por Lionel Milgrom

traducci�n de Adela Kaufmann
versi�n original
Marzo 19, 1999
del Sitio Web TWM

�Pueden las mol�culas comunicarse unas con otras, intercambiando informaci�n si estar en contacto f�sico? El bi�logo franc�s, Jacques Benveniste cree que s�, pero sus compa�eros cient�ficos todav�a son esc�pticos.

Jacques Benveniste fue una vez considerado ser uno de los m�s respetados bi�logos franceses, hasta que fue echado a la deriva de la corriente principal cient�fica. Su ca�da comenz� en 1988, cuando enfureci� a la comunidad cient�fica con resultados experimentales en los cuales �l tom� como evidencia sugerir que el agua tiene memoria.

Sus ideas fueron agarradas por home�patas ansiosos de encontrar apoyo para sus teor�as. En medicinas altamente diluidas, pero condenadas por puristas cient�ficos. Ahora, Benveniste cree tener evidencia para sugerir que alg�n d�a podr�a ser posible transmitir el poder curativo de las drogas que salvan vidas alrededor del mundo � por medio el Internet.

Suena como ciencia ficci�n, y Benveniste tendr� mucho trabajo convenciendo a un mundo profundamente esc�ptico, de que el est� en lo correcto. Sin embargo, el comenz� su campa�a la semana pasado, al anunciar la �ltima investigaci�n a salir de su Laboratorio Digital de Biolog�a (
Digital Biology Laboratory) cerca de Par�s, a una audiencia de cient�ficos en el Teatro Pippard para Conferencias en el Laboratorio Cavendish para F�sicas en la Universidad de Cambridge.

Benveniste sugiri� que los efectos espec�ficos de mol�culas biol�gicamente activas, tales como la adrenalina, nicotina y cafe�na, y las firmas inmunol�gicas de virus y bacterias pod�an ser registradas y digitalizadas usando una tarjeta de sonido de computadora. Un tecleado m�s tarde, y estas se�ales pueden volar todo el camino a trav�s del globo, cortes�a del Internet. Sistemas biol�gicos lejos de sus mol�culas activadas pueden, entonces � sugiri� el, - ser detonadas simplemente poni�ndoles las grabaciones.

La mayor�a de los cient�ficos han descartado a Benveniste como estando en la franja, aunque hay varios nombres famosos en la audiencia la semana pasada, incluyendo a Sir Andrew Huxley, laureado premio N�bel y ex -presidente de la Sociedad Real, y el f�sico, Profesor
Brian Josephson, tambi�n otro laureado N�bel. Benveniste comenz� preguntando algunas preguntas aparentemente infantiles. Que si las mol�culas pod�an hablar, como sonar�a su lenguaje, m�s espec�ficamente si nosotros podr�amos escuchar detr�s de las puertas sus conversaciones, registrarlas y volverlas a escuchar.

La respuesta a estas �ltimas tres preguntas es, seg�n Benveniste, un resonante "Oui!"(S�).

El sugiri�, adem�s, que estas �grabaciones� pueden hacer que las mol�culas respondan de la misma manera que lo hacen cuando reaccionan. Contradiciendo la manera en que piensan los bi�logos que pueden ocurrir las reacciones bioqu�micas, el afirma que las mol�culas no tienen que estar en cercana proximidad para afectarse unas a otras.

�Es como escuchar a Pavarotti o Elton John,�, explic� Benveniste. "Nosotros escuchamos el sonido y experimentamos emociones, ya sea si es en vivo o en un disco compacto.�

Por ejemplo, la c�lera produce adrenalina. Cuando las mol�culas de adrenalina se unen a los sitios receptores, fijan una cadena de acontecimientos biol�gicos que, entre otras cosas, hacen que los vasos sangu�neos se contraigan. Los bi�logos dicen que la adrenalina est� actuando como un dispositivo de se�ales moleculares, pero Benveniste pregunta, �cual es la naturaleza real de la se�al? �Y c�mo es que las mol�culas de la adrenalina espec�ficamente apuntan a sus receptores y no a otros, en incre�ble velocidad?

Seg�n Benveniste, si la causa de tales eventos bioqu�micos fueran simplemente debido a colisiones al azar entre las mol�culas de adrenalina y sus receptores (la teor�a actualmente aceptada de la se�alizaci�n molecular), entonces deber�a de tomara m�s tiempo de lo que toma montar en c�lera.

Benveniste se convirti� en bete noire (mascota odiada) del establecimiento cient�fico franc�s por all� por 1988, cuando un papel que el public� en el peri�dico cient�fico Nature fue m�s tarde botado por el entonces editor, Sir John Maddox, y un equipo que incluy� a un mago profesional, James Randi. Con un grupo internacional de cient�ficos de Canad�, Francia, Israel e Italia, Beveniste ha afirmado que sacudiendo vigorosamente soluciones de agua de un anticuerpo se podr�a provocar una respuesta biol�gica, a�n cuando ese anticuerpo haya sido diluida fuera de existencia.

