial sobre el asesinato, y ninguna noticia o editorial sobre la conmemoraci�n.

El 7 de marzo de 1980, dos semanas antes del asesinato, se hab�a establecido en El Salvador el estado de sitio, y hab�a comenzado la guerra contra su poblaci�n, con continuo apoyo e implicaci�n de Estados Unidos. El primer gran ataque fue una masacre efectuada en R�o Sumpul, una operaci�n coordinada entre los Ej�rcitos de Honduras y El Salvador en la que al menos 600 personas fueron masacradas. Hubo ni�os cortados en pedazos a machete, y mujeres torturadas y estranguladas. Trozos de cuerpos se encontraron durante d�as en el Kio. Hab�a observadores de la iglesia, de manera que las noticias llegaron inmediatamente, pero la mayor�a de los medios de comunicaci�n estadounidenses juzgaron que no merec�a la pena informar de la noticia.

Los campesinos han sido las principales v�ctimas de esta guerra, as� como las organizaciones sindicales los estudiantes, curas, o cualquiera sospechoso de trabajar por los intereses del pueblo. Durante el �ltimo a�o de la administraci�n Carter, 1980, la cuenta de muertos se elev� hasta los 10.000, alcanzando los 13.000 cuando los reaganistas se hicieron cargo de la presidencia.

En octubre de 1980 el nuevo arzobispo condena �la guerra de exterminio y de genocidio contra una poblaci�n civil indefensa� llevada a cabo por las fuerzas de seguridad. Dos meses despu�s fueron aclamadas por �sus valientes servicios, junto con el pueblo, contra la subversi�n� por el presidente Jos� Napole�n Duarte, candidato moderado favorito de EEUU, en el acto de toma de posesi�n de su cargo como presidente civil de la junta.

El papel del �moderado� Duarte consisti� en encubrir con una hoja de parra a los militares y asegurar el flujo de fondos estadounidenses despu�s de que los militares hubieran raptado y violado a cuatro monjas norteamericanas. Esto s� acarre� algunas protestas en EEUU; masacrar salvadore�os es una cosa, pero violar y asesinar monjas americanas es un craso error. Los medios de comunicaci�n diluyeron y tergiversaron la historia, siguiendo las directrices de la administraci�n Carter y su comisi�n investigadora.

Los reaganistas fueron mucho m�s lejos, tratando de justificar tama�a atrocidad, especialmente el secretario de Estado Alexander Haig y la embajadora ante Naciones Unidas Jeane Kirkpatrick. De todas maneras se juzg� oportuno llevar a cabo un juicio farsa algunos a�os m�s tarde, mientras se exculpaba a la junta asesina y, por supuesto, al pagador.

Los peri�dicos independientes de El Salvador, que hubieran podido informar sobre estas atrocidades, hab�an sido destruidos. A pesar de que estaban en la l�nea general y a favor de las grandes corporaciones econ�micas, eran demasiado indisciplinados para el gusto de los militares. Los hechos ocurrieron en 1980-81, cuando uno de los editores fue asesinado por las fuerzas de seguridad; los otros se marcharon al exilio. Como de costumbre los sucesos no merecieron m�s que unas pocas l�neas en los peri�dicos norteamericanos.

En noviembre de 1989, seis jesuitas, su cocinera y su hija, fueron asesinados por los militares. Esa misma semana por lo menos 28 salvadore�os fueron asesinados, entre los que se encontraban un l�der sindical, una responsable de una organizaci�n de mujeres universitarias, nueve miembros ind�genas de una cooperativa agr�cola, y diez estudiantes universitarios.

Los teletipos llevaron una historia recogida por el corresponsal de la Associated Press, Douglas Grant Mine, en la que se contaba c�mo los soldados hab�an entrado en un barrio obrero de la capital, hab�an capturado seis hombres, a�adiendo un chico de catorce a�os para redondear la cifra, los hab�an alineado contra un muro y los hab�an fusilado. �No eran curas o militantes de los derechos humanos� escribi� Mine, �de manera que la noticia pasar� inadvertida�. De la misma manera que sucedi� con el reportaje de este periodista.

Los jesuitas fueron asesinados por miembros del Batall�n Atiacati, una unidad de �lite, creada entrenada y equipada por Estados Unidos. Fue formada en marzo de 1981, cuando 15 especialistas en contrainsurgencia fueron enviados a El Salvador, procedentes de la Escuela Militar de Fuerzas Especiales de Estados Unidos. Desde el principio el Batall�n estuvo implicado en matanzas masivas. Un instructor norteamericano describ�a a sus miembros como �particularmente feroces... Nos falta tiempo para conseguir que hagan prisioneros, en lugar de coleccionar orejas�.

En diciembre de 1981, el Batall�n tom� parte en una operaci�n en la que m�s de un millar de civiles fueron asesinados en una org�a de muerte, violaci�n y cremaciones. M�s tarde se vio envuelto en los bombardeos de aldeas y en el asesinato de cientos de civiles por disparos, estrangulamientos y otros m�todos. la gran mayor�a de las v�ctimas eran mujeres, ni�os y ancianos.

El Batall�n Atiacati hab�a sido entrenado durante un corto per�odo de tiempo por fuerzas especiales norteamericanas, justo antes de cometer la matanza de los jesuitas. Esto ha sido una constante durante toda la existencia del Batall�n; algunas de sus peores matanzas han ocurrido cuando todav�a estaba fresco el entrenamiento recibido de sus instructores norteamericanos.

En la �joven democracia� que era El Salvador, adolescentes de trece a�os eran reclutados en los barrios de chabolas y en los campamentos de refugiados y forzados a ser soldados. Eran adoctrinados con rituales copiados de los nazis, que inclu�an brutalizaci�n y violaci�n, con el fin de prepararlos para los asesinatos, violaciones y ritos de car�cter sat�nico que a veces se representaban.

La naturaleza del Ej�rcito salvadore�o fue descrita por un desertor que recibi� asilo pol�tico en Texas en 1990, a pesar de la reclamaci�n efectuada por el Departamento de Estado para que fuera extraditado a El Salvador. (Su nombre fue ocultado por la corte a fin de protegerlo de los escuadrones de la muerte).

Seg�n este desertor a los reclutas se les obligaba a matar perros y buitres mordi�ndoles en la yugular y arranc�ndoles la cabeza, y ten�an que mirar c�mo otros soldados asesinaban y torturaban a sospechosos de disidencia, arranc�ndoles las u�as, cort�ndoles la cabeza y descuartizando los cuerpos para jugar con sus miembros.

En otro caso, un autoinculpado miembro de los escuadrones de la muerte salvadore�os, asociados con el Batall�n Atiacati, C�sar Vielman Joya Martinez, detaIl� la participaci�n de los consejeros norteamericanos y del Gobierno salvadore�o en las actividades de los escuadrones de la muerte. La administraci�n Bush hizo todo tipo de esfuerzos para silenciarle y le embarc� de vuelta a una probable muerte en El Salvador, a pesar de los ruegos de las organizaciones de derechos humanos y llamamientos del Congreso para que fuese o�do su testimonio. (El tratamiento que se dio al principal testigo en el caso del asesinato de los jesuitas fue similar).

Los resultados del entrenamiento militar del Ej�rcito salvadore�o fueron gr�ficamente descritos en el peri�dico jesuita Am�rica por Daniel Santiago, un cura cat�lico que trabajaba en El Salvador. Hablaba de una campesina que volv�a a casa un d�a y encontr� a sus tres hijos, su madre y su hermana sentados alrededor de la mesa, con su cabeza decapitada cuidadosamente colocada en frente de ellos, sobre la mesa, con las manos encima, �como si los cuerpos estuvieran acariciando su cabeza�.

Los asesinos, de la Guardia Nacional Salvadore�a, encontraron cierta dificultad en colocar debidamente la cabeza de un ni�o de dieciocho meses, de forma que tuvieron que atar sus manos en torno a �sta. Un gran cacharro de pl�stico lleno de sangre estaba art�sticamente colocado en el centro de la mesa.

De acuerdo con el reverendo Santiago, tales macabras escenas no son inusuales.

�La gente no es simplemente asesinada por los escuadrones de la muerte en El Salvador,- se les decapita y sus cabezas son colocadas sobre picos que salpican el paisaje. Los hombres no son solamente destripados por la Polic�a de Hacienda, se les cortan los genitales y se les meten en la boca. Las mujeres no son solamente violadas por la Guardia Nacional; sus matrices son extirpados y colocadas sobre la cara a modo de sudario. No solamente se mata a los ni�os; son arrastrados sobre alambres afilados hasta que la carne se separa de los huesos, mientras sus padres son obligados a contemplar el suplicio�.

El reverendo Santiago se�ala que este tipo de violencia se acrecent� cuando la Iglesia comenz� a formar asociaciones de campesinos y grupos de ayuda mutua en un intento de organizar a los pobres.

Nuestro apoyo a El Salvador ha constituido un verdadero �xito. las organizaciones populares han sido diezmadas, tal y como predijo Monse�or Romero. Decenas de miles de personas han sido masacradas y m�s de 100.000 se han convertido en refugiados. Este es uno de los episodios m�s s�rdidos de la historia de los Estados Unidos, y eso que ten�a una dura competencia.


Hacer de Guatemala un campo de exterminio
Hubo un sitio en Am�rica Central que mereci� recibir cierta cobertura por parte de los medios de comunicaci�n norteamericanos antes de la revoluci�n sandinista, y era Guatemala. En 1944 una revoluci�n derroc� a un tirano vicioso, que condujo al establecimiento de un gobierno democr�tico que, b�isicamente, se constituy� conforme al modelo del �Nuevo Pacto� de Roosevelt. En los diez a�os siguientes, se pusieron con �xito los cimientos de un desarrollo econ�mico independiente.

Esto caus� una verdadera histeria en Washington. Eisenhower y Dulles advirtieron que �la propia defensa y supervivencia� de Estados Unidos estaba en entredicho hasta que el virus Fuera exterminado. Los informes del espionaje norteamericano fueron bastante ingenuos al informar sobre los peligros que pudiera reportar una democracia capitalista en Guatemala.

Un memorandum de la CIA fechado en 1952 describe la situaci�n en Guatemala como �contraria a los intereses norteamericanos� a causa de la �influencia del comunismo ... basada en la defensa de reformas sociales y pol�ticas de corte nacionalista�. El documento advert�a que Guatemala �ha incrementado su apoyo a los comunistas y a otros militantes anti-norteamericanos en otros pa�ses centroamericanos�. Un ejemplo citado fue el presunto regalo recibido por Figueres consistente en 300.000 d�iares.

Ya que lo mencionamos, hay que se�alar que Jos� Figueres fue el fundador de la democracia en Costa Rica y una de las figuras predominantes de Am�rica Central. Aunque cooper� ilusionadamente con la CIA, llam� a Estados Unidos �el portaestandarte de nuestra causa� y fue elogiado por nuestro embajador en Costa Rica como �la mejor agencia de publicidad que la United Fruit Company ha podido encontrar en toda Am�rica Latina�, Figueres ten�a una l�nea independiente, y por eso no era considerado tan fiable como Somoza u otros g�ngteres a nuestro servicio.

Seg�n la ret�rica pol�tica de los EEUU, esto le hac�a sospechoso de �comunismo�. De manera que si Guatemala le daba dinero para ganar las elecciones, se demostraba que Guatemala apoyaba a los comunistas.

Y todav�a peor, el mismo documento de la CIA continuaba afirmando que �la pol�tica radical y nacionalista� del Gobierno democr�tico y capitalista guatemalteco que inclu�a �la persecuci�n de los intereses econ�micos extranjeros, especialmente los de la United Fruit Company� se hab�a ganado �la simpatia y apoyo de casi todos los guatemaltecos�. El gobierno estaba procediendo a movilizar �el tejido pol�ticamente muerto de los campesinos� con el fin de minar el poder de los grandes terratenientes.

Y a�n m�s, la revoluci�n de 1944 hab�a levantado �un potente movimiento nacional para liberar a Guatemala de los dictadores militares, el control social y el colonialismo econ�mico que hab�an sido los cimientos del pasado� e �inspirado la conformidad y lealtad de los sectores m�s concienciados de Guatemala al propio inter�s nacional�. Las cosas fueron incluso a peor despu�s de acometerse con �xito una reforma agraria, lo que podr�a llevar a amenazar la �estabilidad� en los pa�ses vecinos donde sus maltratadas poblaciones segu�an de cerca estos hechos.

0 sea que la situaci�n se estaba poniendo fea, de manera que la CIA llev� a cabo con �xito un golpe militar. Guatemala se convirti� en el matadero que a�n es hoy, con intervenciones regulares de Estados Unidos cuando las cosas amenazaban con irse de la manos.

Al final de la d�cada de los setenta, las atrocidades subieron un grado por encima de lo normal, lo que provoc� protestas formales. Todav�a, al contrario de lo que mucha gente cre�a, la ayuda militar a Guatemala continu� afluyendo casi al mismo nivel anterior durante la administraci�n Carter �de los derechos humanos�. Tambi�n se implic� a nuestros aliados, especialmente Israel, ya que se consideraba a este pa�s, un �elemento estrat�gico� dada su experiencia como Estado terrorista.

Bajo la administraci�n Reagan, el apoyo al genocidio en Guatemala continu� imperturbable. El m�s furibundo admirador de Hitler, R�os Montt, era apoyado y elogiado por Reagan como un hombre enteramente dedicado a la causa de la democracia. A principios de los a�os ochenta, el amigo de Washington masacr� a decenas de miles de guatemaltecos, la mayor�a ind�genas de las monta�as, mientras un n�mero incontable era torturado y violado. Grandes zonas fueron diezmadas.

En 1988 un reci�n abierto peri�dico guatemalteco, La �poca, fue dinamitado por terroristas pagados por el gobierno. En ese momento, los medios de comunicaci�n en Norteam�rica hac�an hincapi� en el hecho de que el peri�dico fundado por EEUU en Nicaragua, La Prensa, hubiera dejado de salir dos d�as forzado por la carencia de papel prensa, lo que condujo a un torrente de cr�ticas y desprop�sitos en el Wash�ngton Post y en otros medios sobre el totalitarismo sandinista.

Por otra parte, la destrucci�n de La �poca no fue recogido en los medios norteamericanos, a pesar de que era bien conocido en los medios period�sticos. Naturalmente no pod�an informar que las fuerzas de seguridad respaldadas por EEUU, hab�an silenciado a la �nica y diminuta voz que hab�a intentado hacerse o�r en Guatemala unas semanas antes.

Un a�o despu�s un periodista de La �poca, Julio Godoy, que hab�a huido despu�s de la explosi�n volvi� a Guatemala para una corta visita. Cuando regres� a Estados Unidos, contrast� la situaci�n de Am�rica Central con la de Europa del Este. Los europeos del este �son m�s afortunados que los centroamericanos� escribi� Godoy porque:

� ... mientras el gob�emo impuesto por Mosc� en Praga ha degradado y humillado a los reform�stas, el gob�emo impuesto por Washington en Guatemala los hubiera matado. De hecho lo est� haciendo en un virtual genocidio que ha causado m�s de 150.000 v�ctimas, lo que Amnist�a Internacional llama un programa gubernamental de asesinatos pol�ticos�.

La prensa o bien se conforma o bien desaparece como La �poca.

�Uno est� tentado a creer�, continua Godoy, �que alguien en la Casa Blanca adora a los dioses aztecas ofreci�ndoles la sangre de los centroamericanos�. Y cita a un diplom�tico occidental que afirm�: �si los norteamericanos no cambian su actitud sobre la regi�n, aqu� no hay.


La invasi�n de Panam�
Panam� ha estado tradicionalmente controlada por una peque�a �lite europea, que constitu�a menos del 10% de su poblaci�n. Esta situaci�n cambi� cuando el general populista Omar Torrijos dio un golpe que permiti� a los negros y mestizos pobres participar en el poder instituido por el golpe.

En 1981 Torrijos result� muerto en un accidente de aviaci�n. Hacia 1983 el verdadero amo de la situaci�n era Manuel Noriega, un criminal que hab�a formado parte de la corte de Torrijos y de la del espionaje estadounidense.

El Gobierno de EEUU sab�a que Noriega estaba envuelto en tr�fico de drogas, por lo menos desde 1972, cuando la administraci�n Nixon pens� en asesinarle. Pero se encontraba bajo el paraguas de la CIA. En 1983 un comit� del Senado concluy� que Panam� era un importante centro de tr�fico de drogas y lavado de dinero negro.

El Gobierno de Estados Unidos sigui� valorando los servicios que prestaba Noriega. En mayo de 1986 el director de la Agencia de la lucha contra la Droga elogi� a Noriega por su �vigorosa pol�tica de lucha contra el tr�fico de drogas�. Un a�o despu�s el director �Felicitaba nuestra estrecha asociaci�n� con Noriega, mientras que el fiscal general Edwin Meese par� una investigaci�n del Departamento de Justicia sobre las actividades criminales del personaje. En agosto de 1987 una resoluci�n del Senado condenando a Noriega encontr� la oposici�n de Elliot Abrams, el funcionario del Departamento de Estado a cargo de la pol�tica norteamericana sobre Arn�rica Central y Panam�.

Y todav�a m�s, cuando finalmente Noriega fue encausado en Miami en 1988, todos los cargos excepto uno eran relativos a actividades previas a 1984, cuando era nuestro colega, ayudando en la guerra sucia contra Nicaragua, cometiendo fraude en las elecciones con nuestra aprobaci�n, y en general sirviendo satisfactoriamente a los intereses generales de Estados Unidos. No ten�a nada que ver entonces con actividades gangsteriles y de narcotraficante s�bitamente descubiertas ahora.

Era totalmente previsible, como lo demuestra un estudio tras otro. Un brutal tirano, cruza la l�nea que separa un admirable amigo de un villano y un escoria cuando comete el crimen de la independencia. Un error muy com�n es ir m�s all� de robar a los pobres, lo que est� bien, y empezar a inteferir con los poderosos, gan�ndose la oposici�n del poder econ�mico.

A mediados de los ochenta Noriega era culpable de esos crimenes. Entre otras cosas, cre�a haberse asegurado el puesto ayudando a EEUU en su guerra contra Nicaragua. Pero su independentismo amenazaba nuestros intereses en el Canal de Panam�. El 1 de enero de 1990 gran parte de la administraci�n del canal deb�a recaer en manos paname�as, y en el a�o 2000 deb�a estar terminado el proceso de transferencia. Ten�amos que asegurarnos el control de la gente en que iba a recaer esa responsabilidad antes de esa fecha,

De manera que ya que no pod�amos confiar m�s en Noriega, �ste tendr�a que irse. Washington impuso severas sanciones econ�micas que virtualmente destruyeron la econom�a, y las peores consecuencias recayeron sobre la mayor�a no blanca. la poblaci�n entonces comenz� a aborrecer a Noriega, no porque fuera el responsable del bloqueo econ�mico, (que era ilegal, si alguien se molesta en estudiarlo), sino porque le hac�an responsable de la hambruna infantil.

A continuaci�n se intent� un golpe militar, pero fall�. Ya en diciembre de 1989 Estados Unidos se aprest� a celebrar la ca�da del muro de Berl�n y el final de la Guerra Fria invadiendo Panam� al margen de todo derecho internacional y matando cientos o miles de personas, (nadie sabe, y pocos al norte de R�o Grande se molestan en averiguarlo). Inmediatamente se procedi� a restaurar el poder de la �lite blanca rica, que hab�a sido desplazada por el golpe de Torrijos, justo a tiempo de asegurar un gobierno lacayo antes de que se procediese al cambio de administraci�n del Canal el 1 de enero de 1990, como no dej� de observar la prensa derechista europea.

Durante todo el proceso la prensa norteamericana no dej� de seguir las consignas de Washington seleccionando a los �malos� en base a las necesidades del momento. Acciones que hab�amos perdonado se convirtieron en cr�menes. Por ejemplo en 1984 las elecciones presidenciales paname�as hab�an sido ganadas por Arnulfo Arias. Noriega literalmente le rob� la elecci�n con una buena dosis de violencia y de fraude.

Pero Noriega no se hab�a convertido todav�a en un chico d�scolo. Era nuestro hombre en Panam�, y se consideraba que el partido de Arias conten�a peligrosos elementos de uitranacionalismo, de manera que la administraci�n Reagan aplaudi� sin tapujos la violencia y el fraude y mand� al secretario de Estado George Shultz para legitimar la farsa y elogiar la versi�n de Noriega de la democracia como un modelo a seguir por los equivocados sandinistas.

Los medios de comunicaci�n de Washington y sus aliados de los principales peri�dicos del pa�s se cuidaron muy mucho de criticar las elecciones fraudulentos, pero minimizaron y calumniaron las elecciones celebradas por los sandinistas en ese mismo ano, mucho mas honestas y libres m�s all� de cualquier duda, porque desconfiaban del resultado.

En mayo de 1989 Noriega volvi� a robar una elecci�n, esta vez a un representante del sector econ�mico, Guillermo Endara. Noriega utiliz� una dosis menor de violencia que en 84, pero la administraci�n Reagan hab�a lanzado la consigna de volverse contra Noriega. Siguiendo el libreto fielmente, la prensa expres� sus cr�ticas sobre el fraude cometido a nuestras normas democr�ticas.

Tambi�n comenz� a denunciar apasionadamente la violaci�n de los derechos humanos que previamente no hab�an llegado a llamar su atenci�n. En la �poca en que se invadi� Panam�, diciembre de 1989, los medios de comunicaci�n hab�an demonizado a Noriega, de manera que se hab�a convertido en uno de los peores monstruos de la historia desde Atila, rey de los Hunos. B�sicamente era una repetici�n del mismo proceso empleado para demonizar al libio Gadafi. Ted Koppel dictamin� que �Noriega pertenece a esa fraternidad especial de villanos internacionales, hombres como Gadafi, ldi Amin y el Ayatoiah Jomeini, que a los norteamericanos les encanta odiar�. Dan Rather le situ� �a la cabeza de la lista mundial de criminales, traficantes y dem�s basura�. En realidad Noriega era un secuaz de peque�a categor�a, exactamente el mismo que cuando estaba bajo la cobertura de la CIA.

T�mese a Honduras por ejemplo. Aunque no es un Estado tan terrorista y asesino como El Salvador o Guatemala, los abusos en el cap�tulo de los derechos humanos son probablemente m�s graves que los cometidos por Panam�. De hecho hay un batall�n entrenado por Estados Unidos que ha cometido m�s atrocidades que el mismo Noriega.

0 consid�rese un dictador apoyado por EEUU como Trujillo en la Rep�blica Dominicana, Somoza en Nicaragua, Marcos en Filipinas, Duvalier en Haiti, o toda una corte de g�ngsteres centroamericanos durante la d�cada de los ochenta. Todos fueron mucho m�s brutales que Noriega, pero Estados Unidos los apoy� con entusiasmo a trav�s de d�cadas de atrocidades, en la medida en que los beneficios siguieran saliendo de sus pa�ses con destino al nuestro. La administraci�n Bush continu� honrando a Mobutu Ceaucescu y Saddam Hussein entre otros, todos peores criminales que Noriega. El presidente de lndonesia Suharto, que razonablemente es el peor de todos los asesinos, contin�a siendo considerado por los medios de comunicaci�n de Washington como un �moderado�.

En el mismo instante en que se invad�a Panam� por sus abusos sobre los derechos humanos, la administraci�n de Bush anunciaba nuevas ventas de material de alta tecnolog�a a China, nada menos que 300 millones de d�lares de volumen de negocio para empresas norteamericanas, justo unas pocas semanas despu�s de la matanza de Tiananmen.

El mismo d�a, el de la invasi�n de Panam�, la Casa Blanca tambi�n anunci� planes (que fueron llevados a cabo inmediatamente), para conceder cr�ditos a Irak. El Departamento de Estado anunci�, con su cara m�s seria, que esto se deb�a al intento �de incrementar las exportaciones norteamericanas y situarnos en una mejor posici�n para pactar con lrak su respeto a los derechos humanos ... �.

El Departamento continuaba con su postura de ignorar la oposici�n democr�tica iraqu� (banqueros, profesionales etc ... ) y bloquear los esfuerzos del Congreso de condenar los atroces cr�menes del antiguo amigo de Bush. Comparado con los colegas del presidente Bush en Bagdag y Pek�n, Noriega parec�a la Madre Teresa.

Despu�s de la invasi�n, Bush anunci� una ayuda de mil millones de d�lares. De esta cantidad 400 millones consistieron en incentivos a la exportaci�n norteamericana con destino Panam�, 150 millones ten�an como fin pagar cr�ditos bancarios y 65 millones fueron al sector privado y a garantizar las inversiones de EEUU en el pa�s. En otra palabras la mitad de la ayuda fue un regalo de los contribuyentes norteamericanos a las grandes corporaciones, tambi�n norteamericanas.

Estados Unidos devolvi� el poder a los banqueros despu�s de la invasi�n. Las conexiones de Noriega con el narcotr�ifico son insignificantes comparadas con las de estos personajes. El tr�fico de drogas ha sido siempre canalizado fundamentalmente por los bancos; el sistema bancario no est� regulado, de forma que es el camino natural del dinero negro. Adem�s ha sido la base de la artificial econom�a paname�a, y despu�s de la invasi�n se mantiene intacto, o quiz� goza de mejor salud.

Las fuerzas paname�as de defensa han sido reconstruidas con los mismos oficiales a su mando.

En general casi todo el sistema permanece estable, s�io que nuestros servidores son ahora mucho m�s fiables. Lo mismo sucede en Granada, que se ha convertido en uno de los mayores centros mundiales de lavado de narcod�lares desde la invasi�n norteamericana. Nicaragua tambi�n es ahora una de las principales avenidas por donde circula la droga camino de los mercados norteamericanos, despu�s de la victoria de Washington en las elecciones de 1990. El modelo permanece inalterable, de la misma forma que es est�ril intentar llamar la atenci�n sobre �l.


Vacunar el Sudeste Asi�tico
Las guerras norteamericanas en Indochina siguieron los mismos patrones. Hacia 1948 el Departamento de Estado reconoci� claramente que el Viet Minh, el movimiento de resistencia antifrancesa liderado por Ho Chi Minh era el aut�ntico representante de los intereses de Vietnam. Pero el Viet Minh no cedi� el control a la oligarqu�a local. Favoreci� el desarrollo local e ignor� los intereses de los inversores extranjeros.

Se extendi� el temor de que el Viet Minh pudiera triunfar, en cuyo caso �el mal podr�a extenderse� y el �virus� podr�a �infectar� la regi�n, para utilizar el lenguaje que los dise�adores de la pol�tica exterior norteamericana iban a usar diez a�os despu�s. (Excepto algunos locos y algunos cretinos, nadie pod�a temer una verdadera conquista, lo que en realidad se tem�a era un ejemplo positivo de desarrollo real).

