�
� |
�
� por Noam Chomsky del Sitio Web BibliotecaVirtualNoamChomsky � �
Ten�a pocas ilusiones sobre las consecuencias. � La mano invisible, escribi�, destruir� la posibilidad de una existencia humana decente "a menos que el gobierno se esfuerce por impedir" este resultado, como debiera asegurarse en "toda sociedad mejorada y civilizada." �
Destruir�
la comunidad, el medio ambiente y los valores humanos en general - e incluso
a los amos mismos, motivo por el cual las clases negociantes han apelado
regularmente a la intervenci�n estatal para protegerse de las fuerzas del
mercado. �
En nuestros
d�as los amos son, cada vez m�s, las corporaciones y las instituciones
financieras supranacionales que dominan la econom�a mundial, incluyendo el
comercio internacional - un t�rmino dudoso para un sistema en el que algo
como un 40 por ciento del comercio de los EE.UU. tiene lugar dentro de
compa��as, centralmente gerenciadas por las mismas manos altamente visibles
que controlan la planificaci�n, la producci�n y las inversiones. � En la d�cada pasada la mayor parte de los pa�ses ricos han aumentado el proteccionismo, con los Reaganitas encabezando a menudo la cruzada contra el liberalismo econ�mico. � Estas pr�cticas, junto con los programas dictados por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han ayudado a doblar desde 1960 la distancia entre los pa�ses ricos y pobres. � Las transferencias de recursos de los pobres a los ricos ascendieron a m�s de 400 billones de d�lares desde 1982 a 1990, "el equivalente en d�lares actuales a unos seis Planes Marshall suministrados por el Sur al Norte," observa Susan George del Instituto Transnacional en �msterdam; anota asimismo que los bancos comerciales fueron protegidos mediante la transferencia al sector p�blico de sus cr�ditos irrecuperables. �
Como en el
caso de los S&Ls y de la industria avanzada en general, "el capitalismo de
libre mercado" ha de ser libre de riesgo para los amos, tan plenamente como
sea posible. � A mediados de 1992 hab�a m�s de 17 millones de trabajadores desempleados o subempleados informan los economistas del Instituto de Pol�tica Econ�mica Lawrence Mishel y Jared Bernstein - un aumento de 8 millones durante los a�os de Bush. Un 75 por ciento de esta cifra estaba constituido por p�rdidas permanentes de empleos. � De la ganancia limitada en riqueza total durante los 80, "el 70 por ciento correspond�a al 1 por ciento superior de los empleos remunerados mientras que el sector inferior de ingresos perd�a en su totalidad," seg�n el economista del MIT Rudiger Dornbusch. � Las estructuras de ejercicio del poder han tendido a fusionarse alrededor del poder econ�mico. El proceso contin�a. � En el Financial Times de Londres, James Morgan describe el "gobierno de facto del mundo" que est� form�ndose en la "nueva edad imperial":
Otra caracter�stica valiosa de estas instituciones es su inmunidad a la influencia p�blica. � La hostilidad de las elites contra la democracia tiene ra�ces profundas, comprensiblemente, pero ha habido una variedad de opiniones. En el extremo "progresista," Walter Lippmann alegaba que "el p�blico debe ser puesto en su lugar," de manera que los "hombres responsables" puedan gobernar sin la interferencia de "extra�os ignorantes e intrusos" cuya "funci�n" debiera limitarse a ser "espectadores interesados de la acci�n," seleccionando peri�dicamente en elecciones a miembros de la clase dirigente, para luego retornar a sus ocupaciones privadas. � Los reaccionarios estatistas llamados "conservadores" adoptaban t�picamente una l�nea m�s dura, rechazando incluso el papel de espectador. � De ah� la atracci�n para los Reaganitas de las operaciones clandestinas, la censura y otras medidas para asegurarse de que un estado poderoso e intervencionista no fuera molestado por la chusma. �
La "nueva edad imperial" marca un cambio
hacia el extremo reaccionario del espectro antidemocr�tico. �
La Comisi�n de Comercio Internacional de los EE.UU. estima que las
compa��as estadounidenses pueden ganar 61 billones de d�lares del Tercer
Mundo si las exigencias proteccionistas de los EE.UU. son satisfechas en el GATT (como lo son en el NAFTA), a un costo para el Sur que har� parecer
peque�o el inmenso flujo actual del Sur al Norte de capital resultante del
servicio de deudas. Tales medidas est�n predestinadas a asegurar que las
corporaciones establecidas en los � Se dedican doscientas p�ginas a reglas para asegurar un alto porcentaje de valor agregado en Norteam�rica (medidas proteccionistas que debieran ser aumentadas, alegan algunos oponentes estadounidenses del NAFTA). Adem�s, los acuerdos van mucho m�s all� del comercio (en realidad no se trata en gran parte en s� de comercio sino que, como hemos se�alado, de transferencias inter-compa��as). � Un objetivo primario de los EE.UU. es la liberalizaci�n de los servicios, que permita a los bancos supranacionales que desplacen a los competidores dom�sticos y eliminen as� cualquier amenaza de planeamiento econ�mico nacional y un desarrollo independiente. �
Los acuerdos imponen una mezcla de liberalizaci�n
y protecci�n, orientada a mantener firmemente la riqueza y el poder en las
manos de los amos de la "nueva edad imperial." � Para dar s�lo un ejemplo de c�mo se evit� un debate, tomemos el caso del Comit� Asesor Laboral (CAL) establecido por la Ley Laboral de 1974 para asesorar al ejecutivo en todo acuerdo laboral. � El CAL, que se basa en los sindicatos, fue informado de que su informe sobre NAFTA deb�a estar listo el 9 de septiembre. � El texto de este intricado tratado se les suministr� un d�a antes. � En su informe, el CAL indica,
La situaci�n en Canad� y en M�xico fue similar. Ni siquiera se informa sobre
los hechos. De tal manera, nos acercamos al ideal buscado hace tiempo:
procedimientos democr�ticos formales vac�os de todo sentido, mientras los
ciudadanos no s�lo no importunan en la arena p�blica sino que tienen apenas
una idea de las pol�ticas que influir�n en sus vidas. �
Aparte de alguna ret�rica limitada y de unas
pocas intervenciones de Ross Perot, ese hecho fue irrelevante para la
campa�a presidencial, igual como fueron la reforma de la salud y una
cantidad de otros temas en los que la opini�n p�blica permanece en su
mayor�a fuera del espectro de opciones consideradas por los "hombres
responsables." �
Una consecuencia probable es una
aceleraci�n de la migraci�n de las �reas rurales a las urbanas cuando los
productores mexicanos de ma�z sean eliminados por el negocio agr�cola
estadounidense, deprimiendo a�n m�s los salarios que ya han descendido
fuertemente en los �ltimos a�os y que probablemente permanecer�n bajos,
gracias a la severa represi�n que es un elemento crucial del tan celebrado "milagro
econ�mico" mexicano. � El NAFTA,
Semejantes desarrollos ya est�n ocurriendo en el marco del acuerdo de "libre comercio" entre EE.UU. y Canad�. Incluyendo esfuerzos que requieren que Canad� abandone medidas para proteger el salm�n del Pac�fico, que ajuste las reglas para pesticidas y el nivel de emisiones a aquellos est�ndares menos estrictos de los EE.UU., que termine con los subsidios para la reforestaci�n despu�s de aserrar y prohibir un plan de seguros de autos de un solo pagador en Ontario que costar�a cientos de millones de p�rdida de ganancias a las compa��as de seguro de los EE.UU. �
Mientras tanto Canad� ha acusado a los
EE.UU. de violar el "justo comercio" al imponer est�ndares de la Agencia de
Protecci�n del Medio Ambiente (EPA) sobre el uso de asbesto y al requerir el
uso de fibras recicladas en el papel de diarios. Tanto bajo el NAFTA como en
el GATT, hay opciones sin fin para socavar los esfuerzos populares por
proteger las condiciones de vida. �
Esto sigue
siendo una posibilidad si la coalici�n laboral, ecologista y de otros grupos
populares que ha estado pidiendo tales cambios gana suficiente apoyo
popular.