Soluciones no-agitadas, produjeron muy poco o ning�n efecto. Nature dijo que los resultados del experimento que produjo los �anticuerpos fantasmas� eran, francamente, incre�bles. El mismo peri�dico fue blanco de cr�ticas por publicar ese papel, en primer lugar.


En su papel de Natura, Benveniste razon� que el efecto de diluci�n y agitaci�n apuntado a la transmisi�n de informaci�n biol�gica por medio de alguna organizaci�n molecular ocurriendo en el agua. Este efecto de �memoria del agua�, como fue m�s tarde conocido, prob� que Benveniste era poco acad�mico. Mientras que los que juzgaban este art�culo en Nature no pod�an fallar.

Los procedimientos experimentales de Benveniste no pod�an entender sus resultados. Preguntaban: �C�mo puede un sistema biol�gico responder a un antigen, si ninguna de sus mol�culas pueden ser detectadas en la soluci�n? Va en contra del principio aceptado de �cerrojo-y-llave�, el cual afirma que las mol�culas deben estar en contacto y emparejar o encajar estructuralmente antes de que pueda ser intercambiada informaci�n. Tal pensamientos han dominado las ciencias biol�gicas por m�s de cuatro d�cadas, y est�n enraizadas en los puntos de vista del siglo 17 del fil�sofo Rene Descartes.

El ejercicio de desacreditar, por parte de Nature, fall� en encontrar evidencias de fraude, pero concluy� que la investigaci�n de Benveniste era esencialmente irreproducible, una afirmaci�n que el siempre neg�. De ser una figura respetada en el establecimiento de biolog�a franc�s, Benveniste fue ridiculizado, perdiendo su financiamiento y su laboratorio.

Descorazonado �l y su equipo de investigaci�n, ahora agotados, continuaron de alguna forma investigando los efectos biol�gicos de soluciones agitadas y altamente diluidas. Los �ltimos resultados son, para bi�logos, aun m�s incre�bles que aquellos en el papel de Nature de 1988. Los f�sicos, sin embargo, deber�n tener menos problemas, ya que su disciplina est� basada en campos (es decir, gravitacionales, electromagn�ticos) los cuales tienen bien establecido efectos de largo alcance.

Si las demandas de Benveniste prueban ser ciertas � lo cual est� lejos de ser seguro � podr�an tener profundas consecuencias, al menos para diagn�stico m�dico.

La explicaci�n de Benveniste comienza lo suficientemente inofensivo con una analog�a musical. Dos cuerdas, muy juntas, en frecuencia, producir�n una �pulsaci�n�. La longitud de esta pulsaci�n se acrecienta al aproximarse ambas frecuencias una a otra. Eventualmente, al ser iguales, el golpe desaparece. Este es el modo en que los m�sicos afinan sus instrumentos, y est�n constantemente vibrando y emitiendo radiaci�n infrarroja de una manera altamente compleja. Estas vibraciones infrarrojas han sido detectadas durante a�os por cient�ficos, y son una parte vital de su arsenal de m�todos para identificar mol�culas.

Sin embargo, precisamente por la complejidad de sus vibraciones infrarrojas, las mol�culas tambi�n producen frecuencias de �pulsaci�n� mucho m�s bajas. Resulta que estas pulsaciones est�n dentro del rango audible para el humano (20 a 20,000 Herz) y son espec�ficas para cada diferente mol�cula. As� tambi�n como la radiaci�n en la regi�n infrarroja, las mol�culas tambi�n transmiten (difunden) frecuencias en el mismo rango que la voz humana. Esta es la se�al molecular que Benveniste detecta y graba.

Si las mol�culas pueden difundir, entonces deber�an de ser capaces de recibir. La difusi�n espec�fica de una especie molecular ser� recogida por otra, �sintonizada� por su estructura molecular para recibirla. Benveniste llama esto correspondencia o similitud de difusi�n con recepci�n �co-resonante�, y dice que funciona como un equipo de radio. As�, cuando usted sintoniza su radio en, digamos, Cl�sicos FM, ambos, su sistema y la estaci�n que transmite, est�n vibrando en la misma frecuencia. D�le vuelta un poquito al dial, y usted estar� escuchando Radio 1: diferente sinton�a, diferentes sonidos.

Esto, afirma Benveniste, es c�mo millones de mol�culas biol�gica logran comunicarse a la velocidad de la luz con su propia mol�cula correspondiente, y no otra. Tambi�n explica porqu� cambios de min�sculos en la estructura de una mol�cula, puede alterar profundamente su efecto biol�gico. No es que estos diminutos cambios estructurales la hacen que no corresponda con su receptor biol�gico (la cl�sica aproximaci�n por tanteos). Las modificaciones estructurales �desintonizan� la mol�cula de su receptor. Lo que es m�s, y as� como los equipos de radio y los receptores, las mol�culas no tienen que estar muy juntas para que ocurra la comunicaci�n.

�Cu�l es, entonces, la funci�n del agua en todo esto?