�Qu� es lo que se hace cuando se tiene un virus? Primero se destruye y luego se inocula a las potenciales v�ctimas, de forma que la enfermedad no se extienda. Esta es, b�sicamente, la estrategia de EEUU en el Tercer Mundo.

Si es posible, es preferible que el ej�rcito se ocupe de la destrucci�n del virus en tu lugar. Si no puede, hay que utilizar las propias fuerzas. Es m�s costoso, es menos est�tico, pero a veces hay que hacerlo. Vietnam fue uno de esos pa�ses donde tuvo que hacerse.

Bien a finales de los a�os sesenta Estados Unidos bloque� cualquier posibilidad de acuerdo pol�tico para solventar el conflicto, incluso las apuntadas por los generales de Saig�n. Si se hubiera producido un acuerdo pol�tico, podr�a haberse dado alg�n progreso en direcci�n a una salida independiente de nuestra influencia, algo totalmente inaceptable.

En su lugar, se procedi� a instalar el fipico Estado terrorista de corte �latinoamericano� en Vietnam del Sur, subvirtiendo las �nicas elecciones libres que se hab�an producido en Laos, s�lo porque gan� el lado �equivocado�, y evitando que se produjeran en Vietnam porque era obvio que tambi�n iba a ganar el lado �equivocado�.

La administraci�n Kennedy increment� la escalada b�lica en Vietnam del Sur, cambiando la estrategia, desde el establecimiento de un Estado terrorista a una agresi�n al margen de todo derecho internacional. Johnson mand� una enorme fuerza expedicionaria para atacar Vietnam del Sur y expandir la guerra a toda lndochina. De acuerdo, destruyeron el virus, pero Indochina tardar� m�s de cien a�os en recuperarse.

Mientras Estados Unidos estaba extirpando la enfermedad en su foco, Vietnam, tambi�n preven�a su extensi�n apoyando la llegada al poder en lndonesia de Suharto en 1965, respaldando el aplastamiento de la democracia en Filipinas realizado por Ferdinand Marcos en 1972, y promoviendo el establecimiento de la ley marcial en Corea del Sur, Thailandia, etc.

El golpe de Suharto de 1965 fue particularmente bienvenido por Occidente, ya que destruy� los partidos pol�ticos ampliamente respaldados. Claro que esto condujo en pocos meses a una matanza de m�s de 700.000 personas, la mayor�a campesinos sin tierra; �un rayo de luz en Asia�, como describi� la cabeza pensante de The New York Times, James Reston, exultante tras comunicar a sus lectores que Estados Unidos ten�a el triunfo en las manos.

Occidente estaba encantado en hacer negocios con el nuevo l�der �moderado� de lndonesia, como el Christian Science Mon�tor describ�a al general Suharto, despu�s de que se hubiera lavado parte de la sangre de sus manos, mientras a�ad�a a su cuenta cientos de miles de nuevos cad�veres en Timor Oriental y en otros lugares. Esta espectacular matanza en masa es �benigna de coraz�n� seg�n nos asegura el respetado diario econ�mico The Economist, refiri�ndose sin duda a su actitud hacia las grandes corporaciones econ�micas occidentales.

Despu�s de que la guerra del Vietnam terminara en 1975, el mayor logro de la pol�tica estadounidense fue maximizar la represi�n y el sufrimiento de los pa�ses que nuestra violencia hab�a devastado. El grado de crueldad empleado es asombroso.

Cuando los Menonitas trataron de enviar una partida de l�pices a Camboya, el Departamento de Estado trat� de evitarlo. Cuando Oxfam intent� mandar diez estaciones de bombeo que funcionaban mediante energ�a solar, la reacci�n fue la misma. Y se volvi� a repetir cuando algunos grupos religiosos intentaron mandar excavadoras para desenterrar algunas bombas norteamericanas que no hab�an llegado a explotar.

Cuando la India intent� mandar 100 b�falos de agua a Vietnam para reemplazar los grandes reba�os que hab�an sido destruidos por los ataques estadounidenses, y recu�rdese que en este pa�s retrasado un b�falo de agua significa fertilizantes, tractor, supervivencia, los Estados Unidos de Am�rica trataron de cancelar a la India el programa de ayuda Alimentos para la Paz. Esto es algo que Orwell hubiera podido imaginar. No hay un grado de crueldad suficiente para el sadismo de Washington. Las clases educadas saben bien cu�ndo mirar hacia otro lado.

Con el fin de seguir desangrando a Vietnam hemos estado ayudando indirectamente a los Khemeres Rojos a trav�s de nuestros aliados, China y Thailandia. los camboyanos han tenido que pagar con su sangre nuestro rencor hacia Vietnam. los vietnamitas ten�an que ser castigados por haberse resistido a la violencia norteamericana.

Contrariamente a lo que cualquiera, bien sea de derechas o izquierdas sostiene, Estados Unidos consigui� sus principales objetivos en Indochina. Vietnam fue demolido. No hay peligro de que un desarrollo independiente tenga �xito y sirva de modelo para otras naciones en la regi�n.

Por supuesto no fue una victoria total para nosotros. Nuestra meta final era incorporar lndochina a nuestro sistema global de dominaci�n y eso no se logr� totalmente.

Pero una de las metas, la crucial, la que realmente contaba, era destruir el virus y lo conseguimos. Vietnam est� destrozado y Estados Unidos hace todo lo que puede para mantenerlo en ese estado. En octubre de 1991, Estados Unidos desde�� las timidas objeciones de sus aliados en Occidente y de Jap�n y renov� el bloqueo y las sanciones contra Vietnam. El Tercer Mundo tiene que aprender que nadie puede levantar la cabeza de forma desafiante. El amo del sistema global perseguir� sin descanso a quien se atreva a cometer este inenarrable crimen.


La guerra del Golfo
La guerra del Golfo ilustra los mismos principios b�sicos, como se puede apreciar claramente si levantamos el velo de la propaganda.

Cuando Irak invadi� Kuwait en agosto de 1990, el Consejo de Seguridad de la ONU conden� inmediatamente a Irak y le impuso severas sanciones. �Por qu� respondi� la ONU tan pronto y tan firmemente? la alianza Gobierno EEUU con los medios de comunicaci�n ten�a la respuesta.

En primer lugar se nos dijo que la agresi�n de lrak era un crimen singular, por lo que merec�a una respuesta singular y una reacci�n dura. �Am�rica permanece donde estuvo siempre, contra las agresiones, contra aquellos que usan la fuerza para reemplazar la ley�, fuimos informados por el presidente Bush, el invasor de Panam�, y el �nico jefe de Estado condenado por la Corte Mundial por �su ilegal uso de la fuerza� (seg�n la condena emitida por esa misma Corte, en el caso de la agresi�n norteamericana a Nicaragua). los medios de comunicaci�n y las clases altas repet�an obedientemente las consignas dictadas por su l�der, sucumbiendo al temor de la magnificencia de tan altos principios.

En segundo lugar, los mismos agentes proclamaban como una letan�a que por fin la ONU estaba funcionando en la forma en que fue primitivamente dise�ada. Se�alaban que no hab�a sido posible antes del final de la Guerra Fr�a, debido a los obst�iculos que planteaba la Uni�n Sovi�tica y a la obtusa oposici�n anti-occidental del Tercer Mundo.

Ninguna de estas quejas se sostienen si se realiza un escrutinio cuidadoso. Estados Unidos no estaba sosteniendo ning�n alto principio en el caso del Golfo, ni ante cualquier otro conflicto. La raz�n para que se produjese esta respuesta sin precedentes ante la brutal agresi�n de Saddam Hussein era que se hab�a equivocado de camino.

Saddam Hussein era un gangster asesino, exactamente el mismo que antes de la guerra del Golfo, cuando era nuestro amigo y un socio favorecido en nuestro comercio exterior. Su invasi�n de Kuwait era sin duda una atrocidad, pero de similar naturaleza que otros cr�menes llevados a cabo por EEUU y sus aliados, y quiz� no tan terrible como otros. Por ejemplo la invasi�n de lndonesia de Timor Oriental alcanz� las proporciones de un verdadero genocidio, gracias al decisivo apoyo de Estados Unidos y sus aliados. Quiz� un cuarto de sus 700.000 habitantes fue asesinado, una matanza que super� a la de Pol Pot, si se tiene en cuenta las respectivas proporciones.

Nuestro embajador ante la ONU en aquellos tiempos, ahora senador por Nueva York, Daniel Moyniham explic� sus logros en la reuni�n de Naciones Unidas sobre Timor Oriental: �Estados Unidos deseaba que las cosas se produjeran como han sucedido, y han trabajado por su consecuci�n. El Departamento de Estado deseaba que Naciones Unidas tomase medidas completamente in�tiles. Esa tarea me fue confiada a m�, y la llev� a cabo con notable �xito�.

El ministro australiano de Asuntos Exteriores justific� la aquiescencia de su pa�s ante la Invasi�n y anexi�n de Timor Oriental, y de paso la participaci�n de Australia junto con lndonesia en el robo de las riquezas petrol�feras de Timor, diciendo simplemente que �el mundo es un lugar sucio, enlodado con ejemplos de adquisiciones por la fuerza�. No obstante, cuando lrak invadi� Kuwait su gobierno public� una declaraci�n en la que se afirmaba que �los grandes pa�ses no pueden invadir a sus vecinos m�s peque�os y que no pase nada�. La magnitud de este cinismo no empa�� la ecuanimidad de los moralistas occidentales.

Respecto al hecho de que la ONU finalmente actuara como deb�a ser, condenando la invasi�n, los hechos hablan por s� solos, aunque empa�ados y manipulados por los guardianes de la ortodoxia pol�tica, que controlan tambi�n los medios de comunicaci�n con mano de hierro. Durante muchos a�os las Naciones Unidas han estado bloqueadas, pero por Estados Unidos, no por la Uni�n Sovi�tica o el Tercer Mundo. Desde 1970 los EEUU han vetado m�s resoluciones de la ONU que cualquier otro pa�s, y en este ranking, Gran Breta�a ocupa el segundo lugar, Francia el tercero y la Uni�n Sovi�tica la cuarta plaza.

Nuestro record en la Asamblea General es similar y �la obtusa y anti-occidental ret�rica� del Tercer Mundo normalmente se convierte en una llamada a observar las leyes internacionales, una lastimosa y d�bil barrera contra la depredaci�n de los poderosos.

Las Naciones Unidas estaban listas para responder a la agresi�n iraqu� porque, por primera vez, Estados Unidos lo permitia. La severidad sin precedentes de las sanciones era el resultado de las presiones y amenazas de EEUU. Las sanciones ten�an una inusual posibilidad de funcionar tanto por su dureza como porque los habituales vetos de Estados Unidos, Francia y Gran Breta�a no se hab�an producido en esta ocasi�n.

Pero incluso despu�s de permitir los sanciones, Estados Unidos se aprest� con celeridad a desmarcarse de la opci�n diplom�itica despachando una fuerte fuerza militar a la zona, a la que se uni� Gran Breta�a y que era apoyada por los dictadorzuelos que gobernaban los Estados petroleros del Golfo, y con la participaci�n nominal de otros pa�ses.

Una fuerza m�s peque�a de car�cter disuasivo pod�a haber esperado a que las sanciones surtieran efecto; un ej�rcito de medio mill�n no pod�a. El prop�sito de la r�pida escalada militar trataba de evitar que lrak se retirara de Kuwait por medios pac�ficos.

�Por qu� era tan poco atractiva la opci�n diplom�itica? A las pocas semanas de la invasi�n de Kuwait, el 2 de agosto, las l�neas generales para un posible acuerdo pol�tico estaban claras. la resoluci�n 660 del Consejo de Seguridad reclamaba la retirada iraqu� de Kuwait, a la vez que llamaba a una negociaci�n simult�nea so�re los l�mites territoriales. A mediados de agosto el Consejo de Seguridad Nacional consider� una propuesta iraqu� para retirarse de Kuwait en esas condiciones.

Aqu� parec�a haber dos problemas: primero el acceso iraqu� al Golfo, que hab�a quedado vinculado al control sobre dos llanuras �ridas y deshabitadas asignadas por Gran Breta�a a Kuwait despu�s de su retirada, y que hab�a dejado a lrak pr�icticamente aislado. En segundo lugar, la resoluci�n de la disputa sobre un campo petrol�fero que se adentraba dos millas en territorio iraqu� en una zona en que no estaban trazadas las fronteras.

Estados Unidos rechaz� desde�osamente la propuesta, o cualquier negociaci�n. El 22 de agosto sin haber hecho p�blica la propuesta iraqu�, que aparentemente parec�a conocer el gobierno, The New York Times inform� que la administraci�n Bush estaba determinada a bloquear la opci�n diplom�tica por miedo a que se pudiera difuminar la crisis. Los principales hechos se publicaron una semana m�s tarde en el peri�dico de long lsland Newsday, pero los medios de comunicaci�n en general guardaron silencio.

La �ltima oferta conocida antes de los bombardeos, dada a conocer por oficiales norteamericanos en la zona, propon�a una retirada total iraqu� de Kuwait. No hab�a connotaciones sobre conflictos territoriales pero se enmarcaba con otras propuestas �vinculadas�: las armas de destrucci�n masiva en la zona y el conflicto �rabe-israel�.

Un propuesta posterior apuntaba la ocupaci�n ilegal de Israel del sur del L�bano, en violaci�n de la resoluci�n 425 de marzo de 1978 del Consejo de Seguridad, que hab�a reclamado una inmediata e incondicional retirada del territorio que los israel�es hab�an invadido. La respuesta norteamericana fue que ya no era tiempo para la diplomacia. Los medios de comunicaci�n no informaron de los hechos, Newsday aparte, pero alabaron los altos principios de Bush.

Estados Unidos se opuso a considerar los hechos �relacionados� porque estaban opuestos a usar la diplomacia en todos los hechos �relacionados�. Esto se hab�a puesto de manifiesto meses antes de la invasi�n de Kuwait, cuando EEUU rechaz� la oferta iraqu� de negociar sobre las armas de destrucci�n masiva. En su oferta lrak propon�a la destrucci�n de todas las armas qu�micas o biol�gicas si otros pa�ses de la regi�n tambi�n desmantelaban sus armas de destrucci�n masiva.

Saddam Hussein era en aquel entonces amigo y aliado de Bush, de manera que s� recibi� respuesta. Washington le dijo que daba la bienvenida a la propuesta iraqu� de destruir sus propias armas, pero no quer�a �vincular este hecho a sistemas armament�sticos u otras propuestas�.

No se hac�a menci�n sobre los �otros sistemas armament�sticos� y hab�a una buena raz�n para no hacerlo. Israel no s�lo pose�a armas qu�micas y biol�gicas, sino que es el �nico pa�s en Oriente Medio que posee armamento nuclear, probablemente 200 artefactos. Pero la frase �armamento nuclear israel�� no puede ser escrita o pronunciada por ninguna fuente oficial norteamericana. Esa frase pondr�a de relieve la cuesti�n de por qu� cualquier tipo de ayuda a Israel es siempre legal, aunque seg�n la legislaci�n sobre ayudas a pa�ses extranjeros est� prohibida desde 1977 a cualquier pa�s que desarrolle en secreto un programa nuclear.

Al margen de la invasi�n iraqu�, Estados Unidos siempre ha bloqueado cualquier �proceso de paz� en Oriente Medio que incluyera una conferencia internacional de paz y el derecho palestino a su propia autodeterminaci�n. Durante veinte a�os Estados Unidos ha mantenido esta actitud en solitario. Los votos de las Naciones Unidas ilustran claramente la situaci�n: de nuevo, en diciembre de 1990, justo en medio de la niebla levantada por la crisis del Golfo, la llamada a una conferencia internacional, obtuvo un resultado de 142 votos a favor y 2 en contra, Estados Unidos e Israel. Esto no ten�a nada que ver con Irak y Kuwait.

Estados Unidos tambi�n se neg� tajantemente a permitir la retirada iraqu� por los medios pac�ficos que prescriben las leyes internacionales. En su lugar prefiri� evitar la diplomacia y situar el conflicto en la esfera de lo violento, en el cual una superpotencia siempre se impondr� a cualquier adversario del Tercer Mundo.

Como ya hemos visto, EEUU lleva a cabo agresiones de forma regular, o bien las apoya, a�n en casos m�s criminales que el de Kuwait. S�lo el m�s empecinado papista puede dejar de entender estos hechos. En el extra�o caso de que EEUU se oponga diplom�ticamente a alguna acci�n llegal de alg�n cliente o aliado, estar�n dispuestos a admitir las �vinculaciones� de sus propuestas.

T�mese la ocupaci�n sudafricana de Namibia declarada llegal por la Corte Mundial y las Naciones Unidas en los a�os 60. Estados Unidos predic� durante a�os �una tranquila acci�n diplom�tica� o un �acuerdo constructivo�, respaldando un pacto que otorgaba a Sud�frica amplio apoyo a sus atrocidades y barbarie, am�n del mayor puerto de Namibia, y admiria las �vinculaciones� de esta ocupaci�n con el Caribe, a la vez que bendec�a los beneficios que se derivaban de la invasi�n para los intereses econ�micos internacionales.

Las tropas cubanas que hab�an defendido a Angola, el vecino de Namibia, de los ataques de Sud�frica fueron retiradas. A pesar de ello, y tal como sucedi� en Nicaragua tras los �acuerdos de paz� de 1987, Estados Unidos continu� apoyando al ej�rcito terrorista junto con sus aliados Zaire y Sud�frica y preparando unas elecciones para 1992 al estilo de las nicarag�enses, donde la gente ten�a que acudir a las urnas bajo la amenaza del estrangulamiento econ�mico y los ataques terroristas si votaban por el candidato �equivocado�.

Mientras tanto Sud�frica segu�a saqueando y destruyendo Namibia, y us�ndola como base para agredir a sus vecinos. S�lo durante la �poca Reagan-Bush (1980-88) Sud�frica caus� unos da�os valorados en m�s de 60.000 millones de d�lares y m�s de medio mill�n de personas asesinadas en los pa�ses vecinos, excluidos Namibia y la propia Sud�frica. Pero los comisarios pol�ticos estadounidenses eran incapaces de afrontar estos hechos, y en su lugar, elogiaban la fascinante panoplia de principios con la que Bush �vinculaba� estos hechos, cuando alguien te pisa los callos.

Es decir, ahora s� se admifian �vinculaciones� que equival�an a un rechazo diplom�tico, pero light, es decir, de menor rango que un rechazo diplom�itico. En el caso de Kuwait, la posici�n estadounidense fue particularmente d�bil. Despu�s de que Saddam Hussein se nos fuese de las manos, la administraci�n Bush insisti� en que deb�a ser eliminada la capacidad iraqu� de ataque y agresi�n, una posici�n correcta en contraste con el anterior apoyo que se hab�a brindado a las atrocidades y agresiones del pasado, y se hizo un llamamiento para lograr un pacto regional que garantizase la seguridad.

Bien, en esto consisten las �vinculaciones�. Cuando nuestro opositor condiciona sus posiciones a otras premisas, no se permite que se d� la �vinculaci�n�; es el caso de lrak. Sin embargo, si nuestro aliado es el condenado, �vinculamos� su agresi�n a otros factores: el avance del comunismo, etc., para protegerle.

La cruda realidad es que, en el caso iraqu�, Estados Unidos tem�a que la diplomacia �difuminase� la crisis y por lo tanto se cerr� en banda a aceptar sus �vinculaciones� mientras se preparaba para la guerra.

Al rechazar la senda diplom�tica, Estados Unidos consegu�a sus mayores metas en el Golfo. Sab�amos con claridad que los incomparables recursos energ�ticos de Oriente Medio deb�an permanecer bajo nuestro control y los enormes beneficios que proporcionaban deb�an continuar dando soporte a las econom�as de los propios Estados Unidos y de su cliente brit�nico.

Tambi�n reforz�bamos nuestra posici�n dominante y ense��bamos la lecci�n de que el mundo debe ser gobernado por la fuerza. Estos objetivos han sido alcanzados, Washington procedi� a mantener la �estabilidad�, impidiendo cualquier amenaza de cambio democr�itico en las tiran�as de los Estados del Golfo y permitiendo que Saddam Hussein machacase los levantamientos populares de los chiitas en el sur, a pocos kii�metros de nuestras l�neas, y de los kurdos en el norte.

Pero la administraci�n Bush todav�a no ha conseguido lo que el portavoz de The New York Times y jefe de la secci�n internacional, Thomas Friedman llama �lo mejor del mundo: una junta de pu�o de hierro sin Saddam Hussein�. Esto, contin�a Friedman, supondria el retorno a la feliz �poca en que �el pu�o de hierro de Saddam manten�a unido Irak, para satisfacci�n de los aliados de Estados Unidos, Turqu�a y Arabia Saudita� para no hablar de la del patr�n de Washington. La actual situaci�n del Golfo refleja las prioridades de las superpotencias para quedarse con todas las cartas, otra verdad que permanece invisible ante los guardianes de la fe.


El encubrimiento de la operaci�n Ir�n-Contra
Los principales elementos de la historia Ir�n-Contra eran bien conocidos antes de que fueran expuestos en 1986, excepto un hecho: que la venta de armas a Ir�n y la guerra ilegal de los contras llevada a cabo por el coronel Oliver North, funcionario de la Casa Blanca, estuviesen interconectadas.

El env�o por barco de armas a Ir�n v�a Israel no comenz� en 1985, cuando la encuesta del Congreso y el Fiscal especial tomaron cartas en el asunto. Hab�a comenzado casi inmediatamente de la ca�da del Sha en 1979. En 1982 era de conocimiento p�blico que Israel prove�a gran parte de las armas que ten�an como destino Ir�n; se pod�a leer en la portada de The New York T�mes.

En febrero de 1982 las figuras m�s importantes de los israel�es, cuyos nombres m�s tarde se vieron implicados en la vista del caso Ir�n-Contra, aparecieron en la cadena de televisi�n inglesa BBC describiendo c�mo hab�an ayudado a organizar el trasvase de armas al r�gimen de Jomeini. En octubre de 1982, el embajador de Israel ante EEUU declar� p�blicamente que Israel estaba mandando armas al r�gimen de Jomeini �con la cooperaci�n de Estados Unidos... casi al m�s alto nivel�. los altos oficiales israei�es involucrados tambi�n manifestaron las razones: establecer lazos de uni�n con elementos militares en Ir�n que pudieran derrocar al r�gimen, restaurando el que hab�a bajo el Sha, es decir, el procedimiento habitual.

Al igual que en la guerra de la �contra�, los actores b�sicos de las operaciones llegales CIA-North eran conocidos en 1985 (un a�o antes de que la historia estallase, cuando se derrib� un avi�n de suministros norteamericano en Nicaragua y Eugene Hasenfus, un agente yanqui, fuera hecho prisionero). los medios de comunicaci�n simplemente optaron por mirar hacia otro lado.

De manera que �qu� es lo que gener� el esc�ndalo Ir�n-Contra? Se produjo en el momento en que ya no se pudo ocultar por m�s tiempo. Cuando Hasenfus fue derribado en Nicaragua llevando suministros de la CIA a los contras y la prensa libanesa inform� que el consejero nacional de Seguridad norteamericano llevaba biblias y chocolates a Teher�n, la historia no pudo silenciarse durante m�s tiempo. Despu�s de eso, la conexi�n entre los dos hechos se hizo patente,

Entonces se pas� a la siguiente Fase: control de da�os. De eso fue de lo que se sac� provecho.


Las perspectivas para Europa del Este
Lo que resulta m�s significativo acerca de los sucesos ocurridos en Europa en los a�os ochenta es que simplemente el imperio retrocedi�. No s�lo la URSS permiti� los movimientos populares, es que, adem�s, los impuls�. Existen pocos precedentes hist�ricos de este proceder.

No sucedi� porque los sovi�ticos fueran buenos chicos, sino que se produjo a remolque de las necesidades internas. Pero de hecho sucedi� y como resultado los movimientos populares no tuvieron que enfrentarse ni remotamente a algo parecido a lo que sucedi� en nuestro patio trasero. El peri�dico de los jesuitas salvadore�os apunt� acertadamente que Vaclay Havel (el presidente checoslovaco que antes hab�a sido prisionero pol�tico), en El Salvador no hubiera sueido prisi�n, simplemente le hubieran cortado en trocitos y los hubieran abandonado en la cuneta de cualquier carretera.

La Uni�n Sovi�tica casi pidi� perd�n por su anterior uso de la violencia, y esto tambi�n constituy� un hecho sin precedentes. los peri�dicos norteamericanos concluyeron que, ya que los rusos hab�an admitido que la invasi�n de Afganist�n hab�a sido una violaci�n de las leyes internacionales y un crimen, al fin podr�an entrar en el mundo civilizado. Una reacci�n sumamente interesante. Me imagino a alguien, en los medios de comunicaci�n norteamericanos, sugiriendo que quiz� Estados Unidos deber�a contribuir a levantar la moral del Kremlin admitiendo que los ataques contra Vietnam, Laos o Camboya hab�an violado las leyes internacionales.

El �nico pa�s del Este de Europa donde hab�a habido grandes dosis de violencia en el derrumbe de la tiran�a era en el que los sovi�ticos hab�an tenido menos influencia y donde nosotros hab�amos tenido m�s: Rumania. Nicolas Ceaucescu, su dictador, hab�a visitado Inglaterra y se le hab�a dispensado recibimiento real. Estados Unidos le hab�a concedido el estatus de naci�n m�s favorecida, ventajas comerciales y su aprecio.

Ceaucescu era tan brutal y despiadado entonces como lo fue despu�s, pero ya que se hab�a retirado del Pacto de Varsovia y estaba siguiendo una senda de corte independiente, cre�mos que estaba, en parte, de nuestro lado en la batalla internacional. (Estamos a favor de la independencia siempre y cuando se produzca en el imperio del enemigo, no en el nuestro).

En cualquier otro lugar de Europa del Este los levantamientos fueron incre�blemente pac�ficos. Hubo alguna represi�n, pero desde el punto de vista hist�rico 1989 fue un a�o �nico. No puedo recordar un caso semejante.

Creo que las perspectivas para Europa del Este son bien negras. Occidente tiene un plan meridianamente claro; quiere convertir grandes zonas de ese territorio en parte del Tercer Mundo.

Siempre ha habido una especie de relaci�n seudocolonial entre Occidente y Europa del Este; de hecho el bloqueo sovi�tico de esa relaci�n constituy� una de las causas de la Guerra Fr�a. Ahora se est�n reestableciendo y hay un serio conflicto sobre qui�n va a ser el ganador en la carrera para asegurar la explotaci�n y la depredaci�n en esa zona del planeta. �Va a ser Europa Occidental llderada por Alemania, actualmente primera en la l�nea de salida, Jap�n aguardando a ver el tama�o de los beneficios, o Estados Unidos tratando de sumarse al borin?

