por�Terri L. Saunders

2004
del Sitio Web�ThePleiadianTimes

traducci�n de Adela Kaufmann
Versi�n original

Versi�n en alem�n


Terri Saunders es un herbolario, nutricionista y profesional certificado de salud natural en Charlottesville, Virginia, donde hace consultas en persona o por tel�fono, y da clases de curaci�n natural.
Ella puede ser contactada en Sunrise Herb Shoppe

al��(434) 984-2665.���(434) 984-2665
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La mayor�a de nosotros estamos familiarizados con el concepto de lo importante que es para nuestro planeta tener un ecosistema equilibrado con el fin de que se perpet�e, donde cada especie contribuya a la vida de otra en un ambiente que apoya el crecimiento sano y la vitalidad.

En la actualidad, parece que el�ecosistema de la Tierra est� en riesgo de deterioro�a un ritmo alarmante, a menos que podamos cambiar el curso de los acontecimientos.�

Al igual que el planeta en el que vivimos, nosotros tambi�n tenemos un ecosistema dentro de nuestro cuerpo, que soporta nuestro crecimiento y vitalidad, y al igual que el la de la Tierra, nuestro mundo interior tambi�n est� en riesgo, como lo demuestra el enorme aumento en las enfermedades infecciosas, enfermedades degenerativas y enfermedades autoinmunes.

  • C�ncer

  • Alzheimer

  • enfermedad del coraz�n

  • diabetes

  • osteoporosis

  • alergias

  • fatiga cr�nica

  • candidiasis

  • fibromialgia

  • depresi�n,

... est�n afectando a adultos y ni�os por igual.

Lo que es a�n m�s significativo es lo siguiente:

  • El enorme aumento en los casos de autismo, que ha afectado a m�s de 1 mill�n de ni�os estadounidenses en los �ltimos cinco a�os y m�s en Inglaterra, Australia y Canad�, de lo que sabemos

  • En California, uno de cada 125 ni�os nace con autismo

  • Las vacunas han sido en gran parte culpadas de este incremento

Sin embargo, el problema empieza incluso antes del nacimiento.�

�Por qu� son estos problemas inherentes a la sociedad moderna, y qu� es lo que sab�an nuestros antepasados que les permiti� vivir sus vidas libres de estas enfermedades?�La respuesta puede estar en ese mundo interior que lucha por sobrevivir dentro de nosotros.�

Antes de nacer, el beb� crece en el ambiente est�ril del vientre de su madre.�Justo antes del nacimiento, el cuello uterino de la madre se dilata alrededor de 2 cm, lo que permite que las bacterias del canal del parto entren en el l�quido amni�tico en el �tero.�El beb� bebe este l�quido y se inocula con las bacterias.�Un canal de nacimiento de una madre sana est� lleno de�bacterias beneficiosas�o�microflora, tal�como�lactobacillus y�bifidus.

Estas bacterias saludables son conocidas como�probi�ticos y constituyen la base para un sistema inmunol�gico saludable.

Probi�tico�significa "para la vida", a diferencia de�los antibi�ticos, o que significa "contra la vida."

A medida que el beb� viaja a trav�s del canal de parto, �l recoge m�s de las bacterias all� hasta que sale al mundo exterior.�En verdad, la mayor�a de las madres ya no tienen la� beneficiosa microflora�que vive dentro de ellas, por lo que no puede d�rsela a sus beb�s.�Aproximadamente el 85 por ciento de las mujeres embarazadas tienen ahora bacterias pat�genas dentro de su canal de parto en lugar de las bacterias saludables que su beb� necesita para su protecci�n.�

Una vez que nace el beb�, si es amamantado, el�calostro,�secretado por los pechos de su madre antes de que le baje su leche viene mejora a�n m�s su inmunidad.�El�calostro�est� lleno de anticuerpos que aumentan la inmunidad, prote�nas, p�ptidos y el factor de transferencia que entra en el cuerpo del beb� y de inmediato es absorbido a trav�s de los intestinos, ahora permeables del beb� para permitir que ocurra este evento.

