por Chris Hedges
14 Octubre 2013

del Sitio Web�TruthDig

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original en ingles

Los�ltimos d�as del imperiodan un amplio empleo y poder de los irresponsables, los locos y a los idiotas.

Estos pol�ticosy propagandistas de la corte, contratados para ser el rostro p�blico en el barco que se hunde, enmascaran el verdadero trabajo de la tripulaci�n, que est� robando sistem�ticamente a los pasajeros, el barco va hacia abajo.Los mandarines del poder est�n en la caseta ladrando rid�culas �rdenes y viendo cu�n r�pido que pueden armar los motores.�

Se pelean como ni�os por el tim�n del barco, a medida que el barco se dirige a toda velocidad hacia un gigantesco campo de hielo.Vagan por las cubiertas dando pomposos discursos.Gritan que el SS Estados Unidos es el mayor barco jam�s construido.Ellos insisten en que disponen de la tecnolog�a m�s avanzada y que encarnan las m�s altas virtudes.

Y entonces, con una repentina e inesperada furia, nos dirigimos cuesta abajo a las fr�gidas aguas.

Los �ltimos d�as del imperio son� carnavales de locura.Nos encontramos en medio de los nuestros, sumergi�ndonos hacia adelante como la corte de nuestro l�deres en el mismo voluntario suicidio econ�mico y ambiental.Sumeria y Roma cayeron as�.Lo mismo hicieron los imperios otomano y austro-h�ngaro.

Hombres y mujeres de impresionante mediocridad y depravaci�n guiaron las monarqu�as de Europa y Rusia, a las v�speras de la Primera Guerra Mundial y Estados Unidos, en su propia decadencia, ha ofrecido su parte de debiluchos, imb�ciles y est�pidos para guiarlos a la destrucci�n.

Una naci�n� todav�a basada en la realidad nunca glorifica a charlatanes como,

  • el senadorTed Cruz

  • el Presidente de la C�maraJohn Boehner

  • el vocero deNewt Gingrich,

...mientras contaminan las ondas a�reas.

Si tuvi�ramos alguna idea de lo que realmente nos est� ocurriendo a nosotros, nos hemos alzado en furia contraBarack Obama, cuyo legado ser� la completa capitulaci�n ante las exigencias de,

Nos habr�amos unido en torno a esos pocos, tales comoRalph Nader, quien denunci� un sistema monetario basado en el juego y la impresi�n sin fin de dinero y conden� la voluntaria destrucci�n de los ecosistemas.Nos habr�amos amotinado.Habr�amos tra�do de vuelta el barco.

Laspoblaciones de los moribundos imperiosson pasivas porque son comedores de lotos.�

Hay una narc�tica enso�aci�n como entre aquellos dispar�ndose hacia el olvido.Se refugian en el sexo, el mal gusto y la locura, refugios que son moment�neamente placenteros pero que aseguran la autodestrucci�n.Ellos conf�an ingenuamente que todo va a funcionar.

Como especie,Margaret Atwoodobserva en su dist�pica novela �Oryx y Crake�,

"Estamos condenados por la esperanza."

Y promesas absurdas de esperanza y gloria son infinitamente servidas por la industria del entretenimiento, la �lite pol�tica y econ�mica, la clase de cortesanos que se hacen pasar por periodistas, los gur�s de autoayuda como Oprah y sistemas de creencias religiosas que aseguran a sus seguidores que'Dios'siempre losproteger� aellos.�

Es un autoenga�o colectivo, un refugio en el pensamiento m�gico.

"As�, el ciudadano norteamericano vive en un mundo donde la fantas�a es m�s real que la realidad, donde la imagen tiene m�s dignidad que el original,"� escribi� Daniel J. Boorstin en su libro "La Imagen: Una gu�a para Pseudo-Eventos en Estados Unidos."

"Apenas nos atrevemos a enfrentarnos a nuestro desconcierto, porque nuestra experiencia ambigua es tan gratamente iridiscente, y el consuelo de la fe en la realidad artificial es tan completamente real. Nos hemos convertido en accesorios dispuestos en los grandes enga�os de la era. Estos son los enga�os que nos jugamos a nosotros mismos."

Cultura y� alfabetizaci�n, en la etapa final de decadencia, son sustituidas por las ruidosas diversiones y vac�os clich�s.

El estadista romanoCicer�narremeti� contra su equivalente antiguo - la arena.Cicer�n, por su honestidad, fue perseguido y asesinado y sus manos y cabeza fueron cortadas.

Su cabeza cortada y su mano derecha, que hab�a escrito las Filipicas, fueron clavados en la plataforma del orador en el Foro.

La multitud rug�a, mientras que la �lite romana escup�a en su cabeza, alegremente les dijeron que nunca iba a hablar o a escribir de nuevo.En la era moderna, esta t�xica, cacofon�a sin sentido, nuestra propia versi�n del espect�culo y las luchas de gladiadores, de pan y circo, se bombea en las ondas a�reas� en ciclos de 24 horas.�

La vida pol�tica se ha fundido en un culto a las celebridades.La educaci�n es ante todo profesional.Los intelectuales son expulsados ​​y despreciados.Los artistas no pueden ganarse la vida.Pocas personas leen libros.