Hay una buena cantidad de recursos para apropiarse, y cantidad de mano de obra barata para emplear en las empresas de ensamblaje. Pero primero tenemos que imponerles el sistema capitalista. No lo aceptamos para nosotros mismos, pero insistimos cuando se trata del Tercer Mundo. Es el sistema del Fondo Monetario Internacional. Si podemos conseguir que lo acepten, ser�n f�cilmente explotados, y los llevaremos con facilidad a ejercer su nuevo papel de M�xico o Brasil.

En muchos aspectos Europa del Este es m�s atractiva para los inversores que Am�rica latina. Una raz�n es que su poblaci�n es blanca y de ojos azules, y por lo tanto mucho m�s presentable para inversores que proceden de sociedades profundamente racistas como las de Europa Occidental y Estados Unidos.

Y a�n m�s significativo, Europa del Este tiene un nivel de salud general y de educaci�n mucho m�s elevado que la media latinoamericana que, excepto sectores aislados y de gente acomodada, es un desastre total. Una de las pocas excepciones es Cuba, que supera el est�ndar occidental en salud y tasas de alfabetismo, pero sus perspectivas son m�s bien pesimistas.

Una raz�n para esta disparidad entre Europa del Este y latinoam�rica radica en los diferentes niveles de terror ejercidos en ambos casos despu�s de los a�os de Stalin. Una segunda raz�n se establece en t�rminos de econom�a pol�tica.

De acuerdo con los servicios de espionaje norteamericanos, la Uni�n Sovi�tica gast� alrededor de 80.000 millones de d�iares en Europa del Este durante la d�cada de los setenta. La situaci�n fue bien diferente en Am�rica Latina. Entre 1982 y 1987 alrededor de 150.000 millones de d�iares fueron transferidos de Am�rica Latina a Estados Unidos. The New York Times estima que las �transacciones ocultas (incluyendo dinero del narco, beneficios llegales etc.) podr�an haber alcanzado la cifra de 700.000 millones de d�lares. los efectos en Centroam�rica han sido particularmente odiosos, pero casi lo mismo sucede en todo el subcontinente, donde hay una rampante pobreza, mainutrici�n, mortalidad infantil, destrucci�n ecoi�gica, estados terroristas, y colapso generalizado de las condiciones de vida hasta llegar a niveles de d�cadas precedentes.

La situaci�n en �frica es todav�a peor. La cat�strofe del capitalismo fue particularmente grave en los a�os ochenta, �una pesadilla inconmensurable� en los dominios de las potencias occidentales, seg�n los t�rminos de la Organizaci�n para la Unidad Africana. Cifras facilitadas por la Organizaci�n Mundial de la Salud estiman que 11 millones de ni�os mueren cada a�o en el �mundo subdesarrollado�, un �silencioso genocidio� que hubiera podido ser conducido a un r�pido final si los recursos estuvieran dedicados directamente a satisfacer las necesidades humanas en vez de al enriquecimiento de unos pocos.

En una econom�a global dise�ada para satisfacer los intereses y necesidades de las corporaciones internacionales y financieras, y los sectores que las sirven, la mayor�a de las especies se convierten en superfluas. Hubieran sido suprimidas si las estructuras institucionales de control y privilegio hubieran funcionado sin un desaf�o o cierto grado de control popular.


El mundo alquila un gorila
Durante la mayor parte de este siglo, Estados Unidos era, de lejos, la primera potencia econ�mica mundial, y eso hizo que se utilizara el control econ�mico como una poderosa arma, que inclu�a medidas que iban desde los embargos ilegales a la imposici�n de las reglas del Fondo Monetario Internacional a los pa�ses d�biles. Pero en los �ltimos 20 a�os, Estados Unidos ha cedido parte del control a Jap�n y a la Europa liderada por Alemania, gracias en parte a la p�sima gesti�n de la administraci�n Reagan, que mont� una verdadera fiesta para los ricos a costa del dinero pagado por la mayor�a de la poblaci�n y de las generaciones futuras. No obstante, al mismo tiempo el poder militar estadounidense se ha convertido en absoluto.

Mientras la URSS contaba en el panorama internacional, hab�a un l�mite establecido sobre la fuerza que EEUU pod�a aplicar, particularmente en aquellas zonas remotas donde no dispon�amos de una ventaja en fuerzas convencionales. Ya que la URSS apoyaba gobiernos y movimientos pol�ticos que EEUU trataba de destruir, hab�a un peligro cierto de que la intervenci�n de Estados Unidos en el Tercer Mundo generase un conflicto nuclear. Una vez terminada la �poca de disuasi�n sovi�tica, EEUU se ve m�s libre para utilizar la violencia en el resto del mundo, un hecho que ha sido reconocido con gran satisfacci�n por los analistas pol�ticos de estos �ltimos a�os.

En cualquier confrontaci�n cada contrincante trata de llevar la batalla al terreno donde tiene m�s posibilidades de victoria. Se pretende utilizar la fuerza, usar la carta m�s alta. la mejor carta de EEUU es la fuerza, de manera que si se puede establecer que el mundo debe ser regido por la fuerza, eso constituye una victoria para Estados Unidos. Por otra parte, si un conflicto puede ser resuelto por medios pac�ficos, nos beneficia menos , ya que nuestros rivales son tan buenos o mejores que nosotros en ese aspecto.

La diplomacia es particularmente adversa a nuestros intereses, a no ser que pueda imponerse por la fuerza. EEUU tiene muy poco apoyo popular en la consecuci�n de sus objetivos en el Tercer Mundo, y no es una sorpresa ya que intenta imponer estructuras de dominaci�n y explotaci�n. Un acuerdo diplom�tico puede tener respuesta, por lo menos en cierto grado, en inter�s de los otros participantes en la negociaci�n, y eso es un problema cuando tus posiciones no son muy populares.

Por lo tanto las negociaciones son algo que Estados Unidos trata normalmente de evitar. Contrariamente a la enorme propaganda, esto ha sido as� en el sudeste asi�tico, en Oriente Medio y en Am�rica Central durante muchos a�os.

Con estas premisas, es natural que la administraci�n Bush haya contemplado la respuesta militar como el principal instrumento pol�tico, prefiri�ndola a las sanciones y a la diplomacia, como en la crisis del Golfo. Pero desde que Estados Unidos ha perdido la base econ�mica para imponer �estabilidad y orden� en el Tercer Mundo, debe confiar en otros para asegurarlos, ya que es ampliamente asumido que debe haber alguien que garantice el respeto a los amos. El flujo de beneficios provenientes de la producci�n petrol�fera del Golfo no es desde�able, pero Jap�n y la Europa liderada por Alemania debe pagar su cuota por el papel desempe�ado por Estados Unidos, el de mercenario, asumido siguiendo los consejos de la prensa econ�mica internacional.

El editor financiero del derechista Chicago Tribune ha estado haciendo hincapi� sobre estos temas con especial claridad. Debemos ser �mercenarios voluntarios� pagados en concepto de nuestros amplios servicios por nuestros rivales, usando nuestro �poder monopol�stico� en el �mercado de la seguridad� para �mantener nuestro control sobre el sistema econ�mico mundial�. �Debemos extender una red de protecci�n� aconseja, vendiendo �protecci�n� a las otras potencias mundiales que deber�n por tanto pagarnos �un canon de guerra�.

Y eso es en Chicago donde los palabras son perfectamente entendidas: si alguien te molesta, se llama a la mafia para que le rompa los huesos. Y si no se obtiene la recompensa suficiente, tambi�n tu salud puede resentirse.

Quede claro que el uso de la fuerza para controlar el Tercer Mundo es s�lo un �ltimo recurso. El Fondo Monetario Internacional es un instrumento m�s barato que los marines o la CIA si puede encargarse de la tarea. Pero el �pu�o de hierro� debe poder ser contemplado en el horizonte, disponible para cuando se necesite.

Nuestro papel de �gorila de alquiler� tambi�n causa sufrimientos en casa. Las grandes corporaciones industriales siempre han confiado en el Estado para proteger e incrementar sus enormes intereses econ�micos en casa, para dirigir dinero p�blico a las necesidades de los inversores, etc. y esa ha sido una de las razones de su poder. Desde 1950 Estados Unidos ha conseguido estos objetivos a trav�s del sistema del Pent�gono, que incluye a la NASA y al Departamento de Energ�a que produce armas nucleares. Pero ahora estamos amarrados a estos mecanismos para mantener los componentes electr�nicos, las conputadoras y la industria de la alta tecnoe�a en general.

Los militantes keynesianos de la �poca de Reagan se excedieron a�adiendo nuevos problemas. La transferencia de recursos a las minor�as acaudaladas y otro tipo de pol�ticas gubernamentales condujeron a una enorme ola de manipulaci�n financiera y a una org�a consumiste. Y adem�s, se hac�a poco en relaci�n a inversiones en el aparato productivo, y d pa�s estaba repleto de deudas: gubernamentales, corporativas, inmobiliarias y la incalculable deuda nunca superada de los programas sociales, a medida que Estados Unidos iba girando hacia un modelo tercermundista, con islas de gran riqueza y enormes privilegios en un oc�ano de miseria y sufrimiento.

Cuando un Estado adopta tales pol�ticas, se debe encontrar el m�todo de distraer a la gente, eviando que adviertan lo que est� sucediendo a su alrededor. Y no hay muchas maneras de hacerlo. La m�s cl�sica es inspirar temor a terribles enemigos que nos amenazan, y confiar en nuestros grandes l�deres que nos rescatar�n en el �ltimo momento.

�ste ha sido el modelo seguido durante toda la d�cada de los ochenta, que requiere no poca ingenuidad por parte del p�blico, una vez que la amenaza habitual, la Uni�n Sovi�tica, se hubiera evaporado. De manera que la amenaza para nuestra existencia han sido Gadafi y sus hordas de terroristas, Granada y su ominosa base a�rea, los sandinistas marchando hacia Texas, los narcotraficantes hispanos conducidos por el archiman�aco Noriega y los �rabes, locos en general. M�s recientemente ha sido Saddam Hussein despu�s de que cometiera su �nico crimen, el de la desobediencia, en agosto del 90. Ahora es m�s necesario que nunca reconocer lo que siempre ha sido verdad: que el principal enemigo es el Tercer Mundo, que amenaza con �escapar a nuestro control�.

�stas no son leyes naturales. Los procesos y las instituciones que las han engendrado pueden ser cambiadas. Pero el proceso requiere cambios culturales, sociales e institucionales no coyunturales, que incluyan a las estructuras democr�ticas ya que la democracia no s�lo consiste en elegir peri�dicamente entre una selecci�n de representantes del mundo econ�mico para que manejen los asuntos internacionales y dom�sticos.

Regresar al Contenido




El Futuro


Las cosas han cambiado
Es importante reconocer cu�nto han cambiado las cosas en los �ltimos 30 a�os como resultado de las movilizaciones populares que se han organizado de forma heterog�neo y ca�tica en torno a grandes objetivos: derechos civiles, pacifismo, feminismo, medio ambiente y otras cuestiones de inter�s de la humanidad.

Obs�rvese las administraciones Kennedy y Reagan, que eran similares en numerosos aspectos en cuanto a sus pol�ticas b�lsicas y compromisos. Cuando Kennedy desencaden� una vasta campa�a internacional terrorista contra Cuba despu�s de que fracasara su invasi�n, y cuando comenz� la escalada asesina en Vietnam del Sur al margen de cualquier norma de derecho internacional, no hab�a pr�cticamente ning�n tipo de protesta.

No lleg� hasta que cientos de miles de soldados de las tropas norteamericanas fueran desplegados y toda lndochina estuviese bajo desvastadores ataques, con cientos de miles masacrados. Entonces la protesta se hizo significativa. Por el contrario tan pronto como Reagan apunt� que se iba a intervenir directamente en Am�rica Central, las protestas explotaron de forma espont�nea a escala suficiente como para obligar a la administraci�n a recurrir a otros medios.

Los l�deres pueden graznar sobre el fin del �s�ndrome de Vietnam� pero conocen la realidad. La Revista Pol�tica de Seguridad Nacional de la administraci�n Bush, filtr� en el momento del ataque terrestre en la Guerra del Golfo que �en casos en que Estados Unidos se enfrenta a enemigos m�s d�biles�, los �nicos a los que se atreve a enfrentar un verdadero estadista, �nuestro objetivo es no s�io derrotarlos, sino derrotarlos r�pida y efectivamente�. Cualquier otro resultado podr�a ser �embarazoso� y cortocircuitar �el apoyo pol�tico�, bien entendido que adem�s, �ste es muy estrecho.

Por ahora, una intervenci�n cl�sica ni siquiera se contempla como opci�n. Los medios se limitan a operaciones terroristas clandestinas, mantenidas en secreto a la opini�n p�blica, o a �r�pidos y decisivos� golpes a �enemigos mucho m�s d�biles� , despu�s de una vasta campa�a destinada a pintarlos como monstruos de indescriptible poder.

Este mismo proceso de respuesta se puede observar en la actualidad. Por ejemplo 1992. Si la celebraci�n del Quinto Centenario hubiese sucedido en 1962, hubiera constituido una celebraci�n de la liberaci�n del continente. En 1992 las celebraciones han obtenido una r�pida respuesta, un factor que ha causado la histeria de los gur�s de la cultura que han ejercido un control totalitario sobre todo el proceso. Ahora se apresuran a se�alar los �fan�ticos excesos� de los que instan a respetar a otros pueblos y culturas.

Tambi�n en otras �reas hay mas apertura y conocimiento, m�s escepticismo y cuestionamiento de la autoridad. Por supuesto las �ltimas tendencias son un arma de doble filo. Pueden conducir a un pensamiento independiente, a la organizaci�n popular y a la presi�n para que cambien las instituciones. 0 pueden proporcionar una masa de gente aterrorizada que redame l�deres nuevos y m�s autoritarios. Esta posibilidad no es puramente especulativa, es algo para tomar en serio y actuar en consecuencia, adoptando las medidas oportunas para detener el fen�meno.


Qu� hacer?
En cualquier pa�s siempre hay un grupo que ostenta el verdadero poder. No es un gran secreto d�nde radica ese poder en Estados Unidos. B�sicamente reside en manos de personas que determinan las inversiones, qu� se produce y qu� se distribuye. Ocupan cargos a lo largo y ancho del gobierno, escogen a los analistas y programadores de la pol�tica, e imponen las condiciones generales que rigen el sistema doctrinal.

Una de las cosas que desean es la aquiescencia y la pasividad de la poblaci�n. De manera que una de las cosas que les puede hacer la vida menos c�moda es no ser pasivo y sumiso. Incluso plantear preguntas tiene un efecto importante.

Las manifestaciones, escribir cartas y votar puede ser significativo, depende de las circunstancias. Pero lo principal es estar organizado.

Si se va a una manifestaci�n y luego a casa, es importante, pero los poderosos pueden soportarlo. Con lo que no pueden vivir es con una presi�n sostenida que funcione, con organizaciones que hagan cosas, gente que aprenda lecciones para mejorar su actuaci�n en el futuro.

Cualquier sistema de poder, incluso una dictadura fascista, reacciona ante la disidencia popular. Esto es cierto en un pa�s como �ste donde, afortunadamente, el Estado no dispone de mucha fuerza para coaccionar a la poblaci�n. Durante la guerra de Vietnam, la resistencia contra el conflicto fue directa y el gobierno tuvo un alto coste que pagar.

Si las elecciones son una cita donde una parte de la poblaci�n acude y presiona un bot�n cada par de a�os, no se preocupan. Pero si los ciudadanos se organizan para presionar sobre un determinado aspecto, y a su vez presionan a los elegidos sobre ese asunto, las elecciones pueden tener una importancia significativa.

Los miembros del Congreso son m�s f�cilmente influenciables que los del Senado, y los senadores m�s que el presidente, que es pr�cticamente inmune. Cuando se llega a ese nivel, la pol�tica est� pr�cticamente decidida por los ricos y poderosos que controlan y manejan el pa�s.

Se puede organizar m�todos de presi�ne sobre nuestros representantes. Se les puede llevar al barrio para que se enfrenten a las quejas de los vecinos, o se pueden realizar sentadas en sus oficinas si se dan las circunstancias apropiadas. Esto puede significar la diferencia, una sustancial diferencia.

Tambi�n se pueden realizar nuestras propias investigaciones. No s�lo se debe confiar en los libros convencionales de historia y en los textos de ciencia pol�tica, hay que estudiar las monograf�as de los especialistas y las fuentes originales: los archivos ministeriales y documentos similares. La mayor�a de las buenas bibliotecas tienen departamentos donde pueden encontrarse.

Esto requiere un poco de esfuerzo. La mayor�a del material es basura, y hay que leer una tonelada antes de encontrar algo bueno. Existen gu�as que nos pueden orientar sobre d�nde buscar, y a veces se encuentran indicios en las fuentes de segunda mano. A veces son malinterpretadas, pero no obstante sugieren lugares donde investigar.

No es un gran misterio, y no supone ning�n especial esfuerzo intelectual. Supone trabajo, pero cualquiera puede dedicar parte del tiempo que destina a un hobby particular. Y los resultados de la investigaci�n pueden cambiar la manera de pensar de la gente. Las verdaderas investigaciones son siempre fruto de un trabajo colectivo, y sus resultados pueden contribuir significativamente a incrementar la conciencia de la gente, aumentando la capacidad de cr�tica y de conocimiento de la realidad, y conducir a una acci�n constructiva.


La lucha contin�a
La lucha por la libertad no acaba jam�s. La gente del Tercer Mundo necesita nuestra solidaridad, nuestra comprensi�n, y mucho m�s que eso, nuestra ayuda. Podemos proporcionarles un margen de supervivencia mediante nuestra lucha en Estados Unidos. Su �xito en su lucha contra la brutalidad que les imponemos depende, en gran medida, de lo que suceda aqu�.

El coraje que muestran es encomiable. He tenido el privilegio personal de percibir de primera mano un destello de ese coraje en el sudeste asi�tico, en Am�rica Central y los Territorios Ocupados. Es una experiencia sobrecogedora e inspiradora, e invariablemente trae a mi mente una desde�osa cita de Rousseau sobre los europeos que hab�an abandonado los ideales de libertad y justicia sustituy�ndolos por la paz y el reposo �que disfrutan con sus cadenas�:

�Cuando veo multitudes de salvajes desnudos despreciar los lujos de los europeos y arrastrar el hambre, la espada y la muerte para conservar su independencia, s�ento que no les incumbe a los esclavos razonar sobre la libertad�.

La gente que piense que estas son meras palabras comprenden muy poco el mundo actual.

Y �sta es s�lo una parte de la tarea que tenemos por delante. Hay un creciente Tercer Mundo en casa. Hay m�todos para deslegitimar a la autoridad en todas las esquinas del mundo social, pol�tico, econ�mico o cultural. Por primera vez en la historia, nos hemos enfrentado al problema de la preservaci�n del medio ambiente que tiene que sustentar una vida digna del ser humano. No sabemos cu�nto esfuerzo digno y decente ser� suficiente para solventar o al menos mitigar problemas como �stos. Sin embargo, creemos firmemente que su ausencia nos conducir�a irremediablemente al desastre.

Regresar al Contenido



Pocos son los pr�speros y muchos los elegidos


La nueva econom�a global
Estuve en Brattle Street, Cambr�dge, (Se refiere a Cambridge, Massachusetts, en Estados Unidos. (N.T.)) la pasada noche. Hab�a mendigos, gente pidiendo dinero, gente durmiendo en los portales. Esta ma�ana, en la estaci�n de metro de Harvard Square lo mismo.

El espectro de la pobreza y la desesperaci�n se ha ido �ncrementando hasta alcanzar, l�gicamente, a la clase med�a e incluso a la clase alta. Ya no se puede evitar enfrentarse con este fen�meno de la misma forma que hace unos a�os, cuando estaba circunscrito a una parte de la ciudad. Tiene mucho que ver con la pauperizaci�n de Estados Unidos, creo que usted la llama la �tercermundizac��n� �ntema.

Hay varios factores implicados. Hace 20 a�os se produjo un gran cambio en el orden mundial, simbolizado en parte, por el desmantelamiento del sistema econ�mico de posguerra llevado a cabo por Richard Nixon. Nixon reconoci� que la dominaci�n norteamericana de todo el sistema hab�a declinado, y en el nuevo orden tripolar, con Jap�n y una Europa liderada por Alemania jugando cada d�a un papel m�s importante, Estados Unidos ya no pod�a seguir siendo, en efecto, el banquero mundial.

Esto condujo a aguantar una mayor presi�n de las corporaciones que quer�an mantener su tasa de beneficios, y por lo tanto, a un ataque sistem�tico contra los gastos sociales. Las migajas de que antes disfrutaba la gente corriente se esfumaron. Todo ten�a que ir a parar a manos de los ricos.

Tambi�n hubo una tremenda expansi�n de capital irregular en el mundo. En 1971 Nixon desmantel� el sistema Bretton Woods, que regulaba los tipos de cambio. Esta medida y otras expandieron tremendamente la cantidad de capital irregular por todo el planeta, y aceler� lo que se ha dado en llamar globalizaci�n o internacionalizaci�n de la econom�a.

Esa es una manera amable de decir que se iba a ejercer una gran represi�n sobre los trabajadores productivos y a coartar las posibilidades de producir localmente. Por supuesto tambi�n es una manera de incrementar los beneficios de las empresas. Y es mucho m�s f�icil hacerlo con la libre circulaci�n de capitales, el desarrollo de las telecomunicaciones etc.

De esta globalizaci�n se deducen dos grandes consecuencias. La primera es que se extiende el modelo del Tercer Mundo a los pa�ses industrializados. En el Tercer Mundo existen dos clases interconectadas: un sector de extrema riqueza y enormes privilegios y otro de enorme miseria y desesperaci�n, de gente desempleada, superflua.

Las pol�ticas impuestas por Occidente est�n profundizando esta divisi�n. Se est� imponiendo un sistema de �libre mercado neoliberal� que dirija los recursos a los ricos y a los inversores extranjeros, con la idea de que algo funcionar� como por arte de magia, cuando aparezca el Mes�as.

Esto est� sucediendo en todo el mundo industrializado, pero con mayor crudeza en los tres pa�ses angl�fonos. Durante la d�cada de los ochenta la Inglaterra de Margaret Thatcher, Estados Unidos con Reagan y Australia bajo un gobierno laborista, adoptaron algunas de las doctrinas que hab�an apadrinado para el Tercer Mundo.

Por supuesto, nunca iban a tomarse la raci�n completa. Ser�a demasiado alarmante para los ricos. Pero rondaban en torno a la idea. Y se le tem�a. Quiero decir que la sabia la poblaci�n en general.

Tomemos por ejemplo el barrio del sur de los �ngeles. Ah� hubo alguna vez f�bricas. Ahora se han trasladado a Europa del Este, M�xico, lndonesia, all� donde hay campesinas que abandonan las tierras. Para los ricos estupendo, igual que en el Tercer Mundo.

La segunda consecuencia, que tambi�n es importante, tiene que ver con las estructuras gubernamentales. A trav�s de la historia, �stas han tendido a fundirse con otras formas de poder, recientemente con el poder econ�mico. As�, cuando se tienen econom�as nacionales, se obtienen Estados nacionales. Bien, ahora tenemos una econom�a internacional y nos movemos hacia un Estado internacional, lo que al final, viene a significar un gobierno internacional.

Para citar a la prensa econ�mica estamos creando una �nueva edad imperial� con un �gobierno mundial de facto�. �ste tiene sus propias instituciones como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, estructuras comerciales como el Tratado de Libre Comercio Norteamericano y el GATT, Acuerdo General sobre Tarifas y Comercio, reuniones de tipo ejecutivo como el Grupo de los Siete, los siete pa�ses m�s industrializados del mundo, Estados Unidos, Jap�n, Alemania, Gran Breta�a, Francia, Canad� e Italia, que se re�nen peri�dicamente para discutir la pol�tica econ�mica, y la bur�crata Comunidad Europea.

Y como se puede esperar, esta compleja estructura de toma de decisiones responde b�sicamente a los intereses de las grandes corporaciones, los bancos internacionales etc. Tambi�n es una barrera efectiva para la democracia. Todas estas estructuras elevan sus decisiones a nivel ejecutivo, dejando lo que se denomina un �d�ficit democr�tico�, parlamentos y pueblos enteros con una sustancial merma de poder.

Y no s�lo eso, la gente no sabe lo que est� sucediendo, y ni siquiera sabe que no lo sabe.

Como resultado se produce una alienaci�n de las instituciones. la gente siente que �stas no les sirven.

Y por supuesto que no sirven. La gente no sabe lo que sucede en ese remoto y secreto nivel de toma de decisiones. Esto ha constituido un gran �xito en la tarea a largo plazo de desproveer de sustancia a las estructuras democr�ticas.

- En la conferencia dada por Clinton en Little Rock y en otras partes del pa�s, se hac�an mult�tud de referencias sobre el despegue econ�mico y la recuperaci�n de la competit�vidad. El economista pol�tico Gar Alperovitz escribi� en The New York Times que lo que se hab�a propuesto �no profundizaba en nuestros problemas econ�micos. Simplemente estamos instalados en una larga y dolorosa era de receso econ�mico sin resolver�. �Est� usted de acuerdo con esto?

- Todav�a no he podido echar una mirada a ese art�culo, pero el Financial Times, el influyente diario econ�mico londinense, ha estado comentando con placer el conservadurismo fiscal de Clinton y sus asesores.

Y eso tiene serias consecuencias. En primer lugar debemos ser cuidadosos con el uso de los t�rminos. Cuando alguien afirma que Am�rica est� en un largo per�odo de decadencia, habr�a que ver qu� se entiende por Am�rica. Si se quiere se�alar el �rea geogr�fica de Estados Unidos estoy de acuerdo. las nuevas pol�ticas implementadas s�lo van a tener un efecto cosm�tico. Ha habido decadencia y seguir� habiendo decadencia. El pa�s est� adquiriendo muchas de las caracter�sticas del Tercer Mundo.

Pero si se est� hablando de las corporaciones que tienen sus sedes en Estados Unidos, entonces no estoy de acuerdo. los indicadores muestran lo contrario; el �ndice de productos manufacturados se mantiene estable o est� probablemente creciendo, mientras que los �ndices que miden a Estados Unidos arrojan cifras descendentes. �sta es una consecuencia directa de trasladar la fuerza productiva al exterior.

General Motors, como se�alan constantemente los peri�dicos, est� cerrando unas 24 f�bricas aqu�. Pero en la letra peque�a se puede leer que est� abriendo otras, incluyendo una de alta tecnolog�a en la antigua Alemania del Este con un costo aproximado de 700 millones de d�Iares. �sta es una zona de alto �ndice de paro donde General Motors puede ahorrarse un 40% en salarios y quedarse con todos los beneficios.