El calostro que se produce durante las primeras seis horas no contiene az�car, pero luego, la tripa del beb� se sella y el�calostro�se vuelve dulce con az�car.�El az�car alimenta la microflora y causa la formaci�n de una capa de moco en el revestimiento de los intestinos, lo que permite que la microflora beneficiosa se adherirse a ella.�A medida que el beb� contin�a tomando leche materna desarrolla un ecosistema en pleno funcionamiento, que establece un sistema inmunol�gico saludable a temprana edad.�Esta es la manera en que la naturaleza vacuna a nuestros hijos.�

En la actualidad, debido a la presencia de bacterias pat�genas en el canal del parto de la madre, que pudiera o no causar un problema, los m�dicos est�n recomendando que�las madres sean conectadas a un antibi�tico de goteo intravenoso en cuanto comienzan la labor de parto.

Dado que�los antibi�ticos no discriminan entre bacterias nocivas y bacterias ben�ficas, esta pr�ctica esencialmente destruye el fr�gil ecosistema del beb� y el joven sistema inmunol�gico.�

En un mundo ideal, al ir el ni�o creciendo, le dan de comer alimentos que son ricos en probi�ticos, lo que seguir�a protegi�ndolo de pat�genos nocivos que se encuentran normalmente en la vida cotidiana.�Estos alimentos est�n en gran parte ausentes de la dieta moderna americana, lo cual es lamentable, ya que la microflora beneficiosa constituye el 85 por ciento de nuestro sistema inmunol�gico.�

En su libro "La Dieta Ecol�gica del Cuerpo - The Body Ecology Diet�, �Donna Gates, una pionera en el campo de la nutrici�n y la salud, se refiere a esta microflora como los alquimistas y seres muy inteligentes que se comunican en todo momento con nuestro sistema nervioso ent�rico, ubicado en los intestinos y com�nmente se conoce como el segundo cerebro.

De hecho, ella sostiene que es este segundo cerebro el que est� en �ltima instancia controlando el cerebro primario en la cabeza.

Investigaciones cient�ficas recientes han descubierto que los mismos sitios receptores para�los neurop�ptidos y otras sustancias qu�micas cerebrales que existen en nuestro cerebro tambi�n est�n presentes en nuestro intestino.�Por supuesto, todos nos podemos identificar con el "sentimiento en las tripas" que tenemos cuando estamos intuitivamente guiados a hacer algo.�

El cerebro en nuestra cabeza necesita nutrientes para funcionar, tal como prote�nas de alta calidad, glucosa y �cidos grasos esenciales, que vienen todos de los intestinos.�Los neurotransmisores como la serotonina, que nos ayudan a relajarnos, se crea a partir de estos nutrientes en los intestinos y son transportados hasta el cerebro.�La microflora juega un papel esencial en la producci�n de estas sustancias.

Ellos ayudan a descomponer nuestra comida para que la podamos digerir y realmente producen todas las vitaminas del complejo B, vitamina K, y �cidos grasos de cadena corta que son esenciales para la funci�n inmune y el sistema nervioso.�Ellos ayudan a alcalinizar la sangre extrayendo del alimento los minerales que nutren nuestras c�lulas, y crean un ambiente donde las bacterias da�inas, virus, levaduras y par�sitos no pueden prosperar.�Ellos se comen los excesos de az�car en nuestra dieta para que no pueda hacernos da�o, y eliminan eficazmente los antojos de az�car.�

Si tenemos deficiencia de un mineral en particular, tal como el calcio, la microflora es capaz de cambiar otros minerales tales como el silicio al calcio que necesita.�Incluso puede transformar sustancias nocivas tales como subproductos t�xicos de prote�nas no digeridas, productos qu�micos y metales pesados en las sustancias que son �tiles para el organismo, de ah� su reputaci�n como alquimistas.�

Sin este ecosistema sano en el lugar nos volvemos desnutridos, t�xicos, emocionalmente estresados y enfermos.