Alterado radicalmente para incorporar,
Pero el pa�s es s�lo un tema secundario para los amos, que juegan con otras cartas. Las reglas de su juego fueron reveladas por lo que el New York Times llam� "la Paradoja del 92: Econom�a D�bil, Ganancias Fuertes." �
Como entidad geogr�fica, "el pa�s"
puede declinar. Pero los intereses de los "arquitectos principales" de la
pol�tica ser�n "atendidos la manera m�s cuidadosa." � Una caminata por cualquier ciudad estadounidense da una cara humana a las estad�sticas sobre la calidad de la vida, la distribuci�n de la riqueza, la pobreza y el empleo. Y otros elementos de la "Paradoja del 92." �
La
producci�n ha pasado crecientemente a �reas de alta represi�n y bajos
salarios y ha sido dirigida a sectores privilegiados en la econom�a global.
Grandes partes de la poblaci�n se han vuelto superfluos para la producci�n y
tal vez incluso como mercado, no como en los d�as en que Henry Ford
comprendi� que no pod�a vender autos a menos que sus obreros fueran pagados
lo suficiente para poder comprar autos ellos mismos. � Ha abierto una planta de montaje de 690 millones de d�lares en Alemania Oriental, donde los empleados est�n dispuestos "a trabajar m�s horas que sus colegas mimados de Alemania Occidental," a 40 por ciento de los salarios y con pocos beneficios" como explica alegremente el Financial Times. � El capital puede moverse r�pidamente, pero la gente no puede, o aquellos que aplauden selectivamente las doctrinas de Adam Smith, que incluyen crucialmente "la libre circulaci�n de las fuerzas de trabajo," no le permite que lo haga. �
El retorno de gran parte de
Europa oriental a su tradicional papel de servicio ofrece nuevas
oportunidades para que las corporaciones reduzcan sus costos, gracias al "creciente
desempleo y el empobrecimiento de grandes sectores de la clase trabajadora
industrial" en el Este a medida que progresan las reformas capitalistas,
seg�n Financial Times. � Europa debe,
Debe aprender la lecci�n de Gran Breta�a, donde por fin,
Los trabajadores estadounidenses deben absorber
las mismas lecciones.
Este es el valor humano predominante, al que hay que subordinar todo lo dem�s. � Gray no objeta, desde luego, a la "interferencia gubernamental" del tipo que permite existir a su corporaci�n, un reto�o del sistema del Pent�gono. �
La ret�rica neoliberal
debe ser empleada selectivamente como un arma contra los pobres; los ricos y
los poderosos continuar�n bas�ndose en el poder estatal. � Debe capacitar a M�xico "para que solidifique sus notables reformas econ�micas," comenta Michael Alto, director de Estudios Econ�micos del Consejo sobre Relaciones Exteriores, refiri�ndose al "milagro econ�mico" para los ricos que ha devastado a la mayor�a pobre. � Puede eludir el peligro indicado por un Taller de Estrategia de Desarrollo Latinoamericano en el Pent�gono en septiembre de 1990, que opin� que las relaciones con el r�gimen mexicano eran "extraordinariamente positivas," no afectadas por elecciones robadas, escuadrones de la muerte, tortura end�mica, el tratamiento escandaloso de obreros y campesinos, etc., pero que ve�a una nube en el horizonte:
Como
siempre, la amenaza b�sica es una democracia que funciona. �
Estas
no son caracter�sticas necesarias de semejantes acuerdos, sino m�s bien
consecuencias naturales de los grandes �xitos logrados en los �ltimos a�os
en la reducci�n de la democracia a formas vac�as, de manera que la infame
m�xima de los amos pueda ser obedecida sin demasiada interferencia. �
� |