Aparec�a una bonita historia en la portada de The Financial T�mes, en la que se aplaud�a la idea. Como dec�an, la General Motors ya no tiene que preocuparse por los mimados trabajadores de Europa Occidental. Ya pueden sobreexplotar a los trabajadores de Alemania del Este que han sido empujados a su tradicional papel de tercermundistas. Lo mismo est� sucediendo en M�xico, Thailandia etc.

- Las recetas para nuestra econom�a son parecidas �dejemos actuar al mercado�. Hay una exaltaci�n del libre mercado, que ya comienza a ser asumido como un mito: �corrige todos los problemas�. �Hay alternativas?

- Primero hay que separar la ideolog�a de la praxis, porque hablar en este momento de libre mercado es una broma. Al margen de los ide�logos, los acad�micos y la prensa, nadie piensa que el capitalismo es un sistema viable, y nadie lo ha pensado en los �ltimos 60 o 70 a�os.

Herman Daly y Robert Goodland, dos economistas del Banco Mundial, han difundido, recientemente, un interesante estudio. En �l se�alan que la teor�a econ�mica, la teor�a cl�sica en la que se suponen est�n basadas las principales decisiones en este �rea, dibujan el panorama de un oc�ano de mercado libre con peque�as islas firmemente enclavadas. Estas islas, por supuesto, no est�n internacionalmente aisladas, sino que est�n controladas desde el centro.

Pero no hay problema, porque no son m�s que peque�as islas en un oc�ano. Se supone que tenemos que creer que esos enclaves no son mucho m�s diferentes que la tienda de ultramarinos de la esquina.

Daly y Goodiand tambi�n sostienen que tales islas se est�n aproximando al tama�o de un mar. Un gran porcentaje del comercio fronterizo se realiza dentro de un solo enclave, por lo que es dificil denominarlo �comercio transnacional�. lo que s� existe en realidad son transacciones comerciales controladas centralmente por una mano muy visible que lo dirige, el entramado de las grandes corporaciones. Y hay que a�adir que el oc�ano soporta solamente una de las caracterizaciones, y adem�s parcial del libre comercio.

De manera que se puede afirmar que una de las alternativas al sistema de libre mercado es la que ya tenemos, porque a menudo no confiamos en el mercado, donde poderosos intereses pueden verse da�ados. Nuestra actual pol�tica econ�mica es una mezcla de proteccionismo, intervencionismo, libre mercado y medidas liberales. Y est� fundamentalmente dirigido a satisfacer las necesidades de aquellos que ponen en pr�ctica la pol�tica social, la mayor�a pertenecientes a los ricos y los poderosos.

Por ejemplo, Estados Unidos siempre ha tenido una pol�tica industrial p�blica muy activa. Es com�nmente aceptado que un sistema de empresa privada s�lo puede sobrevivir si se produce una intervenci�n estatal masiva. Es necesaria para regular la anarqu�a del mercado, y para proteger el capital privado de los efectos destructivos del sistema de mercado, y para organizar los subsidios p�blicos destinados a objetivos de la industria punta.

Pero nadie lo llama pol�tica industrial, porque a lo largo de medio siglo se ha enmascarado con el sistema del Pent�igono. lnternacionalmente el Pent�gono era una fuerza de intervenci�n, pero en casa la realidad es que era un m�todo mediante el cual el gobierno pod�a coordinar la econom�a privada, subsidiar a las principales corporaciones y apoyarlas, dirigir el dinero de los contribuyentes a la investigaci�n y desarrollo, facilitar una garantia estatal para controlar el exceso de producci�n, y seleccionar industrias para un ulterior desarrollo. Todos los �xitos de la industria norteamericanos se han basado en este apoyo gubernamental.

- En la conferencia de Littie Rock escuch� a Clinton hablar acerca de los problemas estructurales y de reconstruir las infraestructuras. Una participante, Ann Markusen, economista y autora del libro �Desmantelando la econom�a de la Guerra Fr�a� e intervino para se�alar los excesos del sistema del Pent�gono y los da�os y las distorsiones que ese sistema ha causado a la econom�a norteamericana. De forma que parece que hay alguna discusi�n sobre esos temas, lo que es algo que no me hubiera atrevido a aventurar antes.

- La raz�n es que no se puede mantener intacto el sistema del Pent�gono. Tienen que empezar a hablar de ello porque se le est� cayendo la m�scara. Es dif�cil conseguir ahora que la gente reduzca su nivel de consumo y frene sus deseos de que los fondos p�blicos no sean destinados a la industria de alta tecnolog�a con la excusa de que vienen los rusos.

O sea, que el sistema tiene problemas. Los economistas y los banqueros han estado clamando durante cierto tiempo que una de las principales razones por las que el actual receso es tan profundo es que el gobierno ha sido incapaz de proporcionar los recursos necesarios para incrementar los gastos militares, con todos sus efectos multiplicadores, el mecanismo tradicional de estimular la econom�a. Aunque est�n en marcha varias iniciativas para lograrlo, y seg�n mi opini�n las operaciones en Somalia suponen un gran esfuerzo de relaciones p�blicas del Pent�igono, ya no es posible continuar actuando como si nada hubiera sucedido.

Y hay otro factor a considerar. las restricciones de fondos p�blicos a la industria han sido destinadas a otros sectores, alejados de la industria basada en la electr�nica de la posguerra, y dirigidos ahora hacia la industria y el comercio basados en la biolog�a.

La biotecnolog�a, la ingenier�a gen�tica, la creaci�n de nuevas semillas y drogas, incluso el dise�o de nuevas especies, etc., est�n destinadas a proporcionar grandes beneficios a la industria. El enorme campo abierto es m�s importante que la electr�nica. En realidad si se compara la biotecnolog�a, que puede extenderse hasta la esencia de la vida, con la electr�nica, �sta queda reducida a una menudencia.

Pero es dificil disfrazar las aplicaciones del gobierno en estas �reas bajo la cobertura del Pent�gono. incluso si los rusos estuvieran ah�, amenazantes, ser�a dificil.

Existen diferencias entre los dos partidos pol�ticos sobre lo que debe hacerse. El de Reagan y Bush, m�s fan�ticos ideol�gicamente, es m�s reacio a una apuesta ilimitada. Son un poco m�s dogm�ticos. El de Clinton est� decididamente a favor. De hecho fue una de las principales razones por las que Clinton recibi� un apoyo significativo del mundo empresarial.

Tomemos la cuesti�n de las �infraestructuras� o �del capital humano�, una forma vulgar de decir que hay que mantener a la gente viva y permitirles tener una educaci�n. Por ahora el mundo empresarial es bien consciente de que existe un problema. The Wall Street Journal por ejemplo, era el m�s ardiente defensor de la pol�tica lun�tica de Reagan hace 10 a�os. Ahora est�n publicando art�culos en los que deploran las consecuencias, sin reconocer, por supuesto, su responsabilidad.

Publicaron un gran reportaje sobre el colapso del sistema educativo en California, sobre el que se mostraban muy negativos. los empresarios de la zona de San Diego hab�an confiado en el sistema p�blico para que les proveyera de trabajadores cualificados, gerentes en pr�cticas, investigadores especializados, etc. Ahora el sistema est� en bancarrota.

La raz�n es obvia, los grandes recortes en gastos sociales del presupuesto federal y las medidas fiscales y de otro tipo que han incrementado el d�ficit federal, apoyadas por The Wall Street Journal, simplemente se han dirigido a mantener a la gente viva y al funcionamiento de los Estados. �stos no son capaces de soportar la carga. Se encuentran con grandes problemas y han tratado de pasar la �patata caliente� a los ayuntamientos, que por cierto, tambi�n tienen considerables problemas.

Lo mismo es aplicable a los ricos que pueblan las zonas residenciales de Boston. les gustar�a subirse a sus limusinas y bajar al centro por una buena carretera. Pero est� llena de baches. Tambi�n les gustar�a pasear por la ciudad e ir al teatro sin que les apu�alen.

De manera que los ejecutivos est�n quej�ndose. Quieren que el gobierno retorne a su intervenci�n y que les facilite lo que necesitan. Esto supone una marcha atr�s en el fanatismo con que The Wall Street Joumal y otros medios han aplaudido la situaci�n durante los a�os anteriores.

- Hablar de ello es una cosa, �pero de verdad saben qu� hacer?

- S� creo que tienen una pista. Si se escucha a economistas listos como Bob Solow, que comenz� el debate en litfle Rock, te das cuenta de que tiene un pu�ado de bonitas ideas.

Lo que quieren hacer lo hacen abiertamente Jap�n y Alemania y cualquier econom�a funcional; b�sicamente confiar en las iniciativas gubernamentales que proporcionan las bases del beneficio privado. En la periferia de Jap�n, Corea del Sur y Taiwan por ejemplo, estamos asistiendo a una salida del modelo del Tercer Mundo, y una entrada en un modelo de sociedad industrializada a trav�s de una intervenci�n estatal masiva.

No solamente el Estado es suficientemente poderoso para controlar a los trabajadores, tambi�n es capaz de controlar al capital. Durante los a�os ochenta Am�rica latina tuvo un gran problema de evasi�n de capitales porque estaba abierta a los mercados internacionales de capital. Corea del Sur no tiene ese problema, existe la pena de muerte para ese delito. Como cualquier analista con sentido com�n, usan el mercado para atraer capitales, pero controlados por una direcci�n central.

Estados Unidos lo ha estado haciendo indirectamente a trav�s del sistema del Pent�gono, que es el paradigma de la ineficacia. Ya no va a funcionar tan bien como antes, de manera que a nuestros gobernantes les gustar�a ahora mantenerlo sin tapujos. la cuesti�n es si se va a poder hacer. Un problema es el enorme d�ficit que nos ha legado la administraci�n Reagan, federal, a nivel de Estado, local e incluso a nivel de ama de casa, lo que hace extremadamente dif�cil implementar programas constructivos.

- No hay capital disponible.

- En efecto. Probablemente eso form� parte intencionadamente del programa de Reagan de endeudarse y gastar.

- �Eliminar el cap�tal?

- Recuerdo hace 10 a�os, cuando David Stockman, director de la Oficina del Presupuesto en los primeros a�os de Reagan, fue despedido y mantuvo algunas entrevistas con el periodista econ�mico William Greider.

Entonces Stockman sostuvo que se trataba de poner coto a los gastos sociales, por el camino de la deuda. Pero siempre habr�a suficiente para subsidiar a los ricos. Aunque no se pod�a ayudar a las madres con hijos a su cargo; el dinero s�lo para los ejecutivos de las grandes empresas.

De cualquier forma el problema de la deuda, en lo que a su volumen se refiere, no deber�a ser un gran obst�culo. Ya hemos tenido d�ficits mucho mayores, no en valores absolutos, pero s� comparados con el Producto Interior Bruto. El monto total de la deuda esta sujeto a sus diferentes formulaciones estad�sticas. Se la puede revestir de distintos ropajes seg�n se formule. En cualquier caso no supone algo que no pueda ser solucionado.

La cuesti�n es �qu� se ha hecho con todo ese dinero? Si todo lo que se ha gastado en los �ltimos 10 a�os hubiese sido destinado a prop�sitos constructivos, infraestructuras o inversiones productivas por ejemplo, estar�amos de acuerdo. Pero, de hecho, los gastos han ido a parar al bolsillo de los ricos, o han estado destinados al consumo, lo que significa incrementar las importaciones, y por lo tanto el d�ficit comercial. A la manipulaci�n financiera o a pura especulaci�n. Todos, objetivos da�inos para la econom�a.

Y hay otro problema, un problema de �ndole cultural o ideol�gico. El gob�erno ha confiado durante a�os en el aparato propagandistico que negaba estas evidencias. Son otros los pa�ses que soportan intervenci�n gubernamental y gastos sociales, nosotros somos individualistas feroces. Por supuesto que la IBM no recibe nada del gobierno. Recibe y mucho, pero a trav�s del sistema del Pent�gono.

La propaganda oficial ha desatado la histeria sobre el tema de los impuestos, y eso que si nos comparamos con pa�ses similares estamos muy por debajo de ellos en este tema. Y tambi�n se ha dirigido contra la burocracia que se lleva parte de los beneficios, por ejemplo protegiendo a los trabajadores y los derechos de los consumidores. Claro est� que la burocracia que se dedica a subsidiar a la banca y a la industria es muy conveniente.

Al margen de la propaganda, la gente en este pa�s es realmente muy individualista, y no le gusta recibir �rdenes. No va a ser f�cil venderle una pol�tica industrial de ayudas y subsidios. Estos factores culturales son importantes.

En Europa existe una especie de contrato social. Ahora est� declinando pero ha estado impuesto durante largo tiempo por la fuerza de los sindicatos y la relativa debilidad de la patronal, que por razones hist�ricas no tiene la misma fuerza que aqu�. los gobiernos europeos velan por supuesto, por los intereses empresariales pero han tejido una importante red para el resto de la poblaci�n. Hay un sistema p�blico sanitario, unos servicios razonables, etc.

Nosotros no los tenemos en parte porque la clase trabajadora no ha tenido ni la misma fuerza ni la misma organizaci�n, y porque adem�s la patronal s� tiene una conciencia m�s clara y una organizaci�n m�s firme.

En Jap�n se dan casi los mismos resultados que en Europa, pero debidos fundamentalmente a una cultura de corte totalitario. La gente hace lo que se le dice. S�lo hay que decirles que bajen el nivel de consumo o que trabajen m�s y obedecen. Esto ser�a impensable aqu�. Por otra parte su nivel de vida es muy bajo si lo comparamos con el nivel de riqueza del pa�s.

- Dada la situaci�n econ�mica, deber�a ser una buena ocasi�n para que la Izquierda, el movimiento progresista, planteara propuestas concretas. Pero la izquierda parece atascada en una guerra de aniquilaci�n mutua, con un modelo de actuaci�n puramente reactivo. No toma iniciativas.

- Lo que la gente llama �la izquierda�, los movimientos pacifistas y de las libertades o lo que sea, se ha expandido enormemente a trav�s de los a�os. Pero son muy localistas. Se centran sobre problemas particulares y consiguen resultados.

Pero no tienen una visi�n m�s amplia o una estructura organizativa. La izquierda no puede fundirse con los sindicatos, porque �stos pr�cticamente ya no existen. Para desarrollarse es necesaria cierta estructura.

Pr�cticamente no existe una inteligencia de izquierda, es decir un grupo o clase diferenciado de intelectuales. Nadie plantea lo que debe hacerse, o est� disponible para dar charlas. La lucha de clases de las �ltimas d�cadas ha conseguido sus objetivos de debilitar a las organizaciones populares. La gente est� aislada.

Tambi�n debo decir que los problemas que debemos arrastrar son muy profundos. Siempre es bueno conseguir reformas. Ser�a magn�fico conseguir m�s dinero para los ni�os que pasan hambre. Pero hay otros problemas objetivos que nos encontramos si recorremos el pa�s.

Un problema fue amablemente planteado a la administraci�n Clinton por un arficulo de portada de The Wall Street Joumal el otro d�a. Se preguntaba que suceder�a si la administraci�n se tomara en serio su propia ret�rica, como la del gasto en programas sociales. Ojo, no va a suceder, pero �y si alguien se tomara en serio su propio discurso?

Estados Unidos est� en manos de la comunidad financiera internacional a causa de la deuda. Ellos tienen la llave de la pol�tica norteamericana. Si algo sucediera aqu� que no gustara a nuestros acreedores, por ejemplo que se incrementaran los salarios de los trabajadores y les disminuyesen los beneficios a corto plazo, podr�an retirarse del mercado de la deuda p�blica estadounidense.

Esto har�a subir las tasas de inter�s, lo que deprimir�a la econom�a, que a su vez elevar�a el d�ficit. The Wall Street Joumal se�alaba que el programa de gastos de Clinton de 20.000 millones de d�Iares, podr�a costarle al gobierno m�s de esa cantidad, ya que producir�a significativos cambios en la compra y venta de bonos de deuda p�blica.

De esta forma los programas sociales, incluso en un pa�s tan rico y poderoso como el nuestro, el m�s rico y poderoso de todos, est�n hipotecados a la comunidad financiera internacional. Estos son problemas que hay que resolver, y significan enfrentarse a cambios revolucionarios.

Se ha publicado que existe un debate en el seno de la administraci�n Clinton, con Laura Tyson y Robert Reich manteniendo posturas aparentemente enfrentadas, sobre la necesidad de proteger a los trabajadores norteamericanos. De acuerdo con las informaciones facilitadas, la posici�n de Reich consiste en que hay que protegerlos, no importando a quien pertenezca la empresa; la de Tyson consiste en protegerlos pero s�Io si la empresa esta radicada en Estados Unidos.

Todos estos debates asumen de antemano que son los inversores quienes tienen el derecho de decidir lo que vaya a suceder. De forma que las cosas hay que hacerlas lo suficientemente atractivas para que las acepten. Pero si son los inversores los que llevan la batuta, poco va a cambiar.

Es como tratar de cambiar el sistema proporcional de representaci�n popular u otro tipo de sistema representativo, usando el parlamento de un Estado totalitario como foro de discusi�n. las cosas pueden cambiar un poco, pero no significativamente.

Hasta que no se llegue a la fuente del poder, esto es, a los propios inversores, todos los cambios posibles son s�lo cosm�ticos, y s�lo pueden tener lugar de forma muy limitada. Si fueran demasiado lejos, los inversores tomar�an otro tipo de decisiones y nada se hubiera avanzado.

Desafiar el derecho de los inversores a decidir qui�n vive, qui�n muere, y c�mo se vive y se muere, significar�a un paso adelante en direcci�n a los ideales liberales, los verdaderos ideales liberales. Eso ser�a un cambio revolucionario.

- Me gustar�a introducir otro actor. Psicol�gicamente es mucho m�s f�cil criticar algo que proponer ideas constructivas. Aqu� juegan din�micas totalmente diferentes.

- Se ven cantidad de cosas que est�n mal. Se pueden proponer peque�os cambios. Pero para ser realista, los cambios sustanciales, los que alteran la direcci�n de los acontecimientos y propician problemas de �ndole diferente, requieren una profunda democratizaci�n de la sociedad y del sistema econ�mico.

Una empresa o una gran corporaci�n esconden un sistema interno de corte fascista. El poder est� en la c�spide. las �rdenes llegan hasta el escai�n m�s bajo. O se siguen las �rdenes o te vas.

La concentraci�n de poder en esas estructuras hace que cualquier iniciativa pol�tica o ideol�gica se vea constre�ida. No todo est� controlado al cien por cien, pero est� agudamente constre�ido. Esto son hechos.

La econom�a internacional impone otro tipo de limitaciones. No se pueden obviar estas caracter�sticas. Si alguien se preocupa de leer a Adam Smith en lugar de parlotear sobre �l, se dar� cuenta de que Smith sostiene que la pol�tica social est� basada en las clases sociales. Admiti� que se basaba en an�lisis de clase.

Si se estudia la materia con seriedad en la Universidad de Chicago, reducto de Milton Friedman y otros economistas de derechas, se aprende que Adam Smith denunci� el sistema mercantilista y el colonialismo porque estaba a favor del libre comercio. Esto es s�lo la mitad de la verdad. la otra mitad es que tambi�n dijo que el sistema mercantilista y el colonialismo eran muy beneficiosos para �los mercaderes y los manufactureros ... los principales arquitectos de la pol�tica�, pero perjudicial para los propios ingleses.

Para abreviar, era una pol�tica de clase la que trabajaba en favor de los ricos y los poderosos en Inglaterra. El pueblo ingl�s sufr�a las consecuencias. Smith se opon�a a esto porque era un brillante intelectual, pero lo reconoc�a. Si no se reconoce el fen�meno no se habita en el mundo real.


A qui�n beneficia el NAFTA y el GATT?
(NAFTA: North American Free Trade Agreement, lo que conocemos aqu� por TLC, Tratado de libre Comercio entre M�xico, EUU y Canad�. GATT: General Aqreement on Trade and Tariffs. Acuerdo General sobre Comercio y Tarifas. (N.T.))

- Antes usted ha mencionado que la General Motors hab�a trasladado una f�brica a M�xico. La empresa de fabricaci�n de m�quinas de escr�bir, Sm�th Corona, antes radicada en EEUU, ha hecho lo prop�o. Existe un ancho corredor de �maquitadoras�, plantas de ensamblaje, cerca de la frontera. All� la gente trabaja por cinco d�lares al d�a y existen unos niveles incre�bles de poluc��n, gases t�xicos, vertidos al agua, etc.

- Uno de los principales objetivos del pa�s ahora es el NAFTA. No hay duda que va a tener amplias consecuencias tanto para Estados Unidos como para M�xico. Se puede discutir sobre el tipo de efectos, pero es indudable que van a ser enormes.

Es seguro que tales efectos van a acelerar lo que se ha descrito anteriormente, el flujo de trabajo productivo a M�xico. All� existe una dictadura totalitaria y represiva, de manera que est� garantizado que los salarios van a seguir siendo bajos. Durante lo que se ha dado en llamar el �milagro econ�mico mexicano� de la �ltima d�cada, los salarios se han depreciado en un 60%. Los l�deres sindicales han sido asesinados. Si la Ford quiere despedir a toda su plantilla y alquilar fuerza de trabajo superbarata lo hace. Nadie puede evitarlo. La contaminaci�n carece de regulaci�n. Es un gran lugar para los inversores.

Uno puede pensar que el NAFTA, que incluye trasladar fuerza productiva a M�xico, puede mejorar las condiciones de vida de ambos pa�ses. Pero es muy improbable. Una raz�n es que la represi�n en M�xico imposibilita organizarse para luchar por mejoras. Otra raz�n es que el NAFTA inundar� M�xico con productos agr�colas norteamericanos.

Estos productos est�n todos obtenidos a base de grandes subsidios y cortocircuitar�n la agricultura mexicana. la gente abandonar� sus tierras y se calcula que unos 13 millones emigrar�n a la ciudad o a las zonas de maquitadoras, lo que conducir� a una nueva bajada de salarios.

Tambi�n los trabajadores norteamericanos deber�an recelar del acuerdo. Se perder�n cientos de miles de puestos de trabajo, o se bajar� el nivel de �stos. los que m�s lo van a sufrir ser�n los trabajadores hispanos y negros.

Pero realmente va a haber un buen per�odo para los inversores norteamericanos y sus socios adinerados mexicanos. Ellos, junto con los profesionales que trabajan a su servicio, son los que se van a beneficiar de este acuerdo.

- �Van el NAFTA y el GATT a institucionalizar y formalizar l�s relaciones entre el Norte, pr�spero, industrializado, formado casi en su totalidad por naciones del hemisferio septentrional, y el Sur, m�s pobre, menos industrializado, meridional?

- �sa es la idea. El NAFTA degradar� tambi�n el medio ambiente. Por ejemplo las corporaciones argumentar�n que las regulaciones ambientales violan los acuerdos del NAFTA. Esto est� ya pasando con las regulaciones del NAFTA que afectan a las relaciones econ�micas EEUU-Canad�. Sus efectos generales degradar�n los niveles de calidad de vida y aumentar�n los beneficios.

Es curioso observar c�mo se ha llevado el tema. La opini�n p�blica no ten�a la m�s m�nima idea de qu� estaba pasando. De hecho no pod�an saberlo. Una raz�n es que el NAFTA es secreto, es un acuerdo entre los gobiernos que a�n no ha sido hecho p�blico.

En 1974 el Acta de Comercio pas� por el Congreso. Una de sus resoluciones fue que el Comit� laboral Consultivo, que tiene su base en los sindicatos, ten�a que pronunciarse en cualquier acuerdo comercial. Obviamente el Comit� tiene que emitir su informe sobre el NAFTA, que es un acuerdo de los tres gobiernos y tiene que ser firmado por el Presidente.

A mediados de agosto del 92 se le notific� al Comit� que su informe deb�a estar listo el 2 de septiembre de ese mismo a�o. No obstante el texto se le entreg� apenas 24 horas antes de esa fecha. Ni siquiera pudieron discutirlo y menos escribir un informe m�nimamente serio.

Adem�s ese tipo de l�deres laborales son bastante conservadores, no son ese tipo de gente que se permite criticar al gobierno. Pero escribieron un informe bastante �cido. Dijeron que a pesar del poco tiempo de que hab�an dispuesto para estudiarlo, parec�a que iba a ser un verdadero desastre para los trabajadores, para el medio ambiente, para los mexicanos, y un chollo para los inversores.

El Comit� destac� que aunque los defensores del tratado manten�an que no perjudicar�a a muchos trabajadores americanos, quiz� s�lo a los no cualificados, su propia definici�n de �no cualificados� abarcaba al 70% de la fuerza productiva. Tambi�n rese�� que el Acuerdo hac�a un especial esfuerzo en garantizar el derecho a la propiedad, pero no aparec�an muchas menciones a los derechos de los trabajadores.

Tambi�n condenaba agriamente el desprecio a la democracia que hab�a supuesto recibir el texto con tan poca antelaci�n. Y qu� partes del Acuerdo segu�an siendo secretas.

El GATT es pr�cticamente parecido, nadie sabe de que va a no ser que sea un verdadero especialista en el tema. Y tiene un contenido que abarca m�s que el NAFTA. Uno de los aspectos sobre lo que se ha presionado m�s ha sido lo que denomina �derechos de propiedad intelectual�. Es decir, protecci�n para las patentes, software, grabaciones etc. Se trata de garantizar que la tecnolog�a del futuro permanezca en manos de las grandes corporaciones internacionales, para las que trabajan los distintos gobiernos mundiales.

Hay que asegurarse, por ejemplo, de que la India no pueda producir medicinas para su poblaci�n al 1O% de costo que las producidas por Merck Pharmaceutical, una empresa apoyada y subsidiada por el gobierno. la Merck utiliza extensivamente la investigaci�n proveniente de los laboratorios universitarios de biolog�a, que est�n apoyados y financiados por fondos p�blicos, y otras formas de intervenci�n gubernamental.

- �Ha podido estudiar los detalles de esos tratados?

- Bueno, ahora es te�ricamente posible conseguir un texto. Pero lo que he podido estudiar son los comentarios secundarios al texto, como el informe del Comit� Consultivo laboral, y el informe de la Oficina del Congreso de Asesor�a Tecnoi�gica, que es muy parecido.

Lo verdaderamente importante es que aunque usted o yo podamos obtener el texto, �qu� es lo que esto significa para el sistema democr�tico? �Cu�nta gente est� enterada de lo que se est� llevando a cabo? Seg�n lo que yo s�, el informe del Comit� y el hecho de que el Acuerdo fuera criticado por el Comit�, nunca ha aparecido en la prensa.