Donna Gates siente que�el autismo es esencialmente un desorden de "intestino-cerebro", �y que la �nica manera de curar a estos ni�os es volver a establecer un ecosistema interno saludable.�Su�dieta BEDROK�(BEDROK diet), la�Dieta Ecol�gica del Cuerpo para la Recuperaci�n de Nuestros Ni�os, tiene un protocolo para curar el autismo que tiene mucho �xito.�Como adultos, tambi�n podemos restaurar nuestro mundo interior y sanar enfermedades, retardar el envejecimiento, y volvernos seres humanos m�s sanos y m�s felices en pleno funcionamiento.�

Para ello s�lo tenemos que mirar la forma en que nuestros antepasados com�an y preparaban sus alimentos.�Las culturas tradicionales de todo el mundo, todos incorporaban alimentos ricos en probi�ticos a sus dietas.�Antes de la tecnolog�a moderna nos diera la refrigeraci�n e incluso en los pa�ses subdesarrollados de hoy, la �nica manera de conservar los alimentos era ferment�ndolos.�

Como resultado, estos cultivos o�alimentos fermentados�contienen la microflora dador de vida que nutre y protege a trav�s de los siglos.�

La nutricionista�Sally Fallon�revela en su fascinante libro, "Tradiciones Alimentarias - Nourishing Traditions", los incre�bles beneficios para la salud de los alimentos ancestrales y nos inspira a volver a esta manera de comer para recuperar nuestra salud.�En d�as pasados, los cultivos se hac�an crecer en la primavera, eran cosechados en el verano y el oto�o, y luego conservados a trav�s del proceso de lacto-fermentaci�n para seguir proporcionando alimentos durante todo el invierno.�

Esto fue posible gracias a�las bacterias lactobacilos, que est�n presentes naturalmente en la superficie de todos los seres vivos, especialmente en las hojas y las ra�ces de las plantas y en los productos crudos, productos l�cteos no pasteurizados.�Bajo ciertas condiciones,�los lactobacilos� convierten los almidones y az�cares en frutas, verduras y productos l�cteos en �cido l�ctico, que es un conservante natural que inhibe el crecimiento de bacterias putrefactas.�El�lactobacilos�tambi�n produce enzimas que mejoran la digestibilidad y aumentan los niveles de vitaminas y minerales en los alimentos.

Tambi�n se producen sustancias antibi�ticas naturales y anticancer�genas.�Adem�s, el �cido l�ctico favorece el crecimiento de una flora intestinal sana y la alqu�micamente crea per�xido de hidr�geno que oxigena la sangre.�

El proceso tradicional de fermentaci�n comienza con primero lavar y cortar las verduras o las frutas y mezclarlas con hierbas y especias.�Luego se golpean brevemente para liberar zumos, mezclados con una soluci�n de agua salada y se coloca en recipientes herm�ticos donde permanecen a temperatura ambiente durante varios d�as.�Despu�s de eso, se almacenan en un lugar fresco y oscuro en el que se mantendr� durante varios meses.�

Ahora, est�n disponibles�arrancadores de cultivo�, que contienen microflora saludable y levaduras beneficiosas que proporcionan una base rica en nutrientes para la fermentaci�n sin necesidad de sal.�Hoy en d�a los alimentos fermentados se pueden comprar en las tiendas, pero a muchos de ellos les han a�adido vinagre o han sido pasteurizados, lo que destruye la microflora beneficiosa.

Hist�ricamente, los indios americanos golpeaban las verduras y las pon�an en recipientes debajo de la tierra, donde eran almacenadas durante meses o incluso a�os.�

En Europa,�el chucrut�es tal vez la comida fermentada m�s popular.�Se hace con col, que es conocida por sus propiedades anti-cancer�genas y altos niveles de vitamina C y minerales importantes.�Los antiguos romanos valoraban el sauerkraut por sus propiedades medicinales.�En la Inglaterra del siglo d�cimo octavo, el capit�n Cook almacen� 60 barriles de chucrut en su nave antes de embarcarse en un viaje de 27 meses.