Benveniste explica esto, se�alando que todas las reacciones biol�gicas ocurren en el agua. Las mol�culas del agua rodean completamente a cada mol�cula colocada entre ellas. Una sola mol�cula de prote�na, por ejemplo, tendr� un club de admiradores de por lo menos 10,000 mol�culas del agua admir�ndola. Y ellas no son solo est�n por all�. Benveniste cree que son los agentes que, de hecho, retransmiten y amplifican la se�al biol�gica que viene de la mol�cula original.

Es como un disco compacto, por s� mismo, no puede producir un sonido, pero tiene sus medios de crearlo grabado en su superficie. Para que el sonido sea escuchado, necesita ser tocado a trav�s de un amplificador electr�nico. Y as� como Pavarotti o Elton John est�n en el disco compacto solo como una �memoria�, por lo que el agua puede memorizar y amplificar las se�ales de mol�culas que han sido disueltas y diluidas fuera de existencia. Las mol�culas no tienen que estar all�, solo su �impresi�n� en la soluci�n en la cual son disueltas. La agitaci�n hace la memoria.

Entonces, �C�mo suenan las mol�culas?

�Por el momento no lo sabemos exactamente�, dice Dider Guillonnet, colega de Benveniste en el Laboratorio Digital de Bilolg�a (32 rue des Camets, 92140 Clamart, Francia).

�Cuando grabamos una mol�cula tal como la cafe�na, por ejemplo, debemos conseguir un espectro, pero parece m�s como ruido. Sin embargo, cuando ponemos la grabaci�n de la cafe�na de nuevo a un sistema biol�gico sensible a �l, el sistema reacciona. Solo estamos grabando y reproduciendo; por el momento no podemos reconocer un patr�n.�

�Pero�, agrega Benveniste, �los sistemas biol�gicos s� lo hacen. Hemos enviado la se�al de la cafe�na a trav�s del Atl�ntico por telecomunicaci�n est�ndar, y todav�a produjo un efecto.�

El efecto es medido en un �sistema biol�gico�, tal como un pedazo de tejido vivo. Benveniste afirma, por ejemplo, que la se�al de las mol�culas de la heparina � un componente del sistema de coagulaci�n de la sangre � retrasa la coagulaci�n de la sangre cuando es transmitida por el Internet desde un laboratorio en Europa hacia otro en los Estados Unidos. Si esto es cierto, indudablemente le har� ganar un premio N�bel a Jacques Benveniste. Si no, el recibir� solamente m�s burlas y desprecio.

Las ideas de Benveniste son revolucionarias � muchas pueden decir que son her�ticas o mal encaminadas y el parece no poder persuadir a sus cr�ticos m�s ardientes. Aunque sus ideas puedan parecer lo suficientemente plausibles, el ganar� sobre sus enemigos, solo si sus resultados pueden ser replicados por otros laboratorios.

Hasta ahora, esto no ha sido hecho a satisfacci�n de sus muchos detractores.



M�s comentarios � Profesor Brian Josephson

Memoria molecular

Se�or:
Lionel Milgrom, a cuenta de la investigaci�n de Jacques Benveniste (�La memoria de las mol�culas�, 19 de marzo) fall� a poner en claro que el experimento discut�a, donde es grabada una se�al biol�gica, transmitida por el Internet, y aplicada al agua en cualquier otra parte a regenerar los efectos biol�gicos de la fuente, no es solo una idea, sino m�s bien un experimento que ya ha sido llevado a cabo, con impresionantes resultados (ver las p�ginas Web de Benveniste en: http://www.digibio.com/cgi-bin/node.pl?lg=us&nd=n4_7).

Nosotros le invitamos a que nos describiera su trabajo en nuestro coloquio seminal, para aprender m�s acerca de la investigaci�n, que parece interesante cient�fica y potencialmente, de considerable importancia pr�ctica. Mientras los resultados demandados puedan parecer sorprendentes, el Laboratorio Cavendish ha sido anfitri�n de muchos sorprendentes descubrimientos durante los 125 a�os de su existencia, y la naturaleza controversial de las demandas no fue vista como una buena causa para seguir la manada, e impedirle que haga una presentaci�n.

En vista de la condenaci�n de Nature de 1988, mi conclusi�n en ese tiempo fue que sus autores hab�an hecho muy poco caso para que su titular afirme: �Experimentos de alta-diluci�n una falacia�, y desde entonces, nada me ha hecho ver las frecuentes denuncias del trabajo de otra manera que la histeria que frecuentemente acompa�an demandas que retan el punto de vista ortodoxo.

Las manifestaciones de prejuicios cient�ficos, bien documentadas por Michel Schiff en el libro La Memoria del Agua, puede ser extraordinaria. Otra raz�n porqu� sentimos que es importante invitar al Dr. Benveniste a que hable en nuestro coloquio y ser capaces de presentar sus resultados a cient�ficos de una forma sin censura. Agradezco al Independent por hacerle un seguimiento en su art�culo.


Profesor Brian Josephson
Laboratorio, Cavendish
Departamento de F�sicas, Universidad de Cambridge
publicado en el peri�dico �The Independent�, el 22 de marzo de 1999