Acabo de regresar de un viaje de dos semanas por Europa, donde el GATT es un objetivo importante para la gente de los pa�ses de la Comunidad Europea. Est�n preocupados por el vac�o que se est� produciendo entre las decisiones del ejecutivo, que son secretas, y las instituciones democr�ticas, parcialmente democr�ticas, como los parlamentos, que cada vez son m�s incapaces de influir en las decisiones que se toman a nivel de Comunidad Europea.

- Parece que la admin�straci�n Clinton-Gore va a encontrarse en un grave problema. Apoya tanto el NAFTA como el GATT, pero al mismo tiempo, por lo menos ret�ricamente, habla sobre su compromiso con la protecci�n ambiental y la creaci�n de puestos de trabajo para los norteamericanos.

- Mucho me sorprender�a que se produjera un gran conflicto basado en esos problemas. Su t�rmino �ret�rico� es totalmente apropiado. Su compromiso es con las corporaciones radicadas en EEUU es decir con las corporaciones internacionales. Y �stas aprueban los t�rminos en que est� redactado el NAFTA, protecci�n especial para la propiedad, desprotecci�n para los derechos laborales, as� como los m�todos empleados para desregular la protecci�n ambiental. El acuerdo forma parte de sus intereses. Dudo que haya alg�n problema gubernamental a no ser que se ejerza una fuerte presi�n popular.

Los �milagros econ�micos� del Tercer Mundo y la alimentaci�n
- H�blenos de la econom�a pol�tica en el cap�tulo alimentarlo, su producci�n y distribuci�n, en el marco de las pol�ticas implementadas por el FMI y el Banco Mundial. Estas instituciones ofrecen cr�d�tos al Sur bajo estrictas condiciones: tienen que promover una econom�a de mercado, pagar estos cr�ditos en monedas fuertes e incrementar las exportaciones, como el caf� para que podamos tomar 'cappuccino' o carne para que nos atraquemos de hamburguesas, a expensas de la agricultura tradicional ind�gena.

- Lo ha descrito con todo detalle. Es tambi�n interesante mirar detenidamente los casos individuales. Tomemos Bolivia. Ha habido dictadores brutales y represivos, y una gran deuda exterior, todos los elementos caracter�sticos.

Occidente acudi� con todas las recetas del FMI; Jeffrey Sachs, experto de Harvard fue consejero del pa�s. Comenzaron a implementarse las t�picas medidas: estabilizaci�n monetaria, recortes de la producci�n destinada al consumo interno, etc. Funcion�. las cifras, las estad�sticas, arrojaban unos resultados satisfactorios. la moneda se estabiiiz�. la deuda se redujo. El Producto Nacional Bruto se incremento.

Pero subsistian algunos moscardones volando sobre la miel. La pobreza se increment�. la malnutrici�n tres cuartos de lo mismo. El sistema educativo se derrumb�. Pero lo m�s interesante es que lo que estabiliz� la econom�a fue la exportaci�n de coca, la planta. Ahora representa dos terceras partes de las exportaciones bolivianas.

Por supuesto los campesinos no sacaron gran provecho del �milagro�. T�mese a un campesino de cualquier pa�s, in�ndese sus tierras con productos agr�colas norteamericanos subsidiarios, probablemente importados a trav�s de un programa de ayuda como el de Alimentos para la Paz, y compru�bese si puede competir o subsistir. Se ha creado un panorama en que s�io se puede cultivar para la exportaci�n. El campesino no es idiota. Producir� el producto que rinda m�s, es decir coca.

Tampoco es que reciban ingentes cantidades de dinero por hacerlo, y se enfrentar� a las armas y los helic�pteros de la DEA, pero por lo menos podr� subsistir. Y el mundo se inundar� de coca.

Los beneficios van a parar a las mafias, o a los bancos neoyorquinos. Nadie sabe cu�ntos cientos de miles de d�lares procedentes de los beneficios del negocio de la coca pasan por los bancos de Nueva York o de sus filiales, pero sin duda, muchos.

Tambi�n reciben su tajada las compa��as qu�micas estadounidenses, que como es bien sabido, exportan los reactivos necesarios para la producci�n de coca�na en Am�rica Latina. De manera que hay montones de beneficios. Tambi�n supone un �pico� en las venas de la econom�a norteamericana. Y adem�s contribuye amablemente a la proliferaci�n mundial de drogas, incluido Estados Unidos.

En esto consiste el �milagro econ�mico boliviano�. Y no s�lo es este caso. Echemos una mirada a Chile. Ah� hay tambi�n un gran milagro econ�mico. La pobreza se ha incrementado desde un 20% en tiempos de Allende, recuerdas, el presidente asesinado por un golpe propiciado por EEUU, a un 40% ahora, tras el gran milagro. Y esto es as� pa�s por pa�s.

Estos son los tipos de consecuencias que se derivan de lo que se ha llamado apropiadamente �fundamentalismo del FMI�. All� donde se aplica, los e�ectos son desastrosos.

Pero desde el punto de vista de los que perpetran estas recetas los resultados son todo un �xito. Si se venden bienes p�blicos, se puede hacer una gran cantidad de dinero y recuperar el capital invertido en Am�rica Latina. El mercado lo est�i haciendo muy bien. Los negociantes y los profesionales est�n muy contentos. Adem�s son los que escriben los art�culos en la prensa, los que trazan los planes a seguir, etc.

M�todos id�nticos se est�n aplicando en Europa del Este. Est�n siendo destacados all� los mismos consejeros. Despu�s de que Sachs perpetrara el milagro econ�mico boliviano, se fue a Polonia y Rusia a ense�ar las mismas recetas.

Se oyen montones de elogios del proceso tambi�n aqu� en EEUU, ya que son una copia ampliada y exagerada de lo que est� pasando en nuestros lares. La gente adinerada lo est� pasando muy bien, pero la poblaci�n en general se enfrenta a un serio problema. Es suave si se compara con el Tercer Mundo, pero la estructura es la misma.

- Entre 1985 y 1992 la cifra de norteamericanos que pasaban hambre iba de los 20 a los 30 millones de personas. Y todav�a el novelista Tom Wolfe describi� los a�os ochenta como �uno de los momentos dorados que la humanidad ha experimentado�.

- Hace un par de a�os el Hospital Municipal de Boston, el que atiende a los pobres y al p�blico en general, no el sofisticado hospital de pr�cticas de Harvard, tuvo que crear una unidad de cuidados para la malnutrici�n, porque se estaban alcanzando niveles tercermundistas.

Gran parte de la enorme hambruna y malnutrici�n que se daba en EEUU se erradic� mediante los programas de la Gran Sociedad de 1960. A principios de los a�os ochenta el fen�meno remont� y ahora las �ltimas estimaciones cifran en unos 30 millones las personas que pasan hambre en EEUU.

Es mucho peor durante el invierno porque los padres tienen que tomar una ag�nica decisi�n entre alimentos o calefacci�n, y los ni�os mueren porque no tienen arroz que echar al agua que cuecen.

- El grupo World Watch dice que una de las soluciones para el problema del hambre es el control demogr�fico. �Apoya usted los esfuerzos de lim�tar el crecimiento demogr�fico?

- En primer lugar no existe un problema de escasez de alimentos. Hay un serio problema de distribuci�n. Dejando esto bien claro, creo que debeeia hacerse un esfuerzo por controlar el crecimiento demogr�fico. Hay una buena forma de hacerlo, mejorar las condiciones de vida.

La poblaci�n se est� reduciendo dr�sticamente en las sociedades industrializadas. la mayor�a no hace m�s que reemplazar su propia poblaci�n. En Italia por ejemplo, un pa�s industrializado tard�amente, la tasa de natalidad no llega a cubrir la tasa de mortalidad. Es un fen�meno t�pico.

- �Junto con la educaci�n?

- Por supuesto el control de la natalidad tiene que ir acompa�ado de un esfuerzo educativo. Estados Unidos ha jugado un papel terrible en esta materia. Ni siquiera ha destinado fondos a los organismos internacionales que se dedican a la educaci�n sobre el control de la natalidad.

Los �milagros econ�micos� del Tercer Mundo y la alimentaci�n > La fotog�nica operaci�n de Somalia
-�Representa la operaci�n 'Restaurar la Esperanza' en Somalia, un nuevo modelo de intervenci�n en el mundo de EEUU?

-No creo que pueda calificarse de intervenci�n. M�s bien es una operaci�n de relaciones p�blicas del Pent�gono. Es curioso observar c�mo ha sido preparada abiertamente. Colin Powell, el jefe de la Junta de Estado Mayor, declar� que iba a ser una gran operaci�n de relaciones p�blicas para los militares. Un editorial del Washington Post la describi� como una bonanza para el Pent�gono.

Los periodistas no pod�an dejar de observar qu� estaba pasando. Despu�s de todo, el Pent�gono llam� a las agencias y a las televisiones y les dijo �Mira, ten�is que estar en al playa a tal hora, con las c�maras enfocando hacia tal lado, y ver�is desembarcar a la Marina, va a ser precioso�. Nadie pod�a dejar de pensar que era una operaci�n de relaciones p�blicas. Hubiese sido una estupidez de gran calibre.

La mejor explicaci�n para la �intervenci�n� fue, en mi opini�n, la que apareci� en un �rticulo de The F�nancial Times el mismo d�a del desembarco. No mencionaba Somalia, trataba sobre la recesi�n en EEUU y de la dificultad de la recuperaci�n econ�mica.

Citaba a varios economistas de empresas dedicadas a inversiones y de diversos bancos, gente en suma preocupada por la econom�a. Llegaban al acuerdo de que la recuperaci�n es tan lenta porque el m�todo tradicional de est�mulo gubernamental, el sistema del Pent�gono, no pod�a usarse tan masivamente como en el pasado.

Bush lo dijo claramente en su despedida cuando explic� por qu� se interven�a en Somalia y no en Bosnia. En Bosnia podr�amos tener problemas serios. En Somalia la superioridad es aplastante. Suponemos que podemos manejar la situaci�n con unos 30.000 marines.

La hambruna peor ya ha pasado y los combates han cedido. (Han vuelto a recrudecerse porque ahora EEUU trata de implementar su pol�tica de intervenci�n cl�isica, para �provech�ndose de la coyuntura internacional, es decir bajo los auspicios de la ONU.) Hay buenas oportunidades para hacerse unas fotos. Uno espera que se ayude a los somal�es m�s que da�arles, pero eso no es lo importante. Lo importante es que forman parte de las relaciones p�blicas del Pent�gono.

La prensa tiene que hacer un buen trabajo, porque Somalia tiene un tenebroso pasado.

Estados Unidos fue el que apoy� y mantuvo en el poder a Siad Barre, una especie de gemelo de Saddam Hussein, desde 1978 hasta 1990, una historia bien reciente. �l destroz� el pa�s de arriba a abajo.

Destruy� las estructuras sociales y civiles, de hecho cre� las bases de lo que ahora est� sucediendo, y de acuerdo con la organizaci�n Africa Watch, mat� entre 50 o 60.000 de sus paisanos.

Estados Unidos estuvo respald�ndole. Sus fuerzas recibieron todo tipo de apoyo de Kenia, un fiel aliado de EEUU en la zona.

Estados Unidos se encontraba en Somalia por una raz�n espec�fica. Ten�a bases militares que formaban parte del sistema montado en la �poca de la Guerra del Golfo. No obstante, dudo que �sa haya sido la principal causa de la intervenci�n. Hay lugares m�s seguros y m�s estables para establecer bases militares. Lo que se necesitaba desesperadamente era hallar un m�todo de impedir que el presupuesto del Pent�gono siguiera bajando.

Cuando los comentaristas y la prensa dicen que Estados Unidos no tiene intereses en Somalia se equivocan. Tienen una visi�n muy estrecha de los acontecimientos. Mantener el sistema del Pent�gono es un inter�s de gran importancia para la econom�a norteamericana.

En un documento de la Marina publicado en septiembre de 1992 se manten�a que los militares tienen que cambiar su �mbito de actuaci�n, pasando de intervenir contra los amenazas a enfocar su actuaci�n �en los retos que se plantean en las diversas regiones del mundo� incluyendo �ayuda humanitaria y esfuerzos de reconstrucci�n en los pa�ses del Tercer Mundo�.

En realidad �sa ha sido siempre la cobertura usada por los militares para intervenir en el Tercer Mundo, Pero el presupuesto militar est� dedicado en realidad a la intervenci�n armada. De hecho, las fuerzas estrat�gicas nucleares son b�sicamente fuerzas de intervenci�n.

Estados Unidos constituye un poder global. Noe s como la Uni�n Sovi�tica, que sol�a intervenir en pa�ses fronterizos, donde ten�an una gran ventaja en fuerzas convencionales. Estados Unidos interviene en todos los sitios en el Sudeste Asi�tico, en Oriente Medio y en lugares donde no gozamos de esa ventaja. As�, tenemos que mantener una postura extremadamente intimidatoria para asegurarnos de que nadie nos plante cara.

Esa desventaja requiere un paraguas nuclear , unas armas estrat�gicas poderosas para intimidar a todo el mundo, de forma que las fuerzas convencionales puedan ser un instrumento del poder pol�tico. De hecho, casi todo el sistema militar, en su aspecto puramente militar, no econ�mico, est� dise�ado para intervenir. Pero a menudo, la cobertura usada ha sido la �reconstrucci�n nacional�. En Vietnam, en Am�rica Central siempre hemos prestado �ayuda-humanitaria�.

De forma que cuando el documento de la Marina se�ala que ahora tenemos una nueva misi�n se refiere a la misma historia, a la cobertura usada para intervenir. S�lo que ahora hay que enfatizarla m�s porque el pretexto tradicional, el conflicto con los rusos, ya no existe.

-�Qu� tipo de impacto va a projucir la �ntervenci�n norteamericana en Somalia? Un oficial nuestro describi� al pa�s como Dodge City y a nuestros marines como Wyatt Earp. �Qu� sucede cuando el sheriff abandona una ciudad?

-En primer lugar la descripci�n no tiene nada que ver con Somalia. Uno de los aspectos m�s sorprendentes de esta intervenci�n es que no hay inter�s por Somalia. Nadie que realmente supiera algo de este pa�s estuvo relacionado con los planes previos a la intervenci�n, y no hay nadie somal� implicado en las operaciones, por lo menos que yo sepa.

Desde que los marines han desembarcado han estado tratando con los llamados �se�ores de la guerra�, los mayores g�ngsteres del pa�s. Pero Somalia es un pa�s. Hay gente que lo conoce bien y que se preocupa por lo que sucede all�, solo que no tienen ni voz ni voto en esta operaci�n.

Uno de los expertos en el tema es una mujer somal�, Rakiya Omaar, que era directora ejecutiva de Africa Watch, un grupo que vela por los derechos humanos en la zona y que tiene su base en Washington. Ella se encargaba de la mayor�a del trabajo sobre derechos humanos, escrib�a cartas, etc., hasta la intervenci�n. Se opuso vigorosamente a la intervenci�n y la echaron de Africa Watch.

Otra persona que tiene mucho que decir sobre el tema es Alex de Waai, subdirector del mismo organismo. Renunci� en protesta por el despido de Rakiya. Adem�s de su trabajo en pro de los derechos humanos es un especialista en la zona. Ha escrito infinidad de arriculos y ha publicado en Oxford University Press el libro m�s importante sobre el hambre en Sud�n. Es decir, no s�lo conoce Somalia, conoce muy bien toda la zona. Y hay muchos m�s. Su an�ilisis es totalmente distinto del que hoy se ofrece en EEUU.

La mayor�a de las atrocidades cometidas por Siad Barre tuvieron lugar en la parte norte del pa�s, que hab�a sido una colonia brit�nica. La zona se estaba recuperando de los ataques de Barre, que estuvieron respaldados por EEUU, y se estaba reorganizando con eficacia y recibiendo la ayuda internacional. La sociedad civil estaba emergiendo, una sociedad tradicional con sus consejos de ancianos, etc., pero con nuevos grupos sociales asumiendo nuevos papeles. Por ejemplo grupos de mujeres.

La zona que se hallaba en una verdadera crisis era el sur. En parte se deb�a a la intervenci�n de las fuerzas del General Mohammed Hersi que estaban apoyadas por Kenia. Hersi, conocido por Morgan, es yerno de Siad Barre. Sus tropas as� como las del General Mohammed Fara Aidid y All Mahdi, eran las que estaban cometiendo las peores atrocidades. La situaci�n era un verdadero volc�n, en la que la gente empu�aba las armas s�lo para sobrevivir. Los saqueos eran constantes y hab�a una gran cantidad de peque�os g�ngsteres adolescentes.

Hacia septiembre-octubre, la regi�n estaba tambi�n recuper�ndose. A pesar de organizaciones como US Care, y de las extremadamente torpes operaciones de la ONU, otros grupos asistenciales como la Cruz Roja Internacional, Save the Children, o grupos m�s peque�os como American Friends Service Committee o Australian Care estaban consiguiendo hacer llegar la ayuda a sus destinatarios.

A principios de noviembre el 80% o 90% de la ayuda era entregada, y a finales de noviembre la cifra superaba el 95%. La raz�n es que se estaba trabajando en cooperaci�n con la sociedad civil somal�. En este meridional y apartado rinc�n de hambre y violencia las cosas estaban empezando a funcionar, de la misma forma que funcionaban en el norte.

Una gran parte del �xito se deb�a a las iniciativas del negociador de la ONU, el argelino Mohammed Sahnoun, que era muy respetado por todas las partes. Trabajaba en contacto con los grupos de ancianos y con los nuevos grupos sociales emergentes, especialmente con los grupos de mujeres, que estaban estructur�ndose con el resto de la sociedad bajo su actuaci�n, o al menos bajo su iniciativa.

Pero Sahnoun fue cesado por Butros Ghali porque hab�a criticado p�blicamente la incompetencia y corrupci�n de la actuaci�n de la ONU. Fue reemplazado por un iraqu�, que aparentemente ha conseguido bien poca cosa.

La intervenci�n norteamericana fue planificada para un poco despu�s de que se celebraran elecciones. La historia oficial es que fue decidida a finales de noviembre, cuando George Bush vio unas estremecedoras im�genes por televisi�n. Pero de hecho, periodistas norteamericanos pudieron ver en Baidoa a principios de noviembre a oficiales de marines vestidos de civil explorando la zona, y planeando d�nde iban a establecer su base.

Esto era m�s racional. Lo peor del a crisis ya hab�a pasado, la sociedad estaba recomponi�ndose, y se pod�a estar bien seguro del �xito del reparto de la ayuda porque de hecho ya estaba siendo correctamente repartida. Ya se pod�a enviar 30.000 marines. No habr�a mucho combate, porque la lucha no entraba en los primeros planes. De manera que no era en absoluto Dodge City.

Bush ten�a la posibilidad de hacerse la foto y dejar al siguiente que afrontara los problemas que se iban a plantear m�s tarde. Nadie se preocupaba de lo que pasaba en Somalia. Si la cosa sal�a bien, estupendo, aplaudir�amos nos besar�amos unos a otros y nos deshar�amos en autoalabanzas. Si se convert�a en un desastre, bueno, tendr�amos que actuar como en otras intervenciones desastrosas.

Despu�s de todo ten�amos una larga experiencia.La de Granada por ejemplo. Fue una intervenci�n humanitaria.Ibamos a salvar a la gente de la tragedia y a convertir la isla en lo que Reagan llam� un �escaparate de la democracia� o un �escaparate del capitalismo�.

Estados Unidos derram� ayuda a manos llenas. Granada tuvo la ayuda per c�pita mayor del mundo al a�o siguiente, a continuaci�n de Israel que es harina de otro costal. Y se convirti� en un desastre.

La sociedad se colaps�. Lo �nico que ahora funciona es el lavado de dinero proveniente de la droga. Pero nadie quiere enterarse. A las c�maras de televisi�n se les dijo que enfocaran hacia otro lado.

De esta forma si la intervenci�n de los marines resulta un �xito, lo que es probable, se le prestar� la debida atenci�n y nos desharemos en autoalabanzas sobre lo maravillosos que somos. Si se convierte en un desastre, no existe, el pa�s desaparece del mapa, olvid�moslo.

En cualquier caso, as� no podemos perder.

Esclavos contra esclavos
- Me gustar�a que hiciese algunos comentarios sobre los sucesos en la antigua Yugoslavia, el mayor estallido de violencia en Europa en los �ltimos 50 a�os, con decenas de m�les de muertos, y cientos de m�les de refugiados. No est� sucediendo en zonas remotas como Timor Or�ental, es en Europa, y sale todas las noches en los telediarios.

- En cierto sentido lo que est� sucediendo es lo que estaban pidiendo los sectores m�s derechistas de EEUU y Gran Breta�a. Desde 1940 hab�an criticado �vidamente el apoyo occidental a Tito y sus partisanos, en su lucha contra Mikailhovitch y sus chetniks y contra los croatas anticomunistas, incluidos los ustachis que fueron verdaderos nazis. Tambi�n los chetniks estuvieron coqueteando con los nazis, en su lucha contra los partisanos.

La victoria partisana impuso una dictadura comunista, pero tambi�n estableci� un marco federal. Suprimi� la violencia �tnica, que hab�a sido compa�era de los odios, y cre� las bases de un tipo de sociedad que funcionaba y en la que cada parte ejerc�a su papel. Ahora se ha vuelto a la situaci�n de los a�os cuarenta, pero sin partisanos.

Serbia es la heredera de los chetniks y de su ideolog�a. Croacia es la heredera de los ustach�s y de su ideolog�a, menos feroz que la nazi, pero similar. Es posible que ahora se conduzcan con mayor violencia que lo hubieran hecho en los a�os cuarenta, aun sin los partisanos.

Por supuesto el liderazgo de estos elementos proviene del partido comunista, pero por la raz�n de que cualquier canalla de esta zona se encontraba dentro del aparato de poder. Yeltsin, sin ir m�s lejos, fue un responsable del PCUS.

Es instructivo comprobar c�mo los elementos m�s derechistas de Occidente, por lo menos los elementos m�s honestos, defienden lo que est� pasando. Por ejemplo Nora Beloff, una reaccionaria comentarista brit�nica enviada a Yugoslavia, escribi� una carta al londinense The Economist en la que condenaba a aquellos que denuncian a los serbios de Bosnia. Mantiene que son los musulmanes los agresores. �stos hab�an rechazado convivir con los serbios, y �stos, a su vez, no hacen m�s que defenderse.

Esta comentarista hab�a sido una entusiasta de los chetniks desde hac�a mucho tiempo, de forma que ahora no hab�a raz�n para que no continuara apoyando la violencia chetnik. Pero tambi�n hay otro factor. Es una fan�tica sionista, y el hecho de que aparezcan los musulmanes en el conflicto los se�alaba a sus ojos como culpables.

- Algunos dicen que, as� como los aliados deber�an haber bombardeado la l�nea F�rrea que conduc�a a Auschwitz para evitar las matanzas en los campos de concentraci�n, ahora deber�amos bombardear las posiciones de la artiller�a serbia que rodean Saraievo y mantienen a la ciudad bajo sitio. �Def�ende usted el uso de la fuerza?

- En primer lugar, hay una buena oportunidad para entablar un debate sobre los efectos que hubiera tenido el bombardeo de la l�nea f�rrea que conduc�a a Auschwitz. Dejando eso de lado, me parece que un juicioso uso de la fuerza, no por fuerzas occidentales, sino por una fuerza multinacional o internacional, podr�a, en una etapa temprana, haber suprimido gran parte de la violencia y posiblemente haberia bloqueado. No s� si ahora servieia para algo.

Si fuera posible detener los bombardeos sobre Sarajevo amenazando con bombardear algunos emplazamientos, y quiz� convirtiendo en realidad la amenaza, creo que ser�a un argumento de peso a favor. Pero el �s� condicional� es demasiado grande. No es s�lo un problema moral, hay que preguntarse por las consecuencias, y �stas pueden ser muy complejas.

�Y si se extendiera la guerra a los Balcanes? Una consecuencia ser�a la agitaci�n de las fuerzas militares conservadoras dentro de Rusia. Est�n, de hecho, dispuestos a apoyar a sus hermanos eslavos en Serbia. Podr�an movilizarse en masa. Por cierto que esto forma parte de la tradici�n. Rep�sense las novelas de Tolstoy y compru�bese c�mo los rusos se internaron hacia el sur para salvar a sus hermanos eslavos de los ataques que estaban sufriendo. Ahora est� sucediendo de nuevo.

En este estado de cosas hay dedos suspendidos sobre los botones del armamento nuclear. Es completamente posible que un ataque contra los serbios, que se sienten la parte agraviada, pueda inspirarles a actuar contra Kosovo, la zona albanesa. Esto podr�a desencadenar una guerra a gran escala con Grecia y Turqu�a implicadas. No es sencillo.

�Y qu� pasar�a si los serbios de Bosnia, con el apoyo de Serbia y otras regiones eslavas, comenzaran una guerra de guerrillas? los �expertos� militares occidentales han sugerido que seria necesaria una fuerza de 100.000 hombres aproximadamente para controlar la zona. Probablemente es cierto.

- Hay que hacerse muchas preguntas sobre las consecuencias de una intervenci�n en la zona. Bombardear la artiller�a serbia parece simple, pero hay que preguntarse cu�nta gente va aacabar despu�s muerta. Repito, no es sencillo.

- Zeliko Ranziatovic, conocido por el sobrenombre de Arkan, un fugitivo buscado tras un asalto a un banco en Suecia, fue elegido para el parlamento serbio en diciembre de 1992. Su milicia, los Tigres, est�n acusados de matar civiles en Bosnia. Figura entre las 10 personas se�aladas en una lista del Departamento de Estado norteamericano de criminales de guerra. Arkan desprecia los cargos diciendo �que hay una gran cantidad de gente en los EEUU que yo podr�a incluir en una lista de criminales de guerra�.

- Bueno, eso es verdad. Seg�n los criterios establecidos en Nuremberg, hay una buena cantidad de gente en Occidente que podr�a ser incluida en una lista de criminales de guerra. Por supuesto, esto no le absuelve en absoluto.


La Tierra prometida
- Las condiciones de la alianza norteamericana-israel� han cambiado,�pero se ha producido alg�n cambio estructural?

- No ha habido ning�n cambio estructural significativo a pesar del acuerdo entre la OLP e Israel de septiembre de 1993. lo que ha sucedido es que la capacidad israel� de servir a los intereses norteamericanos, por lo menos a corto plazo, se ha incrementado.

La administraci�n Clinton ha dejado muy claro que va seguir la senda de total apoyo al r�gimen israel�, establecida por la anterior administraci�n de Bush. Clinton ha nombrado a Martin Indyk, anteriormente miembro del Comit� de Asuntos P�blicos Americanoisrael� -un grupo de presi�n-, para ocupar el despacho de Oriente Medio del Consejo de Seguridad Nacional.