Durante todo ese tiempo, ni un solo marinero cay� con escorbuto, una enfermedad debilitante causada por la deficiencia de vitamina C, que era com�n en alta mar.�Pepinos, remolachas y nabos eran tambi�n t�picamente fermentados en Europa.�En Rusia y Polonia, los tomates verdes, los pimientos y las lechugas fueron alimentos favoritos de para fermentar.�Salsa de tomate, chocolate, caf� y t� tambi�n fueron�originalmente�alimentos fermentados.�

Los pueblos orientales preparaban y com�an alimentos fermentados con cada comida.�La comida coreana�Kimchi�es una mezcla fermentada de col, zanahorias, cebollas verdes, jengibre, ajo y chiles.�Los japoneses consumen ciruelas fermentadas�umeboshi�,�miso�, salsa de soya,�la nato�, y tamari.�El gobierno chino distribuye repollo a la poblaci�n cada oto�o para fermentar y almacenar a trav�s de los fr�os meses de invierno.�

Los indonesios comen�tempeh, el cual es soya fermentada.�Es importante se�alar que los �nicos alimentos de soya que el cuerpo puede digerir y tolerar son fermentados.

Productos no fermentados de soya tales como�leche de soya�y el�tofuson realmente perjudiciales para la salud.�

K�fir, que significa "sentirse bien" en ingl�s, es un producto l�cteo fermentado originario de la regi�n de Turqu�a, donde se cree que fue descubierta el Arca de No�.�Se dice que el k�fir es un regalo de los dioses, y que los dioses les dijeron a los turcos que nunca revelaran el secreto de c�mo se preparaba.�

Sin embargo, la leyenda dice que los rusos oyeron hablar de las propiedades de curaci�n y rejuvenecedoras del k�fir y enga�aron a los turcos para que les dieran la receta.�Incluso hoy en d�a, los escolares rusos reciben un vaso de k�fir a diario, cortes�a del gobierno.�

El K�fir�se puede hacer f�cilmente a�adiendo un cultivo iniciador de microflora beneficiosa a la leche.�La leche cruda org�nica de vacas o cabras alimentadas con pasto, es la mejor, ya que�la pasteurizaci�n mata las enzimas ben�ficas�normalmente presentes en la leche.�Productos l�cteos fermentados o agriados son comunes en todo el mundo, incluyendo Escandinavia, Oriente Medio y la India.�

Crema fresca, un producto de leche agria, es utilizado en Francia en muchas recetas.�La mantequilla cultivada y quesos fermentados tambi�n son comunes en toda Europa.�El yogur�es un producto de leche cultivada que�tiene cierta microflora �til, pero�no tiene las potentes propiedades probi�ticas�o levaduras beneficiosas inherentes en k�fir.�

Cualquier alimento puede ser cultivado.�Durante el proceso de fermentaci�n, incluso alimentos de alto �ndice glic�mico, tales como frutas, zanahorias, remolachas y patatas dulces son beneficiosos, puesto que la microflora se come los az�cares en estos alimentos, haci�ndolos inofensivos para el cuerpo.�

Productos l�cteos fermentados proporcionan numerosos beneficios.�Durante la fermentaci�n, la case�na o prote�na de la leche, se descompone, por lo que es m�s digerible.�Las vitales enzimas que se destruyen durante la pasteurizaci�n pudieran restaurarse, incluyendo la lactasa, que nos permite digerir la lactosa de la leche.�

Donna Gates cree que nadie en realidad es intolerante a la lactosa.�Ella piensa que es la falta de un ecosistema saludable interior lo que nos impide ser capaces de digerir los productos l�cteos.

Ella misma fue incapaz de digerir la leche durante 25 a�os, hasta que descubri� la manera de equilibrar su ecosistema.�Ella ahora tiene productos l�cteos crudos y cultivados sobre una base regular.�Ella cree que la mantequilla sin refinar es un alimento importante para la recuperaci�n de los ni�os autistas, debido a su contenido de alta calidad de �cidos grasos esenciales, �cido linoleico conjugado (CLA) y �cido but�rico.