El pensamiento ha sido desterrado, especialmente en las universidades y colegios, donde los pedantes t�midos y arribistas baten tonter�as acad�micas.�

"A pesar de� que la tiran�a, debido a que no necesita consentimiento, podr� gobernar con exitosamente sobre los pueblos extranjeros,"� escribi� Hannah Arendt en �Los or�genes del totalitarismo�, �puede mantenerse en el poder s�lo si destruye� primero que nada, todas las instituciones nacionales de su propio pueblo. "

Y la nuestra ha sido destruida.El placer sensual y la eterna juventud son nuestras obsesiones primordiales.

El emperador romanoTiberio, al final, huy� a la isla de Capri y convirti� su palacio junto al mar en una casa de desenfrenada lujuria y violencia.

"Bandadas de ni�as y mujeres j�venes, a las que hab�a recogido de todas partes del Imperio, adeptos a las pr�cticas no naturales, y conocido como spintriae, que copular�an ante �l en grupos de tres, para excitar sus menguantes pasiones", escribi� Suetonio en "Los Doce C�sares�.

Tiberio entren� a ni�os peque�os, a los que llamaba sus pececillos, para que retozaran con �l en el agua y le realizaran sexo oral.Y despu�s de ver su tortura prolongada, har�a arrojar a los cautivos al mar desde un acantilado cerca de su palacio.

Tiberio ser�a seguido por Cal�gula y Ner�n.

"A veces cuando la p�gina est� d�ndose la vuelta", escribi� Louis-Ferdinand C�line�en 'De Castillo en Castillo, "cuando la historia junta a todos los locos, �abre sus �picos Salones de Baile!, sombreros y cabezas en el torbellino!, �Bragas agua!"

El antrop�logoJoseph Tainteren su libro "El Colapso de las Sociedades Complejas" vio el colapso de las civilizaciones desde los romanos a los maya.

Lleg� a la conclusi�n que se desintegr� porque finalmente no pudieron sostener las complejidades burocr�ticas que hab�an creado.Las capas de burocracia demandan cada vez m�s la explotaci�n, no s�lo del medio ambiente sino de las clases trabajadoras.

Ellos son calcificados por los sistemas que no son capaces de responder a la realidad cambiante que les rodea.Ellos, al igual que nuestras universidades y escuelas �lite de negocios, baten administradores de sistemas, personas a quienes se les ense�a a no pensar, sino a servir ciegamente al sistema.

Estos administradores de sistemas saben s�lo c�mo perpetuarse a s� mismos y al sistema al que sirven, a pesar de que ese sistema significa destripar a la naci�n y al planeta.

Nuestras elitesy bur�cratas agotan la tierra para sostener un sistema que funcion� en el pasado, sin ver que ya no funciona.

Las �lites, en lugar de contemplar la reforma, lo que pondr�a en peligro sus privilegios y poder, se retiran en el ocaso del imperio dentro de recintos amurallados, como la Ciudad Prohibida o Versalles.Ellosinventan su propia realidad.�

Aquellos de Wall Street y en las salas de juntas corporativas han replicado este comportamiento.Insisten en que la continua dependencia de combustibles f�siles y las especulaciones sostendr� el imperio.

Los recursos del Estado, como se�ala Tainter, se encuentran al final de extravagantes proyectos cada vez m�s dilapidados y sin sentido, y en aventuras imperiales.Y entonces todo colapsa.

Nuestro colapso se llevar� a todo el planeta con �l.

Es m�s agradable, lo confieso, estar hipnotizado frente a nuestras alucinaciones electr�nicas.Es f�cil comprobar intelectualmente.Es m�s gratificante empaparse de hedonismo y� enfermedad de cultos al ego y al dinero.Es m�s reconfortante hablar sobre chismes de la far�ndula y el ignorar o descartar lo que es la realidad.


Thomas Mannen "La monta�a m�gica" yJoseph Rothen "Hotel Savoy" brillantemente hacen una cr�nica de este peculiar estado de �nimo.

En el hotel Roth, los tres primeros pisos de la casa en hinchada con el lujo de los ricos, los pol�ticos amorales, los banqueros y los propietarios de negocios.Los pisos superiores est�n repletos de personas que luchan por pagar sus cuentas y que son constantemente despojados de sus pertenencias hasta ser destituidos y expulsados.No hay ideolog�a pol�tica entre las podridas �lites gobernantes, a pesar de los coreografiados debates y el elaborado teatro pol�tico.

Es, como siempre, al final, una grancleptocracia.


Justo antes de la Segunda Guerra Mundial, un amigo le pregunt� a Roth, un intelectual jud�o que hab�a huido de la Alemania nazi de Par�s,

"�Por qu� est�s bebiendo tanto?"Roth respondi�: "�Crees que vas a escapar? T� tambi�n vas a ser eliminado".