Indyk preside un fraudulento instituto de investigaciones, el Instituto de Washington para el Estudio de Oriente Pr�ximo. Es sobre todo a ese �instituto� adonde se dirigen los periodistas que quieren publicar propaganda israel�, pero quieren hacerlo con ciertos visos de �objetividad� poniendo en boca de alguien de su personal lo que ellos querr�an decir sin tapujos.

Estados Unidos siempre ha mantenido la esperanza de que las llamadas radiaciones de paz, la alianza t�cita entre Israel y la familia de dictadores que gobierna los Estados petrol�feros del Golfo, se convirtiera de alguna forma en algo m�s s�lido y manifiesto. Y es comprensible.

No obstante hay un gran problema. los planes de Israel de tomar e integrar lo que deseen de los territorios ocupados, planes que nunca han cambiado, est�n enfrent�ndose a problemas objetivos. Israel siempre ha mantenido la esperanza de que a largo plazo una gran parte de la poblaci�n palestina fuera expulsada de sus territorios.

Se han hecho infinidad de maniobras con el fin de acelerar el proceso. Una de las razones por las que los israel�es han instituido un sistema educativo en la Franja Oeste, consist�a en su esperanza de que la gente con un nivel m�s elevado de educaci�n quisiera marcharse al no encontrar ninguna posibilidad de empleo.

Durante un largo per�odo de tiempo funcion�, un gran n�mero de gente se march�, pero ahora est�n de nuevo atascados con el problema de la poblaci�n. Esto va a causar enormes problemas, ya que Israel trata de quedarse con el agua y con la tierra cultivable. Y esto no va a ser f�cil.

- �Cu�l es el grado de obediencia de Israel a las m�s de 20 resoluciones del Consejo de Segur�dad de la ONU condenando su pol�tica?

- Es de una categor�a especial.

- �No hay sanciones, no se les obliga a cumplir las resoluciones?

- Ninguna. Tomemos una al azar, la resoluci�n 425 del Consejo de Seguridad de marzo de 1978. En ella se exig�a la inmediata e incondicional retirada israel� del L�bano. A�n sigue all�, aunque la exigencia fue reiterada por el Gobierno liban�s en febrero de 1991, cuando todo el mundo marchaba contra irak.

Estados Unidos bloquear� cualquier intento para cambiar las cosas. Del gran n�mero de resoluciones del Consejo de Seguridad vetadas por EEUU, muchas tienen que ver con las agresiones o atrocidades de los israel�es.

Tomemos, por ejemplo, la invasi�n del L�bano de 1982. Al principio Estados Unidos secund� la condena del Consejo de Seguridad. Pero unos pocos d�as m�s tarde vet� la principal resoluci�n del Consejo de Seguridad que llamaba a las partes a retirarse y parar los combates, y un poco m�s tarde vet� otra de contenido similar.

- Estados Un�dos ha respaldado las pocas y �ltimas resoluciones de Naciones Unidas sobre las deportaciones.

- Estados Unidos las ha respaldado pero ha limado convenientemente sus aristas. la pregunta crucial es �va a hacer algo al respecto Estados Unidos? Por ejemplo, EEUU respald� la resoluci�n del Consejo de Seguridad que condenaba la anexi�n de los Altos del Gol�n. Pero cuando lleg� el momento de actuar se neg�.

- Las leyes �ntemacionales trascienden a las leyes de �mb�to estatal, pero Israel mantiene que esas resoluciones no son apl�cables. �C�mo es que no son aplicables?

- De la misma forma que no son aplicables a Estados Unidos, que siempre ha sido condenada por la Corte Mundial. EEUU hace lo que le viene en gana, aunque por supuesto los peque�os Estados tienen que obedecer su dictamen.

Israel no es un Estado peque�o. Es un ap�ndice de una superpotencia mundial, de manera que hace lo que le permite Estados Unidos. Ellos le dicen: no tienes que obedecer esas resoluciones, ya que son nulas, de la misma forma que eran nulas cuando se condenaba a EEUU. Nosotros nunca hemos sido condenados por una resoluci�n del Consejo de Seguridad por la raz�n de que previamente nos hab�amos preocupado de vetarlas. Por ejemplo, la invasi�n de Panam�. Hab�a dos propuestas de resoluci�n en el Consejo de Seguridad que nos condenaba por la invasi�n. Vetamos ambas. Se pueden encontrar repetidos casos de resoluciones que no han conseguido la aprobaci�n del Consejo para condenar a Estados Unidos y que habr�an pasado si se hubieran referido a un pa�s indefenso. Y en la Asamblea General se toman resoluciones constantemente, pero no son condenas, son s�lo recomendaciones.

- Recuerdo una charla en Ramallah con Mona Rishmawi, una abogada de la organizaci�n de derechos humanos Al Haq. Me dijo que cuando actuaba ante los tribunales nunca sab�a si el fiscal israel� intentar�a condenar a sus clientes apelando a la ley de emergencia de la �poca br�t�n�ca, a la ley jordana, a la ley israel� o a la ley otomana.

- En sus propias leyes existen regulaciones de tipo administrativo, algunas de las cuales nunca han aparecido publicadas. Como cualquier abogado palestino puede testimoniar, el sistema legal de los territorios es una broma. No hay ley, s�lo pura autoridad.

La mayor�a de las pruebas est�n basadas en confesiones, y todo el mundo sabe lo que esto significa. Despu�s de 60 a�os, un veterano del Ej�rcito druso-israel� que hab�a confesado y hab�a sido sentenciado, pudo probar que era inocente. Entonces estall� el esc�ndalo.

Hubo una investigaci�n y el Tribunal Supremo estableci� que durante 60 a�os los servicios secretos le hab�an estado mintiendo. �stos, como todo el mundo sabe, han estado torturando a la gente pero negando ante el Tribunal que lo hab�an hecho.

Hubo un gran alboroto sobre el hecho de que estuvieran mintiendo al Tribunal Supremo �c�mo podemos tener un sistema democr�tico cuando se miente al Tribunal Supremo? Pero nadie se escandaliz� de la tortura, todo el mundo estaba al cabo de la calle.

Amnist�a Internacional entrevist� al juez del Tribunal Supremo Moshe Etzioni en Londres en 1977. le pidieron que explicara por qu� obten�an un porcentaje tan alto de confesiones entre los �rabes... Dijo, �es parte de su naturaleza�. �ste es el sistema legal israel� en los territorios ocupados.

- �Podr�a expl�car los t�rminos orwell�anos de �zona de seguridad� y �zona de amortiguac�on�?

�En el sur del L�bano? As� es como lo llama Israel y as� aparece en los medios de comunicaci�n.

- Israel invadi� el sur del L�bano en 1978. la invasi�n se enmarcaba en el clima creado por los acuerdos de Camp David. Era obvio que esos acuerdos iban a tener las consecuencias que tuvieron. Es decir, liberar a Israel para que pudiera atacar al L�bano e integrar los territorios ocupados, ahora que Egipto hab�a sido eliminado como factor de disuasi�n.

Israel invadi� el L�bano y lo mantuvo en su poder a trav�s de sus clientes, en esa �poca mediante la milicia del mayor Sa'ad Haddad, b�sicamente una fuerza mercenaria al servicio de los israel�es. Fue entonces cuando se dict� la resoluci�n 425 de la ONU, a la que me he referido un poco antes

Cuando Israel volvi� a invadir la zona en 1982 hab�a habido una buena dosis de violencia previa en la frontera, toda por cuenta de los israel�es. Hubo un alto el fuego, patrocinado por EEUU que la OLP respet� escrupulosamente, renunciando a las acciones que traspasaban la frontera. Israel por su parte, llev� a cabo miles de acciones provocadoras, incluyendo el bombardeo de objetivos civiles, para tratar de que la OLP interviniera y poder tener una excusa para la invasi�n.

Es interesante ver c�mo se relat� este per�odo en la prensa estadounidense. Todo lo que apareci� fueron relatos de bombardeos de la OLP a asentamientos israel�es, una parte tan s�io de la verdadera historia, y en el a�o previo a la invasi�n ni siquiera eso.

La verdad fue que Israel bombarde� e invadi� el norte del pa�s y la OLP no respondi� a los ataques. De hecho estaban buscando un acuerdo negado. El relato period�stico de los a�os precedentes era similar, como yo denunci� en reiteradas ocasiones, sin ning�n resultado, por supuesto.

Sabemos lo que sucedi� despu�s de que Israel invadiera L�bano. Fueron forzados a tomar esta determinaci�n por lo que denominaban �terrorismo�, o lo que es m�s apropiado, la resistencia de la gente que no estaba dispuesta a acobardarse. Israel tuvo �xito en inspirar un movimiento fundamentalista sin posibilidad de control.

Se quedaron en el sector sur, que empezaron a llamar �zona de seguridad�, aunque no hab�a ninguna raz�n para creer que ten�a algo que ver con la �seguridad�. Simplemente era la huella de Israel en el territorio. Ahora est� controlada por un ej�rcito mercenario, el Ej�rcito del Sur del L�bano, respaldado por el propio Ej�rcito israel�. Son brutales, y tienen unas eficaces salas de tortura.

No podemos conocer todos los detalles porque siempre se han negado a ser inspeccionados por la Cruz Roja Internacional o cualquier otro organismo. Pero se han llevado a cabo investigaciones por comit�s de derechos humanos, periodistas y otros grupos independientes, as� como de algunos grupos israel�es, que atestiguan su brutalidad. Hubo incluso un soldado israel� que se suicid� porque no pod�a soportar lo que estaba contemplando. Otros escribieron a su propia prensa para contar lo que estaba pasando.

El campamento principal es el de Ansar. Est� situado en la ciudad de Khiyam, como recordatorio de la matanza perpetrada all� por los israel�es en 1948. En 1978 la milicia de Haddad reaiiz� una nueva masacre bajo la mirada del Ej�rcito israel�, despu�s de a�os de bombardeos destinados a los pobladores libaneses que no quer�an �cooperar� con el Ej�rcito del Sur del L�bano.

En esto consiste la �zona de seguridad�.

- Israel deport� a grandes cantidades de palest�nos al L�bano entre 1970 y 1980. �Por qu� ha cambiado la actitud libanesa? �Por qu� se niegan ahora a aceptarlos?

- No hace mucho que se niegan. Si Israel deporta palestinos en helic�ptero y los abandona en las afueras de Sidon, L�bano no puede rechazarlos. Pero creo que esta vez Israel ha cometido un error t�ctico. La deportaci�n de los 415 �rabes-israel�es de diciembre del 92 va a traer graves consecuencias para ellos.

Seg�n la prensa israel�, esta deportaci�n en masa se realiz� al azar, una forma brutal de castigo colectivo. Le� en Ha'aretz, el principal peri�dico israel�, que la Shabak, la polic�a secreta, ten�a s�Io seis nombres de personas que pudieran comportar alg�n riesgo, y a�adieron uno m�s, el s�ptimo, cuando el gobierno laborista de Rabin les pidi� un mayor n�mero. Los otros 400 fueron a�adidos por el propio gobierno sin ninguna informaci�n policial.

De forma que no exisria raz�n alguna para creer que los deportados pertenecieran a Hamas, la organizaci�n isl�mica fundamentalista. De hecho Israel deport� a la pr�ctica totalidad de una facultad de cierta universidad isl�mica. La mayor�a era, pues, intelectuales, gente involucrada en programas de tipo social, etc.

Pero coger a este tipo de gente y llevarles a las monta�as del sur del L�bano, donde hiela en invierno y hace un calor espantoso en verano, no iba a quedar muy bien delante de las c�maras de televisi�n. Y eso es lo �nico que importa. Porque Israel no los va a traer de vuelta a no ser que reciba una gran presi�n internacional.

- He escuchado a Steven Solarz, antiguo diputado en el Congreso por Brooklyn, en la BBC. Dice que el mundo apl�ca un doble rasero: 700.000 yemen�es fueron expulsados de Arabia Saudita y nadie d�io una palabra, lo que es verdad; 415 palest�nos son deportados de Gaza y la Franja Oeste y todos se ponen a gritar.

- Todos los estalinistas dicen lo mismo: �mandamos a Sajarov al exilio y todo el mundo empez� a vociferar�. �Cu�l de estas barbaridades es peor? Siempre hay alguien que ha hecho algo peor. �Por qu� no usar el mismo principio con este imitador de Stalin? Adem�s hay una diferencia: los yemen�es fueron deportados a su propio pa�s, y los palestinos de su propio pa�s. �Reclamar�a Solarz que todos nos mantuvi�ramos en silencio, en el caso de que �l y su familia fueran deportados al desierto de M�xico ?

- La actitud de Israel hacia Hamas ha evolucionado con el paso de los a�os. �Al principio les favoreci�, no?

- No solamente les favoreci�, trataron de organizarlos y motivarlos. Israel estuvo apoyando activamente a los fundamentalistas si�nicos en los comienzos de la Intifada. Si hab�a una huelga de estudiantes en alguna universidad de la Franja Oeste, el Ej�rcito israel� a veces llevaba al lugar en autob�s a fundamentalistas para romper la huelga.

Sheikh Yaseen, un man�aco antisemita de Gaza y l�der de los Fundamentalistas isl�micos, estuvo protegido durante largo tiempo. Les gustaba. Yaseen proclamaba a voz en grito: �matemos a todos los jud�os�. Es algo que se repite en la historia. Ya hace 70 a�os Chaim Weizman dec�a: �el peligro para nosotros son los �rabes moderados, no los extremistas�.

Con la invasi�n del L�bano sucedi� lo mismo. Israel quer�a destruir a la OLP porque eran laicos y nacionalistas, y estaban haciendo un llamamiento para conseguir un acuerdo diplom�tico. �sa era la amenaza, no los terroristas. Los comentaristas israel�es han sido desde el principio muy francos en esta cuesti�n.

Israel sigue cometiendo los mismos errores, con los mismos previsibles resultados. En L�bano trataron de destruir la amenaza de la moderaci�n y se encontraron con Hezbdlah, los fundamentalistas respaldados por Ir�n. En la Franja Oeste trataron de repetir la jugada, y se dieron de bruces con Hamas, que est� organizando una guerrilla que lleva a cabo eficaces ataques contra su Ej�rcito.

Es importante se�alar lo terriblemente incompetentes que son los servicios secretos cuando tratan con personas y asuntos pol�ticos. Los servicios secretos cometen los errores m�s groseros, de la misma Forma que los �expertos�.

En una situaci�n de ocupaci�n o dominaci�n, el ocupante, el dominante, tiene que justificar lo que est� haciendo. S�Io hay una manera de hacerlo, convirti�ndose en un racista. Hay que denostar a la v�ctima. Una vez que te has convertido en racista rabioso en defensa propia, ya has perdido la capacidad de comprender lo que est� pasando.

Estados Unidos sigui� el modelo al pie de la letra en Indochina. Nunca pudieron comprender la situaci�n, hay excelentes ejemplos en los archivos. Y aqu� el FBI hace lo propio, cometen los errores m�s incre�bles, por razones similares.

- En una carta a The New York Times, el director de la L�ga Contra la D�famaci�n Abraham Foxman, escrib�a que el Gobierno de Rabin �estaba demostrando sin ninguna ambig�edad su compromiso con el proceso de paz� y asumiendo su papel de tirar del carro. �Israel es la �ltima parte que tiene que demostrar su deseo de paz� a�ad�a. �Cu�l ha sido la verdadera act�tud del Gobierno laborista de Rabin?

- Es perfectamente cierto que Israel quiere la paz. Tambi�n la quer�a Hitier. Todo el mundo quiere la paz. La cuesti�n es en qu� t�rminos.

El Gobierno de Rabin, exactamente como se predijo, endureci� la represi�n en los territorios ocupados. Esta misma tarde he estado hablando con una mujer que ha pasado los dos �ltimos a�os en Gaza desarrollando una labor humanitaria y de vigilancia de los derechos humanos. Ella cuenta lo que todo el mundo sabe, todo el mundo con cerebro, que tan pronto como Rabin accedi� al poder la cosa se puso mucho peor. EI es el hombre de mano de hierro.

Ciertamente el Likud tiene mejor �prensa� en los territorios ocupados que los laboristas. La tortura y los castigos colectivos acabaron con Beguin. S�lo hubo un breve per�odo negro cuando Sharon estuvo al frente, pero con Beguin las cosas mejoraron. Cuando los laboristas llegaron de nuevo al poder en 1984 volvieron a comenzar los castigos colectivos y la tortura, y un poco m�s tarde empez� la lntifada.

En febrero de 1989 Rabin les dijo a un grupo de dirigentes de Paz Ahora que las negociaciones con la OLP no significaban nada, eran un pretexto para permitir ganar tiempo y aplastar definitivamente a los palestinos. Y los aplastaremos, dijo, los reduciremos a ceniza.

No ha sucedido.

S� ha sucedido. la lntifada estaba apagada, muerta y Rabin la ha vuelto a prender con su propia violencia. Ha continuado con los asentamientos en los territorios ocupados, exactamente como hab�an vaticinado los que ten�an los ojos abiertos. Aunque hubo un cierto par�n ampliamente publicitario, estaba claro que era un fraude. Foxman lo sab�a. Estoy seguro que lee la prensa israel�.

Lo que detuvo Rabin fueron parte de los planes m�s delirantes de Sharon. �ste se dedicaba a construir casas por todas partes, incluso en lugares adonde no iba a acudir nadie, y que el pa�s no pod�a financiar. Rabin dise�� un plan de asentamientos m�s racional. Creo que la cifra correcta es de 11.000 nuevas viviendas.

Los laboristas tienen una pol�tica m�s racional que el Likud, y �sa es una de las razones de por qu� EEUU ha preferido siempre a los laboristas. Los dos hacen lo mismo, pero �stos lo hacen m�s tranquilamente, sin tanto alboroto. Son m�s modernos en sus orientaciones, sintonizan mejor con la hipocres�a occidental. Tambi�n son m�s realistas. En lugar de tratar de establecer siete zonas de asentamientos apuestan por cuatro.

Pero el objetivo es el mismo, instalar asentamientos que dividan Palestina. Conectar�n los asentamientos jud�os mediante una bueno red de carreteras que rodeen los pueblecitos �rabes de las cimas de las colinas. Se quieren asegurar que ninguna autonom�a local se convierta en el embri�n de un Estado independiente. Todo esto est� sucediendo y EEUU contin�a apoy�ndolo. (Como se ha encaraado de decir claramente Rabin en Washington durante la firma de los acuerdos de paz, de su paz. No habr� nunca un Estado)

- Cr�ticos del movimiento palestino han apuntado que lo que ellos llaman �Intrafada�, el hecho de que haya palestinos matando otros polestinos, pudiera justificar el control israel� y desleg�timar las aspiraciones palestinas.

- Volvamos la mirada al movimiento sionista. Ha habido una gran cantidad de jud�os muertos a manos de otros jud�os. Han matado a colaboradores, traidores y a gente que cre�an que eran traidores. Y no estaban bajo las extremas condiciones que sufren los palestinos. Como han apuntado muchos israel�es, los brit�nicos no eran estupendos, pero eran verdaderos caballeros comparados con nosotros.

La fuerza de defensa Haganah basada en el partido laborista, dispone de salas de tortura y de asesinos profesionales. Le� el relato del primer asesinato en la historia oficial de Haganah. Lo describ�a con gran claridad.

Sucedi� en 1921. Un jud�o alem�n llamado Jacob de Haan ten�a que ser ejecutado, ya que trataba de iniciar una aproximaci�n a los palestinos de la zona y comprobar c�mo iban a ser las relaciones entre �stos y los nuevos pobladores jud�os. Su asesinato fue asumido por la que ser�a la esposa del primer presidente de Israel. Dijeron que otra causa que lo hab�a motivado era su condici�n de homosexual.

Yizhak Shamir se convirti� en el l�der de la banda Stern asesinando al que estaba designado para ejercer ese papel. Por varias razones no le gustaba. Shamir le invit� a dar un paseo por la playa. Nunca volvi�. Todo el mundo sabe que Skamir le asesin�.

La Intifada comenz� a convertirse en un proceso autodestructivo bajo una tremenda represi�n, y las ejecuciones escaparon a todo control. Empez� a ser una manera de dirimir viejas rencillas y los g�ngsteres mataban a quien se les antojaba. Al principio estuvo perfectamente disciplinada, pero se convirti� en algo ca�tico, de asesinatos indiscriminados, algo que encandila a los israel�es. As� pueden se�alar lo locos que son los �rabes.

- Los �srael�es son una peligrosa vecindad.

- Cierto. Ayudan a que cualquier cosa se convierta en algo peligroso.


Gandhi, la no violencia y la India
- Nunca he he o�do hablar sobre Gandhi. Orwell escribi� sobre �l que �comparado con otros lugares pol�ticos de nuestra �poca, Gandhi ha dejado tras de s� un imborrable perfume�. �Cu�l es su punto de vista sobre el Mahatma?

- No me gustar�a aventurar opiniones sin un an�lisis previo m�s riguroso sobre sus hechos y sus logros. Hay cosas positivas, por ejemplo su �nfasis sobre el desarrollo de los peque�os pueblos, la ayuda mutua, y los proyectos comunales. Han sido una gran contribuci�n a la historia de la India. Impl�citamente suger�a un modelo de desarrollo que pod�a ser m�s humano y tener m�s �xito que el modelo estalinista que fue adoptado, que primaba la industrializaci�n, el desarrollo de la industria pesada, etc.

Realmente es necesario reflexionar acerca de sus discursos sobre la no violencia. Estoy seguro que casi todo el mundo est� a favor de la no violencia y en contra de la violencia, �pero bajo qu� condiciones y cu�ndo? �Es un principio absoluto?

- Ya sabe lo que Gancih� le dijo a Lewis Fisher en 1938 acerca de los jud�os en Alemania, que ten�an que haberse suicidado en masa, lo que hubiera �levantado al mundo y a las masas alemanas en contra de Hitler�.

- Le estaba haciendo una propuesta t�ctica, no de principios. No le estaba proponiendo que caminasen pacificamente hasta las c�maras de gas, en virtud del principio de la no violencia. Le estaba diciendo que si lo hac�an, podr�an mejorar el m�todo.

Si se divorcia esta propuesta de cualquier principio que se relacione con otros sobre la supervivencia de la gente, es posible que hubiera levantado al mundo en contra de los nazis de tal forma que el holocausto no hubiera tenido lugar. No lo creo pero no es totalmente imposible. Por otra parte, los jud�os europeos no ten�an mucho donde escoger en las circunstancias en las que se encontraban, que eran bochornosas a los ojos de todo el mundo.

- Orwell a�adi� que despu�s de la guerra Gandhi justific� sus posiciones diciendo que �los jud�os hubieran muerto de cualquier forma y podr�an haber muerto de manera significativa�.

- De nuevo esta formulando una propuesta t�ctica no un principio. Hay que preguntarse por las consecuencias que la acci�n que �l recomendaba hubieran podido tener. Esto es especular sin base ni evidencia. Pero si �l hubiera propuesto lo que usted se�ala antes del final de la guerra hubiera sido grotesco.

Lo que debe ser enfatizado es lo siguiente. �Mira, la gente desprovista de cualquier tipo de poder que es llevada al matadero no puede hacer nada. Por lo tanto corresponde a otros impedir que sea masacrado�. Aconsejarles sobre la forma en que deben ser sacrificados es poco edificante, por usar una expresi�n suave.

Se puede afirmar lo mismo sobre montones de cosas. Por ejemplo, sobre la gente que est� siendo torturada y asesinada en Hait�. Habr�a que decirles: �lo que tienes que hacer es dirigirte al carnicero y presentarle tu cabeza para que te la corte, y as� quiz� el mundo quiera enterarse�. Puede ser. Pero ser�a una idea mucho m�s positiva decir a las personas que est�n facilitando a los matarifes los cuchillos, que podr�an dedicarse a otra cosa.

Predicar la no violencia es f�cil. Se puede tomar en serio cuando lo dice alguien como Dave Dellinger, un pacifista y activista durante toda su vida, que se uni� a las v�ctimas en su sacrificio.

- La India est� plagada de movimientos separatistas. En Cachemira hay una confusi�n tremenda, est� militarmente ocupada por el Ej�rcito hind� y se producen asesinatos, detenciones y una conculcaci�n masiva de los derechos humanos.

Me gustar�a que comentara algo sobre la tendencia en el Tercer Mundo de culpar a los antiguos amos colonialistas de los problemas que asolan sus pa�ses hoy en d�a. Parecen decir �bien, la India tiene problemas pero es culpa de los brit�nicos, antes esto era un pa�s feliz�.

- Es dif�cil se�alar culpables de los desastres hist�ricos. Es como intentar se�alar al culpable de la salud de una persona previamente hambrienta y enferma. Existe una enorme cantidad de factores diferentes. Pongamos por caso que esa persona ha sido torturada, lo que sin duda ha tenido graves efectos. Pero cuando finallz� la tortura esa persona tuvo una dieta deficiente, llev� una vida disoluta y muri� por los efectos combinados de todo lo anterior. �se es el caso del que estamos hablando.

No hay duda de que el r�gimen imperialista que sufrieron fue un completo desastre. En la India, cuando los brit�nicos al principio de la conquista llegaron hasta Bengala, esa tierra era uno de los lugares m�s ricos del mundo. los brit�nicos mitad mercaderes mitad soldados lo describieron como un para�so. Esa zona se llama ahora Bangla Desh y Calcuta, los s�mbolos de la desesperaci�n y la falta de futuro.

Hab�a grandes �rea de cultivo que produc�an un algod�n extraordinariamente fino. Ten�an un sistema manufacturero avanzado para la �poca. Por ejemplo una firma india teji� una de las banderas del buque insignia de un almirante ingl�s durante las guerras napole�nicas. No fue tejida en las f�bricas inglesas, se teji� en las hind�es.

Se puede leer lo que sucedi� en los libros de Adam Smith, escritos hace 200 a�os. Smith deploraba lo que los ingleses estaban haciendo en Bengala. Como escribi�, primero destruyeron la econom�a agr�cola y luego �convirtieron la escasez en hambre�. Uno de los m�todos que usaron fue dedicar los campos de labranza al cultivo de la adormidera, ya que el opio era uno de los pocos productos que pod�an venderles a los chinos. Fue entonces cuando se produjo una enorme hambruna en Bengala.

Los brit�nicos tambi�n trataron de destruir, en las zonas de la India que controlaban, el sistema de manufactura existente. Empezaron hacia el a�o 1700 imponiendo duros aranceles a los productos indios para que no compitieran con los brit�nicos. Ten�an que paralizar su producci�n y destruir su industria textil ya que �stos contaban con considerable ventaja. Usaban un algod�n de mayor calidad y su tejido era comparable, si no mejor que el brit�nico.