Su�Dieta Ecol�gica del Cuerpo, que incorpora la combinaci�n de alimentos, la dieta del tipo de sangre, y aspectos de la medicina china, tambi�n es excelente para cualquier persona a quien le gustar�a recuperarse de la candidiasis cr�nica, problemas digestivos, c�ncer, fibromialgia, esclerosis m�ltiple, artritis, osteoporosis, . la depresi�n, o para cualquier persona a quien le gustar�a llegar a la cima de la salud.�

Donna ha introducido recientemente un nuevo alimento cultivado en su dieta: el kefir hecho con el jugo de cocos verdes.�Esta deliciosa bebida nutre el cuerpo, limpia el h�gado y mejora la digesti�n.�Mientras que la mayor�a de alimentos fermentados pueden ser bastante agrios y picantes, el k�fir de coco tiene un sabor dulce.�Un delicioso bud�n fermentado tambi�n se puede hacer de la carne de coco en pur�.�

Rico en �cido l�urico anti-microbiano y anti-parasitario y cantidades equilibradas de calcio, magnesio, sodio, potasio y vitamina C, estos alimentos son un t�nico para las agotadas gl�ndulas suprarrenales y los sistemas emocionales estresados.�

Yo personalmente tuve una experiencia profunda apenas cinco d�as despu�s haber empezado la�Dieta Ecolog�a del Cuerpo, que inclu�a tomar�el k�fir de coco�dos veces al d�a y comer verduras cultivadas (fermentadas) con cada comida.�Teniendo un historial de problemas dentales, siempre he tenido una acumulaci�n de sarro detr�s de mis dientes delanteros m�s bajos, a pesar de las limpiezas profesionales.

En el quinto d�a de estar en esta dieta, la acumulaci�n de sarro con facilidad se desprendi� de mis dientes cuando los cepill� por la ma�ana.�

�Yo estaba perplejo!

Lo �nico que puedo suponer es que la qu�mica de mi cuerpo hab�a cambiado a un pH m�s alcalino, lo que facilit� la desintegraci�n del sarro.�

Otros han reportado numerosos beneficios de comer de esta manera, incluyendo,

  • una saludable p�rdida de peso

  • una digesti�n mejorada

  • eliminaci�n del dolor en las articulaciones

  • per�odos menstruales m�s limpios y f�ciles

  • visi�n mejorada

  • la piel brillante m�s hermosa

  • una sensaci�n general de bienestar

Con el tiempo, muchas personas encuentran que ya no necesitan sus antidepresivos.�

El consumo de alimentos cultivados (o fermentados) regularmente�es la forma m�s eficaz de curar un�intestino permeable (leaky gut), una situaci�n que se produce debido a una d�bil y a menudo inflamada membrana permeable intestinal, lo que permite que entren a la sangre part�culas de alimentos no digeridos al torrente sangu�neo.�

La enfermedad de Crohn, colitis, s�ndrome del intestino irritable, alergias cr�nicas y�trastornos del sistema inmunol�gico�se deben, en �ltima instancia, a este problema.

De hecho, la mayor�a de la poblaci�n tiene esta condici�n debido a la dieta y estilo de vida.�

Muchas personas creen que tomar suplementos probi�ticos, tales como c�psulas de acidophilus es suficiente para poblar los intestinos con la microflora beneficiosa.�Sin embargo, sin las bases establecidas por las fuentes alimentarias de los probi�ticos, la microflora en los suplementos no puede colonizar adecuadamente los intestinos.�

Al incluir alimentos fermentados en nuestra dieta podemos restablecer un ecosistema saludable interior, que nos protege de los agentes pat�genos y toxinas ambientales.�Podemos, entonces, comer alimentos como huevos crudos y carnes crudas (como hicieron nuestros antepasados), sin temor de contraer salmonela, E. coli o par�sitos.�Incluso si pesc�ramos estas cosas podr�amos tener una ligera molestia, pero creemos que no nos enfermar�amos gravemente como lo hacemos ahora.�

Los antiguos conoc�an la�poderosa magia�que la naturaleza les dio para mantenerse fuertes y sanos.�


Nosotros, tambi�n, podemos seguir las tradiciones que permitieron a muchas generaciones sobrevivir a trav�s de las edades y asegurar un futuro saludable para nuestros hijos y para el planeta en el que vivimos.