Los ingleses tuvieron �xito. la India fue desindustrializada, y empujada a adoptar de nuevo una econom�a rural. Mientras la revoluci�n industrial se extend�a por Inglaterra, la India se estaba convirtiendo, de la mano de sus amos ingleses, en una econom�a pobre, agr�cola y rural.

Fue en 1846, cuando sus competidores hab�an sido pr�cticamente destruidos y los brit�nicos estaban a la cabeza del comercio mundial, cuando �stos descubrieron �el libre comercio�. Se hace preciso leer a los historiadores liberales ingleses, los grandes defensores del libre comercio, los amigos de James Hill lo ten�an muy claro. En esa �poca afirmaban �mira, lo que se est� haciendo en la India no est� bien, pero no hay otra soluci�n si queremos que sobrevivan los campos de Lancaster. Tenemos que destruir a nuestros competidores�.

Y as� lo siguieron haciendo. Podemos analizar caso por caso. En 1944 Nehru escribi� un libro bien interesante, El descubrimiento de la India, en una prisi�n brit�nica. En �l se manifestaba que si se observaba el control y la influencia de los brit�nicos en cada regi�n de la India, podr�a observarse c�mo se corresponde con su progresivo empobrecimiento. Cuanto m�s tiempo los brit�nicos estuvieron en una zona m�s pobre se converfia. La peor parte le toc� a Bengala, lo que hoy es Bangla Desh.

Se pueden seguir los mismos acontecimientos en Canad� y en Norteam�rica. Diezmaron a la poblaci�n. Esto lo mantienen no s�lo los pol�ticos de ahora; se puede corroborar en los escritos de los �padres fundadores�.

El primer secretario de Defensa, el general Henry Knox dijo que lo que los ingleses hicieron con la poblaci�n ind�gena era peor que lo que hab�an hecho los espa�oles en M�xico o Per�. Tambi�n afirm� que los futuros historiadores contemplar�an la destrucci�n de estos pueblos, lo que m�s tarde denominar�amos genocidio, y la pintar�an con tenebrosos colores.

Esto siempre se ha sabido. Tiempo despu�s de que John Quincy Adams, el padre intelectual del Destino Manifiesto, abandonara el poder, se convirti� en un adversario de la esclavitud y de la pol�tica contra los ind�genas. Mantuvo que ni �l ni sus compa�eros, se ver�an envueltos, en un crimen de exterminio de tal magnitud y que sin duda Dios les castigar�a por sus enormes pecados.

Am�rica Latina fue un caso m�s complejo, pero la poblaci�n inicial fue pr�cticamente destruida en poco m�s de 150 a�os. Mientras tanto, a los africanos se les arranc� de sus tierras para traerlos de esclavos. Esto contribuy� a devastar �frica antes del per�odo colonial, y as� se pudo llevar a cabo la conquista con m�s facilidad.

Despu�s de que Occidente saqueara los colonias a conciencia, lo que contribuy� a nuestro desarrollo, se instituy� un mal llamado neocolonialismo, unas relaciones que significan dominaci�n sin administraci�n directa. Despu�s de eso vino el desastre.

- Divide y conquistar�s.

Para continuar con la India, h�blenos de la pol�tica de divide y vencer�s del virrey brit�nico, que enfrent� a hind�es con musulmanes. Todav�a hoy pueden apreciarse los resultados.

- Naturalmente todo conquistador trata de enfrentar a unos contra otros. Por ejemplo, estoy pensando en que el 90% de las fuerzas que los brit�nicos usaron para controlar la India eran hind�es.

- Existe esa sorprendente estad�stica de que en la �poca de mayor apogeo del imperio brit�nico en la India, no hab�a m�s de 150.000 brit�nicos en la zona.

Esto sucede en todas partes. Fue cierto cuando las fuerzas estadounidenses conquistaron Filipinas, matando un par de cientos de miles de personas. Fueron ayudados por las tribus aut�ctonas, explotando en su favor los conflictos entre ellas. Hubo miles que se enrolaron en las tropas conquistadoras.

Pero dejemos por un momento el Tercer Mundo, contemplemos la conquista nazi de hermosos y civilizados lugares de la Europa Occidental como Holanda, B�lgica o Francia. �Qui�n se dedicaba a acosar a los jud�os? A menudo los propios habitantes. En Francia lo hicieron a m�s velocidad de lo que permiria la maquinaria nazi. los nazis utilizaron tambi�n a los jud�os contra los propios jud�os.

Si los rusos hubieran conquistado Estados Unidos, Ronald Reagan, George Bush, Elliot Abrams y el resto de esa banda probablemente hubieran colaborado con los invasores para mandar a parte de la poblaci�n a campos de concentraci�n. Tienen todos los rasgos precisos para hacerlo.

�se es el modelo tradicional. los invasores tratan siempre de usar a colaboradores para que les hagan parte de la tarea sucia. Juegan con gran naturalidad con las rivalidades existentes entre los distintos grupos para enfrentarlos unos contra otros.

Est� sucediendo ahora con los kurdos. Occidente est� tratando de movilizar a los kurdos iraqu�s para que destruyan a los kurdos turcos, que son de lejos el grupo m�s numeroso y m�s reprimido de esta etnia. Aparte de lo que podamos pensar de esas guerrillas, no hay duda de que gozan de considerable apoyo popular en el sudeste de Turqu�a.

Las barbaridades que han hecho los turcos con el pueblo kurdo no aparecen en la prensa occidental, ya que los turcos son nuestros aliados. En mitad de la Guerra del Golfo estuvieron bombardeando enclaves kurdos y cientos de miles de personas tuvieron que abandonarlos.

Ahora el objetivo occidental es utilizar a los kurdos iraqu�s para �restaurar la estabilidad� en Irak, es decir el sistema de dominaci�n occidental. Adem�s se est� tratando de utilizarlos para destruir a los kurdos turcos y asegurar el crecimiento e influencia de Turqu�a como potencia en la zona.

En octubre de 1992 hubo un vergonzoso incidente en el que se produjo una operaci�n de pinza entre el Ej�rcito turco y la guerrilla kurda iraqu� para destruir a los kurdos de Turqu�a.

Y sus l�deres junto con una parte de su pueblo est�n colaborando en el proceso porque pueden sacar algo positivo. Se puede entender la postura, no aceptarla, pero s� entenderla.

Han sido pueblos que han recibido palos desde todos lados. Si para sobrevivir tienen que agarrarse a un clavo ardiendo lo hacen. Si eso significa ayudar a destruir a sus propios primos al otro lado de la frontera lo hacen.

As� se conquistan zonas enteras. Siempre ha Funcionado as�. En la India tambi�n.

No es que la India fuera un lugar id�lico antes, no lo era, claro que el hemisferio occidental tampoco era una utop�a pacifista. Pero no hay duda que a casi todos los lugares a los que llegaban los europeos la violencia se incrementaba significativamente. Hay historiadores militares serios que no lo ponen en duda, y ya era evidente en el siglo XVIII. De nuevo puede leerse en Adam Smith.

Una raz�n es que Europa ya hab�a tenido su buena raci�n de violencia interna, lo que hab�a edificado una cultura de la violencia m�s importante que la propia tecnolog�a que era de menor rango.

La descripci�n de lo que hab�an hecho los europeos es monstruosa. Los comerciantes holandeses y brit�nicos, en realidad comerciantes guerreros, fueron a Asia, a zonas que hab�an estado funcionando perfectamente, con reglas establecidas. Eran zonas que podr�amos denominar de �libre comercio�.

Los europeos destru�an todo lo que encontraban a su paso. Y as� en todo el mundo, con pocas excepciones. Las guerras de los europeos eran guerras de exterminio. Si fu�ramos honestos podriamos describirlas como invasiones b�rbaras.

Los nativos nunca hab�an visto algo parecido. Los �nicos que pudieron defenderse durante cierto tiempo fueron China y Jap�n.

China ten�a la tecnolog�a y el gobierno necesario para sostener la defensa hasta el siglo XIX.

Jap�n pudo arregl�rselas para mantenerse inc�lume. Esto explica su posterior desarrollo econ�mico dentro del Tercer Mundo. Parece sorprendente, pero la �nica parte del Tercer Mundo que no fue colonizada ha sido la �nica capaz de industrializarse. No es una coincidencia.

Y este hecho viene refrendado por la historia de la propia Europa. las zonas que fueron colonizadas, como Irlanda, son las que han sufrido un mayor grado de tercermundizaci�n. Cuando la gente del Tercer Mundo maldice el imperialismo por sus consecuencias, tiene buenas razones para hacerlo.

Es interesante comprobar c�mo se contempla este fen�meno hoy en d�a en Occidente. El 7 de enero de 1993 hab�a un fant�stico articulo en The Wall Street Journal que criticaba la intervenci�n en Somalia. Estaba firmado por un miembro del Hoover Instituto de Stanford, Angelo Codevilla y ven�a a decir lo siguiente: el problema occidental es que sus intelectuales odian su propia cultura y reniegan del colonialismo. S�lo las civilizaciones de gran generosidad pueden asumir tareas tan nobles como el colonialismo, que trata de rescatar a los b�rbaros de todo el mundo de su miserable destino. los europeos fueron capaces de hacerlo, y por supuesto les report� enormes riquezas y beneficios. Pero esos intelectuales que abominaban de su propia cultura les obligaron a retirarse. El resultado est� hoy a la vista.

Realmente hay que remontarse hasta los archivos de los nazis para encontrar algo semejante. Aparte de la supina ignorancia, tan colosal que s�lo puede aparecer en un peri�dico poblado de �intelectuales�, el nivel moral es tan bajo que para encontrar parang�n hay que remitirse a los nazis. Y esto aparece en las p�ginas de opini�n de The Wall Street Joumal. Seguramente no levant� mucha cr�tica adversa.

Es tambi�n interesante leer los peri�dicos m�s derechistas de Inglaterra, Sunday Telegraphy Daily Telegraph cuando Rigoberta Mench� gana el Premio Nobel de la Paz. Estaban furiosos, especialmente su corresponsal en Centroam�rica. Su punto de vista era que, bueno, s� hab�a habido algunas atrocidades en la zona, pero, o hab�an sido cometidas por la guerrilla izquierdista, o eran una respuesta razonable de la sociedad bienpensante guatemalteca a las atrocidades de los marxistas. Vamos, que darle el Nobel de la Paz a una persona que ha estado torturando ind�genas durante tantos a�os, a Rigoberta Mench�!

Me es dif�cil reproducir esto. Hay que leer el original. De nuevo hay que remitirse a los archivos de los nazis o de los peores estalinistas para encontrar algo parecido. Pero son elementos t�picos de la cultura brit�nica o norteamericana.

La inmencionable palabra de cinco letras: las ra�ces del racismo.
- En todo el mundo, desde Los �ngeles a los Balcanes, desde el C�ucaso a la India, hay un resurgimiento del tribalismo, del nacionalismo, del fanatismo religioso, del racismo. �Por qu� en este momento?

En primer lugar recordemos que siempre ha estado presente. - De acuerdo, pero parece haberse recrudecido.

- Hay partes del mundo donde es m�s pronunciado. En Europa del Este. Toda Europa es muy racista, incluso peor que Estados Unidos, pero en Europa del Este es escandaloso. Esa sociedad siempre ha sido amargamente racista. Una raz�n por la que muchos de nosotros estamos hoy aqu�, en EEUU, es porque nuestros abuelos huyeron de eso.

Hasta hace un par de a�os Europa del Este estaba bajo una opresiva tiran�a, el sistema sovi�tico. �ste hab�a inmovilizado a la sociedad civil, lo que supon�a que hab�a suprimido lo que estaba bien, pero tambi�n lo que estaba mal. Ahora que esa tiran�a ha desaparecido la sociedad civil despierta de su letargo, con todas sus verrugas, que no son pocas.

En todo el mundo, pongamos �frica por caso, se cometen todo tipo de atrocidades. All� siempre las ha habido. Las peores fueron cometidas en los ochenta. Exactamente entre 1980 y 1988, Estados Unidos apoy� las salvajadas de Sud�frica que causaron mill�n y medio de muertos y 6.000 millones de d�Iares en p�rdidas, s�lo en la zona que hace frontera con Sud�frica.

Aqu� nadie se preocup� del asunto porque Estados Unidos apoyaba las acciones. Si se retrocede hasta los a�os setenta se puede observar la matanza de decenas de miles de personas en Burundi. Tampoco se preocup� nadie.

En Europa Occidental hay un incremento del regionalismo, que, en parte refleja el declive de sus instituciones democr�ticas. la gente est� tratando de preservar su identidad al observar el proceso de uni�n d� la Comunidad Europea y su conversi�n en un organismo supraestatal de toma de decisiones por parte de los grandes grupos econ�micos. Este proceso conduce al regionalismo, con aspectos positivos y negativos. Esto no es toda la historia, pero si una parte.

- Alemania tuvo la pol�tica de as�lo m�s liberal del mundo, y ahora quiere limitar las libertades p�blicas y prohibir los partidos pol�ticos.

- Se habla mucho sobre el racismo alem�n, y con raz�n. Por ejemplo, expulsar a los gitanos de vuelta a Rumania es un esc�ndalo inconcebible. Se les trat� como a los jud�os en el holocausto, pero nadie movi� un dedo, porque a nadie le importa un comino los gitanos.

Pero deber�amos recordar que est�n sucediendo otras cosas que tienen incluso menos publicidad. En Espa�a, por ejemplo. Se la admiti� en la Comunidad Europea con varias condiciones. Una era que deb�a establecer una barrera para proteger a Europa de las hordas del Norte de �frica, que algunos europeos tem�an que fueran a anegar sus pa�ses.

Se han producido cientos de actuaciones de la polic�a y la marina espa�olas para expulsar a la gente que consegu�a cruzar el estrecho y devolverles a su pa�s. Es terrible.

Por supuesto existen razones por las que los africanos tratan de llegar a Europa y no se dirigen hacia otra direcci�n; 500 a�os de razones. Pero est� sucediendo y los europeos se niegan en redondo a admitirlos. Quieren preservar su riqueza y mantenerla fuera del alcance de los pobres.

En Italia est� sucediendo lo mismo. la liga lombarda, que contiene una buena cantidad de elementos fascistas en su seno, gan� recientemente unas elecciones. No quieren mezclarse con los pobres del sur de su propio pa�s. Y mucho menos con los africanos que llegan a trav�s de Sicilia. Los italianos del norte no quieren pobres, quieren gente rica y blanca.

- Esto nos lleva a la cuesti�n de la raza y el racismo y c�mo intervienen estos conceptos en las relaciones entre el Norte y el Sur.

Siempre ha habido racismo. Pero se desarroll� como un principio de percepci�n y pensamiento en el contexto del colonialismo. Era comprensible. Cuando se tiene la bota sobre el cuello de alguien, hay que justificarlo. La justificaci�n sol�a consistir en su depravaci�n.

Esto es m�s sorprendente en el caso de pueblos muy parecidos entre s�. Echemos un vistazo a la conquista brit�nica de Irlanda, la primera de las conquistas occidentales. Fue descrita en los mismos t�rminos que la conquista de �frica. Los irlandeses eran una raza distinta. No eran humanos. No eran como nosotros. Hab�a que destruirlos.

- Algunos marxistas sostienen que el racismo es producto del sistema capitalista. �Acepta usted esta teor�a?

- No. Tiene que ver con la conquista, con la opresi�n. Si se est� robando a alguien, oprimi�ndole, dictando su vida, habr�a que ser muy singular para decir: �Mira, soy un monstruo. Hago esto por mi propio beneficio�. Ni siquiera Himmler lo diria.

Una t�cnica cl�sica de desarrollo de las creencias se relaciona �ntimamente con la opresi�n, bien se est� conduciendo a alguien a la c�mara de gas, o cobr�ndole de m�s en la tienda de la esquina. La reacci�n cl�sica es pensar que lo que se est� haciendo es a causa de su propia depravaci�n, para hacerle un bien.

Si es por su propia depravaci�n debe haber algo que le haga diferente de m�. La diferencia puede consistir en cualquier cosa que encuentre.

- Y �sa es la justificaci�n.

Entonces se convierte en racismo. Siempre se puede encontrar algo, el color del pelo o de los ojos, que son gordos o homosexuales. Se encuentra algo que sea lo suficientemente diferenciador. Por supuesto tambi�n se puede mentir.

Obs�rvese a serbios y croatas. No se pueden distinguir unos de otros. Usan diferente alfabeto pero la misma lengua. Pertenecen a distintas ramas de la Iglesia cat�lica. Esto es todo. Pero parte de ambos grupos est�n dispuestos a asesinar y destruir al contrario. No pueden imaginar tarea m�s elevada.

- Se supone que ideolog�a y propaganda son fen�menos de otras culturas. No existen en Estados Unidos. Al concepto de clase le sucede lo mismo. Usted lo ha llamado la inmencionable palabra de cinco letras .

- Es interesante comprobar como funciona. Las estad�sticas sobre calidad de vida, mortalidad infantil, esperanza de vida, est�n siempre compartimentadas por razas. Siempre demuestran que los negros tienen unos �ndices espantosos comparados con los de los blancos.

Pero Vicente Navarro, profesor en Johns Hopkins y estudioso de la salud publica, ha realizado un interesante trabajo. Decidi� volver a analizar las encuestas separando los factores de raza y clase. Por ejemplo analizaba a trabajadores negros y trabajadores blancos comparados con ejecutivos negros y ejecutivos blancos. Descubri� que muchas de las diferencias entre blancos y negros son diferencias de clase. Si se comparan a trabajadores blancos pobres con ejecutivos blancos, la diferencia es enorme.

Obviamente su estudio tenia mucho que aportar sobre epidemiolog�a y salud publica as� que lo env�o a las principales revistas medicas norteamericanas. Todas lo rechazaron. Entonces lo env�o a la revista mas prestigiosa del mundo en el tema, la brit�nica Lancet. La aceptaron sin problemas.

La raz�n estaba clara. En Estados Unidos no se puede hablar de diferencias de clase. De hecho, solo se le permite a dos grupos tener conciencia de clase. Uno es el mundo de los negocios, que es agudamente consciente. Cuando se lee la literatura que producen, se comprueba que esta pre�ada de temor a las masas; habla de su creciente poder y de la forma en que hay que defenderse de ellas. Es como una inversi�n vulgar del marxismo.

El otro grupo es el de los pol�ticos de altura del gobierno. Hablan de la misma forma, de como hay que preocuparse acerca de las aspiraciones del hombre com�n y de las masas empobrecidas que tratan de mejorar su condici�n y salir de su pobreza, alterando el clima econ�mico.

Ellos pueden tener conciencia de clase. Tienen un trabajo que hacer. Pero es extremadamente importante hacer creer al resto de la poblaci�n que no existen cosas como clases sociales. Todos somos iguales, todos somos americanos, vivimos en armon�a, trabajamos juntos, y todo es maravilloso.

T�mese por ejemplo el libro Mandato para el cambio publicado por Progressive Policy Institute, el cofre de donde salen casi todas las ideas de Clinton. Es un libro que se puede comprar en los quioscos de los aeropuertos, forma parte de la campa�a de Clinton. Tiene un cap�tulo dedicado a la econom�a empresarial que es la que va a superar las posiciones de izquierda y derecha.

Combate las viejas ideas liberales sobre el Estado de bienestar, ya se sabe, sobre los derechos de la poblaci�n y ayudcir a los madres a que alimenten a sus hijos, eso est� pasado. No vamos a seguir en la misma pol�tica caduca. Ahora se va a desarrollar una pol�tica econ�mica competitiva, se van a incrementar las inversiones y el crecimiento. A la �nica gente que queremos ayudar es c� los trabajadores y a las empresas donde trabajan.

Seg�n este cuadro todos somos trcibajadores. Hay empresas donde trabajar y queremos mejorarlas, de la misma forma que uno mejora una cocina, se compra una nevera nueva etc.

Pero se echa en falta a alguien en esta historia. No hay gerentes, no hay jefes, no hay inversores. No existen. S�lo hay trabajadores y las empresas donde trabajamos. Y lo que le interesa a la administraci�n es ayudar a la gente en sus empresas.

La palabra empresarios s�lo aparece una vez, creo. S�lo hay gente que ayuda a los trabajadores y ci las empresas donde trabajan. La palabra beneficios tambi�n ciparece s�lo una vez- No se c�mo consiguieron meterla a hurtadillas, es otra fea palabra, corno clase.

O tomemos la palabra empleo. Ahora se usa para denominar a los beneficios. Asi cuando Bush aterriz� en Jap�n con Lee lacocca y el resto de ejecutivos del sector del autom�vil, sus palabras m�gincas eran empleos, empleos, empleos". Era todo lo que iban buscando.

Ya sabemos cu�nto se preocupa Bush por el empleo. S�lo hay que mirar lo que ha sucedido durante su mandato, cuando el n�mero de parados o trabajadores en precario lleg� a 17 millones, habi�ndose registrado durante su presidencia un incremento de 8 millones.

Estaba creando las condiciones para exportar empleos. Debilitar a los sindicatos y bajar el nivel de vida. De forma que �qu� quiere decir cuando �l y los medios de comunicaci�n se desga�itan gritando �empleos, empleos, empleos�? Obviamente �beneficios, beneficios, beneficios�. Una manera de incrementar los beneficios.

La idea es pintar un cuadro para que la gente crea que todos somos una familia feliz. Somos americanos, tenemos un inter�s nacional, todos trabajamos juntos. Todos somos excelentes trabajadores, incluidas las empresas en las que trabajamos y al gobierno que trabaja para nosotros. Son nuestros servidores.

Y lo que aqu� existe puede aplicarse a todo el mundo. No hay conflictos, no hay distintas categor�as de personas, no hay estructura que trascienda al sistema. Por supuesto no hay clases. A no ser que se pertenezca a la clase dominante, en cuyo caso la conciencia de clase estar� bien establecida.

- �De manera que fen�menos ex�ticos como la opresi�n de clase y la lucha de clases s�lo ocurren en libros siniestros y en Marte?

- O en la prensa y la literatura econ�mica, donde no deja de escribirse sobre ellos. Existen ah� porque tienen que preocuparse sobre ellos.

- USA util�za el t�rm�no ��ste�. El bien conocido economista pol�tico e historiador Sam�r Amin dice que les concede demasiada Importancia. El prefiere el t�rmino �clase dominante�. Adem�s es mucho m�s reciente el t�rmino �la clase dominante�.

- La �nica raz�n por la que no utilizo el t�rmino �clase� es porque la terminolog�a del discurso pol�tico est� tan descentrada, tan desarraigada, que es dif�cil encontrar los t�rminos precisos. Esto forma parte del objetivo del propio discurso pol�tico, que sea imposible hablar. Adem�s la palabra clase provoca distintos tipos de asociaciones. En cuanto se pronuncia hay personas que se desmayan. Piensan: �Aqu� huele a marxista�.

Otro inconveniente es que se tiene que realizar un concienzudo an�lisis de clases, no se puede hablar s�lo de la clase dominante. �Son parte de la clase dominante los profesores de Harvard? �Y los editores de The New York Times? �Y los bur�cratas del Departamento de Estado? Hay una gran cantidad de distintas categor�as de personas. De forma que se puede hablar s�lo vagamente acerca del establishment o de las �lites o de los sectores dominantes.

Pero, estoy de acuerdo, no se puede obviar que existen agudas diferencias sociales basadas en hechos que, en �ltimo t�rmino, se enraizan en el sistema econ�mico. Se puede hablar de amos si se quiere. Son palabras de Adam Smith, y este autor est� nuevamente de moda. la �lite son los amos, que pretenden lo que �l llam� �la m�xima ruindad�, esto es, �todo para nosotros y nada para los dem�s�.

- Usted dice que esencialmente el concepto de clase trasciende al de raza.

- Sin duda. Por ejemplo Estados Unidos podr�a convertirse en una sociedad sin prejuicios de color. Es posible. No creo que vaya a suceder, pero ser�a perfectamente posible. Pero no cambiar�a el sistema de pol�tica econ�mica. De la misma forma que las mujeres han atravesado el hielo y esto no ha cambiado el sistema econ�mico en absoluto.

- �sta es una de las razones por las que normalmente se verifica que la clase dominante no tiene ning�n problema en apoyar las iniciativas tendentes a la supresi�n de la discriminaci�n sexual y racial. No importa demasiado. Se pueden perder algunos ejecutivos blancos masculinos, pero no importa siempre y cuando el sistema de dominaci�n permanezca intacto.

-Y se puede pagar menos a los mujeres.

- O se les puede pagar lo mismo. En Inglaterra aguantaron pacientemente 10 largos a�os con la Dama de Hierro en el gobierno. Peor incluso que Reagan.

- As� que para huir abundando en las zonas oscuras de la democracia l�beral, donde existe esta pir�mide control y dominaci�n, donde hay discriminaci�n de clase raza y sexo, existe la coerci�n, la fuerza.

- Proviene del hecho de que el poder objetivo est� concentrado. Reside en varios lugares, en el patriarcado, en el factor raza. Especialmente en la propiedad.

Si se piensa en la forma en que la sociedad funciona, se asemeja mucho a la que describieron nuestros �padres fundadores�. Como dijo John Jay, el pa�s deber�a ser gobernado por los que poseen, y los propietarios tienden a seguir la cita de Adam Smith, la �m�xima ruindad�. �se es el n�cleo de las cosas. Puede seguir existiendo incluso si cantidad de cosas cambian.

Por otro lado, son ciertamente peores otras formas de opresi�n. Para la vida de la gente el racismo y el sexismo puede ser mucho peores que la opresi�n de clase. Cuando un ni�o fue linchado en el sur del pa�s, ese suceso fue sin duda mucho m�s grave que los bajos salarios que se estaban pagando. De manera que cuando hablamos de las ra�ces del sistema de opresi�n, no puede cuantificarse en t�rminos de sufrimiento. El sufrimiento constituye una dimensi�n distinta que trata de evitarse.


Naturaleza humana y autopercepci�n
- �Se puede aprender el racismo o es algo con lo que se nace?

- No creo que ninguna de las dos posibilidades sea cierta. No hay duda de que la naturaleza humana es rica y compleja. No somos piedras. Cualquiera en su sano juicio sabe que gran parte de lo que somos viene gen�ticamente determinado, incluidos aspectos de nuestra conducta o actitudes. No hay duda.

Cuando se intenta ir m�s all�, y preguntarse sobre qu� es eso, se entra en un cap�tulo de ignorancia general. Sabemos que hay algo en la naturaleza humana que nos fuerza a que nos crezcan brazos, no alas y que va m�s all� de la pubertad, hasta la edad madura. Y ahora sabemos que la adquisici�n del lenguaje, o el sentido de la vista, son parte de la naturaleza humana en sus aspectos m�s fundamentales.

Cuando nos referimos a modelos culturales, sistemas de creencias o cosas parecidas, la opini�n del tipo que te encuentra en la parada del autob�s es tan correcta como la del mejor cient�fico. Nadie sabe nada. la gente puede especular pero en realidad no se sabe nada.

En este aspecto particular lo �nico que podemos hacer razonablemente por tanto, es especular. Creo que la que he subrayado puede ser una suposici�n razonable. No es que el racismo est� en nuestros genes. Lo que est� en nuestros genes es la necesidad de proteger nuestra propia imagen. Probablemente resida en nuestra naturaleza encontrar una forma de reconvertir lo que hacemos en algo que nos permita vivir con nuestros actos sin traumas.

Es lo mismo que sucede en la esfera social, incomparablemente mayor, donde funcionan las instituciones y los sistemas de opresi�n y de dominaci�n. la gente que esta al mando, que est� oprimiendo a otros, tiene que justificarse a s� misma. Se puede realizar de forma sencilla o sofisticada, pero tiene que hacerse. Es propio de la naturaleza humana. Una de esas consecuencias puede convertirse en racismo. Tambi�n puede convertirse en otra cosa.

Tomemos a los sofisticados. Uno de los gur�s intelectuales de los �ltimos tiempos en Estados Unidos es Reinhold Niebuhr. Se le ha llamado el �te�logo del sistema�. Ha sido reverenciado por los t�picos liberales de la era de Kennedy, por gente como Georges Kennan. Se le ha considerado como un maestro moral de las generaciones contempor�neas.

Es instructivo echar una mirada a las causas por las que ha sido tan exaltado. Tuve que estudiar su material una vez. Se supon�a que iba a haber un cap�tulo dedicado al tema en uno de mis libros, pero el editor pens� que iba a ser demasiado oscuro para el p�blico y no lo inclu�. Su nivel intelectual es incre�blemente bajo, es dif�cil permanecer serio durante su lectura.

Pero hay algo que lo hace llamativo, su concepto de la �paradoja de la gracia�. lo que viene a decir es que no importa lo bien que pretendas comportarte, al final siempre vas a causar da�o. Por supuesto es un intelectual, de forma que todo el concepto est� adornado de grandes palabras, pero al final lo que se deduce es s�lo eso.

Es realmente un consejo edificante para la gente que est� pensando en engrosar las filas del crimen. �No importa cu�nto te esfuerces en hacer el bien, siempre vas a causar da�o a otras personas. No se puede evitar�. Es una idea maravillosa para un padrino de la mafia. Puede hacer lo que quiera. Si hace da�o a alguien debe limitarse a exclamar: �Oh Dios m�o, la paradoja de la gracia�.

Esto explica porqu� Niebuhr era tan atrayente para los intelectuales norteamericanos de despu�s de la 1� Guerra Mundial. Se estaban preparando para arrastrar una vida de grandes cr�menes. Iban a ser los ejecutores o los apologetas de un per�odo de grandes conquistas globales.

Controlar el mundo significa obviamente arrastrar enormes cr�menes. Pero �no es magn�fico tener esa doctrina respald�ndonos?

Por supuesto que queremos ser bondadosos y humanos pero no podemos evitar la �paradoja de la gracia�.

Vuelvo a se�alar que si se es un intelectual, se puede revestir la teor�a de hermosos ropajes y escribir art�culos sobre ella, pero el mecanismo es bien simple.

Supongo que todo esto forma, si se quiere, parte de nuestra naturaleza. Pero no se puede teorizar tan groseramente; ni siquiera llega a ser una te�ria propiamente dicha. Todo el mundo sabe por propia experiencia c�mo es la naturaleza del ser humano, c�mo act�a y porqu�, si uno se para a pensar en ello. No es F�sica Cu�ntica.

- �Qu� me dice de lo que se ha denominado �la �tica de la competitividad�? �Hay alguna evidencia de que seamos competitivos por naturaleza? Muchos defensores del mercado libre y del capitalismo mercantil afirman que hay dar a la gente la pos�bilidad de competir ya que es algo consustancial.

- Existen ciertas condiciones en que la gente compite y ciertas condiciones en que la gente coopera. Por ejemplo supongamos en una familia en que la persona que traiga el dinero para alimentarla, �l o ella, pierda su trabajo, y no haya suficiente dinero para alimentos.

Probablemente el padre sea el individuo m�s fuerte. �Robar�a toda la comida a la familia y dejar�a que los ni�os mueran de hambre? Supongo que hay gente que lo hace, pero entonces se la encierra. En todas partes hay mentes patol�gicas. Lo normal es compartirla.

�Significa esto que no son competitivos? No. Significa que en esas circunstancias se comparte. Esas circunstancias pueden extenderse r�pidamente, por ejemplo pueden extenderse a toda la clase trabajadora. Es entonces cuando se producen per�odos de solidaridad entre los trabajadores, cuando la gente lucha junta para crear sindicatos y mejorar las condiciones de trabajo.

Y esto ocurre tambi�n en Estados Unidos. Recu�rdese la huelga de Homestead de hace un siglo, cuando Andrew Carnegie cerr� su acer�a a los trabajadores en huelga. Ese fue un per�odo de enorme rivalidad �tnica y racismo, dirigida fundamentalmente a los emigrantes procedentes de Europa del Este, h�ngaros y eslovacos. Pero durante ese conflicto lucharon codo con codo. Es uno de los pocos per�odos de armon�a �tnica. Todos luchaban juntos, los anglosajones, los alemanes y el resto de trabajadores.

D�jeme que le cuente una historia personal. Yo no soy particularmente violento, pero en el instituto aprend� boxeo. Para ello ten�amos que pelear con un amigo como sparring. Bien, despu�s de un rato de golpes, realmente quer�a hacer da�o a mi mejor amigo. Pod�a notar c�mo crec�a en m� el sentimiento de querer matarle.

�Significa esto que el sentimiento de matar es innato? En ciertas circunstancias surge ese deseo incluso con tu mejor amigo. Se dan circunstancias bajo las cuales este aspecto de la humanidad prevalece. Pero hay otras circunstancias en que prevalecen otros aspectos del g�nero humano. Si se quiere crear un mundo m�s humano, hay que cambiar las circunstancias.

- En todo esto �qu� grado de determin�smo juegan los condicionantes sociales? Pongamos que se es un ni�o que vive en Somalia en este momento.

- O un ni�o que vive a dos manzanas de aqu�, en Cambridge. El verano pasado un estudiante del MIT, Instituto Tecnol�gico de Massachussets, fue apu�alado y muerto por un par de adolescentes del instituto local. Estaban practicando un deporte singular: caminaban por el barrio y ten�an que encontrar a alguien. Entonces uno de los chicos ten�a que golpearle y derribarlo de un solo golpe. Si fallaba el otro chico le golpeaba a �l.

As� que estaban caminando y se encontraron con el estudiante del MIT. El chico que deb�a actuar en esta ocasi�n le derrib� de un solo golpe. Por razones desconocidas tambi�n le apu�al� y mat�. El chico no crey� que hubiera hecho nada especialmente atroz. Se fueron a un bar la polic�a los detuvo porque alguien los hab�a visto. No trataron de huir.

Estos chicos han crecido en Cambridge. No en la zona residencial, probablemente en un barrio de la periferia. No en un barrio de Somalia. No creo que los chicos de barrios m�s s�rdidos actuaran de igual forma.

�Significa que son diferentes gen�ticamente? No. Existe algo en su medio que hace que esta conducta sea aceptable, incluso natural. Cualquiera que haya nacido en un �rea urbana lo sabe y toma sus precauciones para no verse envuelto en tales incidentes.

Recuerdo que en mi infancia hab�a barrios vecinos donde te recib�an a pedradas si pasabas por all�. Se supon�a que no deb�as ir. Los chicos que defend�an esta postura cre�an que les asist�a todo el derecho del mundo. Estaban defendiendo su parcela.

�Ten�an acaso alguna otra cosa que defender?


Aqu� no puede suceder, verdad?
- Huey Long, un gobernador y senador populista por Lou�siano a principios de los a�os treinta, dijo una vez que s� el fascismo llegaba a este pa�s deber�a ser envuelto en una bandera norteamericana. Ya ha comentado algo sobre la tendencia al fascismo en �ste pa�s. Incluso ha llegado a citar a Hitler para explicar el �mbito familiar y el papel asignado a la mujer.

- La convenci�n de los republicanos, que afortunadamente pude evitar ver por televisi�n, pero que segu� en los peri�dicos, empez� a entonar los c�nticos que yo he estado estudiando desde sus inicios en los a�os treinta. Estudi� los discursos de Hitler a grupos de mujeres y a grandes multitudes. La ret�rica era muy parecida a la de la reuni�n �Dios y Patria� que se celebr� la primera noche de la Convenci�n republicana.

No me tomo esas similitudes muy en serio ya que el poder se encuentra firmemente asentado en las manos de las grandes corporaciones. Se puede permitir a estos furiosos fundamentalistas chillar sobre Dios, la patria y la familia, pero en realidad est�n bien alejados de los centros de toma de decisiones.

Qued� claramente demostrado seg�n se iba desarrollando la campa�a electoral. les dieron la primera noche para vociferar. Incluso se les facilit� el aparato del partido. Pero cuando comenz� la campa�a propiamente dicha, las aguas volvieron a su cauce.

Pero esta situaci�n puede cambiar. Cuando la gente se aliena y se queda aislada empieza a desarrollar actitudes irracionales y autodestructivas. Quieren algo en sus vidas. Tienen que identificarse de alguna forma. No quieren estar solamente pegados al televisor. Si se les niegan posibilidades constructivas, volver�n su mirada a otros enfoques.

Es un fen�meno que tambi�n se puede apreciar en las encuestas. Estuve estudiando el trabajo de un soci�logo norteamericano, publicado en Londres, en el que se comparaban las tendencias religiosas de la gente en varios pa�ses. las cifras eran sorprendentes. Las tres cuartas partes de la poblaci�n norteamericana cre�a en los milagros religiosos. El n�mero de los que cre�an en el diablo, en la resurrecci�n, en un dios que hace y deshace es igualmente espectacular.

Esas cifras no se repet�an en cualquier pa�s industrializado del mundo. Para encontrar algo semejante hay que dirigirse a las mezquitas iran�es o a las ancianas de Sicilia. �ste sigue siendo el perfil de la sociedad norteamericana.

Hace un par de a�os se realiz� una encuesta para determinar lo que la gente opinaba sobre la evoluci�n. El porcentaje de gente que cre�a en las teor�as de Darwin rondaba el 60%, no hay margen, pues, a ning�n error estad�stico significativo. Aproximadamente la mitad de la poblaci�n cre�a en la doctrina cat�lica de que Dios hab�a creado al hombre. El 40% pensaba que el mundo hab�a sido creado hace unos pocos miles de a�os.

De nuevo hay que dirigirse a una sociedad pretecnol�ica, o a sociedades profundamente agrarias para encontrar unos datos como estos. Esos son los sistemas de creencias que se impulsan en las reuniones tipo �Dios y Patria�.

El fundamentalismo religioso puede llegar a ser un fen�meno a tener muy en cuenta. Puede constituir la base de un movimiento de masas francamente peligroso. Los l�deres fundamentalistas no son est�pidos. Disponen de grandes cantidades de dinero, est�n organizados y se mueven en la direcci�n correcta, empezando por tomar el control de peque�as organizaciones locales donde es m�s dif�cil advertirlos.

En la �ltima elecci�n se produjo un fen�meno alarmante que lleg� a ocupar las portadas de los peri�dicos. En muchas partes del pa�s, fundamentalistas de extrema derecha se han presentado candidatos sin identificarse. No cuesta demasiado trabajo lormalizar la candidatura. la gente no prestar� demasiada atenci�n. No hay que decir qui�n eres realmente. Se aparece por ah� con una cara amable y una gran sonrisa diciendo: �Me voy a ocupar del futuro de tus hijos�. Mucha gente los votar�.

Muchos candidatos han sido elegidos a trav�s de las campa�as organizadas por las estructuras locales, una vez que se hicieron con su control. Esto lleva aparejado un cierto tipo de poder carism�tico a la persona que afirma �soy vuestro l�der, seguidme�. Es peligroso. Estamos avanzando hacia el pasado.

- Tambi�n se ha producido un gran incremento del fundamentalismo en los medios de comunicaci�n, especialmente en los electr�nicos. No se puede recorrer el pa�s sin advertirlo.

- Comenz� a�os atr�s. Recuerdo una vez viajando que puse la radio. En cada emisora que pude sintonizar hab�a un ministro fundamentalista predicando. Ahora es mucho peor y adem�s est� la televisi�n.


La paradoja de Hume
- Usted ha afirmado que desde 1776 el verdadero drama ha sido �el ataque sin tregua de los pocos pr�speros sobre los derechos de los muchos despose�dos�. Quisiera preguntarle sobre los �muchos despose�dos�. �Les quedan cartas por jugar?

- Ciertamente. Han salido victoriosos de muchas batallas. El pa�s es mucho m�s libre de lo que era hace 200 a�os. Por lo menos no tenemos esclavos. Es un gran cambio. La meta de Thomas Jefferson, un liberal de izquierda, era crear un pa�s �libre de sangre mestiza�, es decir sin indios de piel roja, sin negros; s�lo blancos anglosajones. Esto era lo que quer�an los liberales de izquierda.

No tuvieron �xito. Se desembarazaron de gran parte de la poblaci�n nativa, casi los �exterminan�, como se dec�a por aquella �poca, pero no pudieron deshacerse de los negros, y al cabo del tiempo tuvieron que incorporarlos de alg�n modo a la sociedad.

La libertad de palabra se ha extendido por todas partes. Ciento cincuenta a�os despu�s de la revoluci�n las mujeres pudieron votar. Los trabajadores acabaron por conquistar algunos derechos, despu�s de una sangrienta guerra en la d�cada de los treinta, con 50 a�os de retraso respecto a Europa. Se est�n perdiendo paulatinamente despu�s de esa fecha, pero la conquista se realiz� con intenci�n de que perduraran.

En muchos sentidos grandes grupos de la poblaci�n han sido integrados a un sistema de bienestar relativo y de libertad relativa, a menudo casi siempre fruto de la lucha popular. De manera que la poblaci�n en general dispone de cartas que jugar.

Esto es algo que el fil�sofo ingl�s David Hume se�al� hace un par de siglos. En su teor�a pol�tica se�alaba la paradoja de que en cualquier sociedad la poblaci�n se somete a los gobernantes, aunque la fuerza reside siempre en las manos de los gobernados.

Los gobernantes s�lo pueden dirigir un pa�s si controlan las opiniones, no importa de cu�ntos fusiles dispongan. Esto es as� incluso en las sociedades desp�ticas, o en las m�s libres. Si el pueblo no acepta las cosas, sus gobernantes est�n acabados.

Esta teor�a subestima el papel de la violencia, pero, no obstante, expresa realidades tangibles. Hay una batalla constante entre la gente que rechaza aceptar la dominaci�n y la injusticia y los que tratan de imponerlas.

- �C�mo quebrar el s�stema de adoctrinamiento y propaganda? Usted ha d�cho que es casi imposible hacerlo individualmente, que es necesario actuar colectivamente. �Qu� impide a la gente asociarse?

- Hay poderosos factores implicados. Todo el mundo vive dentro de un sistema cultural y social que tiene ciertos valores y ciertas oportunidades. Asigna costos a ciertas formas de acci�n y beneficios a otras. Se vive en �l, es inevitable.

Vivimos en un sistema que asigna beneficios a los esfuerzos que se dirigen a lograr ventajas individuales. Pongamos que soy el cabeza de familia, hombre o mujer. �Qu� hago con mi tiempo? Tengo 24 horas al d�a. Tengo ni�os a los que cuidar, y un futuro del que preocuparme. �Qu� hago?

Una posibilidad es dedicarme en exclusiva a mi jefe y ver si puedo obtener un d�lar m�s por hora. O quiz� pegar una patada en la cara a alguien que pase a mi lado; no hace falta hacerlo f�sicamente, existen mecanismos en la sociedad capitalista para hacerlo figuradamente.

Otra posibilidad es dedicar mis tardes a tratar de organizar a otra gente, lo que me llevar� a pasarlas en reuniones, formar parte de piquetes y sostener una larga lucha en la cual seremos golpeados por la polic�a y algunos perder�n su trabajo. Al final hemos conseguido reunir a cierta gente de forma que podamos decir que hemos alcanzado una peque�a victoria, que puede ser o no mayor que la que hubi�ramos conseguido siguiendo m�todos individualistas.

En determinados juegos, este tipo de situaci�n se llama el �dilema del prisionero�. Se puede tratar de presentar las cosas como si fueran �juegos�, es decir, tratar de provocar interacciones mediante las cuales cada participante gana m�s si otra persona participa colaborando contigo. Si la otra persona trata de maximizar su propio beneficio, pierde.

Voy a explicar un caso sencillo, el de ir en coche al trabajo. Puede llevar m�s tiempo ir al trabajo en metro que en coche. Si todos fu�ramos en metro y si se invirtiese en �l, en lugar de en carreteras, todos ir�amos en metro y m�s r�pidamente. Pero tenemos que ir todos. Si hay un sector de gente que sigue utilizando el coche, se seguir� invirtiendo en el transporte privado en lugar del p�blico.

Si todos nos empe�amos en hacer las cosas de otra forma, todos seremos los beneficiados. los costes que pueden suponer a una sola persona hacer que se trabaje en grupo pueden ser elevados. S�Io si mucha gente empieza a trabajar unida, y de manera seria, se pueden alcanzar importantes beneficios.

Este esquema ha funcionado en casi todas las luchas que se han llevado a cabo. Supongamos que se sea el chico negro de 20 a�os del Instituto de Atlanta en 1960. Se tienen dos opciones. Una consiste en decir: �Voy a intentar conseguir un empleo en otra parte. Quiz� alguien quiera contratar a un gerente negro. Ser� humilde y servil. As� puede que llegue a vivir en una casa de clase media�.

La otra ser�a afiliarse al SNCC, Comit� de Coordinaci�n de Estudiantes No violentos, un grupo que luchaba por los derechos civiles de los negros en 1960, en cuyo caso se corre el riesgo de ser asesinado. Con seguridad me difamar�n y golpear�n. Durante un largo periodo tendr� una dura existencia. Quiz� al final se consiga apoyo suficiente para que yo y mi familia vivamos mejor.

Es dificil tomar una decisi�n como la que adopt� este muchacho, dadas las alternativas posibles. La sociedad est� estructurada de forma que fuerza a los individuos a tomar decisiones de tipo individual. Es realmente significativo que muchos j�venes elijan la segunda opci�n, sufran por ello y ayuden a crear un mundo mejor.

- Usted ha apuntado que hay encuestas que se�alan que el 83% de la poblaci�n contempla el sistema econ�mico como �una desgraciada herencia�. Pero esto no se traduce en nada.

- S�io se traduce en algo si la gente esta dispuesta a hacer algo. Esto es as� tanto si se habla de asuntos generales, como esa pesada herencia econ�mica, como de cosas de menor rango.

Tomemos por caso la sanidad p�blica. En p�blico nadie reclama el sistema �canadiense�. Un sistema extendido por todo el mundo, un sistema de sanidad p�blica eficiente, organizado y estatal, que garantiza a todo el mundo la salud, y si est� mejor organizado que el canadiense, contempla tambi�n la salud preventiva.

Y de acuerdo con las encuestas dos terceras partes de la poblaci�n est� a favor, aunque apenas se oiga a alguien defenderlo. �Alguien toma medidas? No. Tiene que haber alg�n tipo de empresa sustentada por las aseguradoras que se toma las necesarias molestias para que nadie ponga en cuesti�n los enormes beneficios de las compa��as aseguradoras y la medicina privada.

S�lo hay dos maneras para conseguir el sistema de salud que la mayor�a de la poblaci�n desea. Una requiere movilizaciones populares de consideraci�n, lo que significa profundizar la democracia, algo que nadie en el poder desea, o que las grandes empresas decidan que este sistema es conveniente para ellas. Podr�a ocurrir.

El sistema actual, burocratizado y extremadamente incompetente, dise�ado para bene�iciar a un solo sector de las compa��as m�dicas privadas, puede estar da�ando los intereses de otros sectores. las aseguradoras del sector del autom�vil est�n pagando aqu� en concepto sanitario, m�s que en otros pa�ses. Lo saben. Podr�an presionar para conseguir un sistema m�s eficiente que rompa con el actual basado en el sistema capitalista.


Las p�ginas de opini�n y las amenazas de muerte
- El periodista canadiense David Frum le ha llamado �el gran chiflado norteamericano�. Creo que todo arranca de cuando Martin Peretz de New Republic le situ� �al margen de los l�m�tes de la responsabilidad intelectual�. Frum tambi�n dijo que �hab�a un tiempo que las p�ginas de opini�n de The New York Times eran su coto� �Me he perdido algo?

- Pues creo que tambi�n yo. Recuerdo que una vez The New York Times public� algo m�o. Creo recordar que fue en 1971. Fue en el per�odo en que las grandes corporaciones, y m�s tarde The New York Times decidieron que era mejor retirarse de Vietnam, porque nos estaba saliendo demasiado caro.

Testifiqu� ante el Comit� de Relaciones Exteriores del Senado. El senador Fulibright consigui� cambiar el rango del Comit� hasta reducirlo a un seminario. Estaba muy disgustado por la guerra y por la pol�tica exterior norteamericana de esa �poca. Me invit� a testificar, lo que me pareci� adecuado. Entonces fueron a publicar....

- Parte de su Intervenci�n. No fue un art�culo que usted hab�a escrito para el Times.

- Quiz� lo repas� un poco previamente, pero esencialmente era parte de mi testimonio ante el Comit�. �sa es la verdad, el Times public� parte de mi testimonio ante el citado Comit�.

- �Y en eso consist�a su �coto� en el New York Times? Y respecto a la secci�n de Cartas al Director, �cu�ntas le han publicado?

- Ocasionalmente cuando alguien me calumnia y las mentiras se publican en ese medio, escribo. Habitualmente no publican las cartas. Una vez, quiz� m�s, estaba tan furioso que me puse en contacto con un amigo que trabajaba all� para que ejerciera alg�n tipo de presi�n y se publicara mi respuesta.

Pero a veces, se limitan a rechazarlas. En la secci�n de cr�tica de libros de ese mismo peri�dico, se publicaron una buena serie de mentiras podridas sobre m� y los khemeres rojos. Escrib� una breve carta respondiendo y se negaron a publicarla. Me qued� estupefacto y volv� a escribir, y entonces si recib� respuesta. Me ofrec�an publicar una carta distinta, una que mereciera su aprobaci�n.

- David Frum no puede dejar de derramar alabanzas sobre su persona. Dijo que �sus puntos de vista son exactamente iguales a los que vende puerta por puerta Lyndon LaRouche y el Christic Institute�. Usted se vio envuelto en un serio incidente con los �Laruchitas� que ha mencionado en varias conferencias.

- Fue tan serio que fui amenazado de muerte. He estado realizando un estrecho seguimiento de ese grupo, en parte porque conoc�a a algunos de los chicos implicados, eran hijos de amigos personales.

El grupo surgi� de la huelga de la Universidad de Columbia de 1968. Originalmente se llamaba Convenci�n Nacional de Comit�s de Trabajadores, un grupo marxista de gente joven y seria que iban a vivir en barrios de clase trabajadora y a tratar de organizarlos. Puede gustar m�s o menos pero es algo perfectamente racional.

Este tipo, Lyndon LaRouche, que ha tenido otros 10 nombres m�s, era el gur�. Al principio parec�a el t�pico ex-trotskista. Al cabo de un cierto tiempo se pod�a advertir lo que estaba pasando. Los chicos hab�an renunciado a sus vidas, a sus carreras, y el �nico territorio que frecuentaban era el que les rodeaba. Su gur� empez� a introducir progresivamente teor�as absolutamente disparatadas en su ideolog�a. Lo hizo poco a poco.

A cada paso todos los componentes del grupo, chicos de 19 a�os, ten�an que tomar una decisi�n: �Voy a continuar con esto o voy a desperdiciar mi vida? Gran cantidad decidi� continuar adelante. En poco tiempo estaban vagando por la estratosfera. Las posiciones del grupo eran tan absurdas y perniciosas que no pueden siquiera describirse.

Entonces se volvieron violentos. Comenzaron lo que denominaron �operaci�n limpieza�. Iban a conquistar la hegemon�a en el sector de la izquierda, acudiendo a sus reuniones y pegando con un bate de b�isbol a los congregados. Al principio de la �operaci�n� nadie sab�a qu� hacer pero luego pensaron, vale, volveremos con unos bates de mayor tama�o.

Lo siguiente consisti� en montar una verdadera red de extorsi�n. Gran parte de los chicos pertenec�an a la clase media. La idea consist�a en acudir a sus padres y pedirles que dieran dinero a LaRouche, o se convertir�an en enemigos de la raza humana, fascistas objetivos, y nunca les volver�an a ver el pelo.

Esto dur� un tiempo. Empezaron a acerc�rseme algunos padres durante mis charlas. Recuerdo una pareja, �l ten�a una peque�a tienda no s� d�nde, y me contaron lo que les dec�an sus hijos. Me preguntaron qu� deb�an hacer.

Habitualmente no suelo dar consejos. Esta vez me dije si quer�is la verdad os dir� la verdad. Una semana m�s tarde recib� un mensaje que dec�a: �Nuestro Servicio de Inteligencia se ha enterado de que Vd. anda esparciendo rumores sobre el partido. Dispone de una semana para rectificar y librarse de los cargos�. Estaba Firmado por el Comit� del Servicio de Inteligencia de los Trabajadores, o algo por el estilo. Lo tir� a la papelera.

Poco despu�s, su peri�dico empez� a publicar una serie de enloquecidos ataques personales. El m�s gracioso fue un panfleto que sacaron para el Bicentenario, el 4 de Julio de 1976. Se titulaba Comandantes Terroristas. Aparec�an fotos de mi persona y de Mark Raskin. Era incre�ble. Se nos describ�a como agentes de la KGB, la CIA, la OLP, la reina de Inglaterra y el Instituto Tavistock y de cualquier otro organismo que, en ese momento, estuviera conspirando contra ellos. A�ad�an que est�bamos planeando poner bombas at�micas en las principales ciudades de Estados Unidos coincidiendo con el Bicentenario.

Consegu� otro muy parecido en agosto, un mes m�s tarde. Segu�an afirmando que en un mes m�s cometer�amos los atentados. Estaba en el parabrisas de mi coche, y ten�a a�adida una amenaza de muerte.

No voy a entrar en detalles de lo que sucedi� luego. Supe qui�n era el responsable y habl� con sus padres. No volv� a saber de ellos durante cierto tiempo. Luego comenzaron de nuevo.

Regresar al Contenido